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María Teresa Zegada, socióloga boliviana:

“Bolivia debe ser el país latinoamericano con mayor


participación de lo social en lo político”
Para la académica boliviana los avances durante el Proceso de Cambio del Mas desde 2006 a la fecha,
han sido sustantivos. Sin embargo, piensa que hay que estar alerta sobre algunas contradicciones que
hoy evidencia el gobierno del presidente Evo Morales.

Por Tomás Manuel Fábrega y Sebastián Rubio Salazar 1

Con la crisis general que viven Venezuela y Nicaragua, el cambio en Ecuador y la nueva ola
de gobiernos derechistas encabezados por empresarios, Evo Morales Ayma parece encarnar la
soledad de la izquierda en América Latina. Tras 12 años de gobierno, surgen muchas preguntas
acerca de la realidad democrática de Bolivia y el proceso de cambios encabezados por Morales.
Tras ser invitada a nuestro país por el Observatorio de Historia Reciente de Chile y América
Latina de la Escuela de Historia de la Universidad Diego Portales. María Teresa Zegada,
socióloga de la Universidad Mayor de San Andrés, ofrece su diagnóstico.

En Chile generalmente se observa al presidente Evo con muchos prejuicios y estereotipos,


prácticamente como un vecino que pide insistentemente mar ¿Qué significa la figura Evo
para la democracia boliviana?
Él es muy relevante, quizá es de los elementos más importantes de este proceso, porque somos
un país y somos una región latinoamericana, con una fuerte presencia del caudillismo y del
personalismo. En verdad, la política no pasa tanto por los partidos, sino que, por las personas,
tenemos un montón de partidos que han muerto cuando han fallecido sus liderazgos principales.
Pero sí, definitivamente, en Bolivia es muy fuerte la presencia de Evo.

La llegada Evo Morales significó un momento democratizador, usted ha dicho que es un


proceso en donde confluyeron distintos tipos de democracia, sin embargo, antes de Evo
también había democracia ¿Cómo era esa Bolivia?
Si miramos las diversas democracias que hay en Bolivia y que existen en muchos lugares, pero
no se les suele visibilizar por la academia, ya que tú te limitas a observar la democracia electoral

1
http://historiareciente.udp.cl/el-observatorio-de-historia-reciente-de-chile-y-america-latina-entrevista-
a-sociologa-boliviana-maria-teresa-zegada/
que obviamente es la que define el poder público, pero que no por eso no existen otras formas
de ejercicio político ¿No? Quizás Bolivia es el país de América Latina donde ha habido una
mayor participación de lo social en lo político porque no tenemos una larga tradición de historia
partidista como ustedes en Chile, las mediaciones han sido más bien ausentes. Lo que hemos
tenido partidos de la oligarquía que eran absolutamente elitistas y más adelante algunos más
diversos, como de líneas más nacionalistas, comunistas.

Como el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR)…


Claro, el MNR fue el más fuerte por la Revolución de 1952, pero también el Partido Comunista,
los trotskistas, la falange socialista, y otros partidos que estuvieron allí, manteniendo una
presencia. Pero en realidad, nuestra historia de democracia partidista comienza en 1982, es
entonces cuando se consolida un sistema de partidos, que era plural, excesivamente plural en
un principio, había como 70 partidos políticos inscritos en la corte electoral, pero después hubo
muchas normas y se reguló tanto que terminó en 6 partidos consolidados que se repartían el
poder. Entonces, la lectura de la democracia se limitaba a ese mundo institucional, pero que
era muy débil porque si te fijas, es una historia corta, 35 años de esa democracia. Pero hay que
mirar que no solo existe ese tipo de democracia, en Bolivia hay una gran tradición de
democracia directa, no me refiero a referendos, sino que del tipo participacionista, cuando ves
a una sociedad activa, por ejemplo, la Central Obrera Boliviana (COB) ha sido capaz de
destituir gobiernos, impulsar políticas, porque no había partidos políticos que eran capaces de
hacer esas mediaciones. Por otro lado, también tienes la democracia comunitaria, que tienen
formas absolutamente organizadas de ejercicio del poder y que no tienen nada que ver con esta
otra democracia. Pero en el curso del tiempo, en la historia reciente, se han ido encontrando,
las autoridades tradicionales con el poder municipal y ya se produce una hibridación, los
mismos pasa con los modelos sindicales-campesinos. Hoy día no se puede hablar de formas
puras, pero no por ello no existen, existen, tienen un sentido muy importante para algunas
regiones y le han dado un sello muy importante al país, se han visibilizado con la idea de la
plurinacionalidad.

