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Pensando en Supay o desde el Diablo. Saqra, paisaje y memoria en el


espacio surandino

Chapter · May 2014

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1 author:

Pablo Cruz
National Scientific and Technical Research Council
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Paisajes sagrados andinos y cartografía religiosa View project

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Wak’as, diablos y muertos:



Wak’as, diablos y muertos:

Lucila Bugallo y Mario Vilca


(Compiladores)

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Prohibida la reproducción total o parcial del material contenido en esta publicación por
cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informá-
tico, sin permiso expreso del Editor.

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Diseño de Tapa e Interior: Matías Teruel


Corrección: Celia Navarro
© 2015 Lucila Bugallo, Mario Vilca [et al.]
© 2015 Editorial de la Universidad Nacional de Jujuy
Avda. Bolivia 1685 - CP 4600
San Salvador de Jujuy - Pcia. de Jujuy - Argentina
Tel. (0388) 4221511- e-mail: ediunju@gmail.com

2015 1ra. Edición

Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723


Impreso en Argentina - Printed in Argentina


EVALUADORES EXTERNOS

Ricardo Abduca – Universidad de Buenos Aires

Thomas Abercrombie – New York University

Penélope Dransart – University of Wales Trinity Saint David

José Luis Grosso – Universidad Nacional de Catamarca

Alejandro Haber – CONICET / Universidad Nacional de Catamarca

Juan van Kessel


Andina, Iquique)

Axel E. Nielsen
Pensamiento Latinoamericano

Patricia Oliart – Universidad de Newcastle

Tristan Platt – University of St Andrews

Gilles Rivière
Sociales)

Carmen Salazar-Soler
Francia)

Tom Zuidema – University of Illinois


Saqra
surandino*

Pablo Cruz**


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

guardan simultáneamente tantos sentidos como la de saqra (aym. saxra).

espacio: el saqra pacha que incluye al inframundo (ukhu pacha), los espacios
punku, qaqa, puqyu, etc.);
como a aquellos otros espacios salvajes y exuberantes como las selváticas
tierras bajas. Saqra

Saqra, el Supay, el Diablo, etc.) o indiferenciadas (supay, saqra, diablos,


almas, chullpa
los seres humanos1

ejecutado los protocolos rituales necesarios (ch’alla, pacto) o se dispone

mayormente de orden económico. Se trata, en efecto, de una potente fuerza

o menor medida todos los espacios y entidades que pueblan el universo.


De hecho, la insaciable voracidad de la fuerza saqra sólo es controlada por
la acción restrictiva y ordenadora ejercida por otra gran fuerza animante:
janaq pacha, el mundo celestial,

los santos benefactores.


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
saqra, procurando

saqra entre
los campesinos andinos del sur de Bolivia. En un segundo tiempo, veremos

presentados son el resultado de trabajos de campo efectuados durante

saqra
En las áreas campesinas2 donde desarrollamos nuestros trabajos

construcción de la memoria social y de las explicaciones ontológicas sobre

partir de la relación de fuerza entre el universo Saqra3 y los principios


ordenadores y socializadores que lo restringen, principalmente Gloria (ver
imágenes 1 y 2).

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
De esta manera, todas las entidades humanas y no humanas
que pueblan el mundo terrenal se encuentran habitadas a la vez por
los principios animantes emanados por estos espacios. Más allá del
ordenamiento territorial de las comunidades y de las categorizaciones

aquellos lugares que se encuentran en mayor o menor medida socializados


(y por lo tanto relacionados con el mundo de los hombres y con Gloria) y
las áreas desiertas de humanidad. Los espacios socializados son aquellos
en los cuales, evidentemente, se encuentran los sectores residenciales
(comunidades, estancias)4 uywakuna) y las áreas

caminos y senderos usados por los campesinos en sus desplazamientos:


los llamados juch’uy ñan o caminos vecinales (caminos pequeños), los uywa
ñan runa ñan (caminos de los
hombres).

