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MAHLER:
Capítulos:
1. Enfoque general
2. Evolución y funcionamiento del ambiente de investigación.
3. Los preludios del proceso de separación individuación.
4. La primer subfase: La diferenciación y el desarrollo de la imagen corporal.
5. La segunda subfase: Ejercitación locomotriz.
6. La tercer subfase: Acercamiento.
7. La cuarta subfase: La consolidación de la individualidad y los comienzos de la constancia objetal
emocional
Conceptos claves:
Nacimiento psicológico
Proceso de S / I
Separación
Individuación
Fase de Separación – Individuación
Preludios
Simbiosis
Giro catéxico, Catexia
Constancia objetal, relación objetal
Su Nacimiento psicológico
(Que es un proceso intrapsíquico)
(Es posterior, comienza al 4to/5to mes de vida, y es de lento desarrollo)
Mahler cuenta que sus PRINCIPALES LOGROS PSICOLÓGICOS ocurren desde 5TO MES HASTA LOS 30
O 36 MESES. A periodo lo llama fase de Separación – Individuación. Se lo llama <fase> por sus logros
psíquicos en diferentes tiempos (dividiendo a la fase en subfases). El último logro es la diferenciación YO del
NO-YO, sujeto del objeto.
Se dan 2 desarrollos complementarios. Dos carriles evolutivos:
Separación “Toma distancia”.
Individuación Se va conformando el individuo, el YO.
o INDIVIDUACIÓN: Son los logros que marcan la asunción del niño de sus propias características
individuales, de la identidad: La conciencia más temprana de un sentimiento de ser, de entidad, que
incluye en parte una catexia del cuerpo con energía libidinal. Lleva a la constitución de una personalidad
única en el niño. Corresponde a la autonomía de los procesos intrapsíquicos, la percepción, la memoria, la
cognición y la prueba de realidad.
Estos 2 desarrollos están entrelazados con los <procesos evolutivos> (ej. desarrollo locomotor), pero NO
son idénticos a ellos, pueden proceder con una demora o precocidad uno de otro.
Por ej. Un <desarrollo locomotor prematuro>, que permite al niño separarse físicamente de su madre,
puede llevar a una <conciencia prematura del estado de separación> ANTES QUE los mecanismos internos
de regulación (Componente de la individuación), proporcionen los medios para enfrentar esa conciencia.
O por ej. Por el contrario, aunque un niño haya desarrollado de manera precoz sus funciones cognitivas,
perceptuales y afectivas… La tendencia innata del niño a la individuación podría verse obstaculizada si su
madre fuera omnipresente e infantilizadora e impidiera que él desarrolle su función locomotriz autónoma. O
sea que retrasaría el desarrollo de una plena conciencia de la diferenciación YO-otro por parte del niño.
Así con el nacimiento psicológico hace el YO, se reconoce a sí mismo y al objeto de amor y desde ahí hay una
relación objetal, hay objeto de amor (Freud), objeto emocional (Mahler).
MIRC: Mahler dice que hay un desarrollo emocional en relación a «un YO», como un individuo. Esto incluye
aspectos como autonomía en términos de deseo (deseos propios), reconocimiento de lo propio, juicio de la
realidad, lenguaje, memoria, conciencia de sí mismo. Todos los aspectos o funciones que involucran al YO. Para
Mahler eso es el individuo.
Para esto tiene que estar «separado» del otro físicamente en términos de conciencia corporal, que se separe el
Yo del NO-YO. El sujeto del objeto.
Ese YO es un logro del desarrollo emocional, un logro emocional (logro libidinal), para constituirse como un
individuo, con todas sus funciones, es necesario 2 trabajos: la separación y la individuación.
Desde el comienzo no hay un YO. Hay una secuencia de tiempo. El logro es a los 3 años. LOS OBSERVABLES
son: la constancia del objeto de amor con una constancia de su existencia que le da confianza de su propia
existencia (constancia objetal). Hay una representación del objeto <madre> como objeto de amor.
Las condiciones psíquicas:
* Objeto permanente (le da la representación mental del objeto)
* La salida «efectiva» de la simbiosis (se da en todo el proceso de S/I, que va de 4 a 36 meses).
Mahler comenzó estudiando niños psicóticos, donde acuño el término psicosis simbiótica y la caracterizó, para
luego estudiar a los niños normales (promedio).
Entre los niños con psicosis infantiles, se encuentran los síndromes autísticos y los simbióticos. En ambos
se observan niños que parecen incapaces de entrar en, o de llegar a abandonar, el estado crepuscular
delusivo de una órbita simbiótica común madre-infante. Ellos no utilizan a la madre como un faro
orientador en el mundo de la realidad, y por esto la personalidad del infante NO se organiza en torno a la
relación con la madre como objeto externo – distinto - entero de amor. No progresan los aparatos del YO.
DEFINICIONES:
CATEXIA: es la energía psíquica que se pone en relación, que inviste, a un objeto externo o al propio cuerpo.
CAP 3, 4, 5, 6 Y 7:
Los precursores o preludios del proceso de separación- individuación son la fase autística normal y la fase
simbiótica normal.
Palabras claves: control homeostático, an-objetal, narcisismo primario absoluto, catexia propioceptiva,
metáfora del huevo de ave, desorientación alucinatoria primitiva, omnipotencia.
Las primeras semanas de vida extrauterina (0-2 meses), semanas antes de la evolución hacia la simbiosis…
En el neonato hay un sistema psicológico cerrado, sistema físico cerrado a los estímulos del mundo
externo, se satisface en forma autística, es autosuficiente incluso en aspectos nutricionales.
Metáfora que usa Freud para entender un sistema psicológico cerrado: Huevo de ave con su
abastecimiento alimentario encerrado en su cáscara. La madre lo estaría empollando porque él
necesita de ella para satisfacer sus necesidades, depende absolutamente de ella (Spitz la
llama YO AUXILIAR).
Hay una relativa ausencia de Catexia de los estímulos externos, hay una barrera que se opone a los
estímulos, no responde a ellos. Pasa la mayor parte del día en un estado de semisueño y semivigilia, se
despierta por tensiones provocadas por necesidades fisiológicas. Predominan procesos fisiológicos más que
bien psicológicos.
