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«Cassiciaco, ubi ab aestu saeculi requievimus in te, amoenitatem sempiterne virentis paradisi

tui» (San Agustín, Confesiones IX, 3)

S.E.R. Mons. Donald J. Sanborn

EL PAPADO
MATERIAL
(De Papatu Materiali)

Ediciones Revista Integrismo


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EL PAPADO
MATERIAL
Por S.E.R. Mons. Donald J. Sanborn

Introducción de «Sacerdotium»

L
a gran dificultad que se presenta para
los católicos que se oponen al Concilio
Vaticano II y a sus reformas es la de la
autoridad papal, es decir, de qué manera se pue- El R.P. Guérard des Lauriers O.P.
de justificar el rechazo de la «nueva religión»
cuando ésta es proclamada, al menos aparen-
temente, por la suprema autoridad. de artículos, el autor explica los principios de
La solución propuesta por la Fraterni- esta tesis a fin de que todo el mundo la com-
dad San Pío X es la siguiente: los Papas del prenda más claramente y juzgue su valor.
Vaticano II son Papas verdaderos, pero no se
les debe obedecer cuando nos ordenan creer PRIMERA PARTE: INVESTIGACIÓN
algo falso o hacer algo malo. Sin embargo, esta POSITIVA SOBRE LA DISTINCIÓN
solución puede aplicarse sin problema a las ENTRE SUCESIÓN FORMAL
órdenes del Papa que obra en cuanto persona Y SUCESIÓN MATERIAL
privada, pero cuando se trata del magisterio
ordinario universal o de las leyes generales, Prefacio
que son verdades infalibles, implica la defec-
ción de la Iglesia. En otros términos: un Papa Entre quienes niegan que Juan Pablo II
verdadero, en virtud de la asistencia del Espí- sea verdadero Papa encontramos dos bloques:
ritu Santo, no puede enseñarnos cosas falsas u 1) quienes niegan que lo sea tanto materialiter
ordenarnos hacer el mal en nombre de la Igle- (materialmente) como formaliter (formalmen-
sia. te); 2) quienes niegan que lo sea formaliter (for-
Entonces, la única solución que man- malmente) pero sostienen que lo es
tiene la indefectibilidad de la Iglesia consiste materialiter (materialmente).
en afirmar que estos «Papas» que promulgan Ya se ha escrito mucho sobre estas dos
y difunden la defección de la Fe del Vaticano tesis. Pero ya que varios sacerdotes no com-
II y de la «nueva religión» no gozan en gene- prenden bien la segunda –expresada por Mons.
ral de la autoridad Papal. Pero algunos de los Guérard des Lauriers–, explicaré dicha tesis
que sostienen esta tesis afirman que dichos en esta serie de artículos a fin de que todos, al
Papas están totalmente privados de la digni- menos la comprendan claramente y puedan
dad pontificia y otros, que sólo están privados juzgar su valor. La principal razón por la que
parcialmente; es decir, formaliter (formalmen- es criticada por la mayoría, es porque éstos,
te) y no, materialiter (materialmente). en su espíritu, no distinguen materia y forma
Esta segunda tesis fue expuesta por pri- de la autoridad, y si las distinguen, no aplican
mera vez por Mons. Guérard des Lauriers en correctamente esta distinción al Papado.
1973; sin embargo, es ignorada por muchos y Además, algunos sacerdotes consideran que
mal comprendida por casi todos. En esta serie la tesis de Mons. Guérard (que en adelante
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llamaremos simplemente «Tesis») es demasia- sofía de la autoridad en general y luego en par-


do abstracta, casi ininteligible y que la distin- ticular, de la materia y forma del papado, apor-
ción entre materia y forma de la autoridad es tando el testimonio de algunos autores. Demos-
ilegítima, una pura invención teológica imagi- traré cómo por una parte no pueden coexistir
nada artificiosamente para explicar un tema es- en el mismo sujeto la autoridad papal y el he-
pinoso. cho de favorecer la herejía y, por otra parte,
Nada de esto es verdad. La distinción cómo puede permanecer la posesión legal de
entre materia y forma del papado y de la auto- la sede si no hay una sentencia auténtica con-
ridad en general es «clásica» y se la halla en tra el ocupante herético de la Sede Apostólica.
casi todos los teólogos. Implícitamente, se la III) En el tercer artículo aplicaré las conclu-
encuentra en la cuestión de la sucesión apos- siones a Montini, Luciani y Wojtyla, y respon-
tólica cuando se trata de la sucesión material y deré a las objeciones.
no formal entre los cismáticos y, según algu-
nos, entre los anglicanos. Según la opinión más TESTIMONIO DE LOS TEÓLOGOS
extendida, la sucesión apostólica puede ser
material o formal. La primera es la nuda pose- VALENTINUS ZUBIZARRETA
sión de la sede; es decir, la posesión de la sede Theologia Dogmatico-Scholastica, I,
sin la autoridad; la segunda es la posesión de Theologia fundamentalis, Bilbao, Ed.
la sede con la autoridad. Esta distinción entre Eléxpuru Hnos., 1937.
sucesión material y formal no podría existir si Es necesaria no solamente [la sucesión
no fuese posible tener la posesión de la sede apostólica] material, que reside en la pura y
sin la autoridad. Esta distinción, que goza de simple sucesión de los pastores, sino también
gran autoridad ante los teólogos, demuestra la sucesión formal, en la medida en que cada
cómo la tesis que estableciera de manera ade- uno sucede legítimamente a los otros. El or-
cuada una distinción real entre la posesión de den de los obispos, que transcurre desde el
la Sede Apostólica y la posesión de la autori- comienzo por las sucesiones se desarrolla de
dad apostólica, no es una «invención abstrac- tal manera «que este primer obispo habrá teni-
ta», «ilegítima» o «artificiosa» –como dicen do como institutor y predecesor a uno de los
muchos–, sino al contrario, una distinción sim- Apóstoles o de los varones apostólicos, con
ple y clara tomada de la filosofía tomista y con- tal que haya permanecido siempre con los
firmada por el testimonio de numerosos teólo- Apóstoles» (Tertuliano, De Prescrip., c. 32;
gos de todas las escuelas. ML 2, 53). Por esta razón, los cismáticos e in-
Para tratar este tema adoptaré el si- trusos que usurparon la sede por la fuerza o
guiente método: I) En el primer artículo pre- por el fraude interrumpen la sucesión formal,
sentaré testimonios de teólogos sobre la dis- y se dice que comienzan una nueva serie de
tinción entre sucesión apostólica formal y pastores.
material, que contienen explícitamente la dis-
tinción entre posesión de la sede sin la pose- J. V. DE GROOT O.P.
sión de la autoridad y posesión de la sede con Summa Apologetica de Ecclesia Catholica,
la posesión de la autoridad. Estos testimonios Ratisbona, Institutum Librarium pridem G.J.
prueban que esta distinción no es una pura in- Manz., 1906.
vención sino al contrario, una distinción muy A fin de que [la sucesión Apostólica]
conocida, reconocida por todos, anterior a la sea legítima, es necesario que haya una su-
presente cuestión de la sede vacante. Por otra cesión formal y no solamente una sucesión
parte, mostraré cómo la Iglesia no puede per- material. En efecto, la sucesión formal se
manecer como único cuerpo moral si la línea funda en los preceptos de Cristo; la suce-
material legal no continúa sin interrupción sión material, dejando la regla de Cristo,
desde el mismo San Pedro. II) En el segundo consiste en la pura y simple ocupación de la
artículo trataré de modo especulativo la filo- sede pastoral.
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En la sucesión formal se da el dere- y que la reciban de aquel que la posee en acto


cho y la misión legítima; si ésta falta, no exis- y puede comunicarla (pág. 559).
te ningún poder de jurisdicción.
La misión legítima en la Iglesia no es E. SYLVESTER BERRY, D.D.
posible si no hay sucesión legítima (p. 184). The Church of Christ, St. Louis B. Herder
Book Co., 1927.
G. VAN NOORT La sucesión, como se entiende por el
Tractatus de Ecclesia Christi. contexto, es la sucesión de una persona des-
Hilversi in Holandia, 1932. pués de otra en un cargo oficial, y puede ser
La primera vía [para constatar que un legítima o ilegítima. Los teólogos llaman a la
obispo es sucesor legítimo de los Apóstoles] primera sucesión, formal, y a la segunda, ma-
es que se pueda demostrar con documentos terial. Un sucesor material es una persona que
históricos que está en conexión con uno de los ocupa el lugar oficial de otra contra las reglas
Apóstoles por medio de una serie ininterrum- o contra la constitución de la sociedad de la
pida de predecesores. Asimismo, debe probar- que se trate. Éste puede ser llamado sucesor
se que nadie en toda la serie ha ocupado en cuanto a que ocupa materialmente el lugar,
ilegítimamente el lugar del predecesor inme- pero no tiene la autoridad y sus actos no tie-
diato ni ha perdido nunca su misión después nen valor oficial, aun en el caso en que ignore
de haber sido legítimamente otorgada. En efec- ocupar ilegalmente el cargo.
to, la sucesión material por sí sola no prueba Un sucesor formal o legítimo no so-
nada (nº 120). lamente sucede en el lugar del predecesor,
Luego, cualquiera que se gloríe de la sino que recibe la autoridad debida para ejer-
sucesión apostólica pero no esté unido al Ro- cer las funciones del cargo en la sociedad
mano Pontífice puede ciertamente tener el po- con fuerza coactiva. Es evidente que la au-
der de orden; puede ocupar por sucesión ma- toridad no puede ser transmitida más que por
terial la sede fundada por un Apóstol, o al sucesión legítima; es por eso que la Iglesia
menos podría hacerlo, pero no es el sucesor debe tener una sucesión legítima de pasto-
verdadero y formal de los Apóstoles en la car- res o sucesión formal, para transmitir la au-
ga pastoral (nº 120). toridad apostólica a través de los siglos.
En referencia a Miguel Cerulario: Quien se introdujese en el ministerio contra
Y si ha cesado de ser miembro del co- las leyes de la Iglesia no recibiría en abso-
legio episcopal ha perdido necesariamente el luto la autoridad y, en consecuencia, no po-
poder apostólico que poseía en cuanto miem- dría transmitir ninguna autoridad a sus su-
bro de ese colegio. Luego, aunque continúa cesores (pp. 139-140).
ocupando la sede apostólica materialmente no
forma más parte de los legítimos sucesores de El Cardenal Camilo Mazzella
los Apóstoles (nº 140).

CARDENAL CAMILLO MAZZELLA


De Religione et Ecclesia Praelectiones
Scholastico-dogmaticae, Roma 1896.
[La sucesión apostólica] es llamada
perenne o ininterrumpida, sea materialiter, en
la medida en que no falten totalmente perso-
nas que sin interrupción hayan tomado el lu-
gar de los Apóstoles; sea formaliter, en la me-
dida en que esas mismas personas, habiendo
sucedido a los Apóstoles, gocen de la autori-
dad transmitida por los mismos Apóstoles,
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En ciertos casos, éstas [las iglesias or- RAFAEL CERCIÀ, S.J.


todoxas orientales] pueden incluso tener una Tractatus de Ecclesia Vera Christi, Neapoli
sucesión material de obispos que se remonte a Typis Caietani Migliaccio 1852.
los tiempos apostólicos, pero esto es inútil des- Finalmente [la sucesión apostólica se
de el momento en que no tienen ni Unidad ni dice] ininterrumpida, tanto materialiter como
Catolicidad, dos elementos distintivos funda- formaliter, en la medida en que no falten per-
mentales de la verdadera Iglesia. No tienen sonas que tomen el lugar de los Apóstoles sin
absolutamente en ningún caso, una sucesión interrupción; y en la medida en que estas mis-
legítima... (pp. 184-185). mas personas que toman el lugar de los Após-
toles mantengan aquella unidad de fe y de co-
M. JUGIE munión sobre las cuales, desde el comienzo,
Art. «Apostolicidad» en la Enciclopedia florecía la jerarquía fundada sobre los Após-
Católica, Ciudad del Vaticano 1948 vol. I, toles. Y sobre esto se funda la noción de mi-
col. 1693. sión (missio) y de llamado (vocatio). En efec-
La noción general y completa de to, hay legítimo advenimiento (assumptio) y
apostolicidad quiere decir continuidad con la asignación (deputatio) para cumplir los car-
Iglesia fundada por los Apóstoles, a través de gos apostólicos en la medida en que alguien
la sucesión ininterrumpida de legítimos pasto- suceda legítimamente en lugar de los Apósto-
res (apostolicidad material) y la identidad esen- les. Sin duda, la misión y la vocación depen-
cial de ministerio y de régimen jerárquico- den de la sucesión, y esto, para que alguien
monárquico (apostolicidad formal). que ha sido hecho sucesor de los Apóstoles en
la forma prescripta por la ley tenga la misión y
SAN ROBERTO BELARMINO S.J. se halle en estado de vocación apostólica (p.
De Romano Pontifice I. 2, c. 17. 270).
Hay que observar que en el Pontífice Y en verdad, la apostolicidad de origen
coexisten tres elementos: El mismo Pontifica- exige que la Iglesia en todo tiempo, al menos
do (el primado, precisamente), que es una cier- indirectamente, haya estado conectada también
ta forma; la persona, que es el sujeto del Pon- materialiter con los Apóstoles, sus fundadores
tificado (o primado) y la unión del uno con el (p. 271).
otro. De estos elementos, únicamente el pri- Por lo tanto, es evidente que no podrá
mero, el mismo Pontificado, proviene de Cris- faltar jamás la verdadera sucesión apostólica
to; en cambio, la persona en cuanto tal proce- en la Iglesia y precisamente, ni materialiter ni
de sin duda de sus causas naturales. No obs- formaliter. En efecto, si la Iglesia debe tener
tante, en cuanto elegida y designada para el siempre formalmente la apostolicidad de fe
Pontificado, procede de los electores; a ellos y de comunión, siempre debe tener formal-
corresponde designar la persona. Pero la unión mente también la apostolicidad de la sucesión.
misma procede de Cristo por medio (o presu- Asimismo, como la Iglesia debe ser siempre
poniendo) del acto humano de los electores... formalmente una, de la misma manera debe
Entonces, se dice con verdad que los electores estar dotada formalmente de la sucesión apos-
crean al Pontífice y que son la causa de que tal tólica, sin la cual, como hemos visto, no sería
persona sea Pontífice... Sin embargo, no son una ni única. Por otra parte, Cristo prometió
los electores quienes dan la autoridad ni son que existirían sucesores de los Apóstoles has-
su causa. Así como en la generación de los ta el fin del mundo, lo que demuestra que no
hombres el alma es infundida solamente por puede faltar la sucesión material. Como tam-
Dios y, no obstante, como el padre que engen- bién prometió que concedería su asistencia a
dra disponiendo la materia es causa de la unión perpetuidad a sus sucesores así como la con-
del alma con el cuerpo, se dice que un hombre cedió a los Apóstoles, se concluye que la su-
engendra a otro pero no se dice que el hombre cesión apostólica no puede ser quebrantada
crea el alma humana. tampoco formalmente en la verdadera Iglesia.
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Siendo así las cosas en materia de suce-


