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María (madre de

Jesús)
Madre de Jesús de Nazaret

María (en arameo, ‫מרים‬, 'Mariam'), madre


de Jesús de Nazaret, fue una mujer judía
de Nazaret de Galilea que, según diversos
pasajes neotestamentarios pertenecientes
al Evangelio de Mateo, al Evangelio de
Lucas y a los Hechos de los Apóstoles,
como también distintos textos apócrifos
tales como el Protoevangelio de Santiago,
vivió entre fines del siglo I a.C. y mediados
del siglo I d.C. También el Corán (siglo VII),
libro sagrado del islam, la presenta como
madre de Jesús (Isa), bajo su nombre
árabe, Maryam o Miriam.
María de Nazareth

María rezando, por Sassoferrato.


Theotokos ("Madre de Dios")
Bienaventurada Virgen María
Nuestra Señora
Se la venera en todos los momentos de su vida y
pidiendo su intercesión sobre una localidad o cosa
concreta, con numerosos títulos adaptados a tal
fin.
Nacimiento Fecha desconocida; se
celebra el 8 de
septiembre. Si
Jesucristo nació en el 7
a. C., ella habría nacido
entre el 30 y el 20 a.
[1]
C.[1]
Lugar desconocido, la
tradición recoge cuatro
ciudades Séforis,[2]
Jerusalén, Nazaret y
Belén.[3]
Padres según el Protoevangelio
de Santiago, San
Joaquín y Santa Ana
Hijos Jesús de Nazaret y
Jesús histórico
Fallecimiento Fecha desconocida; se
celebra el 15 de agosto,
ver Asunción de María
Jerusalén, o Éfeso,
según diversas
tradiciones.
Principal santuario Existen numerosos
santuarios, basílicas y
templos de primer
orden dedicados a
María La basílica de
María. La basílica de
Santa María de
Guadalupe es el
santuario mariano más
visitado del mundo,
cuya raíz devocional se
encuentra en el Real
Monasterio de Santa
María de Guadalupe
(España).
Festividad Existen numerosas
festividades
marianas:[4]

1 de enero - María,
Madre de Dios (novus
ordo)
25 de marzo -
Anunciación

31 de mayo -
Visitación de María a
Visitación de María a
Isabel
15 de agosto -
Asunción de María
(se considera la
mayor y más
universal festividad
mariana)
22 de agosto - María
Reina
8 de septiembre -
Natividad de María
12 de septiembre -
Dulce Nombre de
María
15 de septiembre -
Nuestra Señora de
los Dolores
21 de noviembre -
Presentación de
María
27 de noviembre La
27 de noviembre - La
Medalla Milagrosa
8 de diciembre -
Inmaculada
Concepción
Otras festividades
asociadas a alguna
advocación mariana
Atributos Variada: anagrama con
M y A.; azucena; corona
de doce estrellas; Luna
a sus pies; Rosario;
Rosa; vestidos blanco,
rosa o rojo, y azul; Niño
Jesús en sus brazos;
serpiente del Génesis o
demonio bajo sus pies.
Patronazgo María, ya sea con su
nombre o con el
nombre de alguna de
sus advocaciones, es

t d
patrona de
innumerables países,
ciudades y localidades
del mundo. Su
advocación de Nuestra
Señora de Lourdes es
patrona de los
enfermos.

Su advocación de
Nuestra Señora de
Guadalupe (México) es
patrona de toda
América e Islas
Filipinas, por extensión
devocional de su
advocación primigenia:
la Virgen de Guadalupe
(Extremadura, España) -
"Reina de la
Hispanidad"-
Plegaria Avemaría, Magnificat,

Angelus Regina Coeli


Angelus, Regina Coeli,
Salve Regina, Santo
Rosario, Letanías
lauretanas, Memorare
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La presencia de María es atestiguada por


las principales corrientes del cristianismo
primitivo que terminaron por integrar el
canon bíblico: primero, de forma alusiva,
en el cristianismo paulino,[5] y luego, con
mayor énfasis en el cristianismo sinóptico
y joánico, donde se la considera una
personalidad cualificada y en más de un
sentido única, partícipe singular de un
momento clave de la Historia de la
salvación, la encarnación de Jesucristo,[6]
y copartícipe de otros dos, la crucifixión y
muerte de Jesús,[7] y la conformación de
la primera comunidad cristiana orante
inmediatamente antes de la venida del
Espíritu Santo en Pentecostés.[8][9]

El Evangelio de Mateo[10] y el Evangelio de


Lucas[11] presentan a María como una
joven virgen cuando, en la Anunciación,
supo que estaba encinta por obra del
Espíritu Santo, sin concurso de varón.[9]
Por esto, a menudo se la llama la «Virgen
María», o simplemente «la Virgen», en las
Iglesias católica, ortodoxa, copta, en la
Comunión anglicana y en otras
denominaciones cristianas.
En las Iglesias católica y ortodoxa se le
atribuyen facultades de intercesión ante
Jesucristo, siguiendo a san Ireneo de Lyon
(siglo II) y lo narrado en el Evangelio de
Juan sobre su intervención en las bodas
de Caná.[12] En las Iglesias antes citadas,
la devoción a ella se manifiesta a través de
expresiones diversas, que van desde
declaraciones dogmáticas y doctrinales
marianas, hasta oraciones a ella
dedicadas, y títulos con los que se la
identifica, tales como «Madre de Dios», o
su correspondiente término en griego,
«Theotokos», este último adjudicado a ella
tempranamente en el Concilio de Éfeso de
431 y muy utilizado por la Iglesia ortodoxa.
También se la llama «Bienaventurada
Virgen María», en línea con el texto
evangélico:

«[...] desde ahora todas las


generaciones me llamarán
bienaventurada [...]»

María a Isabel,
Evangelio de Lucas 1:48

Otras denominaciones cristianas, en


particular varias surgidas a partir de la
Reforma cuestionan la devoción mariana
de católicos y ortodoxos.
El nombre de María
Para los hebreos el nombre no era un
simple apelativo; estaba íntimamente
ligado a la persona. Por ello usaban
nombres que describirían la personalidad,
el carácter; así, era muy usada la
expresión "su nombre será tal" cuando se
quería designar una misión o carácter
especial al niño por nacer.

María es un nombre conocido en el Tanaj


o Antiguo Testamento por haber sido
nombre de la hermana de Moisés y
Aarón,[13] originalmente escrito como
Mīryam. La versión de los Setenta lo
menciona a partir de la forma aramea
Mariám (Mαριαμ); el cambio en la primera
vocal refleja la pronunciación corriente, la
del arameo que se hablaba en Palestina
antes del nacimiento de Cristo. Al igual
que con los nombres de Moisés y Aarón,
que fueron tomados con sumo respeto, el
de María no se usó más como nombre
común, pero la actitud cambió con el
tiempo y fueron puestos como señal de
esperanza por la era mesiánica. En el texto
griego del Nuevo Testamento, en la
versión de los Setenta, el nombre usado
era Mariám.[14] María sería probablemente
la forma helenizada de la palabra.
Aunque en la Edad Media se le buscó
significados más piadosos que exactos,
bajo los actuales descubrimientos
arqueológicos, "Alteza" o "Ensalzada" son
los significados más cercanos al nombre
de origen hebreo.

María es asimismo conocida como


"Estrella de los Mares" o "Estrella del Mar"
(Stella Maris). Dicho nombre procede de la
interpretación de un pasaje del Antiguo
Testamento, del primer Libro de los Reyes
18:41-45.

