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2.

NOCIONES DE MORFOLOGIA FLUVIAL

2.1 INTRODUCCION

El objetivo de este capítulo es proporcionar un conocimiento de las características físicas de los


ríos que son de utilidad para el análisis de las intervenciones en ellos. La diversidad de los ríos
es virtualmente infinita porque no existen dos lugares iguales en clima, relieve, geología,
hidrología, etc. Sin embargo, algunas características morfológicas frecuentes e importantes
merecen la atención del ingeniero. Este capítulo tiene un carácter descriptivo que lo
emparenta con la geografía física (geomorfología).

2.2 CLASFICACION BASICA DE LOS RIOS

En primer lugar los ríos tienen un régimen hidrológico determinado por las características de la
cuenca y de las precipitaciones (lluvia y nieve): Estamos acostumbrados a relacionar el caudal
de un rio con las lluvias inmediatamente precedentes y así pensamos en la escorrentía directa
de la cuenca como la realidad hidrológica más importante. Conviene señalar que en otros
casos la fusión de las nieves explica el régimen del rio.

En grandes ríos de climas tropicales el régimen hidrológico tiene una fuerte y regular
estacionalidad, es decir hay un largo periodo de aguas altas que puede esperarse cada año. Las
aguas subterráneas explican la permanencia de un caudal base de un río durante un periodo
seco y a la inversa la infiltración a través de un cauce permeable explica que los ríos se sequen.

A este respecto se llaman ríos efímeros, por oposición a ríos perennes, aquellos que sólo llevan
agua en episodios de fuertes precipitaciones, mientras que se mantienen secos el resto del
tiempo. Son típicos de climas áridos y semiáridos. Las ramblas, barrancos y algunas rieras
mediterráneas son un ejemplo de este tipo especial de ríos.

Se llaman ríos aluviales aquellos que discurren por materiales sedimentarios modernos
generalmente aportados por el propio río. El lecho de estos ríos tiene un cierto espesor de
material granular prácticamente suelto. Asimismo, es muy común que los materiales aluviales
ocupen mucha más extensión horizontal que la del cauce actual, formando unas llanuras
ocasionalmente inundables llamadas llanuras de inundación. Estos ríos pueden evolucionar a
través de estas llanuras y causar cambios importantes de los cauces. Los problemas más
importantes que afronta la ingeniería fluvial se refieren a ríos de estas características, porque
frecuentemente en sus valles aluviales se asienta la mayor densidad de actividades humanas.
Por contra, los ríos de lecho rocoso o cohesivo suelen ser ríos encajados o incisos en los valles,
desde el punto de vista morfológico, y con menos interacción con los asentamientos de
población.

La pendiente de un río establece la diferencia más importante en cuanto al régimen hidráulico.


Se llaman ríos torrenciales los que tienen una pendiente mayor del 1,5% y torrentes los cursos
de agua de pendiente mayor que el 6% .La llamada hidráulica torrencial estudia el flujo de los
torrentes. Se usan mucho los términos río de montaña y río de llanura para aludir al contexto
geográfico y a la pendiente del río, aunque sin una definición precisa. Según la composición del
material aluvial se diferencia entre ríos de grava y ríos de arena.

El papel geológico de un río es, a muy grandes rasgos, la erosión en la cabecera de la cuenca
donde la pendiente es· mayor y el material del cauce más grueso, el transporte en el tramo
medio y la sedimentación en el tramo bajo donde la pendiente es menor y el material del
cauce más fino. Esto da un perfil longitudinal típicamente cóncavo y una distribución del
tamaño del material granular menguante en la dirección de aguas abajo.
2.3 HIDROLOGIA FLUVIAL

Podemos entender por hidrología fluvial el estudio de la secuencia en que se presentan los
caudales de un río y hablamos de régimen hidrológico (pluvial, nival, pluvio-nival, tropical,
monzónico, etc) para referirnos a explicaciones causales de las regularidades. Una idea
implícita en el estudio de los ríos es que las regularidades se pueden estudiar en la escala
temporal del año. Así, con los datos diarios de un año se caracteriza el régimen hidrológico de
un río, más o menos permanente, mientras años de aguas abundantes o escasas son
irregularidades en una secuencia interanual (secuencias formadas con un dato de aportación
total por año). Ordenando de mayor a menor los caudales medios diarios anuales se forma la
curva de caudal es clasificados o de frecuencia de caudales, cuya área es la aportación anual.
Esta curva contiene los primeros datos fundamentales para caracterizar un río.

