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Entierros prehispánicos en el sur de Veracruz.

Breve revisión del formativo al posclásico

XOCHITL DEL ALBA LEÓN ESTRADA

Revisión de entierros prehispánicos de sitios arqueológicos del sur de Veracruz, que van del periodo Formativo al Posclá-
sico. La información en que se fundamenta incluye los trabajos de Valenzuela y Drucker entre 1930 y 1940 así como
registros más recientes. El objetivo es recopilar y analizar el universo actual de datos para lograr un acercamiento a las
costumbres funerarias en el sur de Veracruz, lo cual puede aportar información diacrónica y preliminar sobre posibles
patrones de enterramiento.

Introducción Entierros prehispánicos en el sur de Veracruz

Los sistemas de enterramientos prehispánicos en te- Para el sur de Veracruz, en la Costa del Golfo, se
rritorio mesoamericano pudieron haber respondido observan pocas investigaciones enfocadas a las prác-
a la necesidad cosmogónica de representar tradicio- ticas funerarias en sitios arqueológicos, ya que se
nes mágico-religiosas, lo cual puede ser percibido en desconoce el patrón de enterramiento prehispánico
la disposición del material óseo, al igual que la ofren- regional y por tanto se está sujeto a hallazgos de
da asociada cuyos elementos son indispensables para esta índole. Los pocos datos que existen sobre en-
el estudio sistemático del culto mortuorio. Los ente- terramientos en el sur de Veracruz representan una
rramientos individuales o en conjunto constituyen muestra relativamente pobre de lo que pudieron
una base de datos incalculable y de gran relevancia haber sido las prácticas funerarias en dicha región a
para discernir los procesos sociales y costumbres del lo largo de la ocupación prehispánica. Dadas estas
pasado, siempre que su análisis y estudio sea con- limitaciones, ofrezco en este texto algunas obser-
siderado en relación con el contexto arqueológico vaciones y acotaciones generales como un primer
y las fuentes de información cultural disponibles. acercamiento a las prácticas funerarias de la región
Así mismo, obedecen a razones más terrenales rela- de estudio.
cionadas con el rol social que en vida desempeñó Se presentan datos de 42 entierros humanos pre-
el difunto, vinculadas estrechamente con la edad, el hispánicos, tres del sitio arqueológico de San Lo-
sexo del individuo, las actividades desempeñadas y renzo, uno de Loma del Zapote, nueve de Tres Za-
la posición social que ocupó en el grupo. potes, cinco de Medias Aguas, dos de La Campana
Lo anterior explica, como dicen John O'Shea1 y y 22 de Matacapan (Mapa 1).
Lewis Binford,2 la diversidad y abundancia de los Respecto a la distribución de los entierros por
elementos de la ofrenda funeraria, el lugar de en- sitio, se puede observar que un poco más del 50%
terramiento que le corresponde al sujeto, así como de los entierros se encuentran en el sitio de Mata-
el tiempo y trabajo social invertido en el acondi- capan, y solo uno en Loma del Zapote (Gráfica
cionamiento del recinto mortuorio. Es decir, el es- 1). Esto no indica en ningún momento que Ma-
pacio funerario nos habla de las facetas o respon- tacapan haya sido el sitio con mayor número de
sabilidades socialmente asignadas al sujeto según habitantes y por lo tanto la mortandad represen-
su edad, sexo, posición social, y otros aspectos que tada sea mayor. Frecuentemente el tamaño de la
le fueron reconocidos por el grupo en función de muestra se relaciona con diferentes factores, inclu-
las habilidades propias del individuo. yendo el tipo de muestreo realizado en las excava-

Estudios Mesoamericanos Nueva época, 11, julio-diciembre 2011


44 ENTIERROS PREHISPÁNICOS EN EL SUR DE VERACRUZ

MAPA 1. Ubicación geográfica de los sitios estudiados y mencionados en este texto, dentro del área
mesoamericana. Tomado de Santley y Arnold (1996)

Número y porcentaje de entierros por sitio (#,%)

