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ENCAPSULAMIENTO MOLECULAR DE SUSTANCIAS

HIDROFÓBICAS EN DERIVADOS DE AMILOSA Y CICLODEXTRINAS

Héctor Jesús Contreras Quiñones

Resumen. En los últimos años se han tenido grandes avances en el campo de los compuestos
macrocíclicos, la tecnología de enzimas y en la química del reconocimiento molecular; como
consecuencia, se ha descubierto un nuevo tipo de amilosa y resurgen las ciclodextrinas. Estas
últimas son anillos de seis a ocho unidades de glucosa con enlaces α-1,4, y han demostrado tener
una gran variedad de usos, que van desde la manufactura de productos farmacéuticos,
conservación de saborizantes, fragancias y pesticidas, hasta la elaboración de enzimas
artificiales. La base fundamental que permite a estos compuestos tener esa gran versatilidad es
su capacidad para formar complejos de inclusión, misma que ha servido para el desarrollo de
una nueva tecnología: el encapsulamiento a escala molecular. En este artículo se describe en
detalle la estructura de las ciclodextrinas, y se hace una revisión de los avances más
significativos en sus aplicaciones.

INTRODUCCIÓN

La estructura macrocíclica está ampliamente distribuida en la naturaleza, por lo que puede


concluirse que ofrece ciertas propiedades útiles; esta observación fundamental fue el punto de partida
para que la química de estos compuestos haya avanzado a pasos agigantados en los últimos treinta
años. El objetivo principal de las investigaciones que se han realizado en esta área es desarrollar
agentes que formen complejos o receptores moleculares, capaces de atrapar muy eficiente y
selectivamente un sustrato dado1.

Las moléculas, o algunos de sus grupos funcionales, pueden atraparse en la cavidad de estos
compuestos cíclicos, con lo que se forman complejos de inclusión; obviamente, deben tomarse en
cuenta las interacciones moleculares específicas y la estructura geométrica. Así, de las estructuras
lineales a las cíclicas, se refina la disposición de la forma molecular para permitir una correspondencia
cada vez más perfecta entre receptor y sustrato, o entre cerradura y llave, según el prototipo de Emil
Fischer1. Este hecho es la esencia del encapsulamiento molecular y de la obtención de agentes que
sirvan como modelos para ciertos procesos enzimáticos, lo que ha permitido el desarrollo de la química
del reconocimiento molecular.

Entre los macrociclos naturales más estudiados se encuentran algunos antibióticos, las
ciclodextrinas1, y recientemente un nuevo tipo de amilosa2; sin duda, las ciclodextrinas son las más
conocidas. Estos compuestos, que pueden clasificarse como derivados del almidón, son moléculas
cíclicas que tienen de seis a ocho unidades de D-glucosa con enlaces glucosídicos α-1,4 y, se sabe
2

desde hace tiempo, que pueden formar complejos de inclusión con varios compuestos de bajo peso
molecular, incluso iones3. Sin embargo, el proceso de obtención era demasiado complicado y costoso,
por lo que las ciclodextrinas no habían pasado de ser una mera curiosidad científica, “cápsulas vacías”
de tamaño molecular sin ninguna utilidad aparente.

Esta situación ha cambiado radicalmente en los últimos años, pues se ha descubierto que las
ciclodextrinas tienen una gran variedad de aplicaciones, por lo que pueden considerarse como un nuevo
grupo de materiales industriales básicos. Entre las áreas beneficiadas por sus sorprendentes
propiedades se encuentran la farmacéutica, alimenticia y cosmética. Las ciclodextrinas son, además de
“cápsulas moleculares”, reactivos en química analítica y diagnóstico, sustancias biológicamente activas,
agentes quelatantes y de separación quiral; se han usado recientemente para crear películas
nanomoleculares y membranas, en procesos de filtración y purificación. Para tener una idea de este
fantástico desarrollo, baste decir que en 1988 se publicaron unos 600 artículos y patentes sobre estos
compuestos, y en 1995 este número se duplicó4. Es por este motivo que la presente investigación del
estado del arte está orientada, principalmente, a exponer las aplicaciones de las ciclodextrinas, a partir
de una breve revisión de las propiedades moleculares de estos oligosacáridos.

