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(Espejo, 2008) Los routers wifi emiten a lo sumo 100mW, pero suponen un

riesgo para la población escolar por su cercanía a los niños/as en especial a la


cabeza, en edad pediátrica, cuando se está desarrollando su cerebro y su
sistema nervioso. Los sistemas wifi emiten cuándo hay transferencia de datos.
Sin embargo se consigue una mejor conexión y una mayor velocidad con
conexión por cable. Habría que usar el wifi como último recurso, cuándo no se
pueda establecer conexión por cable y si es absolutamente necesario. No se
debería instalar en los dormitorios de los niños o cerca de los mismos Si se
emite con menos potencia (del orden de 100mW, por los 2W con los que emite
un móvil), sin embargo, en muchas empresas y colegios se emite muy cerca de
la persona y su cerebro, en una exposición horaria continua y amplia en
ámbitos laborales o en centros de enseñanza durante el horario escolar.

El problema fundamental son los niveles de emisión/inmisión de microondas


pulsátiles a los que estamos expuestos, y las emisiones de los sistemas wifi se
sumarán a las emisiones de los sistemas de telefonía móvil y, especialmente,
en los grupos de edad sensibles como personas mayores o niños/as cuando se
instalan estos sistemas, por ejemplo, en centros de enseñanza, unido al
problema de una exposición continua a estas emisiones de los trabajadores/as
de determinadas empresas. Uno de los riesgos emergentes en el ámbito
laboral europeo, son los campos electromagnéticos, riesgos físicos
identificados como más peligrosos en un reciente Informe del Observatorio
Europeo de Riesgos de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el
Trabajo.

La polémica mediática sobre el uso de los sistemas wifi comenzó en Gran


Bretaña después de que una investigación hecha por el programa Panorama,
de la cadena estatal BBC, denunciara los peligros que esta tecnología puede
acarrear sobre los seres humanos. Este programa centró sus tesis en que la
emisiones de estas ondas radioeléctricas eran tres veces más potentes que las
emitidas por un aparato de telefonía móvil, por lo que sus posibles efectos
adversos afectarían en la misma proporción. La Agencia de Protección
Sanitaria británica quiere acabar con el debate entre científicos y expertos y
realizar un estudio sistemático sobre si las emisiones de los sistemas wifi
pueden afectar a la salud pública; dado que en el Reino Unido la mayoría de
los centros educativos tienen sus redes informáticas conectadas por wifi; con la
lógica preocupación entre enseñantes y padres madres de alumnos/as

(Espejo, 2008)La Comisión Internacional para la Seguridad Electromagnética


(ICEMS) en su conferencia internacional: Aproximación al Principio de
Precaución y los Campos Electromagnéticos: Racionalidad, legislación y
puesta en práctica, en la ciudad de Benevento, Italia, ( 22-24 de febrero de
2006) llegó a una serie de conclusiones, a través de la Resolución de
Benevento, en la que propone: Promover las alternativas a los sistemas de
comunicación sin hilos, por ejemplo: uso de la fibra óptica y de los cables
coaxiales. Las propuestas del ICEMS para los sistemas inalámbricos urbanos
(por ejemplo. Wi-Fi, WIMAX, sistemas de banda ancha por cable o línea
eléctrica o tecnologías equivalentes) deben estar sometidas a una revisión
pública de la exposición potencial a campos electromagnéticos (CEM) y, en el
caso de estar instalados anteriormente, los municipios deben asegurar una
información disponible para todos y actualizada regularmente.
La universidad de Lakehead, en Ontario, Canadá, ha eliminado las conexiones
Wi-Fi a aquellos lugares donde no se pueda acceder a internet mediante fibra
óptica. Fred Gilbert, presidente de la Universidad, se muestra cauteloso con el
empleo de dichas redes: “No se conoce el impacto que puede tener sobre las
personas el uso de las ondas electromagnéticas”, basa esta medida en
estudios aparecidos recientemente que relacionan casos cancerígenos
ocurridos en animales, y humanos, con estos campos electromagnéticos.
El 20 de julio de 2007, el Ministerio Federal Alemán de Medio Ambiente,
señalaba que como medida de precaución son preferibles los sistemas de
transmisión de datos por cable como alternativas a los sistemas wifi. Se
recomendaba a escuelas y centros de enseñanza que, si era posible, se
evitase los sistemas Wifi.

