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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA

FACULTAD DE INGENIERÍA

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE INGENIERÍA DE MINAS

¿CUÁNTOS PROYECTOS EN PROSPECCIÓN LLEGAN A SER MINAS Y EN CUANTO


TIEMPO?

Presentado por:

Oswaldo Terán,

Wilmer Gallardo,

Keylor Castillo,

Kevin Mera,

Cristian Sánchez,

Juan Ortiz

Docente:

Mg. Wilder Chuquiruna

Cajamarca – Perú

Marzo del 2018

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Concesiones mineras son retenidas sin ser exploradas ni explotadas

Cerca de 22,7 millones de hectáreas no registran ningún tipo de actividad. Especialistas dicen que
debe modificarse sistema de adjudicaciones.

MANUEL MARTICORENA / Día_1

No es difícil ser minero en el Perú. Obtener una concesión de mil hectáreas para cualquier
mortal que se autocalifique como productor minero artesanal requiere de un depósito de
apenas US$500 en el Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet). No se necesita
acreditar experiencia minera, ni entregar ningún tipo de garantía, solo basta que la propiedad
–al que el interesado aspira a tener en concesión– no haya sido solicitada antes por otra
persona o empresa.

La facilidad para obtener una concesión minera ha hecho que el 18,5% del territorio
nacional haya sido otorgado con este fin. Esto no quiere decir que en estas áreas haya
trabajos mineros; de hecho, según el Ingemmet, solo en el 1% del territorio nacional se hacen
actividades de exploración y explotación minera.

Así, de los 128,5 millones de hectáreas (ha) que tiene el país, 23,9 millones se encuentran
concesionados y de ellos, solo 1,2 millones concentran operaciones.

¿Qué está pasando con cerca de 22,7 millones de hectáreas que han sido entregados en
concesión y que no registran actividad alguna?

Aquí algunas respuestas: Gran parte de este territorio está siendo retenido por pequeños
especuladores; otro tanto es conservado por empresas que acumulan concesiones con miras
a que en algún momento sean puestas en valor y otro tanto está siendo entregado por sus
titulares a mineros informales para su explotación, recibiendo a cambio una regalía.

“El sistema de concesiones es bueno, pero muchos se aprovechan de ello. Hay gente que
denuncia y pone concesiones para especular y aprovecharse de los mineros honestos.
También hay aquellos que se aprovechan de los informales cobrándoles cupos y regalías.
Varias personas tienen concesiones en provincias y están en Lima tranquilamente sentadas y

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esperando que los ilegales les paguen sus regalías”, señala el ex presidente del Instituto
Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), Walter Casquino.

Pero esta práctica de acaparar no solo es hecha a pequeña escala. Grandes empresas
como BHPBilliton, Golden Ideal Gold Mining y Compañía de Minas Buenaventura, entre otras,
tienen una gran cantidad de concesiones dormidas; pagando religiosamente las penalidades y
los derechos de vigencia exigidos por ley para mantener en su poder las concesiones.

CHICAS Y GRANDES
El director de Catastro Minero del Ingemmet, Henry Luna, aclara que en estos casos no es
que las empresas no quieran invertir o explorar la zona entregada en concesión, sino que para
poder desarrollar proyectos de exploración y explotación primero tienen que llegar a acuerdos
con las comunidades de las áreas donde se encuentra la concesión y esto suele tardar mucho
tiempo.

Según la legislación actual, los concesionarios tienen la posibilidad de retener las concesiones
por seis años, período durante el cual solo pagan un derecho de vigencia. En el sexto año
deben acreditar un monto mínimo de inversión por hectárea (en la gran minería es de US$100
por ha) en exploración o explotación; de no hacerlo pagan una penalidad, que en el caso de la
gran minería es de US$6 por ha –entre el séptimo y duodécimo año– y de US$20 por ha en
los siguientes años.

El ex presidente del Ingemmet, Walter Casquino, sostiene que, considerando las ganancias
mineras, estos precios resultan irrisorios y es por ello que es más fácil mantener los terrenos y
seguir pagando las penalidades sin hacer nada.

Desde el 2004 prácticamente se han triplicado los pagos por derechos de vigencia y
penalidades para retener las concesiones, pasando de US$28 millones a US$72 millones en
el 2011.

Cecilia Gonzales, socia y especialista en Derecho Minero del Estudio de Abogados Grau,
arguye que las mineras requieren de un plazo largo para hacer sus inversiones, en ese
sentido, la actual normatividad les da la posibilidad, a las empresas y productores, de retener
las concesiones hasta por cerca de veinte años, mientras terminan de hacer los estudios

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respectivos para producir.

“Aquí hay que entender cómo trabaja el sector. Para que un titular empiece a hacer
actividades tiene que tener todas las licencias y autorizaciones del propietario del área
superficial. Llegar a un acuerdo con una comunidad puede demorar, con suerte, un año;
después están los permisos ambientales, ahí es al menos otro año. Solo en obtención de
permisos puedes demorar cuatro años”, refiere.

Usualmente se ha cuestionado el prolongado tiempo que los propietarios de las concesiones


dejan pasar sin realizar actividades en la zona de concesión. En el 2008 se intentó que se
redujera el plazo de concesión a diez años. Hoy, un proyecto de ley en el Congreso,
presentado por el congresista nacionalista Tomás Zamudio, propone declarar la caducidad de
las concesiones mineras que no sean explotadas en un plazo máximo de tres años.

El representante legal de Compañía de Minas Buenaventura y ex presidente de la Sociedad


Nacional de Minería, Petróleo y Energía, José Miguel Morales, alerta que la propuesta es
inviable.

“Eso es una falta de conocimiento de la actividad minera: desarrollar Antamina tomó 100 años;
Cuajone, 70 años; Toquepala, 60 años y Toromocho, 80 años porque hay que explorar. En
tres años eso es imposible”, recalca Morales.

Sin embargo, el abogado sí cree que podría ser adecuado subir el monto que debe pagarse
por hectárea para mantener el derecho de vigencia en la concesión. Morales cree que se
requiere una reforma de la Ley General de Minería para adecuarla a todos estos nuevos
aspectos.

EN VALOR
En general al país le debe interesar poner en valor lo más antes posibles su riqueza minera,
en ese sentido la inacción le puede costar mucho. Henry Luna explica que hay empresas
pequeñas y personas naturales que tienen concesiones cerca de grandes minas a la espera
de que ante una eventual expansión puedan negociar el derecho de la concesión por precios
astronómicos.

Un empresario minero, que aceptó declarar con la condición de no ser citado, señala que hay

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áreas que bien podrían estar siendo estudiadas cerca a sus operaciones, pero por la retención
de concesiones no pueden hacerlo. “Prácticamente no comen ni dejan comer. Esta situación
podría impulsar incluso un mercado secundario de concesiones”, sugiere.

Walter Casquino hace notar que las normas actuales de concesión se establecieron en 1992
en un momento en que se requería promover las concesiones. Hoy la realidad es otra.

“Hay que ser creativos para plantear los cambios sin matar a la gallina de los huevos de oro,
que en este caso es el sector minero. De lo contrario, la inversión en este sector se retraerá”,
concluye Casquino. (Concesiones mineras son retenidas sin ser exploradas ni explotadas,
2012, http://archivo.elcomercio.pe/economia/peru/concesiones-mineras-son-retenidas-sin-
exploradas-ni-explotadas-noticia-1420628)

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