Hay un autismo normal el infante parece hallarse en una situación de desorientación alucinatoria
primitiva, en la cual la satisfacción de necesidades parece pertenecer a su propia órbita (incondicionada,
omnipotente y autística). Él cree que satisface por sí mismo sus necesidades.
Prevalece un estadio de narcisismo primario absoluto (Catexia propiopercepiva), marcado por la falta
de conciencia del infante respecto de la existencia de un agente maternante (an-objetal o no objetal). Va
seguido por un estadio de oscura conciencia donde uno mismo no puede proveer la satisfacción necesaria,
sino que esta proviene de algún lugar fuera de sí mismo.
La tarea de esta fase es el logro del equilibrio homeostático del organismo dentro del nuevo ambiente
extrauterino, por mecanismos somato psíquicos fisiológicos. Se pone en primer lugar lo biológico, la función
de sobrevivir, el equilibrio interno que tenía en el útero.
El neonato trae consigo el equipo de autonomía primaria. Estos aparatos de autonomía primaria obedecen a la
organización cenestésica del SNC (la reacción ante cualquier estímulo que sobrepase un umbral de recepción.
Palabras claves: unidad dual, giro catéxico, simbiosis, catexia sensorioperceptiva, pre-objetal, sonrisa social.
Al cabo de 2 meses, tanto las atenciones que su madre le brinda para reducir su hambre-necesidad que le
provocan gratificación, como sus propios intentos de lograr una homeostasis y librarse de tensiones
desagradables (realizando fenómenos expulsivos como vomitar, escupir, defecar, orinar), todo eso va
ayudando al infante a diferenciar entre una cualidad de experiencia placentera/buena y otra penosa/mala.
Comienza a resquebrajarse la barrera casi sólida contra los estímulos, el caparazón autístico.
El infante se comporta y funciona como si él y su madre constituyeran un sistema
omnipotente, una unidad dual dentro de un límite en común. Siente a su madre como
una prolongación de él mismo. Cuando la madre lo tiene en los brazos, se puede observar
cómo el bebé se amolda al cuerpo de ella.
Hay más investimento perceptual y afectivo por parte del infante. Se va catexiando cada vez más al
mundo. Aparece el exterior como <algo posible de ser catexiado>. Se va catexiando especialmente
a la persona de la madre, pero como unidad dual con el YO aún no claramente delineado. Catexia a
la madre pero sin reconocerla como tal sino como ALGO que satisface sus necesidades.
A diferencia con el autismo normal que el neonato creía que él mismo satisfacía sus necesidades, en esta
fase comienza a percibir que << hay ALGO que satisface esas necesidades>> todavía desde dentro de la
unidad dual, omnipotente simbiótica. NO diferencia a su madre como tal sino como ALGO que
satisface sus necesidades. La necesidad se transforma gradualmente en un deseo ((y más tarde en el
afecto específico de anhelo ligado a un objeto))
La experiencia de dentro y de afuera es todavía vaga, el objeto más catexiado es la madre, como objeto
parcial.
SIMBIOSIS: concepto biológico que hace referencia a dos seres vivos separados que se necesitan
mutuamente. Pero aquí se utiliza como metáfora.
Primero porque la dependencia o necesidad es diferente para la madre y para su hijo (el infante es
absolutamente dependiente de su madre pero ella necesita de él de una manera relativa).
En este caso no son individuos diferenciados. Simbiosis hace referencia al estado de indiferenciación, de
fusión con la madre, en que el que el YO no está aún diferenciado del NO-YO y lo interno y lo externo solo
están llegando en forma gradual a ser sentidos como diferentes.
Rasgo esencial de la simbiosis: función somato psíquica omnipotente, alucinatoria, con la representación
de la madre. Y la desilusión de que existe un límite común entre dos individuos físicamente separados.
El YO rudimentario del neonato tiene que complementarse con la relación emocional establecida por el
cuidado materno, una especie de simbiosis social. Dentro de esta matriz de dependencia fisiológica y socio
biológica respecto de la madre ocurre la diferenciación estructural que lleva a la organización del individuo
para la adaptación: el yo en funcionamiento.
OBSERVABLES: La sonrisa social, frente a la gestalt del rostro (cualquier rostro, sea la madre o no), se
señala la entrada en el estadio de la relación con un objeto que satisface las necesidades, hay una catexia
temporaria con la madre. Prevalece aun el narcisismo primario pero es tan absoluto como en la fase
autística.
Las conductas de sostenimiento por parte de la madre (o preocupación maternal primaria para Winnicott),
se consideran organizadores simbióticos del nacimiento psicológico, <parteras> de la individuación, del
nacimiento psicológico.
Alrededor de los 4 a 5 meses hay fenómenos conductuales que indican el comienzo de esta subfase de
diferenciación.
OBSERVABLES: La sonrisa social inespecífica, se transforma gradualmente en la sonrisa específica o
respuesta especifica preferencial de sonrisa a la madre (signo crucial de que se estableció un vínculo
especifico entre el infante y su madre). Diferencia a su madre como tal.
La capacidad de distinguir objetos se desarrolla más rápidamente que la de distinguir al “sí mismo” de los
objetos. Se observa el amoldamiento al cuerpo de la madre y cómo se distancia de él con su tronco; se ve
cómo siente su propio cuerpo y el de su madre; se ve como maneja objetos transicionales (Winnicott).
El placer que produce la percepción sensorial externa en progresiva maduración estimula la catexia de la
atención dirigida al exterior, el resultado debe ser un estado simbiótico óptimo, a partir del cual puede
ocurrir una lenta diferenciación y expansión más allá de la órbita simbiótica.
(6 meses) Hay intentos de experimentar la S-I. Signos de que el bebé comienza a diferenciar su propio
cuerpo del de su madre. Hay un apogeo de la exploración manual, táctil y visual del rostro de la madre.
Hay exploración.
OBSERVABLES: Toma el pelo, ojeras, nariz de su madre. Poner comida en su boca, poner el cuerpo tenso
para apartarse de la madre y verla mejor.
