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RITOS INICIALES

ENTRADA: El novio estando ubicado hacia la mitad del templo junto con sus familiares. Allí
espera a la novia, quien entra junto con sus padres, y uno de los padrinos. Mientras la novia
entra se escucha la marcha nupcial.
El ministro los recibe cerca del Altar, los saluda, les indica donde se deben sentar, sube Altar
junto con uno de los contrayentes que desde Altar recitara la monición de entrada.
MONICIÓN INICIAL: Tanto María Gabriela como yo llevamos meses disfrutando
de este día, imaginándolo de mil y una maneras diferentes hasta que finalmente
hemos conseguido la que en nuestra opinión más se parece a la boda que nos gustaría
celebrar y de la que hoy esperemos que puedan disfrutar. Que conste que, en nuestros
muchos sueños, había algo que nunca variaba (aparte de nosotros, claro), y eran
ustedes. Así que, de todo corazón, ¡bienvenidos todos!
Seguidamente a esta monición, quien presencia la celebración saluda a los novios y a todos
los presentes.
A continuación, procede el acto penitencial:
Ministro:
Por nuestros desencuentros personales y sociales, que nos impiden crecer como
seres humanos, como hijos e hijas tuyos, como hermanos y como ciudadanos
universales. Señor, ten piedad.
Por haber hecho del amor y de la ternura, de los sentimientos y del sexo, a veces,
flor de las madrugadas; a veces, piedra de escándalo, y no fuente de vida y gozo.
Cristo, ten piedad.
Porque malgastamos el don de la vida cuando nuestra abundancia se basa en la
carestía de los hermanos, nuestra paz en callar infamias e injusticias, y no sabemos
dar razones para amar, vivir y esperar. Señor, ten piedad.
Oración colecta.
Oh Dios, que nos formaste a tu imagen y semejanza dándonos la capacidad de
amar para ser felices, une hoy a María Gabriela y Javier Lisandro, en matrimonio; sella
para siempre el amor que hoy se prometen, a fin de que la felicidad de los dos
prevalezca en todo momento. Y así como las personas miran ilusionadas la vida
cuando se sienten profundamente amadas, así sea también entre ellos, hoy y todos los
días, hasta la eternidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Monitor: El amor de los esposos es un don de Dios, y merece ser reconocido como tal, para dar
gracias, y pedir ayuda para que se mantenga fuerte. Esta lectura del libro de Tobías narra la
oración de dos esposos el día de su boda.
Primera Lectura
LECTURA DEL LIBRO DE TOBÍAS
Lector. - La noche de su boda, Tobías dijo a Sara:
Novio. - “Somos descendientes de un pueblo de santos, y no podemos unirnos como
los paganos que no conocen a Dios”.
Lector. - Se levantaron los dos y, juntos, se pusieron a orar con fervor. Pidieron a Dios
su protección. Tobías dijo:
Novio. - “Señor, Dios de nuestros padres, que te bendigan el cielo y la tierra, el mar,
las fuentes, los ríos y todas las criaturas que en ellos se encuentran. Tú hiciste a Adán
del barro de la tierra y le diste a Eva como ayuda. Ahora, Señor, tú lo sabes: si yo me
caso con esta hija de Israel, no es para satisfacer mis pasiones, sino solamente para
fundar una familia en la que se bendiga tu nombre por siempre”.
Lector. - Y Sara, a su vez dijo:
Novia. - Que los dos juntos vivamos felices hasta nuestra vejez”.
Lector. – Palabra de Dios.
A manera de salmo
Vamos a compartir
los abrazos y besos de este instante,
los gozos y tropiezos del camino,
los latidos de nuestro corazón
y este horizonte que se nos abre.
Vamos a compartir
los poemas y canciones que nos emocionan,
la prosa que nos acompaña cada día,
la danza, los gestos y la palabra sagrada,
y las yemas que nos quedan de la infancia.
Vamos a compartir
la sabiduría de nuestras andanzas
el calor de un hogar fecundo,
las redes de nuestro trabajo en grupo
y las madejas de todos nuestros sueños.
Vamos a compartir
lo que parecen locas intuiciones,
nuestras pocas e inseguras verdades,
las sendas y las caídas al Origen
y las cabañas que nos acogen y protegen.
Vamos a compartir
el cuerpo y el alma,
el tiempo y la casa,
las caricias más humanas
y todo lo que nos encanta.
Nunca la última palabra,
nunca atisbos de superior sabiduría,
nunca sentar cátedra,
nunca verdades absolutas;
sólo los destellos y brillos del amor,
y la penumbra de la ciencia y de la fe,
de la caridad y de la esperanza,
de la pobreza y de la gracia
y del gozo y la risa humana.
Y así, somos y nos vamos haciendo,
compartiéndonos.
Vamos a compartir

