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PLANEACION ANUAL EDUCACION FISICA

JARDIN INFANTIL BIBERONES


BUCARAMANGA
2.011
JUSTIFICACION

En el Nivel de Educación Inicial, la cátedra de Educación Física, debe


responder al desarrollo armonioso de las formas corporales evitando
la repetición de movimientos monótonos para convertirse en una
fuente de alegría y un factor decisivo en el desarrollo de destrezas
corporales gruesas – emocionales y psicológicas. Se considera
contraproducente en la etapa preescolar la exigencia de ciertas
características como fuerza y resistencia, las cuales son
imprescindibles en competencias deportivas; por el contrario, se
requiere mediante actividades de juego, la exploración de los
movimientos que cada niño pueda realizar y progresivamente
conseguir tono y muscular - amplitud articular – seguimiento de
marcha a través de patrones lineales, curvos, zigzag, entre otros –
coordinación – agilidad, fuerza y resistencia de acuerdo al nivel de
complejidad. No se recomienda el trabajo localizado ni las
exageraciones en la intensidad del esfuerzo.

Para Gabriel Molnar (1999) “La Educación Física, es la ciencia de la


educación que educa al hombre a través del movimiento, desde y en
lo psicomotor, hacia lo cognitivo – socio afectivo en función al diseño
de hombre al cual tiende y al cual va construyendo. En esta área, es
de relevancia central la necesidad del respeto fiel del principio de
individualidad, la selección de medios y métodos sobre bases
científica, junto con el control pedagógico del proceso”.

Atendiendo a está fundamentación teórica, la propuesta pedagógica


para el abordaje de la Educación Física, debe ajustarse a los
siguientes criterios:

 La propuesta curricular del Nivel de Educación Inicial se plantea un


aprendizaje holístico, lo cual hace necesario asumir estrategias
pedagógicas para la E.F, desde un enfoque integrador. Esto implica
la participación de un adulto conocedor del desarrollo del niño, del
enfoque curricular, de estrategias acordes a la edad de los niños y
una actitud personal flexible, abierta, afectiva y de respeto a la
individualidad.

 El adulto debe diseñar sus estrategias tomando en cuenta las


diferencias individuales, los intereses, potencialidades y
aprendizajes de los niños.

 Para propiciar un buen Desarrollo Psicomotor y Físico en el niño, el


docente debe planear actividades para el período de Actividades
Colectivas de Expresión Corporal, Música, Psicomotricidad,
Educación Física, Juegos y Folklore. Lili: revisar si en este sentido
los docentes de artes – música tienen un currículo que
transversalice el proceso o no? La idea sería realizarlo y que los
docentes y terapeutas sepamos hacia dónde va cada proceso.

 El espacio físico donde se desarrollen las actividades debe ser


amplio, ventilado, seguro, con las condiciones de bioseguridad
requeridas según el ministerio de salud..

 Los recursos se deben ajustar a las características del desarrollo de


los alumnos.

 En las actividades de Educación Física se le dará oportunidad al


niño y la niña para crear y proponer juegos, ejercicios, acciones y
representaciones inherentes a su interés (aspecto que
generalmente no se tiene en cuenta y que se debe analizar, a
veces esperamos que los niños mantengan la misma postura, la
misma posición y ellos cuando salen al aire libre quieren eso:
libertad…. Este aspecto es de analizar también.

 Es importante que el adulto respete la individualidad, creatividad,


potencialidad y limitaciones de cada niño o niña, orientando su
trabajo de manera grupal sin descuidar la diversidad aquí ya
hablamos de inclusión educativa, todos deben participar de las
clases haciendo las respectivas adaptaciones….

 Es necesario tener en consideración la resistencia y atención del


niño y la niña de acuerdo a la edad, razón por la cual las
actividades de Educación Física no deben extenderse por más de
30 minutos, para evitar cansancio físico extremo.esto depende de
los recursos que se tengan a mano, es decir si empleamos la media
hora para solo saltar o correr probablemente el niño se fatigue,
pero si corren y a la vez lanzan globos de agua su interés
aumentará.

 Las estrategias para potenciar el desarrollo psicomotor y físico del


niño, deben partir de un esquema flexible, en el cual se alternen el
desgaste de energía con la fase de relajamiento o reposo. Ojo esto
no se realiza, aquí podemos incluir ejercicios respiratorios como
reconocimiento del propio cuerpo durante al menos 5 minutos,
ejercicios de tacto y contacto que se le orientarán al profe y se
pueden emplear los libros que lili fotocopió de jazz.

 Al realizar actividades de Educación Física es importante considerar


las áreas de desarrollo en forma integral: Psicomotor, Lenguaje,
Desarrollo del Pensamiento, Social, Emocional y Moral, llevando al
desarrollo de la multidisciplinariedad.

Para llevar un proceso sistemático de evaluación del aprendizaje y


desarrollo del niño, es importante que el adulto realice registros; el
mismo permitirá conocer de manera objetiva los niveles de
aprendizaje y de esta manera planear estrategias acordes con las
características e intereses de los niños y a la vez propiciar un estado
de salud física y mental acorde a su edad.

Actitudes individuales

El movimiento comunica al alumno, le transmite o le hace sentir


estímulos que lo llevan a manifestar a adoptar una actitud de
aceptación o rechazo al movimiento y generalizando, hacia misma
actividad física.

La opinión que los directores de las escuelas, los padres y los medios
de comunicación tienen de la educación física, influye de manera
positiva o negativa sobre el carácter y temperamento de los alumnos.

Las manifestaciones lúdicas tradicionales se logran al manipular los


implementos como machetes, bastones, sombreros, rebozos
banderas; incluso con los respectivos bailes y danzas, se rescatan
valores de nuestros ancestros y con ello el alumno manifiesta
actitudes.

La formación de actitudes y valores se logra cuando el alumno


participa de manera individual o por equipos en concursos o torneos
de juegos tradicionales, regionales y nacionales.
La iniciación de la reglas de juegos establecidas de común acuerdo,
respeto a los derechos de terceros en la práctica del juego, respeto a
las normas impuestas por decisión social o costumbre, respeto a las
reglas elementales de la practica deportiva, aceptación y respeto a
las reglas y reglamentos de los deportes escolares, son algunos
aspectos que deberán ser considerados.

Tenga presente que la elección de las actividades para la estimulación


de las capacidades física tienen influencia no solo en la condición
física del alumno, sino también sobre su personalidad.

Actitudes sociales

Este término se refiere a la manifestación de actitudes y valores que


se establecen entre dos o más integrantes de un equipo y grupo
social, según la sociedad y la cultura.

Muchas actitudes se manifiestan al participar en la elaboración de los


implementos que se construyen para juegos tradicionales como los
papalotes, los zancos, el balero, el trompo durante su tiempo libre. En
clase se rescatan los valores regionales, nacionales e incluso
olímpicos; cuando se informa sobre ellos y cuando se transmite la
ejecución de movimientos antiguos y modernos.
Es necesario que el alumno juegue y sienta la responsabilidad de ser
capitán o portero, que intente dar una clase de educación física como
monitor para ejercitar los valores de respeto, orden, seguridad,
disciplina, etc.

El ejercicio en grupo, los juegos, los ejercicios con el método de


circuito y las competencias, forman el compañerismo, respeto, los
valores, la moral y la identidad.

LILI ESTE APARTE QUE VIENE AQUÍ EN ROJO TODO ES COMO DE


INTERNET ASI QUE DEBE MODIFICARSE UN POCO O SI NO COLOCARLO
COMO APOYO TEORICO, MAÑANA EN LA MAÑANA LO ARREGLO.
APRENDIZAJES SIGNIFICATIVOS.
Para que esto se lleve a cabo, el material de aprendizaje presentado por el
educador debe ser potencialmente significativo, tanto desde el punto de vista
de la estructura lógica de la disciplina o área que se esté trabajando, como
desde el punto de vista de la estructura psicológica del niño o la niña.
Suscitando el conflicto cognitivo que provoque en el niño o la niña la
necesidad de modificar los esquemas mentales con los que se representaba el
mundo y proporcionándole al niño o la niña una nueva información que le
ayude a reequilibrar esos esquemas mentales que el educador,
intencionadamente, ha tratado de romper.
La intervención educativa debe tener como objetivo prioritario el
posibilitar que los niños o las niñas realicen aprendizajes significativos por
sí solos. Es decir, cultivar constructivamente su memoria comprensiva, ya
que cuanto más rica sea la estructura cognitiva en donde se almacena la
información, más fácil le será realizar aprendizajes por sí solos. Es, en el
fondo, el llegar a lograr que los niños o las niñas aprendan a aprender.
Por otra parte la intervención educativa es un proceso de interactividad,
educadores-educando o educandos entre sí. Tenemos que distinguir entre
aquello que el niño o la niña es capaz de hacer y lo que es capaz de aprender
con la ayuda de otras personas. La zona que se configura entre estos dos
niveles, delimita el margen de incidencia de la acción educativa. El educador
debe de intervenir precisamente en aquellas actividades que un niño o la niña
todavía no es capaz de realizar por sí mismo, pero que puede llegar a
solucionar si recibe la ayuda pedagógica conveniente.
El aprendizaje significativo supone una intensa actividad por parte del niño o
la niña, para establecer relaciones ricas entre el nuevo contenido y los
esquemas de conocimientos ya existentes.

ENFOQUE GLOBALIZADOR.

La globalización está basada en el carácter sincrético de la percepción


infantil, por lo cual el niño y la niña, al percibir la realidad, no la capta
analíticamente sino por totalidades.
Pero podemos encontrar los fundamentos de la globalización también en la
Sociología, ya que el medio social no ofrece fragmentos de la vida sino ésta
en su totalidad. Lo cual implica una organización didáctica basada sobre las
relaciones y no sobre elementos aislados, puesto que hay que preparar al
niño y la niña por y para la vida.
La globalización es algo puramente didáctico para el educador. Consiste en
organizar el conocimiento atendiendo al interés del niño o la niña y a su
desarrollo psicológico, preparándolo para que sea capaz de afrontar
situaciones futuras. Es decir, no se trata de adquirir habilidades por separado,
desconectadas entre sí, sino «conjuntos de capacidades».
Tenemos que conseguir una educación positiva que prepare para la vida en
lugar de disociarse de ella. No se trata de proporcionar al niño y la niña
conocimientos aislados, desconectados de la vida, sino todo lo contrario:
capacitarle para desenvolverse en ella de modo creativo y personal.
El aprendizaje no se produce por la suma o acumulación de conocimiento,
sino estableciendo relaciones entre lo nuevo y lo ya sabido, experimentado o
vivido. Es pues, un proceso global de acercamiento del individuo a la realidad
que quiere conocer y que será más positivo cuanto que permita que las
relaciones que se establezcan y los significados que se construyan sean
amplios y diversificados. Adoptar un enfoque globalizador, que priorice la
detección y resolución de problemas interesantes para los niños y las niñas,
contribuye a poner en marcha un proceso activo de construcción de
significados que parta necesariamente de la motivación y de la implicación de
los pequeños.
La globalización intenta dar al niño y a la niña la materia del modo más
parecido posible a cómo lo encuentra en la vida misma, es decir, en su
totalidad.
La globalización exige como condición esencial la participación activa del
niño o la niña y una determinación clara de objetivos para no dejar la
educación convertida en algo anárquico, que puede dejar muchas lagunas.
Los objetivos educativos hemos globalizarlos en «unidades didácticas, centros
motivadores, temas de interés, etc., que no solo presenten un carácter
instructivo, sino también psicológico y social. Se trata de ordenar sobre un eje
un conjunto de nociones, actividades y ejercicios que deben ser aprendidos y
realizados en torno a un tema significativo e interesante para el niño y la
niña, en cuya realización se debe poner en juego todos los poderes y
facultades del niño y la niña.

En definitiva tratamos de buscar las conductas que más les interesan al niño y
la niña en la edad concreta en que se encuentra, para encauzar su actividad,
convirtiendo esas capacidades en centros de aprendizaje.
En el desarrollo de los programas, debemos hacer especial hincapié en la
construcción de ambientes y de situaciones donde los diversos juegos y
situaciones traten varias áreas a la vez. Debemos huir todo lo posible de
la compartimentación de materias.

ACTIVIDADES, EXPERIENCIAS Y PROCEDIMIENTOS.

El papel del educador en la Educación Infantil no consiste en transmitir


contenidos al niño o la niña para que éste los aprenda como fruto de esa
transmisión, sino en facilitar la realización de actividades y experiencias que,
conectando al máximo con las necesidades, intereses y motivaciones de los
niños y las niñas, les ayuden a aprender y desarrollarse.
El educador debe asegurar que la actividad del niño o la niña sea una de
las fuentes principales de sus aprendizajes y su desarrollo, teniendo un
carácter realmente constructivo en la medida en que es a través de la acción
y la experimentación cómo el niño y la niña, por un lado, expresa sus
intereses y motivaciones y, por otro, descubre propiedades de los objetos,
relaciones, etc. Es de todo conocido que la forma de actividad esencial de un
niño y la niña sana consiste en el juego. Jugando, el niño o la niña toman
conciencia de lo real, se implica en la acción, elabora su razonamiento, su
juicio.
Pocas veces, como ocurre con los juegos, se cumplen tan cabalmente las
condiciones exigidas por la verdadera actividad didáctica. Se ha definido el
juego como «proceso sugestivo y substitutivo de adaptación y dominio», y
de ahí su valor como instrumento de aprendizaje, puesto que aprender es
enfrentarse con las situaciones, dominándolas o adaptándose a ellas. El juego
tiene, además un valor «substitutivo», pues durante la primera y segunda
infancia es tránsito de situaciones adultas: por ejemplo, al jugar a las tiendas,
a las muñecas, etc.
Marginar el juego es privar a la educación de uno de sus instrumentos más
eficaces; así lo han entendido Manjun, Föebel, Montessori, Decroly,
creadores de un importantísimo material lúdico destinado, sobre todo, a
estas edades. Esto no quiere decir, naturalmente, que las demás edades
deban quedar excluidas del juego; lo que ocurre es que éste cambia al
compás de la madurez general del sujeto y de la evolución de los intereses
infantiles.
El juego es, en definitiva, una actividad total; por ello, hacer en la Centro
de Educación Infantil una distinción entre juego y trabajo, entendiendo
por éste una actividad seria y por aquél una actividad informal o un puro
pasatiempo, están fuera de lugar; y es que nada hay más serio para el niño
que el juego. A él debe, en buena parte, el desarrollo de sus facultades. El
juego es un recurso creador, tanto en el sentido físico (desarrollo sensorial,
motórico, muscular, coordinación psicomotriz), cuanto en el mental, porque
el niño pone a contribución durante su desarrollo todo el ingenio e inventiva
que posee, la originalidad, la capacidad intelectiva e imaginación. Tiene,
además un claro valor social, puesto que contribuye a la formación de hábitos
de cooperación y ayuda, de enfrentamiento con situaciones vitales y, por
tanto, a un conocimiento más realista del mundo. Por otra parte es un medio
de expresión afectivo-evolutiva, lo que hace de él una técnica proyectiva de
gran utilidad al psicólogo y educador, sobre todo a la hora de conocer los
problemas que afectan al niño.
Dado que la forma de actividad esencial de un niño es el juego, emplearemos
éste como recurso metodológico básico, incorporándolo como base de la
motivación para los aprendizajes y como forma de favorecer aprendizajes
significativos
El juego proporciona el contexto apropiado en el que se puede satisfacer las
necesidades educativas básicas del aprendizaje infantil. Puede y debe
considerarse como instrumento mediador dada una serie de condiciones que
facilitan el aprendizaje:
Su carácter motivador estimula al niño o niña y facilita su participación en
las actividades que a priori pueden resultarle poco atractivas, convirtiéndose
en la alternativa para aquellas actividades poco estimulantes o rutinarias.
A través del juego descubre el valor del "otro" por oposición a sí mismo, e
interioriza actitudes, valores y normas que contribuyen a su desarrollo
afectivo-social y a la consecución del proceso socializador que inicia.
La actividad lúdica permite el ensayo en una situación en la que el fallo no se
considera frustrante.
En este punto podemos establecer una primera hipótesis:
LA INFLUENCIA PEDAGOGICA - COTIDIANA SISTEMATICA, EJERCIDA
FUNDAMENTALMENTE A PARTIR DE SU DEMOSTRACION POR EL ADULTO DE
LOS MODOS DE ACCION Y DE RELACION LUDICRA, Y CON LA PARTICIPACION
ACTIVA DEL NIÑO, PUEDEN LOGRARSE A FINALES DE LA INFANCIA
TEMPRANA LAS PRIMERAS MANIFESTACIONES DE TODOS LOS ELEMENTOS
QUE INTEGRAN LA ESTRUCTURA DEL JUEGO DE ROLES.