GRÁFICA 1
XOCHITL DEL ALBA LEÓN ESTRADA 45

ciones, la naturaleza de los contextos excavados, la entierros secundarios y Clarence Weiant6 encontró
temporalidad y antigüedad, las prácticas funerarias entierros secundarios para el Posclásico Temprano
correspondientes y las condiciones naturales del en Tres Zapotes, posteriormente para este último
suelo que ayudan a preservar los restos de mejor sitio, Christopher Pool reportó uno que pudiera
forma en un lugar que en otro. ser secundario y que presenta evidencia de crema-
ción para la etapa de transición del Formativo
Temprano al Medio.7
Tipo y clase En la tradición mesoamericana los entierros pri-
marios son los más comunes. Los entierros secun-
De la muestra de 42 enterramientos prehispánicos, darios requieren un mayor cuidado y atención, ya
se registraron entierros individuales (41), colecti- que se trata de restos óseos que fueron enterrados
vos (uno, con seis miembros), primarios, secunda- en un sitio original del cual fueron removidos más
rios y cremaciones que en total quedaron cuantifi- tarde para ser colocados o no en un recipiente y
cados en la Gráfica 2. reenterrados. Este tipo de tratamiento requiere
Los entierros primarios son los más abundantes tiempo y esfuerzo, un gasto energético que solo
y en menor número se presentan las cremaciones; puede hacerse ante situaciones que así lo ameri-
los que no tienen una clase identificada es por- ten.
que en los registros, informes y textos consultados Sissel Schroeder8 menciona que entre los gru-
no se especificaba este dato. El único entierro de pos seminómadas, cuando un personaje muere en
Loma del Zapote es primario y en San Lorenzo se la estación de tránsito fuera del campamento base,
observaron dos primarios y un secundario, todos se le entierra de manera temporal y una vez que
del Formativo o Preclásico.3 Para Medias Aguas en- cambien las condiciones climáticas y la estación,
contramos cuatro primarios y un secundario en el se desentierran sus restos y los transportan hasta
horizonte Clásico4 y en La Campana los dos entie- el campamento base donde les dan una sepultura
rros se reportaron como primarios para el periodo permanente. La práctica de estos reenterramientos
anterior mencionado;5 sin embargo, por las carac- o enterramientos secundarios está directamente re-
terísticas del entierro, cabe la posibilidad de que lacionada con el estatus del difunto. Si se trata de
uno de estos haya sido previamente enterrado para un jefe de familia es necesario trasladarlo a la resi-
luego ser desmembrado y depositado en la urna dencia temporal más importante, donde sus restos,
funeraria. En Matacapan solo se reportaron tres además de descansar, cuidarán la tierra cuando sus

Número y porcentaje total de entierros


por su clase (#,%)

GRÁFICA 2
46 ENTIERROS PREHISPÁNICOS EN EL SUR DE VERACRUZ

descendientes estén ausentes. Esta es una forma con fragmentos cerámicos que implicó un gasto
concreta de generar procesos de apropiación, ad- energético no visto en otros entierros. Esto pudie-
judicación y transferencia de bienes terrenales en- ra suponer el enterramiento de un personaje im-
tre grupos generacionales de familia; mediante los portante y no una muerte anónima.
lazos de parentesco se puede reclamar el espacio
físico perdido en épocas de transición ya que indi-
rectamente nunca estuvo solo.9 Sexo
Las cremaciones se pueden observar en entie-
rros secundarios quizás por un ahorro de espacio En muchos casos al excavar un entierro y hacer su
y esfuerzo al momento de ser reubicados los restos registro del hallazgo, hay detalles que no se toman
óseos. Las cremaciones en Mesoamérica se regis- en cuenta y por tanto no se especifican en las no-
tran desde épocas muy tempranas según las inves- tas de campo, los datos sobre sexo comúnmente
tigaciones dirigidas por William Duncan en el sur se obtienen al hacer observaciones en gabinete o
de Oaxaca, y están ligadas a un elevado estatus so- laboratorio y se está sujeto a las condiciones de
cial entre los grupos mixtecos y aztecas.10 preservación del material óseo.
En cuanto al tipo de entierro, se hizo una divi- Como se puede apreciar en la Gráfica 4, 24 de
sión en directos e indirectos teniendo el resultado los 42 entierros revisados no tienen sexo asignado,
que se muestra en la Gráfica 3. ya sea porque los restos óseos no permitieron ob-
La mayor parte de entierros son de tipo directo. servar características que definieran su sexo o por
Ocho entierros indirectos comprenden restos óseos tratarse de infantes. Sin embargo, parece ser que
depositados en vasijas de barro (que en su mayo- se presentan más hombres que mujeres. En sitios
ría son secundarios) y sobre pisos de laja y bases como Matacapan, solo se mencionó el sexo cuan-
de fragmentos cerámicos a modo de cama que do era femenino y por eliminación se piensa que
parecen ser hechas exclusivamente para depositar el resto eran masculinos, no obstante es necesario
sobre ellas el cadáver. Tal es el caso del entierro de- aclarar que aunque no es un dato preciso en térmi-
nominado B-65-1 de Matacapan, depositado con nos prácticos, estos se consideraron como sin iden-
esmero y cuidado sobre una superficie acomodada tificar (Gráfica 5).

