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Nombre:

CIF: 2014.
Curso: 01/2018.
Materia: Práctica Ministerial
Catedrático: Lic.
Fecha: 20/02/2018

Texto leído: La praxis de Jesús.

Referencia bibliográfica:

Floristán Casiano (1998) Teología práctica. Teoría y praxis de la acción pastoral. Salamanca,
España: Ediciones Sígueme.

Conceptos claves:

➢ Soteriología: es el estudio de la salvación. La palabra proviene de dos términos griegos:


soter, que significa salvador, y logos, que significa palabra, razón o principio. Muchas
religiones dan énfasis a la salvación de una forma u otra, y, por tanto, tienen sus propias
soteriologías.

➢ Ontológico: es el adjetivo que indica que algo es relativo o perteneciente a la ontología, es


decir, a la rama de la filosofía metafísica que estudia la naturaleza del ser en cuanto ser, y
busca determinar las categorías fundamentales de la existencia y la realidad, así como la
manera en que estas se relacionan entre sí.

➢ Perfidia: es un concepto se usa para denominar a un engaño, una infidelidad o una falta que
consiste en violar un supuesto compromiso asumido.

➢ Monofisismo: Doctrina religiosa, declarada herética por la Iglesia católica, que sólo
reconoce en Cristo la naturaleza divina. Doctrina predicada esp. por Eutiques en el s. V, en
la que se afirmaba que Cristo tenía una sola naturaleza, y no la doble naturaleza divina y
humana unidas hipostáticamente en una sola persona.

➢ Beligerante: toda aquella nación, potencia, grupo o comunidad que se declara en guerra o
participa en ella como aliado de alguna de las partes. Tener una actitud o disposición a la
guerra o al conflicto. También se refiere a alguien o algo que es combativo, belicoso o
agresivo.

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Ideas clave:

➢ Según la exégesis actual, los evangelios son testimonios y/o confesiones de fe de Jesús,
nacidas de la experiencia pascual de las primeras comunidades. Antes de ser historia, los
evangelios fueron proclamación de narraciones en comunidad para hacer viva la presencia
continua del Resucitado (relatos de la praxis prepascual y pascual llevada a cabo por Jesús, a
quien Dios ha hecho Señor y Cristo Hch. 2:36).

➢ Sobre la experiencia previa y posterior a la pascua es básico para entender que los evangelios
fueron redactados para ayudar a la adhesión de la fe en Jesucristo, no para satisfacer la
curiosidad.

➢ En lo concerniente a la cristología y acción pastoral, La fe se expresa de acuerdo a las


imágenes que se dan de Jesucristo, centro de la vida cristiana, de la acción pastoral y de la
reflexión teológica.

➢ Las imágenes, representaciones y vivencias que poseemos de Jesús o de Cristo dependen


originariamente de la educación cristiana familiar, catequesis parroquial, formación religiosa
escolar, predicación dominical y cursos de formación teológica, entre otros, donde se
transmiten diferentes interpretaciones de Jesucristo y del cristianismo.

➢ La reflexión teológica implica plantear una determinada cristología, de esto podemos decir
que, a lo largo de la vida han evolucionado las imágenes y representaciones que tenemos de
Jesús o de Cristo. Aquí el autor señala dos concepciones cristológicas significativas: 1) las
que subyacen en la acción pastoral de acuerdo con diferentes soteriologías y 2) las que posee
el pueblo cristiano, fruto de la iconografía, catequesis y predicación o consecuencia de la
misma acción pastoral.

➢ Después de la segunda guerra mundial, la acción pastoral se ha manifestado de una doble


manera: 1) como pastoral de cristiandad de talante conservador y 2) como pastoral misionera
de corte progresista. Una de ellas ve la cristología de tipo descendente o desde arriba, de
línea más conservadora, y la otra de tipo ascendente o desde abajo, de línea más aperturista.

