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HOMOESTASIS: (del griego homo, igual; stasis, detención) para designar a:

“El estado de equilibrio en que se mantiene el ambiente corporal interno y que se debe a
la incesante interacción entre todos los procesos reguladores del cuerpo.”

Constituye una condición dinámica, que responde a circunstancias cambiantes; el punto de


equilibrio corporal puede modificarse dentro de límites estrechos compatibles con el
mantenimiento de la vida. Uno de los mayores problemas que enfrentan los organismos
biológicos, especialmente los animales, son los cambios continuos del medio donde viven.
La temperatura varía frecuentemente durante las 24 horas del día. También puede variar en
el mismo lapso, La presión atmosférica, la humedad relativa, la disponibilidad de alimentos
y otros factores que ejercen efectos importantes sobre las formas vivientes. Un organismo
que no sea capaz de responder a estos cambios de forma adecuada, tiene pocas
probabilidades de sobrevivir. Esta sobrevivencia depende de su capacidad para contrarrestar
los cambios en su medio ambiente, de tal manera que al ser afectado por ellos, sus
características internas no experimenten variaciones superiores a las que son compatibles
con la vida. Este ajuste continuo de las condiciones interna a las circunstancias externas es
lo que permite al organismo individual conservar su integridad e independencia frente a un
mundo que cambia constantemente.
Para conservar la homeostasis deben producirse numerosos procesos complejos,
denominados mecanismos homeostáticos, que se desencadenan en respuesta a un cambio
inicial del ambiente interno. Esas respuestas se denominan respuestas adaptativas. Permiten
al cuerpo adaptarse a los cambios de su ambiente de manera que tiendan a conservar la
homeostasia y a fomentar la supervivencia saludable. Adaptación sin buen éxito significa
enfermedad o muerte.

El organismo que vive en un medio ambiente cambiante, debe enfrentar 4 problemas:


1.- Mantener constante la temperatura corporal
2.- Mantener constante la concentración de glucosa de la sangre
3.- Mantener la cantidad de agua y de iones
4.- Conservar el pH dentro de ciertos rangos.

Regulación de las funciones corporales:


La regulación de las funciones corporales está dada principalmente por el SISTEMA
NERVIOSO y EL SISTEMA ENDOCRINO. Los cuales están a su vez interrelacionados
entre ellos mismos y otros órganos y sistemas del cuerpo.
El sistema nervioso se compone de tres partes:
 Entrada sensorial
 Sistema nervioso central o porción integradora.
 Salida motora.
La entrada sensorial está dada por los RECEPTORES o sensores, los cuales pueden definir
como una célula o parte de la membrana de una célula que genera potenciales de sensor
para así convertirse en las aferencias correspondientes de un potenciales de acción que
llevará la información a otra parte de este sistema, El Sistema Nervioso Central (SNC)..
Estos receptores detectan cambios en el medio ambiente como tacto, sonido, luz, calor, frío,
dolor; siendo altamente sensitivo para el tipo estímulo designado. Con poca o ninguna
respuesta para los demás. Por ejemplo, los receptores de la visión (conos y bastones)
responden a la luz, pero son insensibles al calor frío presión u otra modalidad.
El SNC está formado por el cerebro y médula espinal. Este recibe la señal generada desde
los receptores y procesa esta información, para así enviar la respuesta apropiada de la señal
a través de la porción motora, quien controla la contracción del los músculos esqueléticos y
liso; y las secreciones de glándulas exocrinas y endocrinas.
Una parte importante del sistema nervioso es el Sistema Autónomo, quien opera a un nivel
inconsciente y controla muchas funciones de los órganos internos, como el corazón,
secreción glandular, movimientos intestinales y otros.
El sistema hormonal está formado por glándulas endocrinas localizadas en nuestro cuerpo,
las cuales sintetizan sustancias químicas llamadas hormonas, las cuales se secretan al
Líquido Extracelular (LEC) y llegan a todas las partes del cuerpo donde ayudad a regular
funciones corporales. Por ejemplo, las hormonas tiroideas ayudad a regular muchas de las
funciones celulares al influir en la velocidad de las reacciones químicas y otros aspectos; la
insulina ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre. Estos dos sistemas se
complementan, siendo el sistema nervioso regulador de las actividades musculares y
secretorias; y el sistema endocrino de las funciones metabólicas.

SISTEMAS HOMEOSTÁTICOS O DE CONTROL:


Se define como la función cooperativa de todas las células diferenciadas de un organismo.
El ser humano posee literalmente miles de sistemas de control, como el Sistema de control
genético que opera en todas las células, sistemas de controles que operan en los diferentes
órganos y tejidos para controlar cada una de sus funciones y sistemas que operan en todo el
cuerpo para la interacción de los diferentes órganos y sistemas. Por ejemplo El Sistema
Respiratorio asociado al Sistema Nervioso para regular las concentraciones de dióxido de
carbono, oxígeno en el LEC; El hígado y el páncreas asociados para regular las
concentraciones de glucosa en el LEC.

Componentes del sistema de control:


Un sistema homeostático o de control es un conjunto de componentes interconectados y
que funcionan para mantener relativamente constante un parámetro físico o químico del
cuerpo. Estos sistemas funcionan a base de mensajes:
 El primer mensaje es el Estímulo, definido como una variación detectable en el
ambiente. Por ejemplo: Cambio de temperatura. Ese mensaje llega al Receptor.
 El Receptor (Rc.) detecta el estado del cuerpo o del medio ambiente. El receptor
funciona como “Transformador Biológico” que transmite la energía de un sistema
energético a otro. Esta energía puede ser del mismo tipo que la que activa al
receptor o de otro tipo. Por ejemplo: La luz estimula los fotorreceptores del ojo los
cuales generan un impulso eléctrico a través del nervio Óptico hasta llegar a la
corteza cerebral produciendo la percepción de la luz. La información recibida por el
receptor viaja a través de una vía de entrada, sensitiva o aferente hasta llegar al
centro integrador.
 El centro Integrador procesa la información y genera una reacción apropiada para
el determinado estímulo. El centro integrador puede recibir la entrada de muchos
estímulos, permitiendo así la integración de varios segmentos del cuerpo. La
respuesta procesada por el centro integrador viajará entonces a través de una vía
eferente o de salida hasta el último componente del sistema, El efector:
 El efector producirá un cambio de actividad que constituirá la respuesta general
del sistema.

Tipos de sistemas homeostáticos o de control:


Los sistemas de control pueden ser abiertos o cerrados.
Cuando la entrada produce una respuesta o salida y ésta última no tiene efecto sobre la
primera se considera que el sistema es abierto. Con la respuesta se termina el estímulo que
dio origen al sistema. Con este sistema se puede subsanar una alteración que se conoce de
antemano (Por ejemplo, la pérdida constante de calor se puede prevenir manteniendo una
determinada temperatura exterior); pero no así situaciones cambiantes, no previsibles (Por
ejemplo: pérdidas de calor con temperaturas exteriores diversas).

Se considera cerrado, cuando la entrada genera una salida o respuesta que a su vez afecta
la entrada, ya sea aumentando la entrada o disminuyéndola. En este sistema la variable
controlada puede ser modificada automáticamente. Por ejemplo:
1. ESTIMULO – RESPUESTA: un estímulo condicionado puede causar una respuesta
fisiológica dada. Es un sistema abierto, la salida no afecta la entrada .Por ejemplo: Reflejos
condicionados de Paulov, respuestas a estímulos nocivos (golpes). El estímulo
condicionado, Hambre, genera una respuesta fisiológica: Salivar.