Número y porcentaje total de entierros


por su sitio (#, %)

GRÁFICA 3
XOCHITL DEL ALBA LEÓN ESTRADA 47

Número y porcentaje total de entierros


según su sexo (#, %)

GRÁFICA 4

Sexo de los entierros


en cada sitio

GRÁFICA 5

A pesar de este inconveniente, es importante los entierros femeninos supera la de los masculi-
señalar la diferencia que existía entre los entierros nos. Para el caso de La Campana, donde los dos
masculinos y los femeninos. Los entierros espe- únicos entierros fueron femeninos, y para Ma-
cíficos de mujeres en Matacapan, La Campana, tacapan, donde no hay datos claros de entierros
Medias Aguas y Tres Zapotes se observaron con masculinos, no se puede hacer esta comparación,
un acompañamiento de ofrenda y abalorios de pero es obvio que ningún entierro masculino en
extraordinaria calidad y en considerable cantidad. los sitios restantes puede acercarse a la opulencia
En Medias Aguas y Tres Zapotes la ofrenda de con que fueron enterradas las féminas.
48 ENTIERROS PREHISPÁNICOS EN EL SUR DE VERACRUZ

Al día de hoy, México sigue siendo un pueblo reconoce como una diosa lunar y no restringe su
donde lo femenino y la imagen materna tienen ámbito a las prácticas sexuales pecadoras ya que
mucho peso; esto se deriva de una tradición cultu- distingue su carácter matriarcal y fecundo.15 Silvia
ral que quizás tenga sus raíces en la época prehispá- Garza Tarazona menciona que al ser considerada
nica, tal como Ángel María Garibay nos hace ver: como gran paridora resulta indudable que las Ci-
huateteto o Cihuapipiltin (representaciones de las
La mujer, en sus aspectos de madre, de guerrera, de mujeres muertas en parto), sean advocaciones de
verdugo. Autora de la vida y de la muerte, que acu- Tlazolteotl.16
mula en su seno la ternura y el dolor […]. México
Sahagún recalcó el papel de las mujeres muer-
ha sido un pueblo maternalista. Tiene sed de amor
tas en parto al ser compañeras del sol en su viaje
materno. [Este] Se traduce en las imágenes de barro
de mujeres grávidas que hallamos en los ínfimos sus-
al ocaso y equiparadas en valentía con los guerre-
tratos arqueológicos, pero se halla atestiguada tam- ros, quienes después renacían como aves con ricas
bién en estos cantos.11 plumas.17 No es mi propósito establecer un vínculo
entre Tlazolteotl y los entierros femeninos en el sur
La importancia de la mujer en el mundo meso- de Veracruz, ya que el culto de tal deidad se ve ma-
americano se manifestó en diversos aspectos, como nifiesto en el periodo Posclásico y los entierros fe-
las figurillas de piernas gruesas y senos amplios, meninos aquí mostrados son fechados en el Clásico
muy recurrentes en el arte mesoamericano, que son (lo cual sería el primer inconveniente para poder
ejemplos de la concepción femenina de fertilidad relacionarlos). Únicamente trato de hacer hincapié
y fecundidad asociada a la tierra y a la agricultu- en los elementos que se encuentran en entierros
ra. La relación tierra-mujer-fertilidad-muerte en la de mujeres y que quizás puedan ser indicativos de
cosmovisión mesoamericana se deja ver en El oficio un antecedente religioso desarrollado más tardía-
de las diosas de Félix Báez-Jorge, quien reconoce la mente.
importancia de la diosa Mictecacihuatl, compañe- En los datos revisados se observa la presencia de
ra de Mictlantecuhtli y señora del inframundo, y malacates en la ofrenda a mujeres, pero también
Tlazolteotl, la comedora de inmundicias o la gran se presentan artefactos relacionados con la guerra
paridora y diosa de las tejedoras.12 Eric Thomp- como puntas de proyectil de obsidiana en Medias
son dice que entre los mayas, siendo el tejido la- Aguas, La Campana y Tres Zapotes, así como fi-
bor femenina, el tejedor de la muerte del Códice gurillas zoomorfas que se identifican con un ave
Madrid es seguramente una diosa de la muerte.13 y que podrían ser elementos totémicos de alguna