NATURALEZA DE LA AMILOSA Y CICLODEXTRINAS

Los gránulos de almidón son virtualmente insolubles en agua fría, pero se hinchan cuando el
agua se calienta y producen una suspensión coloidal de la cual pueden aislarse dos productos. Una
fracción se llama amilosa (10 a 20%), y es un material soluble en agua; la fracción insoluble (80 a
90%) es la amilopectina (Fig. 1). Cuando se trata almidón con ácido diluido o con las enzimas
adecuadas, se hidroliza progresivamente a maltosa y después a D-glucosa5-6.

Figura 1. El almidón se compone de amilosa (izquierda) y amilopectina (derecha). La diferencia entre ambos
compuestos estriba en que el último es ramificado6.

Como la celulosa, la amilosa es un polímero lineal de la glucosa con enlace glucosídico 1,4, con
más de 1000 unidades enlazadas cabeza-cola. La diferencia en las dos estructuras estriba en la
3

estereoquímica del enlace, ya que la amilosa tiene enlaces α, mientras que los de la celulosa son β. Esta
sutil diferencia origina diferencias físicas y químicas notables: el enlace α de la amilosa tuerce la cadena
de polímero en forma helicoidal, lo que aumenta los puentes de hidrógeno con el agua y, en
consecuencia, la solubilidad7.

En la estructura helicoidal de la amilosa pueden alojarse algunas moléculas, lo que sirve de base
a una reacción interesante y útil: el interior de la hélice es del tamaño y polaridad adecuada para aceptar
yodo, con lo que se forma el complejo almidón-yodo, de color azul intenso7; esta reacción se
aprovecha en pruebas yodométricas como el número de kappa, que se emplea en la industria de pulpa
y papel. La propiedad, llamada oclusión, también se utiliza en la industria alimenticia: pequeñas
moléculas de saborizantes pueden quedar dentro de la hélice del espiral, previniendo así la pérdida de
volátiles valiosos durante el proceso8.

Cuando se trata almidón con una CH2OH O


enzima en particular, la ciclodextrina O
O HO HO
OH
glicosiltransferasa (CGTasa) del Bacillus O
CH2OH
HO
macerans, se rompen las cadenas de amilosa, HOH2 C

y con los fragmentos se forman anillos9, que OH O


reciben el nombre de ciclodextrinas (CD)†. O
HO
Estos compuestos anulares pueden tener seis OH
O
O
unidades de D-glucosa (α-ciclodextrina), siete HO

(β-ciclo-dextrina) u ocho (γ-ciclodextrina); CH2OH

son sustancias cristalinas, solubles en agua, no HOH 2C


OH

reductoras y no son tóxicas. En la figura 2 se O


O
muestra la estructura cíclica de la β-CD, en HO
OH
O
OH
donde se aprecia claramente la forma del O
OH
O OH

anillo. CH2 OH CH2OH

Al aplicar este proceso a escala Figura 2. Estructura de la β- ciclodextrina.


industrial, se solía tener rendimientos bajos,
tiempos de reacción largos, y el resultado era una mezcla de subproductos debido a las restricciones en
la solubilidad del almidón y a la reactividad de las enzimas. Como consecuencia, la disponibilidad de las
ciclodextrinas era limitada y su precio, excesivo9.

Como resultado de investigaciones intensivas y avances en la tecnología de enzimas, se obtuvo


nueva información sobre la acción y estructura de la CGTasa, por lo que las ciclodextrinas y sus
derivados están actualmente disponibles a nivel comercial. Aunque todavía tienen un alto valor (US$20
a US$500 por kg) 9, sus propiedades los hacen atractivos. Fue en la característica de estos
carbohidratos para formar complejos de inclusión, que se reconoció originalmente el fenómeno
conocido ahora como la relación anfitrión-huésped 10.


También se conocen como dextrinas Schardinger, aunque este término ya no se usa.
4

Recientemente, Takaha et al.2 descubrieron una nueva serie de amilosa, que comprende de 17
a varios cientos de unidades de glucosa, producida mediante la acción de la D-enzima de la papa.
Aunque aún no se tiene información sobre la estructura de estos compuestos, hay una fuerte evidencia
bioquímica de que sus moléculas son circulares (Fig. 3). Esta serie de cicloamilosas representa una
nueva familia que se une a las ciclodextrinas, de moléculas mucho más pequeñas.