Segunda Lectura
LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APOSTOL SAN PABLO A LOS
CORINTIOS

Y me queda por señalaros un camino excepcional. Ya puedo hablar las lenguas de los
hombres y de los ángeles, que, si no tengo amor, no paso de ser una campana ruidosa
o unos platillos estridentes.
Ya puedo hablar inspirado y penetrar todo secreto y todo el saber; ya puedo tener
toda la fe, hasta mover montañas, que, si no tengo amor, no soy nada.
Ya puedo dar en limosnas todo lo que tengo, ya puedo dejarme quemar vivo, que, si
no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es paciente, es afable; el amor no tiene envidia, no se jacta ni se engríe, no es
grosero ni busca lo suyo, no se exaspera ni lleva cuentas del mal, no simpatiza con la
injusticia, simpatiza con la verdad. Disculpa siempre, se fía siempre, espera siempre,
aguanta siempre. Los dichos inspirados se acabarán, las lenguas cesarán, el saber se
acabará. El amor no falla nunca.
Palabra de Dios.
Proclamación del Santo Evangelio Según San Juan
Al tercer día hubo unas bodas en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Jesús
también fue invitado a estas bodas, como asimismo sus discípulos. Y llegando a faltar
vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". Jesús le dijo: "¿Qué (nos va en esto)
a Mí y a ti, mujer? Mi hora no ha venido todavía". Su madre dijo a los sirvientes:
"Cualquier cosa que Él les diga, háganla". Había allí seis tinajas de piedra para las
purificaciones de los judíos, que contenían cada una cien litros de agua. Jesús les dijo:
"Llenen las tinajas de agua"; y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: "Ahora
saquen y llévenla al maestresala"; y le llevaron. Cuando el maestresala probó el agua
convertida en vino, cuya procedencia ignoraba - aunque la conocían los sirvientes que
habían sacado el agua -, llamó al novio y le dijo: "Todo el mundo sirve primero el buen
vino, y después, cuando han bebido bien, el menos bueno; pero tú has conservado el
buen vino hasta este momento". Tal fue el comienzo que dio Jesús a sus milagros, en
Caná de Galilea; y manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en El.
Palabra del Señor.

Seguidamente el ministro ofrece unas palabras de reflexión a los novios y a todos los presentes
LITURGIA DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
.
INTERROGATORIO
Al terminar la homilía, el sacerdote dirige unas preguntas a los novios para que quede constancia de que actúan
libremente y son conscientes del compromiso que van a contraer. Los padrinos, se ubican a lado y lado de los
novios para ser testigos del interrogatorio.
SACERDOTE: María Gabriela y Javier Lisandro, han querido que Dios selle su amor.
Él los llamó un día por su nombre y los ha acercado el uno al otro. Ahora quieren que
Dios bendiga su amor. Yo los invito, pues, a declarar hoy su deseo delante de sus
familias y amigos, delante de la comunidad.
SACERDOTE: ¿Vienen a contraer matrimonio libre y conscientemente?
NOVIOS: Sí, venimos libre y conscientemente.
SACERDOTE: ¿Están dispuestos a amarse y respetarse mutuamente, en pie de
igualdad, durante toda la vida?
NOVIOS: Sí, estamos dispuestos.
SACERDOTE: ¿Quieren hacer fructificar su amor en los hijos, hacerlos crecer en la
ternura y educarlos en los valores del evangelio?
NOVIOS: Sí, queremos.
SACERDOTE: Entonces, les digo que el mismo Dios está presente en el amor que se
profesan, así que tómense de las manos y expresen públicamente compromiso.
POSICIÓN DE LOS CONTRAYENTES PARA EL CONSENTIMIENTO
Hasta este momento los novios, flanqueados por los padrinos, se han situado de cara a quien preside y por
tanto de espalda a los asistentes.
Llegado el momento central de la ceremonia, parece recomendable que se sitúen de pie detrás del altar, de cara
a los asistentes, mientras que el sacerdote se coloca en un lateral.

