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ORDEN MANTODEA

Los mantodeos son, como los insectos y los arácnidos, una rama de los
artrópodos. Si bien todos los mantodeos descienden de un una misma especie
de insecto perdida en los albores de la vida Iskemar, y son insectos como tal,
las similitudes que caracterizan únicamente a las especies de esta familia de
insectos les ha hecho merecerse una familia taxonómica a parte según los
eruditos en la materia. El suborden Mantodea es uno de los tres subórdenes,
junto con Blattodea (cucarachas) e Isoptera
(termitas) que forman el superorden Dictyoptera.

Los mántidos son unos insectos fácilmente


reconocibles, pese a su variabilidad, por una serie
de rasgos característicos.

Apteromantis aptera
(Fuente, 1894).
Fotografía de Rafael Obregón.

MORFOLOGÍA

Cabeza ortognata, pequeña, con mucha movilidad, de forma triangular, con dos voluminosos
ojos compuestos semiesféricos y bien visibles dorsalmente (figura 2). Cápsula cefálica con
tres ocelos bien desarrollados dispuestos en triángulo, siempre por encima de la inserción
de las antenas; sutura epicraneal borrada y frente con un esclerito diferenciado denominado
escudo facial muy utilizado en la determinación taxonómica (figura 2). Antenas más o menos
largas, con el escapo grande, generalmente filiforme, pero a veces pectinadas en los machos.
Aparato bucal masticador, típicamente ortopteroide.

Los mantodeos se caracterizan por poseer un protórax generalmente alargado, de mayor


longitud que el meso y metatórax y nunca extendido sobre la cabeza. Pronoto dividido por un surco
típico en una prozona anterior y una metazona posterior. Patas con tarsos de 5 artejos y sin arolio
entre las uñas; las del segundo y tercer par marchadoras y sin características especiales. Patas
anteriores prehensoras, con las coxas largas, fuertes, contiguas en la línea media, prismáticas
y armadas a menudo de dientecillos; trocánteres bien desarrollados; fémures triangulares,
largos y estrechos, armados en su cara inferior de numerosas espinas dispuestas en tres filas,
una sobre el borde interno, otra sobre el borde externo y una tercera fila intermedia en la base,
constituida por 3-5 espinas, denominadas espinas discoidales; la disposición de las espinas es
un carácter muy usado en la clasificación taxonómica; tibias robustas, de longitud variable,
armadas de espinas en su cara inferior y terminadas en un garfio que se aloja en la depresión
discoidal del fémur cuando la tibia se abate sobre éste. Alas casi siempre presentes y bien
desarrolladas, a veces reducidas en las hembras y más raramente en los machos; algunas
especies ápteras. Tegminas fuertemente coriáceas, sin perder la venación que suele ser menos
compleja en las especies más evolucionadas; vena costa (C) marginal, subcosta (Sc) alcanzando
el ápice, radio (R) sólo bifurcada en tres ramas como máximo, media (M) poco ramificada, cúbito
(Cu) bien ramificada, anales (A) poco numerosas; campo anal pequeño; membrana yugal
desarrollada; ala posterior con el campo anterior pequeño y el campo posterior grande, plegable en
abanico; las venas costa, subcosta, radio, sector de la radial (Rs) y media son simples, cúbito
ramificada, primera anal simple y 2ª anal y siguientes como en los Blatodeos (figura 3). Abdomen
largo y delgado en los machos, más ancho en las hembras. Con diez terguitos visibles, el último de
los cuales forma la placa supraanal. Nueve esternitos en los machos y siete en las hembras; en estas
últimas el séptimo forma una gran placa subgenital, comprimida, algo hendida en el ápice,
que envuelve a los tres pares de valvas del oviscapto, las cuales son cortas, verticalmente
aplanadas, dirigidas hacia abajo y apenas sobresaliendo del abdomen. Placa subgenital del macho
con dos estilos; órgano copulador de éste asimétrico. Cercos pluriarticulados, cónicos o cilíndricos
(figura 4).