2. RETROALIMENTACIÓN: es cuando la salida o respuesta está condicionada por la


entrada o el estímulo, que a su vez es afectada por la salida o respuesta. Es un sistema de
control cerrado y puede ser de dos tipos:

a. Retroalimentación Negativa: Consiste en una serie de cambios que regresan al factor


hacia cierto valor intermedio de la normalidad, manteniendo así la homeostasis. Se produce
porque el efecto de la salida modifica la entrada produciendo una disminución posterior de
esa salida, o sea, se reduce el estímulo por la respuesta del efector. La mayoría de los
sistemas de control del organismo son de este tipo , ejemplos: liberación de hormonas,
regulación de la presión arterial, regulación de la temperatura, etc.

b. Retroalimentación Positiva: esta no lleva a la estabilidad, sino a la inestabilidad, creando


un círculo vicioso que puede llevar a la muerte, ya que el estímulo inicial produce una
respuesta que aumenta aún más el estímulo. O sea, la salida es capaz de estimular la entrada
y así al efector. En muchas situaciones la retroalimentación positiva es contrarrestada por
una negativa que detendrá el proceso y previene la inestabilidad. Otras situaciones
fisiológicas utilizan la retroalimentación positiva para pode ejecutarse, por ejemplo:

 El parto: donde las contracciones uterinas producen el descenso del bebé, haciendo que
la cabeza de este contacte con el cerviz, el cual es estirado y produce una señal que
causa más contracciones, esto sucede consecutivamente hasta lograr la expulsión del
bebé ,proceso que detiene las contracciones.
 Proceso de coagulación: la activación de los factores de coagulación genera una
reacción en cadena donde cada vez más factores son activados hasta producir el coágulo
que detendrá la hemorragia. Esto es contrabalanceado con una retroalimentación
negativa que detendrá el proceso para evitar que toda la sangre se coagule.
 Generación de Señales nerviosas: Cuando la membrana nerviosa es estimulada se
produce una señal que produce apertura de los canales de sodio, la entrada de este ión
hace que más canales abran facilitando la entra de más iones sodio hasta generar el
potencial de acción.

3. Sistema intermitente (apagado – encendido): Es un sistema cerrado donde la variable es


controlada por un censor o detector de error. Ejemplo Control de la temperatura de un
refrigerador por un termostato.

4. Control Proporcional: también es cerrado. Ajusta el rendimiento o salida en proporción a


la variable controlada o entrada. Ej. La respiración: Variable controlada: concentración de
CO2; salida: FR.

5. Control adaptativo: Es cualquier control que cambia al ponerse en contacto con las
necesidades del medio. Todos los sistemas reguladores satisfacen esta necesidad.

CONSTANTES FISIOLÓGICAS
Durante el proceso de formación del enfermero/ra, así como también en su práctica
profesional, enfrenta cada día una serie de problemas clínicos que le son planteados en
términos cuanti-cualitativos (signos y síntomas) para los cuales No existen valores
universales de normalidad. Por el contrario, existen un sin número de factores, como la
edad, sexo, peso, clima, alimentación que pueden modificar en alguna medida estas cifras.
El enfermero/ra debe ser capaz de analizar todos estos factores y obtener un valor promedio
esperable en un paciente determinado y luego compararlo con datos reales y de esta forma
determinar el grado de salud o enfermedad del individuo en cuestión. Los valores
mencionados se utilizan como punto de referencia para diagnosticar el grado de normalidad
o anormalidad de un individuo y han sido denominados Constantes Biológicas, las cuales
han sido divididas en Constantes bioquímicas, anatómicas, fisiológicas, etc. Las constantes
fisiológicas representan los mecanismos fisiológicos del organismo para mantener el
equilibrio del medio interno.
Las constantes fisiológicas sufren variaciones acordes las diferentes etapas de la vida y con
las características externas con las que el hombre se encuentra en contacto; el hombre no es
un ser aislado, vive dentro de un universo donde se establecen relaciones complejas entre
ellos. Así el hombre puede modificar el medio ambiente atendiendo sus necesidades, pero
también el medio ambiente puede influir en sus procesos biológicos.
Las constantes fisiológicas son parámetros sujetas a variaciones multifactoriales que
reflejan mecanismos homeostáticos.
Algunas constantes fisiológicas vistas por órganos y sistemas son:
1. Sistema Nervioso: Temperatura, sueño, vigilia, reflejos, peso.
2. Aparto Respiratorio: Frecuencia Respiratoria.
3. Aparto cardiovascular: Tensión Arterial, Frecuencia Cardiaca, pulso, gasto cardíaco.
4. Aparato digestivo: Excreción de heces, peristalsis.
5. Aparato Urinario: Diuresis.
6. Sistema hematológico: Concentración de hemoglobina, hematócrito.
7. Sistema músculo esquelético: tono muscular.
Algunos factores ambientales asociados a cambios en las constantes fisiológicas:
_ Presión arterial: Estrés.
_ Frecuencia Cardiaca: Temperatura, contaminación ambiental, altitud, actividad física.
_ Frecuencia respiratoria: el clima, actividad física.
_ Diuresis: temperatura del ambiente, disponibilidad de agua.
_ Temperatura: hacinamiento, temperatura del medio ambiente.
_ Peso: vida sedentaria, ambiente de trabajo.
_ Sueño y vigilia: vivienda, altitud.
_ Hemoglobina: alimentación, altitud.

TEMPERATURA:
Un grupo de seres vivos, al que también pertenece el hombre, logra mantener una
temperatura corporal constante a consecuencia de una intensa termogénesis
(taquimetabolismo) y a mecanismos adicionales de regulación muy por encima de la
temperatura ambiental. Estos son los denominados Animales Homeotermos. Por otra parte,
existen animales donde la termogénesis es mucho menor (Bradimetabolismo), por lo que la
temperatura está muy poco por encima de la temperatura ambiental y está sujeta a las
oscilaciones de la misma. Estos son los llamados animales Poiquilotermos, en donde los
peces y reptiles forman parte.
Los seres vivos homeotermos pueden mantener una temperatura corporal uniforme y una
actividad independiente de la temperatura exterior. Estos poseen múltiples ventajas frente a
los poiquilotermos, pero estos últimos pueden tener ventajas cuando oscila la disponibilidad
de la alimentación con las estaciones del año, por ejemplo las ranas pueden durar meses en
carencia de alimentos.
Otra diferencia importante es que los Poiquilotermos regulan su temperatura de forma
conductual; ejemplo, los peces buscan aguas templadas, las lagartijas los baños de sol. En
cambio los homeotermos tienen una regulación autónoma de la temperatura.
La temperatura de la mayoría de los mamíferos homeotermos varía entre 36 – 39 grados
centígrados. Para el mantenimiento de la temperatura corporal la termogénesis o
producción de calor debe estar balanceada con la pérdida del calor.

Termogénesis:
La producción de calor es producida principalmente por los diferentes productos
metabólicos. Diversos factores pueden determinar la producción de calor. El más
importante es la tasa metabólica de las células; otros: la actividad muscular que puede ser
involuntaria o también llamados temblor por frío o tiritamiento, el efecto de hormonas
como la tiroxina, hormonas de crecimiento, testosterona, el efecto de la adrenalina,
noradrenalina y estimulación simpática.

