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Texto 1
2. Por algunos instantes olvidó la penosa travesía de los arenales ante el mágico
panorama que se desenvolvía ante su vista. Las aguas, en las que se reflejaba la
celeste bóveda, eran de un azul profundo. La tranquilidad del aire y la quietud de
la bajamar daban al océano la apariencia de un vasto estanque diáfano e inmóvil.
Ni una ola ni una arruga sobre su terso cristal. Allá en el fondo, en la línea del
horizonte, el velamen de un barco interrumpía apenas la soledad augusta de las
calladas ondas.
3. Cipriana, tras un breve descanso, se puso de pie. Aún tenía que recorrer un largo
trecho para llegar al sitio donde se dirigía. A su derecha, un elevado promontorio
que se internaba en el mar mostraba sus escarpadas laderas desnudas de
vegetación, y a su izquierda, una dilatada playa de fina y blanca arena se extendía
hasta un oscuro cordón de cerros que se alzaba hacia el oriente. La joven,
pendiente de la diestra el cesto de mimbre y cobijando al niño que dormía bajo los
pliegues de su rebozo de lana, cuyos chillones matices escarlata y verde
resaltaban intensamente en el gris monótono de las dunas, bajó con lentitud por la
arenosa falda de un terreno firme, ligeramente humedecido, en el que los pies de
la mariscadora dejaban apenas una leve huella. Ni un ser humano se distinguía en
cuanto alcanzaba la mirada. Mientras algunas gaviotas revoloteaban en la blanca
cinta de espuma, producida por la tenue resaca, enormes alcatraces con las alas
abiertas e inmóviles resbalaban, unos tras otros, como cometas suspendidas por
un hilo invisible, sobre las dormidas aguas.
6. La playa reaparecía allí otra vez, pero muy corta y angosta. La arena de oro pálido
se extendía como un tapiz finísimo en derredor del sombrío semicírculo que
limitaba la ensenada.
7. La primera diligencia de la madre fue buscar un sitio al abrigo de los rayos del sol
donde colocar la criatura, lo que encontró bien pronto en la sombra que
proyectaba un enorme peñasco cuyos flancos, húmedos aún, conservaban la
huella indeleble del zarpazo de las olas.
8. Elegido el punto que le pareció más seco y distante de la orilla del agua,
desprendió de los hombros el amplio rebozo y arregló con él un blando lecho al
dormido pequeñuelo, acostándolo en aquel nido improvisado con amorosa
solicitud para no despertarle.
A) Recolectora.
B) Campesina.
C) Mariscadora.
D) Pescadora.
E) Labradora.
A) la soledad y la melancolía.
B) el dolor y la resignación.
C) la alegría y la desesperación.
D) la pérdida y el abatimiento.
E) el sacrificio y el esfuerzo.
B) compleja y variada, desde el verde los campos hasta y la fuerza del mar.
D) el mar.
C) como una mujer solitaria, que actúa motivada sólo por la inercia.
D) como una joven madre, ágil y capaz de apreciar y maravillarse con el entorno
Texto 2
A) Tristeza.
B) Rencor.
C) Soledad.
D) Angustia.
E) Desencanto.
A) Descansar.
B) Morir.
C) Ser recordado.
D) Dormir.
E) Ser escuchado.
10. ¿Cuál es la intención del emisor al expresar: “¡Llevo abierto también mi costado/y
no quieres mirar hacia mí!”?
A) Establecer su incomunicación.
B) Mostrar su realidad.
C) Evidenciar su deseo de ser escuchada.
D) Comunicarnos su inquietud.
11. ¿Cuál será la intención del emisor al empezar y terminar el poema de la misma
manera?
12. Según el texto ¿qué situación provocó el estado de ánimo del emisor?
A) La incomunicación.
B) La muerte de su amado.
C) Una traición.
D) La soledad.
E) El amor no correspondido.
B) Se realiza una relación entre lo que le sucedió al emisor con lo ocurrido a Cristo en
Getsemaní.