Figura 1.
Esquema general de un mantodeo.
Figura 2.
Cabeza generalizada de un mantodeo. a: antena; cl: clípeo; ef: escudo facial; la: labro; ma: mandíbula; o: ojo; oc: ocelo; ve: vértex.

Figura 3.
Esquema generalizado de la tegmina (a) y el ala (b) de un mantodeo.
Figura 4.
Extremo abdominal en ambos sexos de un mantodeo adulto. ce: cerco; es: estilo; oc: órgano copulador masculino; ov: oviscapto; ps: placa
subgenital.


Figura 5.

Esquema de una ooteca de mántido según Morales Agacino. co: cámara ovígera; cs: cara superior; h: huevo; la, li y lp: laminillas anterior,
intermedia y posterior; ti: tabique intercalar; zr: zona de revestimiento.

ORIGEN

El término “mantis religiosa” se usa vulgarmente para denominar a los insectos pertenecientes al
orden Mantodea, grupo que incluye 2300 especies descritas en todo el mundo. El nombre de estos
organismos (“mantis religiosa”) se les otorgó por la forma cómo éstos disponen las patas anteriores
raptoriales durante el reposo: pegadas al cuerpo una al lado de la otra en un ángulo que recuerda a
unos brazos en posición de plegaria. Por otro lado, el término mantis procede del griego mántis =
“profeta o adivino”.

Hembra de Ameles spallanzania –


(Rossi, 1792), en paciente espera

Es importante destacar que el nombre “mantis religiosa” alude a una única especie (“mantis” es el
nombre de un género dentro del orden Mantodea), por lo que en lugar de hablar de “mantis”
deberíamos referirnos a estos insectos como “mantodeos”.
Los primeros registros fósiles de mantodeos datan de hace más de 135MA (Baissa, Siberia). Se cree
que estarían emparentados con las termitas (Isópteros) y las cucarachas (orden Blattodea) debido,
sobre todo, a las semejanzas en el sistema reproductivo de las hembras y, más lejanamente, con los
saltamontes y los grillos (orden Orthoptera), grupos con los que se emparejaron durante mucho
tiempo formando un único orden. Se les confunde con frecuencia con los insectos palo
(Phasmatodea) u otros insectos con patas anteriores raptoriales como los mantíspidos
(Mantispidae, orden Neuróptera).

HISTORIA NATURAL

Son en general insectos termófilos y buscan los sitios bien soleados, viviendo en el suelo o
sobre las matas. Aunque algunas especies acuden volando hacia la luz durante la noche, en conjunto
son estrictamente diurnos y su actividad está ligada a una temperatura bastante elevada,
comúnmente por encima de los veinte grados. Sus movimientos no suelen ser muy rápidos,
salvo cuando atacan a una presa; normalmente permanecen inmóviles durante bastante
tiempo, con la cabeza alzada sobre el protórax casi erecto y las patas delanteras plegadas sobre
sí mismas; esta curiosa postura, que sugiere una súplica, les ha valido nombres científicos como
religiosa, oratoria y vulgares como "santateresas", "rezadoras", etc.