ESTE TAMBIEN…..AQUI SUGIERO COLOCAR UN CUADRO SENCILLO DE


HABILIDADES MOTORAS GRUESAS PARA QUE SEA MAS FACIL DE ENTENDER
POR LOS DOCENTES.

BASES METODOLÓGICAS DE LA ACTIVIDAD PSICOMOTRIZ EN LA INFANCIA PREESCOLAR

Caracterización del desarrollo psicomotor de los 2 a los 6 años de edad


Para poder dirigir el sistema de influencias educativas que obtenga un desarrollo psicomotor en
este período, es preciso saber qué logros han de alcanzarse para, a partir de esa caracterización,
organizar apropiadamente la intervención educativa.

Entre los 2 y 3 años, el niño y la niña alternan frecuentemente el caminar con la carrera,
realizando esta última con mayor fase de vuelo; también caminan por encima de muros a pequeña
altura, aunque en la mayoría de los casos no lo hacen de forma continua. Lanzan y ruedan una
pelota pequeña con una y dos manos, no solo hacia delante y hacia arriba, sino también hacia los
objetos colocados a poca distancia, pero aún sin orientación. Realizan el gateo por el suelo, en
cuatro puntos de apoyo (pies y manos) y esta se ejecuta en una sola dirección. Asimismo, gatean
por encima de tablas inclinadas y bancos a pequeña altura. Este desplazamiento lo realizan de
forma continua.

Suben la escalera inclinada colocando un pie y la mano del mismo lado, continúan con la
colocación del otro pie y la mano correspondiente, pero sin continuidad en el movimiento. Saltan
con ambas piernas y con mayor despegue de los pies del suelo, incluso saltan por arriba de
pequeños objetos colocados en el suelo, ejecutándolo solamente en una dirección.

Se desplazan, reptando por el suelo, cuando se les coloca una tabla a poca altura, que les
facilita pasar por debajo de ella llevando los dos brazos al frente. A partir del apoyo de los brazos,
empujan su cuerpo hacia delante, arrastrándolo por el suelo. Suben y bajan trepando obstáculos a
poca altura, sin apoyarse con todo el cuerpo, solo con los brazos y las piernas.

En el período de 3 a 4 años, ya se trasladan caminando, corriendo y saltando en diferentes


direcciones. El desarrollo de la orientación espacial mayormente lo demuestran al lanzar de
diferentes formas y hacia diferentes puntos de referencia. En esta edad, ya comienzan a atrapar
con las dos manos la pelota que se les le lanza rodando; también hacen intentos de capturar la
pelota que les lanzan a corta distancia, y lo realizan con la ayuda de todo el pecho. La acción de
rodar la pelota se ejecuta en este grupo con mejor dirección no solo por el suelo, sino también por
encima de bancos. Los lanzamientos se realizan con mayor variedad e inician el golpeo de la
pelota con un pie.

En este período etario, la carrera la realizan combinadamente: corren y caminan, corren y


golpean o lanzan objetos; y además, cambian la dirección al bordear objetos colocados en el
suelo, si estos se encuentran separados unos de otros. Además de subir y bajar la escalera con
mejor coordinación y continuidad en los movimientos, comienzan a realizar la trepa a un plano
vertical. Esta trepa la ejecutan con el cambio de agarre de las manos, sin lograr todavía el
desplazamiento de las piernas.

La reptación se realiza con movimientos alternos de brazos y piernas, pero aún sin buena
coordinación, y también por bancos, de los que se sostienen por sus bordes y con una ligera flexión
de los brazos desplazan todo el cuerpo, arrastrándose por ellos. Gatean en cuatro puntos de apoyo
(pies y manos) por arriba de bancos y muros, pero sin un movimiento continuo, por lo que se
ejecuta descoordinadamente. Cuando realizan esta acción por las tablas inclinadas, recurren al
movimiento antecesor de gateo.

Caminan por tablas en el suelo no solo hacia delante, sino también hacia atrás y por arriba de
bancos y muros; al final de estos saltan hacia abajo. La mayoría de los niños, cuando saltan de
esta forma, caen con poca estabilidad y se observan las piernas extendidas en la caída. También
saltan del suelo para caer sobre un obstáculo a pequeña altura (tapa del cajón sueco infantil) y,
aunque sin una carrera de impulso, pasan saltando objetos a poca altura del suelo.

En el grupo etario de 4 a 5 años, se manifiesta la carrera con aumento en la fase de vuelo,


mejor ritmo y coordinación, manteniéndose una mayor distancia. La ejecutan, además de
bordeando objetos, con cambios en la dirección (al frente, atrás, derecha e izquierda) y
combinada con otros movimientos como lanzar y golpear.

Utilizan el espacio y se orientan mejor en él, ejecutando todos los desplazamientos en el suelo,
en diferentes direcciones, y por arriba de obstáculos. En este caso, se destaca el salto abriendo y
cerrando las piernas, lateralmente, pasando cuerdas a pequeñas alturas y saltos desde obstáculos
a pequeña altura, cayendo con semiflexión de las piernas.

Trepan por la barra vertical haciendo el desplazamiento de brazos y piernas, pero aún este
movimiento es descoordinado. En este grupo de edad, hay grandes avances en el escalamiento con
relación al grupo anterior, pues suben la escalera con movimientos alternos de brazos y piernas en
un movimiento continuo con buena coordinación. Reptan por el suelo y también por bancos,
llevando un brazo al frente y la pierna correspondiente de forma alterna pero sin coordinación, ya
que el movimiento se realiza con pausas. La posición a gatas la ejecutan en cuatro puntos de
apoyo por encima de bancos y tablas, con movimientos continuos de forma coordinada.

Lanzan objetos combinadamente, pero para la captura necesitan la ayuda de todo el cuerpo
cuando les lanzan la pelota de aire. Ruedan la pelota por bancos y lanzan con las dos manos desde
el pecho hacia diferentes lugares, libremente, sin dirigirla a un punto de referencia, y combinan la
acción de lanzar y golpear objetos con la carrera, como ya se comentó al inicio de esta edad.

Caminan por tablas y muros estrechos no solo hacia delante, sino también lateralmente,
demostrando mayor estabilidad corporal. También se desplazan hacia atrás cuando caminan por
tablas colocadas en el suelo, manifestándose en esta acción motriz una mayor orientación
espacial. El desarrollo de las acciones psicomotrices en los niños entre los 5 y 6 años se
corresponde con la edad anterior, observándose como diferencia fundamental la ejecución de las
acciones con mayor calidad. En este grupo de edad, se manifiesta una gran explosión en el
desarrollo de las capacidades motrices: lanzan más lejos, corren más rápido y demuestran mayor
coordinación, equilibrio y orientación dentro de otras capacidades coordinativas en la ejecución
de los movimientos. Estas capacidades se manifiestan al saltar con un pie, lateralmente y hacia
atrás; al caminar por muros de diferentes formas, manteniendo el equilibrio; al trepar y escalar
mayor distancia y con buena coordinación.

Son capaces de combinar acciones más complejas como lanzar, rebotar y capturar la pelota que
les lanzan. Esta captura la realizan con ambas manos sin requerir la ayuda del pecho como en el
grupo anterior. Son aptos para percibir el espacio al saltar una cuerda o lanzar una pelota.
También regulan sus movimientos al lanzar hacia un objeto y correr para pasar saltando un
obstáculo a pequeña altura. Realizan el salto de longitud, cayendo con semiflexión de las piernas y
buena estabilidad. Saltan con un pie y con los dos, dan saltillos laterales y hacia atrás. Realizan la
reptación con movimientos coordinados de brazos y piernas no solo por el suelo, sino también por
arriba de bancos. Los movimientos refinados de los dedos de las manos y pies se observan entre los
4 y 6 años.

Según lo anterior, a partir de los 4 años las acciones motrices gruesas con participación de la
motricidad fina (manos, dedos y pies) alcanzan mayor desarrollo (coordinación ojo-mano y ojo-pie)
al lanzar, golpear, rodar y conducir la pelota, y más tarde, entre los 5 y 6 años, en la captura de la
pelota.

Como se ha podido apreciar, la conducta psicomotriz infantil varía significativamente entre los
2 y los 6 años, siendo cada vez más compleja. La evolución del desarrollo desde el nacimiento
hasta los 6 años refleja una progresión de las estructuras neuromusculares, que hacen posible los
movimientos del ser humano. El conocimiento de cómo ocurren los procesos evolutivos constituye,
además de lo expresado al inicio, un instrumento necesario para evaluar la conducta humana de
una forma efectiva.

La caracterización psicomotriz, cuya síntesis fue descrita anteriormente, facilitó conocer los
logros del desarrollo que alcanzan los niños en cada año de vida, desde los 2 a los 6 años. Estos
logros constituyen indicadores para valorar su desarrollo cuando finaliza cada grupo de edad.

LA PSICOMOTRICIDAD EN LA PRIMERA INFANCIA


BASES METODOLÓGICAS DE LA ACTIVIDAD PSICOMOTRIZ EN LA INFANCIA PREESCOLAR
Para el desarrollo de la psicomotricidad se trabajan actividades tales como el conocimiento del
cuerpo o identidad corporal, el desarrollo motor en lo que respecta a la motricidad gruesa y fina,
y el desarrollo de las sensaciones y las percepciones. La práctica psicomotriz educativa tiene como
objetivo «favorecer un tiempo, un espacio, y unos materiales donde el niño y la niña puedan
vivenciar, expresar y elaborar su totalidad corporal, para reafirmar su yo y para abrirse a la
comunicación, a la creatividad y a la capacidad de representar y operar». De acuerdo con esto, la
programación exige cierto rigor científico con relación a la dimensión educativa, los espacios, los
tiempos, las rutinas, el currículo, y las relaciones con el ambiente externo, partiendo de la
historia y la biografía de los niños. De ahí que sea necesario adoptar modelos didácticos flexibles y
en sintonía con las necesidades concretas de la niñez y con el contexto social. Ello implica
articular la programación desde una dimensión educativa, donde el equipo educativo fija los
objetivos, los contenidos, los procedimientos y, desde una dimensión didáctica, la actividad
didáctica de cada uno de los contenidos. Como estrategia educativa más importante en esta
etapa, está el juego, pues este es la condición que los pequeños utilizan para construir sus propios
modelos de conocimiento. Constituye el terreno fértil para el cultivo de los procesos cognitivos,
estéticos, ético-sociales, y existenciales de la infancia. Dentro de todo esto, el conocimiento de la
imagen corporal y la percepción corporal están relacionados con el proceso propioceptivo, la
sensorio motricidad, el conocimiento y control progresivo del cuerpo y sus funciones. En
definitiva, y considerado desde el movimiento perceptivo, estaría en relación con el
funcionamiento del sentido cenestésico. En edades superiores, la imagen corporal puede quedar
influenciada por los efectos de aceptación e integración social. Una parte importante que los
educandos perciben en la acción motriz son sus manos. Desde ellas, desarrolla un proceso de
conocimiento y control perceptual. Las manos permiten desarrollar la inteligencia, y la
inteligencia, a su vez, permite desarrollar la función de las manos. Es la zona del cuerpo que
dispone de mejores terminaciones táctiles y de unidades perceptivas cenestésicas. Las manos
constituyen un instrumento básico para el contacto consigo mismo, con las cosas, para explorar,
modificar y crear; en sí mismas contienen un importante universo de sensaciones. Pero de la
misma manera que por la motricidad manual, los niños perciben esa parte de su cuerpo por la
motricidad global, que descubre y controla otras partes y funciones. Entonces, se hace
indispensable responder cómo ellos desarrollan su imagen y percepción corporal. La respuesta
estará centrada sobre la estimulación que la actividad física produce sobre sus receptores
cenestésicos: desde la relajación hasta la tensión, desde la actitud postural hasta la acción de
movimiento. Esta estimulación de los receptores cenestésicos debe llegar al área perceptiva
motriz del cerebro y transmitir las percepciones al área de asociación. Cuando esta función se
activa por el movimiento, se está desarrollando el esquema corporal, la lateralidad, la relajación y
el control postural, el equilibrio, la percepción del espacio interno, fundamental para el dominio
del espacio externo. En definitiva, es la imagen y percepción corporal la que se elabora a partir de
las sensaciones motrices.
PLANEACION EDUCACION FISICA