D) Existe una relación entre lo que sucede en al naturaleza con el estado de ánimo
del hablante.
E) Se contextualiza el dolor de esta mujer con el dolor de toda la humanidad.
Texto 3
4. Ahora bien, aunque esta será la historia de una serie de fracasos, veremos cómo a
cada fracaso le ha seguido un «efecto colateral»: los distintos proyectos no se han
mantenido, pero han dejado como una estela de consecuencias benéficas. Cada
proyecto podrá ser juzgado como un ejemplo de felix culpa: muchas de las teorías
que en la actualidad ponemos en práctica, o muchas de las prácticas sobre las
que teorizamos (desde las taxonomías de las ciencias naturales a la lingüística
comparada, de los lenguajes formalizados a los proyectos de inteligencia artificial y
las investigaciones de las ciencias cognitivas), han nacido como efectos
colaterales de una investigación sobre la lengua perfecta. Es justo, pues, que
reconozcamos a algunos pioneros el mérito de habernos dado algo, aunque no
sea lo que nos habían prometido.
5. Finalmente, al analizar los vicios de las lenguas perfectas, nacidas para eliminar
los vicios de las lenguas naturales, descubriremos no pocas virtudes de nuestras
lenguas naturales. Lo cual no deja de ser un modo de conciliarnos con la maldición
babélica.
14. ¿Qué quiere decir el autor del texto con el enunciado “La historia de las lenguas
perfectas: La historia de una utopía”?
15. Según el texto ¿cuál es el origen o motivación de buscar una lengua perfecta?
A) Establecer vínculos comerciales y políticos más estrechos y duraderos.
B) Erradicar los defectos en que suelen caer las lenguas de cada comunidad
lingüísticas.
C) Establecer una forma de conciliación con la maldición babélica.
D) Establecer una unión entre la división política y las religiosas.
E) Uniformar el lenguaje científico como por ejemplo la taxonomía de las ciencias
naturales.
17. Según el autor del texto ¿con qué contradicción vital se enfrenta el sueño de una
lengua perfecta en nuestros días?
19. ¿Qué considera interesante de conocer el autor del texto en relación con la
Historia de las lenguas perfectas?
23. La frase “la maldición babélica” utilizada por el autor del texto tiene como propósito
Texto 4
1. Punta Sobaco no aparece con ese nombre en las cartas de navegación, ni con
ningún otro, pues faltarían denominaciones para designar todos los accidentes
geográficos que caracterizan el despedazado archipiélago de las Guaitecas. Sólo
los cazadores de focas de Quellón la conocen así, y entre ellos "el capitán Ñato".
Tampoco este nombre es conocido en el puerto de Quellón, de pocos habitantes, y
el último del sur de la isla grande de Chiloé.
2. El capitán Ñato es llamado así sólo por sus amigos, los indios alacalufes de más
allá del Golfo de penas Penas. Es que Luis Andrade tenía una nariz tan aplastada
como la de una foca que se hubiera dado un cabezazo contra una roca. Las dos
fosas nasales eran lo único que asomaba a la superficie de su rostro; pero le
bastaban para olfatear las rutas que seguían sus congéneres del mar, y así fue
como dio con la famosa caverna donde paren las lobas en Punta Sobaco.
3. Los científicos dicen que las focas fueron en tiempos remotos mamíferos de tierra
adentro y que se hicieron a la mar por razones aún no bien sabidas. Tal vez fueron
acosadas por otras fieras, o las empujó la necesidad, cuando eran anfibios que
pescaban en la desembocadura de los grandes ríos. El hambre y la necesidad
llevan a animales y hombres por azarosos caminos. Posiblemente se dieron
cuenta de que había más peces en el mar que en los ríos y, poco a poco, fueron
entrando en él hasta convertirse en lo que son hoy.
4. Así, el capitán Ñato, en busca de sus pieles, se adentraba todos los años en la
época de la parición de las lobas de un pelo por todos los roqueríos y cavernas
que quedan mar afuera del destrozado archipiélago.