Lo anterior pudiera ser pertinente a los entierros deidad relacionada con la guerrea y/o la fertilidad.
femeninos del sur de Veracruz, los cuales se en- Dilucidar si estos entierros son de mujeres muertas
cuentran con malacates, elemento propio de las en parto es aún tarea difícil. No obstante, es nece-
mujeres tejedoras en la época prehispánica y atri- sario reflexionar si, como los especialistas dicen,
buto de Tlazolteotl, que aunque comúnmente se Tlazolteotl es además de la gran paridora y diosa
asocia a las mujeres públicas, representa también a de la tierra, también una diosa agrícola, y por tan-
las tejedoras e hilanderas del destino de los hom- to responsable de la fecundidad y fertilidad.
bres. Esta diosa figura en el panteón mexica como En todo caso, sería responsable de la renova-
diosa de la tierra, de la carnalidad, de la fertilidad ción de la tierra, y al igual que las mujeres, la en-
y los pecados, por lo que es la comedora de basura cargada de proveer el ciclo vital. La posible rela-
ante la que se confiesan las faltas e infidelidades.14 ción podría significar lo siguiente: la tierra produ-
La etnohistoriadora Lluvia Sepúlveda menciona ce el sustento del hombre, genera vida y es tam-
que el culto a esta diosa viene de una deidad que bién el lugar donde van los muertos; las propie-
la antecedía en la región huasteca que además dades biológicas de los huesos en descomposición
presentaba elementos asociados con la guerra. La regeneran el suelo, y de la muerte nace la vida.
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En sur de Veracruz parece ser que ocurre el mis- Robert Santley en el Clásico, pero por las caracte-
mo fenómeno que Román Piña Chan ya había ob- rísticas de los elementos que los acompañan y por
servado en Tlatilco: la similitud en la forma de enterramiento y ajuar
funerario con entierros del Posclásico en Agalte-
…hay entierros de hombre y mujer asociados, pero pec podrían pertenecer a este último periodo. Las
con la ofrenda más rica para la mujer […] la asocia- pocas referencias a los entierros en la Isla Agal-
ción de un hombre y una mujer nos indica que al tepec son dadas por Juan Valenzuela, quien re-
morir uno el otro era enterrado como acompañante
porta restos óseos humanos en muy mal estado de
y por la ofrenda más rica y numerosa en la mujer, tal
conservación, acompañados de pequeños cajetes
vez el acompañante […] sea el hombre.18
y un bezote de cobre hueco con decoración ca-
lada y un entierro cuya posición pudo haber sido
Periodos culturales flexionada.20
Tres Zapotes es el único sitio que ostenta en-
Por razones prácticas, la interpretación de los en- tierros en los tres periodos amplios que se ma-
tierros se consideró según los periodos culturales nejan, quizás por la continuidad cultural a la que
tradicionales en Mesoamérica, retomando a Ro- fue sujeto. En La Campana las excavaciones y el
mano en su generalización de las formas de ente- patrón de asentamiento han revelado una ocu-
rramiento: Preclásico (1800 a.C. 200 d.C.), Clási- pación hasta el Posclásico,21 pero los únicos dos
co (200-800 d. C), Posclásico (800-1521 d.C.).19 entierros se estiman para el Clásico. En Medias
Más del 50% de los entierros están ubicados Aguas el mayor auge poblacional del sitio se es-
en el periodo Clásico (Gráfica 6), y estos provie- tima para el Clásico Tardío Terminal y los cinco
nen de los sitios de Medias Aguas, La Campana entierros coinciden precisamente con estas fechas.
y Matacapan. Casi un cuarto de la muestra lo San Lorenzo y Loma del Zapote tienen entierros
forman los entierros del Preclásico en San Loren- Preclásicos únicamente. La muestra actual de en-
zo Loma del Zapote y Tres Zapotes y en menor tierros es insuficiente para una consideración del
grado los entierros del Posclásico en Tres Zapotes. índice de mortandad en cada periodo, por lo que
Dos entierros de Matacapan fueron ubicados por la Gráfica 7 solamente proporciona la distribución

