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EN LO PRINCIPAL: CONTESTA DEMANDA CUMPLIMIENTO FORZADO

DE OBLIGACIÓN; PRIMER OTROSÍ: CONTESTA DEMANDA DE COBRO


DE CLAUSULA PENAL; SEGUNDO OTROSÍ: DEMANDA
RECONVENCIONAL COBRO DE CLÁUSULA PENAL; TERCER OTROSÍ:
DEMANDA RECONVENCIONAL REIVINDICATORIA; CUARTO OTROSÍ:
DEMANDA RECONVENCIONAL DE INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIO EN
SEDE EXTRACONTRACTUAL; QUINTO OTROSÍ: ACOMPAÑA
DOCUMENTO.

S. J. L. Civil de Copiapó (3°)

PATRICIO PINTO CASTRO, abogado, en representación


del demandado don Sergio Mardones Aguirre, en estos autos ordinarios sobre
Cumplimiento Forzado e Indemnización de perjuicios, caratulados “Galleguillos
con Mardones”, Rol N° C-598-2017 de este Tribunal, a SS., digo:

Que, por este acto vengo en contestar demanda de


cumplimiento forzado de obligación indeterminada e indemnización de perjuicios
solicitada por doña Brenda Ester Galleguillos López, solicitando su más absoluto
rechazo por estar la acción sustentada en hechos falsos, y supuestos
incumplimientos de nuestra parte que no son tal, verificándose en realidad como en
un acción destinada a obtener un enriquecimiento injusto a través de
indemnizaciones de compensatorias de perjuicios inexistentes, con actuaciones que
demostraremos se alejan del principio de buena fe en la ejecución y cumplimiento
de los contratos por parte de la demandada, quien pretende, por motivos que no
comprendemos, dejar a nuestra parte como incumplidora de sus obligaciones en
circunstancias que es ella, quien no ha respetado los acuerdos, su palabra
empeñada y se niega a firmar la escritura de compraventa como en derecho
corresponde, endilgando ahora las tardanzas de la concreción del acto jurídico a
nuestra parte según se pasará a explicar, sin siquiera terminar de cumplir los
propios.
En este sentido, se interpondrá la excepción de contrato no
cumplido, de manera que se declare en este juicio que la contraria no puede
demandar el cumplimiento forzado de esta obligación, mientras no cumpla la
obligación propia de suscribir y firmar el contrato solemne de compraventa.
Por otro lado, deberá ser rechazada la demanda por
incumplir los requisitos necesarios que establece la ley para su verificación en sede
contractual, y en definitiva por no estar determinada la obligación que
concretamente se demanda, falla insubsanable cuando se demanda una obligación
de hacer que exige la absoluta determinación de la obligación que demanda cumplir
forzadamente.
Del mismo modo, nos referiremos al daño contractual
demandado, el que no guarda ninguna relación con las exigencias que la ley y la
jurisprudencia hacen para que un perjuicio sea indemnizable.
No obstante, previo a cualquier otra consideración,
debemos dejar en claro que esta parte no tiene ninguna dificultad en firmar la
escritura pública correspondiente de compraventa en el momento que se
estime pertinente por la contraria, de manera de transferir la propiedad del sitio
que artificiosamente se expone supuestamente nos negamos a enajenar, pues
jamás nos hemos negado a que eso ocurra, solo hemos prevenido que se haga
como en derecho corresponde, con la persona que se contrató y no otra, y
solucionemos la evidente internación de la contraria en terrenos de mi representado
y la regularización de las construcciones ilegalmente realizadas en perjuicio de don
Sergio Mardones.
Al respecto, la demandante ha elegido la vía jurisdiccional
para solucionar el problema, y deberá responder ante los mismos tribunales de
justicia que ha invocado por su errático proceder, y evidente mala fe en su actuación,
pues al finalizar estos juicios efectivamente obtendrá la propiedad que compró, pero
deberá emplazarse con rigor en los deslindes inscritos que corresponden,
necesitará explicar porque se ha negado firmar la compraventa de autos pese a
nuestra insistencia, y propenderemos a la demolición de las construcciones que ha
realizado fuera de norma y de los muros emplazados en nuestro terreno, además
de indemnizar los perjuicios que su actuación ha generado
Esperamos que el Tribunal de SS, ante la evidencia de la
mala fe en el actuar de la contraria, establezca una ejemplificatoria sentencia
indemnizatoria a quien pretende ocupar la jurisdicción para obtener ganancias
injustas, en definitiva restablezca el derecho en esta relación jurídica tan dañada
por el proceder negligente y de mala fe de la contraria, que no duda incluso en seguir
perjudicando a mi representado con prohibiciones de enajenar basada en perjuicios
evidentemente inexistentes.
I. RELACIÓN DE LOS HECHOS Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