En septiembre de 2007 se presentaba el denominado Bioinitiative Report;


realizado por un grupo internacional de científicos, investigadores y
profesionales de la salud pública. La Agencia Europea de Medio Ambiente
(EEA) ha contribuido en este nuevo informe con un capítulo redactado de un
estudio de la propia EEA “Últimas lecciones de las primeras alertas: el principio
de precaución 1896-2000” publicado en 2001. El informe expone una detallada
información científica sobre los impactos en la salud cuando se está expuesto a
la radiación electromagnética cientos y miles de veces por debajo de los límites
establecidos. Los autores/as han revisado más de 200 estudios científicos y
trabajos de investigación, y han concluido que los niveles existentes de
seguridad pública son inadecuados para la protección de la salud. Desde el
punto de vista de las políticas de salud pública, unos nuevos límites de
seguridad están justificados basados en el peso total de la evidencia.
Los investigadores señalan que las evidencias sugieren que los efectos
biológicos e impactos en la salud pueden ocurrir y de hecho ocurren a niveles
mínimos de exposición, niveles que pueden estar miles de veces por debajo de
los límites públicos de seguridad actuales. Los campos electromagnéticos de
radiofrecuencia o microondas pueden considerarse genotóxicos (que dañan el
ADN de las células) bajo ciertas condiciones de exposición, incluyendo los
niveles de exposición que están por debajo de los límites de seguridad
existentes.

Advierten además de que niveles muy bajos de exposiciones pueden llevar a


las células a producir proteínas de estrés, reconocen las exposiciones a estas
emisiones como dañinas y que hay una evidencia substancial de que estas
emisiones pueden causar reacciones inflamatorias, reacciones alérgicas y
cambiar las funciones inmunes normales a niveles permitidos por los actuales
valores límite de seguridad

(Espejo, 2008)También en septiembre de ese año la Agencia Europea de


Medio Ambiente (EEA) señala que es necesario cuestionar los límites de
exposición actuales a los CEM, incluidos los emitidos por los sistemas Wifi, de
acuerdo con el Grupo de Trabajo BioInitiative.
En noviembre de 2007, El Comité de Higiene y Seguridad (CHS) de la
Dirección de Asuntos Culturales de la ciudad de París ha votado la propuesta
que reclama una moratoria para la implantación del Wifi en bibliotecas y
museos hasta haber constatado los efectos sanitarios del Wifi”. Las
asociaciones alegan los efectos genotóxicos de las frecuencias del Wifi. En
diciembre la Alcaldía de Paris desactivaba las instalaciones Wifi de seis
bibliotecas públicas de la ciudad, debido a que los trabajadores se quejaban de
problemas de salud, invocando el principio de precaución.
El investigador Prof. Olle Johansson, del prestigioso Instituto Karolinska de
Estocolmo, ha expresado su preocupación sobre la enorme difusión de los
sistemas Wifi, y aseguró que hay miles de artículos científicos relativos a lo
efectos adversos de radiofrecuencias y microondas.

En el estado federal austriaco de Salzburgo (Austria), el gobierno ha estado


sugiriendo a las escuelas no instalar redes Wifi durante los últimos meses, y
está considerando una prohibición.

(PALACIOS, 2009) ¿Somos unos alarmistas? Ayer mismo, un importante grupo


de científicos convocados por el Senado español aseguraba que la tecnología
sin hilos podría convertirse en “un problema de salud pública de primer orden“,
pues los campos electromagnéticos que producen podrían ser causantes “de
un grave problema de salud pública”. Sí ya sé lo que me vais a decir, podría, en
condicional.

En realidad, sobre este asunto la comunidad científica está muy dividida. Por
ejemplo, la Agencia de Protección Sanitaria Británica (HPA) asegura que hablar
20 minutos por el móvil suponen la misma radiación que si estuviésemos un
año entero conectados a Internet en un hot spot (puntos públicos de acceso
WiFi). Y en ninguno de los dos casos está completamente demostrado que, a
largo plazo, estas radiaciones perjudiquen a la salud. Según tuexperto.com,
citando un informe de la Universidad Estatal de Washington, la mitad de los
miles de estudios publicados al respecto concluyen que el WiFi es perjudicial, y
la otra mitad no. Empate técnico.

Sin embargo, una investigación del programa de la BBC “Panorama” encontró


que los niveles de radiación en un salón de clases de una escuela en Inglaterra
eran tres veces más altos que los niveles de radiación emitidos por una torre de
telefonía celular. Precisamente en un lugar, un colegio, donde la opinión
general es que deben reducirse este tipo de radiaciones electromagnéticas
para evitar problemas de salud a los niños.

Los expertos consultados por los periodistas quitaron hierro al asunto,


afirmando que esos niveles detectados están por debajo de los límites
permitidos. Pero lo cierto es que el WiFi está ahora presente en todos los
centros educativos y hospitales, algo que no pasa con las antenas de móviles.

En Gran Bretaña muchos padres están exigiendo la retirada de las redes Wi-Fi
de los colegios. En Canadá el rector de la Universidad de Lakehead, en
Ontario, ha decidido retirarlas garantizando al mismo tiempo el acceso a la Red
mediante fibra óptica.