Fig. Curva de caudales clasificados izquierda) características de un hidrograma derecha

Además del régimen anual, los ríos experimentan fenómenos de crecida o avenida de carácter
extraordinario. En las avenidas la atención se fija en primer lugar en el caudal máximo
instantáneo Q, mayor que el medio diario correspondiente. Estos valores son extraños a la
curva de caudales clasificados .porque no significan lo mismo: su inclusión en la curva
implicaría que esos caudales se producen necesariamente. Por el contrario, con los valores
máximos ·instantáneos de cada año se forma una secuencia que se estudia estadísticamente
para caracterizar la probabilidad de ocurrencia. Un caudal Q tiene periodo de retomo T si la
probabilidad de ser superado en un año es 1/T.

La forma del hidrograma de avenida es también importante en el estudio de un río. La


duración de caudales elevados cercanos al máximo o la pendiente de las curvas de ascenso o
descenso (esta última más suave generalmente) influyen en la acción del agua sobre el cauce.
Los fenómenos transitorios de erosión del cauce están relacionados con la forma del
hidrograma. Otros fenómenos de erosión importantes en ingeniería fluvial son acumulativos, o
sea están influidos por la duración. Asimismo el volumen de inundación y la duración de una
inundación son variables importantes en el daño ocasionado por las aguas desbordadas de un
río. Ambas variables se encuentran representadas en el hidrograma de la crecida. La forma de
la cuenca y de su red de drenaje determina la forma del hidrograma. Así también, los afluentes
suman su hidrograma al del río de modo que pueden coincidir sus fases de ascenso y descenso
("amplificación" del hidrograma) o bien no coincidir (hidrogramas "desfasados").

2.4 MORFOLOGIA FLUVIAL: FORMA EN PLANTA

En la naturaleza es muy raro encontrar cauces rectos y regulares. En cambio, se distinguen dos
morfologías fluviales típicas. La primera es el cauce trenzado (o con anastomosis, un término
originario de la anatomía. Es un cauce muy ancho, compuesto por una multiplicidad de cauces
menores entrelazados o trenzados, que dejan islas (sumergibles) entre sí al unirse y separarse.
Son cauces inestables en el sentido de que una crecida puede cambiarlos considerablemente.
De este modo se llaman "divagantes" porque un brazo principal puede encontrarse tan pronto
en un lugar como en otro. Su presencia se asocia a una gran capacidad de transporte sólido.
Dicho de otro modo, una corriente muy cargada de sedimentos es propensa a formar un cauce
trenzado. Esto ocurre, por ejemplo, en cauces de montaña con pendiente alta y sedimento
grueso. También es frecuente encontrar cauces trenzados en las llamadas áreas de
piedemonte, donde los ríos abandonan sus cursos de montaña perdiendo pendiente y
depositando su carga sólida.

Fig. Planta y sección transversal de un cauce trenzado.

La segunda morfología típica es la de un cauce sinuoso o con meandros (meandriforme,


meandrizante o meándrico). El cauce es único pero forma curvas. Se ha observado en
laboratorio que una corriente de agua y sedimento circulando sobre un cauce aluvial recto da
lugar a meandros a partir de la· más mínima imperfección de la alineación recta o por una
causa externa accidental. La ondulación en planta se acompaña de una asimetría en las
secciones transversales, ya que el calado es mayor junto a la orilla cóncava o exterior y menor
junto a la orilla convexa o interior. El lugar geométrico de los puntos de mayor profundidad se
llama thalweg (del alemán, "camino por el valle"). En la orilla interior se depositan materiales
que emergen en forma de playas, llamadas barras alternadas. Los meandros son una
morfología dinámica en el sentido de que presentan una evolución. Aunque la evolución es
compleja, podría decirse que es la combinación de dos movimientos: una progresión o
desplazamiento en dirección aguas abajo y una profundización a costa de las orillas, en
dirección perpendicular a la anterior.