Con fecha 16 de octubre del año 2013, en la Notaría de


Copiapó de don Luis Ignacio Manquehual Mery, bajo el número de Repertorio 3.865-
2013 doña BRENDA ESTER GALLEGUILLOS LOPEZ como promitente comprador,
y don SERGIO MARDONES AGUIRRE como promitente comprador suscribieron
contrato de promesa respecto del denominado LOTE A3, estableciéndose como
precio la suma de $50.000.000; y como plazo para la suscripción del contrato y pago
el 5 de mayo de 2015. El referido contrato fue modificado por otra Escritura Pública
de la misma Notaría con fecha 16 de mayo de 2014, sólo en lo referente a
modificaciones en el plazo para la suscripción del contrato principal, y pago del
precio de 50 millones de pesos, fijándose para tal efecto el día 6 de junio de 2014
como fecha de pago.
Llegada esa fecha, y producto del nuevo
incumplimiento de la contraria en el pago del precio señalado, no se efectuó
el contrato de promesa constituyéndose la contraria en mora por el advenimiento
del plazo para la suscripción del contrato y pago del precio.
Por estos motivos, con fecha 22 de julio del año 2014, el
promitente vendedor dedujo demanda de resolución de contrato e indemnización de
perjuicios, causa que se caratuló “MARDONES CON GALLEGUILLOS”, ROL C-
1.830-2014 del Primer juzgado de Letras en lo Civil de Copiapó.
La referida causa, terminó por Avenimiento entre las partes,
estableciéndose en este nuevo acuerdo parcialidades para el pago del saldo de
precio adeudado, lo que se determinó en 21 millones de pesos, bajo la siguiente
modalidad y términos.
1.- Un pago de $10.000.000 al momento del acuerdo fechado el día 25 de febrero
de 2015.
2.- Pago mediante Letra de Cambio devengables el día 31 de marzo de 2015 por la
suma de $6.000.000
3.- Pago mediante Letra de Cambio devengables el día 15 de abril de 2015 por la
suma de $5.000.000.
Es del caso, que la Sra. Brenda Galleguillos nuevamente
incumplió el deber comprometido en contrato, verificándose finalmente el pago
en el mes de diciembre del año 2015, fecha desde la cual se ha querido regularizar
la suscripción del contrato de compraventa, pese a las dificultades en el
emplazamiento de muro y construcción de un centro de eventos en lugar por parte
de la ahora demandante.
Efectivamente, es parte de este complejo asunto que la
contraria ha emplazado un centro de eventos en el lugar, y edificado un muro en
terrenos que pertenecen a mi representado, circunstancia que se ha solicitado
discutir innumerables veces.
Al respecto, nuestra parte ha planteado como dificultades
a resolver tanto la internación en la propiedad (LOTE A4) como el establecimiento
de un centro de eventos adosado a su límite (LOTE A2), cuyas ventanas y
descargas de aguas lluvias dan a su propiedad; con edificaciones realizadas sin los
permisos pertinentes; sin las medidas de aislación correspondiente; con
adosamiento absolutamente fuera de norma; y con incumplimientos manifiestos de
la Ordenanza General de Urbanismos y Construcciones en cuanto a la separación
de las ventanas del límite vecinal.
En lo expuesto, debemos ser enfáticos, nunca se ha
condicionados estas dificultades a la suscripción y concreción de la Escritura
Pública de Compraventa pendiente, y siempre hemos estado llanos a realizarlo
desarrollando una serie de actos que manifiestan la buena fe en el cumplimiento de
la obligación.
A este respecto, debemos señalar que se han enviado
correos electrónicos requiriendo la concreción del acuerdo, se envió propuesta de
minuta que no fue concretada por el solo ánimo de la contraria de retrasar su
