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Factores que promueven actos delincuencias en jóvenes

la delincuencia juvenil
La delincuencia juvenil es un fenómeno social que pone en riesgo la seguridad
pública, también uno de los problemas criminológicos que crece cada día más,
no solo en Perú, sino también en el mundo entero; es una de las acciones
socialmente negativas que va a lo contrario fijado por la ley y a las buenas
costumbres creadas y aceptadas por la sociedad.

“Jiménez (2014) manifiesta que la delincuencia juvenil es un


fenómeno de ámbito mundial, pues se extiende desde los rincones
más alejados de la ciudad industrializada hasta los suburbios de las
grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas hasta las
más pobres; es un problema que se da en todas las capas
sociales”. (p.14)

Características psicosociales del adolescente infractor Los adolescentes


infractores poseen una personalidad marcada por la marginación, el abandono
afectivo, las carencias económicas y culturales y el maltrato en general, lo cual
lo convierte en una persona impulsiva, rebelde, resentida, influenciable e
insegura, siendo vulnerable a los múltiples estímulos que la calle ofrece, lo que
le permitirá “integrarse” y cubrir necesidades afectivas insatisfechas

La reacción de la comunidad frente a la delincuencia juvenil deja mucho que


desear Cada uno de nosotros debemos revisar y renovar nuestro talante pues la
mayoría de los ciudadanos adopta ante el crimen juvenil despreocupación casi
absoluta o protesta violenta con petición de severo castigo.

Panorama actual de la delincuencia juvenil: La delincuencia juvenil ha


aumentado de forma alarmante en los últimos tiempos, pasando a ser un
problema que cada vez genera mayor preocupación social, tanto por su
incremento cuantitativo; como por su progresiva peligrosidad cualitativa. La
delincuencia juvenil es además una característica de sociedades que han
alcanzado un cierto nivel de prosperidad, y más habitual en los países
anglosajones y nórdicos que en los euros mediterráneos y en las naciones en
vías de desarrollo. En las grandes ciudades latinoamericanas, la delincuencia
juvenil está ligada a la obtención delictiva de bienes suntuarios de consumo y
por lo general no practican la violencia por la violencia misma sino como medio
de obtener sus objetivos materiales
Causas de la delincuencia juvenil

La delincuencia juvenil, es fruto de diversas variables que interactúan entre sí.


No se puede atribuir a una causa concreta ni se puede analizar de forma aislada.
Por tanto, es un problema multidisciplinar y debe explicarse desde muchos
puntos de vista: el sociológico, el psicológico, el educativo y entre otros muchos.

Pertenecer a familias desestructuradas

La descomposición de las relaciones entre los miembros de una familia


originando conflictos y disputas que provocan la separación de una familia, y que
al separarse los hijos son en sí, los más afectados, más aún, si éstos son
adolescentes, ya que en esta edad necesitan del ejemplo de ambos padres y del
apoyo de estos para solucionar los problemas y también necesitan; que estos
los impulsen y ayuden a realizar sus sueños. Los menores de edad provenientes
de hogares desintegrados, buscan en la calle afecto aceptación y amor de
terceros en vista que no lo reciben en su hogar, dando origen a nueva relaciones
sociales positivas y negativas siendo éstas últimas el integrarse a una asociación
ilícita, pandillas juveniles, maras, grupos de homosexuales, lesbianas,
prostitutas, y consecuentemente adquieren vicios como el consumo de alcohol,
cigarro y drogas.

“Trejo (2014) De la desintegración familiar se derivan


la utilización de drogas, la existencia de amigos no
adecuados, actividades incorrectas, prostitución,
problemas conductuales, desde pasividad hasta
agresividad; todo especialmente en niños y
adolescentes que son los más afectados” (p ,25).

Los psicólogos y psicoanalistas han concedido una gran importancia a la relación


madre-hijo. Está muy extendida la teoría de que la privación del afecto materno
es un factor gran importancia en la transformación de un niño en delincuente.