Aunque la cicloamilosa puede tener una cavidad con


geometría diferente a la de las ciclodextrinas, también se
aprovecharía en las industrias química, farmacéutica y
alimenticia. Puede anticiparse que estas moléculas tienen
propiedades interesantes y podrán acomodar una gran
variedad de moléculas huésped. Sin embargo, actualmente y
en un futuro cercano, la determinación de su estructura
presentará un problema sumamente difícil2, por lo que este
Figura 3. Estructura tridimensional aparente campo está en constante actividad. En vista de lo anterior, y
de la cicloamilosa2. debido a que las ciclodextrinas son más conocidas, el resto
del artículo se centrará en ellas.

La estructura de las ciclodextrinas y el encapsulamiento molecular

La cavidad del anillo de las ciclodextrinas es ligeramente cónica, de manera que la molécula
adquiere la forma de un cono truncado. Sus lados los representan un lazo de seis o más hexágonos, y
en consecuencia, la profundidad del cono es el ancho del anillo piranósico (Figs. 4 y 5). Por fuera de él,
en torno al borde “inferior” (mayor), se hallan los –OH secundarios de C-2 y C-3; en torno al borde
“superior” (menor), se hallan los –OH primarios de C-6, esto es, los grupos –CH2OH. Debido a la
presencia de estos grupos hidroxilo hidrofílicos en los extremos de la cavidad, las ciclodextrinas son
solubles en agua. El interior del cono consiste de tres bandas superpuestas: dos de unidades C—H y,
en medio, una de unidades de oxígeno glucosídico10. Por lo tanto, los pares electrónicos no
compartidos de los puentes de oxígeno hacen que la cavidad interior sea hidrofóbica11.

De lo anterior, puede llegarse a dos resultados importantes10:

Figura 4. Representación esquemática de la ciclodextrina. Los –OH secundarios apuntan hacia afuera en el borde
“inferior”; los –CH2OH se dirigen hacia afuera en torno al borde “superior”. La cavidad está tachonada con los C—H
y oxígeno glucosídicos, en tres bandas superpuestas 11.
5

Figura 5. Estructura tridimensional de la β-ciclodextrina. Vista inferior (izquierda), superior (centro) y lateral
(derecha). Las bolas grises, rojas y azules representan carbono, oxígeno e hidrógeno, respectivamente.

1. Una ciclodextrina admite en su interior lipófilo una molécula no polar como huésped; obviamente la
bondad del acomodo de la molécula huésped depende de su tamaño y polaridad, así como del
tamaño de la ciclodextrina particular que se use.
2. El exterior hidrófilo del complejo resultante le confiere solubilidad en agua.

Estas características son las que permiten a las ciclodextrinas formar complejos de inclusión
(clatratos), que son la base fundamental del encapsulamiento molecular (Fig. 6). Se cree que estos
complejos anfitrión-huésped se forman gracias a las interacciones hidrofóbicas y dipolo-dipolo, así
como a la acción de las fuerzas de van der Waals y enlaces de hidrógeno. La α-ciclodextrina, que tiene
la cavidad más pequeña (Fig. 7) y por ende, el menor volumen (Tabla 1), acomoda mejor un núcleo
bencénico, mientras que la β-ciclodextrina lo hace con un núcleo de naftaleno12. Casi todas las
aplicaciones de las ciclodextrinas involucran la formación de complejos de inclusión; éstos son
relativamente estables y pueden separarse en forma más o menos pura como sustancias cristalinas que
se aprovechan directamente (por ejemplo, complejos de medicamentos y saborizantes). En otros casos,
el complejo es sólo un estado de transición (catálisis, separación de mezclas)4.

Figura 6. Modelo del complejo de inclusión de la β-ciclodextrina (encapsulamiento molecular). La cavidad fue
“cortada” por un cilindro imaginario para apreciar la molécula atrapada en su interior.
6

o o o
14.6 A 15.4 A 17.5 A
o o o
4.7 a 5.3 A 6.0 a 6.5 A 7.5 a 8.3 A

α β γ
o
7.9 A
Figura 7. Dimensiones de las moléculas de ciclodextrina.

Tabla 1. Volumen de la cavidad de las ciclodextrinas 11.