5. Aquella tarde el sol parecía el ojo de un dios primitivo, como el del buey Apis de los
egipcios, cuando en la chalupa ballenera, el capitán con sus cuatro remeros
empezaron a escapular los contornos hacia Punta Sobaco. Generalmente el sol
sale así por entre las nubes después que ha pasado la tempestad, como para
mirar lo que ha ocurrido entre el mar y la tierra. De la que acababa de pasar, sólo
quedaba una mar boba que venía rodando desde la lejanía, donde se perfilaba
igual que el lomaje de inmensos toros que estuvieran arando el ancho horizonte
del océano Pacífico.
6. El redoso de Punta Sobaco es sucio. Se presume que ese nombre le fue dado
porque en esa parte de la punta, los acantilados se doblan cual gigantesco brazo
que abofeteara el mar. El puño queda afuera, con altas coyunturas rocosas
agrietadas por el embate del océano que tiene olas de dos metros más altas que
las de todos los mares. Estas mareas bobas vienen de tres en tres, con intervalos,
para que el mar respire un rato antes de enfrentarse con el puñetazo de piedra de
la tierra. De tarde en tarde también emerge, insospechadamente, alguna extraña
ola solitaria que no se sabe de dónde viene y remonta triunfante por los altos
cantiles cual si se tratara de un maremoto, de los que suceden a veces en la
región, capaces de cambiar hasta su curiosa geografía.
7. Una de estas olas pescó la chalupa del capitán Ñato mientras enfilaba la grieta
profunda que da a la entrada, por mar afuera, de la caverna de la lobería. La
estrelló como si se tratara de una brizna contra el alto acantilado cortado a pique.
El capitán Ñato gobernaba la bayona y no tuvo tiempo de maniobrar para evitar el
estrellón. La embarcación de apenas siete metros de eslora fue tomada en vilo por
la cresta de la ola y lanzada contra las piedras con otro puñetazo. Los cuatro
remeros fueron lanzados al agua entre las cuadernas y las tablas rotas. El capitán
soltó la bayona y logró agarrarse a dos manos en el verduguete de la regala de la
popa; allí permaneció sentado por unos instantes como en un trono; pero luego su
asiento también fue destrozado, con tan mala suerte que, al empuñar el listón
redondeado del verduguete, éste le hizo astillas las cuatro primeras falanges de la
mano derecha, al darle contra la roca. El capitán Ñato soltó así su última tabla de
salvación y herido, cual un rey destronado que abandona el bastón de mando,
siguió nadando a lo perro detrás de sus compañeros.
8. La mayoría de los chilotes, no obstante ser de los mejores marinos, por lo general
no saben nadar, tal vez porque piensan nunca en naufragar.
B) el puerto de Quellón.
A) un naufragio.
B) una marea boba.
C) una tempestad.
D) un atardecer en el mar.
A) Capitán de un barco.
B) Navegante.
C) Lobero.
D) Escritor de aventuras.
A) el susto vivido por los hombres que naufragaron sólo puede ser explicado por los
científicos.
D) a pesar del accidente sufrido, el capitán Ñato y sus hombres logran llegar al lugar
deseado.
E) el naufragio de la chalupa obliga a los hombres del capitán Ñato a aferrarse a los
restos de la embarcación.
32. Según la información entregada por el texto, se podría decir que el emisor es
A) un viejo marinero.
E) Luis Andrade conoce el secreto de los acantilados gracias a su amistad con los
indios alacalufes.
A) El mar en calma.
3. De alguna forma, hasta hace muy poco —y ahora podemos ser conscientes de ello
— estábamos viviendo en una Edad del Hierro mejorada. Se ha repetido hasta la
saciedad la idea de Nicholas Negroponte en la que resaltaba el paso del átomo al
bit, de lo sólido a lo energético-informativo, pero sin embargo, no se ha
comprendido —o no se ha explicado suficientemente— su profunda significación.
36. Según el texto ¿qué elemento nuevo ha permitido cambiar nuestra sociedad?
A) Nuevos materiales básicos de trabajo.