“En estos tiempos se han privilegiado más los logros


personales, provocando que haya menos tiempo para la
familia, incluso llega a catalogarse como un obstáculo para
la realización personal o para acceder a bienes materiales.
(bid, 2012, p. 86.)
La marginación social y la pobreza

En nuestro país, Los jóvenes son discriminados en diferentes ámbitos, por


ejemplo, en el ámbito laboral, la mayoría de los empleos indican como requisitos
que no se tengan perforaciones, tatuajes, cabello largo en los hombres, el hecho
de que su comportamiento, sus expresiones o su rebeldía no sean tolerados por
la sociedad los ha llevado a expresarse de diferentes maneras ; es decir, no se
trata de generalizar, sino también se habla de todos aquéllos que son excluidos
y discriminados solamente por su condición de joven, por su condición
socioeconómica , el sexo, el color de la piel, la religión, el estado civil, las
orientaciones sexuales, el nivel educativo y el tipo de escuela (si es privada o
pública), la ocupación, los gustos musicales, los gustos en el vestir, etcétera ,

La mayoría de los hogares de estos jóvenes no pueden escapar de la pobreza,


y sólo pueden sobrevivirla en el marco del asistencialismo público, de la
informalidad social y económica o a través de actividades no legales. De esta
manera, sin trabajo, sin redes de contención, sin las habilitaciones educativas y
sociales exigidas por el mercado ni oportunidades para obtenerlas, estos jóvenes
quedan fuera de la sociedad formal y se refugian en las estructuras invisibles de
la pobreza y la marginalidad.

*No puede darse por supuesto que todas las zonas pobres sean focos de
violencia o que el niño no puede vivir en ese medio sin dar y recibir una
gran cantidad de golpes. Lo que demuestran claramente en muchas
investigaciones científicas es que si bien las zonas pobres no son nunca
la causa única y exclusiva de la delincuencia*

El consumo de droga y sustancias toxicas

Los adolescentes infractores poseen una personalidad marcada por la


marginación, el abandono afectivo, las carencias económicas y culturales y el
maltrato en general, lo cual lo convierte en una persona impulsiva, rebelde,
resentida, influenciable e insegura, siendo vulnerable a los múltiples estímulos
que la calle ofrece, lo que le permitirá “integrarse” y cubrir necesidades afectivas
insatisfechas. Es así que comienzan a probar licor y otras drogas como
marihuana y terokal, para luego probar drogas más fuertes como PBC,
consumiéndolas muchas veces para “darse valor” en la comisión del delito, y la
falta de la misma, con la ansiedad que esto les causa, será una de las causas
para agenciarse de dinero rápidamente, a través del delito.
En muchos casos, da lugar a que el adicto acabe delinquiendo por el hecho de
lograr el dinero que le permita sufragar su adicción. Asimismo, bajo sus efectos
se reducen (o eliminan los frenos inhibitorios habituales. En esta causa, tampoco
debemos olvidar los efectos del consumo de alcohol (aunque sea de forma
esporádica) por su notable incidencia en la comisión de actos vandálicos y en
las infracciones de tráfico y contra la seguridad.
Ornelas (2010) manifiesta que la adicción impacta de tal manera
la vida del adicto que sus sistemas de valores cambian para
convertirse en toda una cultura diferente, con sus propias
creencias y rituales. Para los adictos, la actividad relacionada
con las drogas llega a ser una parte tan grande de la vida diaria
que la adicción interfiere generalmente con la capacidad de
trabajar, estudiar o de relacionarse normalmente con la familia y
amigos. En la dependencia grave, los pensamientos y las
actividades del adicto están dirigidas predominantemente a
obtener y tomar la droga, llegando a un punto tal que el adicto
puede manipular, mentir y robar para satisfacer su adicción
(p,53)