Estas pautas operativas se desarrollan hasta constituir la función cognitiva de verificar lo no familiar
oponiendo a lo ya familiar.
(7/8 meses) se dan Pautas visuales de verificación de la madre. El bebé comienza con un prolijo
examen comparativo. Se interesa ahora en “la madre” y parece compararla con “otro”. Compara lo NO
FAMLIAR con lo FAMILIAR, rasgo por rasgo. Comienza a familiarizarse con qué es madre, qué suena como
madre, qué pertenece o no al cuerpo de madre (un prendedor, anteojos, etc).
Comienza a discriminar entre madre y “el / la / lo”… que se parece o no a madre, produce la misma o
diferente sensación que madre, o se mueve igual o diferente de madre. Comienzan a aprender acerca del
“otro que no es madre”.
Las conductas que indican el aprendizaje acerca del “otro que no es la madre” son de curiosidad y ansiedad.
Es decir que en determinado momento los infantes tienen reacciones y ansiedad ante extraños.
Ansiedad del 8vo mes: Mahler dirá que cuando la simbiosis ha sido óptima, el niño tiene una confianza
que le permite desarrollar la curiosidad e inspeccionar a personas extrañas. Tienen el afán de averiguar
acerca ‘del extraño’ tan pronto como este desvía su mirada. En cambio, cuando la etapa simbiótica no fue
satisfactoria, la angustia ante extraños es extrema e interfiere con las conductas exploratorias (angustia del
8vo mes).
Estos fenómenos constituyen un aspecto importante de nuestra evaluación del objeto libidinal, de la
socialización y del primer paso hacia la constancia emocional del objeto.
La búsqueda de distancia durante la subfase de diferenciación parece ir acompañado por una mayor
conciencia de la madre como persona especial, hay variaciones muy individualizadas que dependen de la
relación con la madre, la dotación innata y la historia especifica.
Se caracteriza por el gateo, donde los miembros superiores son esclavos de la locomoción. Y también todo
ensayo previo a la marcha autónoma (ej. trepar, arrastrarse, desplazamiento cuadrúpedo).
3 desarrollos interrelacionados contribuyen a que el niño haga sus primeros progresos hacia la
conciencia de separación y hacia la individuación:
1. La rápida diferenciación corporal de la madre
2. El establecimiento de un vínculo especifico con ella
3. El desarrollo y funcionamiento de los aparatos autónomos del yo en estrecha proximidad con la madre.
Ellos preparan el camino para que el infante se interese no sólo por su madre sino también por objetos
inanimados, al principio los que ella le da (frazada, pañal, juguete que le da, biberón con que se despide el
infante por la noche).
El infante explora estos objetos visualmente, investiga su gusto, olor, con sus órganos perceptuales de
contacto, más que nada con la boca y con las manos. Alguno de estos puede convertirse en un objeto
transicional.
Esta expansión de la capacidad locomotriz, a su vez con las exploraciones tempranas, sirven a los fines de:
1) Amplía el mundo del niño, puede establecer familiaridad con un segmento más amplio del mundo, del
ambiente, de la realidad. Hay más que ver, más que oír, más que tocar. Y él experimenta un placer de
dominio o destreza (Hendrick).
2) Le dan un rol más activo en determinar la cercanía y distancia con su madre. Puede percibir,
reconocer y gozar de la madre a mayor distancia.
La catexia está volcada en él mismo porque puede moverse solo, tiene placer de dominio o destreza,
siente placer por su funcionamiento, está absorbido en sus actividades.
La manera en que se experimenta este nuevo mundo está relacionada con la madre, que aún es el centro
del universo del niño, desde el cual este va saliendo gradualmente hacia círculos cada vez más amplios.
Esta reacción a separaciones breves, que es específica de reencuentros madre-hijo en la segunda mitad del
primer año, podría entenderse en función de la escisión que aun existe en las imágenes parciales internas de
la madre. La escisión se activa a raíz de ausencias breves, la madre de la separación debe ser reintegrada
como la madre simbiótica “toda buena”, de modo de no dañar o destruir el objeto bueno. Con la madre
como ancla, la parte frustradora de las nuevas experiencias volvió a ser manejable, y predomino la parte
placentera de la exploración.
Los niños deben poder “esperar con confianza” porque sus madres estarán emocionalmente disponibles, de
acuerdo con las necesidades de ellos y les proporcionan el tipo de apoyo maternal necesario para el
desenvolvimiento óptimo de las funciones autónomas del YO.
Retornan a sus madres cada ratos para un reabastecimiento emocional. Deben promover el interés de los
niños en la ejercitación locomotriz.
Rasgo principal de esta subfase: el gozoso investimento en el ejercicio de las funciones autónomas,
especialmente la movilidad, hasta la casi total exclusión del interés en la madre en algunos momentos. Es
decir que cuando el niño, a través de su aparato locomotor, comienza a aventurarse y explorar, alejándose
cada vez más de los pies de su madre, esta tan absorbido por sus propias actividades, que por largos
periodos de tiempo parece olvidado de la presencia de esta…
SIN EMBARGO el gateador vuelve periódicamente a su mamá, ya que parece que cada tanto necesitara
de su proximidad física para poder hacer sus actividades. Ella le dará un reabastecimiento mediante
contacto físico. Una recarga emocional. Es tomada como un punto estable, una base de operación.
Por esto el gateador debe lograr una distancia óptima de ella, para poder constatar que su objeto de amor
esté ahí. Teme perder su objeto de amor ya que aquí hay amenazas mínimas de pérdida de objeto.
OBSERVABLES: “se observa cómo el infante decaído y fatigado se anima y vigoriza en brevísimo tiempo
luego de tal contacto, ya que después sigue rápido con sus exploraciones y queda de nuevo absorbido por su
placer de funcionamiento”.