TRANSICION.
Las edades de 5 a 6 años constituyen el grupo Terminal de la etapa
preescolar. La continuidad del proceso de la actividad motriz iniciado
desde el primer año de vida hasta este grupo de edad, debe
garantizar que los pequeños adquieran las vivencias y conocimientos
elementales que los preparen para la Escuela y para la vida.
Lo anterior significa que la preparación del niño(a) no debe centrarse
en los grupos finales del preescolar o sea en la etapa anterior a la
vida escolar, sino desde los primeros años, pues las influencias
educativas que se ejercen en cada grupo de edad por las que va
transitando el pequeño, tanto en las instituciones infantiles como en
el seno del hogar, potencian su desarrollo en todas las esferas:
motriz, cognitiva y afectiva. Las vivencias que el niño(a) adquiere en
cada uno de los grupos etáreos, posibilitan la adquisición de
conocimientos y habilidades que son básicos para los años que
continúan.
La etapa preescolar es un periodo sensitivo para el aprendizaje y en
la misma se forman los rasgos del carácter que determinan la
personalidad del individuo. Las experiencias cognitivas y motrices de
que se apropia el niño(a) en estas edades, si además están
acompañadas por la afectividad que este necesita: cariño, buen trato,
atención etc., garantizan el desarrollo armónico e integral como
máxima aspiración de la educación.
Los niños y las niñas entre los 5 y 6 años dominan todos los tipos de
acciones motrices, por tal motivo tratan de realizar cualquier tarea
motriz sin considerar sus posibilidades reales: trepan obstáculos a
mayor altura, se deslizan por pendientes elevadas, les gusta
mantenerse en equilibrio pasando por superficies altas y estrechas,
saltan desde alturas, etc.
Comienzan a diferenciar los más diversos tipos de movimientos, a
combinar unas acciones con otras: correr y saltar un obstáculo, correr
y golpear pelotas, conducir objetos por diferentes planos, lanzar y
atrapar objetos, etc. Demuestran gran interés por los resultados de
sus acciones y se observa un marcado deseo de realizarlas
correctamente, aunque no es objetivo de la enseñanza en esta edad
que los resultados se logren de forma inmediata y mucho menos que
siempre alcancen el éxito, pues los logros se van obteniendo en la
medida que el niño(a) se adapta a las nuevas situaciones motrices y
va adquiriendo la experiencia motriz necesaria para ir regulando sus
movimientos.
La riqueza de movimiento que poseen los pequeños en este grupo de
edad no solo se basa en el aumento de la complejidad y dificultad de
las habilidades motrices básicas logradas en la edad anterior (4 a 5
años), sino también en el interés por la realización de actividades que
pudieran estar más vinculadas a habilidades pre-deportivas
relacionadas con el Ciclismo, Patinaje, Natación, Actividades en la
naturaleza como: caminatas largas y de orientación, juegos,
campamentos, etc.
Son capaces de apreciar lo bello de la naturaleza, mostrando
sensibilidad a los animales, flores, paisajes, cambios naturales: la
lluvia, puesta del sol, el arco iris, y muestran gran emoción ante
estos. Una de las particularidades del sistema nervioso que se
destaca en los niños y niñas de estas edades es la gran
emocionalidad que demuestran ante cualquier tipo de
acontecimiento, manifestando reacciones que en ocasiones pueden
sorprender a los adultos, pues se ríen sin control, realizan expresiones
corporales exageradas, dentro de otras.
Aprecian las variaciones de la forma, el color, el tamaño de los
objetos y establecen nociones de contrastes elementales como: alto-
bajo, grande-chico, largo- corto, ancho-estrecho, dentro de otros y
estas nociones las aplican a las acciones motrices. Ejemplo: Caminan
con pasos largos y cortos, saltan lento y rápido, lanzan lejos y cerca,
caminan delante o detrás del amiguito.
Participan activamente en las actividades en grupos, de carácter
social y también en las del seno familiar y les gusta ser elogiado y
que reconozcan sus actuaciones. El niño(a) de 5 a 6 años es muy
independiente, capaz de vestirse solo, realizar sencillas encomiendas
laborales como: sembrar semillas y plantas, regarlas, recoger y
ordenar objetos y también organizan juegos más complejos, tanto de
roles como motrices, imitando en estos las actividades de los adultos:
hacen de chofer, piloto de avión, enfermera, constructor y estos roles
se acompañan de un argumento que se mantiene durante un largo
tiempo mientras están motivados y concentrados en su juego.
Los ámbitos que trabaja y desarrolla la motricidad (esquema corporal,
orientación espacio-temporal, lateralidad, y otros) adquieren para el
preescolar de 5 a 6 años un significado mayor gracias al desarrollo
cognoscitivo alcanzado, ejemplo: en el concepto de la lateralidad son
capaces de orientarse a la derecha y a la izquierda, no solo con
relación a su propio cuerpo sino también con el de otros niños y con
los de objetos a distancia, que con una simple indicación del adulto,
son capaces de discriminar su ubicación. También establecen una
mejor relación espacio-temporal, pues se desplazan hacia diferentes
direcciones y al mismo tiempo varían el ritmo del desplazamiento
realizándolo lento o rápido.
Las capacidades coordinativas se manifiestan al saltar, caminar y
correr combinadamente: lateralmente, hacia atrás, hacía arriba,
abajo. Mantienen muy bien el equilibrio al caminar por vigas y muros
de diferentes formas. También trepan y escalan una mayor distancia y
con buena coordinación.
Son capaces de combinar acciones más complejas como lanzar,
rebotar y atrapar la pelota, rodar aros por el piso y pequeñas pelotas
por planos estrechos. El atrape de la pelota lo realizan con ambas
manos sin requerir el apoyo del pecho como sucedía en el grupo de
edad anterior.

Son capaces de percibir el espacio al saltar una cuerda o lanzar una


pelota. También regulan sus movimientos al lanzar a un objeto a
distancia y les gusta correr para pasar saltando un obstáculo a
pequeña altura. Realizan saltos de longitud cayendo con semiflexión
de las piernas y buena estabilidad.
Saltan con un pie y con los dos y ejecutan saltillos laterales y hacia
atrás. Realizan la reptación (arrastrarse) con movimientos
coordinados de brazos y piernas no sólo por el piso, sino también por
arriba de bancos.

DESCRIPCIÓN DE LAS COMPETENCIAS

Para este grado corresponde el primer nivel de competencia, el cual


corresponde al reconocimiento e identificación de los distintos
elementos y objetos propios de cada sistema de significación, que son
el inicio para un desarrollo. Está relacionado con vivencias,
identificación y exploración de las actividades corporales y lúdicas.
Son los referidos al conocimiento, desarrollo, dominio, expresión y
valoración del cuerpo.
Su principal objetivo es el desarrollo de una variada base para los
diferentes deportes centrado en la coordinación psicomotriz y en el
desarrollo de la resistencia.
Es muy importante tener en cuenta en la planificación del
entrenamiento los siguientes aspectos:
1. La evolución tecnomotríz de capacidades y destrezas que sirve de
base para la optimización de los rendimientos.
2. La condición física (fuerza, velocidad, resistencia, flexibilidad) como
fundamento general psicomotríz.
3. La coordinación y la agilidad como amplia base de actuación
motriz.
4. La motivación como mecanismo regulador dirigido por los intereses
y por la actitud del niño.
5. La disposición y la compresión mental que ayudan a integrar la
actividad deportiva dentro del marco entero de evolución y
educación.
6. La autonomía que ayuda a encontrarse a sí mismo y a la identidad
del yo

El valor educativo del juego es aceptado de manera universal. La


motivación, la fantasía y el impulso primario hacia la actividad se ven
alimentados a través del juego. El principio motor del juego infantil
cumple con la función para la cual el ser humano ha sido creado, que
es el trabajo. El juego, en los niños, desempeña la misma función que
el trabajo cumple en el adulto. Como el adulto se siente fuerte por sus
obras, los pequeños se agrandan por sus aciertos lúdicos. Según
Chateau (1958), «en el espíritu del niño que juega está ante todo una
prueba de su personalidad y una afirmación de sí mismo. Con la
aparición de la representación en el hombre, el juego cambia de
aspecto al convertirse en intencional, al asumir una finalidad
consciente. No proviene ya solamente de un impulso de tendencias,
sino de un impulso de todo el ser, de todo el ser consciente y ya con
su voluntad. La historia del juego del niño es, pues, la historia de la
personalidad que se despliega y de la voluntad que se conquista poco
a poco».

Objetivos para el primer trimestre.


Objetivos generales. Que los niños sean capaces de:
Tomar conciencia de sí mismos, de sus actos y su realidad.No me
parece.
Crear interés por el aprendizaje de nuevos movimientos.
Desarrollar la creatividad para realizar actividades que les conducen
a su desarrollo físico-motor.
Experimentar movimientos diferentes y combinados.
Objetivos específicos para el primer trimestre:
Percibir y organizar el espacio interior y el espacio exterior.
Reptar varios metros sin perder el movimiento.
Gatear sin perder la continuidad del movimiento ni el ritmo de
trabajo propuesto.
Correr con soltura por espacios delimitados.
Hacer carrera lateral a la izquierda y derecha.
Saltar con dos pies juntos de forma continuada.
Realizar con continuidad el movimiento de a la pata coja, con
ambas piernas.
Saltar desde diferentes alturas y caer en equilibrio de pie.
Mantenerse en equilibrio, con apoyo de un pie, con ambas
piernas.
Botar un balón, ligero y grande, y cogerlo con las dos manos
varias veces seguidas sin perder continuidad.
Potenciar el dominio del bote con un balón, realizado con una y
otra mano.
Ser capaces de lanzar una pelota de tenis, balón pequeño etc.,
con una mano, por encima de la cabeza con movimiento
contralateral.

Actividades que llevan a conseguir estos objetivos.

A pesar de que la capacidad de los pequeños de 5 años es muy superior a los de 4


años, casi todos los ejercicios propuestos para segundo de Educación Infantil son de
utilidad para el curso superior. A la hora de practicarlos, los educandos de esta edad lo
hacen con mayor soltura, más rapidez, más precisión y armonía, por eso a los mismos
ejercicios se les aplican situaciones un poco más difíciles o comprometidas:
Jugar a la gallinita ciega, en espacios que no supongan peligro de
golpearse. Compre una cosita linda en imaginarium que nos
sirve….
Cogidos de la mano por parejas: caminar por la sala un niño con
los ojos cerrados
Caminar por bordillos de aceras.
Caminar sobre cuerdas tendidas en el suelo. Pueden hacerse
figuras en el suelo con las cuerdas, con aros, como una casa, un
barco, un árbol.
Caminar y girar.
Girarse como la peonza, sobre el eje longitudinal.
Llevar bolsitas de lentejas sobre la cabeza.
Llevar aros sobre los hombros en posición horizontal, con los
brazos en cruz.
Mantener el equilibrio sobre un pie (flamenco), y vale tocar al
compañero, con manos en cruz y con las manos arriba.
Caminar sobre bancos en planos inclinados.
Caminar sobre raíles de madera.
Trepar por las espalderas y bajar por el banco en posición
inclinada.
Saltar en camas elásticas.
Saltar y caer dentro del aro en equilibrio.
Deslizarse sobre toboganes.
Columpiarse en columpios.
Girar montados sobre ruedas giratorias.
Desplazarse de puntillas.
Imitar animales.
Desplazarse a gatas sobre un banco sueco.
Hacer volteretas adelante sobre el eje transversal en colchoneta.
Montar en bicicleta de dos ruedas.
Patinar.los niños patinan en bibe?
Esquiar.
Interiorizar la postura del cuerpo cuando se produce la
modificación de las partes del cuerpo, o la elevación del centro de
gravedad.

La predominancia lateral está regida por la dominancia de los


hemisferios cerebrales. Al nacer, el ser humano tiene una actividad
homolateral. La mitad de su cuerpo está regida por un hemisferio y la
otra mitad por el otro, en un control de vías cruzadas, donde el
hemisferio izquierdo controla el lado derecho y viceversa. Hacia los 8
meses, el bebé comienza a gatear de manera contralateral: ello
significa que activa, a la vez, la mano y la rodilla opuesta, utilizando
ambos lados del cuerpo simultánea y coordinadamente. Cuando
comienza a caminar, el movimiento contralateral no se da, se mueven
las extremidades inferiores, y las superiores permanecen
dependientes de la homolateralidad. El patrón cruzado o contralateral
se va adquiriendo de manera progresiva en esta etapa de la vida,
hasta llegar a los 5 o 6 años. A esta edad, los niños deben tener un
buen dominio en los movimientos de la carrera, el salto y el
lanzamiento, armonizados de manera contralateral.
Para ello, recurrir a las actividades que se han ido describiendo, considerándolas
como muestra abierta y nunca como únicas propuestas que realizar:
Tocar y mover partes corporales.
Tocar a los compañeros en diferentes partes del cuerpo.
Tocar a un compañero y nombrar la parte o segmento tocado.
Mover las partes del cuerpo con ritmo determinado: lento, rápido.
Situados los pequeños delante del espejo, imitar posturas,
movimientos de animales, acciones diversas, con las partes del
cuerpo que indican los maestros.
Transportar objetos con la mano derecha.
Transportar objetos con la mano izquierda.
Saltar a la pata coja con la pierna dominante (hay que conseguir
más de 40 saltos).
Saltar a la pata coja con la pierna no dominante (hay que
conseguir más de 20 saltos).
Golpear globos con las manos, con los pies, con las rodillas…
Sentir el movimiento de las partes que golpean el globo o el
balón, que se mueven de una forma u otra, etc.
Cuando van de paseo con sus padres, jugar a esconder la mano
izquierda, la derecha, tocarse la rodilla izquierda, levantar la
mano derecha, etc.
Es importante conseguir la estimulación adecuada y suficiente para
que los dos hemisferios vayan trabajando en armonía.
La reptación y el gateo son actividades que los educandos de tercero de Educación
Infantil no practican con la misma entrega e ilusión que años anteriores. A pesar de ello,
es de gran importancia su práctica, ya que fortalece su actitud y refuerza la musculatura
de la cintura escapular. En aquellos niños necesitados que tienen problemas
psicomotores, es conveniente trabajar periódicamente (tres o cuatro sesiones por
semana) más de 400 metros de gateo.
Realizar marcha firme: adelante, atrás; con elevación de rodillas;
paso largo y corto con las manos en diferente posición.
Caminar con paso rítmico y balanceo de brazos.
Caminar de puntillas, de talones.
Caminar por bancos, bordillos o cuerdas puestas en el suelo.
Practicar marcha lateral a izquierda y derecha.
Correr de forma continuada. Todos son diferentes, pero si se juega
con ellos se puede conseguir que corran durante dos minutos,
tres minutos, en función de las aptitudes y actitudes que vayan
desarrollando.
Correr hacia delante y atrás.
Ejecutar la carrera lateral izquierda y derecha.
Hacer carrera normal sin precipitación, en forma continuada.
Correr de forma variada, para adquirir nuevas formas de dominio
y ejecución.
Correr a pillar a un compañero, a la maestra.
Correr por encima de un banco.
Correr metidos en el aro, conduciendo un coche.
Correr en eslalon (zigzag).
Saltar con los pies juntos: hacia delante y atrás.
Saltar desde el banco, cuatro escaleras o cuatro cajones de plinto.
Saltar hacia abajo desde un banco, una silla, etc.
Subir sobre módulos de 50 centímetros de altura y saltar hacia
abajo.
Saltar desde la espaldera a la colchoneta.
Saltar sobre camas elásticas.
Saltar a la comba con cuerda (en algunas niñas puede darse con
facilidad; en chicos, más dificultad).
Saltar a la pata coja con pierna dominante: en suelo, 40 saltos; en
colchoneta, libre.
Saltar a la comba con cuerda (alguna dificultad para ciertos
pequeños).
Trepar por bancos inclinados.
Trepar por espalderas.
Hacer volteretas sobre colchonetas (giros sobre el eje
transversal).
Hacer rodillo sobre la colchoneta (giros sobre el eje longitudinal,
desde la posición de tumbado).
Hacer braceo, suspendidos de anillas o escalera horizontal.
Realizar juegos de corros, como El patio de mi casa.
Lanzar con balones sobre superficies grandes.
Pegar a un módulo.
Pegarle a un balón.
Lanzar la pelota contra la pared en forma de frontón para
recogerla al bote.
Lanzar una pelota a diferentes alturas y distancias.
Manejar globos con golpeos de manos y pies, a la vez que se
desplazan de un lado para otro. Percepción espacial.
Pasarse una pelota entre dos compañeros.
Rodar aros por el suelo.
Tocar en el hombro a los compañeros, a la vez que corren por la
sala.
Saltar sobre los aros que están esparcidos por el suelo.
Saltar por los aros, según los colores nombrados.
Chutar con balones pequeños.
Manejar pelotas. Botar 20 veces sin perder.
Lanzar pelotas con pierna contralateral.
Botar de forma continuada un balón.
Botar un balón a diferentes alturas: con una mano, con dos
manos.
También en la carrera y los saltos se desarrolla la percepción
visomotriz, pero se prefiere establecer esta diferenciación por
ajustarse en la mejor medida a la organización propuesta de los
componentes del ámbito motor.
Hay actividades que pueden hacer con los padres, como:
Cogidos de la mano, realizar saltos, al compás de una canción, al
ir de paseo, al colegio, en el pasillo de casa, etc.
Andar con bicicleta de dos ruedas.
Patinar.
Nadar.
Actividades múltiples con juegos sencillos.
Realizar lanzamientos con pelotas de tenis, o similares.
A esta edad, si la niñez es activa en su motricidad espontánea, o si
en las clases de motricidad se ha practicado este acto motor, se
produce un avance significativo en el patrón motor del lanzamiento.
Algunos niños no evolucionan tan rápido y mantienen los pies a la
misma altura, en sentido atrás-delante; otros adelantan la misma
pierna del brazo ejecutor, y los que adelantan la pierna contralateral,
son índice de buena ejecución. Este proceso se puede orientar para
que los infantes descubran la efectividad en su lanzamiento, a la vez
que notarán un asentamiento más firme cuando lanzan.
La organización de las sesiones de trabajo ha de quedar igual que
en otros cursos. Se propone una sesión diaria específica, orientada al
desarrollo de la motricidad gruesa. La utilización de material diverso
se hace necesaria para conseguir el progreso ideal sobre el umbral de
capacitación de cada uno de ellos.
La valoración de la motricidad al comienzo del curso continúa con
la propuesta basada en la valoración de la manifestación motriz sobre
10 pruebas adecuadas a esta edad: gateo, carrera de frente, salto con
los pies juntos, salto a la pata coja con pierna dominante, salto a la
pata coja con pierna no dominante, saltos a la comba, equilibrio,
botar el balón con una mano de forma continuada, voltereta adelante
sobre una colchoneta, lanzamiento con una pelota de tenis. La
valoración de estas pruebas puede realizarse en el primer trimestre y
en el tercero, para ver la evolución y la influencia del programa
realizado. También se puede hacer una valoración sobre seis pruebas
en el primer trimestre y las 10 en el tercero.