Pérdida de calor:
La mayoría del calor del cuerpo es generado por órganos internos, como el hígado, cerebro,
corazón, músculo esquelético en ejercicio, que luego será transferido a la piel donde se
perderá hacia el aire o los alrededores.
La piel, el tejido celular subcutáneo (especialmente la grasa) son los principales aislantes
térmicos del cuerpo que mantiene en condiciones normales la temperatura central corporal,
sin importar que la temperatura de la piel o periférica esté muy cercana a la del medio
ambiente. Debido a que la velocidad del flujo sanguíneo de los plexos venosos de la piel
pueden variar muy eficazmente, la piel sirve como un mecanismo de transferencia de calor
desde el centro del cuerpo. Por ejemplo, si ocurre un aumento de flujo sanguíneo hacia los
plexos venosos de la piel, el calor será conducido más rápido; en cambio una disminución
del flujo produce disminución de la conducción del calor. Este proceso está regulado por el
Sistema Nervioso Simpático (parte del sistema nervioso autónomo), que modula el grado
de Vasoconstricción de las arteriolas y las anastomosis arteriovenosas del plexo de la piel.
Un cuerpo pierde calor desde la piel a los alrededores por Irradiación, conducción,
convección, Evaporación.
_ Irradiación: Es un fenómeno electromagnético, donde un objeto caliente irradia calor en
ondas electromagnéticas, tipo rayos infrarrojos, a otro cuerpo de temperatura más baja.
Todos los objetos que no están a cero grados irradian este tipo de ondas. El 60% del calor
se pierde de esta forma.
_ Conducción: La pérdida de calor ocurre cuando hay contacto entre los dos cuerpos u
objetos. Ocurre por la energía cinética de las moléculas de la piel que es transferida a otro
objeto. Siempre y cuando haya un aumento de la energía cinética, esa transferencia de calor
se detendrá cuando ambos cuerpos hayan alcanzado una misma temperatura. Un 15% de
calor se pierde de esta forma.
_ Convección: El calor del cuerpo se pierde a causa de del movimiento de agua o de aire
sobre la superficie del cuerpo. El calor primero debe ser conducido hacia el aire, para luego
ser arrastrado por la corriente de convección. Poca cantidad de calor se pierde por este
medio, solo un 3% del calor total.
_ Evaporación: cuando el agua se evapora, absorbe calor. Por cada gramo de agua
evaporada se pierde 0.58 kilocalorías de calor. Constantemente el agua está siendo
evaporada a través de la piel aún en ausencia de calor, esto se conoce como Pérdida
insensible, que ocurre a través de la piel y de la superficie de los pulmones. Este tipo de
pérdida de calor no puede ser utilizada para la regulación de la temperatura. En cambio,
cuando la temperatura aumenta se produce la Transpiración y la pérdida de calor se hace
por la evaporación de agua. Mientras el animal suda el calor se continua perdiendo por la
evaporación del agua, permitiendo que sea capaz de soportar altas temperaturas, pero a
estas altas temperaturas puede producirse una deshidratación severa que produciría
disminución en la transpiración y por consiguiente la temperatura podría elevarse hasta
niveles que resultarían fatales. Lo que determina realmente la pérdida de calor es la tasa de
evaporación, no la transpiración. Por este es que un individuo se encuentra más cómodo en
un ambiente caluroso con bajos niveles de humedad, ya que esto hace más rápida la
evaporación y así la pérdida de calor.

Conservación de calor:
Los animales homeostermos protegen el interior del organismo reduciendo al mínimo la
pérdida de calor por la superficie del cuerpo. La sangre fluye hacia los órganos
manteniendo constante la temperatura de éstos. Para cumplir con esta demanda, el riego
sanguíneo sigue un principio de contracorriente, donde la sangre arterial desciende a través
de las extremidades y lleva una temperatura próxima a los 37 grados celsius. Mientras que
la sangre venosa asciende paralelamente a la arterial y se produce un intercambio de calor
por mecanismo de contracorriente, donde la sangre más caliente (arterial) se transmite a la
más fría (venosa) por irradiación. Esto permite que la sangre enfriada en las extremidades
sea calentada hasta la temperatura corporal antes de llegar al corazón. Otros mecanismos
por los que se conserva calor son:
1. Piloerección: proceso que en el ser humano no juega papel importante en la conservación
de calor, en cambio en los animales inferiores funciona como un tipo de aislante térmico.
2. Vasoconstricción: cuando el cuerpo se somete a temperaturas frías se produce una
reducción del flujo a través de los vasos cutáneos reduciendo el flujo sanguíneo a través de
la piel, previniendo así la pérdida del calor.
3. Tiritamiento.
4. Secreción de adrenalina por glándulas suprarrenales.
5. Aumento del apetito.
6. Aumento de las hormonas tiroideas.

Sistema de control de la temperatura:


Existen receptores termorreguladores los cuales se localizan en la piel y órganos del cuerpo
(Receptores periféricos), así como además en el hipotálamo (Receptores centrales). Estos
son específicos para las temperaturas frías o calientes, existiendo más receptores para el frío
que para el calor.
Los cambios de temperaturas del medio ambiente son detectados por los receptores
periféricos, los cuales a su vez mandan señales al hipotálamo posterior, a nivel de los
cuerpos mamilares, de donde se envía las señales para la ejecución de la producción o
pérdida de calor.
CONSTANTES CARDIOVASCULARES:

PRESIÓN SANGUÍNEA:
Presión es cualquier fuerza que actúa contra una fuerza opuesta. Es un empuje, tensión o
esfuerzo entre dos masa opuestas uniformemente distribuidas sobre la superficie de
contacto.
El corazón proporciona la fuerza impulsora para que la sangre circule a través de los vasos
sanguíneos, los cuales representan la fuerza opuesta para que esta circule. Esa fuerza se
distribuye por igual en la superficie de los vasos sanguíneos.
La circulación sanguínea se produce a través de dos circuitos: una Circulación pulmonar o
menor y una Circulación sistémica o mayor. Esta última es la que se determina con el
Esfigmomanómetro (aparato de presión).

La presión sanguínea puede ser definida como la fuerza por unidad de superficie que ejerce
la sangre sobre las paredes vasculares. Esta es expresada usualmente en mmHg.
El flujo de la sangre depende del corazón, y es la cantidad de sangre que pasa por un
segmento del vaso en un tiempo determinado, se expresa en ml / seg. o L/ min.
La viscosidad, la cual es una característica física de la sangre dada por los elementos
formes de la misma y que limita su paso por los vasos sanguíneos (“fricción interna”). Se
relaciona de forma directa con la resistencia, a mayor viscosidad mayor resistencia; El
principal determinante de esta variable es el hematocrito. En condiciones fisiológicas esta
se mantiene, por lo general, sin cambios. En patologías, como la anemia y Policitemia
(muchos glóbulos rojos), disminuye y aumenta, respectivamente.
La longitud de los vasos sanguíneos también es constante, y se relaciona también
directamente con la resistencia, a mayor longitud, mayor resistencia. Por lo que el factor
más determinante para la modificación de la presión es el diámetro de los vasos, así pues, el
radio del mismo. La contracción de un vaso sanguíneo produce gran variación en su
resistencia. Por lo que la disminución del diámetro de un vaso a la mitad, aumenta unas
dieciséis veces la resistencia; y si el radio se duplica, la resistencia disminuye 1/16 del valor
original.
Con la finalidad de mantener constante la presión sanguínea, el corazón debe ser
“informado” de los cambios que ocurren en ella. En el sistema circulatorio existen
mecanismos sensitivos que responden a los cambios de presión sanguínea, denominados
presoreceptores o Baroreceptores. Los Baroreceptores están localizados en las paredes de
las arterias sistémicas grandes. Son terminaciones nerviosas libres que descansan en las
paredes de las arterias y son estimulados por el estiramiento de los mismos. Ejemplo,
cuando ocurre un aumento en la PA, las arterias son estiradas, y se inicia la transmisión de
señales al Sistema Nervioso, de donde se produce una respuesta a través del Sistema
Nervioso Autónomo que tenderá a llevar la presión a niveles normales. Los Baroreceptores
son extremadamente abundantes a nivel de la pared interna de la Arteria Carótida interna, a
nivel del seno carotídeo, situado ligeramente por encima de su bifurcación; También se
localizan a nivel del Arco Aórtico.
El sistema Nervioso controla el sistema circulatorio a través del Sistema Nervioso
Autónomo, que a su vez se divide en Sistema Nervioso Simpático y Parasimpático; y afecta
principalmente las funciones globales como: la redistribución del volumen de la sangre a
los diferentes áreas del cuerpo, modificación de la actividad del corazón y el control a corto
plazo de la presión Arterial.
El sistema Nervioso Simpático (SNS) inerva tanto el corazón como los vasos sanguíneos,
su estimulación produce aumento de la actividad cardíaca, aumentando la cantidad de
sangre que sale del corazón en cada latido y la frecuencia cardíaca. Además produce una
vasoconstricción que modifica la distribución del volumen sanguíneo hacia las arterias. De
esta forma produce aumento de la PA. Por su parte, el sistema Nervioso Parasimpático
(SNP) inerva al corazón a través del nervio Vago (IX par) y actúa como desacelerador de la
actividad cardiaca.
Existe un Centro Vasomotor, localizado en el 1/3 inferior del puente cerebral, este integra
tanto las señales del SNP y SNS. En condiciones normales este centro modula la
constricción vascular, produciendo descargas intermitentes del SNS, manteniendo así el
tono de los vasos sanguíneos.