sión, es claro qué hay que pensar de la misión
apostólica. Hemos dicho justamente que la po-
sesión de la misión depende de la posesión de la
sucesión. Entonces, si la Iglesia nunca puede ser
privada de la sucesión considerada tanto
formaliter como materialiter, tampoco puede
nunca ser despojada de la misión apostólica to-
mada en los dos sentidos. Si la misión persiste,
perdura también la aptitud y la autoridad para
ejercerla (pp. 272-273).
En efecto, reconocemos que [las iglesias
griegas y rutenas] no están despojadas de una
cierta apariencia de sucesión, aunque no es más
que material y no formal, ya que falta la adhe-
sión que debe mantenerse al Jefe en la unidad de San Roberto Belarmino
fe y de gobierno. Así como la sucesión material
no sirvió a los partidarios de Nestorio o de en línea ininterrumpida. Si está presente el ter-
Eutiques, aunque fuera muy vieja, tampoco sir- cer punto, también lo están los dos preceden-
ve a la iglesia griega o rutena. A fortiori, se debe tes. En efecto, ciertamente hay origen apostó-
decir lo mismo respecto de la sucesión de la igle- lico cuando una sucesión de Pastores comen-
sia anglicana (pp. 340-341). zó por los Apóstoles y cuando se da también
la doctrina Apostólica, ya que se ha prometido
SERAPIUS AB IRAGUI, O.F.M. CAP. la infalibilidad a la serie ininterrumpida de
Manuale Theologiae Dogmaticae, I Theologia sucesores de los Apóstoles.
fundamentalis. Madrid, Ed. Studium 1959. En verdad, para que se presenten estos
¿Que decir de la sucesión material? La elementos fundamentales es necesario que esté
sucesión material no es otra cosa que una serie presente el tercero, no solamente materialiter,
ininterrumpida de una persona tras otra en una sino también formaliter, y que así, la sucesión
sede. Esto puede ser verificado fácilmente en de los Pastores sea formal. La sucesión mate-
documentos históricos y por esta razón, la suce- rial es una pura y simple serie de Pastores u
sión material es una propiedad más reconocible Obispos que se siguen de manera ininterrum-
que la misma Iglesia. Pero la sucesión material pida, y que se remonta hasta los Apóstoles, o
puede manifestar a la verdadera Iglesia solo ne- hasta alguno de los Apóstoles desde el cual
gativamente. En otros términos, no es incompa- comienza. La sucesión formal es esta serie que
tible que incluso una iglesia ilegítima presente además goza de la autoridad transmitida por
esta nota y de hecho, no faltan las iglesias sepa- los Apóstoles a cada sucesor, los cuales son
radas que la poseen. constituidos sucesores formalmente por esta
autoridad. Es por esto que cada uno de los suce-
DOMENICO PALMIERI, S.J. sores recibe la autoridad proveniente de los Após-
Tractatus de Romano Pontifice, Prati toles; de éstos, o de aquel que ha recibido la mis-
Giachetti, 1891. ma autoridad en acto y que puede comunicarla
La Iglesia se dice Apostólica por un tri- a otros; se llega, de esta manera, a que la au-
ple fundamento: en razón del origen, ya que toridad permanece formalmente por medio de
comenzó con los Apóstoles; en razón de la la sucesión. Ambas sucesiones son necesarias y
doctrina, ya que profesa la fe transmitida por una no puede existir sin la otra. Sin embargo, la
los Apóstoles; y en razón del ministerio o go- primera es más reconocible; la segunda, por el
bierno, ya que es dirigida y conducida por contrario, se conoce cuando se conoce la verda-
aquellos que son sucesores de los Apóstoles dera Iglesia.
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Como aquí tratamos las características la sola sucesión material no sea sucesión úni-
propias de la sucesión, analicémosla correcta- camente en apariencia. Como hemos dicho, la
mente y reivindiquémosla para la Iglesia. Iglesia debe ser siempre dirigida por la autori-
En verdad: 1º) la sucesión material es dad instituida por Cristo, y solo por ella. En efec-
necesaria. En efecto, Cristo instituyó el ministe- to, la autoridad en la Iglesia es sobrenatural; es
rio apostólico y quiso que fuera perpetuo; he aquí, decir, que solamente puede venir de Dios. Y para
dijo, que Yo estoy con vosotros todos los días, que la Iglesia sea dirigida a perpetuidad con ella
etc... Ahora bien, no sería perpetuo si los minis- es que existe una serie perpetua de sucesores. Es
tros de la Iglesia no fuesen sucesores de los Após- necesario, entonces, que los sucesores tomen la
toles en una serie ininterrumpida; ergo. Además, misma autoridad que recibieron los Apóstoles.
la Iglesia debe ser una sola y siempre igual. El Pero para que quien sucede obtenga la autori-
principio de la unidad de la Iglesia es el ministe- dad, es necesario que la reciba de aquel o de aque-
rio instituido por Cristo; entonces, es necesario llos que tienen en acto la autoridad proveniente
que haya siempre un único ministerio en la Igle- de los Apóstoles y pueden transmitirla. No la pue-
sia. También es necesario que la Iglesia sea diri- de adquirir por sí mismo, ya que entonces no
gida por este ministerio que Cristo confió a los sucedería; ni la puede tomar de aquel en quien
Apóstoles desde el comienzo. Y esto no puede ésta no proviene de los Apóstoles, porque en-
suceder si no está siempre dirigida por quienes tonces no recibiría la autoridad apostólica. Ni es
descienden de los Apóstoles en una serie ininte- suficiente que se diga que la recibe de quien la
rrumpida. En efecto, si es dirigida por otros que tuvo un tiempo, ya que la puede perder. Tampo-
no pueden ser puestos en relación con los Após- co es suficiente que se diga que la recibe de quien
toles en substancia, sería dirigida por un minis- la posee, pero que no puede transmitirla, ya que
terio que comienza por sí mismo y no por el que en ese caso no recibiría nada. Ergo. Esta es la
Cristo instituyó. En ese caso, la autoridad sería sucesión formal. Indudablemente, la misión se
múltiple y la Iglesia dejaría de ser una para vol- pide para que alguien tenga la autoridad en la
verse múltiple al multiplicarse el principio de la Iglesia (Rom. X, 15; I Tim. V, 22, 7; Tim. II, 2;
unidad. También por esto es manifiesto que la Tito I, 5), pero sólo puede enviar aquél que ob-
serie de sucesores no debe interrumpirse nunca; tiene en acto la autoridad apostólica y puede
en efecto, si se interrumpiera en un cierto punto transmitirla. Luego, es de éste que se debe reci-
cesaría el ministerio con el cual la Iglesia debe bir la autoridad, pues un sucesor debe suceder
ser gobernada y cesaría el principio de su verda- formalmente. En consecuencia, quienes suceden
dera unidad. Cesaría, pues, la misma Iglesia. Pero de esta manera son los únicos que pueden verda-
si algún día la Iglesia cesara, no podría ser deramente llamarse sucesores de los Apóstoles,
reestablecida ya más. En efecto, su principio efi- ya que solo éstos obtienen la autoridad que los
ciente es el ministerio de los Apóstoles, que con- Apóstoles recibieron de Cristo (pp. 286-288).
siste en enseñar, gobernar y santificar, y que no
existiría más en teoría. Los ministros no pueden PADRES JESUITAS PROFESORES DE FACULTADES
engendrarse a sí mismos ya que el ministerio debe DE TEOLOGÍA EN ESPAÑA
ser Apostólico y para serlo, debe provenir por Sacrae Theologiae Summa, I:
transmisión de la sucesión. Dice San Agustín a Theologiae Fundamentalis, Madrid,
los donatistas: «Si por haber sido corrompidos La Editorial Católica 1952.
(los buenos por la compañía de los malos), en- La apostolicidad de la sucesión es doble:
tonces (en tiempos de Cipriano) la Iglesia no exis- 1) material: es la sucesión pura y sim-
tía. Responded: ¿de dónde toma su origen aquí ple de una persona tras otra en un cargo sin la
abajo? ¿De dónde toma su origen Donato? necesaria permanencia del mismo derecho.
¿Dónde ha sido bautizado, dónde ordenado?» 2) formal: es el reemplazo de una perso-
(de Baptismo, I. 2 c. 6). na por otra, en los derechos y deberes, en la me-
2º) Pero la sucesión debe ser formal. dida en que ésta se conforme a un determinado
Ésta es la verdadera sucesión, a fin de que cargo, sin ningún cambio de derecho (nº 1178).
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CARD. LUDOVICUS BILLOT, S.J. mente apostólico si la sede no fue fundada por
De Ecclesia Christi, Roma, Pontificia los Apóstoles, pero se vincula a una sucesión
Universidad Gregoriana, 1927. anterior, la cual sí emana de los Apóstoles.
Y aquí, notad que es cuestión de la su- En cuanto al carácter de legitimidad de
cesión formal, distinta de la sucesión puramen- esta sucesión apostólica materialmente conti-
te material, la que es compatible con la ausen- nua, éste resultará del hecho de que la validez
cia de la apostolicidad. La sucesión material de la jurisdicción episcopal no haya sido anu-
consiste en la nuda ocupación de la sede por lada por cisma o herejía; es decir, por la ruptu-
una serie continua de obispos. En cambio, la ra declarada con la auténtica obra de Jesucris-
sucesión formal añade la identidad permanen- to. En efecto, después de semejante ruptura
te de la misma persona pública; de manera que evidentemente no puede haber transmisión re-
pese a la multiplicidad de titulares, no acon- gular, válida, legítima, de la autoridad gober-
tezca nunca un cambio substancial en el ejer- nante, del poder pastoral de los Apóstoles, ya
cicio y en la atribución de la autoridad (p. 262). que, en teoría, se está notoriamente excluido y
separado de la jerarquía apostólica. Se ha de-
YVES DE LA BRIERE jado de ser un verdadero «pastor» de la Iglesia
Eglise (Question des Notes) in Dictionnaire para convertirse en «rebelde» a la Iglesia de
Apologétique de la Foi Catholique, ed. A. Cristo.
D’Alès. París, Beauchesne 1911. Pero, ¿dónde habrá que buscar la prue-
Esta «nota» de la sucesión apostólica ba exterior del carácter legítimo de la suce-
puede ser concebida de diversas maneras y es sión episcopal? ¿Cómo establecer la ausencia
probatoria según se trate de una sucesión ma- de todo cisma, de toda herejía; en resumen, de
terialmente continua (sin otro indicio), o de toda ruptura que haya invalidado la jurisdic-
una sucesión atestiguada como legítima. En ción transmitida? La prueba de la legitimidad
el primer caso, la sucesión apostólica será una aparecerá si se hallan, junto a la sucesión ma-
«nota» negativa, permitiendo excluir a toda terialmente continua desde los Apóstoles, dos
Iglesia que no poseyera la sucesión material- caracteres distintivos que serán estudiados más
mente continua de sus pastores desde los Após- adelante: las «notas» de unidad y de
toles. En el segundo caso, la sucesión apostólica catolicidad visibles. Estos dos caracteres per-
será una «nota» positiva, permitiendo reconocer mitirán excluir prácticamente toda hipótesis de
como única y verdadera Iglesia de Cristo a la cisma, de herejía o de ruptura. Garantizarán así
que estableciera el carácter legítimo de la suce- la validez y la legitimidad de la sucesión apostó-
sión de sus pastores desde los Apóstoles. lica en el gobierno de tal Iglesia cristiana.
Una sucesión es atestiguada como le- Entonces, la «nota» de apostolicidad
gítima cuando tiene lugar conforme a las re- tomada en toda la amplitud de su significado
glas prescriptas y ningún vicio esencial encerraría las «notas» de unidad y de
invalida el ejercicio. La cosa es comprendida catolicidad, que testimoniarían la legitimidad
y verificable entre los hombres de la misma sucesoria. La reunión de estas tres notas for-
manera que es comprendida y verificable la maría un criterio jurídico de la verdadera Igle-
regularidad de un nombramiento o la validez sia, manifestando la transmisión regular del
de un mandato oficial. poder pastoral de los Apóstoles.
En consecuencia, la sucesión apostóli- En cuanto distinta de la unidad y de la
ca de obispos en tal Iglesia local será mate- catolicidad, la «nota» de apostolicidad no ten-
rialmente continua cuando, al remontarse de drá sino un valor negativo y de exclusión, ya
titular en titular de la misma sede, el origen de que por sí misma no testimonia el carácter le-
la sucesión se halle en los Apóstoles. De esta gítimo de la autoridad transmitida. Sin embar-
manera, tendrá origen directamente apostóli- go, proveerá un indicio precioso para el exa-
co si la sede fue fundada por los mismos Após- men de los títulos de cada comunidad cristiana:
toles. Por otro lado, tendrá origen indirecta- el de verificar si ésta posee o no la sucesión
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continua desde los Apóstoles en el gobier- Prueba I. En la Iglesia tienen jurisdic-


no de la Iglesia (Tomo I, col. 1283 s.). ción pastoral solamente aquellos que la han
obtenido legítimamente de la fuente en que
JOHANNES MACGUINNES C.M. Cristo la colocó exclusivamente desde el co-
Comentarios teológicos, París, P. mienzo: 1) Cristo confió la jurisdicción ecle-
Lethielleux, 1913. siástica solamente a los Apóstoles tomados
Según la doctrina católica, la Iglesia es colectivamente como un solo colegio; 2) de
esencialmente apostólica en el ministerio, en esta fuente nadie puede obtener legítimamen-
el sentido de que, por institución de Cristo, no te la jurisdicción sino por sucesión continua
puede formar parte un grupo particular si no (inmediata o mediata); ergo (ibid., nº 128).
está unido a los Apóstoles por una serie inin- Por esto mismo, una sociedad
terrumpida de pastores. Dos elementos, el ele- herética o cismática está privada de la
mento material y el elemento formal, concu- apostolicidad de ministerio - Contra los pro-
rren a crear esta unión con los Apóstoles. El testantes en general.
elemento material es la misma serie ininte- Prueba. Para la apostolicidad del mi-
rrumpida de pastores; el elemento formal con- nisterio se requiere tanto el poder de orden
siste en la sucesión legítima. Para esta última, como el de jurisdicción. En efecto, nadie pue-
también se exige que el doble poder por el cual de ejercer el cargo de pastor sino sobre las
los hombres se convierten en pastores, es de- ovejas que le son atribuidas y confiadas con-
cir, el poder de orden y de jurisdicción; sea forme a las reglas. Ahora bien, los herejes y
transmitido con todas las condiciones esencia- los cismáticos no tienen jurisdicción pues es-
les prescriptas por Cristo, tanto las que con- tán privados de la apostolicidad de ministerio,
ciernen a las personas que confieren este po- no importa la secta herética o cismática de que
der, como a las que lo reciben, o en lo que se trate.
concierne a la manera de conferirlo. Los dos Prueba de la menor. La jurisdicción
elementos, material y formal, contienen la de- solo se puede recibir de la verdadera Iglesia
finición de sucesión apostólica mencionada y Apostólica (como he probado precedentemen-
explicada por Cercià (sect. 3, lect. 8, p. 223): te). Ahora bien, «a priori» es imposible que la
«sustitución pública, legítima, solemne y nun- Iglesia confíe las ovejas a pastores heréticos o
ca interrumpida de personas en lugar de los cismáticos; y «a posteriori» y en la práctica,
Apóstoles, para gobernar y ser pastores en la la Iglesia siempre tuvo la costumbre de depo-
Iglesia» (Tomo I, nº 116). ner a los obispos heréticos o cismáticos (ibid.
nº 132).
Respondiendo a la objeción de que los
fieles pueden elegirse los pastores, así como H. HURTHER S.J.
la sociedad civil puede darse un gobierno: Medulla Theologiae Dogmaticae,
Por derecho natural, la sociedad civil Oeniponte: Librería Académica Wagneriana
puede darse un gobierno, si aún no lo tuviera. 1902.
Pero en la Iglesia, que es una sociedad sobre- En la apostolicidad de ministerio se dis-
natural constituida por voluntad de Dios, so- tingue un doble elemento: material, que consis-
lamente puede existir un ministerio sagrado te esencialmente en la misma serie de pastores;
según las condiciones establecidas por Dios y formal, que consiste en la sucesión legítima y
(ibid. nº 127). propiamente dicha.
Es entonces necesario que el sucesor in-
En la Iglesia tienen jurisdicción pas- grese a la sociedad en lugar del predecesor, no
toral solamente quienes la han obtenido de por medio de la fuerza sino según las leyes y el
la fuente apostólica por una sucesión conti- rito en vigor; y suceda en el cargo y en la rela-
nua (mediata o inmediata) - Contra los par- ción con el grupo restante de pastores y con la
tidarios de Pusey. Iglesia; y que desde entonces no se separe de la
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unidad de la Iglesia por cisma. En efecto, quien sucesión material (a la ordenación válida exis-
es autor de un cisma será una rama cortada; po- tente sin interrupción) la misión legítima o la
drá comenzar una nueva serie de pastores pero jurisdicción ininterrumpida hasta hoy (p. 517).
no tendrá la continuidad orgánica y vital con sus El ministerio que al comienzo Cristo
predecesores. Algunos grupos cismáticos de confió a los Apóstoles es perenne en la Igle-
Oriente pueden quizás gloriarse de una serie sia, por lo que siempre debe haber pastores
material de pastores que se remonte hasta los en ella, como lo eran los Apóstoles: «he aquí
Apóstoles, pero están privados del elemento for- que yo estoy con vosotros [los Apóstoles predi-
mal. Pues se habrá admitido un pastor en esta cando] hasta la consumación de los siglos». Aho-
serie que, no queriendo ser sucesor de su prede- ra bien, en la Iglesia nadie es pastor si no es en-
cesor, se habrá separado de la unidad eclesiásti- viado. Nadie es pastor como los Apóstoles si no
ca y habrá comenzado una nueva serie de pasto- ha sido enviado con la misma misión con que
res (nº 237). también los Apóstoles fueron enviados por el
Señor. Además, esta misión que los Apóstoles
EMIL DORSCH recibieron directamente de Cristo no puede rea-
Institutiones Theologiae Fundamentalis lizarse en adelante, o por lo menos, no se realiza
Oeniponte 1914 Tomo II. de manera tan inmediata. No obstante, tal como
Se denomina apostolicidad de minis- ésta fue transmitida por los Apóstoles a sus pri-
terio a aquella propiedad de la Iglesia por la meros sucesores, así debe ser transmitida ulte-
cual los pastores y doctores que en ese mo- riormente por los legítimos sucesores. Por esto,
mento la gobiernan, toman su origen de los toda la serie de ministros a través de los siglos es
Apóstoles por medio de una serie ininterrum- retrotraída necesariamente a los Apóstoles por
pida de sucesiones. Por lo que esta apostoli- una cierta genealogía espiritual. Y también por
cidad es también llamada de sucesión. esto, la Iglesia debe ser considerada apostólica
Entonces, por medio de esta apostoli- en función del ministerio, gracias a una serie
cidad no solamente hay ahora en la Iglesia el nunca interrumpida de pastores que se remonta
mismo ministerio material, sino que también hasta los Apóstoles (p. 519 s).
hay formalmente casi los mismos ministros
que había desde el comienzo, en la medida en RESUMEN Y COMENTARIO DE LA
que los ministros que ejercen ahora el cargo DOCTRINA DE LOS AUTORES CITADOS
en la Iglesia son la continuación ininterrum-
pida de los Apóstoles, de tal modo, que por su I) La sucesión apostólica debe ser
disposición poseen el mismo ministerio por perenne y continua tanto materialiter como
legítima herencia. formaliter, de tal manera que la Iglesia, por
División: I) La primera división se pro- analogía con un cuerpo físico vivo, tenga le-
duce según un doble elemento que se puede galmente un único cuerpo moral (= una jerar-
distinguir también en la apostolicidad de mi- quía constituida legalmente con los miembros
nisterio: uno, material, que consiste esencial- que le son conexos) y una única alma moral
mente en la misma serie de pastores; y el otro, [una autoridad] mientras atraviesa los siglos
formal, que consiste en la sucesión legítima y hasta el fin del mundo. Si una u otra desapa-
propiamente dicha. Así, se distinguen la reciera, desaparecería la Iglesia. Si faltara
apostolicidad material y la apostolicidad for- la unicidad corporal; es decir, si las perso-
mal. La primera consiste en el hecho de que nas no hubiesen sustituido legalmente a los
en una iglesia cuyo primer obispo se remonta Apóstoles, entonces la autoridad, que es la
hasta los Apóstoles, los obispos ordenados misión de la Iglesia y la forma por la que es
válidamente se hayan sucedido sin interrup- la verdadera Iglesia de Cristo, no podría ser
ción hasta el actual, aunque desde una época recibida en la materia y se acabaría la mi-
determinada les falte la misión legítima. La sión de la Iglesia. En otras palabras: si la
apostolicidad formal es aquella que añade a la Iglesia como único cuerpo legal fundado por
11