➢ Las cristologías descendentes de talante ontológico han dado lugar a una Iglesia centrada en
su problemática interna. Cristo se entiende como el Logos o Verbo encamado, la segunda
persona de la Trinidad. El punto de arranque es la divinidad de Jesús, a quien sólo se le
comprende desde Dios: es consustancial al Padre. Aquí se trata de explicar el modo de la
unión hipostática y el proceso interno de la redención mediante la muerte satisfactoria de
Cristo.

➢ Las cristologías descendentes han sido influidas por determinadas maneras de llevar a cabo
la acción pastoral y, a su vez, han impregnado el ministerio cristiano con categorías que han
sido internalizadas por el mismo pueblo cristiano. Ejemplo de ello son: a. la resignación, b.
la expiación y c. el poder.
a. Lo más característico de Jesús, que es la cruz, se ha convertido en justificación de la
resignación. Jesús es sustituido por la imagen religiosa de la cruz, en tanto que la

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crucifixión no es decisión de unos poderes concretos religiosos o políticos sino
consecuencia del pecado general de la humanidad o de la perfidia del pueblo judío. Toda
rebeldía contra la explotación, reivindicación social o crítica de los poderes establecidos
es sinónimo de pecado. Al cristiano le toca obedecer y llevar la cruz.
b. La cruz ha justificado toda clase de sufrimientos (naturales, indebidos o injustos). El
cristiano, a imitación de Cristo, debe padecer. La idea del sacrificio expiatorio o de la
expiación de valor infinito lo envolvía todo. Incluso la misa era entendida casi
exclusivamente como santo sacrificio, la mesa de la cena del Señor como altar y Jesús
como víctima a causa de su función expiatoria.
c. La imagen de Jesús, bajo el título de Cristo-Rey, sirvió para justificar el poder de diversos
regímenes políticos y dictatoriales cuando el catolicismo era religión de estado. La fiesta
de Cristo-Rey (Pío XI en 1925), aparece en el contexto social y político de una Iglesia a
la defensiva frente a una sociedad laica, anticlerical, socialista y republicana. El
catolicismo cobra una dimensión beligerante. Jesús fue entendido como revolucionario,
que instaura el Reino de un modo violento. Jesús ha servido para justificar guerras,
cruzadas y guerrillas; ha tenido una función legitimadora de ciertos intereses económicos
y políticos.

➢ Las cristologías ascendentes o inductivas (pastorales genéticas) tienen en cuenta el proceso


genético que siguieron los apóstoles desde Jesús de Nazaret al Cristo resucitado. El punto
de arranque es el Jesús histórico para llegar a su resurrección, hasta Dios, a quien revela. Son
cristologías con acento práctico preocupadas por el lenguaje pastoral. Especial relieve tienen
las cristologías escritas latinoamericanas que relacionan la memoria de Jesús crucificado con
la crucifixión actual del pueblo y el mensaje evangélico liberador con la situación de
cautiverio.

➢ Las cristologías ascendentes han sido influidas por el que hacer pastoral y han influido en el
mismo. La pastoral de cristiandad pone el acento de la cristología en estos puntos: 1) el reino
de Dios o reino de los pobres, a cuyo servicio está Jesús; 2) el Dios del reino, a quien se
dirige Jesús como Abba de todos; 3) la muerte de Jesús, consecuencia de su tenor de vida,
que le posibilita morir por nuestros pecados.

➢ La imagen de Jesús ha variado a lo largo de la historia, sus imágenes iconográficas y


representaciones conceptuales de acuerdo con ciertos influjos culturales, afirmaciones
conciliares, síntesis catequéticas, rituales litúrgicos y libros devocionales han provocado que
en la actualidad exista una cantidad diversa de cristologías con rasgos propios.

➢ Antes del Concilio Vaticano II el pueblo católico apenas conoció la Biblia. Hasta entonces
se conocía la Escritura como historia sagrada aprendida junto al catecismo o como pasaje
evangélico escuchado en la misa mayor del domingo. Solamente tenían un cierto
conocimiento bíblico los miembros de los grupos bíblicos o de los movimientos apostólicos.

