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propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad Mateo 6:34”.
Bien es cierto que nadie escapa a esto, nadie puede evadir esta realidad. También es cierto
que para muchos, algunos momentos específicos, los problemas que se puedan presentar de
manera intempestiva, se convierten en sogas al cuello, tempestades, angustias incontratables.
Independientemente de que tengamos la disposición y hasta la habilidad de saber manejar las
vicisitudes con gran destreza, siempre llega una, que nos descalabra, quizá no sea tan grave,
es posible que sepamos que es algo transitorio, pero ahí está presente, erguida como estatua
ecuestre (viviente), nuestra “prueba”, incordiando desde el alba hasta el ocaso del día,
machacando y machacando sin parar, amargándonos el hoy y haciendo todo por frustrándonos
el mañana.
A muchos nos ha pasado que cuando se suceden situaciones que ponen a prueba todas
nuestras capacidades, sencillamente colapsamos, casi de manera risible vamos dejándonos
llevar, entrampar por la desesperanza y hasta la amargura. Nos repetimos la odiosa pregunta
que muchas veces le reprochamos a otros…. “pero, ¿por qué a mi?.
Afortunadamente las defensas que podamos tener, que hemos aprendido a utilizar, a reconocer
como eficaces, están en un lugar seguro, estarán guardadas en el aparte de nuestro cerebro,
allí estará nuestro “Raciocinio”*, si, esa especie de fortaleza donde se abrigan las tropas de
combate, esas que viene a nuestra defensa siempre que las necesitemos. Solo hace falta
reconocer que necesitamos de ellas, solicitarlas y sin más, vendrán en nuestro auxilio, casi de
manera inmediata. Y es que el solo hecho de recordar que contamos con este frente, ya un aire
de fortaleza, de vencedores nos acaricia la cara, como fresca brisa, trayéndonos la tranquilidad
que hace rato hubiéramos podido extraviar. Sabiéndonos nuevamente capaces de controlar
todo lo que ese pueda controlar.
Una simple frase, citada por un gran amigo, me permitió recordad la dirección de mi propio
frente de batalla, esta vez acudiría a mi, simplemente con pensar, asumir, poner una vez más
en practica la idea de que todo dependerá única y exclusivamente de mi “Actitud”.
“ALERTA NOVEDAD…AQUÍ Y AHORA…!!!” El solo hecho de mantener esta frase como arma
de ataque y defensa contra mis “debilidades” todo en el buen sentido de la palabra, hará que
me encuentre en “situación”, es decir que nada podrá hacerme tambalear, nada me tomará
desprevenida, y a su vez esto hará que mantenga una actitud serena, sabiéndome preparada y
capaz de responder a cualquier situación que se presente.
Parafraseando el texto de Mateo, no nos inquietemos por lo larga que pudiera ser una prueba,
el hoy, el ahora es lo que debemos centrarnos en vivir y controlar, realmente es lo único que
podemos realmente cambiar. Para bien o para mal, pues el mañana aún no existe. Existe el
aquí y el ahora, lo que si puede de alguna manera repercutir en el futuro.