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EL

REINO
DE DIOS

HOY
EL PADRENUESTRO,
NUESTRA AGENDA.
PREÁMBULO.

LA AGENDA DE UN REY EN LA GUERRA.


▸ La historia se narra en 2ª Crónicas capítulo 20.

▸ Un ejército de estados vecinos, encabezados


por los enemigos históricos, Moab y Amón, se
dispusieron a atacar a Judá.

▸ Josafat no reunió al ejército, Llamó al pueblo a


orar y ayunar, en actitud humilde y adoradora.

▸ El levita Jahaziel profetizando en medio de la


asamblea aseguró la victoria de Dios por su
pueblo. Es decir, habría que luchar. ¿Cómo?
PREÁMBULO. LA AGENDA DE UN REY.

LA METODOLOGÍA DE LUCHA.
▸ Los versículos 21 al 23 nos muestran la estrategia: ¡Cantar!
Sin mover una espada lograron la victoria e, inclusive,
tomaron los despojos de los enemigos (vv. 24, 25).

▸ El resultado fue triple:

▸ Adoraron a Dios (vv. 26-28);

▸ Los demás pueblos temieron a Dios (v. 29);

▸ Dios les dio paz (v. 30).


PREÁMBULO. LA AGENDA DE UN REY.

LA ORACIÓN Y LA AGENDA.
▸ Los versículos 5 al 12 nos muestran una oración que eleva
Josafat.

▸ El rey de Judá, un guerrero como la mayoría de los


gobernantes antiguos, exclama al final de su plegaria
diciendo: “¡No sabemos qué hacer; por eso tenemos los
ojos puestos en ti” (v. 12, DHH).

▸ Nadie hubiese esperado que quien tenía la tarea de ser el


estratega del pueblo clamara diciendo “no sabemos qué
hacer”.
PREÁMBULO. LA AGENDA DE UN REY.

¿POR QUÉ CITAR ACÁ ESTE CASO?


▸ Bonhoeffer, predicando sobre este
texto, se cuestionó por las ocasiones en
que en vez de súplicas y plegarias
presentamos a Dios agendas,
programas terminados y órdenes.

▸ Si no aprendemos a orar como Josafat viviremos en


nuestro reino y no en el Reino de Dios.

▸ Orar nos impone una agenda de trabajo, nos direcciona


hacia objetivos que debemos cumplir y vivir.
ABRAMOS LAS ESCRITURAS.

LECTURA BÍBLICA. MATEO 6:9-13.


▸ “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás
en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu
reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra. El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como
también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal;
porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por
todos los siglos. Amén”.
INTRODUCCIÓN.

LA ORACIÓN QUE ENSEÑÓ JESÚS.


▸ Esto está en el marco del Sermón del Monte. Anuncio claro y
contundente del mensaje del Reino de Dios que se acercó en
Jesucristo.

▸ Jesús comienza esta sección respecto de la oración hablando de


nuestra actitud al orar:

▸ Huir de la actitud hipócrita (6:5).

▸ Búsqueda de intimidad espiritual (6:6).

▸ Búsqueda de la simpleza (6:7,8a).

▸ Tener la certeza de que Dios nos conoce (6:8b).


INTRODUCCIÓN.

UN MODELO DE ORACIÓN.
▸ A lo largo de la Biblia nos encontramos con una serie de
oraciones que nos reportan modelos para nuestras
conversaciones con Dios (ruegos, lamentos, celebración,
acciones de gracias, muestras de dolor o rabia,
expresiones de arrepentimiento, peticiones de perdón).

▸ Los Salmos, el libro de oración de la Biblia.

▸ Todas estas oraciones son modelos para las nuestras.


INTRODUCCIÓN. UN MODELO DE ORACIÓN.

▸ El Padrenuestro es el modelo por excelencia para nuestras


oraciones.

▸ Por largos años, en el marco del protestantismo se procuró


su memorización (¡y es algo que debemos seguir
proponiendo y realizando!).