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
Imagen 2:
/Saqra.

palabras compuestas que comienzan con las expresiones ch’in (silencio)5,


ch’usaq mana runa tiyanchu (no vive
gente). Estas áreas, salvajes y por lo general peligrosas, son el territorio
de los animales silvestres6 y el dominio de entidades no-humanas, algunas
movilizadas por las fuerzas emanadas del universo saqra -Chispallana
kashanchis ranchuman mana manchikusunchu: cuando estamos cerca
de la comunidad no tenemos miedo-. El nivel de peligrosidad de las

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
amenazadores para los humanos: las cumbres de los cerros, las quebradas,
las peñas y aquellos lugares sacralizados del paisaje, indistintamente si ellos
se encuentran asociados con entidades del mundo celestial o del inframundo.
A su turno, los paisajes socializados de las comunidades se encuentran
particionados entre los sectores de residencia y las áreas productivas, los
lugares de culto (costumbres) generalmente asociados con Gloria, y los
supay parte o saqra
parte
chullpa
ojos occidentales, los cuales, como lo veremos más adelante, se encuentran
saqra. Un ejemplo de la

en estas regiones lo encontramos en las comunidades Jalq’a7 de Irupampa-


Maragua (Chuquisaca). En un territorio comunal que no supera las 400
Ha8 se concentran once lugares de culto asociados principalmente con
Gloria, al menos diecisiete lugares temidos por ser saqra parte9, y cinco
chullpa10 (ver imagen 3). Por donde se mire
y por donde se circule en Irupampa y en Maragua, los hombres se topan
forzadamente con algunos de estos espacios. Los lugares de culto asociados
con Gloria incluyen la iglesia y la capilla de la Virgen de Temblora (patrona
de Irupampa), el cementerio, los lugares de culto asociados con santos11,
algunas cumbres donde se realizan ch’allas y pedidos de lluvia (Cruz Loma,
Ninas Punta), lugares destinados al culto a las almas (apacheta q’asa,
cementerio) y una cueva arqueológica donde se ch’alla y se hacen pedidos a
Tomás Catari12. Por su parte, los saqra parte de Irupampa-Maragua incluyen
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
todo el espectro de espacios asociados con el inframundo: cuevas, sirinus13,
quebradas, qaqakuna, puqyukuna rumicampana y un santuario
consagrado a San Ramón, patrono de los animales.

Imagen

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
Más allá del caso de Irupampa-Maragua, entre los principales
espacios y/o lugares considerados como saqra parte en el espacio
surandino se encuentran: las qaqa
wayq’u (quebradas), los machay (cuevas), los punku (puertas), los puqyu
(manantiales), las uma urq’u (cumbres de los cerros), los sirinus, los rumi-
campana, las minas, los chullpares (sitios arqueológicos) y, por supuesto,

fuerza saqra y convocar la presencia de algunas de sus entidades, entre


las más frecuentes: Supay/supayas saqra huayra
(remolino de viento) k’arawawas (fetos convertidos en duendes) y toda
una gama de animales terrestres: serpientes, sapos, lagartos, etc. Asimismo,
muchos de estos lugares, como las cuevas y quebradas, pueden funcionar
como punkus14, portales que comunican humanos y no-humanos con el
inframundo (ukhu pacha, supay pacha, saqra pacha) o con otros espacios
rituales15. El pasar inoportunamente o el quedarse cerca de estos sitios en

de amplia difusión en los Andes: mancharisqa ) y


jap’isqa (posesión)16.
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
A grandes rasgos, de la potencia de la fuerza emanada por el sitio
o por la entidad saqra encontrada depende la gravedad de la afección
inducida, pudiendo desembocar en la muerte del individuo -sobre todo
tratándose de jap’isqa
saqra. Dada su frágil naturaleza, estos lugares
se muestran particularmente peligrosos para los niños17