Vida de María según la


tradición cristiana
María, madre de Jesús. Carlo Dolci.

María es mencionada por su nombre por


primera vez, aunque de forma tangencial,
al escribirse el evangelio más antiguo, el
Evangelio de Marcos.[15] En el Evangelio de
Mateo se la menciona con motivo de la
narración de la concepción milagrosa de
Jesús y de su nacimiento y huida a Egipto.
Aquí el evangelista Mateo menciona que
es María aquella de quien habló el profeta
Isaías al decir:

«la Virgen concebirá y dará a luz un


hijo a quien pondrán el nombre de
Emmanuel, que traducido significa:
"Dios con nosotros».[16]

El Evangelio de Lucas es el que más datos


da sobre María, al desarrollar con más
detalle los temas de la infancia de Jesús,
algunos de los cuales se amplían más
abajo: la Anunciación, la Visita a Isabel, el
Nacimiento de Jesús, la Presentación de
Jesús en el Templo (aquí el anciano
Simeón le profetiza: «a ti misma una
espada te atravesará el corazón»,[17]
aludiendo al dolor de María durante la
Pasión de su Hijo) y la pérdida de Jesús y
su hallazgo en el templo. También es el
evangelista Lucas quien dice que María
conservaba estas cosas y las meditaba en
su corazón.[18] En el Evangelio de Juan,
Jesús hace su primer milagro a petición
de ella, en Caná. Y en la cruz, la entrega
como madre al discípulo amado, y él es
entregado a María como hijo (por estos
hechos, las teologías católica y ortodoxa
destacan la intercesión de María ante su
Hijo; y la proclamación simbólica de María
como «Madre de la Iglesia», es decir, «de
todos los cristianos», figurados en la
persona del discípulo amado). También se
la menciona en los Hechos de los
Apóstoles[19] como miembro destacado de
la comunidad cristiana primitiva.

Padres y familia

La tradición cristiana ha considerado a


Joaquín y Ana como los progenitores de
María. Estos nombres están tomados del
Protoevangelio de Santiago, uno de los
evangelios apócrifos más famosos y
antiguos. Esta asunción ha sido punto de
referencia para muchos datos piadosos
sobre la vida de la Virgen María.

No se tiene seguridad de si María tuvo


hermanas. Aunque algunos toman por
ciertos datos del Evangelio de Juan y de
Mateo quienes mencionan a una "hermana
de su madre", la cual sería María de
Cleofás de acuerdo con Jerónimo.[20] Por
su parte, Hegesipo menciona a esta María
como esposa de Cleofás, hermano de
José y por tanto concuñada de María: un
matrimonio hebreo no colocaría el mismo
nombre a dos de sus hijas carnales.
En el Nuevo Testamento, algunos pasajes
mencionan que Jesús tenía hermanos. En
concreto, se mencionan los hermanos 2
veces en el Evangelio de Mateo, 2 en el
Evangelio de Marcos, 1 en el Evangelio de
Lucas y 2 en el Evangelio de Juan. La
Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa,[21] la
Iglesia copta[cita requerida] y la Comunión
anglicana,[22] basadas en el uso del
lenguaje hebreo de aquella época y en la
tradición eclesial, interpretan este término
como "parientes", y declaran que María
permaneció "siempre virgen".

Quienes aseguran que María tuvo otros


hijos basan su argumentación en la
interpretación literal de los textos bíblicos
en los que se habla expresamente de
"hermanos de Jesús". En el idioma arameo
así también en el hebreo no existe un
término para indicar primo o un familiar
cercano.[23] La Biblia de los Setenta, al
traducir la Biblia del hebreo al griego, cada
vez que encuentran el término hermano
(‫)בן‬, usan el término ἄδελφος, de manera
que este término indica a parientes
incluso no muy cercanos. Así se
comprende entonces que Asaía tuviera
“doscientos veinte hermanos” (1.ª Cró
15:6 –ver también Gén. 11:27; 12:5 y
comparar con Gén. 13:8; 14:14,16).
Aunque en el idioma griego koiné sí existe
el término ἀνέψιος para referirse a los
primos, no implica que su uso estuviera
generalizado entre los hebreos.[cita requerida].

Matrimonio de María

Los evangelios hacen aparecer a María


cuando narran la concepción de Jesús.
Según lo que narran se puede ver que
María en ese momento era prometida de
José de Nazaret, quien era carpintero. Los
relatos evangélicos se inician después de
los desposorios de María con San José.
El Evangelio de Lucas dedica dos capítulos
a la concepción e infancia de Jesús. Es en
Lucas también donde es llamada "llena de
gracia", "bendita entre todas las mujeres",
"madre del Señor". El apelativo
κεχαριτωμένη, que se lee kecharito̱méni ̱ y
que es participio perfecto pasivo de
χαριτον (chariton), es traducido por las
versiones protestantes como "muy
favorecida", mientras que en las católicas
se suele traducir como "llena de gracia"
(siguiendo el "gratia plena" de la Vulgata).
La Nueva Biblia de Jerusalén, por ejemplo,
detalla en el Evangelio de Lucas (1,28) que
este saludo en forma literal significa: "tú
que has estado y sigues estando llena del
favor divino".[24] Esto se debe a que en
griego un verbo factitivo como χαριτόω en
perfecto indica completamiento del acto
que indica el verbo.

Según la tradición judía de aquel


momento, los jóvenes varones se
desposaban entre los dieciocho y
veinticuatro años, mientras que las
jóvenes mujeres a partir de los doce años
eran consideradas doncellas (na'arah) a
partir de esa edad podían desposarse. El
matrimonio judío tenía dos momentos,
desposorio y matrimonio propiamente
dicho: el primero era celebrado en la casa
de la novia y traía consigo acuerdos y
obligaciones, aunque la vida en común era
posterior. Si la novia no había estado
casada antes se esperaba un año después
del desposorio para llegar a la segunda
parte, el matrimonio propiamente dicho,
donde el novio llevaba solemnemente a la
novia desde la casa de sus padres a la de
él.

Anunciación

Imagen de la Virgen utilizada para veneración y


procesión
procesión.

La presencia de María en los relatos


bíblicos comienza con la narración de la
aparición del ángel Gabriel a María, según
lo relata el evangelista Lucas.[nota 1]

Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue


enviado por Dios a una ciudad de
Galilea llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un hombre que
se llamaba José, de los descendientes
de David; y el nombre de la virgen
era María. Y entrando el ángel, le
dijo: «¡Alégrate, llena de gracia! El
Señor está contigo.»
Lucas 1:26-28

Lucas puso empeño en anotar las


reacciones de María ante las revelaciones
divinas que se irán sucediendo: su
turbación[25] y su dificultad,[26] al igual que
posteriormente mostraría su asombro
ante el oráculo de Simeón[27] y su
incomprensión de la palabra de Jesús en
el templo.[28] En presencia de un misterio
que rebasa su inteligencia, reflexiona
sobre el mensaje (Lucas 1:29; Lucas 2:33),
piensa sin cesar en el acontecimiento y lo
guarda en su corazón.[29][30]
Desde el momento de la Anunciación,
cuando el proyecto inicial de vida de María
parece trastocarse, comienza una
secuencia de riesgos y de inseguridades
señalada por los evangelios de Lucas y de
Mateo.[31] La primera inseguridad se
presenta en relación al origen de su
concepción. En efecto, la incertidumbre
parece atacar el corazón de su prometido
José, y lo conduce a su intención de
repudiar a María en secreto para no
ponerla en evidencia.[32] Así lo tiene
planificado José cuando Dios le hace
conocer sus designios por un sueño:
«José, hijo de David, no temas tomar
contigo a María tu mujer porque lo
engendrado en ella es del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por
nombre Jesús, porque él salvará a su
pueblo de sus pecados.»[33] A partir de
entonces, José coparticipa de los riesgos
que se presentan en la vida de María,
como se detalla más adelante.