Objetivos para el segundo trimestre.


Objetivos generales. Que los niños sean capaces de:
Adquirir hábitos y destrezas elementales sobre higiene y salud.
Experimentar y conocer las posibilidades motrices de su cuerpo.
Conocer con precisión diferentes partes del cuerpo.
Estructurar su esquema corporal por la percepción cenestésica.
Adquirir hábitos de percepción motriz.
Los objetivos referidos a los diferentes componentes del ámbito
motor, para este segundo trimestre, han de ser una continuidad de
los planteados en el primer trimestre.

Actividades que llevan a conseguir estos objetivos.


Estas actividades no difieren a las propuestas al comenzar el curso,
por lo que se mantendrá el mismo bloque que figura en aquel
apartado.
La organización de las sesiones dentro del horario de actividades
es semejante a los 3 y 4 años. La variación que pueda darse
dependerá de la adaptación a las capacidades de los educandos
sobre su evolución y aprendizaje.
La valoración de la motricidad en este período propone una valoración hecha
con la observación diaria de los maestros sobre los pequeños. Partiendo de los objetivos
de los dos primeros trimestres y la valoración del primero, a partir de esas referencias se
puede valorar la evolución de los educandos y la influencia del programa.
Objetivos para el tercer trimestre.
Objetivos generales. Que los niños sean capaces de:
Percibir la velocidad, la duración y la sucesión de los hechos, para
una buena organización temporal.
Conseguir una expresión motriz natural, propia de su constitución y
personalidad.
Lograr sentimientos de afecto hacia las actividades físico-motoras.
Desarrollar la coordinación dinámica general.
Desarrollar las conductas específicas de autocontrol.
Objetivos específicos:
Gatear con continuidad sin perder la continuidad del movimiento,
dentro de un ambiente de trabajo.
Correr con soltura por espacios marcados por cuerdas a más de un
metro de separación.
Hacer carrera lateral hacia la izquierda y derecha, ayudándose con
los brazos.
Saltar con los dos pies juntos con ayuda coordinada de piernas y
brazos.
Realizar saltos a la pata coja con la pierna dominante y no
dominante.
Saltar desde una altura y caer de pie en equilibrio.
Realizar saltos a la comba con la cuerda.
Mantenerse en equilibrio varios segundos, con apoyo de un pie, sin
apoyar el otro.
Potenciar el dominio del bote con balones sencillos, realizado con una
mano.
Realizar una voltereta sobre una colchoneta, sin ayuda.
Lanzar una pelota de tenis, con una mano, por encima de la cabeza
en movimiento contralateral.

Actividades que llevan a conseguir estos objetivos.


Mantener las propuestas en el primer trimestre; por ello no se varía
el bloque que figura en aquel apartado.
La valoración de la motricidad al finalizar el curso ha de estar en
línea con los objetivos. El sistema propuesto se basa en 10 pruebas,
correspondientes a los objetivos específicos que se consideran
adecuados a esta edad. Estas pruebas son: gateo, carrera de frente,
salto con los pies juntos, salto a la pata coja con pierna dominante,
salto a la pata coja con pierna no dominante, saltos a la comba,
equilibrio, botar el balón con una mano de forma continuada,
voltereta adelante sobre una colchoneta y lanzamiento con una
pelota de tenis.
JARDIN.
Los niños y las niñas en las edades entre 4 a 5 años nos sorprenden
con su gran riqueza de movimiento y su alto nivel de independencia.
En este grupo de edad son capaces de organizar y planificar su propia
actividad, además de valorar el resultado de las acciones que
ejecutan en la misma.
En la organización de la actividad motriz, seleccionan y distribuyen
los materiales- juguetes a utilizar, descubriendo por si mismas
diferentes formas de manejarlos y hasta combinarlos, por ejemplo
golpean o conducen una pelota con un bastón, realizándolo tanto de
forma individual como en pequeños grupos (parejas, tríos).
También en el juego: de roles como de movimiento, son capaces de
organizar el área para jugar, colocando por propia iniciativa los
materiales con los que desean actuar, de manera que satisfaga sus
intereses en el juego seleccionado. Construyen con los equipos y
materiales: caminos, puentes, pendientes, u otras representaciones
lúdicas, según el argumento del juego.
Los propios niños(as) se encargan de distribuir los roles a ocupar y se
ponen de acuerdo cuando las acciones se realizan en grupos, siendo
capaces de compartir sus juguetes.
El hecho de que el pequeño(a) de este grupo de edad sea capaz de
decidir qué va a jugar, seleccionando los objetos y juguetes de
acuerdo al juego o actividad y además que se pongan de acuerdo
entre ellos para hacerlo, es uno de los parámetros que nos permiten
hablar de mayor independencia en estas edades y al mismo tiempo
reconocer que se están creando bases sólidas para que el niño
adquiera los conocimientos, partiendo de sus propias vivencias, lo
que constituye la base para la creatividad.
Los pequeños(as) muestran gran interés por los juegos con
personajes imaginarios. En ocasiones les gusta ponerse aditamentos
o vestuarios que simbolicen lo que quieren representar dando ¨
rienda suelta ¨ a la imaginación.
En este grupo de edad los niños(as) conocen mucho mejor los
objetos, son capaces de compararlos y diferenciarlos por su forma,
color y tamaño, e incluso, pueden señalar el lugar que ocupan en el
espacio: si están arriba, abajo, cerca o lejos (nociones de contraste).
Se destaca en el desarrollo del pensamiento el interés por conocer la
causa de algunos fenómenos de la naturaleza; para qué, por qué,
cómo, son preguntas que continuamente hace el niño(a) de este
grupo de edad.
En este sentido el lenguaje del niño(a) se hace más rico y coherente.
Con frecuencia establecen diálogos, tanto cuando juegan solos como
cuando lo hacen con otros niños. También son capaces de narrar
cuentos o historias que ellos mismos inventan, demostrando una vez
más la gran imaginación que los caracteriza.
En este grupo de edad los niños(as) demuestran sentimientos de
cooperación pues les gusta ayudar a los demás y también son
capaces de cumplir con gusto algunas encomiendas sencillas que le
solicitan los adultos y exigen de ellos sus valoraciones, ejemplo: les
gusta que vean como corre, salta, hasta donde es capaz de lanzar la
pelota y todas las combinaciones que con esta pueden hacer, pues al
tener un mayor dominio del cuerpo y de la noción espacio-temporal,
pueden ejecutar las más variadas y diversas situaciones motrices.
Los niños(as) de estas edades sienten gran preferencia por la carrera,
ejecutando la misma con mayor aumento en la fase de vuelo, mejor
ritmo y coordinación que en el grupo de edad anterior. Son capaces
de mantenerse corriendo una mayor distancia.
Les gusta realizar las carreras bordeando objetos, con cambio en la
dirección (al frente, atrás, derecha e izquierda) y combinada con otros
movimientos como: caminar y correr, correr y lanzar, correr y saltar
etc.
Utilizan ampliamente el espacio y se orientan muy bien en el mismo,
ejecutando todos los desplazamientos (caminando, corriendo,
saltando, etc.), tanto por o desde el piso, en diferentes direcciones y
por arriba de obstáculos. Dentro de estos ejemplos se destaca el
salto: separando y uniendo las piernas, lateralmente, pasando
cuerdas a pequeñas alturas del piso y saltos desde obstáculos a 24
cm. de altura cayendo con semi-flexión de las piernas.
También les gusta trepar por barras o cuerdas colocadas
verticalmente, realizando el desplazamiento de brazos y piernas aún
de forma descoordinada.
Sin embargo en otro desplazamiento como es el escalamiento, se
observan grandes avances en su ejecución con relación al grupo
anterior, pues suben la escalera con movimientos alternos de brazos
y piernas en un movimiento continuo que demuestra buena
coordinación.
Realizan la reptación (arrastrarse) por el piso, por bancos, por tablas
inclinadas, y la ejecutan llevando un brazo al frente y la pierna
correspondiente, de forma alterna, pero sin suficiente coordinación,
ya que el movimiento se realiza con pausas.
La cuadrupedia la ejecutan en cuatro puntos de apoyo (pies y manos)
por encima de bancos y tablas con movimientos continuos, de forma
coordinada.
Lanzan y capturan objetos combinadamente, pero para la captura
(atrape del objeto o pelota) precisan de la ayuda de todo el cuerpo,
cuando le lanzan la pelota de aire. Con facilidad ruedan la pelota por
bancos y lanzan con las dos manos desde el pecho hacia diferentes
lugares, pero aún sin dirigirla con exactitud a un punto de referencia.

Caminan por tablas y vigas o muros estrechos no sólo hacia delante,


sino también lateralmente, demostrando mayor estabilidad corporal.
También se desplazan hacia atrás, cuando caminan por tablas
colocadas en el piso, manifestándose en esta acción motriz una
mayor orientación espacial.
Como se ha expresado el conocimiento de las características motrices
de los niños de este grupo de edad, nos brinda una importante
información para poder regular, organizar y planificar el proceso
pedagógico.

DESCRIPCIÓN DE LAS COMPETENCIAS

Para este grado corresponde el primer nivel de competencia, el cual


corresponde al reconocimiento e identificación de los distintos
elementos y objetos propios de cada sistema de significación, que son
el inicio para un desarrollo. Está relacionado con vivencias,
identificación y exploración de las actividades corporales y lúdicas.
Son los referidos al conocimiento, desarrollo, dominio, expresión y
valoración del cuerpo.
Su principal objetivo es el desarrollo de una variada base para los
diferentes deportes centrado en la coordinación psicomotríz y en el
desarrollo de la resistencia. No estoy de acuerdo…..
Es muy importante tener en cuenta en la planificación del
entrenamiento los siguientes aspectos:
1. La evolución tecnomotríz de capacidades y destrezas que sirve de
base para la optimización de los rendimientos.
2. La condición física (fuerza, velocidad, resistencia, flexibilidad) como
fundamento general psicomotríz.
3. La coordinación y la agilidad como amplia base de actuación
motriz.
4. La motivación como mecanismo regulador dirigido por los intereses
y por la actitud del niño.
5. La disposición y la compresión mental que ayudan a integrar la
actividad deportiva dentro del marco entero de evolución y
educación.
6. La autonomía que ayuda a encontrarse a sí mismo y a la identidad
del yo

El hecho de considerar el proceso de enseñanza-aprendizaje en el


centro de Educación Infantil como algo de gran fundamento en la vida
y desarrollo infantil, no resta importancia a la actividad cotidiana,
habitual y espontánea que realizan los niños en la vida diaria. La
actividad motriz es inherente a la vida misma. La niñez, desde que se
levanta hasta que se acuesta, realiza una actividad de movimiento de
gran valor educativo. Los días que un educando no acude al centro,
sigue con su vida personal, social y cultural del entorno en el que se
encuentra. Pero, como siempre, la pregunta viene derivada del
planteamiento del párrafo anterior: ¿es válida la frecuencia,
intensidad y duración sobre los componentes del ámbito motor que
necesita desarrollar en determinada edad? Aquí entra el tema
educativo y de análisis curricular. Este razonamiento obliga a las
personas responsables de los programas educativos a valorar lo
espontáneo de la vida cotidiana y la complementación de la actividad
educativa en el sistema organizado.
Objetivos para el primer trimestre.
Objetivos generales:
Crear interés por el aprendizaje de nuevos movimientos.
Conocer las actividades que conducen a su desarrollo físico
motriz.
Experimentar el desplazamiento sobre diferentes superficies.
Integrar a los pequeños en la práctica motriz organizada.
Objetivos específicos para el primer trimestre:
Percibir y organizar el espacio interior y el espacio exterior.
Reptar varios metros sin perder el movimiento.
Gatear sin perder la continuidad del movimiento ni el ritmo de
trabajo propuesto.
Correr con soltura por espacios delimitados.
Hacer carrera lateral para la izquierda y derecha.
Saltar con los dos pies juntos de forma continuada.
Realizar con continuidad el movimiento de a la pata coja, con
ambas piernas.
Saltar desde diferentes alturas y caer en equilibrio de pie.
Mantenerse en equilibrio, con apoyo de un pie, con ambas
piernas.
Botar un balón, ligero y grande, y cogerlo con las dos manos
varias veces seguidas sin perder continuidad.
Potenciar el dominio del bote con un balón, realizado con una
mano.
Ser capaz de lanzar una pelota de tenis, balón pequeño etc., con
una mano, por encima de la cabeza.

Actividades dirigidas a conseguir estos objetivos.


Tocar y mover partes corporales.
Transportar objetos con las manos.
Golpear globos con las manos, con los pies, con las rodillas.
Practicar los movimientos de reptación, gateo y marcha en todas las
posibilidades que se puedan organizar y realizar. En educandos
necesitados, puede trabajarse diariamente más de 400 metros de
gateo. Es mucho, tocaria que nos ayudaran en casa
Desplazarse a gatas sobre un banco sueco.
Equilibrio sobre un pie (flamenco), y vale tocar al compañero con
manos en cruz o manos arriba.
Caminar sobre colchonetas de diferente densidad.
Imitar el andar de enanos y de gigantes.
Caminar con marcha firme con cambios de dirección, elevación de
rodillas, etc.
Caminar de puntillas, de talones.
Caminar con los ojos cerrados. Pueden ponerse referencias para que
las toquen con las manos.
Caminar por bordillos de aceras o sobre cuerdas tendidas en el
suelo.
Caminar. Pueden hacerse figuras en el suelo con las cuerdas, con
aros, como, por ejemplo, una casa, un barco…
Correr por encima de un banco.
Deslizarse sobre toboganes, columpiarse.
Correr en diferentes direcciones.
Saltar con los pies juntos: hacia delante y atrás.
Saltar desde el banco.
Hacer a la pata coja. Pierna dominante, 20 saltos; no dominante, 10.
Subir sobre módulos de 50 centímetros de altura y saltar hacia
abajo.
Saltar sobre camas elásticas.
Trepa por bancos y por espalderas.
Girarse como la peonza, sobre el eje longitudinal.
Hacer volteretas sobre colchonetas (giros sobre el eje transversal).
Montar en bicicleta, primero de cuatro ruedas y luego de dos.
Realizar juegos de corros, como El patio de mi casa.
Manejo de globos.
Manejo, pateos y lanzamientos de pelotas.
Saltar a la comba con cuerda.
Hacer braceo, suspendidos de anillas o en escalera horizontal.
Manejar globos con golpeos, recepciones…
Lanzar con balones sobre superficies grandes.
Conducir una pelota con las manos a la vez que gatean.
Pasarse una pelota por el suelo entre dos compañeros.
Jugar a pasar y recoger pelotas ligeras.
Patinar con patines sencillos.
Nadar.
Interiorizar la postura del cuerpo cuando se produce la modificación
de las partes del cuerpo, o la elevación del centro de gravedad.

