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El mayor tesoro del mundo

Valor Educativo
La amistad y el trabajo en equipo

Elementos principales
Idea y enseñanza principal Ambientación Personajes
La búsqueda de un tesoro que no se La selva y sus Una Serpiente, un Mono, un
puede conseguir de forma individual animales Elefante y una Lechuza

Cuento
El mayor tesoro del mundo está escondido en un cofre cerrado con llave dentro de una
gruta a la que sólo se puede llegar con un mapa. El mono encuentra la llave en un arbol, el
elefante puede mover la roca que cierra la ruta y la serpiente encuentra el mapa un día bajo
unas piedras. Todos intentan encontrarlo por su cuenta, pero no pueden. La lechuza se da
cuenta y les junta para que trabajen juntos en llegar al tesoro. Así lo hacen pasando
aventuras y dificultades, y consiguen llegar al cofre y abrirlo para ver qué hay. Cuando lo
abren, sólo hay un pergamino que dice que si han llegado hasta allí, ya han encontrado el
mejor tesoro, el de la amistad. Se dan cuenta de que es verdad y todos son muy felices
juntos y siguen siendo amigos siempre.

Autor.. Pedro Pablo Sacristan

El marciano accidentado
Valor Educativo
Trabajo en equipo, amistad y esfuerzo alegre

Elementos principales
Idea y enseñanza principal Ambientación Personajes
La satisfacción que produce hacer las cosas con
Un marciano y los
colaboración y amistad es mucho mayor que los La tierra y la luna
animales del bosque
pequeños inconvenientes que conlleva

Cuento
Estaba una noche el erizo mirando al cielo con su telescopio, cuando le pareció ver pasar
una nave espacial volando hacia la luna. Cuando consiguió enfocarla, descubrió que se
trataba de la nave de un pobre marciano que había tenido un accidente y había aterrizado en
la luna, y que no podría salir de allí sin ayuda.
El erizo se dio cuenta de que seguro que era él el único que podría haberlo visto, así que
decidió tratar de salvarle, y llamó a algunos animales para que le ayudasen. Como no se les
ocurría nada, llamaron a otros, y a otros, y al final prácticamente todos los animales del
bosque estaban allí.
Entonces se les ocurrió hacer una gran montaña, unos subidos encima de otros, hasta llegar
a la luna. Aquello fue muy difícil, y todos terminaron con algún dedo en el ojo, un pisotón
en la oreja y numerosos golpes en la cabeza, pero finalmente consiguieron llegar a la luna y
rescatar al marciano. Desgraciadamente, cuando estaban bajando por la gran torre de
animales, el oso no pudo evitar estornudar, pues era alérgico al polvo de luna, y toda la
torre se vino abajo con gran estruendo de aullidos, rugidos y otros lamentos de los
animales.
Al ver todo aquel estruendo, con todos los animales doliéndose por todas partes, el
marciano pensó que se enfadarían muchísimo con él, porque todo aquello había sido por su
culpa. Pero fue justo al revés: según se fueron recuperando de la caída, todos los animales
saltaban y daban palmas de alegría, felices por haber conseguido entre todos algo tan
difícil, y durante todo aquel día celebraron una gran fiesta juntos.
El marciano anotó todas estas cosas, y cuando volvió a su planeta dejó a todos
boquiabiertos con lo que le había pasado. Y así fue como aquellos sencillos y voluntariosos
animales enseñaron a los marcianos la importancia del trabajo en equipo y de la alegría, y
desde entonces, ya no hacen naves de un solo pasajero, sino que van en grupos dispuestos
siempre a ayudarse y sacrificarse unos por otros en cuanto sea necesario.