La visita de María a Isabel

María, ya embarazada, visita luego a su


prima Isabel, ya que el ángel Gabriel le
había anunciado que también ella, aunque
ya anciana, estaba encinta, señal de que
para Dios no hay imposibles. Viaja María a
una población de la montaña de Judea,
que actualmente se conoce como la
ciudad de Ain Karim situada a seis
kilómetros y medio al oeste de Jerusalén.

Al llegar María, el evangelio narra que el


niño que tenía Isabel en su vientre dio un
salto, que fue interpretado como de
alegría. Isabel reconoce luego a María
como la "Madre de su Señor"[34] y la alaba.
María responde a Isabel con un canto de
alabanza, ahora llamado "Magnificat",[35]
inspirado en el cántico de Ana,[36] en
varios salmos y en otros pasajes del
Antiguo Testamento que, seguramente,
eran del conocimiento de María. El
"Magnificat" incluye una profecía: "Todas
las generaciones me llamarán
bienaventurada".[37] La "Anunciación" y el
"Magnificat" son, sin dudas, los dos
pasajes de los evangelios canónicos en
que María explicita verbalmente con más
detalle su pensamiento, que no es otro
que un anticipo de la misma vida y
mensaje de Jesús.[38]

Nacimiento de Jesús
Pierre Mignard, La Virgen de las uvas.

Lucas, al narrar las circunstancias que


rodean el nacimiento de Jesús, describe
con sencillez el riesgo que sigue
impregnando la vida de María.[31] Ante un
edicto de César Augusto que ordena un
censo,[39] José y María deben emprender
la travesía desde Nazaret en Galilea hacia
Belén en Judea, cuando ella está por dar a
luz.[40] Como no hay sitio para hospedarse,
debe dar a luz en un pesebre.[41] El relato
del evangelio de Lucas parece resaltar de
forma creciente la fe de María, quien se fía
de Dios a pesar de no comprender
plenamente lo que sucede: ella guarda
"estas cosas" y las medita en su
corazón.[42]

María y una profecía de


sufrimiento

Con motivo de la presentación de Jesús


en el Templo para dar cumplimiento a la
ley que ordena que todo varón primogénito
ha de ser consagrado al Señor,[43] se
produce un nuevo signo de inseguridad
para María. Un hombre justo y piadoso
llamado Simeón, a quien le es revelado
que no verá la muerte antes de ver al
Cristo, reconoce en el hijo de María la
salvación, luz para iluminar a los gentiles y
gloria del pueblo de Dios, Israel.[44] Pero a
continuación, una profecía realizada por
Simeón atraviesa la figura de María:

Su padre y su madre estaban


admirados de lo que se decía de él.
Simeón les bendijo y dijo a María, su
madre: «Este está puesto para caída
y elevación de muchos en Israel, y
para ser señal de contradicción –– ¡y
a ti misma una espada te atravesará
el alma! –– a fin de que queden al
descubierto las intenciones de
muchos corazones.»

Lucas 2:33-35
María en la huida a Egipto

Tiempo más tarde, unos magos de Oriente


se presentan en busca del «Rey de los
judíos que ha nacido».[45] Cuando entran
en la casa, ven al niño con María su madre
y, postrándose, le adoran.[46] Pero esta
visita de los magos atrae la atención de
Herodes el grande que ordena matar a
todos los niños de Belén y de toda su
comarca.[47]

El riesgo se cierne nuevamente sobre


María y el niño. Pero el Ángel del Señor se
aparece en sueños a José y le dice:
«Levántate, toma contigo al niño y a su
madre y huye a Egipto; y estate allí hasta
que yo te diga. Porque Herodes va a
buscar al niño para matarle.» Él se levanta,
toma de noche al niño y a su madre, y se
retira a Egipto; y permanece allí hasta la
muerte de Herodes.[48] Un autor
contemporáneo remarca la ausencia casi
constante de toda seguridad humana en el
destino de María: «Quédate allí hasta
nuevo aviso: tal era la fecha que Dios
había señalado. ¿Cuando será la vuelta?
¿Pronto, dentro de un mes, de un año? ¿Se
instalarán, vivirán allí
provisoriamente?...»[31]
Cuando mueren los que buscaban la vida
del niño, José toma consigo al niño y a su
madre, y entra en tierra de Israel. Pero se
entera de un nuevo riesgo: Arquelao reina
en Judea en lugar de su padre Herodes, y
por eso tiene miedo de ir allí. Y, avisado en
sueños, se retira a la región de Galilea, a
una ciudad llamada Nazaret.[49]

María, durante la adolescencia


de Jesús

El único episodio de Jesús adolescente


narrado por los evangelios canónicos es
referido por Lucas con motivo de la fiesta
de la Pascua.[50]
Después de sufrir la pérdida de su hijo en
el Templo y de haberlo buscado durante
tres días, al encontrarlo María le pregunta:
«Hijo, ¿por qué te has portado así con
nosotros? ¡Mira, tu padre y yo,
angustiados, te andábamos buscando!»
La expresión deja traslucir el dolor y la
preocupación de una madre diligente, que
incluso habla en nombre de José, lo que
remarca la gran personalidad de María.[51]
Jesús le responde a María con otra
pregunta, que ella no comprende.

María guardó y cumplió las


palabras de Jesús
De acuerdo con las Sagradas Escrituras,
María no fue lo que la Epístola de Santiago
llamó «un oidor olvidadizo».[52] El
Evangelio de Lucas nos lega una frase que
se repite dos veces casi literalmente,
forma de poner énfasis en el asunto. En la
escena del nacimiento de Jesús, después
que los pastores relatan a José y María lo
que se les había dicho del niño, el
evangelista agrega que «María conservaba
todas esas cosas y las meditaba en su
corazón».[42] Y un poco más adelante, al
relatar el episodio del hallazgo del Jesús,
de doce años, entre los doctores del
templo, el evangelista repite casi
textualmente la frase antes citada: «Y su
madre conservaba cuidadosamente todas
las cosas en su corazón».[53]

Es de notar que esta segunda frase no


solo se refiere a la respuesta dada por
Jesús en el templo a los doce años, sino
que es razonable extenderla a todo lo que
Jesús le dijo en los diálogos que con ella
tendría durante los años que pasó «sujeto
a sus padres». También es claro que el
evangelista señala que María conservaba
esas palabras a pesar de que ni ella ni
José habían entendido la respuesta de
Jesús en el templo: que «convenía que él
se ocupara de las cosas de su Padre».
Juan de Maldonado comenta que no podía
María dejar de comprender que Jesús
llamara a Dios «su Padre», ni tampoco
podía resultarle extraño que él se
considerara obligado a ocuparse de las
cosas de Dios. Lo que María aún no
comprendía era «a qué cosas llamaba
Jesús las cosas de su Padre: de enseñar
primero a los hombres, y luego de morir
por ellos».[54]

A pesar de que, bajo este aspecto, las


palabras de Cristo quedaron de momento
envueltas en el misterio para la mente de
María, ella las guarda como una reliquia, lo
que forma parte de la psicología profunda
de María. De allí que haya autores que
hagan referencia a ella dándole el título de
«Señora del Silencio».[55] Y es también por
ello que algunos exégetas han llegado a
considerar a María misma como una de
las fuentes primarias del Evangelio de
Lucas.[51] En cualquier caso, aun cuando
María no fuese una fuente oral del
Evangelio de Lucas, es razonable al menos
admitir la existencia de un testimonio
mediato: las palabras de María pueden
haber llegado a Lucas a través de Juan el
Apóstol o de mujeres que convivieron con
ella.