En la organización de las sesiones de trabajo dentro del horario de


actividades en la organización curricular de ciclo y curso, se propone
una sesión diaria específica, orientada al desarrollo de la motricidad
gruesa. Es importante la utilización de material diverso para
conseguir proponer la actividad sobre el umbral de dificultad. Una
buena metodología hace que los infantes estén activos,
participativos, y en actuación sobre su umbral de asimilación.
Toda la actividad que realizan, para ser valorada, debe analizarse
sobre los parámetros de la frecuencia, la intensidad y la duración.
Situados en la etapa de la Educación Infantil, considerando la
responsabilidad de los maestros sobre el área de la motricidad, y vista
la influencia fundamental para el desarrollo de la personalidad, se
considera imprescindible darles una frecuencia de una sesión diaria,
con una duración de 25 minutos de actividad motriz y una intensidad
adaptada a su umbral de asimilación.
La valoración de la motricidad al comienzo del segunod curso del
segundo ciclo de Educación Infantil se basa en la manifestación
motriz sobre 10 pruebas que se consideran adecuadas a esta edad:
gateo, carrera de frente, carrera lateral, salto con los pies juntos, salto
a la pata coja con pierna dominante, salto a la pata coja con pierna no
dominante, equilibrio, botar el balón con una mano de forma
continuada, voltereta adelante sobre una colchoneta, lanzamiento
con una pelota de tenis. La valoración de estas pruebas puede
realizarse en el primer trimestre y en el tercero, para ver la evolución
de los educandos y la influencia del programa realizado.

Objetivos para el segundo trimestre.


Objetivos generales:
Dominar acciones sobre situaciones complejas que mejoren el
equilibrio.
Desarrollar la coordinación ojo-mano.
Interiorizar el movimiento de diferentes segmentos corporales.
Familiarizar al niño y la niña con situaciones didácticas para que
ejerciten y desarrollen su motricidad.
Los objetivos referidos a los diferentes componentes del ámbito
motor, para este segundo trimestre, han de ser una continuidad de
los planteados en el primer trimestre.

Actividades que llevan a conseguir estos objetivos.


No difieren de las propuestas hechas al comienzo del curso, por ello
se ha de mantener el mismo bloque que figura en aquel apartado.
En cuanto a la organización de las sesiones, la variación que pueda
darse dependerá de la adaptación a las capacidades de los pequeños
sobre su evolución y aprendizaje.

La valoración de la motricidad en el segundo trimestre propone una


valoración hecha con la observación diaria de los maestros sobre los
infantes. Hay que tener en cuenta los objetivos de los dos primeros
trimestres, la valoración del primero, y a partir de esas referencias
valorar la evolución de los educandos.

Objetivos para el tercer trimestre.


Objetivos generales. Que los niños sean capaces de:
Reconocer diferentes partes del cuerpo y sus posibilidades de
movimiento.
Tomar conciencia de su esquema corporal.
Percibir el espacio y diferenciar algunos conceptos de orientación.
Desarrollar la autonomía por la adquisición de capacidades
motrices.
Expresar la riqueza de movimientos tanto de la actividad
espontánea como de la actividad propuesta.
Objetivos específicos:
Gatear con continuidad sin perder la continuidad del movimiento,
dentro de un ambiente de trabajo.
Correr con soltura por espacios marcados por cuerdas, a un metro
de distancia.
Hacer carrera lateral hacia la izquierda y derecha.
Saltar con dos pies juntos, con ayuda coordinada de diferentes
segmentos.
Realizar saltos a la pata coja con la pierna dominante.
Realizar saltos a la pata coja con la pierna no dominante.
Saltar desde una altura y caer en equilibrio de pie.
Mantenerse en equilibrio, con apoyo de un pie, más de 10 segundos,
sin apoyar el otro pie.
Potenciar el dominio del bote con balones sencillos, realizado con
una mano.
Ser capaces de lanzar una pelota de tenis, con una mano, por
encima de la cabeza.

Actividades que llevan a conseguir estos objetivos.


Mantener las propuestas en el primer trimestre.
La valoración de la motricidad al finalizar el curso ha de estar en
línea con los objetivos. Por ello, el sistema propuesto se basa en 10
pruebas, correspondientes a los objetivos específicos y que se
consideran adecuadas a esta edad. Estas pruebas son: gateo, carrera
de frente, carrera lateral, saltos con los pies juntos, salto a la pata
coja con pierna dominante, saltos a la pata coja con pierna no
dominante, equilibrio, botar el balón de forma continuada, voltereta
adelante sobre una colchoneta, lanzamiento con una pelota de tenis.
La superación de estas pruebas puede realizarse en el primer
trimestre y en el tercero, para ver la evolución y efectividad del
conjunto enseñanza-aprendizaje.

PRE-JARDIN.
A partir de los 3 años el crecimiento del niño transcurre mas lento.
Las actividades motrices y juegos realizados al aire libre pueden
contribuir favorablemente al mismo.
La gran riqueza de movimientos que se expresa en este grupo de
edad, pues el pequeño quiere desplazarse constantemente y realizar
nuevas proezas, puede tener cierta orientación pedagógica por parte
del adulto, sin abusar, ni pretender asumir un papel directivo.
Si consideramos lo expresado con relación al crecimiento, algunas
tareas motrices pueden sugerirse al niño realizando los movimientos
con gran amplitud, a fin de contribuir al estiramiento de los diferentes
planos musculares. El adulto debe ser muy observador de la actividad
del niño, debiendo evitar que el pequeño cargue o traslade objetos de
peso, así como intervenir cuando el niño realice ejecuciones
reiterativas de algunas tareas sin la alternancia de cada miembro,
tanto superior como inferior, ejemplo: saltar con un solo pie, lanzar
con una mano. En estas tareas debe hacerse énfasis en la atención a
la ejecución bilateral. Otras tareas como saltos desde alturas deben
realizarse ejecutando la caída en superficies suaves (colchón, césped,
arena). Con estas precauciones protegemos las articulaciones, que en
esta edad tienen predominio de tejido cartilaginoso, gracias a lo cual
se produce el crecimiento.
La intervención del adulto puede estar orientada a proponer al niño
algunas tareas y juegos que beneficien el desarrollo de su postura, lo
que se logra mediante diferentes actividades que contengan tareas
de equilibrio, como: caminar libremente llevando un objeto (sin peso)
en la cabeza, caminar por líneas trazadas en el piso, por cuerdas,
tablas, bancos, muros; rodar pelotas pequeñas o conos con uno y otro
pie (sin calzado), caminar por terrenos con desnivel en su superficie,
bajar y subir obstáculos de diferentes alturas, mantenerse en uno o
dos pies sobre objetos pequeños, dentro de otras.
El niño de 3 a 4 años realiza muchas acciones por si solo,
demostrando mayor independencia que en el grupo de edad anterior.
Comienza a diferenciar el color, la forma y el tamaño de los objetos
utilizándolos, según sus propiedades, durante las actividades
motrices. Se aprecia que a los niños de este grupo de edad, les gusta
mucho imitar los objetos y fenómenos de la realidad, ejemplo: imitan
que conducen autos, aviones, reproduciendo muchas acciones de la
vida cotidiana, por lo que es sumamente importante facilitar al niño el
contacto con todo el mundo exterior, a fin de que pueda adquirir
suficientes y diferentes vivencias de la realidad.
Resalta en este grupo de edad la curiosidad del niño por todo lo que
le rodea, con frecuencia pregunta el por qué de las cosas. Quiere
conocerlo todo, saber el nombre de los objetos y su utilidad.
El niño entre 3 y 4 años es capaz de ocupar roles en el juego, por
ejemplo: hace como si fuera el chofer y utiliza el aro como timón.
En este grupo de edad comienzan ciertas manifestaciones de
acciones cooperativas entre un niño y otro, en ocasiones comparten
sus juguetes y realizan algunas acciones en pequeños grupos: lanzar
o rodar la pelota en parejas, caminar en grupos pequeños dados de
las manos, girar en parejas, hacer rondas jugando en círculos, etc.
La motricidad del niño, en el período de tres a cuatro años, evoluciona
como sigue: se desplazan caminando, corriendo y saltando en
diferentes direcciones. El desarrollo de la orientación espacial
mayormente lo demuestran al lanzar de diferentes formas y hacia
diferentes puntos de referencia.
En este grupo ya comienzan a atrapar con las dos manos la pelota
que le lanzan rodando y también hacen intentos por capturar la
pelota que le lanzan a corta distancia aunque lo realizan con ayuda
de todo el pecho.
La acción de rodar la pelota se ejecuta en este grupo con mejor
dirección no sólo por el piso, sino también por encima de bancos. Los
lanzamientos se realizan con mayor variedad e inician el golpeo de la
pelota con un pie.
En este grupo la carrera la realizan combinadamente: corren y
caminan, corren y golpean o lanzan objetos; y también cambian la
dirección de la carrera al bordear objetos colocados en el piso, si
estos se encuentran separados unos de otros.
Además de subir y bajar la escalera con mejor coordinación y
continuidad en los movimientos, comienzan a realizar la trepa a un
plano vertical (cuerdas con nudos). Esta trepa la ejecutan con el
cambio de agarre de las manos sin lograr todavía el desplazamiento
de las piernas.
La reptación la realizan por el piso con movimientos alternos de
brazos y piernas, pero aun sin buena coordinación y también la
ejecutan por bancos donde se sostienen de sus bordes y con una
ligera flexión de los brazos, desplazan todo el cuerpo, arrastrándose
por el banco. Ejecutan la cuadrupedia en cuatro puntos de apoyo
(pies y manos) por arriba de bancos y muros pero sin un movimiento
continuo, por lo que se ejecuta descoordinadamente. Cuando realizan
esta acción por las tablas inclinadas o a nivel del piso, recurren
nuevamente al movimiento antecesor de gateo.

Caminan por tablas en el piso no solo hacia adelante sino también


hacia atrás y por arriba de bancos y muros; al final de estos saltan
hacia abajo. La mayoría de los niños cuando saltan de esta forma,
caen con poca estabilidad y se observan las piernas extendidas en la
caída. También saltan desde el piso, a caer sobre un obstáculo a
pequeña altura y pasan saltando, objetos de 25 cm.
(aproximadamente) de altura, colocados en el piso.
Objetivo: Caminar y correr con cambios de dirección libremente y
por planos en el piso.
Métodos: práctico, verbal y juego
Material: Mariposa y flores de cartulina, tizas para dibujar.
Parte inicial:
Caminar dispersos por toda el área, lento y rápido, moviendo los
brazos lateralmente, imitando el vuelo de las mariposas.
Cada niño se coloca agachado dentro de la flor (de cartulina) que ha
sido colocada previamente en el piso. A la señal del adulto salen a
"volar" por toda el área. A la otra señal de "llegó el cazador", los niños
corren a ocupar cada uno su flor.
Parte Principal:
 Se estimula para que los niños corran por toda el área tratando
de agarrar la mariposa que lleva el adulto. Este se desplaza
cambiando la dirección.
Los niños dibujan en el piso líneas rectas y con curvas para pasar por
arriba: caminando hacia adelante, atrás y lateralmente (las manos se
pueden llevar en diferentes partes del cuerpo). Al final corren por las
líneas.
Juego: “A pasear por el campo”.
Se divide el grupo a la mitad. Se trazan en el área dos líneas a la
distancia de 10 m que representan dos casas. En el centro, entre las
dos líneas, se dibuja un círculo donde se ubica un niño. El resto de los
niños se situará sobre una de las líneas (casas). El adulto invita a
“pasear por el campo”. Los niños salen corriendo a tratar de llegar
hasta la otra línea (casa). El niño que está en el círculo trata de
agarrar al que no logre llegar a la "casa".
Parte Final:
Caminar lentamente y mover el cuerpo como si el viento los llevara a
un lado y otro. Soplar haciendo sonidos como "el viento

Objetivo: Ejecutar desplazamientos de diferentes formas.


Métodos: Práctico, verbal y juego.
Materiales: Bolsas rellenas y objetos que rueden o pelotas.
Parte Inicial:
Correr con movimientos libres de los brazos, imitando el vuelo de los
pájaros.
El adulto imita al viento, soplando y emitiendo sonidos hacía el lugar
donde sugiere a los niños desplazarse (a un lado y otro, hacia
adelante y atrás). El adulto puede indicar verbalmente la dirección.
Caminar y flexionar el tronco imitando "pájaros" que picotean
buscando alimento.
Parte Principal:
Los niños colocan bolsas en el piso y caminan sobre ellas. Se separan
las bolsas para caminar bordeándolas (lento - rápido) y después
pasarles por arriba sin tocarlas con los pies (hacía adelante y
lateralmente).
Juego: Lluvia de pelotas.
El adulto lanza por el piso varias pelotas u objetos que rueden y
motiva a los niños que corran para alcanzarlos. Cuando lo logren se
estimula a que ellos mismos los lancen para volver a alcanzarlos.
Parte Final:
Caminar lentamente llevando cada niño la pelota en diferentes partes
del cuerpo.
Se puede iniciar la actividad con una primera parte dedicada a la
realización de diferentes desplazamientos (caminando, corriendo,
saltando) de manera que los niños logren orientarse en el espacio
donde se mueven. Esta parte incluye también movimientos de
expresión corporal que facilitan la disposición psico-fisica del niño
para la parte que continua.
La segunda parte de la actividad llamada principal o medular es
donde se propicia el desarrollo de las habilidades motrices básicas
como: caminar por diferentes planos y alturas, correr bordeando o
pasando obstáculos, saltar, rodar, lanzar, golpear de diferentes
formas y combinaciones, reptación, cuadrupedia, escalamientos,
trepas, así como las diferentes alternativas y combinaciones de cada
uno de ellos como: deslizarse, balancearse, halar, empujar objetos,
dentro de otros. Esta parte incluye un juego motor propiamente dicho,
aunque toda la actividad se realiza en forma de juego, por lo que el
mismo se utiliza en estas edades como medio y como método.
La tercera parte o final procura llevar al organismo a un estado más
tranquilo, pausado, mediante la ejecución de tareas motrices de
relajación y acompañadas de una respiración más lenta y profunda.
Las tareas motrices que se realizan en cada una de estas partes de la
actividad están dirigidas a identificar al niño con su esquema corporal
y con todas las posibilidades de utilización de su cuerpo, el manejo
del espacio, el conocimiento del tiempo y las relaciones de cada uno
de estos componentes.
Esta estructura es muy flexible así como los contenidos que se
proponen sugerir al niño. Si los contenidos se planifican con
antelación, deben ser susceptibles a cambios, pues ya desde estas
edades el niño comienza a realizar muchos movimientos y acciones
por su propia iniciativa, lo cual debe ser respetado por todo educador
para no afectar el desarrollo de la independencia en los pequeños.
Cuando la actividad motriz del niño no se ejecuta de forma
espontanea, sino cuando se realiza como una actividad pedagógica,
puede asimilar este tipo de estructura y tener un tiempo de duración
entre 15 y 20 minutos aproximadamente, con dos frecuencias en la
semana.
La sesión de motricidad constituye un momento de gran valor
educativo, en el que se puede establecer un contenido programatico
que, sin ser estático ni esquemático, es considerado como una
importante vía para contribuir al desarrollo de niños y niñas que ya a
comienzan en la edad preescolar.
Es común que los niños, a esta edad, estén escolarizados en el centro
de Educación Infantil, y al existe una gran diferencia entre ellos, es
necesaria la individualización y el apoyo personales con cada
educando.
A continuación, por trimestres académicos, la descripción se refleja
con la estructura de objetivos, actividades, organización de las
sesiones y la valoración de la motricidad, similar al curso anterior.

Objetivos para el primer trimestre.