Número y porcentaje total de entierros


por periodo cultural (#, %)

GRÁFICA 6
50 ENTIERROS PREHISPÁNICOS EN EL SUR DE VERACRUZ

de los entierros en cada sitio según los periodos ya rramiento definido y las formas de enterrar a los
mencionados. difuntos son muy variadas.22 La muestra, limitada
En lo que respecta a las formas de enterramiento hasta ahora para el sur de Veracruz, no señala una
(Gráfica 8), se observan básicamente tres variantes: preferencia por alguna variante.
las formas flexionadas y extendidas en los entierros Para el Clásico se observa un incremento en los
primarios y los irregulares que generalmente co- entierros flexionados, misma variante que conti-
rresponden a entierros secundarios. En los entie- nuó en los pocos casos asignados al Posclásico. Las
rros del Preclásico se observan las tres variantes. teorías e hipótesis sobre los entierros flexionados
Romano menciona que durante este periodo en se relacionan con las sociedades agrícolas como un
el área mesoamericana no hay un patrón de ente- modo de ahorrar espacio y representar las etapas

Entierros por periodos culturales


en cada sitio

GRÁFICA 7

Formas de enterramiento
por periodos culturales

GRÁFICA 8
XOCHITL DEL ALBA LEÓN ESTRADA 51

lunares en su crecimiento,23 lo que se vincula con tificar la importancia del individuo en relación con
el ciclo agrícola y las nociones cosmogónicas de el espacio social compartido con los vivos. Para la
fertilidad y fecundidad. Una de las variantes más época prehispánica, Sahagún habla de cómo se en-
notables de entierros flexionados es la sedente y terraba a los difuntos en cámaras en sus casas, y
en la muestra se pudieron observar siete de ellos; hay múltiples noticias en la literatura arqueológi-
esta postura puede tener un significado meramente ca de entierros cerca de espacios sagrados o bajo
práctico al resultar un ahorro de espacio, ya que se estructuras habitacionales. Igualmente, se registran
depositan verticalmente. Sin embargo, en la litera- áreas cuyo fin específico era ser una zona de ente-
tura arqueológica se encuentran ejemplos de entie- rramiento o panteón, y hay espacios escogidos para
rros en dicha postura para el Formativo en San José tal motivo que pueden ser representaciones mismas
Mogote, Oaxaca, además de figurillas antropomor- del centro de la tierra como cuevas y oquedades.
fas en la misma posición; Joyce Marcus interpretó Para el sur de Veracruz las noticias se limitan a tres
los entierros y figuras sedentes como representacio- tipos de espacios: zonas de elite que se observan
nes de autoridad.24 En la muestra aquí discutida como espacios sagrados, zonas de producción y en
solo dos de los entierros sedentes en Tres Zapotes asociación o bajo unidades domésticas.
coinciden con el periodo de San José Mogote, uno Los entierros en áreas de elite, ceremoniales o
encontrado en un contexto habitacional y otro con de producción, se tienen en Loma del Zapote y
elementos asociados a sacrificio o ritos de paso.25 El San Lorenzo para el Preclásico. En el primer sitio,
resto de los sedentes se encontraron en épocas pos- el cadáver se encontró de semejante forma que el
teriores en Medias Aguas y Matacapan, y en ambos Monumento 5 (Figura 1), formando parte de la
sitios estaban contextualizados en áreas domésticas ofrenda a dicha escultura.
y de uso común, por lo que dicha postura podría El entierro colectivo de San Lorenzo parece pre-
estar más relacionada con el aprovechamiento del sentar indicios de sacrifico humano en cinco de los
espacio. La Dama de Tlacojalpan en La Campa se seis individuos que lo constituían, cuyo tratamiento
registró también en posición sedente, y atendiendo difiere mucho del único personaje del conjunto que
a su ofrenda y lo cuidado de su ajuar funerario y presentó casi la totalidad de su esqueleto. Esto lleva
tratamiento mortuorio podría significar cierta je- inmediatamente a pensar en un alto personaje de
rarquía, pero quedaría fuera de lo propuesto por gran jerarquía, evidenciado en la dimensión media
Marcus ya que en San José Mogote los entierros y micro del enterramiento cuya ofrenda en sí mis-
sedentes parecen ser exclusivos de hombre. mo fue representada por los cuerpos desarticulados
de su acompañante. Aunque no hay otros objetos
ofrendarios, es claro que se respetó su integridad e
Espacios fúnebres identidad; quizás por haber sido un miembro im-
portante en su sociedad no se le trató como una
Los espacios fúnebres, donde se entierra al difunto, muerte anónima, ya que se tuvo cuidado de no
nos hablan de la “persona social” enterrada. Las di- perder su identidad al morir27 y dar un reconoci-
mensiones macro (relaciona el área de inhumación miento simbólico a su “persona social”, tal como
con espacios sociales o áreas de culto), media (va- lo propone Binford.28 Respecto al sacrificio ritual
riación espacial del área de enterramiento con re- entre los olmecas, Ann Cyphers señala la impor-
lación a estructuras y elementos arquitectónicos) y tancia política que quizás tuvo en las ceremonias
micro (lugar escogido para la inhumación, la posi- de entronización de un nuevo gobernante, en las
ción en que fue colocado el cuerpo, su orientación cuales debió de haber ritos que incluían el consu-
y asociación con otros entierros que pudieran estar mo de ciertas especies, carne humana, y sacrificios
en la misma área o lugar), propuestas por O’Shea,26 de niños.29 Aunque la distancia temporal entre este
son un parámetro de gran ayuda para poder iden- evento y los textos de Sahagún es bastante am-
52 ENTIERROS PREHISPÁNICOS EN EL SUR DE VERACRUZ

FIGURA 1. Monumento 5 de Loma del Zapote (Cyphers 2004)