Autor.. Pedro Pablo Sacristan

Dos duendes y dos deseos


Lee e imprime el Cuaderno de los Valores, en español e inglés

Valor Educativo
Reflexionar antes de actuar. Compañerismo

Elementos principales
Idea y enseñanza principal Ambientación Personajes
Hay que pensar las cosas antes de hacerlas
Hace mucho, mucho tiempo, Dos duendes y
impulsivamente para evitar consecuencias
en una tierra de seres mágicos un hada
imprevistas y dolorosas

Hubo una vez, hace mucho, muchísimo tiempo, tanto que ni siquiera el existían el día y la
noche, y en la tierra sólo vivían criaturas mágicas y extrañas, dos pequeños duendes que
soñaban con saltar tan alto, que pudieran llegar a atrapar las nubes.

Un día, la Gran Hada de los Cielos los descubrió saltando una y otra vez, en un juego inútil
y divertido a la vez, tratando de atrapar unas ligeras nubes que pasaban a gran velocidad.
Tanto le divirtió aquel juego, y tanto se rio, que decidió regalar un don mágico a cada uno.

- ¿Qué es lo que más desearías en la vida? Sólo una cosa, no puedo darte más - preguntó al
que parecía más inquieto.

El duende, emocionado por hablar con una de las Grandes Hadas, y ansioso por recibir su
deseo, respondió al momento.
- ¡Saltar! ¡Quiero saltar por encima de las montañas! ¡Por encima de las nubes y el viento, y
más allá del sol!

- ¿Seguro? - dijo el hada - ¿No quieres ninguna otra cosa?

El duendecillo, impaciente, contó los años que había pasado soñando con aquel don, y
aseguró que nada podría hacerle más feliz. El Hada, convencida, sopló sobre el duende y, al
instante, éste saltó tan alto que en unos momentos atravesó las nubes, luego siguió hacia el
sol, y finalmente dejaron de verlo camino de las estrellas.

El Hada, entonces, se dirigió al otro duende.

- ¿Y tú?, ¿qué es lo que más quieres?

El segundo duende, de aspecto algo más tranquilo que el primero, se quedó pensativo. Se
rascó la barbilla, se estiró las orejas, miró al cielo, miró al suelo, volvió a mirar al cielo, se
tapó los ojos, se acercó una mano a la oreja, volvió a mirar al suelo, puso un gesto triste, y
finalmente respondió:

- Quiero poder atrapar cualquier cosa, sobre todo para sujetar a mi amigo. Se va a matar del
golpe cuando caiga.

En ese momento, comenzaron a oír un ruido, como un gritito en la lejanía, que se fue
acercando y acercando, sonando cada vez más alto, hasta que pudieron distinguir
claramente la cara horrorizada del primer duende ante lo que iba a ser el tortazo más grande
de la historia. Pero el hada sopló sobre el segundo duende, y éste pudo atraparlo y salvarle
la vida.

Con el corazón casi fuera del pecho y los ojos llenos de lágrimas, el primer duende lamentó
haber sido tan impulsivo, y abrazó a su buen amigo, quien por haber pensado un poco antes
de pedir su propio deseo, se vio obligado a malgastarlo con él. Y agradecido por su
generosidad, el duende saltarín se ofreció a intercambiar los dones, guardando para sí el
inútil don de atrapar duendes, y cediendo a su compañero la habilidad de saltar sobre las
nubes. Pero el segundo duende, que sabía cuánto deseaba su amigo aquel don, decidió que
lo compartirían por turnos. Así, sucesivamente, uno saltaría y el otro tendría que atraparlo,
y ambos serían igual de felices.

El hada, conmovida por el compañerismo y la amistad de los dos duendes, regaló a cada
uno los más bellos objetos que decoraban sus cielos: el sol y la luna. Desde entonces, el
duende que recibió el sol salta feliz cada mañana, luciendo ante el mundo su regalo. Y
cuando tras todo un día cae a tierra, su amigo evita el golpe, y se prepara para dar su salto,
en el que mostrará orgulloso la luz de la luna durante toda la noche.