Fig. Cauce meandriforme: morfología (planta y secciones transversales vistas en el sentido de


la corriente) y evolución ideal (derecha).
El ritmo de la evolución de los meandros depende de la resistencia de las orillas a la erosión.
En el caso de ríos que discurren por llanos aluviales poco resistentes, donde no existe
restricción a la "libertad" de esta evolución, los meandros se mueven grandes distancias. Los
meandros pueden ser regulares o bien irregulares, es decir "deformados", debido
especialmente a la heterogeneidad en la resistencia de las orillas. También pueden ser simples
si sólo presentan una frecuencia o longitud de onda dominante, o bien compuestos, con más
de una frecuencia dominante. El punto final de la evolución "libre" de un meandro es su
estrangulamiento, es decir el encuentro en el "cuello" para formar un atajo y el abandono de
los lóbulos que quedan como lagos.

Fig. Meandros regulares, irregulares, simples y compuestos

Fig. Estrangulamiento o corte natural de un meandro y formación de lagos.

2.5 GEOMETRIA HIDRAULICA DE UN RIO

Si se le permiten todos sus grados de libertad, un río es una corriente de agua que forma su
cauce ajustando libremente la anchura, el calado y la planta. El problema de deducir o
predecir esta geometría del río ha ocupado a muchos investigadores en geomorfología. Se
cuenta con observaciones relativamente sencillas de las características geométricas de los ríos
que sugieren relaciones empíricas entre ellas. Dando un paso más, la pregunta de porqué
adopta el río tales formas permanece todavía sin respuesta completa; este es el caso del
porqué de los meandros.

La primera relación empírica de interés es en qué condiciones un río forma un cauce trenzado
o un cauce único meandriforme. En la relación So·Q0.25 = A, donde i es la pendiente
en (m/Km), Q el caudal en (m³/seg) y A un valor definido, se puede establecer una frontera
entre una y otra morfologías. Si So·Q0.25 > 4, el río es trenzado y si So·Q0.25< 0.7, el río es
meandriforme y si el valor está dentro de estos dos límites, el río es intermedio.
Figura. Relaciones entre la pendiente longitudinal y el caudal con relación a la forma de un río.

Es interesante que las dos variables del primer miembro formen un brazo de la balanza de
Lane. De todos modos, esta frontera no se distingue nítidamente, sino que se traza dentro de
una considerable dispersión.

De hecho, muchos ríos son trenzados y sinuosos al mismo tiempo y así, la clasificación es aún
más difusa. Es frecuente que un río sea trenzado en su tramo alto y luego pase a ser
meandriforme aguas abajo, donde la pendiente es menor aunque el caudal es mayor.

En los ríos con meandros se aceptan como significativas, pese a la lógica dispersión de los
datos de campo, algunas relaciones empíricas entre la longitud de onda de la forma 
(Figura), su amplitud a, el caudal Q y la anchura del cauce en la superficie libre B.

Fig. Parámetros de una planta sinuosa

La longitud es de siete a once veces la anchura del río B (entre  y B se propone una relación
potencial, pero el exponente de B resulta prácticamente la unidad) y la amplitud a es unas tres
veces la anchura B, aunque esta última relación tiene menos fundamento, debido a que
cambia durante la evolución de un meandro, mientras que por el contrario  puede
permanecer invariable.

