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STOLFI, NICOLAS Y C.

JONATAN s/ROBO CALIFICADO Y PORTACION DE ARMA


DE FUEGO s/ APELACION ACUSACION Y AUDIENCIA PRELIMINAR

Cita: 1458/16
Nº Saij:
Nº expediente:
Año de causa: 2016
Nº de tomo:
Folio N° 0
Resolución N° 0
Fecha del fallo: 17/11/2016
Juzgado: Cámara de Apelación en lo Penal (Venado Tuerto) - Santa Fe
Jueces
Tomás Gabriel ORSO

Jurisprudencia relacionada

R, M. Y M. s/ TENENCIA ILEGITIMA DE ARMA DE FUEGO /// CáMARA DE APELACIóN EN LO PENAL; 31/08/2016; Fuente Propia; ;
1396/16

Tesauro > ACUSACION FISCAL

PROCESAL - PENAL

ACUSACION -CONTROL. PRINCIPIO DE JURISDICCIONALIDAD LEY 13018


.

Texto del fallo

CUIJ N° 21-06309168-2
Venado Tuerto, 17 de Noviembre de 2016.
Y VISTOS: La presente carpeta judicial en la que se encuentran imputados
NICOLAS S. y JONATAN C., en orden a los delitos de ROBO CALIFICADO y
PORTACION DE ARMA DE FUEGO, desempeñándose como defensores de los mismos los
Dres. Ignacio Blanc Codina y Silvia Couselo -Defensora Pública de Venado Tuerto-,
respectivamente y quienes apelaron el resolutorio 139, dictado el 11 de octubre de 2016 luego
de la audiencia preliminar por el Dr. Eduardo Bianchini, magistrado interviniente durante la
etapa intermedia del presente proceso.

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La presente audiencia de apelación fue celebrada en la Sala Mayor de los
tribunales penales de Venado Tuerto en la fecha señalada en el epígrafe, a partir de la hora
10.00, conforme al diagrama establecido por la Oficina de Gestión Judicial. Intervienen el Dr.
Mauro Blanco, como representante del Ministerio Público de la Acusación y como juez el
suscripto: Dr. Tomás Orso.
Verificada la identidad de los justiciables -quienes proporcionan sus datos
personales, poniéndoselos en conocimiento acerca de las características de la audiencia y de
los derechos que le asisten- se le otorga la palabra en primer término a la Dra. Couselo, quien
formula contra el pronunciamiento de grado los siguientes agravios:
Primer agravio: Discrepa la recurrente con el rechazo del pedido de declaración de
inadmisibilidad de la acusación, para lo cual argumenta que el juez no tuvo en cuenta que el
propio fiscal reconoce la pérdida de una pieza de convicción importante(cd conteniendo un
archivo de video de una cámara de seguridad) y tampoco tuvo en cuenta que el acusador
ofreció como prueba imágenes captadas por aquella cámara de seguridad. Afirma que la
desestimación de tal planteo no tuvo en cuenta que el fiscal no fundamentó debidamente la
acusación. Señala que el juez emitió el pronunciamiento considerándolo extemporáneo, lo cual
fue un error ya que fue introducido en la misma audiencia preliminar e incluso pudo haber
controlado la acusación oficiosamente. Agrega que en función de lo antes expresado el a quo
no se adentró en los planteos formulados por la defensa, ni requirió al fiscal que expresara
razones que sostuvieran la acusación y tampoco ponderó el impacto de la prueba desistida por
el fiscal, con lo cual se afectan garantías varias que enumera.
Segundo agravio: La apelante discrepa con el diferimiento dispuesto por el juez respecto al
tratamiento del pedido de archivo jurisdiccional y el criterio para rechazar el mismo en cuanto
el a quo sostuvo que no se dan los presupuestos del art. 290, segundo párrafo, CPP. Da cuenta
como transcurrieron los plazos y cuestiona que se haya mantenido para su asistido el mismo
régimen coercitivo.
Tercer Agravio: Cuestiona que se haya admitido el testimonio del Dr. Franco Lucci, el que fue
presentado sin los recaudos exigidos por el código de rito (art. 299) y en colisión además con
lo dispuesto en el art. 183.
Agravios formulados por el Dr. Blanc Codina:
Primer Agravio: Discrepa con el rechazo del pedido de atenuación coercitiva. Indica el
apelante que el a quo no tuvo en cuenta la variación de las circunstancias que originariamente
motivaron la coerción impuesta a S., que no consideró que se concretaron todas las medidas