En este periodo, luego del tira y afloje inicial para separarse con la madre y acceder al mundo exterior, la
mayoría de los niños pasan por un breve periodo de aumento de la ansiedad de separación, el hecho
de que fueran capaces de independizarse de la madre y de seguir conectados con ella desde modalidades de
distancia consistentes en ver y oír, hacía que el uso logrado de estas modalidades de distancia resultara
importante por un tiempo. A los niños no les gusta perder de vista a la madre; pueden quedarse mirando
tristemente a la silla vacía de ésta, o hacia la puerta por la cual se fue.
Su comienzo lo marcan los primeros pasos independientes del niño en posición vertical
Con el estímulo de las funciones autónomas, especialmente la locomoción vertical, comienza el idilio con el
mundo. El deambulador da el paso máximo a la individuación, camina en postura vertical.
Cambia el plano de su visión, descubre nuevas perspectivas, hay un nuevo nivel visual proporcionado por la
posición vertical bípeda.
La catexia libidinal se desplaza y pasa al servicio del yo autónomo en rápido desarrollo de sus
funciones, el niño parece embriagado por sus propias facultades y por la magnitud de su propio mundo.
Narcisismo alcanza su nivel máximo.
El deambulador encuentra un solaz narcisístico para compensar las amenazas de pérdida de objeto en las
funciones de su yo, en rápida evolución. El niño se concentra en la ejercitación y el dominio de sus propias
habilidades y capacidades autónomas, sus propias habilidades lo regocijan, esta deleitado con los
descubrimientos que realiza en su mundo en expansión, y casi enamorado de ese mundo y de su propia
grandeza e impotencia.
La marcha es importante para el desarrollo emocional del niño: le proporciona más descubrimientos y
pruebas de realidad del mundo mediante su propio control.
En este momento los infantes parecen ser impermeables a los golpes y caídas.
El niño necesita apoyo emocional cuando comienza a caminar libremente. Ella le enseña a caminar solo.
Está lejos por lo que no le sirve de sostén pero le tiende sus brazos. Si tambalea, se inclina rápido para
agarrarlo. Cree que no camina solo. Su mamá sonríe en forma de recompensa, de aliento. El niño camina
mirando a su madre, no a las dificultades de su camino.
La marcha tiene un gran significado simbólico para la madre y el deambulador, ya que es como si él
al lograr la marcha hubiera demostrado que ya puede incorporarse al mundo de seres humanos
independientes.
La expectación y confianza que la madre trasunta cuando siente que su hijo es capaz de “lograrlo” ahí
afuera, es un desencadenante importante del sentimiento de seguridad en sí mismo del niño, y un
aliento inicial que lo impulsa a intercambiar parte de su omnipotencia mágica por el placer de la propia
autonomía y de su creciente autoestima.
Mahler acuña el término de bajada de tono, para hablar del estado del niño (“se le baja el tono”) cuando
se da cuenta que su madre no está en la habitación. Así disminuye su movilidad gestual y de actuación, se
reduce el interés en el ambiente.
Mahler corroboró la bajada de tono por 2 fenómenos recurrentes:
1) Cuando una persona que no es su madre trata de consolar al niño, él pierde su equilibrio emocional y se
pone a llorar.
2) La bajada de tono termina cuando se reencuentra con la madre que había estado ausente por un breve
lapso (a veces luego de haber llorado un poco para liberar la tensión acumulada).
Se va haciendo la idea de que el mundo no es su ostra, sino que debe enfrentarlo él mismo.
La locomoción vertical libre (18 meses) + los comienzos de la inteligencia representacional (que culminan
con el juego simbólico y el lenguaje) son los organizadores del nacimiento psicológico. Con éstos 2, el ser
humano emerge como una persona separada y autónoma.
En este proceso de ruptura del cascaron el deambulador alcanza el primer nivel de identidad, llega a
constituir una entidad individual separada.
Sabiendo caminar cada vez es más conciente y hace más uso de la separación física.
Pero junto con el desarrollo de sus facultades cognitivas y la creciente diferenciación de su vida
emocional hay una disminución de su impermeabilidad previa a la frustración.
Hay un aumento de la ansiedad de separación, al comienzo esta consiste sobre todo en temor a la
pérdida del objeto, que puede inferirse de conductas del niño.
La falta de interés por la presencia de la madre, que era característica de la subfase de ejercitación, es
reemplaza ahora por un interés constante en determinar dónde está la madre, y por una conducta
activa de acercamiento.
No es tanto un “reabastecimiento de combustible” como antes, sino que busca deliberadamente el contacto
corporal íntimo.
A medida que se desarrolla la conciencia de separación del deambulador, este parece tener una necesidad
mayor, un deseo de que la madre comparta con él, todas sus nuevas habilidades y experiencias, así como
una gran necesidad de amor objetal. La necesidad de cercanía que antes había quedado en suspenso, aquí
aparece como un “acercamiento”.
En la interacción entre el deambulador y la madre se vuelven cada vez más importantes el lenguaje
simbólico, la intercomunicación vocal y el juego.
(De los 12 a 15 meses) cuando se transforma en deambulador grande, se produce un giro emocional.
Comienza a experimentar los obstáculos que entorpecen el camino en su “conquista del mundo”. Se
separa cada vez más claramente la representación intrapsíquica del objeto y la autorrepresentación.
La cualidad y medida de conducta de cortejo del deambulador respecto de su madre durante esta subfase
proporciona importantes indicios de la normalidad del proceso del individuación, se hace cada vez más
evidente el temor de perder <el amor> del objeto (y no temor a la pérdida del objeto como en la
subfase locomotriz).
El niño da indicios aún más insistentes de que espera que la madre comparta todos los aspectos de su vida.
La comunicación verbal se hace cada vez más necesaria. El niño se da cuenta gradualmente que sus objetos
de amor (sus padres) son individuos separados con sus propios intereses personales.
El deambulador se da cuenta gradualmente de que sus objetos de amor (sus padres) son individuos
separados de sus propios intereses personales, el niño debe abandonar en forma gradual y penosa
desilusión de su propia grandeza, a menudo a través de luchas dramáticas con su madre, y menos, con su
padre. Esta es la encrucijada que se denomina crisis de acercamiento.