Estas relaciones mostrarían que es posible una semejanza geométrica entre ríos grandes y
pequeños. Finalmente  es proporcional a: Q0.5/D0.3.Otro parámetro geométrico de un río
meandriforme es la sinuosidad s, cociente entre la longitud l y la longitud de onda . Por
otra parte, examinando las dimensiones de las secciones transversales de los ríos se ha
encontrado que el ancho B es proporcional a la raíz cuadrada del caudal: (B  Q0.5), es
decir, que un río cuatro veces más caudaloso que otro tendrá una anchura aproximadamente
doble. Obsérvese que esta relación es consistente con las del párrafo anterior (  Q0.5 y
anteriormente   Q). Estas relaciones cualitativas se pueden concretar en expresiones de
cálculo a través de la teoría del régimen.

Un hecho claro en el movimiento del agua en lámina libre es que la velocidad media es mayor,
cuanto mayor es el tamaño de la sección, más concretamente cuanto mayor es su dimensión
vertical y (calado - Fórmula de Manning). Como el producto B·y ·v es el caudal Q y
como B  Q0.5, se deduce que y, (calado o profundidad) crecerá con el caudal más
suavemente que la anchura B. Por tanto, el cociente B/y, llamado relación de forma de la
sección crecerá, aunque suavemente, con el caudal. Es decir, un río más caudaloso es aún más
ancho, proporcionalmente a su profundidad, que un río menos caudaloso.

Figura. Comparación de la relación de forma o anchura relativa de un río grande y uno


pequeño.

Otra relación empírica indica que el cociente B/y es mayor cuanto menor es el contenido en
material fino en el cauce, es decir, con material más grueso se tienen cauces más anchos.

Figuras. Formas de sección transversal en material grueso (1), medio (2) y fino (3) a igualdad de
las restantes condiciones.

La relación entre la anchura y la profundidad se ve influenciada por la resistencia de las orillas


a la erosión. Un ensanchamiento del cauce a costa de las orillas, cuando éstas tienen bajas
resistencia, implica una reducción del caudal unitario, al tiempo que se pone en juego más
material sólido. Como consecuencia se produce una acreción del fondo que se reequilibrará
con una pendiente mayor.
Figura. Relación entre anchura y pendiente. Planta y perfil longitudinal.

2.6 CAUDAL DOMINATE

En las relaciones geométricas mostradas anteriormente no se ha especificado que caudal debe


emplearse, una pregunta pertinente dado que un rio transporta un caudal siempre variable. La
respuesta, que puede ser trivial o elusiva, sería la siguiente: debe emplearse el caudal que da
lugar a la geometría hidráulica que se estudia. Esto significa reconocer que la geometría es
consecuencia del caudal y, más concretamente, que si una geometría es permanente se debe a
que ciertos caudales, por su magnitud, por su frecuencia o por una combinación de ambas
cosas, se convierten en los caudales determinantes.

Esta noción tiene un referente claro en geomorfología fluvial. Muchos ríos tienen un cauce,
lecho, madre o álveo diferenciado, más o menos hondo y ancho, y limitado por unas orillas
que lo separan de las llanuras de inundación como se muestra en la figura. Lo llamamos
también cauce principal.

Fig. Ilustración del concepto de caudal dominante.

El río se desborda de su cauce en periodos de inundación que ocurren periódicamente, y este


caudal que llena a rebosar el cauce, es especialmente importante porque es el responsable
principal de la forma y dimensiones del mismo. Esto es así porque mientras el agua está
contenida en el cauce, circula con cierta velocidad, en tanto que cuando se desborda
levemente, el incremento de caudal inunda las llanuras adyacentes y deposita sedimento en
ellas, pero no cambia sustancialmente el flujo en el cauce central.

Así, por efecto de la sedimentación, crecen las llanuras y poco a poco hacen más infrecuente el
desbordamiento. Este proceso tiende a un equilibrio en sentido geomorfológico, con un
cauce principal que contiene las aguas la mayor parte del tiempo, excepto unos pocos sucesos
(avenidas) que exceden su capacidad.
El caudal que llena el cauce principal desarrolla la mayor o más importante acción modeladora
sobre el cauce (en términos de velocidad V o en términos de tensión tangencial t), puesto que
un caudal mayor es menos frecuente y sobretodo apenas incrementa la acción (V o t).