plia, cabe recordar el siguiente señalamiento: “y herencia a sus descendientes. Las áreas domesticas
así también mataban veinte esclavos y otras veinte de producción, actividades económicas y habita-
esclavas, porque decían que como en este mundo ción son espacios que consolidan una unidad fa-
habían servido a su amo así mismo han de servir miliar y aseguran el patrimonio y sobrevivencia de
en el infierno”.30 sus miembros; una forma de poder perpetuar tales
Los ejemplos de entierros en zonas habitaciona- privilegios es dar legitimidad a la propiedad por
les, asociados a espacios domésticos o estructuras, medio de la residencia permanente de sus miem-
se observan en todo los sitios a excepción de Loma bros; en este caso los muertos son los mejores de-
del Zapote, no porque sea un sitio exclusivo de fensores del derecho a la propiedad.32 En visitas
entierros de elite sino porque solo hay un único recientes a comunidades indígenas de los límites
ejemplar. Siguiendo con lo reseñado por Sahagún, de Oaxaca y Veracruz, en los municipios veracru-
él menciona que no hay distinción entre los seño- zanos de Playa Vicente y Sochiapa se observa que
res nobles y el grueso de la población,31 sin em- frecuentemente los panteones están en medio de
bargo, en los datos obtenidos es posible constatar áreas dedicadas a la agricultura; de esta manera los
la palpable distinción en la cantidad y calidad de muertos se rodean de las parcelas ejidales e incluso
la ofrenda, el gasto energético al construir fosas o hay quienes entierran a sus difuntos en sus tierras
realizar camas o pisos y el cuidado al depositar el cultivadas.
cadáver. La dimensión media en este caso, no es
el único factor con el que se pueda diagnosticar el
estatus y jerarquía de los entierros. Comentarios finales
En el caso de los entierros de Tres Zapotes y Me-
dias Aguas, se pueden observar personajes enterra- Los entierros prehispánicos en el sur de Veracruz
dos en una zona común y un mismo espacio tem- ofrecen las siguientes observaciones:
poral. Existe la posibilidad de que en cada sitio,
los entierros depositados en una zona común pu- • Los enterramientos de individuos de un mis-
dieran tener un lazo de parentesco. Al ubicarse en mo grupo familiar en una zona común posi-
áreas habitacionales se puede reconocer su carácter blemente se dieron como mecanismo de le-
social, que al no formar parte de una posible eli- gitimación de la tierra y trascendencia de la
te, tienen que consolidar sus derechos y validar la misma por parte de los descendientes.
XOCHITL DEL ALBA LEÓN ESTRADA 53

• Los entierros más elaborados y con ofrenda oficio como ofrenda en los entierros; estos pueden
de mayor calidad y cantidad son los de mu- haber estado relacionados con el sexo del indivi-
jeres. duo así como también con su estatus. Los entie-
• Las prácticas funerarias y costumbres mor- rros en este periodo principalmente se encuentran
tuorias relatadas en crónicas coloniales se en espacios domésticos.
observan en sur de Veracruz en fechas tem- La muestra de entierros para el Posclásico es
pranas. mínima, ya que solo se representa con exactitud
• Hay posibles evidencias de sacrificio ritual. por dos entierros individuales en Tres Zapotes. La