Autor.. Pedro Pablo Sacristan


El bicho más raro del mundo

Valor Educativo
Orden y cuidado

Elementos principales
Idea y enseñanza principal Ambientación Personajes
El orden es una ayuda excelente para hacer Varios investigadores y un
La selva
las cosas mejor y más rápido animal desconocido

En cierta ocasión, sucedió que varios investigadores estaban en la selva tratando de estudiar
al bicho más raro del mundo. Nadie lo había visto y sólo se sabía de su exitencia por
algunos restos y su sonido característico, parecido al ladrido de un perro con dolor de
muelas "guuuuuuuuhhh....ay!", y todos querían ser los primeros en fotografiarlo y
estudiarlo. El "bicho" era un animal nocturno, así que durante el día los científicos se
entretenían con otros estudios o hablando unos con otros. De entre todos ellos, llamaba la
atención Sir Walter Tickishmikicks: era un señor muy formal y agradable, con un pequeño
bigotito y un gran sombrero de explorador, pero que todos los días, antes de merendar,
dedicaba una hora sentado en su mesa a colocar todos sus objetos y aparatos con meticulosa
precisión: el cuaderno de notas, justo al borde, en al lado derecho de la mesa, un poco más
allá de la grabadora y junto a los 5 lápices: negro, rojo, azul, verde y amarillo, siempre en
ese mismo orden; la lámpara hacia el final de la mesa, al lado de la cámara fotográfica, en
la izquierda... y así todas las cosas, hasta el más pequeño de los detalles. Todos pensaban
divertidos que aquel hombrecillo era el mejor ejemplo de la famosa obsesión de los ingleses
por el orden.
Muchas noches estuvieron en aquella zona los investigadores antes de que apareciera el
bicho, y algunos dudaban hasta de su existencia, hasta que finalmente apareció. Fue de
repente, mientras todo estaba en silencio, cuando a sólo unos metros de los investigadores
escucharon alto y claro su gruñido de perro con dolor de muelas. Duró un instante, porque
el revuelo de los investigadores buscando sus cámaras y cuadernos asustó al animal, que
huyó rápidamente sin dar tiempo a ser visto o estudiado con detalle.
A la mañana siguiente, todos comprobaron sus hallazgos: algunos habían conseguido
grabar su gruñido, otros anotar su forma de moverse y los más afortunados incluso
fotografiar una parte de la cola o las patas. Todos se felicitaban por sus logros, pero cuando
vieron los trabajos de Sir Walter, no salían de su asombro: ¡él solo había conseguido varias
fotos al completo, además de grabar su gruñido y hacer anotaciones a todo color sobre el
animal! ¡ y todas eran perfectas!
Enseguida corrieron a felicitarle como el mejor de todos ellos, comprendiendo que su
manía por el orden era la mejor foma de prepararse para trabajar a oscuras, y que gracias a
eso había podido utilizar la grabadora, la cámara, el cuaderno y los lápices en décimas de
segundo, sin necesidad de buscar dónde estaban. Por supuesto, los trabajos que hizo sobre
el "bicho más raro del mundo" hicieron famosísimo a Sir Walter, quien además de crear
una exitosa escuela para investigadores y científicos llamada OPI, "Orden Para Investigar",
tuvo el honor de poder dar nombre al animal. Y como todo aquello fue tan divertido y le
había gustado tanto, al recordar su característico gruñido, no dudó en llamarlo el animal
"Másguay".