Figura. Concepto de caudal dominante con relación al caudal y a la tensión tangencial t.

Por eso este caudal de cauce lleno se conoce también como caudal formativo o
dominante. Según unos autores es un caudal que se da dos veces al año como promedio o
bien, según otros, un caudal con un periodo de retorno de 1.4 años. Para algunas hidrologías
irregulares, se han encontrado mejores correspondencias con un periodo de retorno de 1.5 a 7
años, acercándose a la cifra más alta cuanto mayor es la irregularidad hidrológica. El caudal
formativo sería el determinante de la geometría hidráulica.

2.7 PAPEL MORFOLOGICO DE LA VEGETACION

Hasta aquí podría parecer que las formas y dimensiones de los cauces fluviales son
exclusivamente el resultado de la interacción del agua con los materiales solidos del cauce.
Pero más modernamente se ha reconocido la importancia de un tercer factor: la vegetación. El
modo en que el agua se presenta es material de la hidrología; el modo en que se mueve el
material solido es materia de la hidráulica fluvial; el lugar, el tiempo y modo en que se
presenta la vegetación pertenece a una nueva esfera: la de los seres vivos.

El papel morfológico de la vegetación se explica por su acción directa sobre el suelo. Las raíces
de las plantas fijan el material suelto, por ejemplo las arenas sueltas (como en dunas litorales).
Esta acción de fijación ocurre en lugares como las orillas del cauce principal, las barras en el
interior del cauce o las llanuras de inundación. Las secciones fluviales resultan de la interacción
del agua, los sólidos y la resistencia ofrecida por la vegetación, tanto en el sentido de
resistencia al flujo (rugosidad) como en el de resistencia frente al arrastre del material fluvial.
El papel morfológico de la vegetación es lógicamente más importante en ríos pequeños que en
grandes, porque la vegetación no guarda proporción con el tamaño del rio.

La vegetación se desarrolla en función de factores físicos, climáticos e hídricos. De estos


últimos, son tres destacables: la humedad en la zona de las raíces determinada por los niveles
ordinarios del rio, la acción mecánica de las aguas altas y avenidas, y la calidad (o inversamente
a la contaminación) del agua. Los cambios de estas condiciones hídricas llevan a alteraciones
del desarrollo “normal” de las poblaciones, por ejemplo el marchitamiento de la vegetación
por un bajo nivel freático, a su proliferación por un alto nivel freático, a la sustitución de
especies al perder la calidad del agua o a una pérdida de frecuencia del arrastre y arranque de
plantas en crecidas. Estos cambios en la vegetación repercuten en la forma y dimensión del
cauce.

La vegetación cumple otro papel al favorecer la sedimentación de las partículas transportadas


por el agua y así acelerar los procesos de acreción fluvial, por ejemplo en las llanuras de
inundación.

2.8 CARACTERISTICAS DE LOS TORRENTES Y LAS RAMBLAS

Un torrente se diferencia de un rio por su morfología, su hidrología y su régimen hidráulico.


Morfológicamente un torrente es el conjunto de tres partes: una cuenca de recepción con
distintos afluentes y donde domina la erosión, un cauce de desagüe (torrente ya formado)
donde lo dominante es el transporte de material sólido, y un cono de eyección o abanico
fluvial donde domina la sedimentación. En la cuenca de recepción los problemas son obre todo
ambientales (perdida de suelo, procesos de acarcavamiento, etc.), mientras en el cauce de
desagüe y en el cono de deyección son ingenieriles (erosión de lecho y las orillas, aterramiento
del cauce e inundación, etc.)

Fig. Morfología de un torrente y un rio torrencial (perspectiva)

Hidrológicamente un torrente se diferencia de un rio por la velocidad de crecimiento del


caudal (la pendiente del hidrograma), que es muy elevada. Hidráulicamente, la gran pendiente
del torrente implica una gran capacidad de transporte sólido. El suministro de los sólidos
gruesos transportados es irregular en el tiempo y localizado en el espacio (por ejemplo un
desprendimiento hacia el cauce o el cono de deyección de otro torrente). Un torrente y un rio
torrencial pueden experimentar avenidas torrenciales en las que el flujo se presenta como una
pared o frente de onda, mezcla de agua y sólidos, muy destructiva. Este fenómeno hidráulico
es muy diferente de la avenida de rio no torrencial.