Iris oratoria – (Linnaeus, 1758),


esperando en pose de apariencia
reverente

El desplazamiento de un lugar a otro se efectúa mediante una marcha lenta, aunque los machos de
algunas especies pueden realizar vuelos cortos con bastante facilidad, y algunas especies
terrícolas de zonas desérticas son rápidas corredoras. Los mantodeos son todos depredadores y
para la caza utilizan su primer par de patas perfectamente conformado para este fin. Se sitúan
para ello sobre cualquier piedrecilla o rama y, acercándose o aguardando, aprovechan con
instintiva rapidez el momento en que la presa se pone a su alcance, sujetándola al atraparla
entre sus fuertes espinas, manteniéndolas en esa posición mientras la devoran. Su actividad
alimenticia es tan grande que consumen notables cantidades de moscas, mosquitos, saltamon-tes,
orugas, etc. Al ser esencialmente insectívoros destruyen grandes cantidades de insectos,
principal-mente dípteros, lo que nos lleva a considerarlos como útiles auxiliares de la agricultura. La
cópula de los mantodeos suele estar precedida de una especie de parada sexual, como la ofrecida
por algunas hembras del género Iris, que levantan sus alas brillantemente coloreadas con intención
de atraer hacia ellas al sexo contrario. No obstante, en general los preparativos de acoplamiento los
realiza el macho con objeto de evitar el mortal ataque de la hembra; así pues, este permanece
un cierto tiempo rondándola antes de saltar bruscamente sobre su dorso, agarrándose al
protórax y contactando entre sí las antenas; seguidamente el macho dobla su abdomen hacia
la izquierda hasta que consigue poner en contacto las estructuras genitales de ambos. El
acoplamiento dura aproximadamente un par de horas, y el macho deposita un pequeño
espermatóforo en forma de cápsula en la base del oviscapto. Cada hembra puede ser
fecundada por más de un macho y, una vez ocurrido esto, los huevos son puestos en una ooteca,
pero, a diferencia de las cucarachas, ésta no queda enganchada en el extremo del abdomen sino
que es fijada directamente al sustrato (piedra, tronco, ramilla, etc.). La ooteca es de forma ovoide
o prismática, globosa, con uno de los extremos más aguzado, la cara inferior plana o curva
y la superior con una serie de láminas imbricadas, por donde saldrán las crías. La estructura
de la ooteca es la siguiente: a) una zona de revestimiento, o corteza protectora, gruesa o delgada y
de consistencia esponjosa; b) una zona ovígera o central, formada por la misma sustancia que la
capa externa pero de consistencia más compacta, donde se sitúa la masa de huevos. Esta última
está dividida transversalmente por una serie de tabiques, constituidos a su vez por tres laminillas
soldadas entre sí, dando lugar a varias cámaras donde se colocan los huevos; por su posición, las
laminillas forman una especie de válvula que sólo puede abrirse desde el interior.

Las ninfas de Mantis nada mas



nacer sulen comer otras mantis
recien salidas de la ooteca.

UBICACIÓN

Las mantis tienen una distribución mundial, con mayor abundancia y diversidad en las áreas
intertropicales, habiendo representantes en la zona iberobalear y macaronésica de sólo cuatro
familias de las 15 en que se divide el orden.


REFERENCIAS

v http://sea-entomologia.org/IDE@/revista_47.pdf
v http://es.bajodelmar.wikia.com/wiki/Mantodeos
v https://allyouneedisbiology.wordpress.com/2015/08/29/mantis/
v https://miblogdebichos.wordpress.com/mantidos/
v https://bishoverde.wordpress.com/tag/mantodeos-mantidae/
v http://dillet.blogspot.com/2012/06/nacimiento-de-una-mantis-religiosa.html
v https://es.wikipedia.org/wiki/Mantodea


ORDEN DERMAPTERA

Los dermápteros (del griego derma, piel y pteron, ala) son unos de los
órdenes de insectos más pequeños que existen, con unas 1.840
especies repartidas en 12 familias. Los dermápteros típicos poseen en
su extremo posterior dos cercos con forma de tijera, de ahí su nombre
común de tijeretas, aunque algunas especies han perdido esta
característica, al poseer comportamientos parásitos. Aunque poseen
unas pequeñas alas, muy pocas especies son capaces de volar, pero
algunas producen sonidos con estas, mientras que otras especies las
han perdido. Generalmente son organismos que viven en el suelo y de
hábitos nocturnos, siendo tanto
herbívoros como saprófagos,
carroñeros y cazadores. Sus cercos
característicos son usados para la
caza y la defensa, poseyendo algunas especies además
glándulas repugnatorias. Muchas especies cuidan de sus
huevos en cavidades subterráneas, lamiéndolos
continuamente para evitar contaminaciones, aunque
hay también especies vivíparas.