Volumen aproximado de la cavidad α)
Alfa (α β)
Beta (β Gamma (γγ)
Por molécula (Å3) 174 262 472
Por gramo (mL) 0.10 0.14 0.26
Por mol (mL) 104 157 256
Vol. parcial molar en solución (mL/mol) 611.4 703.8 801.2
Moléculas de agua en la cavidad 6 11 17

Normalmente, sólo se encapsula un huésped en la cavidad de una molécula de ciclodextrina


para formar un complejo de inclusión 1:1. Sin embargo, con frecuencia se incorporan dos moléculas
huésped pequeñas, lo que da como resultado la formación de un complejo anfitrión-huésped 1:2. En
algunos casos, una molécula huésped, que es larga o voluminosa, se encapsula en dos moléculas de
ciclodextrina, formando un complejo de inclusión 2:1. Además, puede ocurrir la autoasociación para
formar un complejo 2:212.

Por otro lado, hay una intrigante clase de complejos de ciclodextrinas, en la que los huéspedes
tienen la capacidad de encapsular otras moléculas y pueden, potencialmente, crear sistemas
extremadamente complicados. Los primeros en sintetizar este tipo de complejos fueron Vogtle y Muller
en 1979, y posteriormente Hirotsu estudió unos cuantos con cristalografía de rayos X.
Sorprendentemente, hay muy poca información relacionada con estos complejos en solución,
posiblemente debido al hecho que tienen una estabilidad moderada y a que su formación es difícil de
seguir usando los métodos espectroscópicos convencionales, tales como UV y RMN 13.

Se han estudiado los complejos del 12-corona-4 (12C4), cicleno (12N4) y 1,4,7,10-
tetratiociclodecano (12S4) con ciclodextrinas (Fig. 8). Estos tres macrociclos forman sistemas de
estabilidad moderada con la γ-CD, y han servido para llegar a conclusiones muy interesantes.
Anteriormente, se había propuesto que la fuerza intramolecular que desempeñaba el papel principal en
la formación de complejos era la interacción hidrofóbica entre la molécula orgánica y la cavidad13.
7

CH2OH O
Si lo anterior fuera verdad, no sería sorprendente
O
OH O HO
O
HO que la adición de solventes orgánicos, como alcohol o
CH OH
HOH C
2
HO 2
éter, redujera considerablemente las constantes de
OH O
asociación (K a) de los complejos, ya que disminuiría la
polaridad del medio. No obstante, el valor de Ka para el
O

OH
O O HO

O complejo γ-CD:12C4 es casi el mismo en agua y en una


O
HO solución al 80% en metanol, y sólo ligeramente más
CH OH pequeño en dimetil sulfóxido. Por lo tanto, puede
HOH C
2
OH
O O 2

concluirse que las interacciones hidrofóbicas no son el


O
HO O
factor predominante en la formación de complejos con
OH
OH
O ciclodextrinas. Con base en este resultado, se pensó que
OH
O O OH dicho factor quizá estaría en los enlaces de hidrógeno y
CH OH
2 CH OH 2

O las fuerzas de van der Waals. Los primeros dependen en


Figura 8. Complejo de inclusión entre un éter gran medida del pH, y sin embargo, al variar éste de 2 a
corona y una ciclodextrina. 14, los cambios en las constantes de asociación son
insignificantes, lo que sugiere que los enlaces de
hidrógeno no son, tampoco, el factor dominante13; otro hecho importante: al aumentar la temperatura,
disminuye la estabilidad de los puentes de hidrógeno, pero la de la interacción hidrofóbica permanece
esencialmente constante14. Todo esto sugiere que las interacciones hidrofóbicas, los enlaces de
hidrógeno y las fuerzas de van der Waals son igualmente importantes en la formación del complejo, por
lo que no puede hablarse de una “fuerza conductora” para este proceso.

Por otro lado, en años recientes se ha logrado la formación de complejos entre ciclodextrinas y
polímeros. El primer caso conocido es el reportado por Harada et al., quienes lo hicieron con α-CD y
polietilén glicol para dar complejos cristalinos con rendimientos altos. Después se experimentó con
polipropilén glicol, poliaminas y polisobutileno (Fig. 9)15.