▸ Fue parte importante del culto comunitario, al nivel de


llamársele “la oración dominical”.

▸ A su vez, es un modelo de oración sencilla y breve, sin


grandes expresiones de verborrea, pero que dice mucho y
reporta profundidad espiritual.
INTRODUCCIÓN.

LA ORACIÓN DEL SEÑOR EN NUESTROS DOCUMENTOS DE FE.

▸ “La oración del Señor no solamente


debe usarse para dirigirnos, como un
modelo conforme al cual debamos
hacer otras oraciones; sino que puede
también usarse como una oración si
se hace con entendimiento, fe,
reverencia y otras gracias necesarias
para el cumplimiento recto del deber
de la oración” (Catecismo Mayor de
Westminster, pregunta 187).
INTRODUCCIÓN.

EL PADRENUESTRO Y EL REINO DE DIOS.


▸ Esta es una oración que nos plantea la lógica del Reino de
Dios por ende es clave para nuestra agenda hoy.

▸ Es la oración de discípulos que reconocen la


soberanía de Dios.

▸ Es la oración de discípulos que anhelan vivir para la


gloria de Dios.

▸ Es la oración de discípulos que manifiestan una total


dependencia al Padre nuestro.
PRIMERA PARTE.

ADORACIÓN.
▸ “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre” (6:9).

▸ Se dirige a Dios como “Padre”, permitiéndole al discípulo


el mismo privilegio de Jesús. Relación filial con el creador
de todas las cosas (adopción).

▸ Calvino decía que orar diciendo “Padre” ya era hacerlo en


el nombre de Jesús: ¡nadie podría tener una relación
familiar con Dios sin Cristo!
PRIMERA PARTE. ADORACIÓN.

▸ Cuando le enseñamos a nuestros niños a decir “Padre


nuestro” les estamos diciendo que son hijos del pacto y
que forman parte de la familia de la fe. Por eso les
bautizamos en su infancia.

▸ Santificar es tratar como santo. No sólo es un llamado a la


adoración sino también es la seguridad de que Dios
manifiesta su santidad en su amor y justicia.

▸ Llama a la misión: que muchas más personas santifiquen a


Dios.
SEGUNDA PARTE.

REINO DE DIOS.
▸ “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en
la tierra” (6:10).

▸ El Reino ya se acercó cuando Cristo vino a la tierra.

▸ La oración para que el Reino venga y que la voluntad de Dios sea


hecha, deja claro que estas cosas aun no estaban completas o
totalmente hechas sobre la Tierra.

▸ ¡Cristo es Rey! Cuando pedimos que venga el Reino de Dios


estamos pidiendo que Él sea el único soberano de nuestra vida,
rogándole que haga su voluntad en nosotros, en su Pueblo y en
todo el mundo.
SEGUNDA PARTE. REINO DE DIOS.

▸ Oramos para que venga el Reino, pidiéndole que nos


ayude en las tareas de la misión: la predicación de la
Palabra, la plantación de nuevas iglesias y la misión desde
nuestros lugares de trabajo y quehacer.

▸ Oramos para que la justicia, la paz y la alegría del Espíritu


Santo se extiendan en todo lugar.

▸ Es una oración que nos invita a poner nuestra expectativa


en la meta correcta: la vida eterna con Jesucristo. Oramos
para que venga y consume la historia, restableciendo el
Shalom de Dios, en el hogar eterno que tanto anhelamos
(o debiéramos anhelar).
SEGUNDA PARTE. REINO DE DIOS.

▸ La oración que se basa en la Palabra no se contradice con


la voluntad de Dios. No oramos para torcer la mano de
Dios.
▸ “No hay tensión ni falta de coherencia
entre la enseñanza de las Escrituras sobre
la preordenación soberana de todas las
cosas por Dios y la relacionada con la
eficacia de la oración. Dios preordena
tanto los medios como el fin, y nuestra
oración ha sido preordenada como el
medio a través del cual Él hace que se
cumpla su soberana voluntad” (J. I. Packer.
Teología concisa).
TERCERA PARTE.