Desde el Proceso de Cambio se refieren a esa época como tiempos de un neoliberalismo


muy oscuro ¿No corresponderá aquello a los últimos años de la antigua democracia?
Hay una tendencia muy fuerte en el gobierno de descalificar, pero con todo, a lo previo. Es
más, ya se han empezado a escribir libros de historia escolares, donde más o menos ves que la
historia comienza con la llegada de Evo. O sea que lo de antes era prehistoria, colonial y que
no merece ser contada. Yo creo que esa democracia no fue mala, pero era muy limitada. Ha
sido buena porque ha permitido el pluralismo, la participación, ha permitido sentar las bases
de un sistema institucional que no existía en Bolivia, se reformó la constitución, se mejoró el
sistema electoral y se hicieron muchas cosas también positivas, pero los partidos estaban muy
encriptados en sí mismos ¿No? No eran realmente representativos de la sociedad y este
divorcio, provocó esta efervescencia como la Guerra del Agua y la Guerra del Gas de principios
de siglo y el malestar se estrella contra estos partidos.

Morales responde a las insuficiencias de la antigua democracia boliviana, pero también


surge en un contexto latinoamericano en donde había una mayoría de gobiernos de
izquierdas ¿Ese contexto latinoamericano pueden entenderse como una de las causas del
gobierno del presidente Evo?
Yo creo que, como todo en América Latina, normalmente los ciclos políticos van en un
acompañamiento, qué sé yo derrotamos a nuestras oligarquías al mismo tiempo, las dictaduras
han llegado al mismo tiempo, las democracias también, ustedes han tardado un poco más (risas)
pero ¿No ve? Pienso que estos gobiernos, abrieron una ruta esperanzadora para nuestros países,
pero lamentablemente ha durado muy poco. Hoy día tienes a un Evo Morales en un aislamiento,
Maduro está en una crisis total, Lenin Moreno ha dado un giro de 180 grados, Nicaragua es
indefendible como está, Macri ganó en Argentina. Todo el giro a la izquierda se ha debilitado
muy rápido y ha quedado Morales un poco aislado, si me preguntas si esto es grave, creo que
siempre es mejor que estar acompañado, sin embargo, el hecho que Evo siga de pie, le da más
visibilidad, le puede dar fortaleza.

¿Qué particularidades tiene el caso boliviano con los otros gobiernos de esta oleada
progresista?
La diferencia es que Bolivia es un país con un fuerte componente indígena, a diferencia de
Venezuela, por ejemplo. El tema de la inclusión social, de la plurinacionalidad, por lo menos
en la constitución y en algunos aspectos de la vida cotidiana ha sido lo que ha marcado la
diferencia con los otros, porque en lo demás al igual que los otros, el Evo ha tenido políticas
muy redistributivas, discursos muy populares el tema del caudillismo, todos estos rasgos de tal
vez más neo-nacionalismo popular más que izquierdismo o socialismo.