Forficula auricularia


MORFOLOGÍA
Los dermápteros son insectos de talla pequeña a mediana (4-80 mm), con el tegumento
esclerotizado y la cutícula lisa o pubescente. Aparato bucal de tipo masticador. Las alas
anteriores denominadas tegminas recubren las alas posteriores dejando el abdomen al
descubierto. El abdomen termina en un par de cercos.
La cabeza es de tipo prognato, convexa, de forma casi triangular y ligeramente aplanada
con las suturas visibles entre los escleritos. Para distinguir las categorías taxonómicas
superiores se utiliza la longitud de los ojos, la distancia entre ellos y las distancia entre las
antenas (Steinmann, 1986). Los ojos están bien desarrollados con unos centenares de
omatidios, salvo ciertas especies parásitas o cavernícolas que son ciegas. Carecen de
ocelos. Delante de los ojos se insertan las antenas con un número variable de artejos
según las especies (12-50). La longitud de los artejos del primero al quinto,
es un carácter significativo para la identificación de especies en determinadas familias. Las
antenas juegan un papel importante para el reconocimiento de las presas, la parad nupcial
y el cuidado de los huevos y de las larvas (Al-bouy & Caussanel, 1990). El aparato bucal es
de tipo masticador, compuesto del labro, las mandíbulas, las maxilas, la hipofaringe y el
labio. El cuello es estrecho y membranoso con diferentes escleritos que facilitan el
movimiento de la cabeza en todos los sentidos.
El tórax comprende los tres segmentos característicos de los insectos. El protórax con
una placa dorsal única esclerotizada que es el pronoto. El mesonoto y el metanoto
corresponden a las placas tergales del segundo y tercer segmento del tórax; son más anchas
que largas. En la región ventral, el prosterno, mesosterno y el metasterno. El sistema
pleural está bien desarrollado facilitando la inserción de los podómeros basales de las
patas. Las tegminas son cortas y nunca sobrepasan la mitad del abdomen, en ciertas
especies son muy cortas o incluso ausentes. Pueden presentar unas carenas o pliegues
característicos para la identificación de las especies como se utilizan también en el caso de
los élitros de los coleópteros. Las alas posteriores son de forma semicircular, transparente
y membranosa, con una estructura muy complicada que jamás se ha utilizado para la
clasificación de las especies. Son funcionales en algunas especies como la tijereta común.
Las patas son de longitud variable según las especies, la coxa de forma troncocónica,
el trocánter es bastante pequeño, el fémur generalmente comprimido permite alojar la
tibia cuando se flexiona la pata. La tibia es de sección más o menos circular. Cada tarso
comprende tres artejos; el primero y tercero de longitud similar y el segundo más corto. La
longitud y morfología de los tarsos es un carácter significativo
para la identificación de las especies. El abdomen está provisto en el décimo terguito de un
par de cercos que juegan un papel decisivo para la captura de las presas y en
el cortejo previo al apareamiento. La longitud del abdomen es aproximadamente dos tercios
de la longitud total del cuerpo; de forma convexa en la parte dorsal y más o menos plana
en posición ventral. Los terguitos recubren a ambos lados los esternitos, y los pleuritos
membranosos están muy reducidos. Existe un claro dimorfismo sexual, en cuanto al número
de segmentos, y la forma y talla de los cercos. Los machos presentan diez terguitos visibles
y en las hembras el séptimo terguito recubre el octavo y noveno. Tanto la morfología de los
cercos como de los últimos terguitos en los machos son caracteres significativos para la
determinación de las especies.



Fig. 1.

Hábitus de Dermaptera, visión dorsal y ventral (adaptado de Burr, 1911).