LA PROVISIÓN DE DIOS.
▸ “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (6:11).

▸ Esta parte de la oración es el momento para agradecer a


Dios por todos sus regalos inmerecidos.

▸ El pan cotidiano es símbolo de todo lo que Dios nos


provee supliendo nuestras necesidades elementales
físicas y espirituales en forma diaria.

▸ ¿Acaso Dios no nos ha provisto de nada que sólo le


pedimos cuando tenemos que orar?
TERCERA PARTE. LA PROVISIÓN DE DIOS.

▸ “Si la bondad de Dios es nueva cada mañana, será nueva


también cada mañana una bondad completamente
inmerecida, que debe dar origen a nuevos actos de
agradecimiento y a un renovado deseo de recibir tal
bondad” (Karl Barth. Introducción a la Teología
Evangélica).

▸ Para Lutero, esta oración era también un clamor por un


orden social justo y próspero.

▸ No nos olvidemos de orar por los pobres, huérfanos,


viudas e inmigrantes, que son quienes más necesitan.
CUARTA PARTE.

PERDÓN.
▸ “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores” (6:12).

▸ Somos deudores porque no podemos pagar el precio de


nuestra salvación. Somos incapaces de huir de nuestros
pecados por nosotros mismos.

▸ Necesitamos perdonar porque fuimos perdonados.

▸ ¿Cómo pedimos perdón a Dios si no perdonamos a


quienes nos lo piden a nosotros? (ver vv. 14,15).
CUARTA PARTE. PERDÓN.

▸ “Si alguien quisiera jactarse de su


probidad y menospreciar a otros, ha de
examinarse a sí mismo y tener presente
esta oración. Se dará cuenta que no es
más justo que los demás. Frente a Dios,
se deberán caer las alas y estaremos
contentos de alcanzar el perdón. Nadie
se imagine que, mientras vivamos aquí,
llegaremos al punto de no necesitar tal
remisión de los pecados. En suma: si
Dios no perdona incesantemente,
estamos perdidos” (Martín Lutero,
Catecismo mayor).
QUINTA PARTE.

SOCORRO.
▸ “Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del
maligno” (6:13 NVI).

▸ Esta es la confianza que produce el ser perdonados: que


nuestra esperanza no está en nosotros, sino en Dios que
nos sostiene en el momento de la crisis, prueba o
tentación.

▸ Dios no nos tienta, pues la tentación tiene la finalidad de


hacer caer. Somos tentados por nuestros propios malos
deseos.
QUINTA PARTE. SOCORRO.

▸ Necesitamos orar para que Dios nos libre de la tentación


no sólo cuando estamos mal.

▸ Cuando estamos bien corremos riesgos mayores, porque


al final cedemos con mayor facilidad a la ideología del
padre de la mentira: usurpar el lugar que le corresponde a
Dios.

▸ “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os


ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he
rogado por ti, que tu fe no falte” (Lucas 22:31,32a).
CONCLUYENDO.

PARA REFLEXIONAR Y PRACTICAR.


▸ ¿Qué tareas nos dejó el Padrenuestro respecto del Reino
de Dios y nuestra agenda?

▸ Reconocer un Padre nos invita a vivir como hijos,


con alegría y respeto reverente.

▸ Vivir la adoración y a extender el Reino de Dios


viviendo en la voluntad expresada en la Palabra.
CONCLUYENDO. PARA REFLEXIONAR Y PRACTICAR.

▸ Ser agradecidos por la provisión de Dios, a


trabajar por ella con los medios que Él nos ha
dado y a dar a quienes tienen necesidad.

▸ Perdonar como hemos sido perdonados,


pensando en que el perdón no borra el daño
realizado, pero siempre será lo mejor, lo que
debemos hacer.

▸ Vivir en santidad luchando con la fuerza del


Espíritu contra la tentación.

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