➢ Los evangelios han sido entendidos por el pueblo, como relatos históricos que narran los
hechos tal como sucedieron y/o como meras biografías de Jesús. Dentro del evangelio atraen
poderosamente los milagros, que se aceptan al pie de la letra. En este sentido el método
histórico critico se vuelve enemigo de la fe popular ya que desmitifica (Bultmann) gran parte
de los relatos -sino es que la mayoría- que encontramos en los evangelios.

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➢ El pueblo católico (igual que el evangélico) se dirige a Cristo como a Dios. Por medio del
catecismo aprendió que Jesucristo nació de la Virgen por obra del Espíritu Santo y que tuvo
desde niño conciencia plena de ser Dios (esto lo dice el libro apócrifo sobre La Infancia de
Jesús). Los ojos de Jesús son ojos de Dios; Dios ve y actúa a través de Cristo, que no es del
todo hombre como nosotros (en la jerga evangélica se dice 100% Dios y 100% hombre).
Karl Rahner afirmó que el pueblo católico posee un monofisismo latente ya que cree sólo
en la naturaleza divina de Jesús.

➢ A partir del s. XI se propaga en las iglesias románicas la imagen de Cristo de tamaño natural,
en madera o en bronce. Junto al triunfo de Cristo, aparece el sufrimiento del crucificado con
rostro dolorido y ojos entornados, imagen del varón de dolores, el Dios sufriente de los
campesinos pobres, de los enfermos desamparados y de los esclavos sometidos. L.
Maldonado sostiene, Jesús se ha convertido en el centro de la religión de los oprimidos. Es
modelo de paciencia, resignación y obediencia. En lo personal me parece que este modelo
genera determinismo en los creyentes pues se cree que todo esta dado por Dios y solo hay
que aguantar pues nada se puede hacer para transformar la realidad por la que se atraviesa.

➢ Para el pueblo católico al igual que el evangélico, Jesús nos abrió las puertas del cielo al
perdonarnos como Dios. Su ejemplo es válido para arrepentirse y no pecar, comportarse de
acuerdo a los mandamientos, frecuentar los sacramentos (la iglesia evangélica no los observa
todos), alcanzar una buena muerte y entrar en el cielo. La vida se vuelve en ocasión de hacer
méritos y de vivir en gracia.

➢ Para comprender la praxis de Jesús, se debe tomar en cuenta los modelos de su


comportamiento pastoral relatados en los evangelios, y algunos datos sobre la situación del
judaísmo en tiempos de Jesús. Aquí se corre el riesgo de considerar accesorio el contorno
histórico de Jesús o también caer en la tentación opuesta: reducir nuestra consideración
pastoral al Jesús histórico, olvidando el acontecimiento de la pascua.

➢ Sobre esta afirmación: Jesús no fue sacerdote del templo, se puede decir que el no pertenecía
a ninguna de las cuatro familias de corte saduceo que dominaban el templo. El mismo Jesús
ironizó las preocupaciones sacerdotales en la parábola del buen samaritano (Lc. 10:31) y
atacó el lugar de los sacrificios en la escena denominada de la purificación del templo, hecho
que se encuentra en los tres sinópticos (Mc 11:15-19; Mt 21:12-17; Lc 19:45-48) y en Juan
(2:13-22).

➢ Frente a la afirmación religiosa de que Dios está presente en el templo, Jesús enseña que
Dios está en todas partes, pero de una manera privilegiada en la comunidad nueva de los
discípulos “donde están dos o tres reunidos apelando a mí, allí en medio de ellos, estoy yo,
Mt 18:20 y en la caridad con los pobres “cada vez que lo hicisteis con uno de esos hermanos
míos tan insignificantes lo hicisteis conmigo, Mt 25:40. Para Jesús no hay separación entre
el espacio sagrado y el religioso, ya que todo es santo porque todo es creación de Dios. A lo
largo de su vida pública, Jesús tuvo pocos contactos con los sacerdotes.

