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GENERALIDADES.
1. Conceptos generales.
Se critica a esta clasificación porque habría hechos en que participan ambos, por ejemplo el
suicidio, donde está la voluntad del hombre pero también el efecto natural de la muerte. La
respuesta es que el criterio a utilizar es la trascendencia de la voluntad del hombre en los
efectos del hecho. Pues si bien es cierto que participan ambos hechos donde está la voluntad
del hombre, dicha participación es irrelevante ante los efectos de la muerte, al igual como la
concepción o el nacimiento.
Los efectos jurídicos pueden producirse como consecuencia de que ocurra algo –un
acontecimiento de la naturaleza o humano– o como consecuencia de que no ocurra algo. Los
primeros son positivos y los últimos hechos negativos. Cuando la doctrina le atribuye
consecuencias jurídicas a los hechos negativos es porque están compuestos por hechos
positivos. Por ejemplo, no pagar la deuda de una obligación. El hecho negativo produce
importantes consecuencias jurídicas, como la constitución de mora del deudor, sin embargo
para que se produzca este hecho negativo es necesario un precedente de hecho positivo que
sería en este caso, la celebración de un contrato. También ocurre con la prescripción extintiva,
donde el no hacer del acreedor que no exige el cumplimiento. Pero para que operen los
efectos es menester un hecho positivo: el transcurso del tiempo.
Extintivos son aquellos que ponen fin a una relación jurídica, como el pago de una obligación.
Los impeditivos son los que obstan a la eficacia de los hechos jurídicos constitutivos. Impiden
que el hecho constitutivo produzca sus efectos. Por ejemplo un vicio de nulidad, la
incapacidad de una de las partes o bien el objeto ilícito.
Tiene importancia esta clasificación en materia probatoria: quien alega la existencia de un
hecho jurídico constitutivo, extintivo o impeditivo debe, por regla general probar el hecho
respectivo.
Cuando se habla de ellos, se refiere a los voluntarios. Los involuntarios se asimilan a los
hechos naturales.
1. Lícitos: se conforman con el Derecho. Están protegidos por el Derecho y producen los
efectos queridos por su autor.
Conceptos necesarios:
1. Negocio jurídico: sus efectos son consecuencia directa e inmediata de la voluntad; son los
queridos por el autor o las partes.
Análisis de la definición:
Interno: la voluntad.
Externo: la manifestación.
Ambas doctrinas son en el fondo lo mismo, con diferente enfoque: la primera es como lo ve
el Derecho; la segunda, como lo ven las partes.
c. La manifestación de voluntad produce los efectos queridos por el autor o por las
partes porque el Derecho la sanciona.
Vial tiene una posición intermedia: se producen por ambos, pues derivan inmediatamente de
la voluntad y mediatamente de la ley, que es la que en definitiva permite la autonomía
privada.
Art. 1445 CC. “Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad
es necesario:…”
De los requisitos enumerados por la disposición, sólo son esenciales la voluntad, el objeto y
la causa. La capacidad, la voluntad sin vicios, el objeto lícito y la causa lícita no son
esenciales, pues si faltan, el AJ produce sus efectos, pero puede ser anulado.
No existen realmente elementos naturales del AJ, sino efectos naturales. Por lo demás, el CC
no dice “elementos”, sino “cosas”.
Art. 1444 CC. “(…) son de la naturaleza de un contrato las que no siendo esenciales en él,
se entienden pertenecerle, sin necesidad de una cláusula especial;…”
c. Elementos accidentales.
Art. 1444 CC. “(…) y son accidentales a un contrato aquellas que ni esencial ni naturalmente
le pertenecen, y que se le agregan por medio de cláusulas especiales.”
a. Requisitos de existencia.
Son indispensables para que el AJ nazca a la vida del Derecho. Si faltan, el acto es
jurídicamente inexistente, por lo que no produce efecto alguno.
Son necesarios para que el AJ tenga una vida sana y produzca sus efectos en forma estable.
Su omisión no impide que el acto nazca, pero nace enfermo, con un vicio que lo expone a
morir si es invalidado.
Partes: personas que teniendo intereses contrapuestos, se ponen de acuerdo para dar
nacimiento a un AJ bilateral.
Los Arts. 1437 y 1438 CC hacen sinónimos los términos convención y contrato, siendo
que existe entre ambos una relación de género a especie: el contrato es una convención
que crea derechos y obligaciones. Pero este error no es importante en la práctica, pues
a ambos se les aplican las mismas reglas y principios.
1. Entre vivos: no requieren naturalmente la muerte del autor o de una de sus partes. Es
la regla general de los AJ.
2. Por causa de muerte: requieren la muerte del autor o de una de sus partes. Ej.
Testamento (Art. 999 CC), mandato destinado a ejecutarse después de la muerte del
mandante (Art. 2169 CC).
c. Atendiendo a la utilidad o beneficio que reporta el AJ para quienes lo ejecutan:
Modalidades: cláusulas que se incorporan a un AJ con el fin de alterar sus efectos normales.
