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INTRODUCCIÓN

Para el presente ensayo se analizará la película El Lobo de Wall Street en función


del abordaje de procesos como el capitalismo financiero, la globalización e
Internet. Esta película pertenece al año 2013 y fue dirigida por Martin Scorsese y
cuenta las memorias de Jordan Belfort, un muchacho desempleado que se
introduce en el negocio de los corredores de bolsa.

Entre los temas principales se desarrollará la concepción de capitalismo


financiero, el concepto de globalización y un análisis profundo acerca de la
situación. Así como también, un relevamiento acerca de las relaciones sociales
actitudes que se muestran en la película.

En este contexto, se puede afirmar que, a partir de la aparición de las nuevas


tecnologías, se creó un nuevo escenario que afectó a la economía y a la cultura
ciudadana.

Se puede observar que el avance de las nuevas tecnologías, en paralelo con lo


que fue el fenómeno de la globalización, transformaron el escenario económico
mundial. Se puede identificar cómo este hecho influye en la vida de las personas
que interpretan la película.

A su vez, el exceso de material y derroche de dinero sin ningún motivo, hace que
el protagonista despierte un descontento e insatisfacción, al poseer todo lo que
desea. Entonces, ¿qué factores influyen en el comportamiento errático del
personaje principal? Sobre estos interrogantes se desarrollará el ensayo que se
presenta a continuación.
PELÍCULA "EL LOBO DE WALL STREET"

Wall Street es el centro financiero de Estados Unidos, un área central donde se


conectan comercios y oficinas. Allí se emplaza la Bolsa de Valores de Nueva York,
el mayor mercado de valores del mundo en volumen monetario. Su principal
función es llevar a cabo las negociaciones de compra y venta de valores tales
como las inversiones en las acciones.

En este contexto se desarrolla el film, a finales de los años ‘80 en donde Jordán
Beltford decide comenzar una nueva vida persiguiendo su sueño: obtener un
empleo como corredor de bolsa en Wall Street. El personaje comienza a trabajar
en una buena compañía donde todo parece irle bien hasta que se produce el
denominado Lunes Negro, por lo que esa empresa y muchas más quedan en
bancarrota. Se llamó Lunes Negro al día 19 de octubre de 1987 cuando los
mercados de valores en el mundo se derrumbaron en un lapso de tiempo muy
corto. La caída de la bolsa comenzó en Hong Kong y luego se expandió hasta
llegar a Europa y, finalmente, a Estados Unidos.

En esa década, el presidente de Estados Unidos era Ronald Reagan, y la política


vigente era la de un neoliberalismo económico con fuertes recortes fiscales y la
marcada reducción del estado protector. Joseph Stiglitz (2003) en su libro La
Economía del Sector Público cita al reconocido economista Adam Smith y afirma
que los propios intereses privados de los individuos los llevan a crear una
competencia, a fomentar el interés público siendo conducidos por una mano
invisible.

Cada persona se encuentra en la búsqueda de su propio beneficio y, se asume, a


través de esta búsqueda logra promover también el beneficio de toda la sociedad
(Stiglitz, 2003).

Estas premisas son las que se encuentran incluidas dentro de la corriente


liberalista, que sostiene principalmente que el Estado debe funcionar como
guardián de la propiedad privada generando y haciendo cumplir las leyes. Es
decir, ser un Estado mínimo, que se ajuste a cumplir sólo las funciones
necesarias.

El papel es de no intervención en la economía para no alterar el funcionamiento


natural del mercado.
Así mismo, el autor afirma que “el egoísmo es una característica de la naturaleza
humana mucho más persistente que la preocupación por hacer el bien y, por lo
tanto, constituye una base más sólida para organizar la sociedad” (Stiglitz, 2003,
p. 64). Y así es como se conforma la imagen que tiene el liberalismo sobre la
concepción de igualdad y libertad de los hombres. Se postula a favor de la libre
iniciativa individual impulsada por el deseo de ganancia, la libre competencia, el
libre juego de las leyes del mercado, la libertad de empresa para que el individuo
pueda buscar y crear su propia forma de remuneración y para poder producir y
vender mercancía que deriva en la libre competencia en el mercado. Esta es la
base de la subsistencia de los negocios.

El film se desarrolla en un contexto económico en donde prevalece la llamada


economía de mercado. En Wall Street las empresas compiten todo el tiempo entre
ellas, los corredores de bolsa se desviven por vender acciones a inversores para
generar ganancias inmediatas y cobrar sus grandes comisiones.

El protagonista afirma en varias oportunidades que “crear riqueza no tiene


secretos para mí; no importa quién sea; no importa de donde venga; usted
también puede volverse económicamente independiente en cuestión de meses…
solo necesita una estrategia”. “Nadie le impide tener libertad económica y nadie le
impide ganar miles de millones.

