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Para solucionar los problemas de espacio e incrementar la energía generada, algunas instalaciones
eólicas se están desarrollando directamente sobre el mar, donde los vientos alcanzan mayores
velocidades y hay más terreno libre.
La energía eólica instalada en el mundo creció un 12,4% en 2016, hasta situarse en 486.749 MW,
según datos del Global Wind Energy Council (GWEC). China, Estados Unidos, Alemania, India y
España son los primeros productores mundiales.
Recientemente se ha dado a conocer el último hito en este sentido por parte de la compañía unión
entre la multinacional danesa Vestas y la japonesa Mitsubishi
Han desarrollado un prototipo de aerogenerador off-shore de 9 MW de potencia, instalado en las
costas danesas, capaz de producir en tan solo 24 horas una cantidad de energía equivalente a lo
que consumiría un hogar en Estados Unidos durante dos décadas. Está principalmente diseñado
para velocidades de viento entre 12 y 25 metros por segundo.
Normalmente hablar de kilovatios es un poco difícil y abstracto. Pero según los órganos oficiales,
el consumo eléctrico medio de un hogar español está en los 3.250 kWh al año. Una cantidad
ligeramente superior al consumo anual medio de las viviendas urbanas de las principales ciudades
de América del Sur. Teniendo esto en cuenta, un día de producción podría surtir de electricidad a
una vivienda promedio durante más 66 años. La importancia de esto no es tanto por el hecho en sí
de tener un aerogenerador de tan amplia potencia, sino también por los avances que se pueden
desarrollar en las instalaciones de esta fuente de energía y que se pueden aplicar tanto a las
instalaciones en tierras como en las que se encuentren en el mar.
Por lo que se refiere a las primeras conviene apuntar que la repotenciación de los parques eólicos,
principalmente ubicados en lugares con gran recurso y con aerogeneradores de menor potencia,
ya que fueron los primeros lugares en donde se instalaron estos dispositivos, se justifica por la
instalación de nuevos aerogeneradores de mayor envergadura (sin tener que llegar a los que se
puedan instalar en el mar, debido al impacto ambiental que podrían generar en determinados
lugares).
En cuanto a las instalaciones en el mar, en lo que todo el mundo está de acuerdo es en instalar
dispositivos de la mayor potencia posible.
3. ¿Cuál es el impacto de la generación eólica en la red eléctrica?
La generación de electricidad a partir del viento no produce gases tóxicos ni contribuye al efecto
invernadero; tampoco genera productos secundarios peligrosos. Pero algunos de sus efectos
requieren atención.
Los parques eólicos, al igual que cualquier obra humana, afectan el entorno, y sus efectos
negativos son resentidos por el suelo, la flora y Ia fauna del lugar donde se instalan. No obstante,
estos problemas pueden manejarse y minimizarse a través de una adecuada planeación, que debe
considerar que las zonales naturales protegidas o aquellas áreas donde Ia fragilidad ecológica del
territorio sea alta, estén prohibidas para el desarrollo de estos complejos.
Por otro lado, si no estén bien planificados, los parques eólicos contribuyen a Ia desaparición de Ia
fauna, especialmente de las aves. Según las condiciones climáticas y Ia magnitud de dichas
instalaciones, las consecuencias nocivas de estas acciones pueden combatirse a través de un
programa posterior de restauración de la cobertura vegetal. Una vez que termina Ia vida útil de los
aerogeneradores —que se estima en unos 25 a 3o años- se deben retirar los molinos y revegetarse
los huecos que provocaron.
La solución está en ubicar correctamente los aerogeneradores, pintar las aspas en ciertos tonos, o
bien, separarlas lo suficiente para darles tiempo de esquivarlas. Es importante considerar estas
sencillas soluciones porque es mil veces mejor el desarrollo de una fuente de energía renovable,
que la construcción de presas hidroeléctricas o plantas nucleares”.