concreción, se envió las minuta a la Notaría de Francisco Nehme para que el
abogado de la contraria le diera el visto bueno y simplemente no se hizo.
La contraria ha dado innumerables excusas para no
concretar el acuerdo, entre ellos la circunstancia que la mala situación de los
negocios de la demandante impide su suscripción para ellos pues los acreedores
caerían sobre la propiedad, requiriéndose incluso por correo electrónico que el bien
inmueble objeto de estos autos fuera adquirido por la hija de la demandante Brenda
Galleguillos.
Si bien no se puso dificultades para que esto fuera de la
manera que dijese la contraria, solo se explicitó la circunstancia que quedara
absolutamente claro que cualquier contrato con la hija, marido o con quien fuese,
quedara asertiva y absolutamente claro que se estaba cumpliendo con la obligación
establecida en avenimiento.
Del mismo modo, se planteó la necesidad de resolver la
evidente internación del LOTE A3 en el A4 perteneciente a don Sergio Mardones,
pero jamás como una condicionante a la firma, tal y como expresan los correos del
asesor jurídico de nuestra representada, quien incluso remitió minuta a Notaría con
los datos otorgados también por comunicación electrónica de la hija de la señora
Brenda Galleguillos.
Es más, se han generado encuentro con el abogado ahora
demandante, se ha visitado a la demandante para solucionar el problema, y siempre
ha sido la contraria que no ha sido proactiva en la solución del problema, y ahora
sin aviso, y sin ninguna consideración de todos los miramientos que se ha tenido
con la contumaz incumplidora de acuerdos, se presenta ésta demanda solicitando
además una medida precautoria por todos los terrenos y asociando la tardanza en
el cumplimiento una millonaria indemnización de perjuicios.
Para nosotros la mala fe es manifiesta, y existe
antecedentes fidedignos de nuestra actitud ante el cumplimiento de la obligación,
de la misma manera que existe un historial de incumplimientos y deslealtades de la
contraria, no solo con esta parte, sino, que en su vida personal y comercial.
Nuestro patrocinado es una persona honesta, dispuesta al
cumplimiento de sus obligaciones, mientras la contraria sencillamente inventa un
juicio para obtener una ganancia espuria que no toleraremos pues existen indicios,
correos electrónicos y testimonios que demuestran quien es el contratante diligente,
y quien es la parte que se aprovecha del aparato jurisdiccional para conseguir
beneficios que se alejan de la buena fe contractual.
Afortunadamente como se expresará a continuación, la
contraria no ha hecho las cosas como en derecho corresponde, ni su acción es
idónea para los fines que persigue, por lo que si bien insistimos que no pondremos
un pero para la suscripción de la compraventa del inmueble, ocuparemos esta
instancia para resolver los asuntos pendiente a lo que nos hemos referido,
propendiendo al respeto de los deslindes, la demolición de las obras irregulares no
cumplidoras de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones que carecen
de permiso Municipal para su edificación, y de permiso sanitario para la realización
de sus actividades como centro de eventos, y el pago de las indemnizaciones de
perjuicios que correspondan por el perjuicio que han causado estas construcciones
irregulares, además del cobro de las cláusulas penales que hasta la fecha no
habíamos querido ejercer.
En definitiva, esperamos que el Tribunal comprenda de
que lado está el derecho, la buena fe y la justicia, y que parte lo ha utilizado para el
cobro de beneficios que no merece y no corresponden en derecho.