Sistema de control de la Presión Arterial:


Cuando la Presión arterial disminuye, el estiramiento de los vasos también disminuye, lo
que hace que los Baroreceptores actúen sobre el centro vasomotor para que éste aumente la
actividad simpática, por que se produce aumento de la actividad cardíaca y
Vasoconstricción; al mismo tiempo que las señales del SNP es inhibida. El efecto neto:
1. Constricción de las arteriolas, que trae como consecuencia aumento de la Resistencia
Vascular Periférica, impidiendo que la sangre salga de las arterias y aumenta PA.
2. Constricción de las venas que trae por consecuencia el desplazamiento de sangre desde la
periferia hacia el corazón, aumenta la sangre contenida en él, aumenta la fuerza de
contracción del corazón y aumenta PA.
3. El corazón es estimulado por fibras simpáticas de forma directa, aumentando su
contracción, aumenta FC.
Un aumento de la PA produce los eventos contrarios, por predominio de la actividad del
SNP. Esto produce disminución de la fuerza de contracción, disminución de la FC.
FRECUENCIA CARDIACA:
El corazón en estado de reposo late aproximadamente 60 - 100 veces por minuto (FC)
(Normocardia). Esto varía considerablemente, dependiendo del tipo del individuo y de las
condiciones a que esté sometido, cuando aumenta por encima de 100 latidos por minuto se
llama Taquicardia; su disminución por debajo de 60 latidos por minuto es Bradicardia. En
cada latido el corazón bombea aproximadamente 80 ml de sangre. La frecuencia cardiaca
depende en gran medida a la inervación autonómica que recibe el corazón, tanto del sistema
Parasimpático, el cual disminuye la actividad cardiaca (Cardiodesacelerador); y el Sistema
simpático, que aumenta (Cardioacelerador). Situaciones que produzcan aumento o
disminución de uno de estos sistemas afectaría, pues, la FC. Por ejemplo en situaciones
estresantes (susto), donde hay aumento del sistema simpático ocurre aumento de la FC.
Además de la innervación autonómica, la FC está determinada por la cantidad de sangre
que entra al corazón (Retorno Venoso). Cuando aumenta el retorno venoso, las paredes del
corazón se estiran, lo que provoca mayor fuerza de la capacidad contráctil del éste órgano.
FRECUENCIA RESPIRATORIA:
La presión sanguínea es la fuerza que asegura un riego sanguíneo adecuado al cerebro y
otros órganos vitales. La sangre es un medio de transporte para diversas sustancias, entre
ellas, los gases respiratorios (Oxígeno y dióxido de carbono) son los más importantes.
Cuando la presión arterial disminuye a un nivel crítico, también disminuye la cantidad de
oxígeno que llega a las células.
Las exigencias de oxígeno requeridos por los tejidos pueden modificarse por las actividades
del individuo. Un individuo en reposo utiliza aproximadamente 250 ml de oxígeno por
minuto y al mismo tiempo produce 200 ml de dióxido de carbono.
Para suplir las demandas de las células la cantidad de oxígeno debe ser suministrada en una
velocidad adecuada, para así éste pueda ser intercambiado con el dióxido de carbono
proveniente del metabolismo celular. Estas actividades son satisfechas dentro de un amplio
margen de actividades, por lo que mecanismos sensitivos deben estar presentes para
detectar cambios ellos. Se han denominado Quimiorreceptores que son receptores sensibles
a los cambios de la composición química de la sangre: cambios en pH, H+, O2.
Los quimiorreceptores pueden ser periféricos y centrales. Los periféricos están localizados
en mayor cantidad en los cuerpos carotideos, y en menor cantidad en el cuerpo Aórtico.
Estos receptores están expuestos todo el tiempo a sangre arterial, por los que cambios en la
concentración de oxígeno los estimulan. Estos receptores envían una señal al centro
respiratorio, localizado en el tallo cerebral, de donde se controla los músculos de la
respiración y el ciclo respiratorio. Se produce una respuesta que modifica el patrón de la
Frecuencia respiratoria, ya sea aumentándola o disminuyéndola. Estos receptores son
sensibles principalmente a disminuciones de PO2, generando así el aumento de FR.
Además de los cambios en la concentración de oxígeno, estos son sensibles a aumento en
pCO2 y disminución del pH.
Los quimiorreceptores centrales, localizados en la medula, son sensibles a cambios de pH
del líquido cefalorraquídeo. El aumento de la concentración de hidrogeniones estimula de
forma directa los quimiorreceptores centrales, lo que genera el aumento de FR.
AGUA CORPORAL TOTAL
El contenido líquido o acuoso del organismo humano es del 40-60% de su peso total. Sin
embargo, los valores normales del volumen líquido varían considerablemente, sobre todo
en relación con el contenido en grasa del organismo. Los obesos tienen un menor contenido
de agua por kilogramo de peso que los delgados. Las mujeres tienen una cantidad de agua
relativamente inferior que los hombres, ya que el cuerpo femenino tiene una mayor
proporción de grasa. El volumen líquido total y la distribución del mismo también varían
con la edad. En los niños, el agua corporal total constituye alrededor del 75% del peso
corporal. Este porcentaje desciende rápidamente durante los primeros diez años de vida. A
medida que el individuo envejece, la cantidad de agua corporal continúa descendiendo, de
forma que el líquido en los ancianos constituye un pequeño tanto por ciento del peso
corporal. En los adultos jóvenes, el porcentaje de agua representa el 57% del peso corporal
en los hombres y el 47% en las mujeres.