Los tramos fluviales sobre conos de deyección o en piedemonte son particularmente


inestables. Estas formaciones son planicies aluviales a modo de abanico, formadas por el
depósito de los sedimentos a la salida de tramos de río encajados. Como se da una
"indiferencia" o "isotropía" con respecto a la posición del cauce, este puede experimentar
grandes cambios de posición.

2.9 MORFOLOGIA DE LAS LLANURAS DE INUNDACION

Las llanuras de inundación son las áreas próximas al cauce principal del río que resultan
ocasionalmente inundadas. El caso más característico son los ríos de poca pendiente con
morfología meandriforme (ríos aluviales de llanura). La llanura de inundación es un terreno
muy llano pero con distintas formaciones. En un corte transversal puede aparecer plano,
ligeramente cóncavo o ligeramente convexo. Este último caso se presenta cuando las orillas
del cauce principal son más altas que el terreno circundante, formando cordones (diques,
caballones, motas, lezones, jarillones o albardones) naturales. Los ríos con esta propiedad se
llaman colgados. Otra formación asociada es la depresión o cubeta, lugares más hondos de la
llanura. Como las llanuras han tenido una larga historia, pueden acumular restos de cauces
abandonados o extintos, meandros cortados, paleocauces (cauces de tiempos geológicos
anteriores, reconocibles estratigráficamente), dando así una multiplicidad de lugares altos y
depresiones. Algunos de estos cauces pueden ser "activos" (es decir, con un transporte de
agua cuando se ocupa la llanura), y son llamados a veces cauces de alta. A esto hay que añadir
que el río recibe afluentes que se unen con él en la llanura.

Fig. Cauce colgado con dos albardones o motas naturales.

2.10 . NO ES IMPORTANTE XD

2.11 EQUILIBRIO DE FONDO

Además de la planta y secciones de un rio, hemos de fijarnos en su perfil de fondo (o perfil


longitudinal). Para estudiar el perfil es preciso adoptar una escala lo bastantemente grande
(una distancia grande) para que tenga sentido hablar de pendiente de rio: solo asi las
variaciones de cota del fondo de escala pequeña (formas de fondo) o mediana dejan de ser
relevantes. Entonces, decimos que el fondo de un rio se encuentra en equilibrio en presencia
de transporte de sedimentos cuando no sufre modificación en su perfil.

Este equilibrio, así definido como un efecto, proviene lógicamente de un equilibrio entre las
acciones, podría pensarse en un conjunto de variables que estarían interviniendo en el
equilibrio, conjunto que sería ciertamente muy numeroso. Con un propósito solo cualitativo,
Lane (1995) propuso tener en cuenta 4 variables: el caudal liquido (q, caudal unitario), el
caudal solido (qs, caudal solido unitario que se mueve por el fondo), la pendiente (i) y el
tamaño del sedimento (D), y las dispuso en la analogía de la balanza. El desplazamiento del fiel
de la balanza por exceso de peso (los caudales) o por un brazo en exceso (la pendiente y el
tamaño) indica sobre el limbo una erosión (descenso del fondo) o una acreción (ascenso del
fondo), según sea en uno u otro sentido. La analogía de la balanza es una herramienta muy útil
para analizar el desequilibrio de un rio, en particular por una causa de la intervención humana.
Fig. Analogía de la balanza de Lane

También podemos considerar la pendiente del río como la variable que consigue restablecer
un equilibrio perdido. Esto tiene sentido físico, más allá de la analogía de la balanza, pues un
desequilibrio puede causar erosión y ésta desarrollarse en el sentido de disminuir la pendiente
si se mantiene un punto fijo en el fondo aguas abajo. A la inversa, un desequilibrio de acreción
puede desarrollarse en el sentido de aumentar la pendiente con la misma condición aguas
abajo. Vemos que esto da una explicación a los basculamientos o cambios de pendiente del
fondo de un río. La analogía de la balanza ofrece una explicación al reajuste que experimenta
un río para alcanzar un nuevo equilibrio. Un ejemplo destacado de erosión y basculamiento es
el efecto de la construcción de una presa.