B) La digitalización.
C) Los medios de información.
D) La cibernética.
E) La tecnología.
37. ¿Qué opinión tiene el autor del texto de Nicholas Negroponte?
A) Piensa que su idea ha sido repetida en forma desmesurada.
B) Declara que la idea de Negroponte de vivir en una Edad de Hierro mejorada no se
ha comprendido.
C) Establece que este autor todavía no es reconocido mundialmente.
D) Considera que la idea planteada por este autor aún no ha sido comprendida
cabalmente.
E) Al citarlo establece su adhesión y admiración por sus teorías.
38. El autor del texto considera una sociedad de la información como
A) una sociedad mejor informada y, por lo tanto, mejor comunicada.
B) un mundo donde todos poseen la capacidad de tener acceso a la información.
C) un mundo en que todos sus elementos pueden ser transformados en información.
D) un sistema en donde las personas están intercomunicadas siempre.
E) una sociedad más preocupada por la calidad de la información.
Texto 6
1. “Hacer una tesis significa aprender a poner orden en la propias ideas y a ordenar
los datos: es una especie de trabajo metódico; supone construir un «objeto» que,
en principio, sirva también a los demás. Y para ello no es tan importante el tema
de la tesis como la experiencia de trabajo que comporta. Una persona que ha sido
capaz de documentarse bien sobre la doble redacción de la novela de Manzoni,
también será capaz de recopilar con método los datos necesarios para la oficina
turística. El autor de estas líneas ha publicado ya una decena de libros sobre
diversos temas, pero si ha logrado hacer los nueve últimos, es porque ha sacado
fruto principalmente de la experiencia del primero, que era una reelaboración de la
tesis doctoral. Sin aquel primer trabajo no hubiera aprendido a hacer el resto. Y,
para bien o para mal, el resto todavía se resiente del modo en que fue hecho el
primero. Quizá con el tiempo uno se vuelve más malicioso, se aprenden más
cosas; pero el modo de trabajar sobre las cosas que se conocen dependerá
siempre del modo en que se han buscado al principio muchas cosas que no se
conocían.
2. En definitiva, hacer una tesis es como adiestrar la memoria. De viejo se tiene
buena memoria si se ha ejercitado desde muy joven. Y da lo mismo que se haya
ejercitado aprendiendo de memoria la alineación de todos los equipos de primera,
los poemas de Carducci o la lista de los emperadores romanos desde Augusto
hasta Rómulo Augústulo. Desde luego, puestos a ejercitar la memoria, mejor es
aprender cosas que interesen o sirvan; pero, de todos modos, también aprender
cosas inútiles supone una buena gimnasia. Y así, aunque sea preferible hacer una
tesis sobre un tema que agrade, el tema es secundario respecto del método de
trabajo y la experiencia que de él se extrae.
3. Además, si se trabaja bien no hay ningún tema que sea verdaderamente estúpido:
trabajando bien se sacan conclusiones útiles incluso de un tema aparentemente
remoto o periférico. Marx no hizo su tesis sobre economía política, sino sobre dos
filósofos griegos, Epicuro y Demócrito. Y no es casual. Quizá Marx fue capaz de
reflexionar sobre los problemas de la historia y la economía con la energía teórica
que tan bien conocemos, precisamente porque aprendió a pensar con los filósofos
griegos. Ante tanto estudiante que empieza con una tesis ambiciosísima sobre
Marx para terminar en el departamento de personal de las grandes empresas
capitalistas, es preciso reconsiderar los conceptos existentes sobre la utilidad, la
actualidad y el alcance de los temas de tesis.”
Texto 7
“Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.