Figura 9. Estructura propuesta para el complejo polisobutileno-γ-ciclodextrina15.

Los resultados de las investigaciones indican que el tamaño de la cavidad de la ciclodextrina y


el área transversal del polímero son importantes en la formación del complejo. La selectividad en este
proceso es mayor que cuando se encapsulan compuestos de bajo peso molecular, ya que una cadena
polimérica tiene muchos sitios de unión, y cada ciclodextrina es capaz de reconocerlos16. Sin embargo,
esta explicación no es suficiente debido a que la formación de un complejo de inclusión de polímeros en
ciclodextrinas es entrópicamente adversa. Por lo tanto, se cree que la formación de estos sistemas se
8

favorece también por la formación de enlaces de hidrógeno entre las ciclodextrinas; así, los arreglos
cabeza-cabeza y cola-cola, serían las estructuras más probables17.

APLICACIONES DE LAS CICLODEXTRINAS

Los medicamentos poco solubles, los saborizantes que se deterioran rápidamente, las fragancias
volátiles, los pesticidas tóxicos, los explosivos peligrosos, incluso los gases, pueden atraparse y
liberarse justo cuando se requiera, mediante el encapsulamiento molecular. Por todo esto, las
ciclodextrinas se emplean en los campos de la industria química, alimenticia, farmacéutica, cosmética,
etc. Las medicinas hidrofóbicas, que son insolubles en el cuerpo humano altamente acuoso, se vuelven
más solubles y/o estables cuando se añaden ciclodextrinas; de esta manera los medicamentos pueden
administrarse metiéndolos dentro de estas “cápsulas moleculares”. La formación de un complejo de
inclusión es muy sensible al tamaño, forma, posición del sustituyente e hidrofobicidad de las moléculas
huésped, por lo que en un futuro las ciclodextrinas podrían usarse como sensores para sustancias
particulares4.

Debido a estas propiedades tan características, las ciclodextrinas son un producto en torno al
cual se han especializado y formado varías compañías. En los Estados Unidos, Cerestar18 ofrece
ciclodextrinas nativas, Wacker19 además de éstas, la metil-β–CD, y CyDex comercializa desde
septiembre de 1993 un compuesto patentado, de nombre sulfobutiléter β-ciclodextrina (SBE-CD),
desarrollado en la Universidad de Kansas. Al igual que las ciclodextrinas nativas, la SBE-CD amplía la
solubilidad en agua, promueve la estabilidad y reduce la volatilidad de los complejos, mientras que las
pruebas iniciales indican que no es tóxica20.

Las ciclodextrinas y sus derivados permiten el surgimiento de una tecnología que puede usar
cualquier industria que requiera un incremento en la solubilidad, así como el aprovechamiento de estos
compuestos como distribuidores de liberación lenta para sustancias volátiles o inestables. Por ejemplo,
la disolución de pigmentos para la industria de la pintura y colorantes; la retención de saborizantes y
fragancias, para las industrias alimenticia y de cosméticos. Además, los complejos con ciclodextrinas
normalmente tienen una presión vapor baja, lo que reduce la volatilidad; de esta manera, se podría
retener un insecticida en el lugar que se aplicó en lugar de dispersarse en el aire. Esta misma propiedad
ayudaría a los perfumes a retener sus esencias más tiempo sobre la piel20.

Aunque estas cuantas aplicaciones bastan para considerar a las ciclodextrinas como un tipo de
materiales con propiedades sorprendentes, en las siguientes secciones se presentarán en detalle otro
tipo de usos. Sin lugar a dudas, las ciclodextrinas tienen un gran potencial que aún no se conoce en
detalle, y no es de extrañar que en un futuro cercano estos compuestos ganen una importancia sin
precedentes.
9

Catálisis con ciclodextrinas

Las ciclodextrinas pueden utilizarse para catalizar reacciones orgánicas, a menudo con
regioselectividad y cierto grado de estereoselectividad; y como modelos relativamente simples mediante
los cuales pueden estudiarse las acciones de enzimas. Los efectos de las ciclodextrinas sobre
reacciones químicas pueden manifestarse de varias maneras10:

a) Simplemente pueden ocultar ciertas partes de una molécula huésped y exponer otras.
b) Pueden modificar la conformación del huésped.
c) Su lineamiento lipófilo proporciona un medio no polar para el huésped, pero dentro de un solvente
polar.
d) Sus grupos –OH pueden participar en la reacción; ya sea directamente –como bases y nucleófilos, o
como sitios para puentes de hidrógeno–, o bien por medio de intermediarios transitorios (ésteres,
por ejemplo) generados por reacción con el anfitrión o con el reactivo atacante.