II. DEFENSAS Y EXCEPCIONES.

NUESTRA PARTE SIEMPRE HA ESTADO DISPUESTA A LA FIRMA DE


ESCRITURA DE COMPRAVENTA UNA VEZ QUE A TRAVÉS DE DEMANDA SE
LOGRO EL PAGO DEL PRECIO.
Debemos ser categóricos en que esta parte no se
niega a la celebración de la compraventa cuyo cumplimiento forzado se
reclama ni ahora ni antes, ni pretendemos retardar el cumplimiento de la
obligación de entregar el dominio de la propiedad, y debemos dejar en claro que
si estos actos jurídicos han demorado su concreción no se debe a la negativa de mi
representado o su falta de actuación válida, sino, a la decisión de la demandante de
no celebrar la compraventa en los términos que estaba pactada, no realizar ninguna
gestión tendiente a la escrituración de la compraventa, y la mora en el cumplimiento
de su obligación de pago, primero respecto del contrato inicial, y luego del
equivalente jurisdiccional Avenimiento que regula actualmente esta relación jurídica.
En este sentido, se debe tener presente que la contraria
primero falló en el pago de sus obligaciones del contrato de promesa, lo que terminó
en un procedimiento ordinario civil de resolución de contrato e indemnización de
perjuicios, que devino en un avenimiento suscrito entre las partes, único acto jurídico
que regula la relación actual entre las partes, y donde se debe buscar el contenido
u objeto de las obligaciones reciprocas entre las partes.
Este acuerdo de voluntades consistente en equivalente
jurisdiccional avenimiento tampoco fue oportunamente solventado por la contraria
durante todo el año 2015, y nuestra parte no exigió el cumplimiento forzado ni el
cobro de cláusulas penales a nuestro favor, sino se esperó hasta el mes de
diciembre de ese año 2015 en que finalmente se pagó pese a que las obligaciones
devengaron su pago en febrero y abril de ese año.
Desde esas fechas se ha insistido en resolver las
dificultades existentes con el emplazamiento de las construcciones ilegales
realizadas por la contraria en el sitio respecto del cual tiene posesión, e instado para
la firma de la escritura respectiva, incluso enviando minutas vía correo electrónico
al abogado que ahora patrocina la demanda, y hecho visitas al domicilio para
concretar el trámite, pero la contraria sencillamente ha demorado el trámite y no ha
otorgado respuesta a las dudas.
Es por ello, que nuestras defensas se orientarán a que
nuestra parte no se encuentra en mora en el cumplimiento de sus obligaciones,
primero pues no consideramos entre nuestras obligaciones realizar la escritura y
citar al promitente comprador, y luego pues sencillamente la contraria no ha
accedido a nuestras insistencias en terminar el trámite, ni pretendía aclarar los
motivos para que la compraventa se concretara a nombre de otra persona.
Efectivamente, como se ha señalado, y como dan cuenta
las comunicaciones electrónicas respectivas, la contraria pretendía que el acto
jurídico compraventa se suscribiera entre mi representado y la hija de la ahora
demandante, circunstancia que si bien se representó en su oportunidad como un
tema a aclarar, tampoco se planteó como una imposibilidad, sino, como una
observación a que esa circunstancia era aceptable siempre que se asegurara que
nuestro representado con esos actos estaba dando efectivo cumplimiento a la
obligación principal que emanaba del avenimiento.
En definitiva, y como se probará en la oportunidad
procesal correspondiente, el cumplimiento forzado tendiente a lograr la suscripción
de la compraventa de marras, y que se demanda es la elevación a sede
jurisdiccional de un problema inexistente, y la razón de ese sin razón sólo podemos
encontrarlo en el ánimo de obtener una ganancia espuria basada en un supuesto
retardo con una indemnización muy mal pedida, ocupando al tribunal de SS para
ello lo que esperamos no ocurra.

EXCEPCIÓN DE CONTRATO NO CUMPLIDO.