Las principales son la condición, el modo y el plazo. La doctrina agrega la representación y
la solidaridad.
1. De familia: atañen al estado de las personas o a las relaciones del individuo dentro de
la familia.
1. Principales: subsisten por sí mismos, sin necesidad de otro acto que les sirva de
sustento o apoyo
2 . Accesorios: para poder subsistir necesitan de un acto principal que les sirva de
sustento o apoyo, al cual acceden. Se clasifican en:
Los AJ accesorios no pueden subsistir sin un AJ principal, pero pueden tener existencia
jurídica con anterioridad a éste. Faltando en definitiva el AJ principal, el accesorio caduca.
1. Nominados o típicos: están reglamentados por la ley, que señala el supuesto de hecho
al cual atribuye efectos jurídicos y determina éstos.
2. Innominados o atípicos: no están previstos por la ley, pero pueden adquirir existencia
jurídica como consecuencia de la autonomía privada. Si se conforman con la ley, el
orden público y las buenas costumbres, producen los efectos queridos por las partes,
rigiéndose, en lo no previsto por ellas, por las reglas generales aplicables a los actos
y declaraciones de voluntad.
GENERALIDADES.
1. Conceptos generales.
El primer requisito de existencia del AJ es la voluntad. Para que la voluntad produzca efectos
jurídicos debe cumplir dos requisitos copulativos:
a. Manifestarse.
b. Ser seria.
2. La manifestación de voluntad.
La claridad es un deber del declarante. Este principio es acogido por el CC en las reglas de
interpretación de los contratos:
Art. 1566 CC. “(…) Pero las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas por
una de las partes, sea acreedora o deudora, se interpretarán contra ella, siempre que la
ambigüedad provenga de la falta de una explicación que haya debido darse por ella.”
Ejemplo:
-Si el acreedor destruye el documento en que consta su crédito o se lo entrega al deudor, debe
entenderse que desea remitir la deuda porque ese hecho es incompatible con la voluntad de
perseverar en la calidad de acreedor (art. 1654);
-Si el heredero, antes de aceptar o repudiar la herencia, enajena cualquier efecto hereditario,
se entiende que acepta tácitamente una herencia por cuanto ejecutó un acto que
necesariamente supone tal intención (art.1244);
3. El silencio.
Hipótesis: Puede ocurrir que una persona enfrentada a un determinado hecho y, teniendo la
posibilidad de obrar, no formule declaración alguna ni ejecute un comportamiento
concluyente, limitándose a guardar silencio: ¿Se puede atribuir al silencio el significado de
manifestación de voluntad?
Solo por excepción, el silencio puede tener valor de manifestación de voluntad, y ocurre
cuando así lo dispone expresamente la ley, lo establecen las partes especialmente o lo
prescribe el juez.
En lo que sea aplicable, se sujeta a las mismas reglas que toda manifestación de voluntad.
Por ello, es posible que se encuentre viciado por error, fuerza o dolo.
1. EL CONSENTIMIENTO
En el lenguaje jurídico se denomina consentimiento al acuerdo de voluntades de la partes, necesario
para dar nacimiento al acto jurídico bilateral. El Artículo 1445 del Código Civil contempla
expresamente como el primer requisito para que una persona obligue a otra por un acto o declaración
de voluntad que consienta en dicho acto o declaración, debiendo dicho consentimiento no adolecer
de vicio.
2. Formación del consentimiento en los actos jurídicos bilaterales
El Código Civil no reglamenta la formación del consentimiento. Se encarga de ello el Código de
Comercio.
Los artículos 97 al 108 del Código de Comercio, relativos a la formación del consentimiento, se
aplican no solo a actos mercantiles, sino también a las convenciones que no tienen por objeto un acto
de comercio. Su alcance es amplio o general.
De esas disposiciones se desprende en primer término que para la formación del consentimiento en
los actos jurídicos bilaterales se requiere la concurrencia de dos actos sucesivos: la oferta y la
aceptación.
3. La oferta
Se le llama oferta a la policitación o propuesta al acto jurídico unilateral por el cual una persona
propone a otra celebrar una determinada convención.
Como acto jurídico debe cumplir con los requisitos de existencia y de validez, supone en consecuencia
una manifestación de voluntad seria.
La oferta debe ser completa, de tal forma que la simple aceptación de la persona a quien la oferta se
ha dirigido baste para que la convención se perfeccione.
Si el contrato es nominado, es completa la oferta cuando a lo menos hay acuerdo en los elementos
esenciales del contrato propuesto. Ej. Compraventa.