María durante el ministerio


público de Jesús
Durante el ministerio público de Jesús,
María aparece mencionada en los
Evangelios como "su Madre", situación
especial de la que no goza ningún otro
miembro de la comunidad. Un pasaje del
Evangelio de Lucas describe cómo una
mujer entre la muchedumbre se refirió a
Jesús al exclamar: «Dichoso el vientre que
te llevó y los pechos que te criaron».[56]
Jesús respondió: «Dichosos más bien los
que escuchan la palabra de Dios y la
cumplen».[57] Según José María
Cabodevilla, Cristo no significó con esas
palabras que haya otros seres más
dichosos que su madre pero, en lugar de
poner particular relieve en la virginidad de
María, en su concepción inmaculada o en
su maternidad divina, expresó que la
bienaventuranza principal de María
consiste, no solo en haberlo concebido y
criado a él, sino en haber escuchado y
puesto en práctica su palabra, en haber
creído en él,[38] tal como lo exclamó antes
Isabel: "Feliz de ti por haber creído".[58]

En el Evangelio de Juan, la vida pública de


Jesús se encuadra entre los dos únicos
pasajes en los que aparece su Madre,
propios de este evangelio. Se trata de las
"bodas de Caná"[12] y la "muerte del
Señor",[7] o sea, el inicio y el final del
ministerio público de Jesús.[59]
Las bodas de Caná tienen lugar cuando,
según lo expresa Jesús, todavía no ha
llegado "su Hora".[60] Sin embargo, (y a
pedido de María) Jesús realiza su primer
signo para que sus discípulos crean en él.
María reaparece al llegar "la Hora",[61] o
sea la glorificación de Jesús: su muerte y
resurrección. En la cruz, es Jesús quien
llama a su Madre,[62] y como en Caná le
dice “Mujer”, encomendándole que sea
“Madre” del discípulo amado que está con
ella junto a la cruz. Así, María adquiere el
valor simbólico de ser la madre de los
discípulos de Cristo, figurado en el
discípulo amado.Se le llama "Mujer",
haciendo alusión a la mujer del comienzo
del Génesis, "Eva, madre de todos los
vivientes". Muchos Padres de la Iglesia
(san Jerónimo de Estridón, san Agustín de
Hipona, san Cirilo de Alejandría, san Juan
Crisóstomo, san Juan Damasceno)
señalan al respecto que "si la muerte vino
por Eva, la vida vino por María".[63] Ahora
que comienza una nueva creación, hay una
nueva "Mujer" que es la Madre de la
Iglesia, madre de todos los que viven. Las
teologías católica y ortodoxa destacan
que, en virtud de esos dos pasajes, son
discípulos del Señor aquéllos que –tal
como pide María– hacen lo que Él dice,[64]
que permanecen al pie de la cruz del
crucificado junto a María[65] y los que la
reciben como madre propia, al igual que
hizo "el discípulo a quien Jesús
amaba".[66][59] Otras interpretaciones se
discuten más adelante (ver sección
“Cuestiones Teológicas”).

María en el cristianismo

La imagen más antigua conocida de María,


sosteniendo a Jesús niño. Datada del siglo II,[67]
Catacumbas de Priscila, Roma.
María, durante las primeras
persecuciones y en la
Patrística

Ya en el siglo II, san Ireneo de Lyon llamó a


María "nuestra más eminente
abogada",[68][69] y su figura aparecía
representada en las catacumbas de
Priscila en Roma.[67] También en el siglo II,
se decía de ella: "Y en Ti, hasta el último
día, el Señor hará ver la redención por Él
concedida a los hijos de Israel"
(Protoevangelio de Santiago).

Ignacio de Antioquía, obispo y mártir


durante el reinado de Trajano (98-117),
compuso siete epístolas dirigidas a Éfeso,
Magnesia del Meandro, Trales, Roma,
Filadelfia y Esmirna, además de una carta
personal al obispo Policarpo de Esmirna.
La más importante de todas en relación a
este tema es la que envió a la comunidad
cristiana de Roma antes de morir entre los
años 98 y 110 d.C.[70]

“...quedó oculta al príncipe de este


mundo la virginidad de María y su
parto, como también la muerte del
Señor: tres misterios clamorosos que
fueron cumplidos en el silencio de
Dios”
Ignacio de Antioquía[71]

Orígenes Adamantius, de Alejandría, uno


de los tres pilares de la teología cristiana,
expresó lo siguiente en el año 232 d.C.[72]

“María conservó su virginidad hasta


el fin, para que el cuerpo que estaba
destinado a servir a la palabra no
conociera una relación sexual con un
hombre, desde el momento que sobre
ella había bajado el Espíritu Santo y
la fuerza del Altísimo como sombra.
Creo que está bien fundado decir que
Jesús se ha hecho para los hombres
la primicia de la pureza que consiste
en la castidad y María a su vez para
las mujeres. No sería bueno atribuir
a otra la primicia de la virginidad”

Orígenes[73]

Efrén el sirio (306-373 d.C), padre y doctor


de la Iglesia, declaró:

“¿Cómo hubiera sido posible que


aquella que fue morada del Espíritu,
que estuvo cubierta con la sombre
del poder de Dios, se convirtiera en
una mujer de un mortal y diese a luz
en el dolor, según la primera
maldición?…Una mujer que da a luz
con dolores no podría ser llamada
bienaventurada. El Señor que entró
con las puertas cerradas, salió así
del seno virginal, porque esta virgen
dio a luz realmente pero sin dolor“

San Efrén[74]

De este modo, de las reflexiones sobre lo


que dicen de ella en el evangelio, se
explicitaron todo tipo de virtudes y
cualidades.

Sin embargo, otros creen que la devoción


a María fue más tardía. “Parece que la
Iglesia de Roma no celebró ninguna fiesta
de la Virgen antes del séptimo siglo”.
(Christian Worship: Its Origin and Evolution
por el historiador francés Louis Duchesne)
“La devoción a Nuestra Bienaventurada
Señora a fin de cuentas debe considerarse
como una aplicación práctica de la
doctrina de la Comunión de los Santos.
Dado que esta doctrina no se encuentra,
por lo menos de manera explícita, en las
versiones más antiguas del Credo de los
Apóstoles, tal vez no haya razón para que
nos sorprendamos de no hallar rasgos
claros del cultus de la Bienaventurada
Virgen durante los primeros siglos de la
era cristiana.” (The Catholic Encyclopedia)
“El título ‘madre de Dios’ parece haber
surgido en el uso devocional,
probablemente en Alejandría, en algún
tiempo durante el siglo III o el IV [...] Para
fines del siglo IV, la Theotokos se había
establecido firmemente en varias
secciones de la iglesia”.

Cabe mencionar que algunos ven en la


veneración a María similitudes con la
veneración de mujeres en otras culturas
paganas.[75][76]

María en las iglesias católica,


ortodoxa y copta
Verónica de la Virgen (hacia 1405 o 1410), de Gonçal
Peris (Museo de Bellas Artes de Valencia), vera icon de
la Virgen María basada en el retrato efectuado por san
Lucas de la Virgen.