No se queden en casa o la vida de sus sueños pasará navegando de largo”.

Se hace hincapié especialmente en el término estrategia. Se utiliza la estrategia


de vender, no importa a quién, sino saber convencer a los inversores que compren
a las acciones que ellos prometen les hará ganar mucho dinero, aunque esto no
sea cierto. ¿Y que son estas llamadas acciones? Básicamente algo impredecible.
Nadie sabe si la bolsa va a subir o bajar. Es algo falso pero deslumbrador. La
primera lección que recibe Jordan es que los corredores de bolsa no asesoran a
los clientes, sino que los seducen, los engañan, para venderles lo que ellos
quieren que compren. El juego consiste en pasar el dinero de los clientes al propio
bolsillo sin importar que estos obtengan beneficios, ignorando cualquier código
moral o ético.

Y en esto precisamente se basa el capitalismo financiero que busca el beneficio, la


optimización de las ganancias mediante la especulación, donde se produce una
progresiva acumulación y centralización del capital a través acciones, productos
financieros, valores, derivados y mercado de divisas.

Es por ello que a personas como Jordan Belfort, los “lobos”, hombres del mundo
de las finanzas, no les interesa el daño que causen o las normas que estén
incumpliendo porque están más allá de ellas, persiguiendo su único objetivo que
es generar cada vez más dinero, cegados por la codicia.

Por otro lado, puede observarse en el film otro tópico muy importante como es la
globalización. En aquellos años comenzaban a desplegarse nuevas
transformaciones tecnológicas dando lugar a este fenómeno. Cada vez
aumentaba más la demanda social y se volvía más exigente, lo que permitió una
diversificación del consumo y consiguientemente la aparición, entre otras cosas,
de las tecnologías de la información en materia de informática,
telecomunicaciones, electrónica, etc. El surgimiento de un sistema de redes
integradas a escala mundial permitió superar todas las barreras y disfunciones
vinculadas a la comunicación. Según Saborido (2003) el concepto de globalización
se refiere a redes institucionalizadas de vínculos a nivel mundial. El término
sugiere la creciente

amplitud e inestabilidad de este flujo de relaciones y cuánto más influyen las


distancias, más aumenta la velocidad de las interconexiones. (Saborido, 2003)

Esto puede observarse principalmente al comienzo de la película donde se


muestra una de las crisis financieras más importantes a nivel mundial. Esta crisis,
si bien comenzó en Hong Kong tuvo repercusiones en todo el mundo acortando
además (como afirma el autor) el tiempo de respuesta para la toma de decisiones.
Es decir, debido a la globalización, un hecho que ocurre en un lugar particular
impacta en muchas otras partes, con consecuencias inmediatas en otros lugares
del mundo.

El surgimiento de este fenómeno trajo aparejado también una gran inestabilidad, lo


que puede notarse en estas llamadas crisis financieras en las que la globalización
alcanza su máxima expresión. Se presenta a partir de aquellos años una nueva
realidad económica con mayores desigualdades fomentadas por el sistema
capitalista, en donde la brecha entre los países pobres y los ricos se torna cada
vez mayor.

En la década de 1980 aproximadamente, la globalización permitió la proliferación


de tecnologías que contribuyeron a la emergencia de Internet. La aparición de este
fenómeno generó una fuerte controversia ya que se modificaron y surgieron
nuevos patrones de interacción social. Rápidamente se incorporó la comunicación
online como nuevo modelo de comunicación sustituyendo a las formas
tradicionales de interacción humana limitadas territorialmente.

En relación al film, la globalización contribuyó a que las bolsas de valores del


mercado financiero en el mundo se conectaran, así como la también la
información de la que se disponía, manejaba y manipulaba. Manuel Castells
afirma, a este respecto, que Internet se encuentra presente en nuestra vida
cotidiana y sus usos están vinculados con el trabajo y la familia, y las relaciones
que se producen también están presentes en la vida real (Castells, 2001). De esta
manera, contradice la teoría que supone la ruptura de la comunicación social y el
aislamiento de los individuos a partir de este fenómeno. Además, con el
advenimiento de Internet a gran escala disminuyó

la importancia tanto cualitativa como cuantitativa de sus usos.

Otro de los elementos que logra incorporar Internet es la sociabilidad ilimitada, en


donde se puede estar conectado al mismo tiempo, en cualquier parte de mundo.