Objetivos generales:
Facilitar a la niñez situaciones didácticas para que ejercite y
desarrolle su motricidad.
Potenciar su desarrollo físico-motror.
Conseguir riqueza de movimientos tanto de la actividad
espontánea como de la actividad propuesta.
Introducir al educando en la práctica motriz organizada.

Objetivos fundamentados en el equilibrio. Que los niños sean


capaces de:
Mantenerse un instante con apoyo de una pierna. La dominante.
Caminar hacia atrás por un banco sueco.
Caminar hacia delante sobre un banco sueco.
Saltar desde una altura de 40 centímetros y quedar de pie sin
caerse.
Girarse como una peonza (hacer molinos).
Correr sobre una colchoneta, enlazar con otra que está a un metro
de distancia y enlazar con una tercera a un metro de distancia.

Caminar, girar a la izquierda o derecha (libre), y seguir caminando


sin caerse ni desviarse de la dirección propuesta.

Objetivos referidos al conocimiento corporal y esquema corporal:


Conocer y distinguir más de 20 partes del cuerpo (cara, ojos, boca,
nariz, orejas, cabeza, cuello, hombros, brazos, etc.).
Distinguir, percibir e idear movimientos diversos de un brazo y otro,
una pierna y otra.
La activación de diferentes grupos musculares provoca la información sobre los
diferentes segmentos corporales que se activan, informando de cómo son y cómo están,
además de elaborar la referencia de cómo pueden actuar en cada momento y situación.
Objetivos de la coordinación dinámica general:
Reptar con soltura en movimientos alternos.
Gatear con soltura y en patrón cruzado.
Afianzar la carrera.
Saltar con dos pies juntos espacios marcados.
Montar en bicicleta de cuatro ruedas.
Correr sin detenerse durante un tiempo prolongado.
Lanzar un balón a un adulto que está frente a él.
Chutar un balón con el pie cuando bota en el suelo
Recibir con dos manos un balón que él mismo hace botar.
Pasar el balón a un adulto que está a dos metros de distancia.

Actividades que llevan a conseguir estos objetivos.


La distribución de las siguientes actividades trata de facilitar la actividad docente de los
maestros de Educación Infantil, pero es oportuno considerar que los ejercicios
propuestos en un bloque pueden servir para desarrollar diferentes componentes de la
motricidad, ya que, por ejemplo, la actividad planteada para la mejora del equilibrio
sirve a su vez para la mejora de otra función orgánica.
Actividades de estimulación vestibular. Órganos del equilibrio:
Caminar con los ojos cerrados, llevándolos de la mano.
Caminar por bordillos de aceras.
Caminar sobre cuerdas tendidas en el suelo.
Caminar y girar.
Girarse como la peonza, sobre el eje longitudinal.
Hacer el flamenco, manteniéndose sobre un pie en equilibrio
durante unos instantes: con manos en cruz y con manos arriba.
Mantenerse sobre un pie y una mano, apoyados en el suelo.
Caminar sobre colchonetas de diferente densidad.
Caminar sobre bancos.
Caminar sobre cuerdas.
Caminar sobre raíles de madera.
Desplazarse con una pelota en las manos.
Desplazarse de puntillas.
Imitar el andar de enanos.
Imitar el andar de gigantes.
Desplazarse a gatas sobre un banco sueco.
Hacer volteretas adelante sobre el eje transversal, en
colchonetas.
Interiorizar la postura del cuerpo cuando se produce la
modificación de las partes del cuerpo, o la elevación del centro de
gravedad.

Actividades que ayudan al conocimiento y estructuración del


esquema corporal:
El esquema corporal se estructura gracias al diálogo existente entre la periferia del
cuerpo y las áreas perceptivas del cerebro. Para facilitar este dialogo, recurrir a
actividades, como, por ejemplo:
Nombrar diferentes partes del cuerpo.
Tocar y mover partes corporales.
Mover las partes del cuerpo que nombra el adulto.
Situados los niños delante del espejo, ir señalando con sus manos
las partes del cuerpo que se les indica.
Golpear globos con las manos, con los pies, con las rodillas, etc.
Sentir las partes con las que se golpea el globo.
Nombrar las partes con las que se golpea el globo.
Hacer a la pata coja con la pierna dominante.
Hacer juegos diversos que nombran partes del cuerpo.
Es importante conseguir la estimulación adecuada y suficiente para que los dos
hemisferios vayan trabajando en armonía.
Movimientos de coordinación dinámica general:
Practicar los movimientos de reptación, gateo y marcha en todas las
posibilidades que se puedan organizar y realizar.
Caminar con marcha firme, con cambios de dirección etc.
Caminar de puntillas.
Correr de forma continuada. Todos los pequeños son diferentes,
pero, si se juega con ellos, se puede conseguir que corran durante
un minuto, dos minutos, tres minutos, en función de las aptitudes y
actitudes que vayan desarrollando.
Correr de forma variada, para adquirir nuevas formas de dominio y
ejecución.
Correr a pillar a alguien.

Correr agarrados a la cuerda, formando un tren.


Correr metidos en el aro, conduciendo un coche.
Saltar desde una escalera hacia abajo. También desde dos escaleras
si pueden.
Saltar hacia abajo desde un banco, una silla, etc.
Saltar con los pies juntos.
Subir sobre módulos de 30 centímetros de altura y saltar hacia
abajo.
Saltar sobre camas elásticas, habituales en las ferias.
Hacer volteretas sobre colchonetas (giros sobre el eje transversal).
Hacer rodillo sobre la colchoneta (giros sobre el eje longitudinal,
desde la posición de tumbado).
Montar en bicicleta de cuatro ruedas.
Cogidos de la mano, realizar saltos, al compás de una canción, al ir
de paseo, al colegio, en el pasillo de casa, etc.
Realizar juegos de corros, como Al corro de la patata.
Realizar lanzamientos con pelotas de tenis o similares. Los pies los
ponen a la misma altura, en sentido atrás-delante. A esta edad,
algunos niños adelantarán la misma pierna del brazo ejecutor. Es un
proceso que evolucionará de los 2 a los 6 años, hasta conseguir un
lanzamiento contralateral.
Manejar globos con golpeos, recepciones…
Lanzar con balones sobre superficies grandes.
Conducir una pelota con las manos, a la vez que gatean.
Botar y coger un balón ligero con las dos manos. Repetir cuantas
veces puedan.
Chutar con balones pequeños.
Hacer juegos de pasar y recoger pelotas ligeras.

La organización de las sesiones de trabajo en esta edad propone,


dentro de la organización curricular de ciclo y curso, dar una sesión
diaria específica, orientada al desarrollo de la motricidad gruesa. Esta
sesión deberá realizarse en el gimnasio o aula preparada para
motricidad. Es importante la utilización de materiales diversos para
conseguir variaciones de organización situacional y mantener la
motivación de los educandos hacia la tareas que van a realizar.

La organización de las sesiones viene descrita en el punto


correspondiente del nivel anterior del presente capítulo. La
adaptación al medio y posibilidades de organización es fundamental,
de la misma manera que si se planteara otra forma de trabajo.

Toda la actividad que realizan los infantes, para ser valorada, debe
analizarse sobre los parámetros de la frecuencia, la intensidad y la
duración. Situados en la etapa de la Educación Infantil, considerando
la responsabilidad del equipo educativo sobre el área de la
motricidad, y vista la influencia fundamental para el desarrollo de la
personalidad, resulta imprescindible darles una frecuencia con una
sesión diaria, con una duración de 20 minutos de actividad motriz, y
una intensidad adaptada al umbral de asimilación de los pequeños.
Al comienzo del curso del segundo ciclo de la Educación Infantil, la
valoración de la motricidad se basa en la manifestación motriz sobre 10 pruebas
adecuadas a esta edad: gateo, carrera de frente, carrera lateral, salto desde 50
centímetros, salto con los pies juntos, salto a la pata coja, equilibrio, botar un balón y
cogerlo con dos manos, botar el balón de forma continuada, lanzamiento con una pelota
de tenis. La realización de estas pruebas puede realizarse en el primer trimestre y en el
tercero, para ver la evolución de los educandos.
Objetivos generales para el segundo trimestre.
Capacitar a los niños para crear ideas propias de movimiento.
Potenciarles las sensaciones propioceptivas para estructurar su
esquema corporal.
Lograr una variada y rica manifestación motriz.
Diferenciar diversas partes del cuerpo.
Participar en la clase en colaboración hacia tareas motrices de
llevar, traer, poner, quitar, ordenar, recoger, etc.
Fomentar la colaboración entre niños y niñas, evitando la
discriminación.
Los objetivos referidos a los diferentes componentes del ámbito motor, para este
segundo trimestre, han de ser la continuidad de los planteados en el primer trimestre.
Actividades que llevan a conseguir estos objetivos.
Estas no difieren a las propuestas en el primer trimestre; por ello
mantener el mismo bloque que figura en aquel apartado.
La organización de las sesiones es similar a la del trimestre anterior.
La variación que pueda darse estará en la adaptación a las
capacidades de los pequeños sobre su evolución y aprendizaje.
La valoración de la motricidad en el segundo trimestre ha de ser
hecha con la observación diaria de los maestros sobre los niños. Están
los objetivos de los dos primeros trimestres, la valoración del primero,
y a partir de esas referencias se puede valorar la evolución de los
educandos.

Objetivos generales para el tercer trimestre.


Desarrollar el control y la maduración tónica.
Fomentar la expresión motriz.
Buscar mayores niveles de coordinación sobre movimientos
naturales.
Desarrollar las formas del juego creativo.
Sentir el movimiento sobre distintos tipos de superficie.
Desarrollar la coordinación visomotriz con móviles lentos.

Objetivos específicos para el tercer trimestre y final de


curso.
Reptar más de 10 metros sin perder el movimiento.
Gatear más de 150 metros sin perder la continuidad del
movimiento.
Correr con soltura por espacios delimitados por cuerdas.
Hacer carrera lateral.
Saltar con dos pies juntos más de 50 centímetros.
Iniciarse en el movimiento de a la pata coja.
Saltar desde una altura de 50 centímetros y caer en equilibrio de
pie.
Mantenerse en equilibrio, con apoyo de un pie, más de cinco
segundos sin apoyar el otro pie.
Botar un balón, ligero y grande, y cogerlo con las dos manos
varias veces seguidas sin perder continuidad.
Potenciar el dominio del bote con un balón, realizado con una
mano.
Ser capaz de lanzar una pelota de tenis, con una mano, por
encima de la cabeza.

Actividades que llevan a conseguir estos objetivos.


Mantener las propuestas en el primer trimestre.
La valoración de la motricidad al finalizar el curso del segundo ciclo
de la Educación Infantil ha de guiarse siempre por la manifestación
motriz. Los niños manifiestan su desarrollo motor por la forma en que
realizan las acciones motrices. Por ello, el sistema propuesto se basa
en 10 pruebas que se consideran adecuadas a esta edad: gateo,
carrera de frente, carrera lateral, salto desde 50 centímetros, salto
con los pies juntos, salto a la pata coja, equilibrio, botar un balón y
cogerlo con dos manos, botar el balón de forma continuada,
lanzamiento con una pelota de tenis. El pase de estas pruebas puede
realizarse en el primer trimestre y en el tercero, para ver la evolución
del conjunto enseñanza-aprendizaje.

PARVULOS.
A los 3 años la denominada -crisis del desarrollo- da lugar a una
"autonomía" en el niño que antes no existía. La dependencia del
adulto disminuye, lo que no significa que el niño necesite de este. Los
niños comienzan a incorporar nuevas formas de movimiento y los
expresan con mayor independencia, pero como algunos de estos
movimientos no están totalmente logrados (subir y bajar escalones,
saltar desde pequeñas alturas, caminar por planos elevados), el
adulto interviene y en muchos casos con exceso de directividad,
limitando las posibilidades del niño. Este echo muchas veces trae
como resultado conflictos con el pequeño, agudizando más la crisis
del desarrollo mencionada. En este sentido debemos procurar brindar
al niño nuestra confianza y proporcionarle la mayor seguridad posible
en los lugares y objetos donde actúa, sin limitar o interrumpir de
forma brusca sus movimientos. Podemos ofrecerle a los pequeños
diferentes niveles de ayuda cuando lo requieran, y preferentemente
incorporarnos a sus tareas y juegos, no para darles todo el tiempo la
respuesta o solución a las mismas, sino estimulándoles ejecuciones
con esfuerzo propio y brindándoles la suficiente motivación.
En este grupo de edad se destaca también una mayor incidencia del
segundo sistema de señales, pues el lenguaje del niño se enriquece
aumentando el vocabulario y hay una mejor comprensión del lenguaje
del adulto. Este aspecto es considerado en la acción pedagógica, ya
que permite hacer propuestas a los niños para la realización de tareas
motrices y juegos con acompañamiento de frases o palabras en
metáforas, lo que incentiva además la motivación del niño para la
realización de las mismas, ejemplos: Caminar como el perro, saltar
como la pelota. Si además se le sugiere al niño que emita frases o
sonidos que acompañen el movimiento propuesto, se logra un
mejoramiento de su sistema respiratorio en proceso de desarrollo,
pues al pronunciar un sonido, se expulsa con mayor facilidad el
oxigeno, evitando retención del mismo durante la ejecución de
determinado movimiento, facilitando así un mejor ritmo respiratorio.
En la medida que se desarrolla el lenguaje y el pensamiento del niño,
se modifica cualitativamente la comprensión del lenguaje del adulto,
el pequeño no solo comprende sino que comienza a escuchar con
interés (es el período de formación del lenguaje activo). En este
sentido las tareas motrices pueden ser propuestas al niño haciendo
referencia también a partes de su cuerpo y formas de actuar con
estas, ejemplo: caminar apoyando las manos y los pies: como camina
el perro, saltar con las dos piernas imitando el salto de la pelota.
La capacidad de desplazamientos que tiene el niño de este grupo de
edad es una adquisición que aumenta el desarrollo de la orientación.
Esto permite además, incorporar a la tarea propuesta en el ejemplo
anterior, indicaciones que orienten al niño en el espacio: Ejemplo:
caminar apoyando pies y manos (como el perro), hacía adelante,
hacía atrás, a un lado y el otro, Saltar con las dos piernas: como la
pelota, hacía arriba, hacía adelante.

Como se ha podido apreciar en los ejemplos citados, cuando el niño


avanza en este grupo de edad, la motricidad se hace más compleja,
incorporándose nuevas formas de movimiento. Se observa un salto
cuantitativo en las acciones motrices, por lo que esta etapa de la vida
es llamada de gran "explosión motriz".
En observaciones que hemos realizado a la actividad motriz con
niños de 2 a 3 años, se aprecian las primeras manifestaciones de la
carrera y el salto, dos habilidades que en el grupo anterior carecían
de la fase de vuelo (despegue de los pies del piso) y que en este
grupo pueden ser identificadas. Se destaca también un gran salto
cuantitativo en el desarrollo de acciones combinadas como: - caminar
y correr, caminar y saltar, caminar y lanzar.
Se aprecia también que los niños alternan frecuentemente el caminar
con la carrera y caminan por arriba de bancos o muros a pequeña
altura del piso, aunque en la mayoría de los casos los movimientos no
lo hacen de forma continua, o sea caminan se paran y continúan
caminando.
Realizan el lanzamiento y el rodar pelotas pequeñas con una y dos
manos, no sólo hacia adelante y hacia arriba, sino también dirigido a
un objeto colocado a poca distancia, pero aún carecen de orientación
para llegar directamente al objetivo.
La cuadrupedia por el piso la ejecutan apoyando pies y manos y esta
se ejecuta generalmente en una sola dirección. También gatean por
arriba de tablas inclinadas y bancos a pequeña altura. Este
desplazamiento lo realizan de forma continua.
El escalamiento presenta una ejecución peculiar pues el ascenso se
realiza colocando un pie y la mano del mismo lado, continúan con la
colocación del otro pie y la mano correspondiente, y no se aprecia
continuidad en el movimiento. El descenso requiere aún de la ayuda
del adulto.
Saltan con ambas piernas y como hemos expresado con mayor
despegue de los pies del piso, incluso saltan por arriba de pequeños
objetos colocados en el piso, ejecutándolo solamente en una
dirección.
Este período se corresponde en algunos sistemas educativos con el
tercer curso del primer ciclo de la Educación Infantil.
En todo momento, se deben considerar los tres componentes
fundamentales de la motricidad: el compromiso fisiológico, el
propioceptivo y el de la motricidad ideada, manifestada gracias a los
movimientos de la coordinación dinámica general.

