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CASTRACIÓN QUÍMICA

La castración química es un término utilizado para describir los medicamentos


destinados a reducir la libido y a reducir la actividad sexual, por lo general, para
impedir que los violadores, pederastas y otros delincuentes sexuales reincidan.
A diferencia de la castración quirúrgica (cuando se eliminan los testículos o los
ovarios), en la castración química no se ocasiona un cambio físico permanente
en el cuerpo ya que no es una forma de esterilización sino que se administran
diferentes medicamentos, por ejemplo Depo Provera.1 La Depo Provera es
un progestágeno aprobado por la FDA para el control de la natalidad, que sofoca
la conducta sexual de los delincuentes sexuales por medio de la reducción de
los niveles de testosterona en los hombres al disminuir los niveles
de andrógenos en el torrente sanguíneo. Esto, en teoría, reduce las fantasías
sexuales compulsivas de algunos tipos de delincuentes sexuales. Los efectos
secundarios de la droga han sido raros y se cree que son totalmente reversibles
con la interrupción del tratamiento.
Además, antidepresivos ISRS, tales como la Paroxetina, Fluoxetina y Sertralina,
también pueden ser utilizados, ya que son bien conocidos por causar disfunción
sexual en los usuarios.2
Este tipo de tratamientos han sido utilizados desde hace tiempo para reducir
libido de agresores sexuales, cuya incapacidad para controlar sus pulsiones, les
conduce a repetir conductas sexuales que perjudican a terceros. 3 La castración
química como método terapéutico ha sido y es muy polémica. Debido a la
demanda pública para reducir el número de delitos sexuales, ha sido propuesta
como una alternativa reversible, incruenta y con menos efectos colaterales que
la castración quirúrgica.4 Además, los estudios realizados no logran confirmar
que la castración quirúrgica resulte un eficaz en la lucha contra los agresores
sexuales,5 porque, aun en caso de extirpación de los órganos sexuales, muchas
agresiones sexuales conllevan mucho más que la utilización de los mismos, así
que dichas conductas no se verían afectadas,3 además de que la libido no sufre
una atenuación significativa y las recidivas son muy frecuentes. 4 Estos estudios
fueron posibles porque desde 1929 hasta 1959, miles de hombres fueron
castrados quirúrgicamente en varios países europeos como parte de sus
condenas por agresión sexual6 (aunque en muchos casos las condenas eran por
relaciones homosexuales consentidas, dado que estas también eran ilegales
entonces). Por otra parte, en recientes investigaciones sobre delincuentes
sexuales castrados quirúrgicamente, se comprobó que muchos continuaban con
sus prácticas y deseos sexuales, e incluso algunos violadores eran más activos
tras su castración
Todos estos estudios tuvieron como consecuencia que la castración, sea
quirúrgica o química, haya sido abandonada como método aceptable de
tratamiento en la mayoría de los países
Sin embargo, otros estudios sugieren que, si la castración química es
acompañada por el tratamiento psicológico, se reduce notablemente la tasa de
reincidencia. Algunos programas de castración química más terapia psicológica,
juntas, prueban ser eficaces en pederastas intrafamiliares y en exhibicionistas,
aunque no en violadores. Es por eso que los fármacos rara vez son considerados
efectivos por sí solos y son administrados como complemento del tratamiento
psicológico, tratamiento orientado a dotar a los agresores de las habilidades
necesarias para reconducir su conducta evitando las reincidencia. La medicación
suele servir para facilitar la implicación eficaz del paciente en el tratamiento
psicológico.
La castración química con medicamentos antiandógenos conlleva un riesgo para
la salud del paciente, por lo que el tratamiento sólo puede ser administrado bajo
estricta supervisión médica, y un estrecho seguimiento y asesoramiento dentro
de un plan de tratamiento integral. Estos medicamentos nunca deben ser
utilizados como único método de tratamiento y el agresor sexual debe participar
en simultáneo en un tratamiento cognitivo-conductual diseñado para abordar
otros aspectos de la conducta desviada, además de los intereses sexuales.