Nuestro Señor Jesucristo y continuado por aptos para ser verdaderos sucesores de los
los Apóstoles hasta hoy terminase alguna Apóstoles.
vez, nadie podría restablecerla. En tal caso,
es decir, si fuera restablecida luego de la III) No hay sucesión apostólica legí-
cesación de la serie material de pastores, se tima si no es formal.
trataría de una nueva iglesia; ya que el prin- La sucesión material, tanto por elección
cipio de unidad –la identificación incluso legal como por la toma de posesión por la fuer-
material con la Iglesia fundada por Jesucris- za o fuera de la ley, no es suficiente para que
to– desaparecería. La cesación de la línea haya sucesión apostólica legítima, ya que la
material es análoga a la aniquilación del autoridad es la forma por la que alguien es
cuerpo en un ser físico, de manera que no sub- constituido verdadero sucesor de los Apósto-
siste nada, ni aún una parte de la sustancia que les. La elección legal no basta para que alguien
pueda recibir la forma. Así, la identidad de la sea constituido y considerado formalmente
Iglesia exige que mantenga una sola forma como verdadero sucesor de los Apóstoles.
como constitutivo formal de la personalidad
moral por todos los siglos. Y esto es la mis- IV) Existe una distinción real entre
ma autoridad de Cristo, que se transmite a la simple ocupación de la sede y la posesión
todo Papa cuya elección es válida e induda- de la autoridad; en otras palabras, estas dos
ble y que no opone ningún obstáculo para realidades se pueden separar.
recibir la autoridad. En otras palabras, la Esta distinción es el fundamento mis-
esencia de la Iglesia exige que, en cuanto mo de la Tesis materialiter-formaliter, preci-
cuerpo moral, esta única autoridad sea reci- samente porque la designación para recibir la
bida en una materia moralmente única; es autoridad no implica necesariamente la pose-
decir, en una única serie de pastores consti- sión de la autoridad. Y si la persona designada
tuida legalmente, e ininterrumpida. Enton- colocase cualquier obstáculo para recibir la
ces, la autoridad que gobierna la Iglesia es autoridad que naturalmente conviene a la de-
esta autoridad poseída principalmente por signación recibida, ésta permanecería en esta-
Cristo y por el Papa, de manera vicaria. Dos do puramente material en cuanto a la autori-
autoridades no son posibles; solamente es dad. En tal caso, el sujeto de la designación no
posible una única autoridad que constituye la perdería, a menos que le fuera quitada le-
a la Iglesia como única persona moral so- galmente. Pero al mismo tiempo, no poseería
brenatural que perdura a través de los siglos. la autoridad y no sería Papa u obispo del lugar
Paralelamente, no son posibles varios cuer- «simpliciter» sino solamente lo sería
pos eclesiásticos, sino que solamente es po- «secundum quid» (por disposición). A la in-
sible un único cuerpo, a causa de la conti- versa, la pérdida o la simple falta de posesión
nuidad legal de la serie de pastores. de la autoridad no excluyen la designación le-
gal. La designación legal para recibir la auto-
Único cuerpo moral de la Iglesia + ridad, por una parte, y la posesión de la autori-
única autoridad poseída por Cristo y trans- dad, por otra, son dos cosas realmente distin-
mitida al elegido = única persona moral de tas y separables.
la Iglesia Católica
V) El primer sujeto de la autoridad de
II) No hay misión legítima si falta la la Iglesia es Cristo mismo, que la transmite a
sucesión legítima. la persona que ha sido legítimamente elegida
La autoridad apostólica solo pue- y designada para el pontificado.
de ser recibida de aquel que ha sucedido La Iglesia es siempre dirigida princi-
legítimamente en la posesión de la sede palmente por Cristo, su Jefe. Y la autoridad de
apostólica. Los intrusos, o sea, quienes la que goza el Papa es la misma autoridad de
no han recibido la elección legal, no son Cristo, una y siempre igual, que permanece tal
12

apagado. La razón es que, faltando los suce-


sores materiales legítimos, no habría nadie
que pudiese recibir legítimamente la autori-
dad de Cristo y gobernar la Iglesia como su
vicario. La parte formal de la autoridad de
la Iglesia permanece en Cristo mientras la
sede apostólica está vacante. Pero la parte
material, es decir, la persona legítimamente
designada para recibir la autoridad, no pue-
de permanecer si no hay quien pueda ele-
girla legítimamente. En tal caso, faltaría esta
línea material o puramente legal y solo po-
La Cátedra de San Pedro dría reestablecerla Aquel que tiene la auto-
ridad; es decir, el mismo Cristo, que dada la
por todos los siglos, aunque se multipliquen los divina constitución de la Iglesia, «debería»
titulares. La autoridad o jurisdicción es única; es hacer un nuevo llamamiento de Apóstoles y
decir, la de Cristo. Y esta unidad y unicidad de la una nueva Iglesia diferente de la fundada
autoridad es la misma forma de la Iglesia, que sobre San Pedro.
permanece formalmente como una y única per-
sona moral por todos los siglos. SEGUNDA PARTE:
ILUSTRACIÓN DE LA TESIS
VI) La sucesión formal puede ser
moral sin ser física; en cambio, la sucesión Introducción
material debe ser física.
En efecto, cuando muere un Papa y En el primer artículo hemos expuesto
la sede está vacante no desaparece la conti- la distinción que hacen los teólogos entre su-
nuidad del papado, ya que la Iglesia tiene la cesión apostólica formal y sucesión apostóli-
intención de elegir un nuevo pontífice. En- ca material, y hemos concluido que la noción
tonces, la sucesión de un Papa por otro es de sucesión apostólica puramente material es
puramente moral, en la medida en que per- una verdadera realidad y no una noción cons-
siste la intención de elegir un Papa y en cuan- truida artificiosamente. También vimos que la
to a que permanece la sumisión a la autori- Iglesia está constituida por dos partes: 1) un
dad en los miembros de la Iglesia. La suce- solo y único cuerpo moral; es decir, la jerar-
sión sería física si un Papa eligiese su suce- quía legalmente constituida con los miembros
sor antes de morir y le remitiese la autori- que le están conectados; 2) una sola y única
dad. En cambio, la sucesión material debe
ser física, de la siguiente manera: es nece-
sario que siempre haya personas legalmen-
te aptas para elegir al Papa. En otros tér-
minos, la línea corporal de la Iglesia, no
solamente de sus miembros sino también y
sobre todo de la jerarquía, no puede tolerar
nunca una interrupción física. Si por una
hipótesis absurda esta línea fuese interrum-
pida aun solo por un corto lapso de tiempo, la
Iglesia desaparecería y no podría restablecerse.
Esta continuidad del cuerpo de la Iglesia, que
es esencialmente jerárquica, es análoga al fue-
go; que una vez que ha sido apagado permanece
13

autoridad que es, propiamente hablando, la au- sucesión de aquellos que detentan la posesión
toridad de Cristo comunicada directamente por de las sedes de la autoridad legítima, y legal-
Él a quien es elegido para el papado. Finalmen- mente, a través de una designación legal.
te, hemos visto que estas dos partes deben exis- En consecuencia, hay que distinguir en-
tir siempre en la Iglesia, desde los tiempos de los tre sucesión apostólica material legítima o legal
Apóstoles hasta el fin del mundo, porque si una y sucesión apostólica ilegítima o ilegal. La pri-
u otra desapareciese, también desaparecería la mera, se obtiene únicamente por medio de la
Iglesia. designación legal por parte de quien tiene el de-
En la segunda parte expondremos las ra- recho de nombrar. La segunda, exclusivamente
zones de esta distinción de las partes, sobre todo por medio de una intrusión como, por ejemplo:
respecto de la persona del Papa, que resulta de la el caso de los cismáticos que luego de haber re-
unión de las dos; es decir, del elemento material, pudiado la autoridad del Romano Pontífice ocu-
que es obra de la Iglesia, y del elemento formal, pan las sedes episcopales de manera absoluta-
que es obra de Dios. Finalmente, concluiremos mente ilegítima. Suceden en verdad en las sedes
que estos dos elementos pueden estar separados apostólicas, pero ilegítima e ilegalmente y en
y que están efectivamente separados en aquel consecuencia, no pueden recibir la autoridad (1).
elegido que habitual y objetivamente no se pro- *Dicho esto, presento aquí un esquema
pone hacer el bien de la Iglesia. de la sucesión apostólica: [*en pág.sigte. NdT]
En este artículo, me propongo demostrar
PRIMERA SECCIÓN la Tesis según la cual los «papas» que hubo du-
rante el Concilio Vaticano II y después de él, no
Recapitulación del artículo precedente son Papas formalmente, sino solo materialmen-
te. Ya he expuesto la distinción entre sucesión
Hemos visto la distinción que hacen los material y sucesión formal; comenzaré, pues,
teólogos entre sucesión formal y sucesión ahora, por tratar ciertas nociones preliminares.
material. La sucesión formal es la sucesión en I. La autoridad considerada en concreto
la sede apostólica con la autoridad apostóli- II. La parte formal de la autoridad
ca; la sucesión material es la nuda posesión III. La parte material de la autoridad
de la sede; es decir, sin la autoridad. IV. La unión de los dos elementos
Vimos también que es necesario que la V. La posibilidad de separar los dos
Iglesia Católica tenga una continuidad apostóli- elementos
ca, tanto formal como material, para mantener VI. Las causas que impiden la unión de los
la apostolicidad de manera adecuada. dos elementos
Solo un sujeto que detenta legítimamen- Al término de este examen expondré la
te la sede apostólica puede recibir en sí la autori- Tesis y responderé objeciones.
dad apostólica. En otras palabras, para que la
Iglesia sea una y única, debe gozar de una uni- SEGUNDA SECCIÓN
dad, no solamente formal (por ejemplo, en las
cosas que miran a la doctrina y a la misión divi- NOCIONES PRELIMINARES
na recibida de Cristo), sino también material, para
ser un solo y único cuerpo moral desde los tiem- I. La autoridad considerada en concreto;
pos de San Pedro hasta la Segunda Venida de es decir, en un Papa o en un rey
Nuestro Señor Jesucristo. Esta unidad material
exige que haya una línea ininterrumpida de su- 1. La autoridad puede ser
cesores legalmente designados para recibir la considerada en su concepto formal o en
suprema autoridad. Entonces, para que la concreto
apostolicidad y la unidad de la Iglesia se man- Para no confundir los términos,
tengan, es necesario que la continuidad material primero hay que distinguir la autoridad
de sucesores nunca se interrumpa. Es decir, la considerada en sí misma; por ejemplo: la
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ilegítima = nuda posesión de la sede sin elección


canónica
(situación de los cismáticos orientales)

MATERIAL
Posesión de la sede
sin la autoridad

legítima = nuda posesión de la sede


SUCESIÓN con elección canónica
APOSTÓLICA (situación de la jerarquía del Novus Ordo)
SUCESIÓN
APOSTÓLICA
LEGÍTIMA
FORMAL:
Posesión de la sede con la
autoridad

autoridad papal o real, y la autoridad considerada proporción entre ellas. Dice Santo Tomás. «La
en concreto; por ejemplo: un Papa o un rey. relación debida entre materia y forma es do-
ble: por orden natural entre materia y forma, y
2. La autoridad considerada en con- por supresión de cualquier impedimento» (In
creto consiste en un compuesto formado por libro IV Sent., Dist. XVII q. I, a. II, sol. 2.c).
la unión de dos partes: la forma y la mate- De todo esto, resulta evidente que la
ria, por analogía con un ser substancial. La autoridad considerada en concreto (por ejem-
materia prima es el primer sujeto y substrato, plo un rey o un Papa), está constituida por la
del cual es constituida substancialmente toda materia (el hombre) y por la forma (que con-
realidad física, y en el cual se disuelve si es siste en la facultad de legislar), por la cual al-
destruida. La forma substancial es el acto pri- guien se vuelve superior de sus súbditos.
mero que constituye un unum per se cuando Pero no importa que el hombre se
está unida a la materia prima, o aquello por prepare para recibir esta forma accidental;
lo que cada cosa es constituida en un modo lo está solamente aquel que posee todas las
determinado de ser. perfecciones requeridas para recibir la forma
La causa material es aquello por lo que accidental de la autoridad. Que falte el orden
una cosa es hecha. natural entre materia y forma o que haya un
La causa formal es aquello que deter- impedimento, la materia y la forma no pueden
mina la materia y la perfecciona en un modo unirse. Por ejemplo: un niño o un loco, que
determinado. aún así es hombre y, en consecuencia, predis-
La forma accidental es análoga a la for- puesto para la autoridad por el orden natural
ma substancial, ya que la sustancia inherente no está predispuesto para recibir la autoridad
al accidente se vuelve material en cuanto a la a causa de un impedimento debido al hecho de
forma accidental que la perfecciona. que le falta la disposición intelectual adaptada
La forma substancial da el ser para promover el bien común.
simpliciter; la forma accidental, por el contra- Paralelamente, quien no tiene la ciuda-
rio, da el ser esto o aquello y no el ser danía de un país determinado no puede con-
simpliciter. vertirse en el jefe, porque no es posible que
Para que se dé un compuesto (en este alguien que no es miembro de un cuerpo se
caso un rey o un Papa), es necesario que la convierta en la cabeza.
forma sea recibida en una materia adaptada y Paralelamente, si un laico o un sim-
dispuesta a recibirla. La razón de esto se debe ple sacerdote elegido para el papado rehúsan
al hecho de que las partes no pueden unirse la consagración episcopal no puede recibir
y formar un compuesto si no hay una justa la autoridad, porque no tiene la perfección
15

necesaria para promover el bien común de y sus partes, en la comunidad política; pues
la Iglesia. la ciudad es una comunidad perfecta (1 Polí-
Es, pues, evidente, que ciertas disposi- tica, c. 1, l. 1).
ciones o formas accidentales que perfeccionan Y aquello a lo que se llama principal
al hombre son necesarias para que un hombre en cada género es el principio de lo demás, y
llegue a ser materia próxima para recibir en sí las demás cosas se designan por su relación
la forma de la autoridad. con él, como el fuego –que es lo más cáli-
do– es la causa del calor en los cuerpos
II. La autoridad considerada formalmente mixtos que se dicen cálidos, tanto cuanto
participan del fuego. Por lo cual, conviene
3. Los teólogos y los filósofos gene- que si la ley se dice tal, principalmente en
ralmente recurren a la noción de ley para cuanto se ordena al bien común, cualquier
definir la autoridad. La definición común de otro precepto referente a una operación par-
la autoridad es, entonces: «la facultad de le- ticular no tenga razón de ley, sino según se
gislar». Aquel que goza de la autoridad tiene ordena al bien común. Y por esto toda ley
el derecho de obligar a los súbditos a hacer se ordena al bien común» (I-II, q. 90, a. 2,
algo o a no hacerlo. Por consiguiente, la no- corpus). *[Traducción tomada de PP.
ción de autoridad debe tomarse de la noción Castellani-Quiles, Tomo VIII, Club de Lec-
de ley ya que la facultad toma su propia espe- tores, 1988, NdT.]
cificidad de su acto y de su objeto. La finalidad de la ley es el bien co-
mún (I-II q. 96 art. 1,c).
4. Noción de ley según Santo Tomás: La ley mira al bien común (I-II q. 96
Santo Tomás define la ley como una ordenan- art. 3,c).
za («ordinatio») de la razón en vista del bien Las leyes pueden ser injustas de dos
común, establecida y promulgada por quien maneras. Por una parte, por su oposición al
está a cargo de la comunidad . bien general... Leyes de este tipo son más bien
«La ley pertenece a lo que es el princi- violencias que leyes... De otra manera, las le-
pio de los actos humanos, porque es su regla y yes pueden ser injustas por su oposición al bien
su medida. Y así como la razón es el principio divino... (I-II q. 96 art. 4,c).
de los actos humanos, también en la razón Por esto, según Santo Tomás y los es-
misma hay algo que es el principio respecto colásticos en general, la ley tiene un orden
de todo lo demás. Por lo que conviene que la esencial al bien común. De tal manera que, si
ley pertenezca a esto principalmente y sobre este orden falta, también falta la fuerza del
todo. Y el primer principio de las operaciones carácter obligatorio de la ley y el nombre mis-
que dependen de la razón práctica es el fin mo de ley.
último. Y el fin último de la vida humana es la
felicidad o bienaventuranza. Por lo cual, es 5. Definición de autoridad: La auto-
preciso que la ley atienda ante todo al orden ridad es aquella facultad moral que se encuen-
que se halla en la bienaventuranza. Además, tra en una persona –individual o colectiva–
puesto que cada parte se ordena al todo, como que tiene a su cargo la comunidad, de ema-
lo imperfecto a lo perfecto, y un hombre es nar, promulgar y aplicar ordenanzas particu-
parte de la comunidad perfecta, es necesario lares que son necesarias o útiles para promo-
que la ley atienda propiamente al orden de la ver el bien común. Esta definición concuerda
felicidad común. Por lo cual, el Filósofo con la de casi todos los escolásticos. Zigliara
[Aristóteles], en la dicha definición de las co- la define así: el poder, la facultad o el derecho
sas legales, hace mención de la felicidad y la de gobernar la cosa pública; Billot: llamamos
comunidad política. Porque dice (en el V libro poder político a aquel por el que un pueblo es
de la Ética c. 1, l. 2) que llamamos justas a las gobernado con un fin de paz y de prosperi-
leyes que producen y conservan la felicidad dad; Meyer: el derecho de dirigir la sociedad
16