Como la doctrina de la Trinidad considera


a Jesús una de las personas divinas
(Padre, Hijo y Espíritu Santo), se le da a
María el título de theotokos, 'Madre de
Dios'. Isabel había dicho: «¡Feliz la que ha
creído que se cumplirían las cosas que le
fueron dichas de parte del Señor!» (Lc
1,45). Aquí "el Señor" es indudablemente
Dios. Por lo tanto cuando a continuación
la llama: "la madre de mi Señor", la
referencia es muy clara: la consideraba
'Madre de Dios'.

Según la teología ortodoxa y también


católica, es correcto denominarla de esta
forma pues Jesús unía en una misma
persona dos naturalezas (la humana y la
divina), y cuando se habla de María como
Madre de Dios se refiere a María como
madre de Jesús en toda su persona. La
ortodoxia encuentra correcto[cita requerida] el
referirse a María como Hija de Dios Padre,
Madre de Dios Hijo, y Esposa del Espíritu
Santo. Su razonamiento lógico es el
siguiente; "Si Jesús es Dios y María es
madre de Jesús, entonces María es Madre
de Dios". La encarnación significa que en
un instante la segunda Persona de la
Trinidad, el Verbo, de naturaleza divina,
asumió plenamente la naturaleza humana
-sin menoscabo de su condición divina- al
ser concebido milagrosamente en María.
Como fue instantánea y esencial, María en
ese momento empezó a ser madre de
Jesús: hombre-Dios.

Para los cristianos, sobre todo en la


teología católica, ortodoxa y anglicana, se
ponen de manifiesto un conjunto de
"paradojas marianas" (recopiladas por
Castán Lacoma) y solo contempladas en
el marco de la fe, pues forman parte del
"misterio mismo de Dios, que quiso
hacerse niño", y depositó en María gracias
extraordinarias en orden a su maternidad.
Por ser la madre de Cristo –considerado el
Verbo encarnado, Dios mismo–, María es:

la que dio el ser al creador de todo,


la que engendró al mismo que la
había creado a ella,
la que existía antes que Dios... se
encarnara,
la que encerró en su seno al Inmenso
e Infinito,
aquella que encerró en sus entrañas a
quien no cabe en todo el mundo,
la que sostuvo en sus brazos al que
todo lo sustenta,
la que tuvo obligación de ejercer
vigilancia materna sobre el que todo
lo ve,
la que tuvo a su cuidado al Dios que
cuida de todos,
la que tocó los confines de quien no
tiene fin.[63]

En las iglesias ortodoxa y católica también


existe la creencia de la "Santísima
dormición de la Virgen María", ya que al
considerar que estaba libre del pecado
original, no podía morir pues la muerte es
consecuencia de este pecado. Por ello fue
algo comúnmente creído por los fieles: “En
el principio, la comunidad cristiana no
tenía ningún recuerdo de la muerte de
María”. (Periódico L‘Osservatore Romano
por el teólogo católico Jean Galot). En
Jerusalén se encuentra la benedictina
Abadía de Hagia María o de la Dormición,
en cuya cripta se dice descendió María y
fue dormida antes de su asunción al cielo,
lo cual fue proclamado solemnemente por
Pío XII en 1950. Por otro lado también se
cree lo dicho por los padres de la Iglesia
desde San Melitón de Sardes en el siglo II
después de Cristo de que María fue
coronada en el cielo después de su
asunción, basándose esto en el relato del
libro del Apocalipsis en el capítulo 12. En
la iglesia católica, la Coronación de María
es el 5.º. Misterio glorioso del Rosario.

Asunción de la Virgen María, por Annibale Carracci.


Roma, Iglesia de Santa Maria del Popolo.
Cuestiones teológicas

Mientras con el transcurso del tiempo la


Reforma se alejaba de Lutero y Calvino, y
disminuía la posición de María, en el
catolicismo ésta posición se mantenía. El
pasaje del evangelio según San Juan
19:27 ha dado lugar a interpretaciones que
aún hoy no concuerdan: Muchas versiones
traducen: “Y desde aquella hora el
discípulo la recibió en su propia casa”.
Mientras que otras [como Sagradas
Escrituras (1569) y Reina Valera (1909)]
traducen: “Y desde aquella hora el
discípulo la recibió consigo”.
Según el catolicismo, la diferencia de lo
que se transmite no es menor, ya que
"para Jesús era el momento más
trascendental de toda su existencia
terrenal". Para saber si estaba dejando a
su madre al cuidado de su amado
discípulo Juan, es conveniente verificar el
texto original (griego):

καὶ ἀπ’ ἐκείνης τῆς ὥρας [y desde aquella


hora]

ἔλαβεν ὁ μαθητὴς αὐτὴν εἰς τὰ ἴδια


[(aquél discípulo la tomó a su
propiedad)[77]]
En cualquier caso se traduce al español
como: “y desde aquella hora el discípulo la
tomó como propia” (es decir, como su
propia madre).

En 1854, se produjo la proclamación, por


parte del papa Pío IX del dogma de la
Inmaculada Concepción: María fue
liberada del pecado original en su propia
concepción, de manera que vivió una vida
completamente sin pecado, cuestión que
tampoco es aceptada por los
protestantes. Por tanto, la Iglesia Católica
considera dogma de fe que "la Santísima
Virgen, en el primer instante de su
concepción, por singular gracia y privilegio
concedido por Dios omnipotente, en
previsión de los méritos de Jesucristo
Salvador del género humano, fue
preservada inmune de toda mancha de
pecado original".

Por medio de la Constitución Apostólica


"Munificentíssimus Deus", el papa Pío XII
proclamó el dogma de la Asunción de la
Virgen el 1 de noviembre de 1950:

"Después de elevar a Dios muchas y


reiteradas preces y de invocar la luz
del Espíritu de la Verdad, para gloria
de Dios omnipotente, que otorgó a la
Virgen María su peculiar
benevolencia; para honor de su Hijo,
Rey inmortal de los siglos y vencedor
del pecado y de la muerte; para
aumentar la gloria de la misma
augusta Madre y para gozo y alegría
de toda la Iglesia, con la autoridad
de nuestro Señor Jesucristo, de los
bienaventurados apóstoles Pedro y
Pablo y con la nuestra,
pronunciamos, declaramos y
definimos ser dogma divinamente
revelado que La Inmaculada Madre
de Dios y siempre Virgen María,
terminado el curso de su vida
terrenal, fue asunta en cuerpo y
alma a la gloria del cielo".
Al definir este dogma, Pío XII no hizo más
que definir solemnemente lo que los fieles
siempre habían creído, es decir que la
carne de la mujer que había dado carne al
Hijo de Dios escapó a la corrupción de la
carne humana. Las confesiones
protestantes niegan esta proposición.