Compartimientos líquidos del organismo:


Un aspecto importante de la homeostasis consiste en el mantenimiento del volumen de la
composición de los líquidos corporales,
Líquidos corporales: son soluciones acuosas que se encuentran en el interior o alrededor de
las células. Líquidos corporales son el agua y los solutos disueltos en cada uno de los
compartimientos corporales de fluidos. El principal componente es el agua.
En adultos delgados, el líquido corporal constituye alrededor del 55% y 60% de la masa
corporal total en mujeres y varones, respectivamente.
El líquido que está en el interior de las células se denomina liquido intracelular (LIC), y
el exterior se llama líquido extracelular (LEC).
Todas las sustancias necesarias para el mantenimiento de la vida, como el O, nutrientes,
proteínas y una variedad de partículas químicas con carga eléctrica que se denominan iones,
están disueltas en estos fluidos.
El LEC está formado por líquido intersticial que baña las células; y el que está dentro de los
vasos sanguíneos, llamado plasma.
Los 2/3 del líquido del cuerpo está dentro de las células (LIC). El restante 1/3 es el LEC.
Cerca del 80% del LEC es intersticial, y ocupa los espacios microscópicos entre las células
de los tejidos, y el 20% es plasma, o sea la porción líquida de la sangre.
El LEC también incluye la linfa en los vasos linfáticos; LCR en el SN; gastrointestinal en el
aparato digestivo; sinovial en las articulaciones; humor acuoso y cuerpo vítreo en el ojo;
endolinfa y perilinfa en los oídos; líquidos pleurales, pericárdico y peritoneal entre las
membranas serosas, y filtrado glomerular en los riñones.
La membrana plasmática de cada célula separa su LIC del intersticial, en tanto que las
paredes de los vasos sanguíneos lo separan del plasma. Sólo en los capilares, las paredes
son lo suficientemente delgadas y permeables para que sea posible el intercambio de agua y
solutos entre el plasma y el líquido intersticial.
El LEC constituye el ambiente interno del organismo y su utilidad reside en proporcionar a
las células un ambiente relativamente constante y en trasportar sustancias hasta y desde
ellas. El LIC, el ser un buen solvente, facilita las reacciones químicas necesarias para la
vida.

Cuadro de los volúmenes de los compartimientos líquidos del organismo (porcentaje del
peso corporal)

Compartimiento Niños Hombres adultos Mujeres adultas


LEC Plasma 4 4 4
Líquido intersticial 26 15 10

LIC 45 38 33
Total 75 % 57 % 47 %

Equilibrio hídrico:
Es sinónimo de homeostasia de los líquidos. Afirmar que el cuerpo está en estado de
equilibrio hídrico, equivale a decir que el volumen global de agua del cuerpo es normal y
permanece relativamente constante. Pero equilibrio hídrico significa algo más: es la
constancia relativa de la distribución de agua en los tres compartimientos del cuerpo En
consecuencia, desequilibrio hídrico significa aumento o disminución en relación con los
límites normales del volumen global de agua en el cuerpo y de la cantidad en uno o más de
los compartimientos líquidos.
El cuerpo se mantiene en equilibrio hídrico o de líquidos; esto significa que tiene las
cantidades requeridas de agua y solutos y que estas se hallan en proporción correcta en los
diversos compartimientos. Hay un continuo intercambio de agua y solutos entre los
compartimientos de líquidos, el cual se realiza por filtración, reabsorción, difusión y
ósmosis; sin embargo, el volumen del líquido en cada compartimiento permanece bastante
estable (equilibrio dinámico).
La mayoría de los solutos que se encuentran en los líquidos corporales son electrolitos, o
sea, compuestos inorgánicos que se disocian en iones.
Electrolito es un compuesto iónico (es decir aquello que están unidos por enlace iónico en
el que un elemento pierde electrones y otro los recibe) que se disocia en iones positivos y
negativos al disolverse en agua; se los llama electrolitos porque sus soluciones conducen la
corriente eléctrica.
La medicina actual le da gran importancia al equilibrio hídrico y de electrolitos, ya que en
la actualidad muchos pacientes hospitalizados reciben alguna clase de tratamiento con
líquidos y electrolitos (sueros: suero fisiológico. Solución glucosaza, etc.).

Equilibrio hidroelectrolítico:
La expresión equilibrio hidroelectrolítico implica la homeostasis o constancia de los
líquidos corporales y de los niveles de electrolitos. Quiere decir que tanto la cantidad como
la distribución de los líquidos corporales y de los electrolitos son normales y se mantienen
constantes. Para que se mantenga la homeostasia, el aporte de agua y electrolitos al
organismo debe estar equilibrado con la salida de los mismos. Si entran en el organismo
más agua y electrolitos de los requeridos, deben ser eliminados de forma selectiva, y si
hubiese una pérdida excesiva, deberían reponerse rápidamente. El volumen de líquidos y
los niveles electrolíticos de las células, espacio intersticiales y vasos sanguíneos
permanecen relativamente constantes si existe homeostasis.
Por lo tanto, el desequilibrio hidroelectrolítico significa que el volumen total de agua o el
nivel de electrolitos del organismo o las cantidades que existen en uno o más de sus
compartimientos líquidos han aumentado o disminuido por encima de los límites normales.
Se conocen como electrolitos a los compuestos que permiten la rotura o disociación de su
molécula en partículas separadas denominadas iones y que tienen carga eléctrica. Por
ejemplo. El NaCl se disocia en Na + y Cl-, el tipo de unión se denomina iónica. La glucosa,
que es una sustancia orgánica, tiene otro tipo de enlace que impide que el compuesto se
rompa o se disocie en una solución. Estos compuestos se conocen como no electrolitos y su
unión es de tipo covalente. Muchos electrolitos y sus iones disociados tienen gran
importancia en el equilibrio hídrico. Este último y el electrolito son tan dependientes entre
sí que si uno se desvía de los normal, también lo hace el otro. Así pues, el hecho de explicar
uno de ellos significa comentar también el otro.

Vías corporales para ganancia y pérdida de agua:


El agua es el mayor componente del organismo, pues constituye el 45 a 75% del total de
masa corporal, según la edad y sexo de la persona. Los lactantes tienen el más alto
porcentaje de agua (hasta el 75% de la masa corporal); el porcentaje disminuye al avanzar
la edad hasta alrededor de los dos años. A partir de esta etapa y hasta la pubertad, tanto en
los adolescentes como en las jovencitas al agua constituye alrededor del 60%. El tejido
adiposo casi no tiene agua, de modo que las personas obesas poseen menos proporción de
este líquido que las delgadas. En varones adultos delgados, el agua comprende el 60% de la
masa corporal. En promedio, hasta las mujeres delgadas tienen más grasa subcutánea que
los varones, por lo que su contenido total del agua en el cuerpo es menor pues representa
alrededor del 55%.
El cuerpo puede obtener agua por dos medios: ingestión y síntesis metabólica. Las
principales fuentes hídricas del cuerpo son los líquidos ingeridos (1600ml) y las comidas
con alto contenido de humedad (700ml), de las cuales extrae agua el aparato
gastrointestinal en una cantidad aproximada de 2300ml por día. La otra fuente es la del
agua metabólica (alrededor de 200ml/día) que se producen en el cuerpo principalmente
cuando el oxígeno capta electrones durante la respiración celular aeróbica, y un poco
menos, durante las reacciones sintéticas de deshidratación. La ganancia total de agua al día
es de aproximadamente 2500ml.
Normalmente se pierde agua y gana agua en igual proporción, de modo que el volumen de
líquido corporal permanece constante. La eliminación de líquido se realiza por cuatro vías.
Los riñones excretan diariamente alrededor de 1500ml en la orina; la piel evapora unos
600ml (400ml por transpiración insensible y 200ml en sudor); los pulmones exhalan
alrededor de 300ml como vapor de agua; y el aparato gastrointestinal excreta más o menos
100ml en las heces. Con el flujo menstrual, las mujeres en edad reproductora tienen una vía
adicional de pérdida de agua. En promedio, el cuerpo elimina unos 2500ml al día. La
cantidad de agua que se excreta por una vía determinada puede variar mucho con el tiempo.
Por ejemplo, durante el ejercicio muy intenso el agua puede literalmente escurrir por la piel
en forma de sudor; en otras circunstancias, hay pérdida de líquido por diarrea durante las
infecciones gastrointestinales.

Algunos principios generales sobre el equilibrio hidroelectrolítico:


El principio fundamental sobre el equilibrio hidroelectrolítico es el siguiente: sólo puede
mantenerse si la ingesta es igual a la pérdida. Como es lógico, si se elimina una mayor o
menor cantidad de agua de la que entra, se producirá un desequilibrio. Si se produce esta
situación, el volumen líquido total se incrementará o disminuirá, pero no permanecerá
constante.
Los mecanismos cruciales para el mantenimiento del equilibrio hídrico, están formados por
los dispositivos que pueden modificar la eliminación de líquido para que esta se ajuste a la
ingesta, aunque también actúan los mecanismos que ajustan la ingesta a la eliminación.