civil hacia su fin; Liberatore: el derecho de 6. La autoridad está esencialmente


gobernar la cosa pública; Taparelli: llamo ordenada al bien común. Para fundar una
autoridad al derecho de hacer obligatorio lo sociedad, los hombres se reúnen con el fin de
que sería puramente honesto; Schiffini: el de- hacer algo uno en común (3). Ese «algo uno a
recho de obligar a los miembros de un estado, realizar» no es otra cosa que el bien común de
con el objetivo de obtener el fin del mismo; la sociedad. Y como el bien es uno, se sigue que
Cathrein: el derecho de obligar a los miem- es natural y necesario que la multitud de los hom-
bros de la sociedad para que con sus actos bres reunidos en sociedad, designe a una sola
cooperen al bien común. persona física o moral que tenga a su cargo toda
De lo dicho se sigue que la autoridad la comunidad para conducirla a los fines que
así definida debe ser puesta en el género de le son propios; es decir, al bien común.
habitus para el obrar. Por lo que, en cuanto El poder real –y entonces también el
habitus (2) (o disposición), toma su especie rey– son definidos por la facultad de legislar,
y definición del objeto formal. Ahora bien, la que a su vez es definida por estar ordenada
el objeto formal y primario del habitus de al bien común. La autoridad está pues esen-
la autoridad es hacer leyes, promulgarlas y cialmente ordenada al bien común por medio
hacerlas aplicar. El objeto formal de una ley de la ley, y el objeto formal de la autoridad es
es promover el bien común. Entonces, es por el hecho de legislar.
medio de la ley que la autoridad se ordena a
promover el bien común necesaria, intrín- 7. Toda autoridad viene de Dios. Toda
seca y esencialmente. De esto se sigue que autoridad tiene su fundamento en la autoridad
aquel que goza de la autoridad debe tener la de Dios, en la misma providencia de Dios por
intención habitual de promover el bien co- la cual Él ordena infaliblemente y dirige todas
mún; de otro modo, no puede haber autoridad. las cosas hacia su fin. En el rey, esta facultad
Debe tener la intención habitual, ya que la de legislar es una participación a la misma
autoridad civil o eclesiástica, por naturaleza providencia de Dios y a la ley eterna que regla
propia, es un derecho permanente y no sola- todas las cosas. El hecho de que el rey legisle,
mente transitorio o «per modum actus», como no es otra cosa que el hecho de participar a la
se daría, por ejemplo, en un sacerdote que aún misma acción divina de establecer la ley eter-
sin jurisdicción habitual absolviese a un mo- na, de la cual la ley humana toma su fuerza de
ribundo. Además, la intención de promover el carácter obligatorio.
bien común debe tener un carácter objetivo y La obediencia prestada y debida a la ley
no solamente subjetivo. En otros términos, no humana es, indirectamente, la obediencia a Dios
es suficiente que quien goza de la autoridad mismo, de quien la ley recibe su carácter obliga-
entienda a su manera el bien común de la co- torio. En consecuencia, el principal fundamento
munidad; también es necesario que el bien tal de la relación rey-súbdito es la misma Providen-
como lo concibe, sea el bien común verdade- cia de Dios, a quien se debe obediencia absoluta
ro y objetivo. La razón es que la ley se defi- en cuanto Creador, Sumo Bien y fin último de
ne: ordenanza de la razón en vista del bien todas las creaturas. Esta relación rey-súbdito pro-
común. Entonces, a fin de que la voluntad viene de Dios y no de la comunidad. A pesar de
del superior obligue en conciencia, es nece- esto, exige que la comunidad designe legal-
sario que entienda objetivamente el bien mente, en nombre de la comunidad entera, a
común. De otra manera, la definición de ley una persona que reciba en ella el poder real.
no sería satisfecha. Por esta razón, una ley
que contradice una ley superior no obliga en 8. El poder real engendra relaciones
conciencia; es una ley perversa a la que to- mutuas. El poder de legislar, que es un poder
dos deben oponerse y, en ese caso, el supe- activo, es aquel por el cual alguien es consti-
rior no tiene ni el derecho ni la autoridad de tuido rey. Recíprocamente, la obligación de
hacer la ley. obedecer a la ley es aquella por la que alguien
17

es constituido súbdito. El rey o detentador del impedimento. Por esto, no puede recibir el
poder real está unido al conjunto de la comu- poder real quien ha sido legalmente designa-
nidad en cuanto a que es el promotor del bien do si no hay orden natural entre materia y for-
común. A su vez, el conjunto de la comunidad ma, o si existe algún impedimento. Ciertas des-
está unida al promotor del bien común en cuan- proporciones no pueden ser suprimidas, pre-
to a que es dirigida al bien común. cisamente las debidas a impedimentos físicos;
El rey tiene el derecho de legislar ya otras pueden serlo , precisamente las debidas
que Dios infunde en él el derecho de promo- a impedimentos morales. Entonces, los locos
ver la comunidad hacia el bien común. Los y las mujeres no pueden recibir el poder papal
súbditos tienen la obligación de obedecer, ya por desproporción de orden físico; están físi-
que Dios infunde en ellos el deber de obede- camente impedidos para recibir ese poder. En
cer al legislador. Es por esto que el fundamen- este caso hay una desproporción permanente;
to de la relación rey-súbdito es: 1) en primer nunca son aptos para ser designados válida-
lugar, la misma Todopoderosa Providencia de mente. En caso de impedimento de orden mo-
Dios y, 2) en segundo lugar, el hecho de in- ral, no pueden recibir el poder papal quienes
fundir en el rey el poder real y en los súbditos ponen algún obstáculo moral voluntario y
el deber correspondiente. En consecuencia, se removible; por ejemplo: el rechazo de la con-
convierte en rey aquel que: 1) recibe la desig- sagración episcopal o la intención de enseñar
nación legal del conjunto de la comunidad para errores o de promulgar leyes disciplinarias en
promover el bien común y 2) recibe la autori- general nocivas, o el rechazo del bautismo en
dad de Dios. Entonces, del hecho de que la el caso de elegirse un catecúmeno (San
sociedad «engendre» al rey en cuanto a que Ambrosio elegido para la sede episcopal de
designa a alguien para promover el bien co- Milán) (4). Estos son aptos para ser designa-
mún del conjunto de la comunidad, nacen dos dos válidamente ya que el impedimento es
relaciones mutuas, como sucede en la genera- removible, pero la autoridad no puede ser in-
ción natural. Por un lado, es hecho rey quien fundida por Dios hasta tanto no se suprima
es constituido tal por la relación de autoridad el impedimento. La razón es que estos no son
hacia sus súbditos; por el otro, son hechos capaces de promover el bien común mientras
súbditos quienes quedan constituidos como no supriman el obstáculo. Y como el impedi-
tales por la relación de sujeción que tienen con mento es moral y voluntario, este obstáculo
el rey. Como el rey es «engendrado» solamen- puede equipararse a la falta de intención de
te en orden al bien común las relaciones de promover el bien común. Luego, Dios, que es
autoridad y sujeción permanecen solamente en bien subsistente, no puede infundir la autori-
tanto permanece el orden al bien común. De dad en aquel que pone un impedimento volun-
manera que suprimido el orden al bien común, tario a la promoción del bien común.
la relación es igualmente suprimida.
Luego, quien se propone promulgar el 10. Recapitulación. La autoridad con-
error o leyes disciplinarias nocivas no puede siderada en concreto se compone, por analo-
ser verdadero Papa, ya que el bien de la ver- gía con un objeto substancial, de la unión de
dad en la Fe y en las costumbres es esencial a dos partes: materia y forma. El elemento ma-
la misión conferida por Cristo a la Iglesia. terial de la autoridad es la designación legal
de una persona para recibir el poder real, efec-
9. Condiciones para recibir la auto- tuada por el conjunto de la comunidad. El ele-
ridad real. Recordemos las palabras de Santo mento formal de la autoridad es la facultad de
Tomás sobre la necesidad de proporción entre legislar. Esta facultad o derecho está esencial-
la materia y la forma, que deben estar presen- mente ordenada al bien común por medio de
tes en un único compuesto; la debida pro- la ley, por la que es medida en cuanto a su ob-
porción entre materia y forma es doble: jeto formal; de modo que si se suprime el or-
por orden natural y por supresión de un den al bien común se suprime la facultad.
18

Toda autoridad proviene de Dios, La comunidad, en cuanto tal, no puede


cuya Omnipotencia y Providencia es el fun- ser sujeto de autoridad; la autoridad viene de
damento primario de la relación rey-súbdi- Dios. Sin embargo, la designación del sujeto
to. La autoridad es infundida inmediatamen- de la autoridad viene del conjunto de la comu-
te por Dios en aquel que posee la designa- nidad, al menos implícitamente. Aún en el caso
ción legal, con tal de que haya un orden na- de monarquía hereditaria –según los autores–,
tural para recibir la forma de la autoridad y para que el rey reciba legítimamente la autori-
que no exista impedimento. Luego, la con- dad es necesario que el pueblo, al menos im-
dición sine qua non para que el designado plícitamente, acepte el sistema monárquico
que tendrá a su cargo la comunidad entera hereditario.
reciba de Dios la forma de la autoridad, es Pero estas cuestiones que miran a la
la intención de promover el bien común. constitución del gobierno civil no nos intere-
san directamente, ya que la constitución de la
III. La autoridad considerada materialmente Iglesia proviene del mismo Cristo
(materialiter) o la designación legal para inmutablemente y no depende en absoluto del
recibir el poder real consentimiento o aprobación de los fieles. En
otras palabras, los elementos esenciales del
11. ¿Quien gobierna legítimamen- gobierno civil provienen de la ley natural; es
te y quien gobierna ilegítimamente? La decir, el fin de la sociedad, la forma de gobier-
autoridad en cuanto poder o facultad activa no, el modo de elegir los sujetos de la autori-
es un habitus y en consecuencia, un acci- dad. En cambio, los elementos esenciales de
dente predicamental que no puede existir si la constitución de la Iglesia han sido estable-
no recae en un sujeto. Pero, ¿en qué sujeto? cidos por disposición divina. Cristo instituyó
En otros términos, la cuestión ahora es: la Iglesia; Él llamó a los Apóstoles y los orde-
¿quién gobierna legítimamente y quién go- nó jerárquicamente. Cristo dio a la Iglesia su
bierna ilegítimamente? fin así como los medios sobrenaturales para al-
La respuesta es que gobierna legítima- canzarlo. Cristo instituyó una forma monárqui-
mente aquel que ha sido legítimamente elegi- ca de gobierno, de suerte que la constitución
do por la sociedad para recibir la autoridad y de la Iglesia no proviene de ninguna manera de
que además no tiene ningún impedimento para los inferiores, sino de la misma autoridad de
recibirla. Gobierna ilegítimamente aquel que Cristo. Ni aún el Papa, que como vicario goza
ha tomado la autoridad ilegítimamente, es de- de la misma autoridad de Cristo, puede cam-
cir, sin designación legal, o bien, aún cuando biar la divina constitución de la Iglesia.
habiendo sido válidamente designado existe un
impedimento para recibirla. 12. La materia de la autoridad. El
En la sociedad civil, la selección del lector puede ver fácilmente a partir de cuanto
sujeto de la autoridad, según la opinión común, se ha expuesto, que la autoridad considerada
pertenece al conjunto de la comunidad. concretamente está constituida por un elemento
Según los tomistas en general, la co- formal y un elemento material.
munidad completa tiene el derecho de insti- El elemento formal de la autoridad es
tuir o de elegir la forma de gobierno, así el mismo habitus, facultad moral o derecho
como al sujeto que recibirá la autoridad. de legislar. En otros términos, el Papa mis-
Pero la comunidad no transmite la autori- mo. El elemento material o potencial de la
dad por sí misma, como sostuvieron algu- autoridad es el hombre mismo que recibe el
nos, en particular Suárez. La comunidad derecho de legislar. La autoridad en concre-
simplemente propone un sujeto para la auto- to, o sea el Papa o el rey, nacen de la unión
ridad. Pero es Dios quien comunica la autori- de estos dos elementos. Para que un rey o
dad. La unión de estos dos elementos genera un superior gobiernen legítimamente es ne-
la autoridad en concreto, el rey. cesario que quien recibe la autoridad sea
19

designado legalmente para ese poder con- 13. La duración de la designación


forme a las leyes civiles o eclesiásticas. para recibir la jurisdicción papal. La desig-
De otro modo, aquel que será procla- nación para el cargo dura: 1) hasta la muerte
mado Papa o rey no gobernará legítimamente, del sujeto; 2) hasta el rechazo o renuncia vo-
sino por medio de un acto de fuerza, ya que la luntaria del sujeto, o 3) hasta la privación de
comunidad no está obligada a aceptar como la designación del sujeto, realizada por quien
legítimo sujeto de autoridad a quien no ha sido tiene el derecho de hacerlo. No hay otra ma-
legalmente elegido. Entonces, quien ocupa la nera para privar de la designación (5). No exis-
sede de la autoridad por un acto de violencia te autoridad que tenga el poder de juzgar al
no recibe verdaderamente en sí la autoridad, Papa; sin embargo, el cuerpo de los electores
ya que no está verdaderamente dispuesto para puede quitarle la designación. En efecto, la
recibir el acto o forma de la autoridad. La elec- designación proviene de Dios solamente de
ción o designación legal –aún en el caso de manera mediata; de manera inmediata, provie-
legítimo nacimiento en la monarquía heredi- ne de los electores. Por esta razón, el hecho de
taria– perfecciona al sujeto para el que se vuel- constatar la pérdida de la jurisdicción, o in-
ve materia última de la autoridad, es decir, lo cluso la ausencia de disposición para recibir
pone en la última disposición para recibir la la autoridad papal en un Papa elegido no so-
perfección de la autoridad. De manera análo- brepasa el derecho de los electores del Papa.
ga, esto sucede en el caso de la generación Por ejemplo, los electores deben constatar la
natural, en la que los padres no dan la forma muerte de un Papa antes de poder proceder a
humana, o sea el alma, pero sí dan la última la elección de uno nuevo. Paralelamente, si el
disposición de la materia. Dios da el alma y la Papa se volviese loco, los electores deberían
unión de la materia y la forma realiza un ser constatar su locura; en consecuencia, la pér-
simpliciter uno; es decir, un hombre. Si por el dida del poder papal, y luego de haber consta-
contrario, la materia no está dispuesta de al- tado este hecho, podrían proceder a una nueva
gún modo, la forma no se infunde en esta; o si elección. Paralelamente, si fuese elegido un
se infunde por un lapso de tiempo el feto mue- laico que se rehusara a la consagración
re, ya que la materia no está preparada para episcopal, los electores deberían constatar su
permanecer unida al alma a causa de una im- indisposición para recibir el poder y, luego de
perfección. haber constatado el hecho, podrían proceder a
Paralelamente, la autoridad en acto una nueva elección. Del mismo modo, en el
no puede ser recibida sino de un sujeto le- caso de una persona elegida al papado, o in-
galmente designado. En el gobierno civil, cluso de alguien que ya ha aceptado la juris-
desde el momento que depende de la ley dicción papal, y cae en herejía; o peor aún, de
natural, es fácil que un rey que se haya in- alguien que en nombre de la Iglesia promulga
troducido por la fuerza en la sede de la au- herejías y leyes disciplinarias heréticas y
toridad pueda volverse verdadero y legíti- sacrílegas, los electores deberán y podrán
mo rey por aprobación implícita por parte constatar el hecho de la ausencia de la dis-
del pueblo. posición para recibir la autoridad o para
Pero este principio no puede hallar mantenerla, de parte de la persona elegida,
aplicación en la Iglesia, ya que los fieles no y luego de haber constatado el hecho, pro-
poseen por ley natural el derecho de desig- ceder a una nueva elección.
nar al sujeto de la autoridad papal. Es, pues,
necesario, que la persona que recibe el pa- 14. La duración del derecho de de-
pado sea designada según las normas en vi- signar. La duración del derecho de desig-
gor en tiempo de vacancia de la Sede Apos- nar es semejante a la duración de la misma
tólica; es decir, debe ser designada por los designación; es decir, se puede perder úni-
electores que tienen el derecho legal de ele- camente por muerte, renuncia o privación
gir al Papa. legal. En el caso de los electores del Papa,
20

sólo quien tiene el derecho de nombrar a los realmente distintas. Luego, la facultad de de-
electores (es decir, solamente quien es Papa, signar es realmente distinta de la facultad de
al menos, materialmente) tiene el derecho de legislar. Puede suceder que aunque una perso-
privarlos legalmente. Pero en este punto uno na no goce de la facultad de legislar (o de la
se pregunta: ¿cómo un individuo que no es autoridad considerada en sentido propio y for-
Papa o que es Papa solo materialmente puede mal) pueda, no obstante, gozar de la facultad
privar o nombrar legalmente a los electores del de designar en la medida en que quiera el bien
Romano Pontífice? En otras palabras, ¿de qué objetivo de la sucesión legal en la sede de la
manera después del Concilio Vaticano II, los autoridad. En otras palabras, como hemos di-
cónclaves pueden ser considerados legítimos cho antes, la facultad de designar proviene de
cuando los mismos electores están despojados la Iglesia; la facultad de legislar proviene de
de la jurisdicción porque son herejes, o por- Dios. La Iglesia puede dar la facultad de de-
que han sido nombrados por herejes también signar, sin que al mismo tiempo Dios conceda
despojados de jurisdicción? la de legislar, y esto, a causa de un impedi-
La respuesta es que la autoridad tiene mento. Pero los electores del Papa –incluso
un doble fin: uno, el de legislar; y otro, el de aquellos que adhieren al Concilio Vaticano II–
nombrar a los sujetos que han de recibir la tienen la intención de designar legalmente a
autoridad. Como la misma autoridad tiene «un una persona para recibir el papado. Así, aun
cuerpo» y «un alma»; es decir, una materia y cuando Pablo VI y Juan Pablo II solo sean Pa-
una forma, siendo la primera, la designación pas materialmente (6), al nombrar «cardena-
para recibir la jurisdicción; y la segunda, la les» tienen la intención de nombrar sujetos que
misma jurisdicción así, el objeto de la autori- tengan la facultad o el derecho de designar al
dad es doble. El primer y principal objeto o Papa. Luego, los cónclaves, incluso los poste-
fin de la autoridad es el de dirigir a la comuni- riores al Concilio Vaticano II, quieren objeti-
dad hacia el bien por medio de leyes, y esto vamente el bien de la sucesión en la Sede
mira al «alma» de la autoridad; el objeto se- Pontificia; y quienes son elegidos para esta
gundo y secundario de la autoridad (ya que se Sede se proponen objetivamente el bien con-
ordena al primero) es el de nombrar a los suje- sistente en el hecho de nombrar a los elec-
tos de la autoridad, y esto mira al cuerpo de la tores del Papa. Esta continuidad puramente
autoridad a fin de que la comunidad tenga material de la autoridad puede continuar por
continuidad en el tiempo. Por ejemplo: si San tiempo indefinido en la medida en que los cón-
Pedro hubiese conducido a la Iglesia sin pro- claves tengan la intención de elegir un Papa,
veer a su legítima sucesión, habría lesionado y que quienes sean elegidos tengan la inten-
gravemente –e incluso mortalmente– el bien ción de nombrar a los electores.
de la Iglesia. Ya que no es suficiente para un La designación tampoco se vuelve nula
buen gobierno que alguien simplemente legis- por herejía de los electores o de la persona ele-
le, debe proveer a la creación de una legítima gida, puesto que la designación en sí misma
sucesión en la sede de la autoridad. no concierne a la disposición o a la falta de
Estos dos objetos de la autoridad son disposición del sujeto. Las exigencias de la
realmente distintos. La razón es que el acto de autoridad, es decir, del derecho a legislar, sí
la designación para recibir un cargo no es ha- conciernen a la disposición o a la falta de dis-
cer una ley. Designar a alguien para un cargo posición del sujeto. En otros términos, la ma-
es simplemente transferirle un derecho o títu- teria se vuelve inadaptada para recibir la auto-
lo. Esto no concierne al fin de la sociedad. No ridad a causa de las exigencias de la forma; es
se debe ninguna obediencia a la designación – decir, de la autoridad, y no a causa de las exi-
como en cambio sí se debe a la ley–, solo se le gencias del acto de designación.
debe el reconocimiento. Ahora bien, si los ob- Por ejemplo, para que un laico elegi-
jetos son realmente distintos, entonces las fa- do al Papado reciba válidamente la autori-
cultades ordenadas a los objetos son también dad, debe tener la intención de recibir la
21