Apariciones de María
Véase también: Aparición mariana

Según la Iglesia Católica, la Iglesia


ortodoxa[cita requerida] y la Iglesia
Copta[cita requerida], es posible que María y
los santos puedan comunicarse
privadamente con los hombres. Los
mensajes revelados a los videntes son
consideradas por la Iglesia como
revelaciones privadas (mensajes que
pueden ayudar a la salvación). Sin
embargo, aunque la Iglesia Católica llegue
a aprobar una aparición como auténtica
manifestación sobrenatural y diga que los
mensajes están de acuerdo con la
doctrina y tradición cristiana, estas
revelaciones no son consideradas como
una verdad de fe, lo que deja en libertad a
los creyentes de aceptarlas o no. Las
apariciones de María son indicadas en la
teología católica con el término
mariofanías.
La historia del catolicismo recuerda
numerosas apariciones, de las cuales solo
algunas han sido aprobadas oficialmente.
Entre las más conocidas podemos citar:
del Pilar (España, 40 DC), Guadalupe -
Reina de la Hispanidad- (España, siglo XIII,
y venerada en México, 1531), Coromoto
(Venezuela, 1652), de la Medalla
Milagrosa (Francia, 1830), Lourdes
(Francia, 1858), Chapi (Perú) y Fátima
(Portugal, 1917); la que se refiere a
Medjugorje (Bosnia y Herzegovina, 1981),
todavía es objeto de estudio por parte de
la Santa Sede.[78]
Estos fenómenos no han ocurrido solo en
el catolicismo. Durante la historia de casi
todos los países de la cristianidad
ortodoxa, tales apariciones se
manifestaron en gran número con la
consiguiente construcción de santuarios.
[cita requerida] Algunas de esas apariciones
se reflejaron en los calendarios litúrgicos
de las iglesias ortodoxas (véase
Protección de la Madre de Dios).

En los últimos años se han reportado


supuestas apariciones marianas en
Egipto, algo que la Iglesia Copta interpreta
como una consolación en tiempos de
persecución.[cita requerida] Se han reportado
supuestas apariciones como la del Zeitún
en 1968, Asiut en 2000, y más
recientemente en el barrio cairota de El
Warrak en diciembre de 2009. Los
creyentes manifiestan que la mayoría de
estas apariciones tienen lugar en las
cúpulas de iglesias coptas. El papa copto,
Shenouda III aprobó tales apariciones
como verdaderas manifestaciones de la
Virgen María.[79][80]

Galería de las principales


apariciones y advocaciones

Estas son algunas apariciones y


advocaciones marianas:
Nuestra Señora del Divino Amor, Pintura
del Castel di Leva.
Italia

Virgen del Pilar.


España
Nuestra Señora de Czestochowa, Icono de
Nuestra Señora de Czestochowa.
Polonia

Virgen de Guadalupe.
España (Reina de la Hispanidad)
Nuestra Señora de Guadalupe, México
Reina de México, Emperatriz de las
Américas y de las Islas Filipinas.

Nuestra Señora de San Juan de los Lagos.


México
Virgen de Chiquinquirá, pintura de
Baltasar Vargas de Figueroa.
Colombia

Virgen de Coromoto.
Venezuela
Virgen de Fátima.
Portugal

Virgen de Lourdes.
Francia
Nuestra Señora de Pontmain.
Francia

Virgen de Umbe.
España
Virgen de La Codosera.
España

Virgen de las Gracias de Onuva.


España
Virgen de la Caridad del Cobre.
Cuba

Virgen de la Candelaria.
Islas Canarias, España
Divina Pastora de las Almas.
Venezuela

Virgen de Lujan.
Argentina

Oraciones marianas
La oración mariana de más antigüedad
conocida es el Sub tuum praesidium
(español: Bajo tu protección o amparo).
Texto griego Texto en latín Traduc
Ὑπὸ τὴν σὴν Sub tuum Bajo tu
εὐσπλαγχνίαν, praesidium amparo
καταφεύγομεν, confugimus, acogem
Θεοτόκε. sancta Dei Santa M
Τὰς ἡμῶν Genitrix. de Dios
ἱκεσίας, Nostras no des
μὴ παρίδῃς ἐν deprecationes las súp
περιστάσει, ne despicias que te
ἀλλ᾽ ἐκ in dirigim
κινδύνων necessitatibus, en nue
λύτρωσαι sed a periculis necesi
ἡμᾶς, cunctis antes b
μόνη Ἁγνή, libera nos líbrano
μόνη semper, siempr
εὐλογημένη. todo pe
Virgo gloriosa Oh Virg
et benedicta glorios
bendita

Ntra. Sra. de las Mercedes de San Fernando.

El papiro Rylands 470 descubierto en


Egipto, datado del siglo III y publicado por
Roberts en Mánchester en 1938, contiene
la muy conocida oración Sub Tuum
Praesidium.[81] El original se conserva en la
Biblioteca Universitaria John Rylands.[82]
Cabe destacar en el texto la presencia del
término Theotokos (en este caso,
Theotoke, en vocativo), es decir, “Madre de
Dios”. Dos siglos después, en el Concilio
de Éfeso, se reconoció de forma solemne
este título para la Virgen María, contra el
parecer de Nestorio. Está considerada, por
tanto, como la oración mariana más
antigua de las que tenemos noticia.

La Iglesia católica propone muchas otras


oraciones para venerar a María o pedir su
intercesión. La más popular de todas ellas
es el Ave María. Otras oraciones marianas
son el Angelus, el Regina Coeli (que se reza
en el tiempo litúrgico de Pascua en lugar
del Angelus), la Salve, el Memorare y
también el Bendita sea tu pureza:

Bendita sea tu pureza

Bendita sea tu pureza


y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti Celestial Princesa,
Oh, Virgen Sagrada María,
Yo te ofrezco en este día,
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes Madre Mía. Amén.

María en las Iglesias


Reformadas

Las iglesias reformadas interpretan el


papel de Maria, y de todos los personajes
y acontecimientos bíblicos de su época,
sólo según lo dicen las Escrituras, usando
la hermenéutica bíblica para la fiel
interpretación de sus textos. La Biblia dice
lo que significa y significa lo que dice.
Acepta la concepción milagrosa de Jesús
por obra del Espíritu Santo como una
verdad bíblica, pero además, cuando las
Escrituras se refieren a los "hermanos de
Jesús", o cuando el apóstol Pablo escribe
"Santiago el Menor, el hermano del Señor",
lo interpretan literalmente, por lo que
niegan la virginidad perpetua de María. En
el pasaje bíblico de (Mateo 13:55-56) La
gente de Galilea al ver los milagros de
Jesús se sorprendían y se preguntaban
quién era, e intentando identificar su
familia directa, mencionan a su padre por
el oficio, luego a su madre María y siguen
con los nombres de sus cuatro hermanos
Jacobo, José, Simón, Judas y también
mencionan que tuvo hermanas. Si bien la
Biblia en muchas ocasiones utiliza la
palabra hermanos para referirse a
parientes, como en cierto sentido lo
hacemos en la actualidad. Aunque el
contexto sugiere lo anterior, y sabiendo
que se estaba en una comunidad judía, las
Iglesias Reformadas lo interpretan como
si fuere la familia directa de Jesús.

Por otro lado, Martín Lutero dijo entre


otras cosas:

María es la Madre de Jesús y Madre


de todos nosotros aunque Cristo
solamente fue quien reposó en su
regazo... Si Él es nuestro, debiéramos
estar en su lugar; ya que donde Él
está debemos estar también nosotros
y todo lo que Él tiene debe ser
nuestro, y su madre es también
nuestra madre.

Sermón, Navidad, 1529

(Ella es) la mujer más encumbrada y


la joya más noble de la cristiandad
después de Cristo... ella es la nobleza,
sabiduría y santidad personificadas.
Nunca podremos honrarla lo
suficiente. Aún cuando ese honor y
alabanza debe serle dado en un
modo que no falte a Cristo ni a las
Escrituras.