Con respecto al ámbito laboral, este factor influye en la medida en que logró
modificar también estas relaciones en materia de comunicación ahorrando tiempo
y propiciando la comodidad. De esta manera, se presenta así en los años `80
como una novedad el poder interactuar con muchas personas, el poseer mayor
información y en un lapso menor de tiempo y el seguir los procesos en tiempo real.
Cuando Jordan atiende su primer empleado en la segunda empresa para la cual
trabaja, no contaban con computadoras ni material tecnológico por lo que tuvo que
arreglárselas únicamente con el teléfono, algo que él cuestiona el primer día de
trabajo.

A pesar de esto, el personaje tuvo éxito, pero cuando fundó su propia empresa se
dio cuenta de la necesidad de contar con estos instrumentos. En primer lugar,
porque les permite crecer como empresa. En segundo lugar, porque los conecta
con las demás empresas del mundo y con el conocimiento de la información
continuamente actualizada. Es así como también Internet tiene una gran influencia
en la economía, transformando el funcionamiento del capital. Pasan a ser los
mercados financieros en cuanto a que están globalizados, el centro de la
economía mundial. A su vez, estos logran funcionar a través de las conexiones
entre los ordenadores que permite Internet. Por otro lado, ha permitido el
desarrollo de la transacción financiera de forma electrónica y de los mercados
electrónicos, los cuales se caracterizan por no poseer un lugar físico determinado.
Esto se encuentra estrechamente vinculado con el desarrollo de los corredores de
bolsa, de las redes de brokers, los que llevan a cabo las transacciones más
importantes del mundo de manera online a través de la red.

La principal consecuencia es la ampliación del mercado, el desarrollo de su


complejidad a mayor velocidad. La respuesta de los inversores también pasa a
generarse más rápidamente, casi de manera instantánea.

Este cambio en la economía y el funcionamiento de la economía que predomina,


es decir, la economía financiera, puede observarse al mismo tiempo en el film
cómo influye en la vida de estas personas que parten del sueño americano, por
así decirlo, hasta llegar a la codicia corporativa, de las acciones especulativas
hasta el lanzamiento indiscriminado de empresas en la bolsa y la posterior gran
corrupción durante esos años.

Por lo que el apodo de “el lobo de Wall Street” no está desacertado.

Se presenta un aumento inimaginable de dinero lo que trae aparejado poder,


mujeres y drogas. Las tentaciones ya no son un problema cuando se lo tiene todo
y la autoridad pasa a ser un elemento irrelevante. Todo este lujo conseguido,
claramente, a costillas de la estafa a inversores, a la sociedad en sí.

En su texto Globalización, tecnología, trabajo, empleo y empresa Manuel Castells


caracteriza a la economía a partir de tres características: es informacional, global y
funciona en red. En primer lugar, y con respecto a lo informacional establece dos
puntos importantes. Por un lado, la productividad y, por otro, la competitividad.
Este último factor refiere principalmente a cómo se pueden adquirir segmentos del
mercado.

Cuando no es a costa de otros, se dice que hay una competitividad positiva. De lo


contrario, se genera una competitividad negativa (Castells, 2001). En lo que
respecta a la economía financiera y capitalista puede observarse en el film cómo
estas empresas de bolsas de valores utilizan a los corredores para desplazar a la
competencia del mercado y así ganar una mayor cuota, mintiendo a los inversores
y estafando empresas y personas, etc. Por lo que se puede afirmar que aquí se
presenta claramente una competencia negativa.

Asimismo, la información es importante tanto como el capital o la tecnología ya


que estos tres elementos deben actuar sinérgicamente para generar la base de
productividad y competitividad.

En segundo lugar, se destaca lo global como otra de las características


principales. En este sentido, Castells sostiene que:

 Por globalizadas entiendo que trabajan como una unidad en tiempo real a
nivel planetario, esta es la definición de globalidad. O sea que las
actividades económicas centrales, nucleares, de nuestras economías,
trabajan como una unidad, en tiempo real, a nivel planetario a través de una
red de interconexiones. (Castells, 2001).

Esto puede observarse claramente en la película teniendo en cuenta que el


mercado de capitales funciona de esta manera, conectado a diario a través de una
infraestructura tecnológica que permite su interconexión instantánea programados
para realizar en cualquier momento inversiones y acciones a nivel mundial.

Néstor García Canclini afirma en su texto Consumidores del siglo XXI, ciudadanos
del siglo XVIII: “Las luchas generacionales acerca de lo necesario y lo deseable
muestran otro modo de establecer las identidades y construir lo que nos
distingue”.

A medida que los minutos pasan, el personaje de Jordan realiza una


transformación en la película, mutando de un

padre de familia, cuyas aspiraciones principales se centran en mantener a sus


hijos y a su esposa, a un hedonista adicto a la cocaína dispuesto a enfrentarse
con un mar revuelto arriba de su yate lujoso. Allí se puede ver claramente el
legado que el exceso de consumo ha dejado en la sociedad, desdibujando el límite
entre lo necesario y lo prescindible.