Lo cierto es que esta “niebla electrónica” provocada por las redes inalámbricas
podría tener efectos dañinos para la salud a largo plazo y, lejos de investigarlo,
las seguimos extendiendo por todas partes. Hasta que no sepamos más, el
Principio de Precaución nos recomienda que tengamos cuidado.

(Español, 2017) ¿Es posible la alergia al wifi?

Desde hace un tiempo se habla de la llamada hipersensibilidad al wifi. De


hecho, una persona consiguió que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid le
concediera la invalidez por padecer esta dolencia.

Por otro lado, se realizó un estudio sobre 72 personas: 36 de ellas decían que
eran electrosensibles y manifestaban síntomas como cansancio, vértigo o
náuseas, que, decían, se derivaban de los sistemas wifi, ordenadores y
móviles. Las otras 36 personas no tenían ninguna dolencia.

La científica húngara Zsuzsanna Dömötör pidió a los participantes que


describieran sus sensaciones al ser sometidos a un campo electromagnético,
pero no los sometió a nada. Sin embargo, aunque no hubo ningún cambio, las
personas electrosensibles presentaban síntomas sin causa alguna.
Este es uno de los estudios que se analizó en el informe de CCARS y que
demuestra como las personas electrosensibles no pueden detectar cuándo son
sometidas a una radiación. Los síntomas son reales, pero la causa no son las
ondas electromagnéticas, sino que pueden ser otras enfermedades
psiquiátricas o estrés. De hecho, este síndrome de la hipersensibilidad al wifi
no está reconocido en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la
OMS (Organización Mundial de la Salud).

En cualquier caso, lo más importante es hacer un uso responsable del móvil,


del ordenador y de otros aparatos. La mayor parte de los síntomas que se
atribuyen al wifi suelen derivarse de cansancio por el trabajo, ansiedad o un
simple resfriado.

Entonces, ¿el Wi-Fi es perjudicial o no?

(Kirschbaum, 2014) "La exposición a las radiaciones del Wi-Fi es más elevada
desde la computadora que desde el router", argumenta Elisabeth Cardis,
responsable del "Centre de Recerca en Epidemiología Ambiental" (CREAL), en
Cataluña, España. Después de varias investigaciones concluyó que "si la
fuente de radiofrecuencia no está pegada a la cabeza, el nivel de exposición es
muy bajo". Por suerte, la computadora se utiliza a un metro o a 60 centímetros
del cuerpo.

El CREAL realizó el "Interphone", uno de los estudios más importantes que se


llevaron a cabo sobre el tema. En él participaron 13 países, y como resultado
se encontraron ciertos indicios que demuestran que aquellas personas con más
horas acumuladas de uso del celular podrían tener más posibilidades de
desarrollar un tumor cerebral poco frecuente llamado glioma.
Por otro lado, los pacientes que participaron en la investigación empezaron a
hacer uso de la telefonía móvil a una edad más tardía que los jóvenes de hoy
en día, si se tiene en cuenta que un cáncer o tumor puede tardar años en
manifestarse. Por este motivo la OMS considera que todavía no está nada
dicho sobre si es peligroso o no, y que se deben ahondar las investigaciones
en los grupos de población específica como los niños y los adolescentes.

(SALUD180.COM, 2015)Los especialistas consideran que la radiación


electromagnética (radiofrecuencias y microondas) que emiten los routers DSL y
módems perjudica la salud.

James Horne, científico del Centro de Investigación del Sueño de la


Universidad de Loughborough en Reino Unido, advierte que estas
transmisiones electromagnéticas inciden en la actividad de las ondas
cerebrales de las personas alterando su comportamiento mental.

Por lo anterior, permanecer por varias horas en zonas donde hay conexión de
WiFi (wireless fidelity) podría tener los siguientes efectos en la salud y
bienestar.

1. Estrés

2. Trastornos del sueño

3. Palpitaciones

4. Migraña

5. Incapacidad para concentrarse y problemas de memoria


De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, hay investigaciones que
atribuyen diversos síntomas exponerse a la baja intensidad a campos
electromagnéticos en el hogar. Estos son ansiedad, depresión, náuseas y
pérdida de la libido.

Sin embargo, la controversia que se plantea actualmente se centra en si bajos


niveles de exposición a largo plazo pueden o no provocar respuestas biológicas
e influir en el bienestar de las personas.

Horne considera que a pesar de las versiones encontradas de que el WiFi no


es tan potente para causar daños a la salud y otras que afirman que sí lo es, el
hecho de que “millones” de personas estén rodeados “todo el tiempo” de
diversos dispositivos electrónicos aumenta la sensibilidad.