Sermón, Navidad 1531


Sobre la Maternidad Divina:

... ella con justicia es llamada no solo


madre del hombre, sino también la
Madre de Dios... es cierto que María
es la Madre del real y verdadero
Dios".

Ref: Sermon on John 14. 16: Luther‘s


Works (St. Louis, ed. Jaroslav,
Pelican, Concordia. vol. 24. p. 107)

Sobre la Inmaculada Concepción:

Es dulce y piadoso creer que la


infusión del alma de María se efectuó
sin pecado original, de modo que en
la mismísima infusión de su alma
ella fue también purificada del
pecado original y adornada con los
dones de Dios, recibiendo un alma
pura infundida por Dios; de modo
que, desde el primer momento que
ella comenzó a vivir fue libre de todo
pecado.

Sermón: "Sobre el día de la


Concepción de la Madre de Dios",
1527.

Y sobre la virginidad perpetua de María:

Cristo... fue el único Hijo de María, y


la Virgen María no tuvo otros hijos
aparte de Él... Me inclino a aceptar a
quienes declaran que los "hermanos"
realmente significan "primos" aquí
ya que el escritor sagrado y los
judíos en general siempre llamaban
hermanos a los primos.

Luther‘s Works, eds. Jaroslav


Pelikan (vols. 1-30) & Helmut T.
Lehmann (vols. 31-55), St. Louis:
Concordia Pub. House (vols. 1-30);
Philadelphia: Fortress Press (vols.
31-55), 1955, v.22:23 , v.22:214-15 /
Sermons on John, chaps. 1-4 (1539)

Otra importante figura del Protestantismo,


Juan Calvino, escribió sobre este punto:
Helvidius mostró excesiva
ignorancia al concluir que María
debe haber tenido muchos hijos
porque el término "hermanos" de
Cristo es mencionado varias veces"

Harmony of Matthew, Mark & Luke,


sec. 39 (Geneva, 1562), vol. 2 / From
Calvin's Commentaries, tr. William
Pringle, Grand Rapids, MI:
Eerdmans, 1949, p.215; on Matthew
13:55

(Sobre Mateo 1,25): La deducción


que él [Helvidius] hizo, de que María
no permaneció virgen más que hasta
su primer parto, y que después tuvo
otros hijos de su esposo... Ninguna
justa y sólidamente fundada
inferencia puede ser lograda a partir
de esas palabras... como que tomara
lugar después del nacimiento de
Cristo. El es llamado el
"Primogénito"; pero por el solo
propósito de informarnos que nació
de una virgen... lo que ocurrió
después no nos es informado por los
historiadores... nadie podrá sostener
este argumento obstinadamente,
excepto por un extremo apego a las
disputas.

Pringle, ibid., vol. I, p. 107


Como se dice al comienzo de la sección,
los continuadores del movimiento se han
apartado de la idea de sus iniciadores -
coincidente con la de la Iglesia Católica-
sobre estos puntos.

Hay que recordar que los hebreos vivían


bajo la cultura de “clan” (Lev. 25:10), por lo
tanto solo solían distinguir entre parientes
cercanos (en griego: adelphe –traducido al
español como hermanos-) y parientes en
general (en griego: suggens –es decir:
parentela-). Y en relación con la palabra
traducida como hermano, es sabido que
entre los hebreos tenía una aplicación muy
amplia, por ejemplo:
"Cuando Tobías oyó decir esto a Rafael y
supo que Sara era hermana suya, de la
misma descendencia que la familia de su
padre, la amó intensamente y se enamoró
de ella." (Tobías 6:19)

Sin embargo, la no inclusión del libro de


Tobías como canónico -es decir, con
autoridad normativa o dogmática- en
algunas Biblias protestantes, dificulta la
aceptación de este argumento.

La Biblia afirma que Abraham era tío de


Lot (Gén. 11:27; 12:5); no obstante a Lot y
Abraham más de una vez se los denomina
“hermanos” (Gén. 13:8; 14:14,16). También
Labán llama “hermano” a Jacob, el cual
para nuestra terminología actual sería su
“sobrino” (Gen 29:15). Así se comprende
entonces que Asaía tuviera “doscientos
veinte hermanos” (1.ª Cró 15:6)

María en la Comunión
Anglicana

Aunque la figura de María ha estado


presente en la Comunión Anglicana desde
sus inicios, en el año 2005 se produjo un
acercamiento teológico profundo de la
Comunión Anglicana a la figura de María.
Este acercamiento se expresó en un
documento publicado por la ARCIC
(Comisión Internacional Anglicano-
Católica) llamado "María: Gracia y
Esperanza en Cristo", publicado el 16 de
mayo del año 2005 el cual es la primera
declaración conjunta anglicano-católica
sobre el papel de la Virgen María en la
doctrina y la vida de la Iglesia. Aunque no
es un texto declaratorio, se ofrece a las
iglesias para su estudio y evaluación. Una
de las conclusiones del documento es que
"es imposible ser fieles a las Escrituras sin
prestar la atención debida a María".

Profundizando el acercamiento anterior, el


24 de septiembre de 2008, el arzobispo de
Canterbury y primado de la Comunión
Anglicana Rowan Williams peregrinó al
Santuario de Nuestra Señora de Lourdes
para honrar a la Inmaculada Concepción,
predicando ante 20.000 personas en la
Eucaristía Internacional.[83]

María en el Islam

Virgen María y Jesús. Miniatura persa antigua.


En el Islam se llama Maryam bint ʿImran
(‫)ﻣﺮﻳﻢ ﺑﻨﺖ ﻋﻤﺮان‬, esto es, María hija de
ʿImran (Joaquín en el cristianismo), y de
Hannā (‫ ﺣﻨـّﺎ‬Ana), o también Maryam bint
Dāwud (María hija de David), por proceder
del linaje del rey David según la tradición.
Es considerada ejemplo de mujer virtuosa
y tiene tanta relevancia como su hijo
Jesús (ʿIsà ‫)ﻋﻴﺴﻰ‬, a cuyo nombre se añade
casi siempre el laqab o filiación "ibn
Maryam" (‫)ﺑﻦ ﻣﺮﻳﻢ‬, esto es, "hijo de María".
A María está dedicada una de las azoras o
capítulos del Corán, la que lleva por título
‫ آل ﻋﻤﺮان‬Āl ʿImrān, esto es, la familia de
Imran.
También el Corán 19:28 describe a María
como hermana de Aarón, que es el
hermano de Moisés. Asimismo el
Evangelio, según Lucas 1:5, establece la
relación genealógica entre Aarón y otra
mujer relacionada con María; se trata de
Isabel (madre de Juan, el Bautista) a la
que describe como descendiente de Aarón
(Lc 1:15) y parienta de María (Lc 1:36).
Según el Éxodo 6:20 Aarón es hijo de
Amram y de Iojebed. Así, según el Corán
María es hija de 'Imran y hermana de Aarón,
y según el libro del Éxodo Aarón es hijo de
Amrán, por lo que la María está ligada al
personaje que el Corán llama Imran y que
la Biblia llama Amrán, y por tanto a Iojebed
y a Moisés.