consagración episcopal. Si esta intención no cuerpo permanezca vivo y potencialmente con


existe permanece designado válidamente, pero virtud para realizar actos superiores cuando la
no es apto para recibir la autoridad a causa de materia se vuelva apta. Sin embargo, si la ma-
la no disposición en lo que respecta a las exi- teria se vuelve completamente inapta para
gencias de la forma, pero no por lo que con- mantener la vida, incluso la vegetativa, sobre-
cierne a las de la designación. Este sujeto se- viene la muerte. De modo análogo, la Iglesia
ría Papa materialmente hasta el momento en puede conservar la «vida vegetativa» de la je-
que tenga intención de recibir la consagración rarquía y al mismo tiempo no conservar la
episcopal. La designación es válida; la exigen- «vida legislativa» o la vida que persigue los
cia de la autoridad hace al sujeto inválido en fines de la Iglesia (al menos, de parte de la
tanto no se convierta en materia próximamen- jerarquía). Este estado de cosas proviene no
te dispuesta para recibir la autoridad. de una falta de parte de Cristo; proviene de
Luego, quien es designado para el pa- una falta de parte de hombres defectibles como
pado aunque no pueda recibir la autoridad, –a los que son designados para recibir la autori-
causa del obstáculo de herejía, o porque rehúsa dad. Esto es permitido por Cristo, Jefe de la
la consagración episcopal, o por cualquier otra Iglesia y es «admirable a nuestros ojos». No
razón– puede a pesar de eso, nombrar a otras obstante, todo mal es permitido por Dios por
personas para recibir la autoridad (como a los un bien.
obispos) e incluso a los electores del Papa, Los fines de la Iglesia continúan sien-
puesto que todos estos actos conciernen sola- do perseguidos por sacerdotes y obispos que
mente a la continuación de la parte material no cayeron en herejía, con una jurisdicción que
de la autoridad y no a la jurisdicción, ya que no es habitual, sino simplemente transitoria,
en el nombramiento no se hace ninguna ley. cuando cumplen los actos sacramentales.
El nombramiento o designación es una simple
preparación alejada verdaderamente del hecho 15. El derecho de elegir no es ni ju-
de legislar. risdicción ni autoridad. El derecho de elegir
Quien es designado para la autoridad a una persona para recibir la autoridad no es
recibirá válidamente este poder no legislativo ni la autoridad ni la jurisdicción, ya que quie-
en la medida en que mantenga la intención de nes poseen este derecho no poseen necesaria-
continuar la parte material de la jerarquía. mente el derecho de legislar. Por ejemplo, los
Los electores que son designados por una per- ciudadanos de un estado tienen el derecho de
sona que solamente es Papa materialiter pro- elegir pero no el de legislar; solamente pue-
ceden a una elección legal cuando eligen a al- den elegir a quien debe recibir la autoridad. El
guien para el Papado, ya que no se hace nin- objeto del derecho de elegir no es el de hacer
guna ley en el cumplimiento de este acto, y una ley; es más bien, sólo el de designar a una
entonces los electores no tienen necesidad de persona. Por lo tanto, el derecho de elegir per-
jurisdicción, o sea, del derecho de legislar. Para dura mientras exista la intención habitual de
proceder válida y legalmente a una designa- designar a una persona para la autoridad, o en
ción deben gozar solamente de un derecho de tanto ese derecho no es suprimido por la auto-
voz activa. ridad. El derecho de elegir está ordenado a un
Se puede establecer una analogía con acto específicamente distinto de aquel al que
el caso del alma humana. El alma está ordena- están ordenadas la jurisdicción o la autoridad.
da a actos específicamente diferentes; por La autoridad está ordenada a formular leyes;
ejemplo: los actos de la vida vegetativa, de la órdenes para promover los fines propios de
vida sensitiva y de la vida racional. Puede su- la misma sociedad. Por el contrario, el de-
ceder que por ineptitud o por indisposición de recho de elegir no está ordenado directamen-
la materia (por ejemplo, una herida grave en te a promover los fines propios de la socie-
la cabeza) el alma cumpla solamente los actos dad, solo a procurar un sujeto capaz de recibir
de la vida vegetativa, de tal suerte que el la autoridad. El objeto de uno es simpliciter
22

distinto del objeto del otro, y el derecho de el papado sin tener la autoridad papal; de tal
elegir no implica en absoluto en su concepto modo que este papa material pueda nombrar
formal la posesión del derecho de legislar, así a otros electores legalmente y así mantener a
como la elección en sí no implica la posesión perpetuidad el cuerpo legal de los electores.
de la autoridad en su concepto formal. En otros términos, todas estas consideracio-
Es verdad que en lo concreto estos dos nes se aplican a la línea material. Este princi-
derechos a menudo se dan en la misma per- pio es de una extrema importancia, ya que quie-
sona, por ejemplo: en un cardenal o en un nes critican la Tesis no comprenden cómo quien
Papa. Pero estos dos accidentes (el derecho no tiene la autoridad papal puede nombrar car-
de elegir y el de promulgar una ley, o la elec- denales o electores capaces de elegir legal y
ción y la posesión de la autoridad) no se dan legítimamente a quien debe recibir la autori-
necesariamente juntos en la misma perso- dad. Piensan erróneamente que el derecho de
na, ya que su objeto es diferente. Como se designar a los electores es también el derecho
ha dicho anteriormente, el objeto del derecho de legislar, y entonces unen lo que debe sepa-
de elegir es la designación de la persona que rarse. Este derecho de designar que se halla
debe recibir la autoridad y el objeto del dere- en Pablo VI o en Juan Pablo II no los hace
cho de legislar es la ley misma u orden de la Papas, ya que en ellos falta la autoridad o de-
razón, con el fin de promover el bien común. recho de legislar. No son pues papas, sino
El acto o ejercicio del derecho de elegir es la materialiter. Sin embargo, pueden designar a los
elección; el acto o ejercicio del derecho de le- electores y también a los obispos con el fin de
gislar es el hecho de hacer leyes. Como estos suceder en las sedes de la autoridad e incluso
derechos tienen objetos simpliciter diferentes pueden cambiar válidamente las reglas de la elec-
existen dos facultades morales simpliciter di- ción, sobre todo si los cambios son aceptados
ferentes. Esta distinción resuelve la dificultad por el cónclave.
que algunos objetan: es imposible que un cón-
clave compuesto de cardenales herejes, y en IV. La unión de los dos elementos de la
consecuencia, privados de jurisdicción, pueda autoridad
elegir a aquel que está ordenado a recibir la
plenitud de la jurisdicción (7). 17. Vacantis Apostolicae Sedis, de Pío
XII. Este documento declara: «Luego de la
16. El derecho de legislar proviene de elección canónica, el último cardenal diá-
Dios de modo inmediato, el derecho de de- cono convoca, en la sala del Cónclave, al
signar proviene de Dios solamente de ma- secretario del Sacro Colegio, el prefecto
nera mediata y de modo inmediato, de la de las ceremonias apostólicas y dos maes-
Iglesia. El derecho de legislar; es decir, de tros de ceremonias. Entonces, el carde-
enseñar, gobernar y santificar la Iglesia, pro- nal decano, en nombre del Sacro Colegio,
viene de Dios. Es la autoridad propiamente debe pedir el consentimiento del elegido
dicha, la autoridad de Cristo de la cual el Papa en estos términos: ‘¿Aceptáis la elección
participa en cuanto vicario. En cambio, el de- canónica de vuestra persona como Sumo
recho de designar a quien debe recibir la auto- Pontífice, que acaba de hacerse?’. Ha-
ridad proviene de Dios de manera mediata, y biéndose prestado el consentimiento en un
de la Iglesia, de manera inmediata. Esto es espacio de tiempo que, en la medida que
evidente; cuando muere un Papa, ¡el derecho sea necesario, debe determinarse por el
de designar al sucesor no muere con él! El sabio juicio de los cardenales con mayo-
poseedor legal del derecho de designar es el ría de votos, el elegido es inmediatamen-
cuerpo de electores o cónclave. Por esta ra- te verdadero Papa y adquiere por el mis-
zón, el cónclave o cuerpo de electores puede mo hecho y puede ejercer una plena y ab-
transmitir el derecho de designación incluso soluta jurisdicción sobre el universo en-
a un papa material; es decir, designado para tero» (§ 100 y 101).
23

Entonces, es claro que una vez expre-


sado su consentimiento a la elección, el ele-
gido se convierte en Papa. Esto es así por-
que la unión de la materia y la forma del
papado es inmediata. Pero entonces, ¿cómo
puede alguien permanecer Papa solo mate-
rialmente después de expresar su propio con-
sentimiento a la elección? Respuesta: Por-
que la materia y la forma no pueden unirse
si la materia no tiene las proporciones de-
bidas con la forma, y esto se produce de dos
maneras: por orden natural entre materia y
forma, y por supresión de todo impedimen-
to. Luego, quien ha sido legalmente elegido
al papado recibe la parte de la autoridad que
es apto para recibir; es decir, la parte para
la que no presenta impedimento. Es pues po-
sible que una persona pueda recibir el dere-
cho de designación, que mira a la sucesión
legítima y a la permanencia de la vida corpo- La Tiara (en la foto, tiara de Pío IX) es el símbolo de la
ral de la Iglesia, y que al mismo tiempo no plenitud del poder papal
pueda recibir la autoridad propiamente dicha,
es decir, el derecho de legislar, que mira a la Ahora bien, el Papa, en cuanto Papa,
legislación y al gobierno de la Iglesia. Ahora es un ente «per accidens», ya que es una
bien, como dijimos antes, la intención de sumatoria de varios entes; es decir, por un
promulgar errores o leyes disciplinarias ma- lado, de un hombre, y por el otro, de varios
las, coloca un impedimento en el elegido para accidentes. De estos numerosos accidentes,
recibir la forma de la autoridad; y aunque algunos son puramente dispositivos –como
haya dado su consentimiento a la elección, la ordenación sacerdotal, la consagración
permanecerá elegido solamente en tanto no episcopal, etc.–, pero solo uno es formal, por
suprima el impedimento. el cual un hombre determinado es nombra-
do Papa simpliciter, y este accidente es el
V. La posibilidad de separar materia y derecho de legislar, o autoridad, o jurisdic-
forma de la autoridad ción.
El hombre que tiene la disposición
18. En los entes per accidens mate- para recibir la autoridad es una substancia
ria y forma pueden estar separadas. En que posee todas las perfecciones necesarias
los entes per se, por ejemplo un hombre, es para recibir la forma de la autoridad; de es-
imposible que la persona sobreviva si se tas perfecciones, la última y, en verdad, la
separan materia y forma. La materia no pue- perfección sine qua non, es la designación
de existir en acto sin la forma substancial. legal para recibir la autoridad. La persona
En los entes per accidens, es decir, en los así designada puede recibir la autoridad en-
entes que nacen de la unión de una forma seguida, o bien después de un cierto lapso
accidental con una substancia (que se vuel- de tiempo. Si no recibe inmediatamente la
ve análogamente materia en relación al ac- autoridad permanece materia última de la
cidente), materia y forma pueden separarse misma –hombre elegido o designado–, pero
sin que haya corrupción del supositum; no tiene la jurisdicción, no tiene el derecho
como en un hombre blanco, o filólogo, o de legislar o de dirigir la comunidad hacia
músico. los fines que le son propios.
24

Un ejemplo insigne es dado por el pre- darse en un sujeto determinado sin la autori-
sidente de los Estados Unidos de América. Es dad, como se dijo anteriormente. De la misma
designado legalmente en el mes de noviem- manera, los padres engendran la materia próxi-
bre, pero no recibe la autoridad antes del 20 ma para recibir una forma humana, pero no
de enero del año siguiente. En el lapso de tiem- son ellos quienes infunden la forma misma. Pa-
po que corre entre la elección y la adquisición ralelamente, los electores procuran la materia
de la autoridad no es presidente, ya que no próxima del papado o del jefe de la sociedad,
tiene el poder; pero no es simpliciter no-pre- pero no proporcionan la autoridad. Si la mate-
sidente, porque ha recibido la designación le- ria engendrada por los padres no tiene, por una
gal. Es presidente materialmente (materia- u otra razón, la disposición para recibir la for-
liter). Si la persona elegida no acudiese nunca ma humana, no se convierte en un hombre,
a Washington para recibir la autoridad, per- sino que es expulsada del cuerpo de la mujer.
manecería como presidente materialmente en Así, si los electores proporcionasen la mate-
tanto el congreso no suprimiese la designa- ria de la autoridad, la cual, por una u otra ra-
ción. Es difícil imaginar la misma situación zón, no tuviese la disposición para recibir la
en el caso del Romano Pontífice, ya que la forma de la autoridad, no se convertiría en
costumbre y la ley establecen que recibe in- Papa, sino que sería expulsada; o sea, que los
mediatamente la jurisdicción papal en el acto electores le retirarían la designación. En otras
mismo en que acepta la designación. Pero tam- palabras: por analogía, así como la mujer que
bién puede suceder que una determinada per- no expulsa el feto no dispuesto para la forma
sona a pesar de haber sido designada legal- humana es herida por la infección, la Iglesia o
mente y de haber aceptado la designación, no la sociedad que no expulsan la materia no dis-
reciba la jurisdicción por carecer de una dispo- puesta para la autoridad son infectadas por el
sición necesaria (por ejemplo: la intención de mal de la confusión a causa de la ausencia de
recibir la consagración episcopal, si todavía no la autoridad. Además, si la causa de la ausen-
es obispo; o bien, el uso de la razón, si está loco). cia de disposición para la autoridad es la vo-
En este caso, el hombre elegido estaría desig- luntad de promulgar la herejía, las institucio-
nado para el papado, pero no sería verdadero nes de la Iglesia se pudrirían en el humor féti-
Papa; lo sería solo materialmente, hasta que do de la herejía a causa de la apariencia de
consintiera a la consagración episcopal o se autoridad de quien fue elegido.
curase de su locura.
Por consiguiente, la designación para VI. Las causas que impiden la unión entre
recibir la autoridad y la misma autoridad son materia y forma de la autoridad
entonces dos accidentes que pueden hallarse
en un único sujeto y, como forman parte 19. Como se ha dicho, la materia de la
del orden accidental, son, solo por analogía, autoridad, o persona designada, no puede re-
respectivamente: accidente material y acciden- cibir la autoridad para la que ha sido desig-
te formal en relación al Papa (8). nada si pone obstáculos voluntarios. ¿Cuáles
Un hombre que posee el primer acci- son esos obstáculos voluntarios?
dente (la designación), se vuelve automá- Respuesta: Todo aquello que impida al
ticamente materia próxima de la autoridad, designado promover habitualmente el bien
o –concretamente– es la autoridad materialiter. común.
Luego, si un laico fuese designado al papado, El caso del Romano Pontífice es com-
pero rechazase la consagración episcopal, se- pletamente particular, ya que el bien que debe
ría Papa materialmente hasta que un cónclave promover es mucho más elevado que el bien de
le retirase la designación. la sociedad civil. El bien de la Iglesia consiste
Como la designación para la autoridad en perseguir los fines que Cristo mismo le
es realmente distinta de la misma autoridad (con- impuso y sigue queriendo. Estos fines son tres,
siderada formalmente), la designación puede y corresponden a las tres funciones de Cristo:
25