Una escena clave para comprender la consecuencia del consumo del siglo XXI es
la charla que tienen Jordan con su padre, contador de la empresa, cuando entra al
despacho de su hijo indignado, cuestionándole que debe en la tarjeta una suma
estrafalaria por servicios de prostitutas. Para el padre del protagonista “no es
necesario” gastar el dinero allí, aún cuando sabe que su hijo no tiene problemas
económicos. Jordan, en vez de razonar y comprender el significado de lo que su
padre le explica, decide esconderle los resúmenes de las tarjetas.

La diferencia generacional nuevamente fija ejes de consumo e identidad


claramente marcados: para el hijo la identidad se basa en la cantidad de dinero
que puede derrochar en prostitutas u otros placeres; para el padre tener dinero no
es excusa para hacer gastos innecesarios.

En este caso, también se puede vislumbrar que para el de mayor edad, el


consumo está ligado a la responsabilidad, cuando para el menor, el consumo es el
medio para adoptar irresponsabilidades.

Algo constante en El lobo de Wall Street es el consumo de productos provenientes


de otros países –drogas, ropa, autos, comida, casa– como objeto demostrativo de
un nivel económico alto, tal como afirma Canclini, esto es evidencia de “la
internacionalización como símbolo de status”. Además de llevar el abuso de placer
más allá de las fronteras nacionales, el personaje de Di Caprio muestra un
desenfado por las legislaciones extranjeras, por su identidad de consumidor de
primer nivel, queriendo mostrar que el consumo otorga un poder desmedido. Por
ejemplo: navegar cuando el clima no lo permite, violar las órdenes judiciales,
manejar intoxicado, etc.
Sin embargo, Jordan no es feliz. Su matrimonio se cae a pedazos, su empresa
recibe y pierde grandes sumas de dinero, y él comienza a sentirse incómodo en
ese mundo artificial en el que vive, en el cual sólo puede vivir mimetizándose con
él. Analizando de esta manera la vida del protagonista se puede afirmar que la cita
de Canclini respecto al descontento contemporáneo como consecuencia del
consumo es verdad.

Explica el autor que “el problema no es lo que les falta, sino que lo tienen se
vuelve a casa instante obsoleto o fugaz”. Así es como siente Jordan, de a
momentos, su vida. Una escena que dibuja perfectamente la visión de Canclini es
el arribo de Jordan drogado en su helicóptero a altas horas de la madrugada a su
hogar. Logra aterrizar de puro milagro, destruyendo todo el parque, piscina y
objetos que componen la mueblería de exteriores; bienes de mucho valor que
destruye en minutos, por no entender el valor de las cosas más allá de su uso
inmediato. Lo importante era aterrizar, no cuidar la casa.

Se puede analizar la dinámica del protagonista con la lógica de esta sociedad


durante toda la película. Sostiene Canclini, al respecto, que: “En otros términos,
debemos preguntarnos si al consumir no estamos haciendo algo que sustenta,
nutre y hasta cierto punto constituye un nuevo modo de ser ciudadanos”.

La adicción de Jordan a las drogas, el consumo de prostitución, la estafa, son


acciones propias del mundo consumista que lo identifican. Consumir drogas
ilegales, solventar un oficio clandestino y estafar a otros ciudadanos, evadiendo al
FBI hablan de Jordan como persona, pero también como actor social. Sus
acciones y reacciones dejan en evidencia su identidad ciudadana regida por el
placer personal, creyendo que su dinero y poder lo excluyen de sus deberes para
con la sociedad. Jordan no es ciudadano de ningún país, no es parte de ningún
sistema político ni democrático; Jordan es ciudadano en su propio mundo, donde
gobierna él. Así lo vive. Eso explica el choque en su yate, el accidente
automovilístico con su hija, entre otros hechos drásticos.
BIBLIOGRAFÍA

 Castells, M. (2001). La Galaxia Internet. Reflexiones sobre Internet,


empresas y sociedad. Barcelona: Plaza & Janés.

 García Canclini, N. (1995). Consumidores del siglo XXI, ciudadanos del


XVII. En Consumidores y Ciudadanos. Conflictos multiculturales del a
globalización. México DF: Editorial Grijalbo S.A.

 Saborido, J. (2003). El mundo frente a la globalización. Buenos Aires:


Eudeba.

 Stiglitz, J. E. (2003). La Economía del Sector Público. Antoni Bosch Editor.


Barcelona.

 Montenegro, W. (1956). Introducción a las doctrinas político-económicas.


México DF: Breviarios.

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