➢ Sólo la carta a los Hebreos aplica a Cristo el título de sacerdote o sumo sacerdote con una
doble condición: Jesús no pertenece a la estirpe sacerdotal judía ya que fue seglar (7:13-14),

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ni su culto es ritualista sino en espíritu y en verdad (Jn 4:23-24). Jesús cumple la doble
condición del ministerio sacerdotal: transmitir a los hombres la palabra de Dios y presentar
a Dios los sacrificios de los hombres, que se resumen en la entrega de la vida propia al
servicio de los hermanos. El sacerdocio de Jesús es único como único es su sacrificio.

➢ La confianza del cristiano no debe ponerse en las instituciones ni en las ritualidades, sino en
la cruz de Cristo como revelación del amor de Dios y reconciliación de la humanidad. Dios
no quiere el sufrimiento sino el amor, no desea la muerte sino la vida. La liturgia cristiana no
se reduce a un ritual cristiano en el templo, sino que abarca toda una vida entregada a los
hermanos en espíritu y en verdad. Sin embargo en la actualidad hay un alto porcentaje de
personas que asisten a la iglesia que piensan que la mera asistencia a ciertos cultos lo es todo.

➢ Jesús no fue escriba de la ley, sobre esto X. Léon-Dufour, Jesús aparece como un rabino;
enseña en las sinagogas, reúne discípulos y los educa en el estilo de las Escuelas. Los
evangelios afirman que Jesús enseñaba a sus discípulos y a la gente. Sin embargo, no es un
escriba más aunque algunos le dirigieron la palabra con el título respetuoso de rabbí, puesto
que le faltaba -escribe J. Jeremías- la condición fundamental para ser escriba: el estudio
teológico. Jesús no se limita a enseñar en las sinagogas sino que instruye en cualquier parte,
al aire libre, en las plazas, a la orilla del mar. Entre sus discípulos hay mujeres y niños,
pecadores y publicanos, campesinos y pescadores, gente sencilla. Jesús enseñó de acuerdo a
la tradición sapiencial judía por medio de parábolas, sentencias, instrucciones y
controversias.

➢ Jesús no hizo la carrera de escriba ni fue considerado por sus contemporáneos como tal. Sus
oyentes vieron en él sus diferencias con los escribas más que sus semejanzas. Fue un maestro
que no enseñaba como los escribas sino con autoridad según Mc. 1:22 y Mt 7:29. Su
autoridad deriva de sí mismo, no de la tradición de los padres.

➢ Según Ch. Perrot, el profeta escatológico, esperado para los últimos tiempos, anuncia el
juicio de Dios y la inminencia del cambio cósmico que señalará la venida del reino de Dios
(Jesús encaja en este perfil). La figura del profeta en tiempos de Jesús vincula en tomo a sí -
escribe R. Fabris- las aspiraciones de reforma y de renacimiento religioso (Qunnrán), así
como las esperanzas de liberación y de autonomía religiosa nacional en clave mesiánico
política.

➢ Jesús es denominado profeta solamente en los evangelios, nunca en el resto del NT. Es
aceptado como profeta por la opinión popular (Mc 6:15; Mt 21:11.46; Lc 7:16; 24:19; Jn
4:19; 6:14; 7:40). Sin embargo, aunque los discípulos no lo denominan profeta con total
claridad, las palabras y gestos de Jesús tienen un marcado acento profético, como puede
verse en las bienaventuranzas y en las teofanías del bautismo y de la transfiguración. De
hecho fue detenido y condenado como falso profeta.

➢ Jesús es profeta escatológico, rechazado y perseguido, que proclama la venida del reinado de
Dios. En resumen, es profeta -escribe Ch. Duquoc- porque, con una fidelidad absoluta a su
misión y con una libertad sin compromisos, anuncia las exigencias radicales de Dios, con
plena lucidez sobre los acontecimientos individuales y sociales.