1) Predicar la Verdad de manera inde- puede cumplir la función esencial del papado.
fectible e infalible, puesto que Cristo es Pro- Esto también vale para las otras funciones:
feta. quien tiene la intención de predicar falsas doc-
2) Ofrecer el verdadero y único Sacri- trinas no puede cumplir el oficio de Cristo,
ficio al verdadero y único Dios y administrar Verdad Suprema; quien tiene la intención de
los verdaderos Sacramentos, puesto que Cris- establecer un falso culto no puede cumplir el
to es Sumo Sacerdote. cargo de Cristo, Sumo Sacerdote; quien tiene
3) Establecer leyes de manera indefec- la intención de promulgar leyes nocivas no
tible, que conduzcan infaliblemente a la vida puede cumplir el oficio de Cristo Rey.
eterna, puesto que Cristo es Rey. Como Cristo, su Maestro, la Iglesia debe
Entonces, quien tiene o pone un impe- ser para todos los hombres, camino, verdad y
dimento, aun a una sola de estas tres funcio- vida, en cuanto gobierna, enseña y santifica
nes esenciales de Cristo y de la Iglesia, no pue- infaliblemente. Pero si la autoridad de la Igle-
de recibir la autoridad de Cristo o de la Igle- sia promulga el error, la Iglesia no puede ser
sia, ya que la autoridad, como se ha visto, está para nadie ni camino, ni verdad, ni vida (9).
necesaria y esencialmente ordenada al bien
común; a la prosecución de los fines propios APÉNDICE I. La distinción entre un hecho
de la sociedad. real y el reconocimiento legal de un hecho real
Luego, quien tuviese la intención:
1) de promulgar el error; 20. Antes de proceder a la exposición de
2) de promulgar el uso de un falso cul- la Tesis es necesario explicar otra distinción de
to, o el culto a un falso dios, o el abandono del gran importancia: la diferencia entre un hecho
verdadero culto; o real y el reconocimiento legal de un hecho real.
3) de promulgar leyes nocivas, aun Toda sociedad es una persona moral, y
cuando esté designado válidamente, no podría por analogía con la persona física, tiene inteli-
recibir la autoridad. Tener la intención de rea- gencia y voluntad propias. Así, puede suceder –
lizar estas cosas es querer la ruina de la Iglesia y sucede frecuentemente– que un hecho sea ver-
y su completo aniquilamiento. En efecto, la dadero en el orden real e incluso absolutamente
Iglesia es columna de la Verdad por institu- evidente, pero que a pesar de todo no sea reco-
ción de Cristo y quienquiera que tenga la in- nocido como tal por la sociedad.
tención de promulgar el error en su nombre, Por ejemplo, alguien comete un homi-
tanto en las cuestiones teóricas como en las cidio en presencia de muchos testigos. A pe-
prácticas, viola su naturaleza. Cristo es el jefe sar de que los testigos sepan que es un ase-
supremo de la Iglesia y la autoridad del Papa sino, la ley lo considera inocente hasta que sea
es la autoridad de Cristo. Entonces, la inten- condenado por un tribunal. Dicho de otra for-
ción de promulgar el error destruye completa- ma: a los ojos de la sociedad, un individuo no
mente la proporción entre la autoridad de Cris- es asesino mientras no ha sido condenado, aun-
to y el designado. Sin embargo, la intención que para los testigos sea absolutamente cierto
de revolucionar la Iglesia por medio de la di- que en realidad es un asesino.
fusión del error no es la única razón por la que Otro ejemplo: en un matrimonio, uno
una persona no puede recibir la autoridad de los esposos simula el consentimiento. En
papal. En el ejemplo ya mencionado, Pío XII ese caso, ante Dios y en realidad, el vínculo
afirmaba que un laico elegido al Pontificado no matrimonial no existe; pero ante la Iglesia, el
puede aceptar la elección, en tanto no consien- matrimonio es válido hasta que se pruebe que
ta en recibir la ordenación. La razón es evi- el consentimiento era simulado. Si un sacerdo-
dente, quien no quiere ser sacerdote, no quie- te llegara a saber por declaración de uno de los
re, implícitamente, y entonces, no puede, reci- esposos que el consentimiento fue simulado,
bir la autoridad sacerdotal, ni puede ser imagen debe prohibir a los esposos el uso del matri-
de Cristo, Sumo Sacerdote. En consecuencia, no monio, ya que ante Dios el vínculo no existe,
26

pero sí existe ante la Iglesia hasta que la nuli- Por estas razones, la Tesis que voy a
dad sea declarada legalmente. Otro ejemplo: demostrar ofrece una explicación perfecta del
un sacerdote retira secretamente su intención problema actual y una posición verdaderamen-
de recibir el sacramento del orden durante su te católica, ya que, por un lado, mantiene la
ordenación. Legalmente, ante la Iglesia, sale indefectibilidad de la Iglesia y la infalibilidad
de la ordenación como sacerdote, pero ante de su magisterio, rechazando reconocer la au-
Dios y en realidad, no lo es. Si luego quiere toridad de Cristo en quienes predican el error;
demostrar la nulidad del sacramento, perma- y por otro lado, mantiene la apostolicidad y
necerá legalmente sacerdote hasta que la nuli- unidad de la Iglesia en cuanto solo y único
dad sea probada en la forma requerida. cuerpo moral, reconociendo la designación
Esta distinción entre un «hecho real» y legal en quienes la reciben para cargos ecle-
un «hecho legal» diferencia a la Iglesia –y a siásticos hasta que les sea retirada por la auto-
cualquier otra sociedad– de una masa de hom- ridad competente.
bres.
Por otra parte, esta distinción es con- Notas
firmada por el caso de Nestorio, con quien
después de manifestar su herejía en la catedral 1) En el caso en que los obispos cismáticos se arre-
(en el 428), el clero y el pueblo rompieron la pienten y piden reconciliarse con Roma, generalmente
comunión y rehusaron obedecerle; a pesar de son recibidos por la Iglesia como obispos; es decir, que
mantienen sus diócesis, con el clero, los religiosos y los
esto, siguió ocupando la sede como legalmen-
fieles.
te designado, hasta que fue legalmente de- 2) En la filosofía escolástica se entiende por habitus
puesto por el Concilio de Éfeso (en el 431). una cualidad estable, que dispone al sujeto para ser o
Si el reconocimiento legal de su crimen no para obrar el bien o el mal (nota de Sodalitium).
hubiese sido necesario, el Papa habría ele- 3) La sociedad no parece ser otra cosa que una re-
unión de hombres, con el fin de realizar juntos algo uno
gido y nombrado a otro en su lugar antes (Santo Tomás, Contra impugnantes Dei Cultum ac
del juicio del Concilio. Religionem).
Nuestro problema actual –que es ver- 4) Pío XII ha previsto el caso de un laico que,
daderamente terrible– consiste en el hecho elegido para la Santa Sede, no puede recibir la elec-
ción si rechaza la ordenación sacerdotal: «Si un laico
de que todas las sedes de autoridad, al me-
fuese elegido Papa, no podría aceptar la elección
nos aparentemente, enseñan los errores del excepto a condición de ser apto para recibir la orde-
Concilio Vaticano II como magisterio y to- nación, y dispuesto a hacerse ordenar» (Discurso al
dos los electores del Papa participan de los segundo congreso mundial para el apostolado de los
mismos errores; de tal suerte, que no hay laicos, 5 de octubre de 1957).
5) El canon 183 §1 enumera las causas de pér-
nadie que pueda reconocer o constatar de dida de los cargos eclesiásticos: renuncia, privación,
manera legal el hecho del error en el magis- remoción a otro oficio, traslación, transcurso del tiem-
terio y en consecuencia, la ausencia de au- po prefijado. Pero en nuestro caso no se puede apli-
toridad en quienes los promulgan. car ni la privación, ni la remoción a otro oficio, ni el
transcurso del tiempo prefijado. [N.d.T.: la traduc-
Ante este estado de cosas, que jamás
ción de los términos del canon corresponde a la edi-
se ha verificado en la historia de la Iglesia, ción del Código de Derecho Canónico de la B.A.C.,
los fieles deben, por un lado, protegerse ellos 1951].
mismos –así como los fieles de 6) En otras palabras: son Papas solamente
Constantinopla debieron protegerse de «secundum quid» (en cierto sentido), pero no
«simpliciter» (en absoluto), formalmente.
Nestorio– rompiendo la comunión con aque- 7) En este nº 15 de su estudio, como en el nº
llos que promulgan el error, rehusando reco- 16 siguiente, el autor demuestra, con argumentos
nocerlos como poseedores de la autoridad; y directos, como un «Papa» solo materialiter (lue-
por otro lado, deben respetar la cualidad le- go, privado de autoridad) puede designar válida-
mente a los electores del cónclave (los cardena-
gal de la Iglesia por la que alguien perma-
les), a los ocupantes de las sedes episcopales, y
nece en la sede y en el cargo hasta ser supri- cambiar las reglas de la elección. Los argumentos
mido por la ley. adoptados por Mons. Sanborn nos parecen proba-
27

torios, claros, definitivos y reafirman la posición cardenales y los obispos designados por estos, ¿no
ya expresada por el Padre Guérard des Lauriers y serían todos inválidos? Según Zapelena, en esta
por el Padre Bernard Lucien sobre la «permanen- hipótesis, «habría que admitir una suplencia de
cia material de la jerarquía» (Cf. B. L UCIEN , La la jurisdicción (fundada en el título ‘colorado’),
situación actual de la Autoridad en la Iglesia. La no de parte de la Iglesia, que no tiene la suprema
Tesis de Cassiciacum, Documents de Catolicité, autoridad, sino de parte del mismo Cristo, que ha-
1985, Cap. X, págs. 97-103). Sin embargo, si el bría concedido la jurisdicción a cada uno de los
lector no estuviese aún convencido, se podrían antipapas, en la medida en que fuese necesario»;
aportar otras pruebas (aunque menos profundas, es decir, solamente para la designación de carde-
por indirectas). En efecto, si no se admite esta po- nales (y obispos) aptos para la elección papal (De
sibilidad hay que concluir que actualmente la Igle- Ecclesia Christi, pars altera apolegetico
sia jerárquica está completamente destruida y que dogmatica, Universidad Gregoriana, Roma,1954,
no existe más ninguna posibilidad de elegir un pág.115). El caso analizado por Zapelena es muy
Papa en el futuro, lo que es contrario a la semejante al nuestro. Si Billuart emite la hipóte-
indefectibilidad de la Iglesia. Suponiendo, enton- sis de una suplencia de jurisdicción para un Papa
ces, que el «Papa» materialiter no fuera apto por manifiestamente herético y Zapelena la emite in-
sí mismo para designar legalmente a los electores cluso para un antipapa, no se ve porqué esta su-
del Cónclave y a los ocupantes de las sedes plencia no sea teológicamente posible también para
episcopales, habría que admitir que esta capaci- un «Papa» materialiter –con moderación, bien en-
dad le viniera de una suplencia por parte de Cris- tendida– para los actos necesarios a procurar la
to. La hipótesis de una suplencia por parte de Cris- continuidad de la estructura jerárquica de la Igle-
to no está privada de fundamento, tampoco entre sia, que es postulada por la Fe en las promesas de
los autores. Por ejemplo, C.R. Billuart o.p., la su- Nuestro Señor (nota de Sodalitium).
pone en el caso hipotético del «Papa herético». «Es 8) Ya que la materia es la potencia que recibe la
sentencia común - escribe Billuart- que Cristo, por forma, y que lo imperfecto o potencial es aquello para
el bien común y la tranquilidad de la Iglesia, con lo que viene lo perfecto, se reducen a causa material: a)
una dispensa especial, concede la jurisdicción al los accidentes que disponen al sujeto para recibir una
Papa manifiestamente herético, hasta que la Igle- forma: causa material dispositiva determinada; b) las
sia lo declare como tal» (Summa Sancti Thomae..., partes, tanto las esenciales (materia y forma), como las
T. IX, Tractatus de Fide et regulis Fidei, 2a obj.) integrales que componen al todo; c) cualquier sujeto
[aquí, Billuart incluso sostiene una suplencia de potencial que reciba un acto. Por ejemplo: la substancia
la autoridad de jurisdicción, que no se puede ad- espiritual en relación a sus accidentes, la esencia en re-
mitir en nuestro caso]. Timoteo Zapelena s.j. tam- lación a la existencia, un accidente en relación a otro,
bién emite la hipótesis de una suplencia de juris- son llamadas causas materiales en sentido amplio (Gredt,
dicción, aunque limitada, concedida por Cristo Elementa Philosophiae Aristotelico-Thomisticae,
para asegurar la continuidad de la Iglesia. Estu- Friburgo Brisgoviae, Herder, 1932, nº 751).
diando el caso del Gran Cisma de Occidente, des- 9) Otro impedimento, que no nos concierne, es
pués de haber dicho que el Papa legítimo era el la locura. En efecto, quien está loco no es apto para
romano, el teólogo jesuita considera lo que suce- ningún oficio. No obstante, si es designado un loco,
dería si los tres «Papas» del Gran Cisma hubieran permanecerá designado hasta que la autoridad com-
sido «dudosos» y, en consecuencia, «nulos». Los petente le retire la designación.
28

TERCERA SECCIÓN: Prueba de la menor: La condición


EXPOSICIÓN Y DEMOSTRACIÓN sine qua non para recibir la autoridad es que
DE LA TESIS quien la recibe tenga la intención de pro-
RESPUESTA A LAS OBJECIONES mover el bien común de la comunidad de la
cual es jefe. Ahora bien, el bien común de
21. EXPOSICIÓN Y DEMOSTRACIÓN DE LA la Iglesia es enseñar la Verdad a los hom-
TESIS bres, llevarlos al Cielo por el buen camino
y santificarlos por Sacramentos verdaderos
TESIS: Aquel que ha sido elegido para y válidos. Entonces, la autoridad de la Igle-
el papado por un cónclave convocado sia está ordenada esencialmente a enseñar
legalmente y en la forma requerida, pero la Verdad a los hombres, llevarlos al Cielo
que tiene la intención de enseñar el error por el buen camino y santificarlos por Sa-
o de promulgar leyes nocivas, no puede cramentos verdaderos y válidos. Luego,
recibir la autoridad papal en tanto no se quienes no tienden a estos fines colocan un
arrepienta y rechace el error o las leyes impedimento para recibir la autoridad.
nocivas. En otros términos, no es Papa
formalmente, pero permanece designado Prueba de la segunda parte:
válidamente para recibir el poder papal;
es decir, es Papa materialmente hasta su Mayor: La designación legal para el
muerte, hasta que renuncie o hasta que papado no puede perderse sino de tres ma-
un cónclave legal u otra autoridad neras: 1) por muerte del sujeto; 2) por re-
competente hayan verificado la vacancia chazo o renuncia voluntaria del sujeto; 3)
de la Sede. por privación de la designación del sujeto
por parte de la autoridad competente.
Prueba de la primera parte:
Menor: Ahora bien, quien es elegido
Mayor: La autoridad papal no es conferida por por un cónclave convocado legalmente se-
Dios a una persona que, aunque designada gún las formas requeridas, pero que tiene la
válidamente, coloca un impedimento para intención de enseñar el error o de promul-
recibirla. gar leyes nocivas (como Juan Pablo II), no
está muerto, ni ha rechazado o renunciado
Menor: Ahora bien, quien tiene la intención voluntariamente a la designación ni ha sido
de enseñar el error o de promulgar leyes privado [de la designación] por la autoridad
nocivas coloca un impedimento para recibir competente.
la autoridad papal.
Conclusión: Luego, aquel que ha sido
Conclusión: Luego, la autoridad papal no es elegido por un cónclave convocado legal-
conferida por Dios a una persona designada mente según las formas requeridas, pero que
válidamente, pero que tiene la intención de tiene la intención de enseñar el error o de
enseñar el error o de promulgar leyes promulgar leyes nocivas (como Juan Pablo
nocivas. II) no ha perdido su designación legal para
el papado.
Prueba de la mayor: La autoridad consi-
derada en concreto se compone de la unión de Prueba de la mayor: De Derecho Canó-
dos partes, una material y la otra, formal. Esta nico (canon 183 §1): No se aplican al papado ni
unión no puede darse si hay un impedimento, la traslación, ni el transcurso del tiempo prefija-
por analogía con los elementos naturales. do en el acto de provisión.
29

Prueba de la menor: De los hechos, Juan examinar, por juicio privado, los actos y el
Pablo II: 1) está vivo; 2) aceptó la designación magisterio de un concilio general o del Papa.
del cónclave y nunca renunció; 3) no fue Ahora bien, en la Tesis que Ud. sostiene los fieles
privado [de la designación] por la autoridad examinan, por juicio privado, los actos y el
competente. magisterio de un concilio general o del Papa.
Luego, la Tesis es errónea y de carácter
22. RESPUESTA A OBJECIONES protestante.

Objeciones a la primera parte de la Tesis Respuesta: Distingo la mayor: Los fie-


les no tienen el derecho de examinar por jui-
I. Es errónea la tesis que atribuye a los fieles cio privado los actos y el magisterio de un con-
el derecho de acusar a quien ha sido elegido cilio general o del Papa, en cuanto a que (los
para el papado, de no querer el bien de la fieles) pueden no prestar su asentimiento al
Iglesia; ya que este derecho pertenece magisterio de la Iglesia, concedo. En cuanto a
solamente a la autoridad competente. que no pueden comparar el magisterio con el
Ahora bien, la Tesis atribuye a los fieles el magisterio precedente, nego. Contradistingo la
derecho de acusar a quien ha sido elegido para menor y niego la conclusión. De hecho, los
el papado, de no tener la intención de hacer el fieles deben hacer la comparación, ya que la
bien de la Iglesia. Luego, la Tesis es errónea. Fe Católica es una sola y todas sus verdades
son coherentes entre sí. La verdad natural tam-
Respuesta: Distingo la mayor: No per- poco puede tolerar la contradicción, ya que no
tenece a los fieles sino a la autoridad competen- es concebible; más aún, la contradicción re-
te el acusar legalmente a quien ha sido elegido pugna a la verdad sobrenatural y al hábito so-
para el papado, de no tener la intención de hacer brenatural con el que se presta asentimiento a
el bien de la Iglesia, concedo. No pertenece a los estas verdades.
fieles sino a la autoridad competente el acusar
en cuanto persona privada a quien ha sido ele- III. Si hay contradicción entre el magisterio del
gido para el papado, de no querer hacer el bien Vaticano II y el magisterio precedente, los
de la Iglesia, nego. Y contradistingo la menor: fieles deben suponer que la contradicción es
la Tesis pretende que los fieles acusen legalmen- sólo aparente y no real. Ahora bien, según su
te a quien ha sido elegido para el papado de no Tesis, los fieles no tienen tal presunción.
querer hacer el bien de la Iglesia, nego; en cuan- Luego, la Tesis es errónea.
to persona privada, concedo. Y niego la conclu-
sión. Los fieles no tienen el derecho de conde- Respuesta: Niego la mayor por absur-
nar legalmente al elegido para el papado, sola- da. Es metafísicamente imposible prestar asen-
mente tienen la posibilidad de emitir un juicio timiento a dos normas dogmáticas que se con-
privado comparando las innovaciones del Con- tradicen. Entonces, los fieles no pueden dar
cilio Vaticano II con el magisterio y la praxis su asentimiento al magisterio del Concilio Va-
precedente. La razón es que los fieles no pueden ticano II y, al mismo tiempo, aprobar el ma-
prestar su asentimiento a principios contradicto- gisterio precedente, porque se contradicen.
rios. Como el magisterio del Concilio Vaticano Ahora bien, para que los fieles den su asenti-
II contradice al magisterio precedente, los fieles miento simultáneamente a los dos magisterios,
no pueden sino acusar, por juicio privado, a sería necesario que interpretasen con su jui-
quien promulga ese «magisterio», como los fie- cio privado uno u otro acto de magisterio, de
les de Constantinopla acusaron a Nestorio. manera que se vuelvan coherentes. Pero así se
destruye la misma noción de magisterio, ya
II. Es errónea, e incluso de carácter protestante, que los fieles, al basarse en su juicio propio,
la tesis que atribuye a los fieles el derecho de pierden la razón sobrenatural de adhesión al
30