Fig. Basculamiento del fondo con erosión (1) y con sedimentación (2).

Los caudales líquido y sólido en un río pueden estar equilibrados o no equilibrados. En el


segundo caso, una corriente puede llevar un exceso de sólidos ("sobrealimentación") o un
defecto {"subalimentación") lo que producirá acreción o erosión respectivamente. Asimismo,
de la analogía podemos extraer el concepto de pendiente de equilibrio, que se define como
aquella que equilibra unos caudales sólidos y líquidos determinados. Por ejemplo, muchos
sólidos y poca agua se equilibran formando una gran pendiente y viceversa. El equilibrio
depende también del tamaño del material: los mismos caudales líquido y sólido, pero con
partículas más gruesas, se equilibran con una pendiente mayor y viceversa.
2.12 LEYES DE FARGUE

El ingeniero francés O.Fargue (1827-1910) presentó en 1908 los resultados de sus


observaciones sobre el río Garona. Sus conclusiones empíricas son conocidas como leyes de
Fargue. Son una aproximación más detallada a la morfología de un meandro cuyo interés se
encontrará en sus aplicaciones a encauzamientos.

La observación principal de Fargue es, en síntesis, que existe una relación entre la curvatura en
planta del cauce y la pendiente local del fondo del río. Esta idea liga, por así decirlo, el grado
de libertad horizontal (planta) con el grado de libertad vertical (perfil). Las leyes de Fargue son
más ciertas en la medida en que no haya restricción o condicionamiento a la dinámica fluvial y
en la medida en que la acción modeladora del caudal sea duradera. El contexto de las leyes de
Fargue es por tanto el de los grandes ríos.

Fig. Planta y perfil de un tramo sinuoso y gráfica de las funciones de curvatura y calado.
Las leyes de Fargue desarrollan las características geométricas de los meandros. Designando
como eje de un cauce (coordenadas) el punto medio del segmento perpendicular a las
tangentes comunes a las orillas, Fargue observó la correspondencia, con un desfase corno
máximo igual λ /8 (donde λ es la longitud de onda), entre la curvatura del eje (en valor
absoluto) y el calado de agua por el thalweg (línea de puntos más hondos).

2.13 CORRIENTE DEL RIO

La dirección de la velocidad del agua en un rio no es paralela a los contornos (las orillas), como
se podría suponer en primera instancia, sino que presenta desviaciones. Leliavsky lo demostró
en el rio Dniéper en 1894 por medio de una veleta desde una barca, para refutar a la escuela
paralelista. Por otro lado, el módulo de la velocidad no es uniforme a través de una sección,
sino que en general el agua corre más por las partes más hondas. Estas características de la
corriente son muy importantes en los cambios fluviales y para obras de ingeniería.

El thalweg, como línea más honda, señala la corriente más veloz del rio. Pero la dirección
dominante de la corriente depende del caudal circulante. En la geometría fluvial de un cauce
principal sinuoso, el caudal menor (Ql) dará lugar a una corriente de mayor curvatura en la
curva asi como convergente hacia la curva y divergente a la salida de a curva. Estas
características se pueden deducir de las secciones transversales “ideales” recorridas por
distintos caudales menores que el caudal que llena el cauce (caudal dominante): La desviación
de la velocidad respecto al contorno ocurre en todas partes, pero es mayor en los puntos de
inflexión (por ej. De 30°) El flujo convergente hacia la curva implica una concentración de
caudal (aumento del caudal unitario por reducción de anchura) y por ello una erosión del
fondo, mientras el flujo divergente desde la curva implica una expansión del caudal
(disminución del caudal unitario por aumento de anchura) y por ello una acreción del fondo.
Estrechamientos (convergencia de la corriente) y ensanchamientos (divergencia) están ligados
así a las curvas de los ríos.