Pero en 2009 Silvia Rivera Cusicanqui y su grupo se salieron del gobierno precisamente
por eso, denunció la inclusión indígena como una cuestión vacía ¿Aún se puede entender
el gobierno del presidente Evo Morales como uno por y para los pueblos indígenas?
Lamentablemente, la realidad ha ido demostrando que no, hay una distancia entre este discurso
y la realidad. Primero, hay una tendencia muy fuerte en el gobierno por los proyectos
extractivistas y eso es en muchos lugares del país un atentado flagrante contra comunidades
indígenas. Porque los lugares de extracción petrolera están en el corazón de los pueblos, por
ejemplo, hoy día un gran debate porque el gobierno ya tiene aprobado un proyecto de represa
en La Amazonía, llamado el Chepete y el Bala, que está en el Parque Nacional Madidi, que es
nuestro lugar de mayor riqueza biodiversa. Por otro lado, a casi 10 años de la constitución, uno
se pregunta qué tanto se ha avanzado con la inclusión indígena y en verdad, no se ha adelantado
prácticamente nada, tenemos 36 pueblos indígenas, pero sólo tienen 7 curules en nuestro
parlamento.
¿Los espacios autonómicos indígenas no están funcionando?
En el tema de autonomía indígenas concretamente, o sea son 8 años de la ley del tema, pero
hay tantos obstáculos para el avance de las autonomías, que en muy pocos casos se han logrado
consolidar. En Bolivia hay 3 autonomías consolidadas, y hay unos 5 más que van en camino.
Entonces, uno no ve una voluntad política del gobierno para impulsar esto, tienen todos los
poderes para impulsar un salto en esta materia. Pero la descentralización significa
desconcentración del poder, esto no le conviene al gobierno, entonces están en esa pulsión
constantemente entre control y empoderamiento real, lo que provoca que el proceso no fluye.

Habiendo un proceso relativo de inclusión autonómica y de pueblos indígenas, uno se


pregunta por otras inclusiones necesarias ¿El gobierno de Evo Morales ha impulsado la
participación política de las mujeres?
En el caso de género es muy interesante lo que pasa, se ha avanzado mucho, se ha incorporado
en la constitución la equivalencia de género, ese es un precepto clave. Segundo, en la misma la
constitución se sugiere que exista una paridad del 50% en los cargos del ejecutivo y esto
también se ha aprobado para los cargos de elección popular. Es decir, a nivel normativo se ha
consolidado una demanda que empezó en los 90 con la petición de la cuota de 30%. Pero el
gran problema está en la práctica, en el ejercicio fáctico de la política, ahí tenemos mucho por
recorrer, si bien hay mujeres que acceden a cargos, sin embargo, no las dejan hablar, las
critican, en la cultura aún no se rompe con los cánones patriarcales y las ideas conservadoras,
creo que todo eso será parte de un cambio más de largo plazo.
Pero igual están participando “Las Bartolinas” y movimientos afines ¿No es así?
Claro, ha habido cuestiones muy contradictorias, por ejemplo, en la anterior administración se
les invitó a gobernar y dijeron que no estaban preparadas, pero es una contradicción muy
compleja de entender, hay mucha distancia entre un avance discursivo y legal con lo que sucede
en la realidad, persisten ideas muy conservadoras, incluso en las propias mujeres. Eso sí,
muchas de estas mujeres tienen influencia política, algunas son parte del círculo cercano del
presidente Evo, la propia Nemesia Achacollo, hay ciertas mujeres con influencia política, pero
eso no quiere decir que eso signifique un cambio en general, en la sociedad. Otra cosa positiva,
es que ahora se empezado a revelar con mucha mayor fluidez los casos de acoso político, son
capaces de denunciar, la ciudadanía se ha activado mucho con estos temas.