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probatorias y que el tiempo de privación de libertad y lo que resta para que se lleve a cabo el
debate. Agrega que la caución real ofrecida resulta suficiente para asegurar los fines del
proceso, que la proximidad con el juicio oral no resulta razón suficiente para no morigerar el
encierro y que se especificó claramente donde va a trabajar el antes mencionado. Solicita en
definitiva se disponga una modalidad coercitiva dentro de las previstas en el art. 222 CPP.
Segundo Agravio: Discrepa con el rechazo de la testimonial de la Dra. Mariana Vidal a los
fines de que introduzca la nota 1331, la que fue aceptada por el a quo. Indica que el soporte
argumentativo del recurso obligó a adelantar parte de su estrategia para el juicio.
Y CONSIDERANDO: A los fines de resolver la apelación deducida por los Dres. Silvia
Couselo e Ignacio Blanc Codina, quienes lo hacen en representación de Jonatan C. y Nicolás
S., respectivamente, contra el decisorio 139, dictado el 11 de octubre de 2016, se procederá a
examinar los diferentes agravios desarrollados por las partes, comenzando por los de la
Defensa Pública.
Al igual que efectuara recientemente, en la causa "Rodríguez, Mariano y Rodríguez,
Maximiliano", destaco que estamos en presencia de una resolución importante por el
precedente que puede generar ya que, de un modo u otro, orientará el formato y alcances del
denominado período intermedio -regulado desde los arts. 294 a 305 del ordenamiento procesal
local- o al menos obrará para el suscripto como una hoja de ruta que deberá ser tenida en
cuenta para resolver planteos similares futuros. Señalado lo precedente se examinarán primero
los agravios de la defensa pública y luego los de la defensa particular. Veamos:
PRIMER AGRAVIO FORMULADO POR LA DRA. SILVIA COUSELO: Discrepa con el
rechazo del pedido de declaración de inadmisibilidad de la acusación, para lo cual argumenta
que el juez no tuvo en cuenta que el propio fiscal reconoce la pérdida de una pieza de
convicción importante (cd conteniendo un archivo de video de una cámara de seguridad) y
tampoco tuvo en cuenta que el acusador ofreció como prueba imágenes captadas por aquella
cámara de seguridad. Afirma que en la desestimación de tal planteo no se tuvo en cuenta que
el fiscal no fundamentó debidamente la acusación. Señala que el juez emitió el
pronunciamiento considerándolo extemporáneo, lo cual fue un error ya que fue introducido en
la misma audiencia preliminar e incluso pudo haber controlado la acusación oficiosamente, y
que por ello no se adentró en los planteos formulados por la defensa, ni requirió al fiscal que
expresara razones que sostuvieran la acusación y tampoco ponderó el impacto de la prueba
desistida por el fiscal, con lo cual se afectan garantías varias que enumera.
Por su parte el Dr. Mauro Blanco niega que la acusación padeciera de algún defecto absoluto,