La excepción de contrato no cumplido o exceptio non


adimpleti contractus es la que corresponde al deudor en un contrato bilateral para
negarse a cumplir su obligación mientras la otra parte no cumpla o se allane a
cumplir la suya.
En este caso, nos encontramos ante el cumplimiento
forzado de una obligación de hacer, consistente concretamente en la suscripción de
un contrato de compraventa de inmueble, acto jurídico solemne por
antonomasia, cuya solemnidad exigida como requisito de existencia es
precisamente la necesidad jurídica en que se encuentran los contratantes de hacer
que la convención sea suscrita mediante escritura pública ante competente
funcionario.
En efecto, el contrario de compraventa de inmueble
requiere para su perfeccionamiento que este se encuentre suscrito ante
notario, lo que implica la necesidad evidente que quien demanda el cumplimiento
forzado de la obligación de suscribir contrato de compraventa, debe haber
cumplido la solemnidad propia del contrato que pretende se cumpla
forzadamente, y por tanto, para demandar a nuestra parte como lo ha hecho,
debió primero haber firmado ante notario su propia obligación de hacer,
momento desde el cual, y ante la falta de concurrencia del otro contratante concurre
recién la posibilidad de solicitar el cumplimiento forzado de la obligación.
Lo que señalamos es evidente, para exigir a otro el
cumplimiento forzado de una obligación, debo yo haber cumplido mi deber que en
este caso es el cumplimiento de la solemnidad que exige la ley, lo que no ocurre en
el caso de marras pues la contraria no ha suscrito ni firmado como en derecho
corresponde el contrato que se nos pide forzadamente cumplir.
En este orden de consideraciones, la excepción de
contrato no cumplido, en principio derivada de la teoría de la causa, tiene
consagración normativa en nuestro ordenamiento jurídico en el artículo 1552 del
Código Civil y encuentra un fundamento indudable en la equidad y la buena fe. El
acreedor que demanda el cumplimiento de una obligación o la resolución de un
contrato por incumplimiento del deudor no puede estar de buena fe si por su parte
no ha cumplido con su propia obligación. No puede exigirse lo que no se hace.
Al respecto, el artículo 1552 del Código Civil dispone: “En
los contratos bilaterales ninguno de los contratantes está en mora dejando de
cumplir lo pactado, mientras el otro no lo cumple por su parte, o no se allana
a cumplirlo en la forma y tiempo debidos”.
En este punto, conveniente precisar, que efectivamente
estamos en presencia de un contrato bilateral, pues existe un acuerdo que ha
creado derecho y obligaciones para las partes, al obligarse mutuamente a la
suscripción de un contrato solemne, solemnidad que consiste en escrituración,
obligación que la contraria simplemente no ha cumplido y por tanto se encuentra
imposibilitada de exigir.
A riego de parecer redundantes, en la práctica la contraria
debió suscribir en notaría la escritura de compraventa de manera de cumplir con la
obligación y su solemnidad; y constatada nuestra inasistencia exigir el cumplimiento
forzado de la obligación que supuestamente nos negamos a cumplir, pero no puede
irreflexivamente generar un juicio sin cumplir su parte del acuerdo.
Al respecto, nuestros tribunales de justicia han acogido
ampliamente la excepción de contrato no cumplido, sosteniendo verbigracia lo
siguiente; “De esta manera se puede explicar la razón jurídica de los efectos que
tanto el inciso 1° del artículo 1489 como el artículo 1552 del Código Civil atribuyen
a los contratos bilaterales. Este último precepto consagra la excepción non adimpleti
contractus, derivada de la teoría de la causa y como una consecuencia de su
aplicación a los contratos bilaterales en que la obligación de una de las partes es la
causa de la obligación que la otra contrae y, por consiguiente, no cumpliendo una
de ellas su obligación, la otra puede dejar de cumplir la suya, porque ha dejado de
tener la causa que le dio vida, perdiendo su soporte jurídico. Siendo la obligación
de uno el fundamento de la del otro, dice Domat, el primer efecto de la convención
es el que cada uno de los contratantes puede obligar al otro a cumplir su obligación
cumpliendo él la suya por su parte”. “El artículo 1552 del Código Civil tiene un
alcance más amplio que el que pudiera dársele sin atender a la noción jurídica que
en él se envuelve, y de ahí que sea necesario reconocer que dicho precepto no rige
simplemente la situación jurídica de la mora, sino que consagra precisamente la
excepción non adimpleti contractus”. “Esto es tanto más indiscutible si se tiene
presente que en los contratos bilaterales cada parte se obliga teniendo como fin
jurídico, como causa, el obtener la prestación consentida por la otra parte, y nada
sería más contrario a la noción misma de la causa, consagrada como un elemento
fundamental de toda obligación, si una parte hubiese de quedar obligada a entregar
lo que ha prometido sin recibir aquello que se le prometió a cambio”.(Repertorio de
Legislación y Jurisprudencia Chilena, Editorial Jurídica de Chile. Tercera Edición.
1997, Tomo V. pág. 276).
Efectivamente, conforme al inciso 1° del art. 1556 del
Código Civil el incumplimiento puede revestir a las menos tres formas: a)
incumplimiento total o íntegro; b) cumplimiento parcial o imperfecto; c) cumplimiento
tardío.
La jurisprudencia ha reconocido ampliamente la
procedencia de la excepción por incumplimiento imperfecto, en este caso si bien la
contraria cumplió tardíamente la obligación de pago, también está en la necesidad
jurídica de cumplir la solemnidad que el acto requiere, obligación que no ha
cumplido y que se encuentra imposibilitado consecuencialmente de exigir
forzadamente mientras no cumpla o se allane a cumplir.