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➢ Sobre la dimensiones de la praxis de Jesús, él es el profeta del reinado inminente de Dios. El
centro del mensaje y de la actividad de Jesús es la cercanía o llegada del reinado de Dios,
junto a la conversión que Dios exige para que dicho reinado se ponga en práctica. J. Sobrino
afirma: que lo que da sentido a la vida, actividad y destino de Jesús es el reino de Dios (su
llegada es salvación de pobres, pecadores y enfermos).

➢ Basileia se debe entender como territorio, ya que de ese modo se expresa su sentido
dinámico, a saber, el gobierno de Dios o la acción de su soberanía, en el sentido de que Dios
realiza el ideal regio de la justicia, un ideal por el que constantemente se había suspirado, y
que jamás se había realizado plenamente en la tierra. Para conocer en qué consiste el reinado
de Dios proclamado por Jesús es necesario tener en cuenta el sentido que tenía dicha
expresión en las tradiciones judías anteriores a Jesús. La idea de Dios como rey es antigua
en el pueblo judío, incluso anterior a la aparición de la realeza en el s. XI antes de Cristo. En
tiempos de Jesús, el reinado de Dios incluía, por un lado, la libertad política frente a la
opresión romana; por otro la justicia social, la paz y el bienestar; finalmente la fidelidad a
Dios, único Señor que debe gobernar a su pueblo.

➢ En relación con la llegada del reinado de Dios, Jesús constituyó los siguientes grupos: 1) a
doce discípulos, a quienes nombró apóstoles Lc 6:13, para una doble tarea: formar
fraternidad con El y misionar en su nombre (predicación y expulsión de demonios). Los
apóstoles constituyen el primer grupo entresacado del Israel institucional o del Israel
mesiánico bajo el símbolo del número Doce como nuevo Israel. Según Pablo los apóstoles
son los testigos de la resurrección, llamados por Dios en Jesucristo para una misión total que
incluye a los gentiles. 2) setenta discípulos; en algunas versiones son setenta y dos, estos
números indican plenitud y perfección. Este grupo está formado por no Israelitas,
marginados, y algunas mujeres. En las comunidades helenistas recibirán posteriormente
nombre propio siete de ellos para indicar que se constituyen como grupo.

➢ La llamada de Jesús a sus discípulos implica: 1. una llamada de Jesús. Al escoger a sus
discípulos, Jesús les da una gran libertad de las reglas tradicionales, les corrige en sus
ambiciones respecto del mesianismo heredado y les revela su relación con Dios como Padre
y con el Reino universal de la justicia con el privilegio de los pobres y marginados. 2. la
condición de ingreso se basa en el seguimiento (Mc 1:16-20; Mt 4:18-22; Lc 5:1-11). El
ingreso en el grupo de los discípulos de Jesús no es fácil, dadas las exigencias radicales que
entraña: dejar familia y profesión y renunciar a posesiones o patrimonio. Lo que Jesús
recomienda es la disponibilidad absoluta para proclamar el Reino, que lleva consigo el
sufrimiento y la cruz. 3. los discípulos que siguen a Jesús forman grupo o comunidad. Se
trata de constituir de nuevo el pueblo de Dios, en cuyo interior está el Espíritu. Finalmente,
los discípulos de Jesús actúan como el Maestro en un mundo lleno de injusticias, que
pretenden liberar.

➢ Según la cristología la enseñanza y la obra de Jesús de Nazaret se centra en dos realidades


fundamentales expresadas con los términos reinado de Dios, causa de todo su proyecto, y
Abbá o Padre (Mc 14:36), apelativo cariñoso aplicado a Dios. El Reino -afirma J. J. González
Faus- da razón del ser de Dios como Abbá y la paternidad de Dios da fundamento y razón
de ser al Reino. El mensaje central del Nuevo Testamento es, a la vez -afirma J. Vives-, la
revelación del corazón paternal de Dios y la revelación de la exigencia de que vivamos como

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hermanos: sólo cuando se asumen a la vez estos dos aspectos, la revelación se hace
humanizadora y liberadora; de otro modo, podría ser más bien alienante.

