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Un relato tiene un comienzo y un fin; esto lo distingue del resto del mundo y a la vez lo
opone al mundo “real”. Existen ciertos relatos que tienen un final abierto, esto hace que
el lector tenga posibilidades infinitas de imaginar un final. Un film puede tener un final
abierto pero como sucesión de imágenes su final es la última imagen del film.
Un relato es una secuencia temporal que se divide en dos, el tiempo de la cosa narrada y
el tiempo del relato (Esto sería un símil al tiempo externo y el tiempo interno). La
función del relato es transformar un tiempo en otro tiempo, a diferencia de la
descripción que transforma un espacio en un tiempo y de la imagen, que transforma un
espacio en otro espacio. En el relato cinematográfico tenemos estas tres
posibilidades: el plano aislado e inmóvil de una extensión desértica es una imagen
(significado- espacio; significante- espacio), varios planos parciales de esa extensión
desértica constituyen una descripción (significado- espacio; significante- tiempo) y
varios planos sucesivos de una caravana en marcha en esa extensión desértica
forman una narración (significado- tiempo; significante- tiempo). La narración y la
descripción se oponen a la imagen porque su significante se halla temporalizado a
diferencia de la imagen que es instantáneo.
La narrativa es en consecuencia un discurso, y este siempre tiene detrás a un alguien.
Existen relatos sin autor pero no sin un sujeto-narrador. En el film el “autor” se muestra
al espectador a través de las imágenes, de los planos, etc.
La percepción del relato como tal tiene entonces como consecuencia inmediata
irrealizar la cosa contada. El relato o lo narrado es algo pasado por lo tanto es
irrealizado y en consecuencia no es real, porque lo real es lo presente. Lo real es lo que
se vive en un espacio y tiempo determinados, todo lo demás ya no es real. Para Sartre
lo real nunca cuenta historias; el recuerdo, porque es un relato, es plenamente
imaginario; un acontecimiento debe estar terminado de algún modo para que
pueda comenzar su narración.
Un relato es un conjunto de acontecimientos, ordenados en secuencia y contados por un
sujeto-narrador. Los relatos con finales falsos o abiertos son secuencias cerradas de
acontecimientos no cerrados. A una secuencia de acontecimientos cerrados corresponde
siempre una secuencia cerrada; pero a una secuencia cerrada no siempre corresponde
una secuencia de acontecimientos cerrados. El acontecimiento constituye siempre la
unidad fundamental del relato. En el relato cinematográfico cada imagen supone
como un enunciado completo y comparte cinco caracteres con él: 1) Las imágenes
se cuentan en número infinito como los enunciados 2) Son invenciones del “habla”
como los enunciados 3) Entregan al receptor una cantidad de información
indefinida como los enunciados 4) Son unidades actualizadas en la misma medida
que los enunciados 5) Sólo adquieren su sentido en débil medida por su oposición
paradigmática con las otras imágenes que podrían haber aparecido en el mismo
punto de la cadena ya que se cuentan en número indefinido.
Si el relato puede analizarse como una sucesión de predicaciones, es porque
fenoménicamente constituye una sucesión de acontecimientos. Lo narrativo
presenta como nota común con las categorías afectivo-estéticas el hecho de
representar una de las grandes formas antropológicas de la percepción (caso de los
consumidores de relatos) y de la operación (caso de los inventores de relatos).