Texto 8
Texto 9
“A lo largo del siglo XX se han enfrentado dos tipos de reflexiones éticas, que podríamos
llamar respectivamente ética de la perspectiva restringida y ética de la perspectiva
universal. La primera de esas perspectivas parte de la base de que efectivamente no
hay moral sino morales, las cuales dependen del grupo humano al que se pertenece; la
segunda perspectiva opina que hay un hecho moral único tras la diversidad de morales
efectivas (es decir, que existe no tanto una moralidad universal como unos universales
morales, semejantes a los universales lingüísticos que subyacen a todas las lenguas) y que
ese único hecho moral se funda en la común pertenencia a la humanidad. En una palabra,
la primera perspectiva estudia los diversos razonamientos morales según la
comprensión propiciada por su contexto y solamente desde ella, mientras la segunda
considera que existe una razón moral que puede ser percibida y justificada en cualquier
contexto dado, pero aún más: que debe percibirse y justificarse en cualquier contexto
moral. Por supuesto, tanto una como otra perspectiva no son inventos de nuestro siglo, sino
que prolongan reflexiones tradicionales de signo divergente que se debaten desde hace
mucho tiempo.”
A) Ambas son reflexiones éticas que retratan el comportamiento moral del hombre.
B) Ambos son pensamientos que se vienen debatiendo desde hace mucho tiempo.
C) Tanto una como otra buscan establecer una ética constante en el hombre.
D) Una y otra buscan conciliar sus puntos divergentes.
E) Ambas buscan centrar en la moral humana un punto de encuentro.
Texto 10
1. “En alguna parte dice Graham Greene que «ser humano es también un deber».
Se refería probablemente a esos atributos como la compasión por el prójimo, la
solidaridad o la benevolencia hacia los demás que suelen considerarse rasgos
propios de las personas «muy humanas», es decir aquellas que han saboreado
«la leche de la humana ternura», según la hermosa expresión shakespeariana. Es
un deber moral, entiende Greene, llegar a ser humano de tal modo. Y si es un
deber cabe inferir que no se trata de algo fatal o necesario (no diríamos que morir
es un «deber», puesto que a todos irremediablemente nos ocurre): habrá pues
quien ni siquiera intente ser humano o quien lo intente y no lo logre, junto a los
que triunfen en ese noble empeño. Es curioso este uso del adjetivo «humano»,
que convierte en objetivo lo que diríamos que es inevitable punto de partida.
Nacemos humanos pero eso no basta: tenemos también que llegar a Serlo. ¡Y se
da por supuesto que podemos fracasar en el intento o rechazar la ocasión misma
de intentarlo! Recordemos que Píndaro, el gran poeta griego, recomendó
enigmáticamente: «Llega a ser el que eres.»
3. A este proceso peculiar los antropólogos lo llaman neotenia. Esta palabreja quiere
indicar que los humanos nacemos aparentemente demasiado pronto, sin cuajar
del todo: somos como esos condumios precocinados que para hacerse
plenamente comestibles necesitan todavía diez minutos en el microondas o un
cuarto de hora al baño María tras salir del paquete... Todos los nacimientos
humanos son en cierto modo prematuros: nacemos demasiado pequeños hasta
para ser crías de mamífero respetables. Comparemos un niño y un chimpancé
recién nacidos. Al principio, el contraste es evidente entre las incipientes
habilidades del monito y el completo desamparo del bebé. La cría de chimpancé
pronto es capaz de agarrarse al pelo de la madre para ser transportado de un lado
a otro, mientras que el retoño humano prefiere llorar o sonreír para que le cojan en
brazos: depende absolutamente de la atención que se le preste. Según va
creciendo, el pequeño antropoide multiplica rápidamente su destreza y en
comparación el niño resulta lentísimo en la superación de su invalidez originaria.
El mono está programado para arreglárselas solito como buen mono cuanto antes
—es decir, para hacerse pronto adulto—, pero el bebé, en cambio, parece
diseñado para mantenerse infantil y minusválido el mayor tiempo posible: cuanto
más tiempo dependa vitalmente de su enlace orgánico con los otros, mejor.
Incluso su propio aspecto físico refuerza esta diferencia, al seguir lampiño y
rosado junto al monito cada vez más velludo: como dice el título famoso del libro
de Desmond Morris, es un «mono desnudo», es decir un mono inmaduro,
perpetuamente infantilizado, un antropoide impúber junto al chimpancé que pronto
diríase que necesita un buen afeitado...
