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El Poder Del Agradecimiento

por juanjobluess | buenastareas.com

EL PODER DEL AGRADECIMIENTO


Hoy tenemos que dar las gracias.Gracias a quien nos permite disfrutar de un nuevo día.Gracias,
porque tenemos la alegría y la tristeza, el optimismo y el pesimismo.Porque podemos estar
contentos o enojados.Por el poder de discernir y de elegir.Porque en nosotros consiste y sólo en
nosotros, encontrar los alicientes.Ser felices debe ser nuestra meta y luchar contra quienes se
opongan.Para un ceño adusto. . . una sonrisa.Quitar la careta, y descubrir la verdadera cara de la
gente.Enseñar a quien no sepa que la felicidad... es gratis, que no hay riqueza que valga, si se es
pobre de corazón, que la pobreza vive… mientras no nace el amor.Gracias por la vida.Gracias a
ti, como te llames Señor, que de cualquier forma… eres el mismo.¿Alguien se acuerda de este
poema con el que Radio Universal cerraba sus transmisiones? |

Se supone que estamos muy agradecidos por la vida, la salud, el bienestar. seguramente habrá
quien no lo esté, que piense que su vida es desgraciada, que está enfermo, que no le va bien y
que no tiene nada que agradecer a nadie. Sería hasta cierto punto comprensible. Pero la verdad
es que hasta esas personas tienen a quién agradecer.

Pero estos conceptos son muy generales, estar vivos es algo que damos por hecho y nos damos
cuenta de vez en cuando; la salud la extrañamos cuando estamos enfermos y laagradecemos
cuando nos enteramos que a fulano le dio esto y a Sutanita lo otro; el estar en general bien,
realmente no lo apreciamos, como dije, lo damos por hecho.

Más bien, quisiera aterrizar el agradecimiento más directo, personal. No basta con dar las
gracias, hay que sentirlo. Pero ¿Por qué ser agradecidos? Tener este sentimiento nos hace
mejores personas, engrandece nuestro espíritu porque demostramos humildad, ojo, no debilidad,
mantiene limpio el corazón y crea una energía, un lazo entre dos personas, la que recibe y la que
da. Y para quien da, es muy importante saber que lo que hizo, sea un gran favor, sea un detalle,
le hizo un bien a la persona que lo recibió. Es un reconocimiento. Entonces, el agradecimiento
es bueno para ambos. ¿Por qué no practicarlo más seguido?

El “gracias” de cortesía está bien. Demuestra que somos educados. No importa a quien se lo
digamos, sea la persona que nos ayuda en la casa, sea la suegra que me regala un café, es un
signo de que somos educados, ya saben, “Por favor” “Gracias”.

Pero el agradecer puede ser más profundo, a veces, debe serlo. Recibimos mucho de los demás
y no lo agradecemos.

Recibimos apoyo económico. ¿Pagamos cuando nos comprometimos? ¿Le dimos un detalle a la
persona que nos prestó el dinero, lo que sea, aunque sea un pastel o lo que sea?

Recibimos cariño. Nuestros verdaderosamigos nos escuchan y porque son nuestros amigos nos
aconsejan. A veces hacemos caso, a veces no y lo peor, a veces hasta el amigo sale afectado por
haber dado un consejo. En fin, ¿le hemos agradecido a ese amigo por ser nuestro amigo?, ¿por
estar ahí siempre que lo necesitamos, que necesitamos que alguien nos escuche una y otra vez lo
mismo?, ¿Qué nos tiende la mano, que nos dice, en qué te puedo ayudar, que nos llama para ver
cómo siguen las cosas? ¿Le hemos realmente agradecido su amistad? ¿Le hemos dicho cuánto
lo queremos y qué importante es en nuestra vida? ¿Correspondemos ese apoyo de la misma
forma, ¿cuando está enfermo lo visitamos o le llamamos, cuándo necesita algo nos ofrecemos a
ayudarlo, le hablamos de vez en cuando para ver cómo está?

Recibimos amor. La vida pasa en lo cotidiano y es una rutina matadora. Nuestra pareja nos ama,
nos entiende, nos apoya, nos impulsa, se preocupa por nosotros, nos cuida cuando estamos
enfermos, nos alienta cuando estamos tristes, nos ama a pesar de todo. ¿Le hemos agradecido
espontáneamente por amarnos? No por un favor, no cuando nos lleva un consomé porque
estamos con gripa, no. Si no por darnos probablemente el sentimiento más noble de una
persona, su amor. ¿Correspondemos a ese amor? ¿Tratamos de entenderla o le decimos que “de
plano no te entiendo”; la impulsamos cuando tiene un proyecto o ledecimos “Híjole, que te
ayude tu hermano?”; ¿La apoyamos cuando tiene un problema o le decimos “Ahorita, espérame
tantito”; ¿La escuchamos cuando quiere expresarse o mientras habla estamos pensando en otra
cosa?; ¿Cuándo está enferma, le preguntamos qué necesita, si hay algo que quiere que hagamos
que ella no pueda por estar en cama, la apapachamos?; Cuando está triste, ¿Le damos consuelo
o le decimos “Tú siempre haces drama”? En pocas palabras, ¿Le demostramos que también la
amamos o la rutina ya nos mató?

Tenemos un trabajo. Nos quejamos. Nos quejamos todo el día todos los días. Nos quejamos del
jefe, de los compañeros, de los proveedores, de los clientes. No vemos lo afortunados que
somos por tener un trabajo, por -si es el caso-, llevar el sustento a la casa; o por valerme por mí
mismo. Agradezcamos que tenemos un trabajo, un ingreso. Mucha gente no lo tiene y
seguramente hay personas en el trabajo a quienes tenemos que agradecerles, porque cuando
llegamos por primera vez, nos recibieron bien; porque cuando necesitamos un apoyo nos lo
ofrecieron; porque son responsables como subordinados o incluso van más allá de sus
obligaciones.

Por qué no dejamos de quejarnos de todo lo que nos pasa como si únicamente nos pasara a
nosotros y volteamos mejor a ver todo lo bueno que tenemos y de eso, lo mejor son las personas
que nos rodean, que nosquieren, que nos dicen una palabra dulce o nos tratan con cariño; las
personas que están ahí con nosotros aunque no estén; ellos que están dispuestos a hacer algo por
nosotros, que han hecho algo por nosotros. Con ellos, hay que ser agradecidos y al serlo,
seremos más humildes, devolveremos el afecto con afecto, el desinterés con interés, porque al
final, qué seríamos sin todos ellos? El agradecimiento mantiene las puertas abiertas y el corazón
dispuesto y sobre todo, genera buena energía para que cosas mejores vengan a nosotros. Ahí
está su poder.

A nuestra pareja, nuestros hijos, hermanos, otros familiares, a nuestros amigos de hoy, a los de
ayer, a nuestros compañeros de trabajo, por qué no darles las gracias.

Somos como un rompecabezas. Las personas que han pasado por nuestra vida y las experiencias
que hemos vivido con ellas son las piezas que lo forman. Si faltan piezas está incompleto; si
faltan piezas estoy incompleto. Hay que tratar de buscar y recuperar esas piezas por más
pequeñas que sean, porque me completan, me hacen ser quien soy. Y si hay alguna dañada, pues
a repararla!

Así que, ¿Por qué no hacer esa llamada, regalar ese detalle, buscar esa vieja amistad, reunirnos y
decir: “Te estoy muy agradecido”.

No dejemos que la “vida” nos impida disfrutar de las cosas buenas de nuestra vida.

Y tú, ¿a quién tienes que agradecerle?

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