magisterio. En otras palabras, cada uno de los promulgaron, sino que le dan una interpreta-
fieles daría su interpretación y caería fácilmen- ción propia que difiere de la dada por el «magis-
te en el error. Los fieles tampoco pueden esta- terio» de Pablo VI y de Juan Pablo II. En efecto,
blecer con su juicio personal si una contradic- interpretar no es otra cosa que descubrir el pen-
ción en el magisterio es aparente o real, pero samiento o intención del autor. Pero el autor del
sí tienen un único deber respecto de la contra- magisterio es quien lo ejerce. Por lo tanto, Juan
dicción: adherir al magisterio antecedente y Pablo II es el intérprete auténtico del magiste-
rechazar la doctrina que lo contradice. Inter- rio del Concilio Vaticano II. De otro modo,
pretar al magisterio corresponde solamente al cuando la Iglesia promulga un documento, los
magisterio y no a los fieles. fieles caerían en una interpretación personal
del magisterio y cada uno adoptaría una inter-
IV. Quienes aceptan la Tesis, y los pretación propia siguiendo su opinión perso-
sedevacantistas en general, son semejantes nal. Al contrario, solo el magisterio es su pro-
a los «católicos viejos», que acusaban al pio intérprete auténtico y la Iglesia discente
Concilio Vaticano I de apartarse de la Tradición no tiene el derecho de interpretarlo de manera
de la Iglesia al promulgar la doctrina de la personal. Por otra parte, la interpretación que
infalibilidad pontificia. Juan Pablo II da del magisterio del Concilio
Vaticano II es heterodoxa, no solamente en la
Respuesta: No hay ninguna analogía teoría, también en la práctica. Luego, es justo
entre los católicos viejos y los católicos de hoy que los católicos rechacen este magisterio.
que rechazan los errores del Concilio Vatica-
no II. La razón es que nadie puede hallar en el Objeciones a la segunda parte de la Tesis
magisterio de la Iglesia la condena de la infa-
libilidad pontificia. Si los católicos viejos hu- VI. El canon 188 § 4 dice que aquel que
biesen podido hallar en el magisterio prece- apostata públicamente de la Fe Católica,
dente que la doctrina de la Infalibilidad del renuncia tácitamente a su oficio. Ahora bien,
Pontífice fuese llamada «delirio», o condena- los «Papas conciliares» han apostatado
da como «doctrina perversa», o «reprobada, públicamente de la Fe Católica. Entonces, han
proscripta y condenada» por la autoridad apos- renunciado tácitamente a su oficio. Luego, no
tólica del Papa precedente, entonces con ra- son Papas ni formal ni materialmente.
zón habrían rechazado esta doctrina nueva y
contradictoria. En efecto, fue con estas pala- Respuesta: Distingo la mayor: el canon
bras que Pío IX condenó la doctrina de la li- 188 § 4 dice que aquel que apostata pública-
bertad religiosa. Es evidente que estas pala- mente de la Fe Católica renuncia tácitamente
bras no fueron jamás pronunciadas en referen- a su oficio, si su imputabilidad es pública, con-
cia al dogma de la infalibilidad pontificia. Lue- cedo; pero si es oculta, nego. La razón es que
go, la comparación no vale. la defección de la Fe debe ser constatada le-
galmente, lo que sucede por declaración o por
V. Quienes aceptan la Tesis, y los notoriedad. Y la notoriedad exige que no so-
sedevacantistas en general, son semejantes lamente sea conocido públicamente el hecho
a los partidarios del Padre Feeney, que del delito, sino que también lo sea su
interpretaba a su manera la doctrina según la imputabilidad (canon 2197). Entonces, en el
cual no hay salvación fuera de la Iglesia. caso de defección de la Fe Católica por here-
jía o cisma es necesario, para ser imputable,
Respuesta: Son más bien los que dan que la defección sea pertinaz. De otra mane-
una interpretación benevolente al Concilio ra, la ley se volvería absurda: cualquier sa-
Vaticano II, quienes son semejantes al Padre cerdote que por inadvertencia en una ho-
Feeney. Éstos, no tratan de interpretar el milía expresara una herejía sería culpable de
Concilio según el magisterio de quienes lo herejía notoria con todas las penas conexas y
31

renunciaría tácitamente a su oficio. Ahora bien, la necesario que la defección pública de la Fe


defección de la Fe Católica por parte de los «Papas Católica tenga un cierto reconocimiento jurí-
conciliares», aunque pública en relación al hecho, dico, o por notoriedad de la imputabilidad o
no es pública en relación a la imputabilidad. Luego, por declaración legal.
no hay renuncia tácita. Lo que es público es la in-
tención de estos «Papas» de promulgar los errores Instancia: Pero la imputabilidad de la
condenados por el magisterio eclesiástico y una defección de estos «Papas» es notoria.
praxis sacramental que es herética y blasfema. Sien-
do ésta la situación, se debe concluir que necesaria- Respuesta: Nego. Para que la imputabilidad
mente no poseen la autoridad apostólica, ni más ni sea notoria, es necesario que: 1) quien ha
menos. Ni más, ya que solo la autoridad com- expresado la herejía reconozca públicamente
petente puede verificar y declarar legalmente profesar una doctrina contraria al magisterio
la realidad de su defección de la Fe Católica; ni de la Iglesia, como hizo Lutero; o bien que: 2)
menos, ya que es imposible que la autoridad después de haber sido amonestado por la
apostólica, a causa de la infalibilidad y de la autoridad eclesiástica, rechace públicamente
indefectibilidad de la Iglesia, promulgue erro- dicha autoridad. Ahora bien, en los «Papas
res que han sido condenados por el magisterio ecle- conciliares» no son satisfechas ninguna de
siástico y una praxis sacramental que es herética estas dos condiciones. Luego, la imputabilidad
y blasfema. de la defección no es notoria.

Instancia: Pero el canon 188 dice que la Instancia: Pero el canon 2200 presume la
renuncia no requiere declaración. imputabilidad si el hecho del delito ha sido
probado.
Respuesta: No requiere declaración de
vacancia del oficio si la defección imputable Respuesta: Distingo: presume la
es notoria o declarada por la ley, concedo; si imputabilidad cuando hubo violación ex-
la defección no es notoriamente imputable terior de la ley, concedo; presume la
o declarada, nego. En otros términos, es imputabilidad cuando no hubo violación

DOS COLUMNAS PARA COMPRENDER FÁCILMENTE LA TESIS

Juan Pablo II
LÍNEA FORMAL LÍNEA MATERIAL
1) No es papa formalmente 1) Es papa materialmente
2) No posee la autoridad papal 2) Posee el derecho al papado
3) No es papa simpliciter 3) Es papa secundum quid
4) No puede legislar 4) Puede designar a otras personas
para los oficios
5) Es hereje formalmente, en realidad 5) Es hereje materialmente (ya que la
y ante Dios (si es pertinaz) imputabilidad no es ni notoria
ni declarada)
6) No es miembro de la Iglesia, en 6) Es miembro de la Iglesia ante la ley
realidad y ante Dios (si es pertinaz) de la Iglesia (ya que la imputabilidad
no es ni notoria ni declarada)
7) Ha renunciado tácitamente al oficio, 7) No ha renunciado tácitamente al
en realidad y ante Dios (si es pertinaz) oficio (ya que la imputabilidad no es
ni notoria ni declarada)
32

exterior de la ley, nego. En el caso de defec- De la definición de accidente se dedu-


ción de la Fe Católica, la violación de la ley ce, evidentemente, que la substancia puede
supone la pertinacia, si ésta falta, la ley no es subsistir sin un accidente. Como se dijo antes,
violada. Ahora bien, cuando la pertinacia no un Papa, en cuanto tal, es un simple ser per
es ni notoria ni declarada por la ley, no se pue- accidens; compuesto entonces de materia y
de aplicar el canon 2200. Sin embargo, pienso forma solamente lato sensu, y solamente por
que no hay verdadera contradicción entre quie- analogía con un ser per se. La designación al
nes sostienen el canon 188 y los partidarios de cargo del papado engendra un derecho en quien
la Tesis: ambos coinciden en el hecho de que la posee, además la misma autoridad es un
Juan Pablo II no posee el oficio papal, ya que derecho, todo lo cual no son sino accidentes.
poseer el oficio es lo mismo que gozar de la Es absolutamente claro que un hombre puede
autoridad o de la jurisdicción. La Tesis enseña existir sin estos accidentes y poseer la desig-
que Juan Pablo II mantiene el derecho al pa- nación aunque no posea la autoridad.
pado (jus in papatu); es decir, mantiene la de-
signación legal al papado. Pero la designación VIII. Si los electores no tienen el derecho de
al oficio no es la posesión del oficio. Luego, elegir al Papa, entonces la persona elegida
no hay incompatibilidad entre las dos argumen- por ellos no está verdaderamente designada
taciones. No obstante, que los partidarios del para el papado. Ahora bien, los electores de
canon 188 presten atención, ya que lógicamen- los «Papas del Concilio» no tienen el derecho
te su argumentación implica que: 1) Juan Pa- de elegir, ya que son herejes. Luego, quien es
blo II ha sido elegido legalmente para el papa- elegido por éstos no está verdaderamente
do; 2) que al menos por un período estuvo en designado para el papado.
posesión del papado legítima y plenamente [!],
ya que nadie puede renunciar a un oficio si no Respuesta: Concedo la mayor, niego la
lo tuvo antes; 3) que Juan Pablo II, en cuanto menor y la conclusión. Los electores de los
pleno poseedor del papado, estaba por encima «Papas» del Concilio (Pablo VI, Juan Pablo I
del derecho canónico y en consecuencia, este y Juan Pablo II) tienen el derecho de elegir, ya
canon no puede aplicársele. En realidad, la que no lo han perdido por herejía, y esto por
Tesis va más allá del derecho canónico y se varias razones: 1) Su defección de la Fe Cató-
funda en las nociones filosóficas de la autori- lica no es ni declarada ni notoria por la razón
dad que pueden ser aplicadas incluso a la su- mencionada anteriormente (Objeción VI).
prema autoridad del Romano Pontífice. Luego, no hay ni renuncia tácita ni censura.
2) El derecho de elegir no es jurisdicción, no
VII. Es imposible que la materia exista sin la es un derecho de legislar, no es un oficio; es
forma. Ahora bien, en la Tesis la materia de una pura facultad moral de designar legalmen-
Papa existe sin la forma de Papa. Luego, la te a quien debe recibir la autoridad suprema.
Tesis es errónea. Luego, para poseer y ejercer este derecho, solo
se requiere ser legalmente designado por quien
Respuesta: Distingo la mayor: Es im- tenga el derecho legal de designar a los elec-
posible que la materia exista sin la forma, es tores del Papa. La posesión de la autoridad;
decir, que la materia prima exista en acto sin es decir, el derecho de legislar, exige que el
la forma substancial, concedo; es imposible poseedor tenga la intención de dirigir a la Igle-
que un ente per se [no accidental] pueda exis- sia hacia los fines que le son propios; por el
tir sin sus accidentes propios, nego. La subs- contrario, la posesión del derecho de designa-
tancia es material solamente por analogía, en ción requiere solamente que el poseedor quie-
relación a los accidentes que le son propios, ra el bien de la continuidad jerárquica de la Igle-
los cuales a su vez son formales solamente por sia. Ahora bien, los electores actuales, aunque
analogía respecto de la substancia, en cuanto en general son favorables al Concilio Vaticano
que son sus perfecciones. II y al Novus Ordo, quieren objetivamente
33

el bien de la continuidad de la jerarquía ecle- Respuesta: Distingo la mayor: Quien no


siástica. Luego, poseen válida y legalmente el es miembro de la Iglesia no puede ser su jefe
derecho de designar; y quien ha sido elegido, formalmente, concedo; no puede ser su jefe
lo ha sido válida y legalmente, y posee un de- materialmente, nego. La razón es que ser jefe
recho legal al papado. materialmente, como se dijo, implica solamen-
te la designación para recibir el papado; pero
IX. Aquel que recibe el derecho de elegir de la forma, que es la autoridad, exige que el de-
alguien que no es Papa, no tiene un derecho signado sea miembro de la Iglesia. Por ejem-
válido y legal de elegir a un verdadero Papa. plo: San Ambrosio fue designado para el epis-
Ahora bien, los electores de los «Papas del copado de Milán cuando todavía era catecú-
Concilio» son designados por quien no es Papa. meno (luego, no era bautizado y estaba fuera
Luego, no tienen un derecho válido y legal de de la Iglesia). Si hubiese rechazado el bautis-
elegir a un verdadero Papa. mo no habría podido recibir la autoridad, pero
igualmente habría permanecido obispo-elegi-
Respuesta: Distingo la mayor: Aquel que do hasta que se le retirase la designación. Ade-
recibe el derecho de elección papal de quien no más, aunque se quisiese rechazar este argumen-
es más Papa materialmente, concedo; de quien to, sería necesario distinguir la menor: Los
no es Papa solo formalmente, nego. «Papas del Concilio» no son miembros de la
Contradistingo la menor y niego la conclusión. Iglesia ante Dios y, en realidad, concedo como
La razón es que, como se dijo antes, la autoridad algo solamente probable, ya que solo es pro-
tiene un doble objeto: uno, mira al hecho de le- bable que estén obstinados en la herejía; no
gislar; el otro, mira a la continuidad del cuerpo son miembros de la Iglesia ante la ley, nego en
de la Iglesia. Propiamente hablando, la autori- cuanto a que su pertinacia en la herejía no está
dad, que es el derecho de legislar, concierne al probada ni presumida por la ley. Toda la fuer-
primer objeto y proviene directamente de Dios; za de la objeción depende de la posibilidad de
en cambio, el derecho de designar, que en demostrar su pertinacia, y esto es extremada-
sentido estricto no es la autoridad, concierne mente difícil sin una declaración de la Iglesia.
al otro objeto y proviene de la Iglesia. Ahora En otras palabras, en caso de duda respecto a
bien, quien ha sido elegido para el papado re- su pertinacia o imputabilidad, la presunción
cibe la autoridad inmediatamente después de del derecho está en favor del acusado, y cae la
haber aceptado la elección, siempre que no prueba.
oponga ningún obstáculo a su recepción, como
dijimos. Luego, puede suceder que quien ha Instancia: Incluso los herejes que yerran de
sido elegido para el papado reciba el derecho buena fe no son miembros de la Iglesia.
de designar, que concierne a la continuidad del
cuerpo de la Iglesia; pero no reciba la autoridad, Respuesta: Distingo: Los herejes naci-
que concierne a la promulgación de las leyes. dos en sectas acatólicas que yerran de buena
En ese caso, el Papa elegido (Papa solo mate- fe no son miembros de la Iglesia, concedo; pero
rialmente) designará válida y legalmente a los los herejes bautizados en la Iglesia Católica
electores papales, pero no podrá legislar válida que yerran de buena fe no son miembros de la
y legalmente. Es el caso de los «Papas del Con- Iglesia, nego. Esta distinción es muy impor-
cilio», que designan entonces válida y legal- tante, y quienes no la hacen caen en una gran
mente a los electores papales, incluso, de los confusión. La razón es que quienes recibieron
Papas del Novus Ordo. el bautismo son legalmente miembros de la Igle-
sia hasta que dejen de serlo: 1) por herejía noto-
X. Quien no es miembro de la Iglesia, no ria y pertinaz; 2) por cisma notorio y pertinaz;
puede ser su jefe. Ahora bien, «los Papas 3) por apostasía notoria y pertinaz; 4) por ex-
del Concilio» no son miembros de la Iglesia. comunión. Las tres primeras razones impli-
Luego, no pueden ser su jefe. can la pertinacia, por lo cual, no tienen valor
34

para este argumento. La excomunión puede jes obstinados, ni que haya una autoridad
ser latae sententiae o declaratoria. En la competente o un tribunal con capacidad
primera, el argumento no vale, ya que las de declarar el hecho de la pertinacia. Toda
censuras contra la herejía requieren la argumentación choca con la dificultad
imputabilidad (es decir, pertinacia) notoria. de probar la pertinacia, o aun de presu-
En cambio, el argumento es válido si se ha mirla. En otros términos, cuando falta la
declarado la excomunión. Si no ha sido de- autoridad o mientras ella cree esta gran
clarada, no lo es. Ahora bien, la excomu- confusión, la certeza en las cuestiones le-
nión no ha sido declarada, luego el argumen- gales se vuelve extremadamente difícil,
to no es válido. Quienes nacieron en sectas sino imposible. Esta teoría siempre ter-
acatólicas, aunque hayan errado de buena mina con la cuestión de la pertinacia de
fe, se presume legalmente que están obsti- estos «Papas», lo cual, en mi opinión, es
nados en el error, luego están legalmente un callejón sin salida.
fuera de la Iglesia, pero pueden ser miem-
bros de la Iglesia por deseo. XI. La Tesis es absurda porque afirma que
alguien puede, al mismo tiempo, ser y no
Instancia: El canon 2200 § 2 presume la ser Papa.
imputabilidad cuando hay violación exterior
de la ley. Respuesta: Quienes expresan esta ob-
jeción no comprenden la distinción real exis-
Respuesta : E s t o e s u n a petitio tente entre acto y potencia, ni la distinción
principii. Invocar el canon 2200 es un cír- entre no-ser simpliciter y ser en potencia.
culo vicioso, ya que la violación de la ley Les aconsejamos consultar manuales de fi-
en el caso de herejía requiere la pertina- losofía aristotélico-tomista.
cia. Dice el canon 1325 § 2: Si alguien,
después de haber recibido el bautismo, XII. La Tesis no tiene ningún fundamento en
conservando el nombre de cristiano, nie- el derecho canónico.
ga pertinazmente alguna de las verdades
que han de ser creídas con fe divina y ca- Respuesta: Nego. Si se busca entre
tólica o la pone en duda, es hereje; si las cuestiones de la vacancia de los ofi-
abandona por completo la fe cristiana es cios eclesiásticos, se hallará la distinción
apóstata; finalmente, si rehúsa someter- entre oficios que son vacantes: 1) de jure
se al Sumo Pontífice o se niega a comu- y de facto; 2) de jure, pero no de facto; 3)
nicar con los miembros de la Iglesia que de facto, pero no de jure. La Tesis sostie-
le están sometidos, es cismático [Traduc- ne que el oficio papal está vacante de
ción del canon: Código de la BAC, 1951, facto, pero no de jure, en este sentido:
N.d.T.]. Entonces, no hay violación exterior Juan Pablo II no posee, de facto, el oficio
de la ley, allí donde no hay pertinacia exter- papal, pero posee un derecho al papado
na. Además, aunque se quisiera aplicar el desde el momento que no hubo ninguna
canon 2200 § 2, la presunción de declaración contraria de parte de una au-
imputabilidad en la violación de la ley con- toridad competente ( 1). En otros términos,
tra la herejía no tiene ningún valor sin una Juan Pablo II es titular legal del papado,
declaración de la Iglesia, ya que la presun- pero no tiene la posesión del mismo, ya
ción debe ceder ante los hechos. Y de facto que opone un obstáculo a la recepción de
no es cierto que estos «Papas» sean here- la autoridad.
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Por eso, dice el Apóstol en la Epístola