La actitud de la madre en el periodo de acercamiento del deambulador: “La continuada
disponibilidad emocional de la madre es esencial para que el YO autónomo del niño alcance su
capacidad funcional óptima, cediendo a su vez su onmipotencia mágica. Si la madre está “serenamente
disponible”, si comparte las hazañas del deambulador aventurero; si responde al juego con juego; y facilita
así los intentos de imitación e identificación del niño la internalización de la relación entre la
madre y el deambulador puede progresar. El compromiso emocional de la madre facilita el rico
despliegue de los procesos del pensamiento del deambulador, la prueba de realidad, y la conducta
imitativa. Es útil que tenga una disposición emocional a dejar que el deambulador se separe, que lo aliente
a la independencia.
1) El comienzo de acercamiento
2) La crisis de acercamiento
3) Las soluciones individuales de esta crisis, que dan por resultado pautaciones y características de
personalidad con las que el niño entra en la cuarta subfase de la S-I, la consolidación del individuo.
PERIODO DE EJERCITACIÓN: la madre era la base de operaciones a la que el niño volvía a menudo en
los momentos en los que le era necesario. Durante este periodo el niño NO podía reconocer a la madre
como una persona separada de existencia autónoma.
AHORA: La madre se va transformando en una persona con la cual el deambulador desea compartir sus
descubrimientos del mundo, cada vez más amplios.
OBSERVABLES: Se relaciona con la madre llevándole continuamente cosas a su regazo, objetos que el
niño encuentra en su mundo en expansión. El principal investimiento emocional reside en la necesidad
que tiene el niño de compartirlos con su madre. Demostrándole con palabras, gestos, sonidos su deseo
de que se interese en sus “descubrimientos” y que participe con él en disfrutarlos.
Junto con la incipiente conciencia de separación, el niño llegaba a comprender que los deseos de su
madre no eran siempre de ninguna manera idénticos a los suyos, esta comprensión desafía el
sentimiento de grandeza y omnipotencia del periodo de ejercitación, en que con su personita se había
sentido en la cumbre del mundo.
En este periodo, hay un descubrimiento de la diferencia anatómica sexual, para las niñas el pene parece
transformarse en el prototipo de una posesión deseada pero inalcanzable, de otros niños. El
deambulador parecía experimentar cada vez más su cuerpo por sí mismo como una posesión
que le era propia.
Se dan cuenta que su mamá no está al 100% (Ej. La mamá le dice “Bueno, dejemos de jugar, nos vamos”.
Hay límites que le cuesta aceptar como también el hecho de que sus deseos no coinciden siempre con los
de su mamá.
Sentimiento de grandeza y temor a la pérdida del objeto de amor: los deambuladores parecen
ansiosos de ejercitar su autonomía.
Los niños tienen el deseo rápidamente alternante de:
* Estar separado, ser grande y omnipotente.
* Hacer que la madre satisfaga mágicamente los deseos sin reconocer que en realidad la ayuda llega del
exterior.
Predominan los berrinches, rápidos cambios de estado de ánimo, insatisfacción general.
Es decir tienen el deseo alternante de alejar a la madre y de aferrarse a ella, (secuencia conductual
llamada “ambitendencia”).
Es característico de los niños de esta edad usar a la madre como una extensión de sí mismo, proceso en el
cual de alguna manera negaba la penosa conciencia de separación.
El deseo de ser autónomo y separado de la madre, de dejarla, podría significar emocionalmente que la
madre querría dejar al niño. Esta identidad borrosa de la madre en el mundo exterior coincidía con una
tendencia por parte de ésta a reaccionar adversamente respecto de su deambulador en proceso de S-I.
(Ej. “Hace un momento no querias estar conmigo, ahora yo no quiero estar contigo”.)
OBSERVABLE: utilizar a la madre como extensión de sí mismo, es decir niegan la penosa conciencia de
separación (ej. Tirar de la mano de la madre y usarla como herramienta par alcanzar un objeto deseado)
Ampliación del ámbito emocional y comienzo de la empatía: Se amplía la gama de afectos que
experimenta el deambulador. Ahora tiene la necesidad de manejar los afectos de tristeza y cólera, la
decepción causada por la madre, o la comprensión de que las propias capacidades son ilimitadas y uno
está relativamente indefenso, se manifiesta de muchas formas. Ej. Por primera vez luchan contra sus
ganas de llorar, tratan de reprimir sus ganas.
Y además hay una nueva capacidad de empatía.
La internalización parcial podría ser una manera de enfrentar o defenderse contra la vulnerabilidad
creciente que siente el deambulador a medida que aumenta su conciencia de separación. El niño
comprende con angustia que: a veces está solo; ni siquiera su madre puede devolverle el sentimiento de
bienestar; que los intereses de ella están separados; y que los dos no coinciden de ninguna manera.
Se podría decir que hay mecanismos de escisión de la figura de su madre, entonces habría una “madre
buena” o “madre mala”.
De todos modos a pesar de angustiarse si sus madres los dejan pasivamente, gradualmente se volvieron
más capaces de dejar a la madre activamente y por propia iniciativa. Y comienzan a formar una relación
con su maestra de juego, que está disponible a nivel óptimo para todos los niños.
Se calman los gritos para lograr el control omnipotente, los periodos extremos de ansiedad de separación,
la alternancia de exigencias de cercanía y autonomía, etc
Disminución de la lucha por el acercamiento. El niño parece encontrar la distancia óptima respecto de
su madre por si la necesita, la distancia la cual su funcionamiento es óptimo,
Los elementos de la creciente individuación que parecen posibilitar la capacidad de funcionar a mayor
distancia son:
1) el desarrollo del lenguaje, la designación de objetos y la expresión de deseos con palabras específicas,
la capacidad de nombrar objetos le proporciona al deambulador mayor sentimiento de capacidad de
controlar su ambiente.
2) El proceso de internalización que podía inferirse tanto de actos de identificación con la madre y el padre,
buenos y proveedores de satisfacciones, como la internalización de reglas y exigencias (comienzo del
superyó).
3) El progreso en la capacidad de expresar deseos y fantasías mediante el juego simbólico, así como el uso
del juego para fines de dominio.
