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Venezuela.

Seguridad Energética 2017

Por: Nelson Hernández

La seguridad energética es una situación que debe ser monitoreada constantemente, si se


quiere a diario. Muchos países así lo hacen. Su valor cuantitativo es obtenido mediante
un índice que expresa su calidad en un periodo, generalmente, de un año.

Debido a la importancia que la seguridad energética representa desde un ámbito


personal hasta un ámbito mundial, para el desenvolvimiento de las actividades de una
sociedad moderna, cada día se hace más importante su comprensión y análisis. Ya se
incorpora en el diseño de políticas públicas como un parámetro estratégico de primer
orden, que permite soportar el resto de estas, en función de una mejor calidad de vida…
No hay desarrollo, sin energía disponible.

La definición estándar, y ampliamente utilizada, de seguridad energética afirma que se


trata de la capacidad para asegurar (o garantizar en grado suficiente) el suministro de
energía a los consumidores a unos precios razonables. Desgraciadamente, esta
definición es tan vaga e incompleta que resulta básicamente inútil en cualquier
discusión seria sobre economía energética o geopolítica. También se indica que
el objetivo principal de una estrategia energética de un país debe ser garantizar, para su
bienestar social y su desarrollo económico, un suministro energético seguro y constante
y lograr por ende, seguridad energética.

En el 2017, se desarrollo una metodología para determinar un índice de seguridad


energética para Venezuela.
(Ver: https://plumacandente.blogspot.com/2017/10/seguridad-energetica-metodologia-
de.html )
El tema que hoy nos ocupa, es la actualización de ese índice para el año 2017, el cual se
muestra en la grafica anterior.

El ISEV (Índice de Seguridad Energética de Venezuela), se deterioro en un 1.73 % con


respecto al valor de 2016 (921), al situarse en 905, rozando el área de seguridad baja. En
otras palabras, la seguridad energética continúo deteriorándose. Esta situación se refleja
en las continuas calamidades que sufre el venezolano en la consecución de los
energéticos, tales como: electricidad, gasolina, diesel, gas y GLP1

La grafica anterior muestra una comparación del triangulo de equilibrio del ISEV para
los años 2007 y 2017. Nótese la disminución ocurrida, donde destaca lo correspondiente
a la infraestructura de la energía (deterioro continuo) y la gestión gerencial en el área
(aplicación de políticas erradas).

Esta inseguridad energética presente hoy en el país, afecta considerablemente su


soberanía (rango de maniobra para solventar sus problemas económicos y sociales) y
por ende la calidad de vida de la población, llegando incluso a crear una condición de
inestabilidad política.

La clave para aumentar la seguridad energética no reside en una independencia


energética nacional y de la capacidad para controlar las propias fuentes energéticas (o
las ajenas). Más bien, la clave consiste en sumergirse en la realidad energética
globalmente interdependiente del modo más diversificado posible y, por consiguiente,
menos vulnerable.

1
Ver: https://plumacandente.blogspot.com/2018/06/crisis-del-glp-en-venezuela-cedice.html
Sin esperar el análisis riguroso correspondiente al año 2018, por las señales presentes en
lo que va de año, podemos inferir que el ISEV 2018 será menor al del 2017. Es decir, el
gobierno no ha implementado las acciones y políticas necesarias para revertir el
descenso de la seguridad energética. Luce que esto solo podrá lograr con el cambio de la
gestión política que hoy impera en el país.

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