El compromiso fisiológico que conllevan las actividades físicas


realizadas por los niños no es frecuente que se tenga en
consideración. La propioceptividad y el control de la coordinación se
atienden más, siguiendo la línea de la motricidad. Resulta incompleto
y, por tanto, impreciso, el estudio de una parte. En las actividades
propuestas y en aquellas en las que son capaces de practicar, se
busca la integridad biológica de la actuación motriz, pues el ser
humano es una unidad biológica y en el movimiento se manifiesta con
mayor dimensión esta realidad.

Objetivos para el primer trimestre.


En las etapas anteriores, se hacía la descripción de una situación más individualizada,
válida para los padres y para maestros de escuelas educativas infantiles. En este período,
se parte de la organización escolar, donde hay varios niños en una misma aula. Por esta
razón, es probable que en algún momento haya pequeños desajustes que deberá adaptar
el equipo educativo.
Objetivos referidos al equilibrio, donde los educandos han de ser
capaces de:
Mantenerse un instante con apoyo de una pierna. Pierna libre.
Caminar hacia atrás en terreno liso.
Caminar hacia delante sobre un banco, llevado de la mano por el
maestro o maestra.
Deslizarse sobre un tobogán.
Caminar sobre una colchoneta, braceando como los soldados.

Objetivos referidos al conocimiento corporal y esquema corporal:


Llegar al conocimiento de diferentes partes de su cuerpo.
Cantar canciones que citen las partes del cuerpo y señalar con su
mano al son de la canción.
Buscar movimientos que sean ideados por los niños y realizados
de forma sentida y percibida.

Objetivos de la coordinación dinámica general:


Gatear con soltura y en patrón cruzado.
Afianzar la marcha.
Saltar con dos pies sobre el sitio.
Andar en triciclo.
Correr sin detenerse durante 30 segundos.
Lanzar un balón a un adulto que está frente a él.
Chutar un balón con el pie.
Con las manos en forma de cesto, recibir un balón que le pasa un
adulto a un metro de distancia.

Los objetivos sobre acciones manipulativas persiguen el dominio


manual y la precisión del movimiento de la pinza digital:
Ensartar bolitas en pita gruesa.
Construir torres de ocho cubos sin que se caigan.
Pasar páginas una por una.
Doblar un papel por la mitad.
Destornillar y atornillar.
Hacer bolas o figuras sencillas con arcilla.
Armar y desarmar piezas de los juguetes.
Tomar el lápiz entre el pulgar y el índice, apoyado en el dedo
medio.
Garabatear
Pintar.
En el campo del desarrollo motor, a esta edad, siempre se busca el desarrollo de la
inteligencia motriz. Para ello, hay que centrarse en la adquisición correcta de la marcha
con dominio de los cambios de dirección, el dominio para superar obstáculos, la marcha
hacia atrás, la carrera y el comienzo de la carrera hacia atrás, gracias a la percepción del
movimiento ideado y sentido. Todo ello, dentro de las variables de movimiento más
diversas que los pequeños pueden realizar.
Actividades para la consecución de los objetivos.

Movimientos de estimulación vestibular. Órganos del equilibrio:


Mantener las actividades sugeridas en períodos anteriores.
Caminar con los ojos cerrados, llevándolos de la mano.
Caminar y girar.
Girarse como los molinos, sobre el eje longitudinal.
Mantenerse sobre un pie en equilibrio durante breve instante.
Caminar por parejas, sobre líneas, dándose la mano.
Caminar por parejas, sobre cuerdas, dándose la mano.

Esquema corporal. Lateralidad:


En esta edad, los niños ya realizan acciones unilaterales, debido a
que la propiocepción está activa y abierta a la información de su
cuerpo: en su ser, estar, y la variación que se da en los movimientos
que realizan.
Pueden seguir un juego como el de Al corro chirimbolo, marcando y
señalando «un pie, otro pie, una mano, otra mano, un codo, otro
codo, la nariz y el gorro».

Es importante conseguir la estimulación adecuada y suficiente para que los dos


hemisferios vayan trabajando en armonía.
Movimientos de coordinación dinámica general:

Practicar los movimientos de reptación, gateo y marcha en todas las


posibilidades que se puedan organizar y realizar.
Caminar con marcha firme, marcha hacia atrás, con cambios de
dirección etc.
Caminar de puntillas.
Carrera de forma continuada. Los infantes pueden tener cierta
continuidad en su carrera. Todos son diferentes, pero si se juega con
ellos se puede conseguir que corran durante un minuto, dos veces
40 segundos, en función de las aptitudes y actitudes que vayan
desarrollando.
Hacer carreras de forma variada, para adquirir nuevas formas de
dominio y ejecución.
Saltos desde una escalera hacia abajo. También desde dos escaleras
si puede.
Saltos hacia abajo desde un banco, una silla, etc.
Saltos con los pies juntos.
Saltar sobre la cama. Saltar sobre camas elásticas.
Al principio del período, andar en triciclo. Al final del período, con
bicicleta de cuatro ruedas (dos ruedas laterales de apoyo).
Cogidos de la mano, realizar saltos, al compás de una canción, al ir
de paseo, al colegio, en el pasillo de casa, etc.
Realizar juegos de corros con mayores.
Realizar lanzamientos con pelotas de tenis, o similares. Los pies se
han de poner a la misma altura, en sentido de atrás-delante. Es un
proceso que evolucionará de los dos a los seis años hasta conseguir
un lanzamiento contra lateral.
Manejar globos con golpeos, recepciones, etc.
Chutar con balones pequeños.
Hacer juegos con intentos de pasar y recoger pelotas ligeras.

Manipulación
Continuar también los movimientos del período anterior.
Utiliza cubiertos en las comidas.
Practicar el juego de Los cinco lobitos.
Manipular materiales moldeables.
Crear construcciones con materiales que tenga plasticidad.
Garabatear con pinturas de bloque.
Quitar y poner una tapa de rosca.
Abotonar y desabotonar.
Subir y bajar cremalleras grandes.
Ensartar bolas.

La organización de las sesiones de trabajo dentro del horario de


actividades posibilita que si los niños de 2 a 3 años han tenido oportunidad y
estimulación hacia el movimiento, han de haber adquirido una buena riqueza motriz. Si
se han seguido las sesiones u orientaciones similares en las etapas anteriores, ya es un
educando que repta, gatea, camina, corre, trepa, sube escaleras, salta, camina hacia
atrás, tiene buen equilibrio y hace movimientos complejos en saltos, todo ello con
seguridad y firmeza. Esto permite organizar el trabajo a partir de una consideración
básica: todos los días, una primera sesión de trabajo en el aula de motricidad o
gimnasio. También atención especial a la hora del patio para desarrollar una segunda
sesión.
Primera sesión: 30 minutos orientados a ejercicios de equilibrio,
reptación, gateo, saltos, trepa, braceo, giros y juegos de corros.
También es interesante trabajar el juego libre.
Es importante aportar el material necesario para hacer que las situaciones cambien. El
exceso de material no beneficia a la acción motriz infantil; por eso una buena
organización entre el material y la acción que se persigue va a permitir un mejor
aprovechamiento de la tarea propuesta.
Segunda sesión: entre cinco y diez minutos, orientados a reforzar el
patrón motor de la marcha y la carrera.
Esta sesión requiere de espacios amplios como patios, parques,
paseos, etc. La duración y la intensidad deberán graduarse según la
capacidad de la niñez. Para los centros docentes podría encuadrarse
dentro del tiempo dedicado al recreo, o a la hora del paseo para los
padres.
La valoración de la motricidad en el primer trimestre irá acorde con
los objetivos por trimestres. La evolución es lenta, los resultados
conseguidos por los educandos deben corresponderse con la
progresión en los objetivos, por lo que se propone una valoración
excelente, adecuado y no conseguido para las siguientes tareas motrices:
Mantenerse un instante (dos segundos) con apoyo de una pierna.
Caminar hacia atrás (seis metros)
Caminar sobre un banco, llevado de la mano por el maestro o la
maestra (naturalidad).
Gatear con soltura y en patrón cruzado.
Saltar con dos pies sobre el sitio (tres veces seguidas, una, dos,
tres).
Correr sin detenerse durante 30 segundos.
Chutar un balón con el pie.
Girar, tendido en el suelo, sobre el eje longitudinal, haciendo la
croqueta.
Cada centro podrá poner las pruebas de valoración que considere oportunas: si anda en
triciclo, si bracea, si practica la natación, si consigue precisos movimientos manuales,
etc.
Objetivos para el segundo trimestre.

Objetivos propios del equilibrio. Que los niños sean capaces de:

Mantenerse un instante con apoyo de una pierna. La dominante.


Caminar hacia atrás por un banco, cogidos de la mano.
Caminar hacia delante sobre un banco sueco.
Gatear sobre un banco sueco.
Girarse como una peonza (hacer molinos).
Caminar sobre una colchoneta, como los soldados, y enlazar con
otra que está a un metro de distancia.
Objetivos referidos al conocimiento corporal y esquema corporal:
Llegar al conocimiento de diferentes partes de su cuerpo.
Cantar canciones que citen las partes del cuerpo y señalarlas con su
mano al son de la canción.
Buscar movimientos que sean ideados por ellos mimos y realizados
de forma sentida y percibida.

Objetivos de la coordinación dinámica general:

Gatear con soltura y en patrón cruzado.


Afianzar la marcha.
Saltar con dos pies de baldosa a baldosa, de cuadro a cuadro.
Montar en bicicleta de cuatro ruedas.
Correr sin detenerse durante 45 segundos.
Lanzar un balón a un adulto que está frente a ellos.
Chutar un balón con el pie cuando bota en el suelo.
Con las manos en forma de cesto, recibir un balón que les pasa un
adulto a 1,5 metros de distancia.

Actividades que llevan a conseguir estos objetivos.

Movimientos de estimulación vestibular. Órganos del equilibrio:


Mantener las actividades sugeridas en períodos anteriores.
Caminar con los ojos cerrados, llevándolos de la mano.
Caminar y girar.
Girarse sobre el eje longitudinal, desde tumbado y levantado.
Mantenerse sobre un pie en equilibrio durante breve instante.
Saltar desde un banco sueco y quedarse en equilibrio.

Esquema corporal. Lateralidad:


En esta edad, ya realiza acciones unilaterales. La propiocepción está activa y abierta a la
información de su cuerpo: en su ser, estar y la variación que se da en los movimientos
que realiza.
Practicar juegos sencillos que hagan alusión a partes del cuerpo o
movimientos sencillos.
Al chutar una pelota, hacerles sentir con cuál la golpean.

Movimientos de coordinación dinámica general:


Practicar los movimientos de reptación, gateo y marcha en todas
las posibilidades que se puedan organizar y realizar.
Caminar con marcha firme, con cambios de dirección, etc. Caminar
de puntillas.
Hacer carrera de forma continuada. Los pequeños pueden tener
cierta continuidad en su carrera. Todos son diferentes, pero si se
juega con ellos, se puede conseguir que corran durante un período
prolongado o dos períodos con continuidad de unos segundos, en
función de las aptitudes y actitudes que vayan desarrollando.
Correr de forma variada, para adquirir nuevas formas de dominio y
ejecución.
Saltar desde una escalera hacia abajo. También desde dos
escaleras si puede.
Saltar hacia abajo desde un banco, una silla, etc.
Saltar con los pies juntos.
Dar saltos sobre la cama. Saltar sobre camas elásticas.
Ayudarlos a marchar con bicicleta de cuatro ruedas (dos ruedas
laterales de apoyo).
Cogidos de la mano, realizar saltos, al compás de una canción, al ir
de paseo, al colegio, en el pasillo de casa, etc.
Realizar juegos de corros con mayores.
Realizar lanzamientos con pelotas de tenis o similares.
Manejar globos con golpeos, recepciones, etc.
Chutar con balones pequeños.
Juegar a intentar pasar y recoger pelotas ligeras.
La organización de las sesiones ha de mantener el mismo criterio que
en el primer trimestre. Trata de conjugar la sesión de la sala y la
sesión del patio. Las dos formas son importantes, aunque,
dependiendo de la organización del centro y sus medios de
instalación, podría acomodarse el trabajo que se va a realizar.
La valoración de la motricidad en el segundo trimestre dentro de la lenta
evolución señala que se pueden percibir algunos progresos en su motricidad. Lo más
destacado del primer trimestre al segundo es la seguridad con que realizan los
movimientos y el ritmo más vivo que aplican al realizarlos. Por ello, mantener la
valoración de la etapa anterior para las siguientes tareas motrices:
Mantenerse un instante (tres segundos) con apoyo de un pie.
Caminar hacia atrás (ocho metros).
Caminar sobre un banco, llevados de la mano por el adulto
(naturalidad).
Gatear con soltura y en patrón cruzado.
Saltar con dos pies sobre el sitio (tres veces seguidas, una, dos,
tres).
Correr sin detenerse durante 45 segundos.
Chutar un balón con un pie y con el otro.
Girar, tendido en el suelo, sobre el eje longitudinal, haciendo la
croqueta.

Objetivos para el tercer trimestre.


Estos objetivos serán los que marquen las metas del curso en lo referente a la
motricidad. Igualmente, han de corresponderse y complementarse con los objetivos
generales del curso y ciclo.
Objetivos propios del equilibrio:

Mantenerse un instante con apoyo de una pierna. La dominante.


Caminar hacia atrás por un banco, cogidos de la mano.
Caminar hacia delante sobre un banco sueco.
Gatear sobre un banco sueco.
Girarse como una peonza (hacer molinos).
Caminar sobre una colchoneta, como los soldados, enlazar con otra
que está a un metro de distancia y enlazar con una tercera a un
metro de distancia.
Caminar, girar a la izquierda o derecha (libre) y seguir caminando
sin caerse.

Objetivos referidos al conocimiento y esquema corporal:

Conocer y distinguir 20 partes del cuerpo (cara, ojos, boca, nariz,


orejas, cabeza, cuello, hombros, brazos, codos, manos, dedos de las
manos, espalda, nalgas, pecho, tripa, piernas, rodillas, pies, dedos
de los pies).
Distinguir, percibir e idear movimientos diversos de un brazo y otro,
una pierna y otra.
Objetivos de la coordinación dinámica general.
Reptar con movimientos alternos.
Gatear con soltura y en patrón cruzado.
Afianzar la carrera.
Saltar con dos pies de baldosa a baldosa, de cuadro a cuadro.
Montar en bicicleta de cuatro ruedas.
Correr sin detenerse durante un tiempo prolongado.
Lanzar un balón a un adulto que está frente a ellos.
Chutar un balón con el pie cuando bota en el suelo.
Con los brazos en forma de cesto, recibir un balón que les pasa un
adulto a dos metros de distancia.
Pasar el balón a un adulto que está a dos metros de distancia.

Actividades que llevan a conseguir estos objetivos.

Movimientos de estimulación vestibular. Órganos del equilibrio:

Mantener las actividades sugeridas en períodos anteriores.