➢ La praxis de Jesús a través de sus acciones, aquí se pone énfasis en tres: 1) los milagros, son
signos mediadores de fe y obra extraordinaria que señala la vinculación de Jesús con el Padre
en la obra de la nueva creación; son acciones benéficas, gestos de liberación, donaciones
gratuitas y muestras de legitimación. El término griego thauma (correspondiente a milagro)
no aparece en los evangelios. Para designar aquellos hechos admirables de Jesús se emplean
las palabras signos, acciones poderosas o simplemente obras. 2) el perdón, Jesús predica la
buena nueva a un mundo en pecado, no por la negación de Dios (los fariseos y saduceos
Creían en Dios), sino por el rechazo del reino de Dios. El reino de Dios llega cuando el
pecador descubre la misericordia y el perdón de Dios. y 3) la comunidad de mesa Entre los
judíos la comida compartida era sinónimo de comunidad entre los hermanos y con Dios,
pero también indicaba separación o exclusión de pecadores debido a las reglas de la no
contaminación. Para Jesús, la comida es lugar esencial de unión. Por eso compara el reinado
de Dios a una mesa compartida o a un banquete de bodas. Jesús comparte la mesa con los
discípulos (fraternidad), con los pobres (justicia) y con los pecadores (misericordia).

➢ Con relación a la praxis de Jesús, afirma H. Echegaray que: Jesús lega a sus discípulos los
principios básicos de una práctica alternativa, crítica con respecto al sistema, que es la
práctica del Reino y base de una vida común en ecclesia. Esta hipótesis se descubre, sobre
todo, en el evangelio de Marcos por ser el primer relato cristiano de la práctica mesiánica de
Jesús, estructurado como teología narrativa.

➢ H. Echegaray y C. Bravo descubren en la práctica de Jesús tres niveles: económico, político


y social, que se corresponden, según F. Belo, con tres gestos: de las manos, de los pies y de
los ojos. A su vez M. Clévenot, en continuidad con F. Belo, llama caridad a la práctica
económica de las manos, esperanza a la práctica política de los pies y fe a la práctica
ideológica de los ojos y de los oídos. Puede aceptarse esta división porque responde a una
posible y legítima exégesis evangélica a partir de la práctica como categoría de la acción
pastoral. A continuación se veremos estas tres categorías:
a) nivel económico o práctica de las manos. Este nivel tiene relación con las manos, mediante
las cuales Jesús curó a enfermos y repartió el pan a hambrientos, es decir, ayudó al pueblo
en sus necesidades materiales básicas. Impresionada la gente por los hechos de Jesús, se
preguntaba: ¿Qué portentos son esos que le salen de las manos? (Mc 6,2). Para H. Echegaray,
este primer nivel de práctica mesiánica es ciertamente el nivel de la vida concreta, el nivel
económico, nivel de producción y de circulación de bienes.
b) nivel político, esperanza o práctica de los pies. Este nivel hace referencia a los pies, es
decir, al camino de esperanza que recorren los seguidores de Jesús, que son sus discípulos.
Los evangelios narran la actividad de Jesús a lo largo de un itinerario, en forma de subida,
desde Galilea a Jerusalén. H. Echegaray dice: este nivel se expresa a través de una manera de
realizar la autoridad como diaconía de masas, como servicio implicando una igualdad
fundamental entre todos los hombres y como poder verdadero, es decir, basado en la justicia
y equidad.
c) Fe o práctica de los ojos y oídos, nivel ético-social. Según H. Echegaray, corresponde al
comportamiento ético-social. Intenta transformar las interpretaciones o visiones
ideologizadas del Dios del reino y del reino de Dios. Ver con ojos de fe equivale a conversión

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o cambio de valores. Jesús propone a sus discípulos la dignidad de la persona humana, la
justicia en la distribución de los recursos, la solidaridad con los pobres y oprimidos, el respeto
a la libertad del otro, la disposición a servir, la capacidad para soportar los conflictos y un
amor universal que supere todas las diferencias existentes entre los hombres.