en que experimentan su máximo de apertura corporal favoreciendo la


comunicación entre el ukhu cuerpu y el ukhu pacha18. Sin embargo, si se
cuenta con la fuerza necesaria para hacer frente a la fuerza saqra emanada
en estos sitios, o con la mediación de un especialista ritual (jamp’iri,
aisiri), o bien, en su defecto, con un protocolo y conducta ritual adecuada
(ch’alla, q’oa
parte de las veces de orden económico19. Para asuntos mayores, el pacto
diabólico, particularmente presente en el mundo minero, sigue siendo el
procedimiento más efectivo.
En cuanto a las cumbres de los cerros, ellas son generalmente
consideradas como los espacios más peligrosos, dada la voracidad natural
que poseen las montañas, que se suma a su condición de ch’in parte, a la
aparición frecuente de los supay20 y otras entidades malignas, y por tratarse,


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
layqha/
21 22
layqhakuna y brujos urbanos . Sin que por ello su voracidad se vea

con Gloria, o tratarse de espacios donde se realizan pedidos de lluvia


mediante la mezcla de aguas. Finalmente, los sirinus pueden encontrarse
tanto en cuevas como qaqas23. Se trata principalmente de espacios de
inspiración musical en los cuales los humanos se encuentran con los
supay
24
. La inspiración es dada mediante un estado de posesión
controlado favorecido por la ch’alla y el consumo de alcohol.
saqra y el
inframundo y evocado algunos pocos aspectos relativos al dominio celestial,
janaq pacha o Gloria. Además de estas dos fuerzas esenciales, la
mayor parte de las entidades que pueblan el mundo terrenal se encuentran
movilizadas por fuerzas animantes complementarias tales como el samay
(el aliento) y el ajayu
posición dentro de la puja entre Gloria y Saqra, dan forma a los aspectos
esenciales de sus identidades, entre ellos su sexualidad y su carácter. De
manera que, a semejanza de los seres humanos y los animales, existen
25
y con carácter
propio. Todas las cosas tienen un ajayu, el agua siempre es hombre y mujer,
los cerros son hombre y mujer, las plantas son hombre y mujer siempre 26.

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
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
Puede sorprender incluso que ciertos espacios sacralizados que poseen un

ejemplo, Santa Ana de Irupampa es mujer, mientras que su par, Santa Ana de
Maragua, es hombre. Es importante señalar que cuando estas entidades no-
humanas, que poseen una interioridad (ajayu) y una corporalidad propia, se
27
,
situación que pone en evidencia una cierta operación de cambio de
perspectiva28. Otro concepto estrechamente relacionado con la identidad de
los espacios y las manifestaciones saqra es el de q’iwa, palabra utilizada con

homosexual. Pero el campo semántico de q’iwa se extiende mucho más allá

compartir. Muchas entidades no humanas pueden ser, igualmente, q’iwa: los


animales, los cerros (q’iwa urqu q’iwa mayu q’iwa partes;
y por principio, la acción restrictiva ejercida sobre el mundo saqra hace que
sus manifestaciones evoquen de lleno este principio q’iwa. Como hemos

alto.
Otros aspectos del universo saqra se encuentran particularmente en
el mundo de los chullpa. Para los campesinos de estas regiones andinas,
los restos arqueológicos son considerados como el testimonio de una

chullpa chullpa se encuentra abundantemente


en la toponimia regional señalando localidades donde generalmente
yace un sitio arqueológico prehispánico: Chullpa pata, Chullpa huasi,
Chullpa loma y Chullpa q’asa son sólo algunos ejemplos entre muchos. Sin
embargo, los testimonios del pasado chullpa no se limitan a la presencia