Caminar con los ojos cerrados, llevándolos de la mano.
Caminar y girar.
Girarse como los molinos, sobre el eje longitudinal.
Mantenerse sobre un pie en equilibrio durante un breve instante.
Balancearse sobre columpios o similares.

Esquema corporal. Lateralidad:


En esta edad, ya realiza acciones unilaterales. La propiocepción está
activa y abierta a la información de su cuerpo: en su ser, estar y la
variación que se da en los movimientos que realizan. Pueden seguir el
juego de Al corro chirimbolo.
Es importante conseguir una estimulación adecuada y suficiente para que los dos
hemisferios vayan trabajando en armonía.
Movimientos de coordinación dinámica general:

Practicar los movimientos de reptación, gateo y marcha en todas las


posibilidades que se puedan organizar y realizar.
Caminar con marcha firme, cambios de dirección, etc.
Caminar de puntillas.
Correr de forma variada, para adquirir nuevas formas de dominio y
ejecución.
Saltar desde una escalera hacia abajo. También desde dos escaleras
si pueden.
Saltar hacia abajo desde un banco, una silla, etc.
Saltar con los pies juntos.
Saltar sobre la cama. Saltar sobre camas elásticas.
Cogidos de la mano, realizar saltos, al compás de una canción, al ir
de paseo, al colegio, en el pasillo de casa, etc.
Realizar juegos de corros con mayores.
Realizar lanzamientos con pelotas de tenis o similares. Los pies se
ponen a la misma altura, en sentido atrás-delante. Es un proceso
que evolucionará de los 2 a los 6, años hasta conseguir un
lanzamiento contralateral.
Manejar globos con golpeos, recepciones, etc.
Chutar con balones pequeños.
Jugar a pasar y recoger pelotas ligeras.
Al principio del período, andar en triciclo. Al final, con bicicleta de
cuatro ruedas.
La organización de las sesiones mantiene el mismo criterio que en los
trimestres anteriores.
La valoración de la motricidad en el tercer trimestre debe indicar las
diferencias posibles entre niños del mismo grupo, unos por edad
cronológica y otros por edad neurológica. A pesar de ello, mantener la
importancia de valorar y detectar el nivel de desarrollo neuromotor de
los educandos en cada momento de su vida escolar. Lo más
destacado de la evolución de este curso es la seguridad con que
realizan los movimientos y el ritmo más vivo que aplican al
realizarlos. Por ello mantener, la valoración de excelente, adecuado y
no conseguido para las siguientes tareas motrices:
Mantenerse un instante (cuatro segundos) con apoyo de un pie.
Caminar hacia atrás (10 metros).
Caminar sobre un banco, llevados de la mano por el adulto
(naturalidad).
Gatear con soltura y en patrón cruzado.
Saltar con dos pies sobre el sitio, (cinco veces seguidas, una, dos,
tres…).
Correr sin detenerse durante 60 segundos.
Chutar un balón con un pie y con el otro.
Girar, tendidos en el suelo, sobre el eje longitudinal, haciendo la
croqueta.
LILI ESTA PARTE DEBE IR ARRIBA COMO SUSTENTO TEORICO PERO NO ASI
COPIADO TODO, SOLO RESUMIDO Y PRIORIZANDO…

CAUSAS DE LAS ALTERACIONES EMOCIONALES Y DE APRENDIZAJE

Muchos padres, sensibilizados con la importancia del desarrollo de sus hijos, acuden
preocupados a los especialistas cuando sus hijos presentan dificultades de aprendizaje y, en
muchos casos, manifiestan falta de concentración, problemas posturales y conductuales.

En ocasiones, estos problemas corresponden a alteraciones del proceso de maduración infantil,


y afectan a la esfera motriz, afectiva y cognitiva.

El desarrollo de cada niño o niña es diferente e individual (influencia genética, educativa y


medio ambiental), aunque este desarrollo debe evolucionar con una secuencia esperada. Cuando
este proceso evolutivo se perturba, las alteraciones se manifiestan afectando la motricidad, y en
consecuencia el proceso de aprendizaje.

Las alteraciones del sistema nervioso en los infantes en esta etapa pueden afectar tanto a la
coordinación gruesa como la fina, el control de la respiración y la postura, etc.

Cuando se trata de alteraciones en el proceso de maduración del organismo, se propone un


programa de reeducación donde se dirijan actividades específicas para casos de mayor afectación,
como en el síndrome de Down, la parálisis cerebral, etc.

En los casos más habituales, el asunto cardinal consiste en una atención individualizada dentro
del grupo, que conlleve un tratamiento metodológico diferenciado del contenido que se va a
desarrollar.

Las alteraciones en el desarrollo motor e intelectual infantil pueden provenir de diversas


causas, originadas por la alteración, en mayor o menor grado, del proceso de maduración.

En las primeras edades, las alteraciones emocionales de los pequeños pueden ser de origen
genético y sociocultural; si no son bien atendidas, pueden desatar trastornos de la conducta en
edades posteriores, que traen como consecuencia dificultades en el aprendizaje.

Las de origen genético generan daños cerebrales que, en la mayoría de los casos, son
provocados por enfermedades de la madre, anomalías, irradiación en el embarazo, lesiones en el
momento del parto y enfermedades que afectan el organismo infantil en el primer año de vida. Las
de origen sociocultural se manifiestan mayormente por cambios bruscos en la vida del menor,
dentro de las que influyen las personas que los cuidan, el no seguimiento apropiado del horario de
vida, y por la poca o mala atención a la niñez en situaciones mantenidas en el tiempo, como puede
ser estimular el temor como medio de socialización, la sobreprotección, las discusiones en
presencia del pequeño, etc.

El contenido general del programa de motricidad para niños con alteraciones emocionales es
similar al que reciben el resto de los educandos; comprende el desarrollo de capacidades
(coordinativas y flexibilidad) y habilidades motrices que favorezcan la percepción y el control del
cuerpo, la ubicación en el tiempo y espacio, así como la ejecución de ejercicios respiratorios y de
relajación que mejoren las funciones orgánicas.

Con relación al tratamiento metodológico que se va a aplicar con estos infantes, se harán
algunas especificidades. Desde las primeras sesiones de actividades, deben determinarse las
particularidades de cada uno de ellos a fin de brindarles una debida atención individual dentro del
grupo.

Las principales particularidades que generalmente se detectan en estos niños son: torpeza
motora gruesa y fina, que les hace caerse con facilidad, tropezar contra los objetos, tener
dificultades para agarrar objetos, estar tensos, rígidos, concentrarse poco, llegar rápido a la
fatiga, estar inquietos, desganados, y se orientan mal en el espacio.

Cuando el niño o la niña manifiesta algunas de estas particularidades, las tareas motrices deben
sugerirse considerando la alteración emocional manifestada, y si esta provoca en un estado de
excitación o de inhibición.

Los estados de excitación, generalmente, desatan en ellos la hiperactividad, y los de inhibición


los muestran retraídos, temerosos y tímidos.

Según A. R Downey y A. Soltanovich en el Manual de ejercitación psicomotora y postural, las


alteraciones emocionales tienen manifestaciones tónicas y posturales que pueden hacerse
permanentes y bloquear a los niños, obstaculizando su desarrollo. De acuerdo con esto, la
ejecución de juegos motores y ejercicios físicos son recomendables para estos menores,
brindándose en cada caso el tratamiento metodológico adecuado.

En la tabla siguiente aparece una guía para tener en cuenta en el tratamiento.

PARTICULARIDAD NECESITA SE LE OFRECE


Hiperactividad. Liberar energía de Desarrollar juegos con reglas
forma ordenada. a cumplir con poco tiempo
Concentrarse. de duración.
Aumentar su Variar la forma de ejecutar
autovaloración. el juego.
Ser estimulado, Ejecutar juegos de
halagado. relajación.
Desarrollar juegos donde
construyan el recorrido, y al
final verbalmente.
Cumplir tareas motrices de
forma individual que
conlleven al reconocimiento
del grupo.
Cumplir encomiendas en la
actividad (recoger, organizar
y entregar materiales).
Estar ocupado todo el
tiempo de la actividad y
tener responsabilidades en
ella.

Tímido Adquirir seguridad en Ocupar con otro niño o niña


sí mismo. papeles principales en el
Comunicarse juego.
Aumentar su Realizar ejercicios que
autovaloración. desarrollen el valor,
Ser estimulado y ejecutándolos en grupo (sin
halagado. obligarlos), como: saltar
objetos, caminar por muros,
bancos (en parejas, tríos,
pequeños grupos).
Ejecutar los juegos con
menor variación,
considerando un mayor
tiempo de ejecución.
Cumplir tareas sencillas que
conlleven el reconocimiento
del grupo.
Darle encomiendas en la
actividad con otro
compañero (recoger,
organizar o entregar
materiales).
Desarrollar actividades
públicas en grupo.

Como se puede apreciar en el cuadro anterior, el tratamiento metodológico en la actividad


motriz se realizará teniendo en cuenta cada caso. En el contenido de la actividad que se
desarrolla. se deben incluir ejercicios específicos que tienencomo objetivo prevenir o controlar
estas alteraciones del sistema nervioso. De esta forma, además del contenido dirigido a la
motricidad gruesa, mediante el desarrollo de habilidades motrices básicas, se deben reforzar los
ejercicios de motricidad fina, de relajación y posturales.

Estos ejercicios pueden propiciarse en diferentes momentos de la actividad: al inicio, en la


parte medular y al final.

Es muy importante observar el estado de los niños antes de proponerles la actividad. Si se


manifiestan muy excitados, se debe comenzar con ejercicios de relajación, que pueden
acompañarse de narraciones, representaciones, rimas, cantos y cuentos. El tono de la voz del
adulto debe ser bajo y pausado.

Si, por el contrario, ellos están cohibidos, muy tranquilos, apartados y desinteresados, se
comienza la actividad de una forma más dinámica, elevándose el tono de la voz. En este caso, para
empezar la actividad se realizan desplazamientos por todo el espacio: caminando, corriendo y
saltando de diferentes formas y hacia distintas direcciones.

Los ejercicios de motricidad fina estimulan los pequeños segmentos del cuerpo: cara, manos y
pies. Estos tienen como objetivo básico el control de los pequeños músculos y el desarrollo
psicomotor.

Los ejercicios de relajación fundamentalmente se dirigen a los infantes que manifiestan


excitación del sistema nervioso, aunque, en sentido general, estos ejercicios también son muy
útiles para aplicarlos con la totalidad del grupo infantil, cuando se eleva el tono muscular producto
de una actividad motriz dinámica. Debe tenerse en cuenta que una particularidad generalizada del
sistema nervioso en los niños de esta edad es que los procesos de excitación predominan sobre los
de inhibición, por tanto, los ejercicios de relajación comúnmente se incorporan a la actividad,
siempre que esta lo requiera.

Los ejercicios posturales están dirigidos más directamente a los más tímidos, ya que por sus
características se paran y se sientan encorvados, mantienen la cabeza baja, los brazos
generalmente recogidos y se hace necesario corregir su postura.

A continuación, se propone un grupo de ejercicios específicos que se pueden realizar con


educandos de 3 a 6 años, según las necesidades. El equipo educativo podrá seleccionar los
ejercicios, teniendo en cuenta las particularidades de sus niños.

EJERCICIOS ESPECÍFICOS PARA PREVENIR O CONTROLAR ALTERACIONES EMOCIONALES

Ejercicios de motricidad fina.


Para las manos:
Enseñar mano derecha e izquierda.
Palmas unidas (abrir y cerrar), tocarse las yemas de los dedos, las manos se saludan,
abrazan, se dan palmadas en diferentes en partes del cuerpo o en distintas superficies.
Tocar materiales (suaves, duros).
Apretar pelotas pequeñas, pasarla de una mano a la otra.
Jugar con bolas, amarrar y desamarrar (cuerdas, cintas).
Para los pies (preferentemente sentados, individual):
Con los pies, decir adiós, encontrarse, decir sí y no, rodar bolas, conos, agarrar cuerdas
(tirarlas) y agarrar frazadas.
Para manos y pies:
Unir pies y manos, alternadamente.
Tocar con los dedos de las manos cada dedo de los pies, pasar la pelota pequeña por los pies.
Para la cara:
Inflar la cara y soplar, sacar la lengua, arrugar la frente.
Abrir y cerrar los ojos, mirar arriba, abajo, a un lado y otro, sonreír y enojarse.
Para la cara y dedos de las manos (esquema corporal):
Un dedo de cada mano: tocar nariz y una oreja, barbilla y la otra oreja, nariz y frente, boca
y cabeza.
En pareja, hacer el espejo, tocar con un dedo partes del cuerpo del compañero;
encontrarse con las dos manos, derecha, izquierda, alternando con los codos, con las
rodillas, con los pies (arriba, al frente, movimientos simultáneos).

Ejercicios para la relajación.


Mediante la palabra (imágenes habladas):
Pensamos en el mar, cómo se mueve, en su azul, el viento sopla, escuchar un sonido lento,
caminar lento como…, derretirse como el helado.
Mediante tareas motrices:
Brazo arriba de una mesa o de la pierna flexionada: dejar caer el brazo que pesa, de pie;
igual, dejar caer el brazo al lado del cuerpo, pesa mucho y cae.
Sentados con las piernas extendidas, subir un poco la pierna y dejar caer que pesa
(alternar).
Acostados de espalda: dejar caer el brazo y pierna que pesa, temblar.
De pie, colocar una bolsa en la cabeza y hombro (sentados y de pie); caminar lento con la
bolsa y sentarse; acostarse, con bolsa colocadas en la barriga (subir y bajar la barriga); a
gatas, bolsa colocada en la espalda (subir y bajar la espalda).
Ejercicios posturales.
Caminar en las puntas y talones de los pies.
Caminar con los brazos arriba (estirándose bien), con movimientos simultáneos y
alternadamente.
Caminar elevando las rodillas al frente y con las manos en la cintura.
Caminar tratando de golpearse los glúteos con los talones de los pies.
Caminar por líneas y cuerdas, llevando los brazos laterales.
Combinar caminar y correr (trote suave). Al caminar, dar palmadas hacia arriba, atrás, a un
lado y otro.
Ejecutar saltitos en el lugar (buscando altura), y después con desplazamientos.
Combinar caminar, correr (trote) y un saltito arriba.
Caminar, correr y saltitos hacia diferentes direcciones (lateral y atrás).
Caminar llevando un objeto en la cabeza y después en la espalda.
De pie y después sentados, pasar un aro por el cuerpo (vestirse y desvestirse).
Desplazarse lentamente, introduciendo el cuerpo por el aro.
De pie, con el aro sostenido en la espalda, girar el tronco a un lado y otro.
Lanzar un objeto hacia atrás (pelota, cuerda, bolsita).
Apoyarse en los pies y en las manos (cuadrupedia), flexionar y extender el tronco (el gatito).
Acostarse de espaldas y realizar movimientos libres con las piernas. Se alterna cambiando a la
posición de acostado, de frente.

Todas estas actividades motrices pueden colaborar de manera eficiente en la solución de tales
alteraciones o problemáticas, pero en sí mismas no son los medios únicos para resolverlas, pues
cualquier situación psicológicamente conflictiva, no solo obedece a factores de tipo interno, sino
que, y de modo particular en la primera infancia, son debido a factores de tipo socioambiental,
fundamentalmente la calidad de la dinámica familiar, el grado en que son satisfechas las
necesidades básicas de los niños, el sistema de interrelaciones personales y sociales, entre otros
muchos.

Pero proporcionan un arsenal de métodos pedagógicos y psicológicos de los que pueden echar
mano los maestros para paliar las problemáticas de sus educandos y, en cierta medida, resolver su
difícil situación emocional.

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