Planteamiento central:

Es hacer un abordaje sobre la praxis de Jesús utilizando como base el contenido de los evangelios
como testimonio y haciendo referencia a ciertas partes de la literatura judía. Esta praxis tiene que
ver con el acercamiento del reinado de Dios que se hace real y manifiesto a través de la vida de
Jesús, en ella vemos reflejado el modelo de vida a seguir de todo aquel que en la actualidad se
considere discípulo de Jesús.

Propósito del autor:

El autor comienza hablando sobre los evangelios, de cómo estos son testimonios y/o
confesiones de fe de Jesús, nacidas de la experiencia pascual de las primeras comunidades. Luego
aborda el tema de las cristologías para darnos cuenta de los diversos rostros de Jesús que existen
dependiendo de si la cristología es de tipo ascendente o descendente. En seguida introduce el
tema del reinado de Dios a través de Jesús que por una parte es aquí y ahora y por otra hacia el
futuro y aterriza haciendo énfasis en la praxis de Jesús que se nos vuelve en paradigma a seguir.

Tema o asunto del texto:

El autor hace un abordaje de lo que fue y debe ser la praxis de Jesús, para ello se auxilia del
testimonio de los evangelios y de algunos comentarios de la literatura judía que le sirven para
hacer contrastes.

Preguntas que suscita el texto:

¿Qué es cristología?
¿Cuántas cristologías existen?
¿Es la cristología, contextual a nuestra realidad eclesial?
¿En la actualidad, nos podemos plantear una nueva cristología?
¿Qué es praxis pastoral?
¿Cuál es el verdadero sacerdocio?
¿Qué es el reino de Dios?
¿Dónde está el reino de Dios?
¿En la actualidad, cómo hacer presente el reinado de Dios?

Aportes que hace el texto:

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➢ Si la confianza del cristiano no se debe poner en las instituciones ni en los rituales, sino en
la cruz de Cristo como revelación del amor de Dios y reconciliación de la humanidad
debemos poner mucha atención a la manera de cómo vivió Jesús, según nos cuentan los
evangelios y esto nos debería hacer entender que la liturgia cristiana no se reduce a un ritual
cristiano en el templo, sino que abarca toda una vida entregada a los hermanos y no solo a
ellos, sino también, al prójimo, a aquel que me hace bien, pero también a aquel que me hace
mal.

➢ Las dos dimensiones del reinado de Dios. El reinado de Dios proclamado por Jesús, por una
parte, está presente, Jesús dijo: está a vuestro alcance (Lc 17:21) o en medio de vosotros, no
dentro o en vuestro interior a modo espiritual, sino en la realidad humana, corporal y material.
Para mostrar que está presente, Jesús desplego una gran actividad liberadora, promovió una
solidaridad fraterna y se sentó en la mesa común. No se puede hacer una interpretación
puramente espiritualista del reinado de Dios. Por otra parte dicho reinado tiene una
dimensión futura (esta es la idea que más ha permeado entre el pueblo evangélico). Aparecerá
plenamente cuando se termine el mundo pecador (Lc 17:26-30), cesen los sufrimientos (Mt
11:5) Y sea superada la muerte (Lc 20:36). Esto significa que el reinado de Dios es
escatológico: es de aquí y de allá.

Polémica:

Después de pasar por algunas de las líneas del texto y examinar la praxis de Jesús puedo decir
que en la actualidad hay comunidades que van por el buen camino en cuanto a replicar estas
enseñanzas, lo penoso es pensar en aquellas organizaciones completas que si bien su estandarte
es la proclamación del evangelio, su praxis esta completamente alejada del testimonio de los
evangelios, esto debido a la influencia que recibimos de la sociedad y de los medios que afectan
los valores y principios de muchas comunidades de fe.