CONTENIDO U OBJETO DE LAS PRESTACIONES ACORDADAS EN EL


CONTRATO CUYO CUMPLIMIENTO FORZADO SE EXIGE; EXISTENCIA DE LA
OBLIGACIÓN DEL PROMITENTE COMPRADOR DE PAGAR EL PRECIO Y
RICIBIR LA COSA; DEL PROMITENTE COMPRADOR DE ENTREGAR LA COSA
OBJETO DEL CONTRATO; DE AMBOS CONTRATANTES DE ESCRITURAR EL
CONTRATO DE COMPRAVENTA DE INMUEBLE; Y SUSCRIBIR CONTRATO
ANTE COMPETENTE FUNCIONARIO; Y COMO LA FALTA DE
DETERMINACIÓN DE LA OBLIGACIÓN QUE CONCRETAMENTE SE DEMANDA
DETERMINA LA POSIBILIDAD DE PEDIR EL CUMPLIMIENTO FORZADO DE
UNA OBLIGACIÓN DE HACER.
La relación jurídica que existe entre las partes de este
juicio se encuentra determinada por el avenimiento suscrito entre las partes en la
causa 1830-2014, constituyéndose este acto jurídico como un equivalente
jurisdiccional susceptible de requerir su cumplimiento forzado y que tiene fuerza de
cosa juzgada.
La causa de este acto jurídico bilateral Avenimiento,
consiste en el interés de regular el cumplimiento efectivo de un contrato de promesa
incumplido por la contraria y que solicitó su resolución, de manera de equilibrar la
relación jurídica quebrantada por la ahora demandante en busca del
perfeccionamiento del contrato principal que en este caso es la compraventa de
inmueble.
El objeto de este avenimiento, contrato preparatorio y
accesorio al principal compraventa, son las prestaciones a que se comprometieron
las partes, esto es, por un lado el comprador pagar el precio y el vendedor a entregar
la cosa, pero de la naturaleza del contrato que se pretende suscribir surge la
necesidad jurídica de una solemnidad que se constituye en requisito de existencia
y obligación de ambas partes, consistente en la escrituración ante competente
funcionario por parte del vendedor y el comprador, lo que implica que todos los
involucrados se encuentran en el deber jurídico de suscribir el contrato real, bilateral
y solemne ante notario público.
En consecuencia, nuestra parte tiene varias obligaciones
que cumplir; por un lado suscribir el contrato de compraventa ante notario y en ese
acto solemne ratificar el compromiso de entregar la cosa.
Por su parte, la contraria tenía la obligación de pagar el
precio, suscribir el contrato de compraventa ante notario, y en ese acto
ratificar su compromiso de recibir la cosa.
En consecuencia, la contraria tenía una obligación de dar
consistente en pagar el precio, y otras de hacer ya tantas veces señalada. Por su
parte, nuestro patrocinado solo tiene obligaciones de hacer, todas ellas surgidas del
referido avenimiento y propias de la naturaleza del contrato.
El cumplimiento de las obligaciones de hacer impone
una carga propia de la naturaleza de la obligación, consistente en que la
obligación debe estar determinada o contener los elementos para su
determinación, lo que implica que la demanda que busca el cumplimiento de una
obligación de hacer debe cumplir con el requisito de encontrar absolutamente
determinado la obligación que se exige el cumplimiento forzado, requerimiento que
si no se cumple debe ser rechazado por ese solo motivo.
Es del caso, que la demanda de autos adolece de una
absoluta falta de determinación del objeto a requerir el cumplimiento forzado,
vicio evidente y que surge del texto de su demanda que la hace inviable, por ese
solo motivo, y que debe ser rechazada por resultar absolutamente insuficiente para
el logro del fin que persigue.
En efecto, basta observar lo difuso de sus peticiones y
errático planteamiento para concluir su improcedencia para exigir el cumplimiento
forzado de obligaciones que no detalla ni indica asertivamente, a tal punto que
impide tener por determinado el objeto de aquello que pide cumplimiento forzado,
lo que viene a determinar la absoluta impertinencia de la demanda que debe ser
rechazada con costas por todos los motivos ya expresados, y los que a continuación
pasamos a exponer.