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



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             



de topónimos o de grandes sitios arqueológicos; se trata más bien de un

habitaciones, espacios de cultivo, acequias, caminos y senderos, cuevas, arte


rupestre, diversas formaciones geológicas, etc. -y las entidades no humanas
asociadas con estos espacios- son los testimonios que fundamentan las
explicaciones ontológicas acerca del mundo chullpa. Los chullpa

arcilla vegetal29. El ocaso de este mundo se debe a la salida de un sol con luz

ciertas regiones, algunos de estos chullpa


30
; la presencia de restos óseos humanos y
cerámicas en las tumbas-cistas (las casitas) es un testimonio palpable de
este cataclismo pasado. En otras regiones meridionales, algunos chullpa

descendientes de los chullpa, sus antepasados lograron escapar y sobrevivir


al sol tirándose al lago Popoo y saliendo a la tierra sólo por las noches31.
chullpa son celosos de sus
territorios, de sus construcciones y de sus pertenencias; la fuerza liberada

arqueológicos, llamada en quechua chullpasqa, de muy amplia difusión en

de granos o pequeños huesos que lastiman la piel y conducen a la muerte


sino se recibe un tratamiento ritual adecuado. De manera semejante a otras
chullpasqa no es otra cosa que una posesión
progresiva que culmina con la transformación del afectado en chullpa.

comunicarse con los chullpa en los sueños. Doña Fortunata, una de las más







excavación de tumbas en un sitio arqueológico de la región, fue visitada
32
una noche por un indio chullpa -de
los de antes (unkhu
encontrar su camino de regreso.
Muchos son los elementos que relacionan los chullpa con el universo
saqra
los chullpa, el chullpa pacha, awqa pacha o purum pacha,
son prácticamente las mismas que las representaciones que se tienen del
inframundo de los diablos y de los muertos: penumbras, humedad, fertilidad
y, sobre todo, una indiferenciación de las entidades que lo pueblan. Si bien

por Abercrombie33
los supay-chullpa se enfrentaron y fueron derrotados por Tatala)34, o la
estrecha relación que une a los chullpa con el mundo saqra y los supay, estos
hechos se revelan en los nombres dados a ciertos sitios arqueológicos -o
chullpares-, llamados Saqra Loma (Yura), Supay
Molino Qaqa (Betanzos) o Supay Cueva (Turqui). Más allá de esto, para la
chullpa y saqra comparten hoy un
mismo universo, el inframundo, el cual con frecuencia comunica con ciertos
lugares particulares del paisaje chullpa como son las qaqa y cuevas con
arte rupestre35
el contacto con los chullpa, el chullpasqa
similares con aquellas afecciones propias del universo saqra: mancharisqa
y jap’isqa.
Este somero recorrido por el universo saqra nos permite resaltar

y permeabilidad de sus principios y manifestaciones. De hecho, sólo la


acción restrictiva ejercida por Gloria puede amenguar su omnipresencia y la
densidad de sus múltiples manifestaciones. Por tal razón, el universo saqra,



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
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



esencialmente subversivo para el orden establecido, se constituye como
un cotidiano ejercicio de memoria, de reacción y de resistencia. En este

una extensa e imponente formación de rocas y cueva -es decir un arquetipo


condensado del mundo saqra36- perdida en el fondo del altiplano aymara
en la región de Pacajes (Calacoto), como escenario para realizar el primer

de los chullpares, bajo el celoso amparo de ancestros y diablos37.

Supay y saqra

que conforman hoy el universo saqra es sin duda la profundidad de sus

pone en evidencia principalmente en aquellas fuentes de comienzo de la


Colonia que se concentraron en describir las prácticas idolátricas de los
gentiles. En algunos casos, la antigüedad prehispánica de ciertas entidades
consideradas hoy como saqra
surgieron de procesos de sincretismo y de la aplicación de traducciones
y categorizaciones resultantes de las estrategias de evangelización y de

según los autores, las regiones y los diferentes momentos históricos.

sagradas y fueron objeto de devoción y culto, con la llegada de los españoles,

cuya importancia en la religiosidad andina prehispánica es ampliamente


conocida, aunque estos ya contaban igualmente con una larga trayectoria






38
sobre
los tormentos inkaicos, es un ejemplo de la repugnancia cristiana hacia estas
bestias (serpientes, sapos, lagartos) consideradas a la vez como diabólicas

humano (ver imagen 4). Sólo algunas pocas entidades que revelaban algún

folklore de la antigua Europa, tales como el Sol o la Pachamama, lograron


reactualizarse dentro de los márgenes de la santa fe.

