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Fecha: 28-05-18
¿Qué es la Metacognición?
La metacognición es el conocimiento sobre el propio conocimiento. Implica el examen activo de las tareas
cognitivas que estamos realizando y la consiguiente regulación y organización de los procesos relacionados
con la memoria, la atención, el cálculo… al servicio de un objetivo concreto.
Se trata del nivel de consciencia y conocimiento que tenemos sobre una tarea y su monitorización. Ilustrando
esta definición con un ejemplo, al hacer un problema matemático, primero analizamos los conocimientos que
sabemos que tenemos en esta área, después las diferentes tareas que debemos realizar para su solución y la
coordinación de todas estas. Una vez desarrollado el proceso evaluaremos el grado de precisión que hemos
tenido al finalizarla. Muchas veces no somos conscientes del propio pensamiento, no reflexionamos sobre lo
que pensamos. No somos conscientes de todos aquellos procesos, grandes y pequeños, que nos conducen a
actuar de determinada manera o a resolver cierta actividad. En ocasiones, la dificultad que representa una tarea
viene dada por la falta de valoración de nuestras propias aptitudes y de las diferentes estrategias metacognitivas
que utilizamos.
Para una utilización correcta de los procesos mentales es importante servirse de las habilidades metacognitivas.
Son necesarias para la adquisición, el empleo y el control del conocimiento. Sirven para planificar y regular el
empleo eficaz de los propios recursos cognitivos. No solo es importante tener una buena memoria o ser muy
bueno realizando operaciones matemáticas, hay que saber organizar estos conocimientos o jerarquizar y
secuenciar los procesos. Brown, fue otro profesor que investigó sobre este tema, y propuso los puntos que es
bueno que conozcamos sobre nuestro propio conocimiento. En definitiva, se trata, según este autor, del control
y organización de las estrategias de las habilidades metacognitivas. Es importante la autoconsciencia (saber lo
que uno sabe) para no incurrir en la ignorancia secundaria (no saber que no se sabe).
¿Cómo es la metacognicon en su relación con el aprendizaje? Durante los años académicos nos enseñan miles
de teorías, hechos históricos, fórmulas matemáticas y corrientes filosóficas, pero es poco habitual que no
enseñen a aprender. Desde la perspectiva de la metacognición, una de las piedras angulares del conocimiento
es aprender a aprender, utilizando habilidades metacognitivas. Se trata de enseñar a analizar las propias
estrategias de aprendizaje.
Cada uno nos podemos beneficiar de diferentes estrategias mientras aprendemos que sean más acordes a
nuestras capacidades y a nuestra forma de razonar. Por esto, sería interesante enseñar en el aula las diferentes
estrategias para realizar un aprendizaje significativo del material lectivo y no uno superficial. Las personas con
unas buenas habilidades metacognitivas se caracterizan por utilizar mejor la memoria, relacionando mejor y
más rápido el contenido que hay en ella. Además, realizan el procesamiento de la nueva información una
manera más conceptual y profunda. Por ejemplo, cuando aprenden una teoría son capaces de aplicarla y
relacionarla con otras teorías diferentes. En el caso de un aprendizaje superficial, el contenido se olvidaría al
poco tiempo y además se aprendería como una entidad separada de todos nuestros conocimientos previos. Esa
capacidad de integrar conceptos y de establecer una red en la que se relacionen los nuevos aprendizajes con lo
ya conocido facilita el razonamiento y la integración en la memoria de lo que se ha aprendido, incluso puede
ayudar a crear conclusiones y teorías propias.
La teoría está íntimamente ligada a la metacognición, aunque esta primera, se relaciona más con el pensamiento
de los demás y no tanto con el propio. Podemos tomar al cerebro como una máquina predictiva que tienen
como objetivo la reducción de la incertidumbre del entorno. Se refiere a la habilidad para predecir y
comprender la conducta de otras personas, sus conocimientos, intenciones y creencias.
Nos permite predecir reacciones en los demás e intuir lo que piensan o sienten en un momento determinado.
Es una función sumamente útil para la supervivencia y la adaptación a los diferentes entornos. Comprender a
los demás y adelantarnos a lo que van a hacer es tremendamente útil y necesario. Como animales sociales que
somos, es imprescindible facilitar la convivencia y mantener buenas relaciones.
Tanto la metacognición como la teoría de la mente se refieren al control y la supervisión del pensamiento,
nuestro y de los demás. Algunas personas pueden tener dificultades en este mecanismo supervisor y regulador
del pensamiento, causándoles algunos problemas a la hora de realizar tareas cognitivas y comprender a los
demás.
Facultad de Microbiología y Parasitología
Fecha: 28-05-18
Conocer es un acto, es decir, una acción que realiza alguien (un sujeto). Por tanto, el conocimiento no implica
pasividad, sino actividad. Conocer es, básicamente, poseer cosas. Quien conoce gana algo. Ahora bien, no se
trata de una posesión real, sino intencional. Poseer intencionalmente es un modo especial de poseer que se
distingue de la posesión material y que remite a algo externo a nosotros mismos. Así, por ejemplo, cuando
olemos una flor, disfrutamos de su fragancia "sintiéndola", pero ello no significa que poseamos física o
materialmente su olor: nosotros no olemos la flor, no nos hemos impregnado o untado con su aroma. Conocer
es poseer la forma, no la materia, del objeto conocido. Es decir, poseemos todas sus cualidades o rasgos
esenciales sin necesidad de hacerlo físicamente interior a nosotros. Así, cuando conocemos sensiblemente una
piedra (a través del sentido de la vista, por ejemplo) ello no significa que antes debamos meterla físicamente
en nuestro ojo. De la misma manera, cuando conocemos intelectualmente una piedra (poseemos su concepto)
no implica que la piedra, con su materia (átomos y moléculas) esté inserta en nuestra mente o cerebro. Conocer
es, entonces, la actividad mediante la cual el ser humano se apropia del mundo que le rodea. Esta apropiación
es una captación intelectual del entorno o del propio organismo. El acto de conocer es un proceso complejo en
el que intervienen aspectos biológicos, cerebrales, lingüísticos, culturales, sociales e históricos y no se puede
disociar de la vida humana ni de las relaciones sociales. De ahí que conocer sea una necesidad fundamental
para el ser humano ya que a partir del conocimiento la persona puede orientarse, decidir y actuar.