.
EN CUANTO A LA FALTA DE CONCURRENCIA DE LOS ELEMENTOS PARA
QUE SE VERIFIQUE EN DERECHO LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL;
FALTA DE CONSTITUCIÓN EN MORA; IMPOSIBILIDAD DE CONDENAR AL
CONTRATANTE DILIGENTE; BUENA FE OBJETIVA CON QUE SERGIO
MARDONES AGUIRRE ABORDÓ LA EJECUCIÓN EN EL CONTRATO Y
PRINCIPIOS DE LA CONTRATACIÓN CIVIL.
“La buena fe objetiva encuentra consagración legal en el
artículo 1546 del Código Civil, cuando prescribe que los contratos deben ejecutarse
de buena fe, y que, por consiguiente, los contratos obligan no sólo lo que en ellos
se expresa. La buena fe, objetivamente considerada, es un estándar legal, un
parámetro flexible cuyo manejo y concreción, en cada caso, queda entregado al
criterio, prudencia y sabiduría del juez de la causa. Este principio impone a los
contratantes el deber de comportarse correcta y lealmente en sus relaciones
mutuas, desde el inicio de los tratos preliminares y hasta momentos incluso
ulteriores a la terminación del contrato. La buena objetiva se aprecia in abstracto,
prescindiendo el juez de las persuasiones, creencias o intenciones psicológicas de
los contratantes, para puntualizar la conducta socialmente exigible a las partes,
exclusivamente en base a la equidad, a los usos y, en general, como habría dicho
Savigny, al espíritu del pueblo o al modelo del hombre razonable” (Jorge López
Santa María, “Los contratos. Parte general”, LegalPublishing, Santiago, 2010, pág.
344).
Por lo tanto la buena fe, al ser un principio general del
derecho y en especial de la contratación civil, se debe considerar su aplicación en
todo el iter contractual, desde la etapa de tratativas preliminares, la celebración del
contrato, ejecución del mismo y su terminación, resultando este principio exigible
en todo momento y a todos los contratantes respecto de convenciones
suscritas bajo la tutela de nuestro ordenamiento civil.
La actitud de la contraria no ha sido correspondiente con
este principio y cualquier decisión jurisdiccional debe considerar este antecedente,
pues en primer lugar no cumplió el primitivo contrato de promesa de compraventa,
luego nuestra parte empapada de este principio accedió a no resolver el acuerdo
como perfectamente pudo hacerlo, y en su lugar llegó a un nuevo y conveniente
acuerdo donde otorgaba nuevos plazos al pago del precio largamente debido.
Luego, según comprobaremos a través de correos
electrónicos, visitas y encuentros insistió en el perfeccionamiento del contrato de
compraventa, el que la contraria postergó e indicó cambió de comprador en
consideración de deudas que la señora Galleguillos tenía, lo que podía determinar
el embargo de aquel bien por parte de terceros acreedores.
Nuestra parte, siempre ha estado dispuesta a la
suscripción del contrato, planteando solo la necesidad de dejar claro que cualquier
acto debe significar jurídicamente el cumplimiento del contrato accesorio; y dejar
establecido su disconformidad con el emplazamiento de los muros y construcciones
que ha realizado la contraria en el lugar.
Insistimos, nunca se ha condicionado la suscripción del
contrato a estas materias, solo se ha puntualizado como dan cuenta correos
electrónicos y testimonios que se presentará, la necesidad de conformar esas
circunstancias al derecho.
Incluso nuestra parte envío borrador de Minuta de
compraventa a Notaría, siempre animado en la buena fe de cumplir el compromiso
asumido, lo que determina sin lugar a duda que nuestro patrocinado ha sido
diligente y siempre animado con la buena fe de cumplir fielmente el contrato.
Efectivamente, se debe tener presente que el Sr
