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La paz esté con vosotros. Tu palabra, Señor, permanece por los 130.

Después toma el pan


Respuesta siglos. consagrado, lo parte sobre la patena,
El pueblo responde: Después el diácono lleva el libro al y deja caer una parte del mismo en el
Y con tu espíritu. celebrante, y éste lo besa, diciendo en cáliz, diciendo en secreto:
O bien: secreto: El Cuerpo y la Sangre de nuestro
Bendito seas por siempre, Señor. Las palabras del Evangelio borren Señor Jesucristo, unidos en este cáliz,
O bien: nuestros pecados. sean para nosotros alimento de vida
Bendito es Dios, Padre de nuestro O bien el mismo diácono besa el libro, eterna.
Señor Jesucristo. diciendo en secreto las mismas 132. A continuación el sacerdote, con
palabras. las manos juntas, dice en secreto una
11. Mientras tanto, si se usa incienso, de las dos oraciones siguientes:
el sacerdote lo pone en el incensario. 19. El sacerdote se acerca al altar, Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
Después el diácono (o el toma la patena con el pan y, que por voluntad del Padre,
concelebrante que ha de proclamar el manteniéndola un poco elevada sobre cooperando el Espíritu Santo, diste
Evangelio, en la misa presidida por el el altar, dice en secreto: con tu muerte la vida al mundo,
Obispo), inclinado ante el sacerdote, Bendito seas, Señor, Dios del líbrame, por la recepción de tu Cuerpo
pide la bendición, diciendo en voz universo, por este pan, fruto de la y de tu Sangre, de todas mis culpas y
baja: tierra y del trabajo del hombre, que de todo mal. Concédeme cumplir
Padre, dame tu bendición. recibimos de tu generosidad y ahora te siempre tus mandamientos y jamás
El sacerdote en voz baja dice: presentamos; él será para nosotros permitas que me separe de ti.
El Señor esté en tu corazón y en tus pan de vida. O bien:
labios, para que anuncies dignamente Se incorpora deja la patena con el pan Señor Jesucristo, la comunión de tu
su Evangelio; en el nombre del Padre, sobre el corporal. Cuerpo y de tu Sangre, no sea para mí
y del Hijo +, y del Espíritu Santo. Si no se canta durante la presentación un motivo de juicio y condenación,
El diácono o el concelebrante de las ofrendas, el sacerdote puede sino que, por tu piedad, me aproveche
responde: decir en voz alta estas palabras; al para defensa de alma y cuerpo y como
Amén. final el pueblo puede aclamar: remedio saludable.
Si el mismo sacerdote debe proclamar Bendito seas por siempre, Señor. 134. El sacerdote dice en secreto:
el Evangelio, inclinado ante el altar, 20. El diácono, o el sacerdote, echa El Cuerpo de Cristo me guarde para la
dice en secreto: vino y un poco de agua en el cáliz, vida eterna.
Purifica mi corazón y mis labios, Dios diciendo en secreto: Y comulga reverentemente el Cuerpo
todopoderoso, El agua unido al vino sea signo de de Cristo.
para que anuncie dignamente tu nuestra participación en la vida divina Después toma el cáliz y dice en
Evangelio. de quien ha querido compartir nuestra secreto:
12. Después el diácono (o el condición humana. La Sangre de Cristo me guarde para la
sacerdote) va al ambón, acompañado 21. Después el sacerdote toma el cáliz vida eterna.
eventualmente por los ministros que y, manteniéndolo un poco elevado Y bebe reverentemente la Sangre de
llevan el incienso y los cirios; ya en el sobre el altar, dice en secreto: Cristo.
ambón dice: Bendito seas, Señor, Dios del
El Señor esté con vosotros. universo, por este vino, fruto de la vid 138. Acabada la comunión, el diácono,
Y el pueblo responde: y del trabajo del hombre, que el acólito, o el mismo sacerdote,
Y con tu espíritu. recibimos de tu generosidad y ahora te purifica la patena sobre el cáliz y
El diácono (o el sacerdote): presentamos; él será para nosotros también el mismo cáliz, a no ser que
Lectura del santo Evangelio según san bebida de salvación. se prefiera purificarlo en la credencia
N. Después deja el cáliz sobre el después de la misa.
Y mientras tanto hace la señal de la corporal. Si no se canta durante la Si el sacerdote hace la purificación,
cruz sobre el libro y sobre su frente, presentación de las ofrendas, el dice en secreto:
labios y pecho. sacerdote puede decir en voz alta Haz, Señor, que recibamos con un
El pueblo aclama: estas palabras; al final el pueblo corazón limpio el alimento que
Gloria a ti, Señor. puede aclamar: acabamos de tomar, y que el don que
El diácono (o el sacerdote), si se usa Bendito seas por siempre, Señor. nos haces en esta vida nos aproveche
incienso, inciensa el libro. 22. A continuación, el sacerdote, para la eterna.
Luego proclama el Evangelio. inclinado, dice en secreto:
13. Acabado el Evangelio el diácono (o Acepta Señor, nuestro corazón contrito
el sacerdote) dice: y nuestro espíritu humilde; que éste
Palabra del Señor. sea hoy nuestro sacrificio y que sea
Todos aclaman: agradable en tu presencia,
Gloria ti, Señor Jesús. Señor, Dios nuestro.
Si la aclamación es cantada pueden 23. Y, si se juzga oportuno, inciensa
usarse otras respuestas de alabanza a las ofrendas y el altar. A continuación
Jesucristo, por ejemplo: el diácono o un ministro inciensa al
Tu palabra, Señor, es la verdad, y tu sacerdote y al pueblo.
ley nuestra libertad. 24. Luego el sacerdote, de pie a un
O bien: lado del altar, se lava las manos,
Tu palabra, Señor, es lámpara que diciendo en secreto:
alumbra nuestros pasos. Lava del todo mi delito, Señor, limpia
O bien: mi pecado.

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