Estas características tienen una gran importancia, pues favorecen la síntesis de nuevos
productos y la separación de mezclas racémicas, como se verá más adelante. Sin embargo, las
ciclodextrinas sólo pueden aportar grupos OH a las reacciones químicas, lo que en cierta forma podría
limitar su uso. Para superar esta circunstancia, se han desarrollado métodos para elaborar ciclodextrinas
con los grupos funcionales que se deseen (ver sección siguiente), lo que ha incrementado de manera
notable sus áreas de aplicación. Estos derivados poseen propiedades que rayan en lo increíble, al grado
que con ellos pueden fabricarse enzimas artificiales.

Derivados de las ciclodextrinas

Recientemente, Kahn et al.21 epoxi-


daron, mediante sulfonación, ciclodextrina en
el borde de hidroxilos secundarios (el extremo
de diámetro mayor) para obtener productos
intermedios en la síntesis de “ciclodextrinas
Figura 10. Autoensamblado de derivados de ciclodextrinas. bajo pedido”, es decir, hechas para resolver
problemas específicos. Al romperse el ciclo
del epóxido, pueden agregarse una gran variedad de grupos funcionales, que extienden la química y
utilidad de estas moléculas. Entre los grupos más usados para sustitución están los metilo y amino, que
mejoran las propiedades de selectividad. Con este último, la evidencia espectral muestra que la cavidad
es flexible y autoensamblable en un dímero bajo condiciones específicas (Fig. 10)21.

La síntesis selectiva de ciclodextrinas monosustituidas es un proceso difícil, debido a la


presencia de un gran número de grupos hidroxilo21; teóricamente, una molécula de ciclodextrina puede
tener hasta 3n sustituyentes, donde n es el número de unidades de glucopiranosa11. De esta manera, es
todo un reto preparar los mano y aloepóxidos, que puede hacerse de manera satisfactoria con cloruro
de bencensulfonilo e hidruro de sodio. Sin lugar a dudas, los derivados así obtenidos tienen potenciales
10

importantes en el campo de la tecnología de enzimas y la química del reconocimiento molecular; de


hecho, con estos epóxidos se ha hecho un modelo de la penicilinasa21.

Separación de mezclas racémicas

La separación de mezclas racémicas continúa siendo un área de investigación activa; la


determinación de pureza óptica es crítica, por ejemplo, en el caso de los productos farmacéuticos,
donde un enantiómero puede tener una respuesta fisiológica indeseable o efectos tóxicos. Un ejemplo
es el etambutol, que se usa en el tratamiento de la tuberculosis: la forma S muestra efectos
bacteriostáticos, mientras que el isómero R no es activo pero daña el nervio óptico. El compuesto meso
tiene una potencia 16 veces menor que la del enantiomero activo farmacológicamente22.

En consecuencia, las investigaciones tendientes al desarrollo de medicamentos enantioméricos


puros es de vital importancia. Y en este campo, las ciclodextrinas comienzan a ganar terreno. Un
ejemplo práctico es el caso de la metadona, sustancia similar a la morfina, que tiene como efecto
secundario el de provocar náuseas en los pacientes. Se ha encontrado que la potencia analgésica del
enantiómero R es de 8 a 50 veces superior a la del isómero S; por lo tanto, sólo el isómero R está
presente en el medicamento L-Polamidon® de la compañía Hoechst. De esta manera, se logra el mismo
efecto analgésico con una dosis mucho menor, disminuyendo así el efecto colateral. Normalmente, para
resolver el racemato, se hace reaccionar la metadona con ácido (+)-p-tosilglutámico, seguido de una
precipitación fraccionada de las sales diastereoméricas. Sin embargo, se ha encontrado que la
metadona racémica puede separarse completamente con (R,S)-2-hidroxipropil-β-ciclodextrina como
fase quiral estacionaria. Si se usa β-CD nativa, no se logra la separación22; por lo tanto, la
anteriormente comentada sustitución de los grupos OH por otros más selectivos mejora notablemente
las propiedades de las ciclodextrinas.