VOLUMEN DE AGUA (ML)


GANANCIA DE AGUA PÉRDIDA DE AGUA

Regulación de las pérdidas de agua y solutos:


Son dos factores los que, en conjunto, determinan el volumen urinario: la tasa de filtración
glomerular y la tasa de reabsorción de agua por los túbulos renales. La tasa de filtración
glomerular, excepto en condiciones anómalas, permanece constante, de modo que el
volumen urinario no suele fluctuar. La tasa de reabsorción de agua, por el contrario, varía
considerablemente. Debido a ello, la tasa de reabsorción tubular ajusta el volumen urinario
a la ingesta de líquido en mayor medida que la tasa de filtración glomerular.
La cantidad de hormona antidiurética (ADH) y de aldosterona que se secretan regulan la
cantidad de agua que es reabsorbida por los túbulos renales. O sea que el volumen urinario
se regula sobre todo por las hormonas secretadas por el lóbulo posterior de la hipófisis
(ADH) y por la corteza suprarrenal (aldosterona). La secreción de aldosterona está regulada
a su vez por el sistema renina-angiotensina.

Estructuras que forman el aparato excretor:


Los riñones juegan un papel central en el sistema excretor, pues son los encargados de
eliminar productos de desecho y regular la cantidad de agua y sales por medio de la
formación de orina (Fig. 2).

Fig 2: Formación de la orina llevada a cabo en el nefrón

El volumen de agua que eliminas diariamente por tus riñones depende del estado de
hidratación de tu organismo. Por lo tanto, la participación de los riñones en la estabilidad de
los líquidos corporales debe estar fuertemente regulada en el organismo.

Esta regulación es llevada a cabo por varias hormonas, entre las cuales se encuentran (Fig.
3):

Hormona antidiurética (ADH): es producida por el hipotálamo y liberada por el lóbulo


posterior de la hipófisis. Actúa aumentando la permeabilidad al agua de los conductos
colectores, reduciendo su excreción.

Aldosterona: hormona secretada por la corteza suprarrenal. Actúa incrementando la


reabsorción de sodio en los túbulos distales y colectores.

Angiotensina II: resulta de la modificación de una proteína sanguínea producida en el


hígado (angiotensinógeno), que requiere renina. Tiene un efecto vasoconstrictor y estimula
la liberación de aldosterona.

Péptido natriurético auricular: es una hormona segregada por la aurícula en respuesta a


un aumento del volumen sanguíneo. Su efecto es incrementar la excreción renal de agua y
sal, pues inhibe la reabsorción de sodio por los conductos colectores.
Fig. 3: Regulación del volumen urinario

Aunque los cambios en el volumen de líquido eliminado a través de la piel, los pulmones y
el intestino también afectan la proporción ingesta-eliminación de líquido, estos volúmenes
no se ajustan automáticamente a la ingesta líquida, como sucede con el volumen urinario.
Las pérdidas de agua y solutos a través de la sudación y exhalación aumentan durante el
ejercicio; sin embargo, los excesos de agua y solutos corporales se eliminan principalmente
por la orina.
Bajo ciertas circunstancias, algunos otros factores, influyen en la pérdida urinaria de agua.
Cualquier gran disminución en el volumen de la sangre se detecta en los barorreceptores
(receptores de la presión) de la aurícula izquierda y de vasos sanguíneos, lo que también
estimula la liberación de hormona antiduirética. En casos de deshidratación intensa, la
velocidad de filtración glomerular disminuye a causa de la caída en la presión arterial, con
lo que se reducen las pérdidas de líquidos en la orina. Al contrario, con el consumo de
demasiada agua aumenta la presión arterial, se eleva la velocidad de filtración glomerular y
las pérdidas hídricas en la orina son mayores. Con la hiperventilación aumentan las
pérdidas de líquido mediante la exhalación de más vapor de agua. También el vómito y la
diarrea ocasionan pérdidas de agua del conducto gastrointestinal. Por último, con la fiebre,
el sudor intenso y la destrucción de extensas áreas de piel por quemaduras se produce
eliminación excesiva de agua a través de la piel.
Factores que alteran la pérdida de líquidos en condiciones anormales:
La frecuencia respiratoria y la cantidad de sudor pueden afectar en gran medida la
eliminación de líquidos si existen determinadas situaciones anómalas. Por ejemplo, un
paciente que está hiperventilando durante mucho tiempo pierde gran cantidad de agua a
través del aire que espira. Si, como sucede con frecuencia, el paciente ingiere además poca
agua por vía oral, la eliminación de líquido excede la ingesta y se produce un desequilibrio
líquido denominado deshidratación (es decir, un descenso en la cantidad de agua corporal
total). En otras situaciones anormales, también se produce una excesiva eliminación de
líquidos y electrolitos, que excede a la ingesta, con lo que se llega al desequilibrio
hidroelectrolítico.
Regulación de la ingesta o ganancia de líquidos:
Los fisiólogos no coinciden sobre los detalles del mecanismo que controla la ingesta de
líquidos y que hace que esta aumente cuando aumenta la eliminación y disminuye cuando
lo hace esta última.
La ganancia de agua se regula principalmente mediante ajustes del volumen de agua
ingerida. El hipotálamo tiene un área conocida como centro de la sed, que regula la
necesidad de beber.
Cuando la pérdida de agua es mayor que la ganancia, la deshidratación (una disminución
del volumen y un aumento en la osmolaridad de los líquidos corporales) estimula la sed. Se
dice que la deshidratación es leve cuando la masa corporal disminuye en 2 % a causa de
pérdida de líquidos.
La reducción del volumen de sangre ocasiona que baje la presión arterial. Este cambio
estimula a los riñones que liberan renina, lo cual promueve la formación de angiotensina II,
la que estimula el centro de la sed en el hipotálamo. Otras señales que la provocan son las
que se originan en las neuronas de la boca, las cuales detectan sequedad debido al menor
flujo de saliva y las señales que generan los barorreceptores debido a la presión reducida en
el corazón y vasos sanguíneos. Con todo esto aumenta la sensación de sed, lo que
normalmente promueve mayor consumo de líquidos, con lo que se restaura su volumen
normal. Hay veces que la sensación de sed no se produce con la suficiente rapidez o el
acceso al agua está restringido, con lo cual ocurre una deshidratación importante. Este
problema se observa con mayor frecuencia en ancianos, lactantes y quienes sufren
alteraciones mentales. Cuando hay pérdida de líquidos por sudación intensa, diarrea o
vómito, es conveniente iniciar el reemplazo de líquidos corporales mediante consumo de
agua, aún antes de que se sienta sed.
Si una persona no ingiere nada durante días, no es posible mantener el equilibrio hídrico, a
pesar de todos lo esfuerzos de los mecanismos homeostáticos para compensar la ingesta
nula. En esta situación, la única solución para mantener el equilibrio sería que la
eliminación también disminuyese hasta cero, pero esto no es posible, debe haber
necesariamente algo de eliminación. ¿Por qué? Porque mientras que continúe la
respiración, siempre se elimina algo de agua a través del aire espirado, al igual que,
mientras que haya vida, se elimina una mínima e irreductible cantidad de agua a través de
la piel.
Normalmente, los LIC e intersticial tienen la misma osmolaridad, de modo que las células
no se encogen ni se hinchan, pero una variación en su osmolaridad puede causar
desequilibrio de líquidos entre estos compartimentos. La elevación de la osmolaridad del
líquido intersticial ocasiona que el agua salga de las células, que se encogen ligeramente; en
cambio, cuando disminuye, las células se hinchan. Casi siempre, las modificaciones en la
osmolaridad se deben cambios en la concentración de Na+. Por lo regular, su descenso en el
líquido intersticial inhibe la secreción de hormona antidiurética. Entonces, si funcionan
normalmente, los riñones excretan los excesos de agua en la orina, lo cual incrementa la
presión osmótica de los líquidos corporales hasta su nivel normal. Por tanto, las células del
cuerpo sólo se hinchan ligeramente y sólo por un tiempo breve. Pero, cuando una persona
persiste en consumir agua con una rapidez mayor a la que sus riñones pueden excretarla (la
velocidad máxima de flujo urinario es de aproximadamente 15 ml/min) o cuando su
función renal es deficiente, podrá padecer intoxicación por agua, un estado en el que el
agua corporal excesiva ocasiona que las células se vuelvan hipotónicas y se hinchen de
manera peligrosa. Cuando hay pérdida de agua corporal y Na+ por hemorragia, sudor
excesivo, vómito o diarrea y se reemplaza la perdida con agua pura, los líquidos corporales
se diluyen más. Esto puede ocasionar que la concentración de sodio plasmática, y por lo
tanto, del líquido intersticial, disminuyan por debajo de los límites normales
(hiponatremia). Al reducirse el nivel de este ión en el líquido interticial también desciende
la osmolaridad de este, lo que ocasionará desplazamiento osmótico de agua hacia el líquido
intracelular.
Cuando el agua entra a las células las vuelve hipotónicas y hace que se hinchen, con lo que
ocasiona convulsiones, coma y a veces la muerte.