• Los cultos a dioses incipientes que se desa- duda de los entierros 1 y 2 de Matacapan respecto
rrollaron en otras áreas pueden ser percibi- a su fechamiento queda latente; si se contemplan
dos en algunas formas de enterramiento en estos dentro del periodo Posclásico es curioso ha-
el sur de Veracruz. cer notar la presencia de anillos de cobre. Con los
• Existe una variedad de tipos, clases, formas datos de entierros del Posclásico en Agaltepec, el
de enterramiento y disposición del cadáver uso de este metal se hace más patente en abalo-
así como elementos de la ofrenda y abalo- rios, al igual que el uso de espacios restringidos
rios. de uso ceremonial. Ante la falta de más elementos
• No hay una forma de enterramiento exclusi- que puedan ayudar a dar un diagnóstico, ahora
va en cada uno de los sitios. solo se hará hincapié en las relaciones comerciales
• La forma y el cuidado del enterramiento, su o de otra índole que esto sugiere entre la costa del
ubicación y ofrenda parecen reflejar el esta- Golfo y otras áreas de Mesoamérica como el occi-
tus del individuo y el grado de organización dente, ya que desde el 700-800 d. C. la metalur-
jerárquica de su grupo social. gia se empezó a desarrollar en esta última región
donde poco después se iniciarían los trabajos de
Los entierros en la costa del Golfo pueden ser orfebrería en cobre principalmente.34
también de tipo ritual o dedicatorio como en El
Manatí, donde restos óseos de infantes asociados
a esculturas de madera y pelotas de hule parecen Notas
ofrendar a una deidad acuática o al Señor de las 1
John O’Shea, Mortuary variability. An archaeological
Montañas, en una etapa muy temprana: 1200 investigation.
a. C.33 Si se consideran los entierros de El Manatí 2
Lewis Binford, “Mortuary practices: their study
con los de Loma del Zapote, San Lorenzo y Tres and their potential”.
Zapotes, podríamos decir de manera preliminar 3
Enrique Villamar, Estudio osteológico y tafonómico
que en el Preclásico, la ideología de estos pueblos de entierros olmecas del periodo preclásico de San Lorenzo,
estaba ligada a las creencias mágicas y religiosas Veracruz.
del renacer de un personaje importante para su 4
Roberto Lunagómez, Xochitl León y Nelly Núñez,
sociedad. La jerarquía y estatus estaban bastante “Hallazgos recientes en el sito de Medias Aguas, sur de
marcados, esto se manifestó no solo en su estilo Veracruz”, pp. 30-37.
5
Pedro Jiménez Lara, La dama de Tlacojalpan. Xo-
artístico, sino también en sus prácticas mortuo-
chiatsih, origen y expresión de la Cuenca.
rias como lo dejan ver los entierros colectivos de 6
Clarence Weiant, An introduction to the ceramics of
San Lorenzo y los infantes ofrecidos a una deidad Tres Zapotes Veracruz, Mexico.
acuática en El Manatí, así como los abalorios de 7
Wesley Stoner, María del Carmen Rodríguez y
jadeíta en Tres Zapotes y la posibilidad de entie- Zenaido Salazar. Olmec and Epi-Olmec Burials at Tres
rros de linaje. Zapotes.
Para el periodo Clásico podemos notar el uso 8
Sissel Schroeder, “Secondary disposal of the dead:
común de elementos ordinarios propios de algún cross-cultural codes”, pp. 77-93.
54 ENTIERROS PREHISPÁNICOS EN EL SUR DE VERACRUZ