 CONSENTIMIENTO
Es el momento central de la celebración matrimonial. Los novios manifiestan públicamente, ante la comunidad,
su mutua entrega, con la promesa de fidelidad para toda la vida. Ambos pueden repetir la misma fórmula o
cada uno optar por una distinta. LOS NOVIOS EMITIRAN SUS VOTOS MATRIMONIALES,
ELABORADOS POR ELLOS MISMOS.
 CONFIRMACION DEL CONSENTIMIENTO
SACERDOTE: El Dios de Abrahán,
el Dios de Isaac, el Dios de Jacob,
el Dios que en el paraíso unió a Adán y Eva
confirme en Cristo el consentimiento
que han manifestado delante de la Iglesia,
y los sostenga con su bendición.
Que el hombre no separe lo que Dios ha unido.
Al terminar los votos, los novios se ubicarán al frente del Altar en el presbiterio, donde ocurrirá la bendición
y entrega de los anillos y de las arras.
 BENDICION DE LOS ANILLOS
SACERDOTE: Señor, bendice a María Gabriela y Javier Lisandro, santifícales en su
amor, y bendice estos anillos (+) que van a entregarse el uno al otro en señal de
amor y fidelidad.
 ENTREGA DE ANILLOS
Novio: María Gabriela, te entrego este anillo, como prueba de mi amor y fidelidad a
ti.
Novia: Javier Lisandro, te entrego este anillo, como prueba de mi amor y fidelidad a
ti.
 BEDICION DE LAS ARRAS
SACERDOTE: Señor, bendice estas arras y derrama sobre María Gabriela y Javier
Lisandro la abundancia de tus bienes.
 ENTREGA DE ARRAS
Novio: María Gabriela, estas arras que nos entregamos mutuamente son prenda de
la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir.
Novia: Javier Lisandro Camelo, estas arras que nos entregamos mutuamente son
prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir.