¿Cree usted que sería sano para la democracia boliviana una nueva reelección del
presidente Evo?
No es tanto que Evo se quede o deje de quedarse. En la constitución hay un escrito claro al
respecto, irse en contra de tus propias normas es complicado. Segundo, ha habido un
referéndum convocado por el propio gobierno, en que la gente le ha dicho que no y ese es un
mandato institucional democrático, debe respetarse. Pero meses después aprueban este fallo
constitucional forzado, pero notoriamente forzadas y todo esto se ve como una afrenta contra
la parte institucional de la democracia. Eso se confronta contra el discurso más oficialista de
que hay un Evo en 200 años, de que cómo lo vamos a desperdiciar, pero eso significa un
caudillismo muy fuerte. Por otro lado, Evo dice yo me puedo ir, pero el pueblo no quiere que
me vaya y como yo mando obedeciendo al pueblo, tengo que hacerles caso a mis bases.

Pero se señala por parte del gobierno que el contexto del referéndum estuvo marcado por
que al presidente se la haya inventado una hija, se haya quemado la Alcaldía de El Alto
y se haya destapado el caso de corrupción del Fondo Indígena ¿Esto no influyó?
Pero más allá de eso, la gente no es una masa ignorante, la gente también supo discernir.
Después, lamentablemente lo del Fondo Indígena se comprobó, que fue una de las cosas más
malas que le ha pasado a este gobierno. La gente ha votado, al final ese voto ¿cuenta o no
cuenta? ¿De qué democracia estamos hablando? Si él hubiese ganado por dos puntos, haría eso
valer eso, pero como ley, por qué no hace valer como ley si ha salido como lo contario. O sea,
estas son las reglas de la democracia.

El Movimiento Al Socialismo (MAS) es un partido político novedoso, compuesto por


distintos movimientos sociales, ya lleva 12 años a cargo de un gobierno ¿Cómo se ha
institucionalizado la diversidad del MAS?
Es un discurso con una diversidad tal que a 12 años de gobierno te parece muy contradictorio,
te parece incoherente. El gobierno al principio anunciaba el socialismo comunitarista, el vivir
bien como del nuevo horizonte político y todos estos discursos muy fundantes se han ido
relativizando en el tiempo porque el propio gobierno ha ido viendo que sus intereses políticos
no estaban tan en sintonía con un discurso radical. Si bien sus discursos parecían tomar la línea
del nuevo Estado, hoy han perdido su valor. Hoy hablan del empresario patriótico, etc. También
hay un juego electoral que deben ganar. Incluso, si la constitución fuese la institucionalización
de ese nuevo discurso, el propio gobierno ha violado muchas veces la constitución. Lo dice el
propio Boaventura de Sousa, él dice que ve un proceso de des-constitucionalización en Bolivia,
entonces es todo muy contradictorio.

Al parecer esas contradicciones no eran evidentes en un comienzo, usted ha escrito sobre


la consolidación hegemónica del MAS en 2008, el vicepresidente Álvaro García Linera ha
llegado a decir que el MAS es el nuevo centro político. Pero ya estamos en 2018 ¿En qué
pie que ha quedado la idea de esta nueva hegemonía boliviana?
El problema más grave en el caso del MAS es que si bien es que logró una hegemonía
incompleta en un inicio, después de ese proceso, ha venido un resquebrajamiento interno, se
han dividido las organizaciones, ahora en Bolivia en casi todas las organizaciones hay dos
dirigencias paralelas, a raíz de la carretera del Tipnis y conflictos similares se han divido las
organizaciones, excepto las dirigencias campesinas. Por ejemplo, este año la COB (Central
Obrera Boliviana) se puso al frente del gobierno ¡y han descabezado al dirigente! O sea, son
estrategias muy críticas para afirmar la cohesión, a ratos muy artificial. Ahora, el
resquebrajamiento más fuerte ha venido por ese lado porque no es tanto que la oposición sea
una amenaza, la oposición no existe, el imperio tampoco, o sea está ahí digamos, pero esos son
discursos. De adentro ha venido esta ruptura, por el 21F, por las políticas desacertadas, porque
dentro del propio MAS ha faltado regeneración, ellos podrían haber formado otro líder
alternativo y no lo han hecho, entonces todos estos aspectos los han afectado mucho.

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