En general, los racematos se resuelven mediante cromatografía de líquidos de alta resolución


(HPLC) y de gases (CG), usando compuestos ópticamente activos en la fase estacionaria.
Recientemente, se ha usado la electroforesis capilar para separar racematos de aminoácidos usando
soluciones tampón que contienen ya sean ciclodextrinas o complejos Cu(II)-aspartame 23.

La electroforesis capilar (CE) es una técnica de separación a escala analítica capaz de separar
solutos iónicos, y se basa en las diferencias de la movilidad electroforética. Entre las características que
han ayudado a impulsar la CE a la vanguardia de las técnicas modernas de separación son su
excepcional eficiencia, velocidad y versatilidad. Añadiendo varios reactantes a una solución tampón es
posible discriminar entre solutos que poseen movilidades muy similares o idénticas. Los derivados de
ciclodextrinas pueden mejorar considerablemente la selectividad enantiomérica en la electroforesis
capilar; además, el método es más simple y barato comparado con los métodos HPLC 24.

Aunque el uso de derivados de ciclodextrinas en CE es relativamente nuevo, los resultados


obtenidos para compuestos racémicos presentaron una mejor resolución que los reportados usando
otros métodos de separación. Los derivados de ciclodextrinas, como la hidroxipropil β-ciclodextrina,
11

normalmente han incrementado la solubilidad en las soluciones, y con ello, la resolución de compuestos
racémicos23.

Con base en estos resultados, también se han diseñado y construido columnas de separación
quiral empacadas con un gel de base polimérica, en las que se unen como ligandos derivados de
ciclodextrinas. La separación se hace por la inclusión de la estructura hidrofóbica de los isómeros
ópticos en la estructura cíclica del ligando. Por lo tanto, las columnas pueden usarse para el análisis de
una gran cantidad de isómeros25. Un tipo especial de columna, conocida técnicamente como CP-
ciclodextrina-β-2,3,6-M-19, utiliza β-ciclodextrina en fase diluida, y logra separaciones, anteriormente
imposibles, de una gran variedad de isómeros ópticos. La columna fue desarrollada por el Prof. Schurig
y el Dr. Nowotny, de la Universidad de Tubingen, y también se usa para compuestos no quirales y,
debido a su selectividad, pueden separarse orto, para y meta xilanos. La fase es muy inerte, lo que
representa una gran ventaja, y las clases de compuestos que se pueden separar van de los
hidrocarburos cíclicos no polares hasta los dioles26.

De esta manera, se trabaja intensamente en el diseño y síntesis de compuestos derivados de las


ciclodextrinas que sirvan como base estacionaria quiral para columnas de separación y cromatografía 27.

Reconocimiento molecular

Las reacciones químicas y la transmisión de información en la materia viva se basa en el hecho


que las moléculas son capaces de “reconocerse” unas a otras. En los últimos años, se ha desarrollado
con rapidez la química del reconocimiento molecular, con investigaciones enfocadas a la elaboración de
enzimas artificiales28. Debido a que la termodinámica de la formación de complejos anfitrión-huésped
entre moléculas orgánicas pequeñas y compuestos poliméricos en soluciones acuosas está muy
relacionada con la formación de estos complejos en los sistemas vivos, los estudios con receptores
modelo pueden ayudar a entender las fuerzas conductoras fundamentales involucradas en las
interacciones biológicas. Estos sistemas se han examinado para comprender mejor la catálisis
enzimática y la transferencia de información genética29.

Entre los muchos receptores modelo posibles, las ciclodextrinas y los ciclofanos son los más
29
viables . La utilidad particular de las ciclodextrinas como modelos de enzimas se debe al hecho de que
ligan primero el sustrato, como las enzimas, y luego, actúan sobre él mediante grupos sustituyentes10.
Se espera que la síntesis química de proteínas enzimáticas, que permiten la introducción de las partes
estructurales deseadas en las enzimas, sea una herramienta eficiente para elucidar los mecanismos de las
enzimas y construir algunas con funciones deseadas. Sin embargo, aún no se han establecido los
procedimientos para este propósito28.