Autor.. Pedro Pablo Sacristan

Hielo en la selva

Valor Educativo
Pensar antes de actuar

Elementos principales
Idea y enseñanza principal Ambientación Personajes
Hay que tener la calma suficiente para pensar
Los animales de la selva y
las cosas y elegir la mejor forma de hacerlas La selva
un gran bloque de hielo
antes de actuar sin sentido

El gran bloque apareció en el centro de la selva una mañana cualquiera. Era un bloque de
hielo inmenso, alto como un arbol y grande como cien elefantes, y además, estaba tan frío
que nadie se atrevía a acercarse. Pero lo que más intrigó a todos los animales fue el gran
tesoro que guardaba en su interior. Tanto, que el propio rey león dijo aquel mismo día que
quien fuera capaz de liberarlo, sería su sucesor como rey.
No acabó de decir aquello, cuando todos perdieron su miedo al frío y se lanzaron a por el
bloque con toda su furia. Bueno, todos menos la comadreja, que se quedó parada un buen
rato mirando el bloque, viendo como los demás animales montaban una alboroto enorme,
todos amontonados. El elefante usaba su trompa como un martillo, hasta que le dio un buen
porrazo a un gorila y tuvieron que ir a la enfermería. El tigre clavaba sus garras como una
taladradora, pero una vez las clavó tanto, que se enganchó y al sacar la zarpa se le
rompieron las uñas. Varias gacelas se dedicaron a chupar el bloque al darse cuenta de que
estaba hecho de agua helada, pero con tanto helado les dio un empacho tan grande que ya
no querían ni probarlo. Los monos estaban decididos a destrozar el bloque, y lanzaban
plátanos y piedras como si fueran ametralladoras, pero dieron tantas pedradas al resto de
animales, que tuvieron que suspender sus lanzamientos. Y así siguieron todos, intentando
romper el bloque a lo bruto durante todo el día sin ningún resultado. Al paso que iban, y
viendo lo lentamente que se deshacía tanto hielo, tardarían más de una semana.
Pero justo entonces alguien dijo:
- ¡Mirad! ¡Algo se mueve en el bloque!
Y era verdad, aunque no se veía bien, algo correteaba en el centro del bloque, junto al
tesoro... ¿Estaría vivo el tesoro? ¿tendría un dueño que vivía allí?
¡Nada de eso! Era la comadreja, que al poco apareció junto a los demás con algunas piezas
del tesoro. Todos estaban impresionados de ver cómo la comadreja había llegado al tesoro
sin destrozar el bloque, y después de felicitarla, les pidieron que les contase cómo lo había
logrado. Entonces la comadreja contó cómo antes de lanzarse a romper el bloque, se había
dedicado a pensar y observar: era un bloque demasiado grande para romperlo a golpes, y
tardaría mucho en fundirse por el calor del sol, porque el tesoro estaba en el centro y cerda
del suelo, donde no daban los rayos. Y entonces se le ocurrió que podría llegar al bloque
por debajo, haciendo un túnel; desde allí hizo un pequeño fuego que comenzó a derretir el
hielo rápidamente, ¡y sin apenas esfuerzo pudo llegar al tesoro!
Y así fue como la comadreja llegó a ser la reina de la selva, al demostrar a todos que se
consiguen más cosas pensando que lanzándose a hacerlas a lo loco.

Autor.. Pedro Pablo Sacristan

El tigre que se reía de todos


Valor Educativo
Valorar las cosas buenas de los demás, y nunca burlarse de sus debilidades

Elementos principales
Idea y enseñanza principal Ambientación Personajes
Los animales se quedan encerrados en una
Un tigre, un elefante, un
cueva mientras asistían a su asamblea, y para La selva y sus
abejorro y el resto de
salir de allí necesitan habilidades muy animales
animales
especiales

El tigre, que era listo, rápido y fuerte, siempre se estaba riendo de los animales, en especial
del canijo abejorro y del lento y torpe elefante. Un día de asamblea hay un derrumbe y la
puerta de la cueva se bloquea. Todos esperan que el tigre resuelva el asunto pero no es
capaz. Al final, el abejorro sale entre las rocas en busca del elefante, que no había ido a la
asamblea por estar triste. El elefante acude a remover las piedras y todos los animales
felicitan a ambos y quieren ser sus amigos. El último que sale es el tigre, avergonzado, que
aprende la lección y desde entonces sólo se fija en las cosas buenas de todos los animales.

Autor.. Pedro Pablo Sacristan

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