Los asistentes acogen a los nuevos esposos con un fraterno aplauso. En seguida los nuevos
esposos profesan juntos su fe en la presencia del amor de Dios en sus vidas.
 CREDO DE ENAMORADOS
Novio: Creemos en Dios, Padre, Hijo y Espíritu,
comunidad y hogar de amor fiel, tierno y creador,
que ha puesto en nuestros corazones el amor
y nos invita a celebrarlo con todos vosotros
en el sacramento de encuentro y gozo del matrimonio.
Creemos en Dios, Padre, Hijo y Espíritu.
Novia: Creemos en la vida,
y queremos vivirla gozosamente y en comunión,
prolongarla responsablemente en la historia,
acogerla en nuestra casa con amor y cariño,
alimentarla en el pobre y en el hambriento,
defenderla en el marginado y rechazado,
cuidarla en el niño y en el anciano
y amarla apasionadamente en todos.
Novio: Creemos en la comunidad cristiana,
y apostamos, sin reservas, por la puesta en común
del pan, el corazón, las alegrías, las penas,
la casa, la fe, la vida, la oración,
la libertad, la lucha, los proyectos,
los dones y las manos abiertas,
para que venga a todos tus reinos, ya en la tierra.
Creemos en la comunidad cristiana.
Novia: Creemos en la familia,
pequeña comunidad de fe, esperanza y fraternidad;
buena noticia y primicia del reino de Dios,
Por eso la soñamos cálida y abierta,
como una casa solariega llena de vida,
capaz de dar cabida y acoger a otras personas.
Creemos en la familia.
Novio: Creemos en el amor, los besos y las caricias,
en la donación de nuestro espíritu y cuerpo,
en nuestra sexualidad tan humana, gozosa y rica,
en los ojos que miran clara y serenamente,
en el diálogo que sugiere y escucha,
en la fidelidad que construye el nosotros cada día,
y en el perdón que cura todas las heridas.
Novia: Creemos en la pascua cristiana,
celebración nupcial de Cristo con nosotros,
nueva alianza que nos da el amor encarnado de Dios,
que nos llena de gozo en este instante
y se prolonga, gratuita, en nuestras vidas.
Creemos en la pascua cristiana.
PETICIONES PRESENTADAS POR LOS PADRINOS
Por todos los hombres y mujeres del mundo, que tan difícilmente pueden vivir en el
amor.
Pedimos a Dios que descubran el sentido de la vida, que la puedan hacer válida para
siempre.
Por todos los matrimonios, las parejas, los hogares del mundo.
Pedimos a Dios que tengan fuerza para vivir con constancia y con fortaleza la hermosa
misión de hacer presente en el mundo la fuerza del amor.
Por todas las familias, padres, abuelos, hijos, nietos...
Pedimos a Dios que el amor fuerte, comprensivo, generoso, sea la ley de sus vidas.
Por la Iglesia entera, desde el Papa hasta el más desconocido creyente.
Pedimos a Dios que sea en el mundo una fuerza de amor, de perdón, de comprensión,
de fortaleza, de esperanza.
Por María Gabriela y Javier Lisandro, que hoy han unido sus vidas en matrimonio:
Pedimos a Dios que les acompañe en su vida, les dé fuerza para quererse siempre como
hoy se quieren, para perdonarse, para que viendo cómo se quieren creamos todos en el
amor de Dios.
Padre santo, que has creado al ser humano a tu imagen, hombre y mujer, para que
siendo los dos una sola carne y un solo corazón sean imagen tuya y realicen tu misión
en el mundo…
Extiende tu mano protectora sobre estos hijos tuyos. Que, a lo largo de su vida,
santificada en este sacramento, sean cada uno para el otro un regalo constante de tu
mismo amor: que sean de verdad y para siempre un solo corazón y un solo espíritu.
SACERDOTE: Padre santo que has querido que el amor maravilloso del hombre y la
mujer sean el signo de tu mismo amor, para que viendo el amor presente en los
hombres comprendamos cómo nos quieres…
Te pedimos por ellos, para que en la alegría te alaben, en la tristeza te busquen; que
encuentren en su trabajo el gozo de tu ayuda y en la necesidad sientan cercano tu
consuelo. Que encuentren en la eucaristía la fuerza de la fe, la presencia de tu Palabra,
para que puedan cumplir en su vida la misión que tú les encomiendas
Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo y hermano nuestro... Amen.

LITURGIA EUCARISTICA
OFERTORIO
Uno de los esposos trae las ofrendas de pan y vino y el otro recita la presentación de la ofrenda:
ESPOSO O ESPOSA: Te presentamos el pan y el vino que vamos a compartir,
símbolos de la entrega total de Jesús y estímulo para nuestra entrega generosa a
nuestros prójimos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe en tu bondad, Señor, los dones que te presentamos con alegría, y guarda con
amor de Padre a quienes has unido en alianza sacramental.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

RITO DE LA COMUNION
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
Corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado;
digamos con fe y esperanza:

Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:


Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Bendición nupcial
El ministro, con las manos juntas, invita a los presentes a la oración con estas u otras
palabras:
Queridos hermanos,
Invoquemos la bendición de Dios
sobre estos esposos, Gabriela y Javier,
Él, que hoy los colma de gracia
con el sacramento del Matrimonio,
los acompañe siempre con su protección.
Todos oran en silencio durante breves momentos.
Después, el ministro con las manos extendidas sobre los esposos, prosigue diciendo:
Dios Padre de toda bondad,
en tu designio de amor creaste al hombre y a la mujer
para que, en la entrega recíproca,
con ternura y fecundidad viviesen alegres en la comunión.
Cuando llegó la plenitud de los tiempos
has enviado a tu Hijo, nacido de una mujer.
En Nazaret, compartiendo las alegrías y las fatigas
de toda familia humana,
creció en sabiduría y gracia.
En Caná de Galilea, convirtiendo el agua en vino,
se convirtió en presencia de alegría
en la vida de los esposos.
En la cruz se humilló
hasta la extrema pobreza de la condición humana,
así nos has revelado, Padre, tu amor admirable por nosotros, sin pedir nada a cambio.
Con la efusión del Espíritu de tu Hijo Resucitado
has concedido a la Iglesia
recibir tu gracia en nuestro tiempo
santificando todos sus días.
Ahora, Padre, mira a Gabriela y Javier,
que se encomiendan a ti:
lleva a término la obra que comenzaste en ellos
y conviértela en signo de tu caridad.
Descienda tu bendición sobre estos esposos
para que, marcados con el fuego del Espíritu Santo,
se conviertan en Evangelio vivo entre los hombres.
Que sean guías sabios y firmes de sus hijos
que alegrarán a su familia y a la comunidad.

Sean alegres en la esperanza,


fuertes en la tribulación,
perseverantes en la oración,
atentos a las necesidades de los hermanos,
diligentes en la hospitalidad.
No devuelvan a nadie mal por mal,
bendigan y no maldigan,
vivan muchos años y en paz con todos.
Padre, el amor de estos esposos
sea semilla de tu reino.
Y que conserven en el corazón una profunda ansia de ti
hasta el día en el cual,
junto a sus seres queridos,
puedan alabar eternamente tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

Omitida la oración Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles, se dice La paz del
Señor esté siempre con ustedes.
Entonces, los esposos y los presentes se desean mutuamente la paz como signo de
unidad y caridad.
Comunión
Los esposos reciben la Comunión bajo las dos especies. Tomando cada uno de manos
del ministro el Cáliz con la Sangre de Cristo.
Oración postcomunión
Ministro: Oremos. Señor Jesús, hemos participado de tu mesa, y tú nos has
alimentado con el pan de vida. Por la fuerza de este sacramento, haz que Gabriela y
Javier se amen cada día más, y que a lo largo de su vida sean testigos de tu amor. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.

Presentación de los esposos a nuestra señora


Los esposos proclaman juntos la siguiente oración
Virgen María, esposa y Madre:
en este día feliz nos presentamos ante ti
con el corazón desbordante de alegría.
Tú que, en Caná de Galilea, junto a tu Hijo,
intercediste por unos novios,
escucha la oración que te hacemos llegar.
Nuestro amor ha sido bendecido por Jesús
y como cristianos pedimos que intercedas ante tu Hijo,
como en aquella hora, para que seamos
alabanza de la gloria de su gracia
y testigos luminosos ante los hombres
del amor que nos ha hecho esposos.
Amén.
Conclusión de la celebración
Al final de la celebración el ministro bendice a los esposos y al pueblo con una de las
formulas siguientes.
El ministro con las manos extendidas sobre los esposos, dice:
Ministro: El Señor este con ustedes
Todos: Y con tu espíritu
Dios, Padre eterno,
los conserve unidos en el amor,
y que la paz de Cristo habite en ustedes
y permanezca siempre en su hogar.
R. Amén.
Sean ustedes benditos en sus hijos,
que encuentren ayuda en sus amigos
y vivan en paz con todos.
R. Amén.
Que en el mundo sean testigos del amor de Dios,
y que los pobres y afligidos
sean objeto de la bondad de ustedes,
para que ellos los reciban un día
en las mansiones eternas de Dios.
R. Amén.
Y bendice a todo el pueblo:
Y a todos ustedes, que están aquí reunidos,
los bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo, + y Espíritu Santo.
R. Amén.
En la Iglesia y en el mundo sean testigos
del don de la vida y del amor que acaban de celebrar.
Vayan en paz.
Todos: Demos gracias a Dios.
Los novios suben y en el Altar firman el acta de matrimonio, que deben llevar lo más
pronto posible a una notaría para hacer registrar.
Al final los novios se ubican junto con sus padrinos delante del Altar para salir, la
salida inicia al sonar la marcha nupcial.

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