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que la ausencia del cd no impide sostener la misma ya que se nutre de mucha otra evidencia y
que el planteo resulta extemporáneo ya que debió haber sido introducido previo a la audiencia
preliminar.
Previo al examen del planteo recursivo precedentemente reseñado entiendo que debo explicitar
-al igual que lo efectuara en la carpeta judicial 21-06389359-2 seguida contra los hermanos
Rodríguez- algunas premisas conceptuales, ligadas a los contornos de la etapa intermedia, que
serán utilizadas al momento de resolver. En tal sentido considero que dicho estadio procesal
tiene básicamente tres funciones: I) control jurisdiccional de la acusación, II) test sobre la
prueba ofrecida para el juicio, III) demás cuestiones: salidas alternativas al juicio, excepcionar
o solicitar sobreseimiento, revisar régimen coercitivo, etc.
En relación a la primera función (control acusatorio), la que se vincula con el planteo
recursivo sobre el cual debo expedirme, entiendo que el mismo se activa -al menos en su
aspecto sustancial- a pedido de parte, en virtud de lo cual considero que de no existir objeción
de la defensa el juez, luego de verificar el cumplimiento de los requisitos formales, debe sin
más admitir la acusación.
Respecto al control jurisdiccional sobre la acusación me encuentro persuadido, luego de un
profundo análisis normativo, que el mismo no puede ser de oficio y resulta
predominantemente formal. Se examinarán por separado ambas aseveraciones.
En orden a la primera, por la cual entiendo que no puede haber control acusatorio oficioso,
resulta fundamental la ley 13.018 -la que no se encontraba vigente al momento de efectuarse
los comentarios doctrinarios de mi coautoría, citados por la recurrente, los que necesariamente
deberán ser actualizados conforme a los principios introducidos en las leyes especiales- en
tanto y en cuanto tal normativa consagra como principio básico (primer artículo, primer
párrafo) el de jurisdiccionalidad, por el cual todo juez debe limitarse "a resolver las peticiones
que las partes le presenten", por lo que de no ocurrir ello el juez debe abstenerse de hacerlo ya
que en tal caso terminaría supliendo la actividad de alguna de las partes, lo cual además
colisionaría con el séptimo artículo de la ley antes citada, el que expresamente establece que el
juez "no podrá suplir la actividad de las partes y deberá sujetarse a lo que hayan discutido".
En orden a la restante cuestión entiendo que el control debe ser predominantemente formal y
mínimamente sustancial. Llego a tal conclusión básicamente por tres razones:
Razones normativas: a pesar de que una primera lectura del CPP puede hacernos deducir un
control de tipo sustancial -a partir de lo dispuesto en el tercer inciso del art. 295 (la acusación
debe contener los fundamentos y expresar los elementos de convicción que la motivan) y en el

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primer inciso del art. 303 (refiere a que el juez puede admitir o rechazar total o parcialmente la
acusación)- una interpretación más profunda e intrasistemática del contenido del ordenamiento
ritual permite inferir que el control no puede ir mucho más allá de lo formal. Tal tesitura se
afinca en lo establecido en los arts. 297 -norma que establece el abanico de temas que las
partes pueden someter a decisión judicial- cuyo primer inciso claramente establece que los
vicios de la acusación que pueden ser señalados son los formales y en el art. 296, en cuanto
dispone en su parte final que el juez no permitirá que en la audiencia preliminar se pretendan
resolver cuestiones que sean propias del juicio, tal como resultaría el examen sustancial de la
acusación, el que necesariamente traería aparejado sopesar la evidencia -porque no podemos
hablar de prueba en dicha etapa- de cargo y de descargo.
Razones cognoscitivas: prosiguiendo con el razonamiento vertido precedentemente entiendo
que resulta claro que para poder definir jurisdiccionalmente la sustancia de una acusación de
un modo consistente, el magistrado debería tomar contacto directo con la evidencia, tanto de
cargo como de descargo. Sin embargo, careciendo de inmediatez con la misma -atento a que
las audiencias de las etapas intermedias continúan siendo mayoritariamente argumentativas-
tal tarea resulta imposible o al menos defectuosa, toda vez que solo en el debate se generaría la
necesaria información de calidad para resolver acerca de las oposiciones que se formulen
contra los requerimientos acusatorios.
Sistémicas: En primer lugar cabe destacar que los escenarios temidos rara vez terminan
sucediendo, como por ejemplo con la figura del querellante, de quien se decía que iba a
entorpecer el proceso, buscar la venganza privada, etc., cuando en realidad desde su aparición
(vía ley 12.912, año 2009) nada de ello sucedió. Sin embargo, aún cuando se llevaran a cabo
juicios dispendiosos o temerarios, a partir de la interpretación formalista del control
jurisdiccional, entiendo que el marco que genera el juicio oral permitirá reducir, sino lisa y
llanamente eliminar, tales escenarios, atento el gran costo en legitimidad que pagaría el
Ministerio de la Acusación. A todo evento y si con ello no resultara suficiente un régimen de
costas institucionales y hasta personales resultaría un fuerte incentivo para no ir de pesca al
juicio.
Por todo ello concluyo, a los fines de no desvirtuar el rol del juez en el marco de un sistema
adversarial, que el control acusatorio debe ser predominantemente formal y mínimamente
sustancial y el estándar analítico debe ser similar al que se efectúa al momento de estimar el
presupuesto material de la prisión preventiva (art. 219. Inc. 1° CPP) bastando que el juez
verifique la existencia de la fundamentación y la mera referencia a los elementos de