Castración química por países


Estados Unidos
Al menos seis estados en los Estados
Unidos (California, Florida, Georgia, Texas, Luisiana y Montana) han
experimentado con la legislación sobre castración química, de acuerdo con
Jeffrey Kirchmeier.8
California fue el primer estado que usó la castración química como
una pena para los delincuentes sexuales. En los casos en que la víctima es
menor de 13 años de edad, los jueces en California pueden exigir a los
delincuentes primarios a someterse a la castración química. Después de un
segundo delito, el tratamiento es obligatorio.910
En Iowa y Florida, los infractores pueden ser condenados a la castración química
en todos los casos que involucren graves delitos sexuales. Al igual que en
California, el tratamiento es obligatorio después de un segundo delito. El
gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, firmó el proyecto 144 del Senado del 25
de junio de 2008, que permite a los jueces de Luisiana condenar a los violadores
con la castración química.
Colombia
El 13 de septiembre de 2012 se radicó un proyecto de ley por parte del
senador Roy Barreras, que propone que en algunos casos se someta al violador
a la castración química para evitar que siga cometiendo este delito. 14 El 5 de
noviembre de 2016, los senadores José David Name y Maritza Martínez,
presentaron un proyecto de ley que tiene por objeto crear la pena de inhibición
hormonal del deseo sexual obligatoria o castración química para violadores de
niños, niñas y adolescentes que ha sido aprobado el 26 de Abril 2018.
Perú
El 17 de mayo del 2018, el congreso del Perú empezó a debatir sobre este tema
a espera de aprobar la castración quimica como medida complementaria para
los violadores y pederastas. Aún este decreto solo está aprobado en primera
instancia.15

¿Qué pasa cuando un pedófilo sale de la cárcel? Sabemos que los pedófilos no
se rehabilitan, por lo que hay que buscar un método para que dejen de ser un
peligro para los niños. En varios países se utiliza la llamada castración química,
un procedimiento que tiene como objetivo que la persona deje de sentir impulsos
sexuales —de cualquier tipo— y por tanto el deseo de actuar sobre ellos.

¿Cómo funciona la castración química?

La castración no es proceso
nuevo, existe hace miles de
años, aunque antes era
bastante más brutal, ya que
hacía cortando los
testículos e incluso parte del
pene. Esta práctica se usaba
como forma de castigo o, para
crear eunucos, hombres que
al no tener el nivel de
testosterona suficiente, no
iban a sentir deseo sexual por
lo que se convertían en
guardianes de los harenes.

Hoy —en Occidente— la castración física no se realiza a menos que exista una
necesidad médica, pero si existe la química, bastante menos brutal, pero igual
de efectiva si es que la persona no deja el tratamiento. La castración química es
un procedimiento ambulatorio y al hombre se le inyecta de forma intramuscular
una droga llamada DepoProvera, procedimiento que debe repetirse cada tres
meses.

Lo que hace la DepoProvera, es detener a nivel cerebral la liberación de


hormonas y neurotransmisores relacionadas a la excitación sexual y producción
de semen. Además, impide que la persona sea fértil. En algunos casos, para
aumentar la efectividad de la DepoProvera, se utilizan otras drogas.

Usos de la castración química

El uso más importante de la castración química está en detener a los violadores,


especialmente pedófilos, evitando que vuelvan a actuar. En algunos países un
juez puede ordenar que el acusado reciba castración química o utilizarla como
condición para ser liberado de la cárcel.

La castración química tiene además otros usos médicos, especialmente en el


tratamiento de algunos tipos de cáncer, como el de próstata, que se beneficia
con una deficiencia de testosterona que impide que las células malignas se sigan
multiplicando.

Anteriormente, en formas agresivas de tratamiento del cáncer de próstata, se


recurría a la extirpación de los testículos, por lo que el uso de la castración
química no solo es menos invasor, sino que les permite recuperar su vida sexual
una vez sanos.
El hecho de que la castración química sea temporal, dura tres meses tras los
cuales hay que volver a aplicar la inyección, le hace un método que requiere
tener un seguimiento constante del abusador sexual que deberá utilizarla de por
vida. La castración química tiene también efectos secundarios como el aumentar
significativamente el riesgo de padecer de osteoporosis y problemas cardíacos.
Asimismo, algunos hombres desarrollan pequeños senos.

Polémica o no, la castración química es quizá la única forma de detener a los


criminales de la peor calaña, permitiéndoles regresar a la sociedad sin ser un
peligro para el resto.

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