4. Sin embargo, paulatina pero inexorablemente los recursos del niño se multiplican
en tanto que el mono empieza a repetirse. El chimpancé hace pronto bien lo que
tiene que hacer, pero no tarda demasiado en completar su repertorio. Por
supuesto, sigue esporádicamente aprendiendo algo (sobre todo si está en
cautividad y se lo enseña un humano) pero ya proporciona pocas sorpresas, sobre
todo al lado de la aparentemente inacabable disposición para aprender todo tipo
de mañas, desde las más sencillas a las más sofisticadas, que desarrolla el niño
mientras crece. Sucede de vez en cuando que algún entusiasta se admira ante la
habilidad de un chimpancé y lo proclama «más inteligente que los humanos»,
olvidando desde luego que si un humano mostrase la misma destreza pasaría
inadvertido y si no mostrase destrezas mayores sería tomado por imbécil
irrecuperable. En una palabra, el chimpancé —como otros mamíferos superiores
— madura antes que el niño humano, pero también envejece mucho antes con la
más irreversible de las ancianidades: no ser ya capaz de aprender nada nuevo.
En cambio, los individuos de nuestra especie permanecen hasta el final de sus
días inmaduros, tanteantes y falibles pero siempre en cierto sentido juveniles, es
decir, abiertos a nuevos saberes. Al médico que le recomendaba cuidarse si no
quería morir joven, Robert Louis Stevenson le repuso: « ¡Ay, doctor, todos los
hombres mueren jóvenes!» Es una profunda y poética verdad.”
58. La diferencia radical entre el hombre y los demás seres vivos radica en que
A) el hombre tiene conciencia de lo que es y los demás seres no pueden hacerlo.
B) el hombre en la infancia depende totalmente de la madre, en cambio, las crías de los
demás seres vivos son más independientes.
C) el proceso de crecimiento en el hombre es lento, al contrario de los demás seres que
desarrollan rápidamente su destreza.
D) los demás seres vivos nacen ya definidos; en cambio los hombres deben completar
posteriormente ese proceso.
63. La frase de Graham Green “ser humano es también un deber” significa que
A) el hombre tiene la obligación de convertirse en un humano cabal.
B) los hombres deben poseer los atributos de compasión, solidaridad y benevolencia.
C) los hombres tienen el deber moral de ser superiores a los demás seres.
D) tenemos la obligación de reflexionar sobre nuestra condición de humanos.
E) el hombre necesita de obligaciones que le permitan superarse a sí mismo.
64. Según el texto, la diferencia fundamental entre un hombre y un chimpancé radica en que
A) los monos pueden llegar a ser considerados “más inteligentes que los humanos”;
el hombre podría no llegar a desarrollar grandes destrezas.
B) el hombre prematuramente toma conciencia de su humanidad; el mono no evoluciona en ese
sentido.
C) las habilidades del hombre aumentan inevitablemente y las del chimpancé comienzan a
repetirse.
D) el hombre alcanza la madurez cuando ya no es capaz de aprender algo nuevo; el chimpancé
nace completamente maduro.
E) el chimpancé es incapaz de razonar; el hombre razona toda su vida.
Texto 11
“Reseda y heliotropo,
¿por qué mandas, señora? ¡Extraño afán!
De salud y de amor símbolo, ¿ignoras
que en la misma guirnalda
mal unidos están?
Vienen húmedos... lágrimas
o besos tuyos, ¿hay acaso aquí?
Que lleven la fragancia a huerta y flores
cosa es que nunca vi.
La misma duda inspírame
ésta, más cara aún al corazón,
melancolía, y los suspiros trémulos
de mi pecho, y el llanto
dulce que por ti vierte mi aflicción.”
Percey B. Shelley, Amorosa
68. El sentimiento dominante expresado por el emisor puede ser identificado con
A) el pesar.
B) la resignación.
C) la indecisión.
D) el asombro.
E) la alegría.