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convicción en los que se sostiene.
Entiendo que ello debe ser así en tanto y en cuanto la inexistencia de inmediatez o de otros
elementos convictivos impide, como ya dije anteriormente, que el juez avance mucho más
acerca del mérito de la prueba, puesto que sólo el Fiscal puede proyectar con bastante
precisión el rendimiento que puede tener la misma durante el debate por haber pasado ante
dicho funcionario la investigación -ello implica el eventual conocimiento vivencial de lugares,
objetos y testigos- todo lo cual no puede ser suplido por la fundamentación acusatoria escrita
ni por la argumentación vertida en la audiencia preliminar. Tampoco tal escenario es el
adecuado para dimensionar cabalmente el alcance de los planteos que pudiere formular la
defensa, so riesgo de sopesar los mismos de un modo intuitivo y superficial. Por todo ello
entiendo que el control judicial, por las limitaciones normativas, cognoscitivas y sistémicas
antes señaladas, debe ser de baja intensidad y conforme al estándar señalado en el párrafo
precedente.
Por todo lo expuesto el agravio bajo consideración debe ser rechazado.
SEGUNDO AGRAVIO FORMULADO POR LA DRA. SILVIA COUSELO: La apelante
discrepa con el diferimiento dispuesto por el juez respecto al tratamiento del pedido de archivo
jurisdiccional y el criterio para rechazar el mismo en cuanto el a quo sostuvo que no se dan los
presupuestos del art. 290, segundo párrafo, CPP. Da cuenta como transcurrieron los plazos y
cuestiona que se haya mantenido para su asistido el mismo régimen coercitivo.
EL Dr. Blanco manifiesta que la acusación fue formulada el 12 de Agosto pasado y que el
archivo no puede prosperar y además resultó planteado extemporáneamente.
Examinando el planteo recursivo introducido por la Dra. Couselo entiendo que el mismo
efectivamente resulta extemporáneo ya que no se puede examinar un pedido de archivo de la
investigación una vez que las actuaciones ya superaron dicho estadio y se encuentran a punto
de comenzar la etapa del juicio.
Adviértase en tal sentido que "los archivos" -fiscal y jurisdiccional- se encuentran regulados en
los arts. 289 y 290, respectivamente, es decir ubicados en la parte final de la culminación de la
investigación penal preparatoria y antes del inicio de la etapa intermedia, por lo que
lógicamente estamos en presencia de una herramienta utilizable antes de ser formulado el
requerimiento acusatorio.
Por otra parte y si bien comparto que el planteo de archivo debió ser tratado y resuelto antes de
la audiencia preliminar, cierto es que la defensa -conforme a información que proporcionara en
la audiencia ante preguntas concretas del suscripto- debió haber recurrido el decreto que

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dispuso la postergación de dicha cuestión. Al no haberlo hecho desperdició una oportunidad
para que se adoptara una decisión sobre dicho tema y ahora el mismo no puede ser
nuevamente reeditado, por haber precluído tal facultad por parte de quien nuevamente
pretende su reintroducción.
Finalmente destaco que, aun prescindiendo de los obstáculos temporales antes señalados, el
planteo tampoco puede prosperar atento a que el archivo no sólo está ligado a una cuestión
temporal, extremo sobre el cual hizo hincapié la recurrente, sino también a una serie de
presupuestos fácticos descriptos en los dos incisos del art. 289. Ergo: resulta aplicable el
mismo razonamiento utilizado en el tratamiento al planteo recursivo anterior, por lo que por
razones de brevedad me remito íntegramente a los mismos.
Por todo ello corresponde rechazar el agravio al igual que el esbozado sobre la situación
coercitiva del imputado, por no haberse especificado en que consistía el mismo ni mencionado
la apelante los puntos en que discrepaba con el decisorio de primera instancia.
TERCER AGRAVIO FORMULADO POR LA DRA. SILVIA COUSELO: La recurrente
cuestiona que se haya admitido el testimonio del Dr. Franco Lucci, el que fue presentado sin
los recaudos exigidos por el código de rito (art. 299) y en colisión además con lo dispuesto en
el art. 183.
Examinando el agravio precedente corresponde no hacer lugar al mismo por cuanto todas las
cuestiones vinculadas a la debida o indebida acreditación del profesional antes mencionado
resulta propias del juicio y a cargo de la parte oferente, es decir el actor penal público -de no
hacerlo pagará sus consecuencias en términos de credibilidad- quien referenció
suficientemente las razones por las cuales pretende dicho testimonio, con lo cual el test de
admisibilidad y pertinencia (regulado en el art. 299) llevado a cabo por el a quo resultó
adecuado.
Por todo ello corresponde rechazar los agravios formulados por la Dra. Silvia Couselo, en
representación de Jonatan C., debiendo tenerse presentes las reservas de derechos formuladas
respecto a todos los puntos aquí decididos.
PRIMER AGRAVIO FORMULADO POR EL DR. IGNACIO BLANC CODINA: Discrepa
con el rechazo del pedido de atenuación coercitiva. Indica el apelante que el a quo no tuvo en
cuenta la variación de las circunstancias que originariamente motivaron la coerción impuesta a
S., que no consideró que se concretaron todas las medidas probatorias y que el tiempo de
privación de libertad y lo que resta para que se lleve a cabo el debate. Agrega que la caución
real ofrecida resulta suficiente para asegurar los fines del proceso, que la proximidad con el