No hay tantas conductas específicas de todos los niños. Hay diferencias entre niños y niñas:
Los niños tienden a desvincularse de la madre y a gozar de su funcionamiento en el mundo en expansión.
Las niñas parecen estar más absorbidas por la madre cuando está presente. Hecho importante:
Niñas: Experimentan la herida del narcisismo al no tener pene y reprochan a la madre.
Varones: Enfrentan la percepción de la falta de pene de las niñas de una manera mucho menos abierta, su
apercepción se confundía con preocupaciones anales, y más tarde, con ansiedades fálicas de castración,
expresadas en el simbolismo de su juego.
Esta fase final, muy importante del acercamiento como desarrollo intrapsíquico parece ser la suma de las
soluciones a las múltiples tareas evolutivas y maduracionales, a las que había llegado cada niño individual
durante el curso de su desarrollo particular en las subfases, hasta el comienzo de la cuarta subfase.
El comienzo de la identidad sexual: la tarea de llegar a ser un individuo separado parece en general,
más difícil para las nenas que para los varones, porque aquellas, al notar la diferencia sexual, tienden a
volverse contra la madre y no obstante estar ambivalente ligadas a ellas. Exigen de la madre que salde
una deuda, como la niña es afectada por su propia imperfección, puede volverse también imperfecta en el
inconciente de la madre. Los varones, en cambio, parecen enfrentarse con la ansiedad de castración, pero
esto solo ocurre más tarde, a los 2 o 3 años, les resulta más fácil que a las nenas funcionar por separado,
son más capaces de volverse hacia el mundo exterior, o hacia su propio cuerpo, para obtener placer y
satisfacción; también se vuelven hacia su padre como alguien con quien podían identificarse. En cierto
modo parecen enfrentar su ansiedad de castración en una fase de triangulación casi-edípica.
Hay una estructuralizacion de gran alcance de yo, se producen signos definidos de internalización de
exigencias parentales, que indican la formación de precursores de superyó.
La constancia objetal implica mantener la representación del objeto de amor ausente + la unificación
del objeto bueno y malo en una representación total. Esto promueve la fusión de los impulsos agresivo
y libidinal. (“Se forma una representación única e unificada de su madre (lo bueno + lo malo) y eso le
permite estar en el jardín sin ella porque la tiene interiorizada, incorporada simbólicamente).
En el curso de las subfases del proceso de S/I se alivia la tensión (provocada por las necesidades) se va
atribuyendo gradualmente al objeto total que las satisface (la madre) y se transfiere luego, por medio
de la internalización, a la representación intrapsíquica de la madre.
Bien avanzada la constancia objetal, la madre puede ser sustituida durante su ausencia física, por la
presencia de una imagen interna confiable que se mantiene relativamente estable, sobre la base de
este logro, puede prolongarse la separación temporaria. El establecimiento de la permanencia del
objeto y de una imagen mental del objeto en el sentido de Piaget es un prerrequisito necesario pero no
suficiente porque la madre no es un objeto físico como cualquier otro, y además, el niño está en
contacto continuo con su madre, su objeto libidinal.
Esta cuarta subfase se diferencia de las anteriores porque tiene su extremo abierto por el lado de
mayor edad.
A medida de que esta subfase avanza, el niño se va volviendo en general cada vez más capaz de
aceptar de nuevo la separación de la madre cuando esta absorbido en el juego, parece preferir
quedarse en el cuarto de deambuladores sin la madre, a tener que dejar ese cuarto sin estar con ella.
Se considera esto como signo del logro incipiente de la constancia objetal emocional.
EL LOGRO DE LA INDIVIDUALIDAD:
Se consolida el YO
Como el niño aprende a expresarse verbalmente durante este periodo, reemplaza lentamente a otros
modos de comunicación.
El juego se vuelve más planificado y constructivo, hay un comienzo de juego de fantasía, desempeño de
roles, juego como si, comienza a desarrollarse un sentimiento de tiempo.
Hay un establecimiento de representaciones mentales del yo como algo netamente separado de las
representaciones de objetos, prepara el camino para la formación de la auto-identidad.
Durante 2 años y medio: persiste el investimiento libidinal y esto permite que se mantenga el equilibrio
emocional durante las ausencias temporarias del objeto.
Se encuentran presentes ambas estructuras internas de constancia objetal libidinal y una autoimagen
unificada basada en verdaderas identificaciones del yo, estas dos estructuras representan el comienzo
del proceso evolutivo en curso.
La “madre interna”, la imagen interna, la representación intrapsíquica de la madre, debe llegar a estar
más o menos disponible en el curso del tercer año, para proporcionar confrontación al niño en
ausencia física de la madre.
Es decir que a los tres años se logrará el YO, que se separará del NO-YO. El sujeto se separará del
objeto. Para esto el niño debe tener la «Noción de objeto permanente» + Debe haber salido de la
simbiosis DE MANERA EFECTIVA (se da en todo el proceso de S/I, de 4 a 36 meses).
WINNICOTT
Términos importantes:
NO – YO.
Zona intermedia de experiencia
Fenómenos transicionales
Objetos transicionales
Primera posesión
Ansiedad depresiva.
Pecho materno, simbolismo
Madre suficientemente buena
Ilusión – Desilusión
Holding – Sostén
El autor propone examinar el crecimiento en términos del cambio gradual, es decir los cambios graduales que
van sucediéndose a partir de la dependencia y hasta alcanzar la independencia.
Socialización: La madurez del ser humano entraña el crecimiento personal pero también su socialización. EL
individuo depende de manera recíproca con la sociedad, dependen siempre uno del otro. El individuo necesita
un representante de la sociedad para identificarse y construirse (sin perder y espontaneidad personal). Y a su
vez la sociedad necesita de los individuos que la conforman, mantienen, y transforman. Hay una
interdependencia. Por eso el individuo nunca logrará la independencia, si es sano nunca quedará aislado,
porque independiente de manera relativa, apunta hacia la independencia.
Ej. Necesitamos un título para ser independientes, peor aun así necesitamos de pacientes. No podemos ser
completamente autónomos, necesitamos de la sociedad. Cada vez disponemos de círculos más amplios pero de
todos modos dependemos de la sociedad.