En un estudio reciente sobre la termodinámica del reconocimiento molecular, Liu et al.30 usaron
algunos derivados del naftaleno con ciclodextrinas naturales y sustituidas para comprender mejor la
cooperación de varias fuerzas débiles que existen entre el receptor y el sustrato, incluyendo
interacciones hidrofóbicas y dipolo-dipolo, fuerzas electrostáticas y de van der Waals, así como los
12

enlaces de hidrógeno. Encontraron que es posible el reconocimiento quiral de aminoácidos aromáticos


mediante complejos cobre(II)-ciclodextrina, y que las ciclodextrinas muestran selectividad para los
aminoácidos de la serie L, mientras que los complejos cobre(II)-ciclodextrina lo son para la serie D. La
elucidación del mecanismo de inclusión es también útil para entender el reconocimiento múltiple, pero
no se han realizado investigaciones sistemáticas, y aún no se comprende como opera la
enantioselección para los aminoácidos L y D.

Por otro lado, Nozaki et al.31 construyeron un sistema de reconocimiento molecular controlado
por estímulo externo. Ellos seleccionaron a la ciclodextrina como huésped, e introdujeron cadenas de
poli(N-isopropilacrilamina) en los grupos OH primarios.

La ciclodextrina como medicamento32

A finales de 1996, un grupo de investigadores de Sydney dieron un paso importante hacia un


nuevo tratamiento para ayudar a disminuir la causa principal de ataques cardiacos: la acumulación de
grasas en las arterias. Descubrieron que la β-ciclodextrina es muy eficaz para eliminarlas del torrente
sanguíneo.

Un miembro del equipo de investigación, el Prof. Roger Dean, espera que en este año
comiencen los experimentos con animales; pero incluso si las pruebas fueran exitosas, faltaría aún
mucho tiempo para que la β-CD esté disponible como producto terapéutico. Otras ciclodextrinas han
mostrado que también tienen efectos benéficos en la eliminación de grasas, incluyendo un proceso
patentado, el CSIRO, que usa uno de tales compuestos para eliminar la mayoría del colesterol de la
yema de huevo.

De esta manera, el encapsulamiento molecular comienza a ser un mecanismo muy excitante para
el campo de la medicina.

CONCLUSIONES

El encapsulamiento molecular con derivados de amilosa puede considerarse como una


tecnología nueva, que abre todo un caudal de grandes posibilidades. El sólo caso de la ciclodextrina es
el mejor ejemplo de ello, y no es de extrañar que en los próximos años las cicloamilosas ganen una gran
importancia; y la razón es obvia: si las ciclodextrinas, y sobre todo sus derivados, pueden atrapar una
gran variedad de moléculas, las cicloamilosas podrán formar complejos de inclusión con moléculas más
grandes y de formas diferentes.

El éxito reciente de las ciclodextrinas radica en que permiten la solubilización de sustancias


hidrofóbicas en solventes polares, como el agua, que es el más difundido en la naturaleza. Este hecho
coloca a los oligosacáridos cíclicos muy por encima de los éteres corona, de exterior lipófilo, en las
técnicas de encapsulamiento molecular.
13

Sin duda, las ciclodextrinas contribuirán a mejorar nuestro nivel de vida: con ellas será posible
obtener medicamentos más puros y efectivos, serán un elemento fundamental para aumentar nuestro
conocimiento de los procesos enzimáticos, podrán servir para crear catalizadores más selectivos y
eficientes. Parece irónico que lo mismo se usarán para limpiar nuestro organismo de grasas dañinas, que
satisfacer nuestro ego como preservadores de fragancias.

Sin embargo, aún faltan muchos campos por explorar; por ejemplo, podrían usarse estos
carbohidratos en el tratamiento de aguas residuales de un gran número de procesos, específicamente
encapsulando partículas suspendidas. La formación de complejos de inclusión con polímeros está en
sus primeras etapas, por lo que es de esperar grandes avances en esta área, con un gran número de
nuevas aplicaciones.

Pocas veces se encuentran sustancias con una versatilidad tan sorprendente, y con un potencial
tan enorme como las ciclodextrinas. Y esto es sólo el principio, por lo que es de esperar que estos
oligosacáridos aún nos reserven muchas sorpresas.

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