Las ofertas que no señalan la oferta completa son ofertas incompletas. Con estas ofertas el proponente
pretende establecer una negociación o conversación preliminar, de la cual podría derivar una oferta
completa.
La respuesta del destinatario de la propuesta primitiva formulando a su vez una oferta, se llama
contraoferta. Si a la oferta incompleta se responde con una contraoferta completa, que es aceptada
por el primitivo oferente. Se forma el consentimiento.
4. Clasificación de la oferta
A) Aceptación pura y simple: Debe ser aceptada tal como se formuló, sin emitir
pronunciamientos parciales.
B) Aceptación en tiempo oportuno: Cuando se manifiesta dentro del plazo que eventualmente
hubiera señalado el oferente. A falta de plazo expreso, debe hacerse dentro del plazo que
establece la ley.
En este caso la ley distingue si la oferta se realizó vía escrita o verbal. Si la oferta es verbal, la
aceptación válida se da en tiempo oportuno solo si el destinatario manifiesta su conformidad tan
pronto advierte que las palabras, gestos o señales de la persona con quien se encuentra en
comunicación contienen la proposición de celebrar una convención.
Si se realizó por escrito, rige el artículo 98 del Código de Comercio, el cual dice que debe ser aceptada
o rechazada en un plazo de 24 horas si es que la persona reside en el mismo lugar que el proponente
o a la vuelta del correo si vive en lugar diverso.
9. Aceptación mientras la oferta se encuentre vigente
El oferente tiene la posibilidad de arrepentirse o retractarse válidamente en el tiempo que media entre
el envío de la propuesta y la aceptación. Excepcionalmente le está vedada la posibilidad de retractarse
en los siguientes casos:
1. Si al hacer la oferta se hubiera comprometido a esperar contestación del destinatario
2. Si se hubiera comprometido a no disponer del objeto del contrato, sino después de desechado
o transcurrido un determinado plazo.
Efectos de la retractación
Para determinar los efectos de la retractación es menester distinguir entre la retractación tempestiva
y la retractación intempestiva.
Retractación tempestiva es aquella que se produce antes que el destinatario acepte la oferta. La
intempestiva se produce con posterioridad a la aceptación. Esta última tiene importantes
consecuencias jurídicas. La aceptación permitió que se formara el consentimiento y que el oferente,
que ya no tiene la calidad de tal sino que ya es parte del contrato, no puede exonerarse de cumplir las
obligaciones que adquirió en virtud del mismo.
10. Momento en que se forma el consentimiento
Determinar el momento en que se forma el consentimiento tiene importancia práctica, como se
desprende de los siguientes aspectos:
A) En lo que respecta a la capacidad de las partes: Las partes deben ser capaces al momento de
contratar
B) En lo que respecta al objeto del contrato: El objeto debe ser lícito al momento de contratar
C) En lo que respecta a las leyes que se aplicarán al contrato: En todo contrato se entienden
incorporadas las leyes vigentes al tiempo de su celebración
D) En lo que respecta a los efectos del contrato: Empieza a producir sus efectos desde el
momento en que se perfecciona
E) En lo que respecta a la retractación del oferente: Una vez formado el consentimiento, el
oferente no puede retractarse válidamente, estando obligado a cumplir el contrato
TEORÍAS PARA DETERMINAR EL MOMENTO EN QUE SE FORMA EL
CONSENTIMIENTO
A) Teoría de la declaración de voluntad o de la aprobación
Según esta teoría, el consentimiento se forma en el momento en que el destinatario acepta la oferta,
da la aceptación, aunque ésta sea ignorada por el proponente. “El vínculo contractual se perfecciona
en el momento mismo en que la aceptación de la oferta se declara de cualquier manera”.
B) Teoría de la expedición
El consentimiento se forma en el momento en que el destinatario de la oferta envía la correspondencia
que contiene su aceptación. Según esta teoría no basta la manifestación de la aceptación, sino que es
necesario que ésta sea dirigida al oferente, aunque no es necesario que éste la haya recibido.
C) Teoría de la recepción
El consentimiento se forma en el momento en que la aceptación, contenida en una carta o telegrama,
llega al domicilio del oferente. Se exige que el documento material que contiene la aceptación llegue
al poder del proponente, entendiéndose perfeccionado el contrato por el hecho de llegar la aceptación
a su casa. Aunque el proponente ausente o enfermo haya ignorado que ha llegado la carta o telegrama
que comunica la aceptación.
D) Teoría del conocimiento o de la información
El consentimiento se forma en el momento en que el oferente toma conocimiento de la aceptación.
Exige no solo que se haya declarado la voluntad de aceptar la oferta, sino que la declaración de la
aceptación haya llegado a noticia del proponente. En ese momento el contrato se perfecciona para
todos sus efectos legales.
Nuestro Código de Comercio se inclina por la teoría de la declaración como se desprende de los
artículos 99 y 101.