Consecuencias de la delincuencia juvenil

La primera consecuencia de la delincuencia juvenil es la pérdida de la escala de

valores, seguida de la violencia en la calle, trayendo consigo el temor de la

población a salir por el incremento de estos grupos. Otra consecuencia es la

muerte de personas atacadas por los delincuentes, dando lugar a nuevas

víctimas como lo son la familia, a su vez también los jóvenes acarrean

consecuencias psicológicas. generalmente la sociedad se preocupa más por la

prevención, castigo y rehabilitación del delincuente que por atender a la persona


agredida; es importante tratar a los delincuentes, pero a su vez lo es tratar a las
víctimas. Una consecuencia a favor de la sociedad es la fomentación de centros

en contra de delitos y adicciones, así como instituciones que brindan apoyo

psicológico a familias, las cuales son el primer núcleo donde se puede terminar
con la delincuencia.

Abdul Miranda, gerente de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de

Lima, reveló que en lo que va del año se han intervenido 20 bandas que

arrebatan celulares. Varios de los miembros de estas organizaciones no llegaban

a los 18 años. El incremento de la participación de adolescentes en hechos

violentos constituye uno de los problemas más graves que aquejan al país.

En Perú, como en toda Latinoamérica, el alto grado de inseguridad

generado por la violencia y delincuencia juvenil obstaculizan el

crecimiento económico y la reducción de la pobreza. Sin embargo, la

falta de datos preciosos impide formular en forma adecuada él. En el

caso de Perú este asunto es, al parecer, particularmente grave. (Zúñiga,

2006, p.42)

Alternativas de soluciones a la delincuencia juvenil

todas las medidas, consejos, encarcelamiento, psicoterapia, o cualquier otro

procedimiento aplicado a un delincuente tienen un objetivo común; esta primera

finalidad es forjar en el delincuente una relación emocional estable y segura con

alguna persona que gane su confianza. Cualquiera que sea el camino por el que,

en el caso concreto, haya llegado el sujeto a la delincuencia, encontramos en los

factores conducentes al delito un denominador común en el siguiente círculo

vicioso: inseguridad, ansiedad, agresión, culpa e inseguridad. Del mismo modo,

el denominador común de la terapia es el redescubrimiento de la seguridad».

Pero eso significa a menudo ayudar al adolescente para permitirle trabar


relaciones de confianza y afecto. Es un proceso largo y delicado; pero sin

capacidad afectiva no será nunca posible ninguna satisfacción o reajuste.


La prevención de la delincuencia juvenil. tema especialmente
candente en Perú donde todavía, en cierto sentido, como decíamos
antes, podemos hablar más de inadaptación de verdadera la
delincuencia juvenil. Esque en muchos países hay muchos
cambios del problema en el extranjero, si actuamos con rapidez y
con inteligencia, podremos, escarmentar en cabeza ajena,
podremos prevenir la irrupción.
Un primer elemento que es necesario destacar respecto de las estrategias de
intervención con jóvenes en riesgo, tiene que ver con la posibilidad de reconocer
e identificar a los niños, niñas y adolescentes de forma temprana. La
implementación de intervenciones preventivas efectivas requiere un sistema de
detección que permita identificar a aquellos individuos que se encuentran en
desventaja debido a la presencia de determinados factores riesgo por medio del
uso de instrumentos válidos y confiables. En la medida en que se pueda
establecer tempranamente quiénes son, y posteriormente actuar, incrementará
la probabilidad de actuar sobre los factores de riesgo, disminuir sus efectos sobre
la persona, y promover factores protectores, este punto implica también avanzar
en la adaptación, validación y estandarización de instrumentos de detección
temprana de riesgo en esta población (Hein et, p. 2009).

La opinión pública e incluso la doctrina científica suelen fluctuar desde una


posición en abstracto en la que se considera al menor delincuente como una
víctima de las condiciones sociales que debe ser sometida a medidas de
protección con el fin de lograr su reinserción (posición que podríamos hacer girar
en torno al concepto del menor infractor como menor en peligro) a una posición
ante concretos fenómenos delincuenciales graves en la que se exigen duras
medidas penales y tolerancia cero contra estos infractores juveniles (posición
que enfocaría al menor delincuente como menor peligroso).

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