Hay un recorrido, un viaje que va desde la independencia hacia la independencia (que nunca se
logrará). Propone 3 categorías.
El bebé depende por completo de las provisiones de su madre (de su calor, de su cuidado, alimentación,
lenguaje, cantar mientras lo amamanta, y más pautas culturales). Hay un desvalimiento inicial. Hay una
paradoja porque es independiente en cuanto a que tiene reflejos, sistemas, para mantener cierta
autonomía, todo lo que la criatura hereda como los procesos de maduración y las tendencias patológicas. Pero
a su vez la evolución de los procesos de maduración depende de la provisión ambiental, es el medio ambiente
el que posibilita la marcha de los procesos de maduración, el que permite desarrollar su potencial y también
depende de otra persona para constituir su psiquismo (no solo su cuerpo). Hay un requerimiento psíquico.
«Procesos de maduración»: es la evolución del ego y de la personalidad, incluye la teoría del id, de los
instintos, así como las defensas en el ego en relación con el instinto.
Los padres no producen un bebé del mismo modo que un pintor produce un cuadro. Ellos dependen de lo
heredado por el niño… pero igualmente lo que pueden hacer es proveer lo necesario para que el niño alcance la
madurez requerida en cada etapa de la vida. Hacer que los procesos de maduración no se vean bloqueados y
formen parte del niño. Esta adaptación a los procesos de maduración de la criatura es algo muy complejo y
exige muchísimo de los padre.
Entonces, una MADRE SUFICIENTEMENTE BUENA, sabe entregarse, sabe adaptarse casi al 100% al recién
nacido, y puede hacerlo por identificación con él. Esto lo hace gracias a que lleva consigo las huellas psíquicas
ICC de cuando ella era bebé.
Es capaz de proteger la continuidad existencial de su hijo ante los conflictos o fallos de adaptación que
amenazan con interferir la tendencia natural del niño a convertirse en una unidad integrada y capacitada para
conservar una personalidad dotada de pasado, presente y futuro.
La continuidad es importante en los primeros meses porque si no, se interrumpe el desarrollo deviniendo en
patológica. Se trata de que una misma persona le presente un mundo lo más estable posible >> lo que
necesita el niño es el cuidado y la atención de alguien que sigue siendo <ella misma>. Alguien consagrado para
él.
La madre suficientemente buena, ofrece al bebe al bebe la oportunidad de crearse la ILUSION de que su
pecho es parte él de que el mismo satisface sus necesidades. Se cree que el pecho es parte de él, tiene esa
ilusión. Parece encontrarse bajo su dominio mágico. Es omnipotente. No hay frustraciones ni esperas.
La madre satisface el ego, pero en la mente del niño no queda constancia de todo eso. No tiene conciencia de
su dependencia, se cree onmipotente.
*Madre suficientemente buena: es la que lleva a cabo la adaptación activa a las necesidades del bebé y que la disminuye poco
a poco (según la creciente capacidad del niño para hacer frente al fracaso en materia de adaptación y para tolerar la
frustración).
La madre SB empieza con una adaptación casi total a las necesidades de su hijo.
Pero luego veremos que también forma parte de una madre lo suficientemente buena: A medida que pasa el tiempo, se
adapta poco a poco, en forma cada vez menos completa, en consonancia con la creciente capacidad de hijo para encarar ese
retroceso. El bebé necesita sacar provecho de la experiencia de frustración, puesto que la adaptación incompleta a la
necesidad hace que los objetos sean reales, odiados y amados. De lo contrario, la criatura que llevo consigo, ingredientes de la
agresividad, tendrá dificultades para unir la agresión con el amor.
La principal tarea de la madre, es entonces: ILUSIONARLO Y DESILUCIONARLO.
La dependencia relativa es una fase. Aquí la adaptación va disminuyendo gracias a la capacidad de la madre de
aportar una desadaptación gradual que esté acoplada a la rapidez con que el niño va progresando.
(Ej. El bebé adquirirá lentamente la capacidad de espera cuando su mamá le avisa y le muestra (ej. Haciendo el
ruido de una cuchara) que va a comer. Se da el destete. Le crecen los dientes y la madre podrá volver lentamente
a sus actividades. Y a través del lenguaje puede decirle “ya vuelvo”.
Winnicott plantea una ZONA INTERMEDIA DE EXPERIENCIA para designar una secuencia variante de hechos que
empieza en el recién nacido, con las primeras actividades del introducción del puño en la boca y lleva al apego a un osito, una
muñeca o juguete blando o duro. Es decir, hay una zona intermedia entre el pulgar y el osito, entre el erotismo oral y la
verdadera relación de objeto.
Cada individuo que ha llegado a ser una unidad con una membrana limitante, y un exterior y un interior, posee una realidad
interna, un mundo exterior. Pero además de esta doble exposición, se hace necesaria una tercera: una zona intermedia de
experiencia.
Zona que se presenta como lugar de descanso para un individuo dedicado a mantener separadas e interrelacionadas, la realidad
interna y la realidad exterior, zona entre lo subjetivo y lo que se percibe como objetivo.
El bebé que crea continuamente el pecho materno por ilusión Así, la zona inmediata es la que está entre la creatividad
primaria y la percepción objetiva, basada en la prueba de la realidad.
Lo transicional NO es el objeto, sino el estado, la transición del bebe de un estado en que se encuentra fusionado con la madre,
en el que no hay intercambio: el bebe se alimenta de un pecho que es parte de él y la madre, da leche a un bebe que forma parte
de ella; a uno de relación con ella como algo exterior y separado.
Así, Winnicott introduce los términos: “OBJETOS TRANSICIONALES Y FENOMENOS TRANCISIONALES” para
designar dicha zona intermedia de experiencia. Estos, pertenecen al reino de la ilusión que constituye la base de iniciación de
la experiencia. La madre cumple un rol fundamental ya que le permite forjarle al niño, la ilusión de que lo que el cree, existe en
la realidad.
OBJETO TRANCISIONAL:
* Es cálido, suave y manipulable. Ej. Peluches, mantas, muñecos, prenda de vestir. El bebé lo reconoce por su olor, su textura.