Composición química, distribución y medida de los electrolitos corporales:


Hemos definido al electrolito como el compuesto que, en contacto con una solución, se
rompe o disocia en partículas cargadas denominadas iones. El cloruro de sodio (NaCl),
cuando se disuelve en agua, da lugar a un ión sodio (Na +) con carga positiva y a un ión
cloro (Cl-) con carga negativa. Si se colocan dos electrodos cargados con una débil
corriente en una solución electrolítica, los iones se moverán o migrarán en direcciones
opuestas según sus cargas. Los iones positivos como el Na+ son atraídos por el electrodo
negativo (cátodo) y se llaman cationes; los negativos como el Cl -, migrarán hacia el
electrodo positivo (ánodo) y se denominan aniones. Algunos aniones y cationes tienen una
función nutritiva o reguladora en el organismo. Entre los cationes más importantes tenemos
el sodio (Na+), el calcio (Ca++), el potasio (K+) y el magnesio (Mg++). Entre los aniones se
destacan el cloro (Cl-), el bicarbonato (HCO3-), el fosfato (HPO4=) y numerosas proteínas.

Líquidos extracelulares e intracelulares:


Si se les compara químicamente, el plasma y el líquido intersticial (los dos líquidos
extracelulares) son casi idénticos. Por el contrario, el LIC muestra notables diferencias con
respecto a cualquiera de los dos LEC.
La primera diferencia entre los dos LEC es que la sangre contiene una cantidad ligeramente
superior de electrolitos (iones) que los líquidos intersticiales. Si se comparan ambos
líquidos, ión por ión, se notará la diferencia más importante entre el plasma sanguíneo y el
líquido intersticial. Mirando los aniones (iones negativos) de estos dos LEC, se observa que
la sangre tiene una cantidad apreciable de aniones proteicos. El líquido intersticial, por el
contrario, apenas contiene aniones proteicos. Esta es la única diferencia funcionalmente
importante entre la sangre y el líquido intersticial. Se debe a que la membrana capilar suele
ser prácticamente impermeable a las proteínas. De ahí que casi todos los aniones proteicos
permanezcan en la sangre en lugar de filtrarse hacia el líquido intersticial. Dado que las
proteínas permanecen en la sangre, también existen otras diferencias esta esa y el líquido
intersticial; la sangre contiene muchos más iones sodio y menos iones cloro que el líquido
intersticial. Los LIC y LEC tienen químicamente más diferencias que similitudes

Esquema en el cual se muestra cómo el desequilibrio inicial de electrolitos (déficit sódico o


hiponatremia) origina desequilibrio hídrico (hipovolemia e hidratación celular)
EL CONTROL DE LA GLUCEMIA

La glucosa es un monosacárido proveniente de la digestión de los di y polisacáridos. Se


absorbe en el intestino y es transportada al hígado, donde la mayor parte es almacenada en
forma de glucógeno. La conversión de la glucosa a glucógeno es una función específica de
las células hepáticas, denominada glucogénesis. Simultáneamente, dos mecanismos
inversos tienden a incrementar el nivel de glucosa sanguínea: la glucogenólisis o
reconversión del glucógeno en glucosa, y la gluconeogénesis o transformación de
aminoácidos y ácidos grasos en glucosa. En definitiva, el nivel de glucosa en la sangre se
mantiene más o menos constante, a una concentración media de 1 gramo por litro de
sangre.
La importancia fisiológica de la glucosa ya la conocemos: la degradación de la glucosa
durante la respiración celular proporciona prácticamente toda la energía requerida para los
procesos metabólicos. Una hipoglicemia (disminución del nivel normal de glucosa
sanguínea) afecta en primer término al cerebro, pues las neuronas son incapaces de usar
otro combustible distinto a la glucosa. Esto puede traducirse en vértigos, temblores
musculares, visión borrosa, desmayos y otras afecciones más serias. Por otro lado, una
hiperglucemia puede generar varios trastornos importantes. El aumento de la presión
osmótica en los sitios donde se acumula la glucosa produce deshidratación celular. El
aumento de glucosa rebasa sus posibilidades de retención renal, lo que se acompaña de
menor reabsorción de agua: vale decir, hay glucosuria (azúcar en la orina) y poliuria
(mucha orina). Esta misma situación produce polidipsia (sed intensa) y polifagia (aumento
del apetito) para contrarrestar la pérdida de glucosa en la orina.
Las glándulas endocrinas más involucradas en el control homeostático de la glucosa son el
páncreas endocrino y las glándulas suprarrenales. Ambas producen hormonas específicas
que actúan sobre un órgano blanco determinado e interactúan entre sí, regulando la cantidad
de glucosa en la sangre.
En este control se deben considerar tres grandes efectores: el tejido adiposo, los músculos y
el hígado. Estos van a funcionar interviniendo ya sea en el aumento o la disminución de la
glucosa sanguínea. De estos, el hígado debe ser considerado como un gran “amortiguador
de glucosa”, ya que en forma rápida actúa entregando glucosa o acumulándola cuando las
concentraciones de ella han aumentado en la sangre.

Páncreas
Recordemos que se trata de una glándula anficrina: es exocrina en su función digestiva,
secretando desde sus acinos numerosas enzimas al contenido duodenal. Paralelamente y a
partir de sus Islotes de Langerhans, el páncreas endocrino sintetiza y secreta hormonas de
origen proteico. Los Islotes de Langerhans están formados por cuatro tipos de células:
Células A o  (alfa): Constituyen el 25% de la glándula y secretan la hormona glucagón.
Células B o  (beta): Son el 60% de la glándula y secretan la hormona insulina.
Células D o  (delta): Representan sólo el 10% del total y secretan somatostatina.
Células PP o F: Secretan el polipéptido pancreático, que tendría efectos sobre la absorción
intestinal.
De estas hormonas secretadas, las tres primeras poseen función homeostática respecto a los
niveles de glucosa.