Según el Corán, la madre de María


esperaba tener un hijo varón a quien
dedicar al servicio del Templo, siguiendo
la tradición familiar. Dio a luz a una niña,
en quien sin embargo se cumpliría la
tradición, pues fue asignada al servicio
sagrado. Fue confiada a la tutela del
profeta Zacarías (necesariamente un
personaje distinto al Zacarías bíblico),
quien se sorprendía, al visitar a su ahijada
en el oratorio en el que esta se encontraba
retirada, de que siempre contara con
alimentos que le eran enviados por Dios.
Como en la tradición cristiana, a María le
fue anunciada la concepción sobrenatural
de Jesús por un ángel. El Corán insiste, sin
embargo, en que aunque tuvo un hijo por
voluntad de Dios sin la intervención de un
varón, Jesús no era en modo alguno un
hijo del ser supremo. En el Corán no existe
José: María dio a luz sola en el desierto, al
que se había retirado con este propósito y
en el que se alimentaba de dátiles y del
agua de un riachuelo colocados allí por
Dios. El hijo, por su parte, tiene en el Islam
la consideración de profeta o enviado de
Dios (véase el epígrafe "Jesús en el Islam"
en Jesús de Nazaret).
María tiene en el Islam la envergadura
espiritual de un profeta, sin serlo. En el
Corán, el mayor error de los judíos en lo
que a Jesús y María se refiere no es, como
asumen los cristianos, el supuesto hecho
de haber matado al hijo (cosa que, por otra
parte, la tradición islámica niega que
hicieran), sino el hecho de haber
menospreciado y dudado de la virtud de la
madre.

Una tradición atribuye a Mahoma el dicho


de que cinco son las mujeres más
destacadas ante Dios: Asia, esposa del
faraón, que cuidó de Moisés y que creía en
la palabra eterna de Dios pese a la
opresión de su esposo y de su entorno;
María, la madre de Jesús; Jadiya, la
primera esposa de Mahoma, que fue la
primera creyente y lo apoyó en las épocas
más difíciles de adversidad, su otra
esposa Aisha, y Fátima, su hija menor y
madre de sus nietos, los imanes Hasan y
Husain.

Repercusión de María en el
mundo actual
En 1999, una investigación realizada por el
periódico británico The Guardian en la que
se efectuó un análisis computarizado del
inventario de libros de la Biblioteca del
Congreso de Estados Unidos con sede en
Washington, D.C., concluyó que «si la
celebridad de un individuo consiste en que
se escriba un libro sobre él, [...] Jesucristo
es aún el personaje que goza de más fama
en el mundo actual.» En efecto, se
contabilizaron 17.239 obras acerca de
Jesús, casi el doble que de William
Shakespeare, quien alcanza el segundo
lugar. Entre las mujeres, la Virgen María
alcanza el 7.° lugar, aunque de hecho ella
es la única mujer que se ubica en uno de
los 30 primeros puestos. Con los 3.595
libros dedicados a ella, supera en casi 5
veces a su inmediata seguidora, Juana de
Arco.[84]
Véase también

Reina de los Salve Regina


Cielos Salve Marinera
Theotokos Regina Caeli
Inmaculada Rosario
Concepción
Letanías lauretanas
Advocación
Anexo:Imágenes
mariana
ortodoxos de la
Advocaciones Virgen María
de La Virgen
Historia de José el
Ángelus carpintero
Magníficat
(oración)
Notas
1. Según la versión de la Biblia de las
Américas. Las traducciones tradicionales
utilizaban el término "llena de gracia" (gratia
plena).

Referencias
1. «Fiesta de la Natividad de la Santísima
Virgen María» . Enciclopedia Católica. 1 de
octubre de 1911. Archivado desde el
original el 6 de enero de 2010. Consultado
el 2 de marzo de 2010.
2. Séforis, la patria de Santa Ana
3. Juan Luis Bastero, Vida de María, Rialp,
Madrid 2014
4. Grün, Anselm; Reitz, Petra (2010). Las
fiestas marianas (1ª edición). Bogotá: San
Pablo. ISBN 978-958-715-414-6. Consultado
el 8 de enero de 2016.
5. Cerbelaud,Dominique (2003). Marie, un
parcours dogmatique. Cogitatio Fidei 232.
París: Cerf. ISBN 2-204-07253-2. «Epístola a
los gálatas 4, 4: "[...] envió Dios a su Hijo,
nacido de mujer [...]" (gr. genomenon ek
gynaikos)».
6. Lucas 1:26-38; Lucas 2:1-19
7. Juan 19:25-27
8. Hechos 1:14
9. de Fiores, Stefano (2002). María, Madre
de Jesús. Síntesis histórico-salvífica.
Salamanca: Secretariado Trinitario.
ISBN 84-88643-86-1.
10. Mateo 1:18
11. Lucas 1:27
12. Juan 2:1-11
13. Exodo 15:20)
14. Mateo 13:55, Lucas 1:27, Lucas 30:34
15. Marcos 6:3
16. Mateo 1:23,Isaias 7:14
17. Lucas 2:35
18. Lucas 2:19
19. Hechos 1:14
20. «CHURCH FATHERS: The Perpetual
Virginity of Mary (Jerome)» .
www.newadvent.org.
21. «An Orthodox View of the Virgin Mary» .
Consultado el 9 de diciembre de 2016.
22. Bernard, John Henry (1928). A Critical
and Exegetical Commentary on the Gospel
According to St. John. vol. I. Edimburgo: A.
H. McNeile. p. 85. El obispo anglicano
Bernard sostuvo: «Resulta difícil entender
que la doctrina de la virginidad de María
hubiera podido desarrollarse a comienzos
del siglo II si sus cuatro hijos, que serían
bien conocidos, ocupaban puestos
destacados en la comunidad cristiana,
siendo además uno de ellos obispo de
Jerusalén».
23. «Brethren of the Lord» (en inglés).
24. AA.VV., Nueva Biblia de Jerusalén,
Desclée de Brouwer, Bilbao 1998, p. 1492
25. Lucas 1:29
26. Lucas 1:34
27. Lucas 2:33
28. Lucas 2:50
29. Lucas 2:29, Lucas 2:33
30. Léon-Dufour, Xavier (2001). Vocabulario
de Teología Bíblica, 18a. edición. Biblioteca
Herder (Barcelona). pp. 508-513.
ISBN 9788425408090.
31. Asiaín, Justo (1980). Inseguridad, riesgo
y paz en la vida y el mensaje de Jesús.
Buenos Aires (Argentina): Ediciones Carlos
Lohlé.
32. Mateo 1:18-19
33. Mateo 1:20-21
34. Lucas 1:43
35. Lucas 1:46-51
36. 1 Samuel 2:1-10
37. Lucas 1,48
38. Cabodevilla, José María (1984). Las
formas de felicidad son ocho. Comentario a
las bienaventuranzas. Biblioteca de Autores
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fragment is a prayer to the Theotokos
written about 250 A.D., per papyrologists
who have examined the handwriting style.
(Theotokos means "God-bearer," a term for
Mary that was formally affirmed at the Third
Ecumenical Council held at Ephesus in
431.) Some initially placed the papyrus in
the fourth or fifth century (the John Rylands
Library description below lists it as 3rd - 4th
century), perhaps because they didn't think
that Christians would have been praying to
the Theotokos that early. If the early dating
is correct, this prayer must have already
been part of the Church's services or
prayers, showing that petitions and prayers
to the Theotokos and the Saints go back to
the early days of the Church, perhaps to the
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private copy of a prayer addressed to the
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verso is blank. Lines 4-9: "Mother of God
[hear] my supplications: suffer us not [to be]
in adversity, but deliver us from danger.
Thou alone....".»
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una
galería multimedia sobre María.
Wikiquote alberga frases célebres de o
sobre María (madre de Jesús).
Obtenido de
«https://es.wikipedia.org/w/index.php?
title=María_(madre_de_Jesús)&oldid=108796978»

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