Imagen 4: Animales saqra

Fuente: Códice Murúa: Historia y Genealogía de


los Reyes Incas del Perú del Padre Mercenario Fray Martín de Murúa.





y entidades que se inscriben en el mundo saqra

sobrepasa largamente el objetivo de este trabajo. No obstante, es importante


wak’a, sin dudas

colonial referida a la religión de los andinos. De hecho, fue bajo esta misma
palabra, wak’a tanto las divinidades andinas,
sus representaciones, los espacios rituales donde ellas se encontraban
depositadas, como diversos niveles de sacralidad39. En estos sentidos, en
su diccionario, Bertonio40 nos traduce al castellano wak’a (huaca) como

gentilidad (… …) ydolo, templo de ydolos, o el
mismo ydolo (… 41. Pero no sólo muchas de las entidades y divinidades

wak’a,

…) Porque inventó el Demonio las Huacas (…


…) El Demonio engañó a los Indios para que adorassen a las Huaca (…
…) por que adoravan al Demonio en las huacas (… ,
42
. Y fue
dentro de esta dinámica general de diabolización de los wak’a, entre ellos
los particularmente subversivos cultos a los ancestros, que se procuró hallar
en las lenguas nativas una palabra para traducir un Demonio cristiano sin
equivalencias en los Andes. En efecto, tal como lo demostrara Taylor43, el
supay (çupay, zupay, sopa, etc.), que antiguamente designaba una

convertido en paráfrasis de ángel bueno y malo, fantasma, enemigo del











…) no dejaron las Huacas, y a escondidas adoraban al Demonio en ellas
(… 44
sus horizontes al conjunto de las prácticas idolátricas. En cuanto al dominio
y morada del Supay, siguiendo el sentido del averno europeo, la misma fue
situada en el inframundo y traducida en lengua nativa como ukhu pacha.
Estenssoro Fuchs45 ukhu pacha 46
, dando

punku. Pero

una penumbrosa y promiscua melange de demonios, muertos y bestias, un


eterno martirio de fuego y dolor. Y, tal como lo señaló Bouysse-Cassagne47,

Mullupunku48.
Supay
saqra. En efecto, como bien se cuestionaba Albó49,
saqra en tiempos coloniales

saqra
al Supay






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
elementos que lo vinculan con el universo religioso en el que se hallaba
el supay sakhra es
sakhra achachi, vel apachi como
sakhra ccharqui
sakhra cemito
seco). Bertonio toma como sinónimo de sakhra tucari y
sakhe

sakhra

alusiones al pan y a la carne seca utilizadas por Bertonio. Y de hecho, resulta


sakhra sólo como

sakhra
sakhra achachi), y como complemento-superlativo
en ccharqui (charque). Incluso, podemos encontrar en esta acepción de
sakhra

como, de manera general, a todo cuerpo, humano o animal, resecado por el


50
En
sakhra haya tenido alguna relación con
soqa

sakhra y que guarda igualmente tanto relación


con los antiguos cultos a las momias, como con el concepto actual de saqra.
Se trata de sakha
como sakhahualla
sakha takha

emanan fuerzas del inframundo -y con frecuencia espacio funerario-; sakha


se relaciona a su vez con ccaca
ccacca hali
ccaccartatha



Más allá de estas relaciones, sabemos que las imágenes asociadas

especial dentro del movimiento milenarista del Taqui Onqoy durante la


segunda mitad del siglo XVI. Promulgando un retorno a los antiguos cultos
wak’a

desecados y muertos de hambre comentaba Nathan Wachtel51 sobre los


testimonios de Cristóbal de Molina52. La siguiente sentencia del extirpador

todo regreso a las antiguas prácticas de alimentar a los wak’a.

vida, como ha de comer, y de beber? Y si los Malquis estàn muertos,

estàn podridos, y hechos tierra, con que boca han de comer, y beber.
No veis esto hombres? Que podeis responder? Que podeis dezir? Y si
los Malquis comieran, y bevieran, los Españoles, que quieren mas que
vosotros a sus Malquis, tambien les dieran de comer, y de beber, pero
los Españoles no hacen esto, porque saben, que los Malquis no comen,
53
.