Fig. Convergencia y divergencia de la corriente fluvial respecto a las orillas del río.

Cuando el caudal aumenta hasta llenar el cauce, en las crecidas que podemos llamar anuales,
al tiempo que la superficie libre sube, la corriente erosiona el fondo en las hoyas, que
descienden, y se deposita en los vados, que ascienden. Ambos movimientos son menores que
la fluctuación de la superificie libre, pero de todo modos importante.
2.14 DESCRIPCIÓN DEL ECOSISTEMA FLUVIAL

En la descripción de los ríos no puede faltar la consideración de su valor ecológico. Los ríos, en
estado natural, son ecosistemas complejos y singulares, que merecen una protección y
conservación. Cabe destacar tres aspectos principales del medio fluvial:

En primer lugar el cauce de las aguas continuas o permanentes alberga una flora y una fauna
acuáticas. Su valor depende de su diversidad biológica y ésta es función de la diversidad física.
Así, hay diversos hábitats para distintas especies cuando, por ejemplo, en unos lugares hay sol
y en otros sombra, en unos el fondo es de gravas y en otro de barro, se suceden las pozas de
aguas calmas y los rápidos (tal como ocurre, por ejemplo, en la sucesión de meandros), hay
islas o barras o bolos emergidos e intersticios sumergidos, hay zonas de mayor y menor
velocidad, etc.

En segundo lugar hay que destacar el llano o llanura de inundación (cuando existe), cuyo valor
para sustentar un comunidad biológica singular como zona húmeda depende de la frecuencia
de la inundación y de su duración, del nivel freático y de la diversidad física de la llanura:
depresiones, meandros abandonados, crestas, suelos de distinto tipo. La inundación que
aporta agua, sedimento y nutrientes es importante para la vida del llano. Las aguas someras,
bien oxigenadas y donde puede penetrar la luz son muy "productivas" biológicamente. Cuando
ocupan la llanura, por ejemplo una vez al año, especialmente en primavera, son como el
impulso anual a la vida en la llanura. Es curioso señalar que hasta hace solamente un par de
generaciones la apreciación pública de estas zonas húmedas era inversa por culpa del
paludismo. Cabe recordar que el tercer mundo sigue azotado por esta enfermedad.

En tercer lugar el bosque de ribera, si no ha sido degradado por la agricultura o el pastoreo,


constituye un ecosistema de gran valor biológico. Aparte de la vegetación acuática, sumergida
o semisumergida, el bosque está constituido por un estrato arbóreo de especies caducifolias
como sauces, chopos, fresnos, álamos y olmos más o menos próximos al agua según su
necesidad hídrica, un estrato arbustivo en los claros o bordes del bosque (por ejemplo
zarzales) y un estrato herbáceo. E bosque de ribera controla la llegada de energía al sistema
acuático mediante la sombra y los detritus vegetales. Actúa a modo de filtro, pues retiene las
partículas en suspensión de las aguas de escorrentía y capta nutrientes de las aguas
subterráneas que afluyen al río. Con ello mantiene las aguas más limpias. También cumple una
función de estabilización de las orillas mediante las raíces. Es muy dinámico pues puede
resultar destruido por una avenida pero rehacerse rápidamente. El bosque puede albergar
gran riqueza ornitológica, también en combinación con humedales. En la España húmeda el
bosque de ribera no se distingue del bosque en general. Sí, en cambio, se distingue en la·
España seca, donde constituye una penetración de especies de una región climática húmeda,
lo que da su singularidad y belleza a los sotos alrededor de los ríos. En las ramblas efímeras
mediterráneas no hay bosque de ribera por su funcionamiento esporádico: la vegetación es el
mismo medio circundante, quizá un poco más espeso o crecida. Pero, incluso en estos medios,
especies como las adelfas dan un carácter singular al medio fluvial.

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