Y hace uso del objeto independientemente de la ausencia física de la mamá. Sino para afontar la ausencia de que no está como
antes y como él quisiera. Es un sustituto materno, un símbolo.
Objeto que para él bebe irradie calor, posea textura, vitalidad o realidad propia. Puede ser un peluche, una manta suave
manipulable y cálida, una muñeca, o cualquier objeto blando, que sea acunado con afecto por el niño.
NO ES LA MADRE, SE PONE EN SU LUGAR, es un sustituto materno, es “como si fuera ella”, es un objeto que sirve
para afrontar y llevar esa desilusión. Es decir, a medida que el niño se desilusiona y se frustra >>> se toma el objeto
transicional como primera posesión no yo, que comienza a los 4 meses (dependencia absoluta) casi al empezar la dependencia
relativa.
El objeto que proviene de afuera, del exterior (aunque NO para el bebe) tampoco viene de adentro, no es una alucinación. O
sea, ni está dentro del yo, ni el niño sabe que tomo algo del exterior.
Los padres llegan a conocer el valor de este objeto (que nunca debe cambiar) y lo llevan consigo, permiten que se ensucie y
que tenga mal olor, ya que si se lo lava se provoca una ruptura en la continuidad de la experiencia del bebé, que puede destruir
la significación y el valor del objeto.
Construcción de objeto solidaria a la destrucción de objeto: A la vez que es amado, es odiado, tiene que sobrevivir al amor,
así como al odio.
Por último, el objeto irá perdiendo significación, no se lo olvida ni se lo llora, sufre una descarga Si el objeto persiste
luego de un tiempo, se lo denomina objeto fetiche.
Ej.: un niño x es alimentado a pecho durante 4 meses y es destetado sin dificultades. Se succiona el pulgar durante las
primeras semanas (esto hace que el destete resultara más fácil). A los 5-6 meses adoptó la punta de una frazada en que termina
la costura: se sentía complacido cuando un poco de lana sobresalía de las puntas, y se hacia cosquillas con ella en la nariz >>
Se convirtió en un su “naa”. Al año, pudo reemplazar la punta de la manta por un jersey verde de lana suave que resultaba
como un sedante. *Con el naa que succionaba al instante de que se lo diera, minimizaba su ansiedad y lograba dormirse más
rápido.
≠Un niño z nunca se succiono el pulgar o los dedos cuando se lo destetó y no tuvo nada que le sirviera de sustituto. Nunca
había tenido mamadera ni chupete. Durante meses adopto un conejo con afectuoso apego (luego traslado el afecto a conejos de
verdad). El de juguete duró hasta los 5-6 años. Era como un consolador, jamás fue un objeto transicional, más importante que
la madre.
El objeto no es puramente interno porque todos lo podemos ver, tocar y denominar pero tampoco es lo que vemos, tiene una
representación personal proyectada por el niño en ese objeto, es un representante materno que prepara al niño, que sirve al
niño para afrontar la desilusión propia de la fase. Tiene un significado propio y singular del niño.
FENOMENO TRANSICIONAL:
* Fenómenos transicionales: calma la angustia, tensión, la desilusión. Ej. Cantarse, ensortijarse el pelo, acariciarse el lóbulo de
la oreja. Serán pautas que la madre usó para calmarlo. Ahora, las usará para calmarse a sí mismo.
El acto de acariciarse, el parloteo del bebé, el balanceo, sus canciones, su melodía para dormir, una palabra, o cualquier otro
fenómeno que llega a adquirir una importancia vital para el bebe en el momento de disponerse a dormir o en soledad y que sea
una defensa contra la ansiedad.
Son actividades específicas, comportamientos que se ubican en la zona intermedia de experiencia como fenómenos
transicionales junto con el uso de objetos (que no forman parte del cuerpo del niño, aunque todavía este no los reconozca del
todo como pertenecientes a la realidad exterior). Y aparecen desde los 4-6 meses de vida, hasta los 8-12 m.
Es necesaria la frustración porque así se produce la caída de la omnipotencia (el bebe crea el pecho materno en un estado de
ilusión), de que la realidad no está al deseo propio. La MSB tiene la disponibilidad emocional de sostener que el niño se
desilusione. El bebe recibe la oferta de la madre: acciones maternas y objetos que intentan suplir la desilusión; y deposita en
esos fenómenos y objetos, frustraciones, odios y amores. Lo carga valorativamente y por tanto DEJA de ser, ya NO es el
objeto que le dio la madre, lo crea: OT-FT. Son simbólicos y destinatarios de la pulsión del bebe.
Son la primera posesión no yo porque simboliza expresiones tanáticas o de Eros y esas expresiones son individuales y
subjetivas. Pues el objeto es único para el niño. Y es no yo porque es creado por la fantasía del bebe. Ahora bien, no es
externo, ni interno ZONA INTERMEDIA DE EXPERIENCIA: Espacio transicional porque juega entra la experiencia
interna y la experiencia externa. Es un espacio de experiencia.
Todo alude a la creatividad que es la capacidad distintiva del ser humano: -El jugar –Fenómenos culturales.
Es así como con la dependencia relativa se espera que le niño haya constituido los límites de su yo, por
identificación con los demás. Hay una delimitación yo-no yo, un interior y un exterior que permite un
intercambio continuo, una interacción.
HACIA LA INDEPENDENCIA (2 AÑOS - ……): El niño se va viendo capacitado para enfrentarse con el
mundo y sus complejidades y mediante círculos sociales cada vez más amplios, se identifica con la sociedad. Es
independiente, en cuanto, el niño vive, experimenta una existencia personal satisfactoria al mismo tiempo que
se ve envuelto en los asuntos sociales, ya que la sociedad es una muestra del mundo personal del individuo
(además de ser muestra de fenómenos exteriores).
Si bien, se empieza a agrandar el entorno, aun así, la madre sigue siendo necesaria, en tanto autoridad de sus
hijos adolescentes, pueden ver en qué casos es demasiado rápido el paso de un círculo social limitado u otro
circulo ilimitado.