aunque no por ello sin relación, traduciendo del quechua çacra como:
çacraruna
cochecta yallik çacra
çacrachanani o çacramtucuni çacraymanani:
çacraymanascca

traduce igualmente çakra como: astrosso (atroz), vil, disforme, feo y tosco.
saqra, con un sentido diferente a la de







soneto donde las palabras zacra uinchayquip, son traducidas en su aserción
54
y quizás de una manera más ajustada al
55
. Sin embargo, en otras
sapra (saqra?), asociado con
awqa
…) sapra aucanchiccho mana huchayocta concayquita
cuchon? (…
te va a cortar el cuello a ti, que eres inocente?56 …) Sapra aucacho,
Coya atiuanchic, llazauanchic? (… ¿Podrá este enemigo malvado, reina,
derrotarnos, darnos pesadumbre?57.
awcha, actualmente usado en muchas
regiones quechua-parlantes como sinónimo de saqra, fue traducido por
haucha) como cruel: hauchayani millay
haucha sullulmanta haucha hauchaycachani hauchapayani:

principales, que si bien son de naturaleza diferente, las encontramos de

saqra

viejo y malvado en el quechua de Guaman Poma. En este sentido, tales

Supay/

saqra
pilares de la religiosidad andina, sino que se constituyó como un foco de
subversión y rebelión en el orden colonial. En este sentido, cobra relevancia
supay, en tanto que muerto, sombra, fantasma;
la fuerza animante depositaria de la identidad personal que sobrevive a

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



58
. Tal relación del supay con el mundo de los ancestros y

perduran en la actualidad. Un ejemplo de esta relación la encontramos en


un testimonio recogido por el Padre Salas en el Titicaca en 1618, transcripto
y publicado en la por lo menos enigmática obra de Fray Viscarra Fabre59,
donde se presenta a los Suphayas (supay) y los Aoukkas (awqa), junto a
otros seres, como los pobladores de la primera edad de la tierra, milenios
antes de la aparición de los hombres.
Pero al mismo tiempo, replicando tautológicamente un mismo sentido

de comunicarse con los antiguos wak’a

incluso de baja estima social, personas viles en todos los sentidos tal como

estuviese ocioso en la República era bien que no usasen gente baja...


60
.

a los principales dioses creadores, entre ellos Viracocha o Cuniraya


Wiraqucha, quienes se manifestaban a los hombres como viejos andrajosos,
61
.
saqra en los
primeros momentos de la Colonia no permiten profundizar estas relaciones.



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
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
saqra
(peñas, manantiales, remolinos, serpientes, sapos, etc.) no sólo aparecen

agrupadas dentro de un mismo contexto narrativo62. Y es en este punto


donde creemos ver los comienzos de una interesante categorización del
pensamiento, que bien podemos designar hoy como saqra y supay.

Las maneras en que muchas sociedades andinas se relacionan con


sus divinidades y entidades no humanas y cómo experimentan el espacio
en un mundo multifácetico y en constante movimiento, traslucen algunos
aspectos más profundos de sus pensamientos, que van más allá de los
simples marcos de la larga duración y de la resistencia. Nos referimos a

diferentes realidades. El universo saqra que tratamos en este trabajo



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
                














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
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





otras realidades regidas a su vez por otras racionalidades y maneras de

embargo, los choques de fuerzas y contradicciones que puedan surgir en la


conjugación simultánea de diferentes realidades, no se revelan en este caso
esenciales, ni provocan un malestar mayor. De la misma manera que hoy un
ch’allar

del cura, el voraz apetito de sus yllas. No sabemos si esta capacidad pasó
inadvertida a los ojos de la Iglesia en los primeros años de la Colonia, pero
puede explicar en parte tanto la grandiosidad de los esfuerzos volcados en
la empresa evangelizadora y extirpadora, como lo sorprendente que fueron
sus resultados en el caso del Supay/Saqra
o de la Virgen colocada por encima del wak’a supuestamente extirpado,
no sólo no logró reemplazarlo sino que en muchos casos contribuyó a su
reactualización y su supervivencia en el tiempo largo. Incluso vemos que,

algunos Cristos63, de tanto lidiar con los demonios terminaron por cambiar
Supay.
Esta sorprendente capacidad nos conduce hacia las estructuras de los