a los Romanos, XIV, 4: «¿Quien eres tú para
juzgar al criado ajeno? Para su propio amo está
en pie o cae»; y Santo Tomás en la IIa IIae, q.
67, declara que el juez puede juzgar solamen-
te al súbdito, como también se dice en las
Decretales, D. XXI, cap. Inferior.
En efecto, si el Papa debe ser juzga-
do y depuesto por un Concilio Universal, se
sigue inmediatamente que permaneciendo
Papa tiene por encima suyo al Concilio Uni-
versal, al menos en caso de herejía. En cam-
bio, si ni el Concilio ni la Iglesia están por
encima del Papa, se sigue inmediatamente
APÉNDICE II: que un Papa desviado de la Fe debe ser juz-
CONFIRMACIÓN DE LA TESIS POR gado y depuesto, pero nadie puede juzgarlo
LOS ESCRITOS DE TOMÁS DE VIO, ni deponerlo. Y esto es absurdo.
CARDENAL CAYETANO ¿Qué diremos, pues, para evitar estos
dos extremos? No podemos hacer ninguna
De Comparatione Auctoritatis Papae et otra cosa que dirigirnos hacia la vía media,
Concilii, c. XX a la cual se llega difícilmente, en la realiza-
(Ed. Angelicum, Roma, 1936) ción de la cual consiste aquella virtud que
normalmente resuelve muchas cuestiones.
Si se presupone la certeza de los tres Decimos, pues, que existen dos vías
puntos siguientes, a saber: que el Papa no está extremas, ambas falsas. Una, es aquella según
automáticamente depuesto por el derecho hu- la cual el Papa hereje es depuesto ipso facto
mano o divino por el hecho de volverse hereje, por derecho divino, sin juicio humano; la otra,
y que el Papa no tiene superior sobre la tierra, es aquella según la cual el Papa permanecien-
y que si se desvía de la Fe debe ser depuesto, do Papa, tiene sobre la tierra por encima suyo
como se dice en el cap. Si Papa, XL D., perma- un poder superior por el que puede ser depuesto.
nece una gran incertidumbre en cuanto a cómo La vía media también se divide en
y porqué el Papa a deponer debe ser juzgado para dos: una, dice que el Papa no tiene en absoluto
ser efectivamente depuesto, ya que un juez en superior sobre la tierra, pero que en caso de
cuanto tal, es superior a quien es juzgado. herejía tiene como superior sobre la tierra a la

1) «Se llama vacante al oficio desprovisto de titular o poseedor. El canon 183 § 1 enumera las causas de
vacancia: deceso, renuncia, privación, remoción, traslación, transcurso del tiempo prefijado por el acto de provisión. La
misma diversidad de estas causas permite distinguir varias clases de vacancia. El oficio puede estar vacante plene; es
decir, de jure y de facto, lo que sucede cuando no hay titular ni poseedor actual después del deceso. Puede estar vacante
«minus plene» o de jure tantum, no de hecho, cuando no hay titular legítimo, pero se halla en manos de un poseedor
actual desprovisto de título. Finalmente, puede estar vacante improprie; es decir, de hecho, no de derecho, cuando hay
un titular regular, pero que no está en posesión, sea porque lo perdió, sea porque todavía no pudo entrar en posesión. Tal
sería el caso de un párroco que aún no ha sido puesto en posesión.
La provisión de un oficio vacante de derecho, no puede ser hecha más que mediante la realización de las
siguientes condiciones: la vacancia debe estar significada en una declaración conforme a las prescripciones del derecho
y mostrar que el poseedor actual del oficio está desprovisto de título legítimo. Se debe mencionar esta declaración en el
acto de provisión del nuevo oficiador» (can. 151) [R. Naz, art. «Oficios eclesiásticos», Diccionario de derecho canóni-
co, París, Letouzey et Ané, 1975, Tomo VI, col. 1086 § 1087]. Muy probablemente, el canon 151 no concierne a la
provisión del papado, pero demuestra el principio general según el cual la autoridad competente debe reconocer legal-
mente la vacancia del oficio.
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Iglesia universal; la otra, dice que el Papa ni herejía, y tampoco puede deducírselo como
simpliciter, ni para un caso particular, tiene consecuencia necesaria de este derecho. En-
superior sobre la tierra, pero que está someti- tonces, se prueba la menor: que no existe.
do al poder ministerial de la Iglesia universal Pienso que es evidente para el lector; digo
solamente en lo que respecta a la destitución. «pienso», porque un cisma inminente me ha
La primera vía está fundada en la fuer- llevado de manera sorpresiva a escribir este
za coercitiva y judiciaria de la Iglesia sobre corto ensayo en dos meses. Y que en verdad
Pedro Papa en caso de herejía; en efecto, para tampoco se lo pueda deducir [del derecho di-
ser juzgado hay que ser súbdito y ser coaccio- vino] se evidencia por el hecho de que, como
nado. Tal es la vía comúnmente seguida, por no conviene multiplicar los entes sin necesi-
lo visto, hasta el presente. dad, es preferible establecer un principio a es-
Hay que oponer a esta vía el hecho de tablecer varios. Ya que el poder ministerial es
que, como hemos visto, el Papa está, por dere- suficiente, no hace falta otro.
cho divino, por encima del Concilio y de la Por consiguiente, la vía media será la
Iglesia; de esto se sigue que si está sujeto en verdadera vía, ya que un Papa hereje y que
algún caso particular, esta excepción debe- persevera en la herejía no tiene sobre la tierra
ría ser establecida por derecho divino. En un poder superior a sí; tan sólo un poder
efecto, es evidente que ningún otro derecho ministerial para su destitución.
inferior puede establecer esta excepción. Luego, recapitulando un poco para
Ahora bien, cuando se establece la excep- probar esto, es necesario, primero, establecer
ción del caso de herejía, en el derecho divi- tres puntos. En primer lugar: en el Papa existen
no no se habla de sumisión, más bien de se- tres elementos, el papado, la persona del Papa
paración, como se ve claramente en cada uno (por ejemplo, Pedro), y la unión de estos dos
de los textos alegados de la Sagrada Escritura: elementos; es decir, el Papado en Pedro, y de
Num. XVI, 26, se dice: «Alejaos»; en Gal. I, esta unión resulta Pedro, Papa.
8: «Sea anatema», es decir, «que sea separa- En segundo lugar: reconociendo y apli-
do»; en II Tes. III, 6: «Os mandamos que os cando cada causa al efecto que le es propio
mantengáis alejados»; 2 Cor. VI, 14: «No os hallamos que el papado proviene inmediata-
queráis juntaros en yugo con los infieles»; 2 mente de Dios; Pedro proviene de su padre,
Jn. XI: «No le recibáis ni le saludéis»; Tito III, etc.; pero la unión del papado en Pedro des-
10: «Separáos». En resumen, no hallo en nin- pués que el primer Pedro fue instituido de
guna parte que el derecho divino hable de su- manera inmediata por Cristo, no viene de Dios
perioridad o inferioridad en caso de herejía, sino de un hombre, como se demuestra, ya que
sino solamente de separación. En efecto, es ésta se produce por intermedio de una elec-
sabido que la Iglesia puede separarse del ción por parte de los hombres.
Papa únicamente por medio de aquel poder Dos consentimientos humanos concu-
ministerial con el que puede elegirlo. Lue- rren a este efecto, a saber: el de los electores y
go, por el hecho de que por derecho divino el del elegido; en efecto, es necesario que los
se sancione que el hereje sea evitado y sea electores elijan voluntariamente y que la per-
extraño a la Iglesia, no es necesario que haya sona elegida acepte voluntariamente la elec-
un poder más grande que el poder ministe- ción; de otro modo, nada se produciría. Lue-
rial, por lo que éste es suficiente y se halla en go, la unión del Papado en Pedro no proviene
la Iglesia. de Dios de manera inmediata, sino de un mi-
Para confirmar esto se subraya que no nisterio humano, provenga de los electores o
se debe atribuir al derecho divino lo que no se provenga del elegido.
halla en él o que no se desprende necesaria- El ministerio humano no obra para pro-
mente de lo que expresa. Ahora bien, el dere- ducir esta unión como cuando se une lo activo
cho divino no habla en sentido estricto de a lo pasivo, o el fuego a las cañas, o la virtud
un poder por encima del Papa en caso de de la Pasión de Cristo al sujeto (como hace
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quien es bautizado y administra los Sacramen- poderes supremos y Cristo no habría institui-
tos), ya que en nuestro caso no se une ningún do un régimen eclesiástico monárquico. Y
activo sino la sola voluntad humana de los como el igual no tiene poder sobre su propio
electores y del elegido, no sería fácil imagi- igual, los Pontífices no habrían podido impo-
nar ninguna otra cosa activa. Pero del he- ner a este poder el modo de ejecución; es de-
cho de que la unión del papado con Pedro cir, por quién, por cuánto y cómo debe tener
sea un efecto de la voluntad humana que lugar la elección y la invalidez del acto, si esta
constituye a Pedro, Papa, se sigue que aun- fuera hecha diferentemente. Todo esto demues-
que el Papa dependa solamente de Dios in tra que dicho poder no es ni superior ni igual,
esse et in fieri; sin embargo Pedro, Papa, sino inferior al poder del Papa; en efecto, es lo
depende también del hombre in fieri. En propio de una virtud superior el disponer con
efecto, Pedro es hecho Papa por el hombre autoridad respecto de un acto de un inferior,
cuando, elegido por hombres, el hombre ele- de tal suerte que si se cumple de modo dife-
gido acepta, y así el papado se une a Pedro. rente, no sea válido, como es el caso en la cues-
En tercer lugar: ya que seguramente tión que nos ocupa.
nada es tan natural como el hecho de que todo En segundo lugar, es muy cierto que una
sucede por medio de causas determinadas, cosa es tener poder sobre la conjunción a esta-
inversamente (es natural que) por la misma blecer o a anular entre Pedro y el papado, y
causa [todo] sea anulado, como se dice en el otra cosa es tener poder sobre el Papa. Por el
cap. Omnis, de regulis juris. Entonces, Pedro- hecho de que el poder inferior al papado, es
Papa, que tiene su propia causa en su consen- decir, la simple voluntad del elegido y de los
timiento y en el de sus electores, puede ser electores, pueda hacer o deshacer esta unión,
anulado por la misma causa en sentido contra- y de que un poder de este género siendo infe-
rio. Y esto ha sido establecido por Celestino V rior al papado no tenga poder sobre el Papa, se
y por Decretal de Bonifacio VIII, en el VIº, de demuestra claramente que una cosa es tener
renunciatione, cap. I. poder sobre esta unión y otra, tener poder so-
De estas tres premisas, en primer lu- bre el Papa. Luego, no existe poder sobre el
gar, se ve cierto y sin sombra de duda que Pe- Papa, sino el de Nuestro Señor Jesucristo; en
dro, Papa, ya sea al convertirse en Papa, o al cambio, el poder sobre la unión del papado y
ser depuesto, depende de un poder humano que de Pedro se halla en la tierra y con razón, ya
no es superior ni igual al poder del Papa, sino que el papado es obra de Dios inmediatamen-
menor; ya que ni para pasar de Pedro, no Papa, te, mientras que la unión del papado y de Pe-
a Pedro, Papa, ni en sentido inverso, de Pedro, dro es obra nuestra.
Papa, a Pedro, no Papa, no hace falta otra fa- Tú que haces profesión de filósofo, no te
cultad que la de la voluntad humana, es decir, sorprenderás tampoco del hecho de que haya un
la del elegido y la de los electores. Y en la cues- poder por encima de la unión de la forma con la
tión de la que nos ocupamos no hace falta re- materia, y que no está por encima de la forma,
parar en la buena o mala conciencia, o si están ya que la unión de la forma con la materia viene
animados de buena o mala intención o razón; después. Tu sorpresa cesaría si considerases que
en esta cuestión hay que atenerse a los hechos la unión de la forma y de la materia puede to-
para que Pedro sea Papa en verdad o no lo sea. marse desde dos puntos de vista: de parte de la
Que este poder sea inferior al poder del materia y de parte de la forma. Y que aquello
Papa también es evidente, aún sin otra prueba, que tiene poder sobre la unión de la forma y de
por el hecho de que muriendo un Papa, aún sin la materia de parte de ambos, o de parte de la
decisión de derecho positivo, este poder se ha- forma, tiene también poder sobre la forma; pero
lla en la Iglesia y no se extiende a las cosas a las lo que tiene poder sobre la unión de parte de la
que se extiende la autoridad del Sumo Pontífi- materia, no es necesario para nada que tenga
ce. De otra manera existirían en la Iglesia dos poder sobre la forma, como es evidente en la
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generación del hombre («El sol y el hombre en- Y de esta manera, precisamente, debe
gendran al hombre», Aristóteles, Phys., II, 2), que interpretarse lo que dice el Papa Anacleto
consiste en la unión del cuerpo y del alma inte- (Eiectionem, D. LXXIX), quien afirma: «El Se-
lectual o que sale de esta unión, y se sabe que el ñor se reserva para Sí la expulsión de los Sumos
sol y el hombre no tienen poder sobre el alma Pontífices». En efecto, la diferencia entre el Papa
intelectual que viene del exterior, pero tienen y los otros pontífices se halla en esto: que los
poder sobre la unión de parte del cuerpo, que es otros pontífices pueden ser expulsados por un
la materia. Esto es lo que pasa en la cuestión que poder superior a ellos; pero el Papa no, ya que
nos interesa; en efecto, el papado y Pedro son en la Iglesia terrestre existe un poder que está
como materia y forma, y solo Jesucristo tiene por encima del poder jurisdiccional del obispo,
poder sobre su unión de parte del papado y, en pero no existe un poder superior al poder del
consecuencia, de las dos partes. Y por esta ra- Papa. De esto, se desprende que el Señor ha con-
zón, solo Él puede poner límites y establecer el cedido al Papa su expulsión [la de los obispos],
poder del Papa; la Iglesia tiene poder sobre su atribuyéndole un poder superior; pero se ha re-
unión únicamente de parte de Pedro y, por esta servado para Sí la expulsión del Papa, no conce-
razón, no puede nada sobre el Papa, sino sola- diendo a nadie un poder superior al del papado.
mente sobre la unión. Luego, si el Papa Juan expulsara a un obispo en
Y como la remoción del Papa, tanto por virtud de la plenitud de su poder, dicho obispo
renuncia, como por destitución, o por expul- estaría expulsado y no tendría más poder de ju-
sión, no constituye la disolución del papado risdicción. Pero en la Iglesia el Señor no ha dado
ni la de Pedro, sino de la unión del papado y ningún poder que pueda obrar de la misma ma-
de Pedro, es necesario que cuando se trata de nera contra Pedro, Papa. De la segunda manera,
la remoción de un Papa, se tenga siempre en por renuncia, y en la tercera, por destitución, esta
el espíritu con la mayor diligencia y pruden- unión es disuelta, no por un poder que está por
cia que esto necesita un poder, no superior al encima del papado, sino por un poder que está
Papa, sino superior a la unión entre Pedro y el por encima solamente de la unión, ya que ni la
papado. voluntad de Pedro ni la voluntad de la Iglesia
Para que resulte más claro, hay que sa- están por encima del papado y es justamente de
ber que es cierto que Pedro, Papa vivo, puede estas voluntades que esta unión proviene y es
ser privado del papado de tres maneras: en pri- disuelta, como parece evidente.
mer lugar, por expulsión de parte de Nuestro Entonces, dado que es cierto que un Papa
Señor Jesucristo; en segundo lugar, por renun- vuelto hereje incorregible no es automáticamente
cia espontánea de su parte; en tercer lugar, de destituido, sino que debe ser destituido por la
parte de la Iglesia por destitución no querida por Iglesia, y que la Iglesia no tiene poder sobre el
herejía incorregible. Pero en todos estos casos, papado, y sí sobre la unión de Pedro con el papa-
el papado y Pedro no dejan de existir; solo falta do, por cuanto es su obra, corresponde decir que
la unión de los dos, si bien, siendo diferente en Pedro, vuelto hereje incorregible, es depuesto por
cada caso. En el primero: por expulsión de parte la Iglesia, es juzgado y depuesto por un poder
de Nuestro Señor Jesucristo, la unión es disuelta superior no al Papado sino a la unión entre el
por un poder superior, no solo en relación a la Papado y Pedro.
unión, sino también en relación al papado. En
efecto, la autoridad del Señor permanece por Este escrito del Cardenal Cayetano, que se
encima de la unión de parte de la forma. Y ya remonta a 1511, confirma nuestra tesis en la medida
que, como se ha dicho, no hay otro poder por que expone claramente la distinción, en el Papado,
encima del Papa, y que por esto ningún otro po- entre un elemento formal y uno material, y la posibi-
lidad de separarlos. Sin embargo, la Tesis no adhiere
der puede tocar esta unión de parte de la forma,
a la posición de Cayetano (Papa haereticus
se sigue que ningún otro poder puede destituir al deponendus est) ni a la de Belarmino (Papa haereticus
Papa como poder superior, sino que esto es pri- depositus est), ya que hace abstracción totalmente
vativo de nuestro Salvador. del caso del «Papa herético» (Sodalitium).
Este documento ha sido traducido por el Padre Héctor Lázaro Romero de la
edición francesa de la revista Sodalitium, nros. 46, 48 y 49. A su vez, dicha
revista lo traduce del trabajo original publicado por el autor, S.E. Mons.
Sanborn, en su revista Sacerdotium, nros. XI y XVI.

Buenos Aires, 10 de marzo de 2005, en la Fiesta de los Cuarenta Santos


Mártires.

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