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juicio oral no resulta razón suficiente para no morigerar el encierro y que se especificó
claramente donde va a trabajar el antes mencionado. Solicita en definitiva se disponga una
modalidad coercitiva dentro de las previstas en el art. 222 CPP.
Examinando el planteo recursivo formulado por la defensa, a la luz de lo decidido en primera
instancia y las disposiciones legales y constitucionales vigentes en materia de coerción durante
el transcurso del proceso, tras lo cual entiendo que la apelación no puede ser receptada
favorablemente, lo cual no resulta óbice establecer mojones temporales al encarcelamiento
preventivo registrado en el presente proceso.
Desandando la hoja de ruta preestablecida corresponde recordar una vez más que la prisión
preventiva resulta excepcional, admitiéndose la imposición de la misma sólo en aquellos casos
en que tal medida se encuentre justificada por presumirse que el sometido a proceso pueda
realmente perturbar las investigaciones o eludir el accionar de la justicia. Tal entendimiento
fue desarrollado por el máximo tribunal nacional en el precedente "Loyo Fraire", traído a
colación por los recurrentes, resuelto el 6 de marzo de 2014 por la Corte Suprema de Justicia
de la Nación.
También cabe señalar que todo lo relacionado a la imposición de una medida cautelar y su
eventual sustitución por alternativas menos gravosas debe observar y resultar compatible con
los principios de apariencia de responsabilidad penal de la persona sometida a proceso,
excepcionalidad, proporcionalidad, interpretación restrictiva, gradualidad y subsidiariedad en
la aplicación, judicialidad, provisionalidad y favor libertatis.
Aplicando los conceptos vertidos en los párrafos precedentes al caso que nos ocupa se advierte
desde un inicio, conforme a la información proporcionada por las partes -especialmente por el
Dr. Blanc- y del decisorio de primera instancia, que los imputados llevan más de un año en
prisión preventiva y que el juicio oral se encuentra más cercano, debiendo llevarse a cabo
dentro de los próximos meses. Este último dato, si bien fue controvertido y relativizado por el
apelante, no puede ser soslayado ya que justamente una de los motivos a partir del cual se
habilita y se entiende razonable que una persona bajo proceso esté privada de su libertad es
asegurar el normal transcurrir del trámite, en especial el juicio. A partir de ello no parece
adecuado, atento el estadio procesal en que se encuentra el presente legajo, modificar el status
coercitivo, en virtud de lo cual el agravio no puede prosperar.
No obstante lo antedicho no se le escapa al suscripto que el tiempo acumulado en
encarcelamiento preventivo ya supera el año y seguramente se extenderá unos meses más
hasta la realización del debate, en función de lo cual estimo adecuado establecer un límite