9
Ian Kuijt, “Negotiating equality through ritual: 33
Ponciano Ortiz Ceballos, María del Carmen Ro-
a consideration of Late Natufiab and Prepottery Neo- dríguez Martínez y Alfredo Delgado, Las investigaciones
lithic a period mortuary practices”, pp. 313-336. Patri- arqueológicas en el cerro sagrado Manatí, p. 129.
cia McAnany A., Rebecca Storey y Angela K. Lockard, 34
Dorothy Hosler “La metalurgia prehispánica del
“Mortuary ritual and family politics at Formative and occidente de México: una cronología tecnológica”.
Early Classic K'Axob, Belize”, pp. 129-146.
10
William N. Duncan, Andrew K. Balkansky, Kim-
berly Crawford, Heather A. Lapham y Nathan J. Meiss- Bibliografía
ner, “Human cremation in México 3,000 years ago”, pp.
5315-5320. Báez-Jorge, Félix, El oficio de las diosas, Xalapa, Ver.,
11
Ángel María Garibay, Historia de la literatura ná- Universidad Veracruzana, 2000.
huatl, t. 1, p. 116. Binford, Lewis, “Mortuary practices: their study and
12
Félix Báez-Jorge, El oficio de las diosas. their potential”, en James A. Brown (editor), Ap-
13
Eric Thompson, Historia y religión de los Mayas. proaches to the social dimensions of mortuary practices,
14
Bodo Spranz, Los dioses en los códices mexicanos del USA, Memoirs of the Society for American Archaeol-
grupo Borgia, p. 206. ogy 25, 1971, pp. 6-29.
15
Lluvia Sepúlveda, Tlazolteotl. Un complejo simbólico. Cyphers, Ann, “La vida en los orígenes de la civiliza-
16
Silvia Garza Tarazona, La mujer mesoamericana, ción mesoamericana. Los olmecas de San Lorenzo”,
pp. 35-36. en Pablo Escalante Gonzalbo (coordinador), Histo-
17
Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de ria de la Vida Cotidiana en México. Tomo I, Meso-
las cosas de la Nueva España, apéndice del tercer libro, américa y los ámbitos indígenas de la Nueva España,
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18
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