En 2007 el profesor de la Universidad Estatal de Washington, William Stewart,


llegó a la conclusión de que aún no se conocía lo suficiente como para poder
asegurar que el uso de tecnologías como el WIFI tuviese efectos negativos
sobre la salud, ni siquiera a largo plazo. Stewart, quien dirigió una investigación
del gobierno británico sobre los posibles efectos de los teléfonos móviles,
recomendó a los ciudadanos tomar únicamente medidas de precaución tanto
en el uso del WIFI como de los móviles.

(Peru21, 2013) A menudo se escuchan cosas como "el WiFi hace daño". Se
dice que puede ocasionar dolores de cabeza, trastornos mentales,
problemas de fertilidad, alteraciones en el embarazo, cáncer, entre otros
efectos. Sin embargo, los científicos no suelen ponerse de acuerdo en este
tema. Lo cierto es que cada vez es más frecuente encontrar investigaciones
que buscan la verdad.

En tal sentido, destaca el trabajo de un grupo de alumnas del colegio Hjallerup


Skole ( Dinamarca ) que ha puesto al descubierto una verdad
preocupante: ¿Cuál sería el impacto del WiFi en las plantas?

Para averiguarlo, hicieron un experimento muy sencillo. En una habitación


colocaron una bandeja con 200 semillas de berro. En otra habitación hicieron lo
mismo, pero agregaron lo siguiente: dos routers WiFi. Durante 12 días, las
chicas brindaron los cuidados necesarios a las semillas para que pudieran
crecer.

En teoría, ambos grupos de semillas debían desarrollarse normalmente, pero


l*os resultados fueron sorprendentes*. Según el portal danés DR, las alumnas
observaron que las semillas que estaban en la habitación sin WiFi crecieron
normalmente, mientras que las semillas de la otra habitación murieron.

Si esto ocurre con plantas, ¿se imagina qué podría pasar con el ser humano?
Será cuestión de tiempo para que la ciencia se pronuncie al respecto con
mayor determinación.

(20MINUTOS, 2017) Conocida como 'alergia' al wifi, la electrosensibilidad no


está catalogada oficialmente como enfermedad, pero es citada por pacientes
en varios países como causa de malestar y dolencias. Es el caso de Rosa C.T.,
una funcionaria de la Generalitat que ha solicitado una pensión por incapacidad
permanente. La administrativa, que lleva tres años de baja, afirma que sufre
dolor de cabeza, fatiga y dificultad para concentrarse, unos síntomas que
desaparecen cuando se aleja de las ondas. Ahora, el Juzgado de lo Social
número 1 de Lleida estudia su reclamación. Aunque se conoce muy poco de
esta dolencia, la hipersensibilidad estaría provocada por una exposición
recurrente a campos electromagnéticos. Es decir, no se trata solo de los
routers que llevan internet a ordenadores, móviles y tabletas, sino de una gran
variedad de aparatos electrónicos. La Organización Mundial de Salud afirma
que las personas que sufren electrosensibilidad presentan "una variedad de
síntomas inespecíficos", pero añade que "no es un diagnóstico médico". En el
mismo sentido, un comité científico de la Unión Europea concluye que no hay
pruebas científicas que prueben la existencia de la dolencia, aunque animan a
seguir investigando. Sin embargo, el Consejo de Europa pidió reducir la
exposición a ondas electromagnéticas y en Suecia está admitida la incapacidad
a las personas que padecen la dolencia. La supuesta alergia genera
controversia y gran parte de la comunidad científica rechaza su existencia, pero
lo cierto es que hay personas que afirman encontrarse mal en presencia de las
ondas wifi y han logrado llevar su caso a los tribunales. El primer
reconocimiento en Europa se dio en septiembre de 2015, cuando un tribunal
francés aceptó la hipersensibilidad electromagnética de Marine Richard y le
concedió una pensión mensual. La sentencia fue muy criticada por los
científicos. En España, el primer caso favorable se produjo dos meses
después. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid otorgó la invalidez a un
ingeniero de telecomunicaciones, en gran parte gracias a un informe
hospitalario en el que se afirmaba que el trabajador padecía cefaleas,
nerviosismo e irritabilidad, entre otros síntomas, cuando se exponía a campos
electromagnéticos. ¿Cuáles son los síntomas? La comunidad científica no ha
establecido ni el diagnóstico ni el cuadro que provocaría la hipersensibilidad.
Aún así, los estudios y testimonios de las personas que afirman padecerla
coinciden en un número de síntomas, entre los que figura el insomnio, los
mareos, dolores de cabeza, vómitos, latidos irregulares, falta de concentración
y pérdida de memoria a corto plazo. Además de variar según el paciente, los
síntomas son muy generales. Es decir, un dolor de cabeza puede tener un gran
número de causas posibles, lo que dificulta el proceso de diagnóstico.

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