Pienso que en la actualidad se predica mucho de reino de Dios, pero como una realidad futura
a la que hay que aspirar, le vendemos a las personas la idea de un determinismo mediocre en el
que solamente hay que aguantar y aguantar hasta el final y que esa realidad cambiara en el futuro,
en el reinado de Dios. Nos olvidamos del Jesús histórico y de la manera tan intensa de como
vivió su vida y de las personas con las que se rodeó y con quienes se identificó.

En un alto porcentaje, en la actualidad nos hemos alejado mucho de la praxis de Jesús, vemos a
las personas, los marginados, los oprimidos por el sistema, los enfermos, como mercancía, a los
cuales oprimimos también en nuestros reinitos. Mientras Jesús se rodeaba de pecadores de todo
tipo, enfermos y endemoniados para transformar su realidad, la iglesia de hoy está más
preocupada por estar a la vanguardia en cuanto a moda, tecnología, modernizar los templos y
sentirse exitosos, olvidándose de lo mas valioso, de replicar aquí y ahora los principios del reino
que Jesús nos lego como testimonio a través de los evangelios.

Intertextualidad:
Con respecto al contenido de esta lectura, el autor, en el desarrollo del capítulo leído hace
referencia a las siguientes obras (aquí solo mencionare algunas, pues la referencia a otras obras
es extensa):

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➢ P. Grelot, (1987) Los evangelios y la historia, Barcelona.
➢ Jeremías J. (1974) Teología del Nuevo Testamento, I. Lo predicación de Jesús,
Salamanca.
➢ E. Kiisemann, (1978) Ensayos exegéticas, Salamanca.
➢ G. Bomkamm, (1982) Jesús de Nazaret, Salamanca.
➢ L. Maldonado, (1979) Génesis del catolicismo popular, Madrid.
➢ S. Galilea - R. VidaJes, (1974) Cristología y pastoral popular, Bogotá.
➢ Ch. Duquoc, (1990) Jesús hombre libre, Salamanca.
➢ W. Kasper, (1989) Jesús, el Cristo, Salamanca.
➢ J. Moltmann, (1977) El Dios crucificado, Salamanca.
➢ J. Sobrino, (1977) Cristología desde América Latina, CRT, México
➢ J. L. Segundo, (1982) El hombre de hoy ante Jesús de Nazaret, 3 vol., Madrid.

Toma de posición:

En lo personal esta lectura es un paradigma hacia el cual todo discípulo de Jesús debe luchar por
acercarse cada día, con el pasar del tiempo, la mirada deja de estar en las personas y se enfoca
solo en el éxito personal o el edificio. Esta lectura nos hace recordar que, si el reinado de Dios
es aquí y ahora, entonces yo puedo ser un agente de cambio y luchar por transformar la realidad
de muchas personas que vienen a la comunidad de fe, que necesitan no solo de una oración, sino
también de comida, de apoyo, de acompañamiento para poder sortear los obstáculos que se les
presentan. Haciendo esto y muchas acciones mas que estén relacionadas con la praxis de Jesús
haremos que el reinado de Dios vuelva a acercarse a todos.

Datos del autor:

Casiano Floristán.
(Casiano Floristán Samanes; Arguedas, 1926 - Pamplona, 2006) Teólogo
español. Estudió ciencias químicas en la Universidad de Zaragoza,
filosofía en la de Salamanca y teología en la de Innsbruck (Austria), materia
en la que se doctoró en 1959 por la Universidad de Tubinga (Alemania).
Ordenado sacerdote en 1956, desde 1960 se dedicó a la enseñanza de la
teología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Es autor, entre otras
obras, de La vertiente pastoral de la sociología religiosa (1960), Teología de la acción pastoral
(1968), El catecumenado (1972) y La evangelización, tarea de cristiano (1978). Casiano Floristán
fue asimismo director de la obra colectiva Conceptos fundamentales de pastoral (1983).

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