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temporal a la prisión preventiva, extendiendo la misma hasta dentro de cuatro meses de
realizada la presente audiencia de apelación, es decir hasta el 17 de Marzo de 2017. En caso
de llegarse a dicha fecha sin que haya iniciado el debate -salvo que ello acontezca debido a
recursos extraordinarios interpuestos contra el presente pronunciamiento- deberá morigerarse
la prisión preventiva de los imputados conforme a cualquiera de las opciones reguladas en los
arts. 221 y 222, previa audiencia a realizarse ante el juez de primera instancia interviniente.
En tal sentido cabe traer a colación lo establecido por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos en el caso "Hermanos Peyrano Basso c/ Uruguay" respecto a la extensión de la
prisión preventiva y al control del plazo por parte de los magistrados. Al respecto, en el punto
72 estableció que "como derivación del principio de inocencia, se exige un límite temporal
"razonable" a la prisión preventiva en virtud del cual toda persona debe recibir el trato de
inocente hasta tanto una sentencia condenatoria firme establezca lo contrario." En el punto 124
también dijo que "el principio de proporcionalidad impone, además de establecer una relación
racional entre la medida cautelar y el fin perseguido, determinar un límite superado el cual la
consecuencia ineludible será sustituirla por una menos lesiva o, directamente, disponer la
libertad del imputado."
Por todo ello se rechaza el agravio pero se fija que la prisión preventiva en el presente proceso
se extenderá hasta el 17 de Marzo de 2017, momento en el cual ya debe haber iniciado el
debate -en tal caso el encarcelamiento se prolongará hasta que resulte necesario y dependerá
del resultado del juicio- y en caso de que ello no sucediera deberá reemplazarse la misma por
alguna de las alternativas/atenuaciones previstas en los arts. 221 y 222. Tal determinación
resulta aplicable a ambos justiciables, conforme a lo dispuesto en el art. 386 CPP.
SEGUNDO AGRAVIO FORMULADO POR EL DR. IGNACIO BLANC CODINA: El
apelante discrepa con el rechazo de la testimonial de la Dra. Mariana Vidal a los fines de que
introduzca la nota 1331, la que fue aceptada por el a quo. Indica que el soporte argumentativo
del recurso obligó a adelantar parte de su estrategia para el juicio.
Analizando el planteo formulado por el Dr. Blanc Codina entiendo que corresponde hacer
lugar al mismo, en virtud de que el recurrente vinculó suficientemente el testimonio de la Dra.
Mariana Vidal con el caso de autos y enmarco adecuadamente el aporte que pudiera emerger
de la prueba en cuestión dentro de su propia teoría del caso.
En función de ello y recomendando al juez interviniente que en el test de admisibilidad de la
prueba incorpore lo establecido en el segundo supuesto del art. 11 CPP, corresponde hacer
lugar a la apelación y disponer la admisibilidad de la declaración testimonial de la Dra.

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Mariana Vidal.
Asimismo, atento el pedido formulado en audiencia y advirtiendo el suscripto roces
innecesarios y evitables entre los Dres. Blanc Codina y Blanco entiendo adecuado recomendar
a ambos una actuación apegada a la lealtad y buena fe procesal, lo cual derivará en escenarios
en los que las relaciones funcionales y personales no se deterioren y que en definitiva
resultarán propicios para la prestación de un mejor servicio de justicia.
Por todo ello RESUELVO: I) Rechazar el recurso de apelación interpuesto por la Defensa de
Jonathan Ricardo C..
II) Rechazar el primer agravio formulado por la Defensa de Nicolás
S., confirmándose lo dispuesto en primera instancia respecto a la no modificación del status
coercitivo fijado para el imputado Nicolás S..
III) Extender la prisión preventiva de ambos imputados hasta el día
17/03/2017, conforme a lo señalado en los considerandos.
IV) Hacer lugar al segundo agravio formulado por la Defensa de
Nicolas S. y admitir en consecuencia la declaración testimonial de la Dra. Mariana Vidal.
V) Recomendar al Juez interviniente a que evalue la admisibilidad
de las pruebas ofrecidas para el juicio conforme al criterio establecido en el Art. 11 del CPP.
VI) Recomendar a las partes que se desempeñen con probidad,
respeto y buena fe durante el desarrollo de las audiencias.
VII) Tener presente las reservas que hubieren sido formuladas.
Regístrese y hágase saber.
Fdo.: Dr. Tomás Gabriel Orso
Integrante del Colegio de Jueces Penales de Segunda Instancia de la Tercera Circunscripción
Judicial

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