, desde la primera
64

edad en las propias experiencias motoras y sensoriales: en otras palabras


la manera en que se comienza a experimentar el mundo. Sobre esta base,
Descola65
sociedades andinas como sociedades analógicas, en las cuales el conjunto
de los seres se encuentran fragmentados en una multiplicidad de esencias,




       





analógicas66. Uno de los ejemplos más sustanciales del analogismo andino
se revela en los principios saqra y Gloria, los cuales componen, en mayor o
en menor medida, todas las manifestaciones y entidades que conforman el
universo (humanos, no-humanos, divinidades, espacios, tiempos, etc.) y las

ser algo evidente, tanto en el pasado como en el presente, se trata, por lo

conceptuales -una de sus capacidades inherentes-, ya que puede incorporar,


simultánemanente e indiferenciadamente, elementos de otras matrices
de pensamiento. Por ejemplo, el ingrediente animista se revela tanto en la
universalidad del ajayu y en el perspectivismo particularmente presente en
los mitos (p. ej. las montañas y animales).
No se trata, sin embargo, de una exclusividad del mundo andino, ya que
el propio pensamiento de los españoles de los siglos XVI y XVII se encontraba

animistas. Desde las relaciones personalizadas con los Santos hasta el

hombres, animales, objetos y lugares, estos matices animistas se muestran


particularmente evidentes en la religiosidad. De hecho, la tenacidad histórica
de ciertas estructuras esenciales del pensamiento andino contemporáneo,
como los universos saqra y Gloria, se explican desde la conjunción de estas
dos matrices de pensamiento que, más allá de la imposición de una sobre la
otra, tuvieron mayores puntos de encuentros que de desencuentros.
Ahora bien, es necesario en este punto evitar el peligro, siempre
presente al tratar estos temas, de quedar atrapados dentro de una

a algunas variables ineludibles que impiden toda licencia generalista,

de algunas estructuras, uno de los temas de fondo explorados en este trabajo,


debe entenderse dentro de los profundos y dinámicos procesos de cambio
social que tuvieron lugar de manera ininterrumpida a lo largo del tiempo.

               



manera universal de encontrarse y experimentar el universo saqra; cada
región, cada comunidad e incluso cada persona poseen sus propios modos.
Por otro lado, esta manera general de ver y entender el mundo, por ejemplo
el universo saqra

otras racionalidades, sino que el universo saqra Supay se


encuentran igualmente presentes en contextos urbanos, mestizos y blancos,
en ocasiones con la misma intensidad y densidad que en el campo o en la
mina. Y en un sentido más amplio, de la misma manera que la matriz de

matizada por la incorporación de estructuras e instituciones de otras


matrices (animista, racionalista); no existen, salvo idealmente o en la

En este sentido, es necesario evitar igualmente caer en la trampa de la

largo del tiempo, al Diablo andino, fueron muchas más que dos. De hecho,
saqra, en la constante permeabilidad

simbióticamente con otras formas de pensamiento, que podemos hallar una


explicación para su larga duración, y, paradójicamente, para su tenacidad
histórica.

populares, oriundas de otras regiones y contextos culturales, como el


Gauchito Gil, San la Muerte, o la Bombachira, recientemente inmigrados a
Supay, o se preparan
para hacerlo, enriqueciendo y reactualizando su dominio. Otros personajes
no menos intrigantes (extraterrestres, monstruos diversos, chupacabras,

la forma que tomará el Diablo andino en el futuro, pero de la misma manera


que hoy no podemos pensar los Andes sin un saqra o un supay oculto tras


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