ORIGEN

Los primeros fósiles del grupo aparecen entre Triásico superior y Jurásico inferior, en lo que hoy es
Inglaterra y Australia, hace 208 millones de años. Estas especies primitivas extinguidas carecen de
algunas características presentes en las especies actuales, situándose en el suborden extinguido
Archidermaptera, con unas 70 especies.

HISTORIA NATURAL

Los dermápteros constituyen un orden relativamente pequeño de insectos, con unas 2000

especies. Los anglosajones tenían la falsa creencia de que las tijeretas se introducían en los oídos de
las personas y de ahí su nombre en inglés earwig. La mayor biodiversidad se presenta en los bosques
ecuatoriales de las regiones tropicales; de hábitos nocturnos, viven en la superficie del suelo, bajo
las piedras, en los tocones, etc. Se han encontrado ejemplares de Forficula auricularia en duraznos
y melocotones. En Canarias se ha colectado Labidura riparia en las playas, Euborellia annulipes en
las plataneras y Gonolabis máxima en cuevas (Herrera Mesa, 1999).

La alimentación de los dermápteros es de tipo omnívoro, aunque algunas especies más


primitivas son predadoras por lo que se utilizan para la lucha biológica o lucha integrada. En general
la mayoría de los forficúlidos son saprófagos, detritívoros o fitófagos alimentándose de los
pétalos de las flores. En la literatura científica se han descrito también casos de canibalismo. Las
tijeretas utilizan los cercos para la captura y retención de las presas. En la región iberobalear y
macaronésica los adultos se encuentran preferentemente de junio a septiembre, aunque
dependiendo de diferentes microclimas se pueden encontrar también desde la primavera hasta
finales del otoño. El acoplamiento se produce después del tocamiento de la hembra por los cercos
del macho, previa exploración mediante las antenas entre ambos congéneres. La hembra
hace la puesta de unos 25-70 huevos en el suelo y los cuida durante todo el invierno. Las tijeretas
son hemimetábolas. Los huevos eclosionan a comienzo de la primavera. Las larvas suelen
abandonar el nido en el segundo estadio, experimentan unas cuatro mudas durante las cuales
aumenta el número de artejos de las antenas, se desarrollan las alas y se completa la forma
definitiva de los cercos; alcanzan la madurez al final del verano. Algunas especies de los géneros
Anisolabis y Euborellia presentan cinco mudas; los dermápteros presentan en general una sola
generación anual (Imms, 1994).


Lámina I:1-2.Forficula auricularia. 3-4.Labiduria riparia. 5-6.Nala lividipes. 7-8.Labia minor. 9-10.Euborelia moesta.

Fotografías: 1-3, 5-6 © Francisco Rodríguez; 4 © Adolfo

Cordero; 7-8 © David Molina; 9 © Benito Campos; 10 © Enrique Hernández (imágenes procedentes de Biodiversidad virtual: www.biodiversidadvirtual.org)

UBICACIÓN

La fauna de dermápteros del mundo comprende 1912 especies. En Europa se encuentran


83 especies agrupadas en cinco familias, y en la Península Ibérica se han identificado 30
especies que corresponden: 20 especies de la familia Forficulidae, siete de Anisolabididae,
dos de Labiduridae y solo una especie de la familia Spongiphoridae (Tabla I).

La fauna ibérica y macaronésica comprende así mismo cinco familias de dermápteros. En la Tabla II
se muestra la distribución de especies por familias. Desde el punto de vista cuantitativo en Canarias
se ha encontrado un número de especies similar al de la Península Ibérica debido a la riqueza de
endemismos como el género Guanchia que está representado por trece especies; en Madeira e Islas
Salvajes se han determinado quince especies; en el archipiélago balear solo se han identificado ocho
especies y en Azores cinco.


REFERENCIAS

v http://sea-entomologia.org/IDE@/revista_42.pdf
v https://es.wikipedia.org/wiki/Dermaptera
v http://www.taxateca.com/ordendermaptera.html

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