Insulina
Es un péptido formado por 51 aminoácidos. Una vez secretada, la insulina posee una vida
útil de sólo 10 a 15 minutos, ya que sobre ésta actúa la enzima insulinasa a nivel hepático y
renal. La función de la insulina puede resumirse como sigue:
Aumenta la permeabilidad de la membrana plasmática de las células blanco en forma
específica a la glucosa. Para ello se une a un receptor glucoproteico de membrana. Esta
unión determina la formación de canales específicos que favorecen el transporte de glucosa
hacia el interior de la célula.
Facilita la glucogénesis mediante la activación de la enzima glucógeno sintetasa.
Estimula la conversión de glucosa en ácidos grasos y en glicerol cuando la cantidad de
glucosa hepática es superior a la que el hígado puede almacenar como glucógeno. Los
ácidos grasos y el glicerol son transportados por la circulación hasta los adipocitos, donde
son almacenados como grasas neutras.
Induce el transporte activo de varios aminoácidos al interior de las células (valina, leucina,
isoleucina, tirosina, fenilalanina, entre otros). Esto promueve la síntesis de proteínas,
colaborando con otras hormonas como la TSH, T3 y T4. Considera que las últimas dos
acciones incrementan el consumo celular de glucosa en cuanto los combustibles
alternativos (grasas y aminoácidos) dejan de estar disponibles. En base a estos efectos, la
insulina es considerada una hormona hipoglicemiante. En coherencia con lo anterior, la
secreción de insulina se ve estimulada por:
Excesos de glucosa y aminoácidos como la arginina y lisina en la sangre.
Secreción de hormonas gastrointestinales como la secretina, gastrina, colecistocinina y
péptido gástrico inhibidor. La cadena de eventos es fácil de intuir: presencia de alimentos
en el tubo digestivo  liberación de hormonas gastrointestinales  secreción de insulina
como respuesta adelantada al incremento de glucosa vía absorción intestinal.

Somatostatina
Es una hormona lineal de 14 aminoácidos. También es secretada por el hipotálamo donde se
le estudia en cuanto a su función inhibidora de la hormona del crecimiento. De hecho, actúa
como factor inhibidor de varias hormonas: tiroxina, prolactina, insulina y glucagón,
especialmente. Se comprende la utilidad de un mecanismo que inhiba la insulina y
glucagón, dos hormonas que para autorregularse requieren aumentar progresivamente sus
niveles, antes de alcanzar el nivel normal de glicemia.
La somatostatina disminuye la motilidad del estómago, vesícula biliar, duodeno y, a nivel
intestinal, aumenta la secreción de enzimas y la absorción de nutrientes. La consecuencia
de todo esto es aumentar el tiempo durante el cual los nutrientes son susceptibles de ser
asimilados en la sangre. Su regulación se produce a través de las mismas vías que la
insulina, vale decir, los niveles elevados de glucosa, aminoácidos y glucagón.

Glucagón
Es un péptido de 29 aminoácidos. En síntesis, sus acciones son:
Estimula la glucogenólisis mediante la activación de la enzima fosforilasa, que rompe los
enlaces glucosídicos.
Estimula la gluconeogénesis mediante la activación de enzimas como la lipasa, que
convierte las grasas de los adipocitos en ácidos grasos aprovechables en las vías anabólicas
de la respiración celular.
Ambas acciones contribuyen a aumentar la glucosa plasmática, observándose un efecto
antagónico respecto a la insulina, vale decir, se trata de una hormona hiperglicemiante. La
secreción de glucagón es estimulada por factores como la disminución de la glicemia y de
los ácidos grasos, por elevadas concentraciones de aminoácidos, por el ayuno y el ejercicio
físico.
Tanto la insulina como el glucagón actúan en forma conjunta para la regulación de la
glicemia. Esto es realizado mediante retroalimentación negativa a nivel pancreático, sin
intervención del eje hipotálamo-hipófisis, regulador por excelencia de la mayor parte de las
hormonas endocrinas. Ambas hormonas son liberadas al sistema porta hepático. Esto es
importante de considerar, pues la vena porta se forma a partir de la circulación del intestino
delgado, la que llega posteriormente al páncreas y luego al hígado.
Debido a esto, al realizarse la absorción intestinal, la glucemia en el sistema porta se eleva.
Al llegar por sobre un 10% del valor normal se estimula la secreción de insulina,
aumentando su nivel en la sangre venosa pancreática, la que al llegar al hígado se une con
sus receptores específicos, estimulando por una parte el ingreso de glucosa por canales
especiales y por otra estimula el sistema 2º mensajero para estimular la síntesis de la
enzima glucógeno sintetasa. Debido a esto, en la vena hepática que se comunica con la
cava, se produce una hipoglicemia leve, produciéndose el letargo característico tras una
comida abundante.
Basta una disminución de la glicemia del 10% (por ejemplo de 100 a 90 mg/dl) para que se
active la retroalimentación negativa: la secreción de insulina es inhibida, estimulándose la
de glucagón y sus efectos ya descritos. Las secreciones de ambas hormonas están tan
finamente coordinadas que la glicemia se mantiene muy cerca de su nivel óptimo.
La estimulación simpática es un mecanismo externo de regulación. Las células A y B
poseen receptores -adrenérgicos, vale decir, pueden ser afectadas por la hormona
adrenalina (secretada por control nervioso desde la médula suprarrenal), inhibiéndose la
secreción de glucagón y estimulando la se insulina.

Glándulas suprarrenales:
Las dos porciones funcionales que poseen estas glándulas, corteza y médula, secretan
hormonas relacionadas con el control de la glicemia. En la zona fascicular de la corteza se
producen los glucocorticoides y en la médula, de la adrenalina.

Glucocorticoides
Corresponden a un grupo de hormonas esteroidales conformadas por cortisol y
corticosterona, de las cuáles la más importante es la primera, por representar el 95% del
total de glucocorticoides secretados. Si bien aquí estudiamos su efecto sobre la glucosa,
cabe recordar que estas hormonas poseen otras funciones.
Su acción sobre la glicemia consiste en estimular la gluconeogénesis. Esto adquiere
importancia durante períodos prolongados de ayuno, donde las reservas de glucógeno se
han agotado. Para lograr la gluconeogénesis, los glucocorticoides tienen un efecto
catabólico sobre las proteínas, provocando la desaminación de estas y movilizan glicerol y
ácidos grasos de los depósitos de lípidos.
La secreción de glucocorticoides es regulada por el sistema hipotálamo-hipófisis, a través
de la adrenocorticotrofina (ACTH), mediante retroalimentación negativa de la
[corticosterona] sobre el hipotálamo. Al estar sometido a estrés, el hipotálamo es
estimulado por vía nerviosa debido a la acción de la corteza cerebral.

Adrenalina
Representa el 80% de la secreción de la médula adrenal y se origina por adición de un
grupo metilo a la noradrenalina (que representa el otro 20% de la secreción). Esta
transformación se ve favorecida por una alta concentración de glucocorticoides.
De la misma forma que el glucagón, la adrenalina ocasiona glucogenólisis, permitiendo una
vía rápida de obtención de glucosa tras romper los enlaces glucosídicos vía fosforilasas.
Tiene, por tanto, efecto hiperglicemiante.
Si bien los niveles de adrenalina se regulan mediante retroalimentación negativa, ante
situaciones de estrés, hipoxia (falta de oxígeno disuelto en la sangre) o hipoglicemia, es
activado el control nervioso simpático: el hipotálamo estimula por vía nerviosa a la médula
suprarrenal a través de fibras simpáticas para que produzca adrenalina, la cual actúa a nivel
hepático y muscular, desdoblando el glucógeno en glucosa. Junto al aumento en la
glicemia, la adrenalina genera un aumento de la presión arterial y del flujo de sangre a los
músculos, aumento del metabolismo celular, de la fuerza muscular y de la velocidad de
coagulación sanguínea.

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