Mardones fue un contratante diligente, resultando de este modo imposible solicitar
la sanción civil de cumplimiento forzado de una obligación, pues no se dan los
presupuestos legales para que esta opere y surja la responsabilidad civil
contractual.
En consecuencia, habiendo cumplido íntegramente y de
buena fe sus obligaciones, no es posible recurrir al cumplimiento forzado de la
obligación como lo hace la contraria en su libelo, por no tratarse éste del remedio
jurídico idóneo para el caso que propone la contraria.
En este sentido, la responsabilidad civil contractual para
su surgimiento como deber jurídico de indemnizar, exige un incumplimiento de una
obligación civil; nexo causal entre el incumplimiento y el daño; perjuicio pecuniario;
la concurrencia del elemento subjetivo culpa o dolo; y que no concurra una causal
de legítima exoneración.
En el caso de marras, como se ha expresado no existe un
incumplimiento contractual pues siempre se ha propendido al cumplimiento del
contrato, en el convencimiento de estar pagando íntegramente la obligación,
evidentemente no concurre ni dolo ni culpa, ni existe una vinculación causal entre
el supuesto daño aún indeterminado y algún incumplimiento de nuestra parte.
Respecto dela constitución en mora como elemento de la
responsabilidad civil contractual, debemos reiterar que nuestra parte no puede
constituirse en mora mientras la contraria también lo esté, este es el fundamento de
la excepción de contrato no cumplido ya reseñado en función del artículo 1.552 del
Código Civil, excepción que habiendo sido correctamente deducida, inhibe la
concurrencia de este elemento necesario en la configuración de la responsabilidad
civil en sede contractual, debiendo además considerar el silencio de la contraria
respecto a este hecho o circunstancia de relevancia jurídica.
En consecuencia, tratándose de un contratante diligente y
no concurriendo los elementos de la responsabilidad contractual y los presupuesto
para que opere la hipótesis del artículo 1553 del Código Civil, no es posible solicitar
el cumplimiento forzado de una obligación de hacer en la forma propuesta por la
contraria, debiendo rechazarse la acción solo por este motivo.
Por otro lado, y bajo el prisma de la buena fe solicito
considerar la actitud de la contraria, quien primero no paga sus obligaciones en el
contrato de promesa; luego retarda 9 meses el pago de lo establecido en el
avenimiento; continúa su actividad retrasando el cumplimiento por motivos ajenos a
la relación jurídica; y luego sin ninguna otra aproximación demanda el cumplimiento
forzado de una obligación en juicio ordinario y declarativo, solo con el fin de acceder
sea a una indemnización injustificada o alguna negociación cuyo fin desconocemos,
cualquiera de esos fines ocupando el sistema jurisdiccional y al tribunal de SS en
ese fin, generando un desgaste innecesario, un juicio inventado, con una demanda
que además se encuentra erráticamente planteada, tanto en su contenido como en
la determinación de los perjuicios, a tal punto que hace inviable la declaración del
derecho que pretende.
En el mismo sentido y como se demostrará, se ha
internado en la propiedad de mí representado en el denominado LOTE A4, con un
deslinde consistente en muro emplazado erráticamente, lo que ha determinado que
ocupa su cabida de hecho, en 37,80 metros cuadrados que le pertenecen, todo con
absoluto desinterés de solucionar el problema. Del mismo modo, ha edificado
ilegalmente en el terreno que hace posesión, construcciones que además incumplen
la ordenanza general de urbanismo y construcciones en innumerables
consideraciones, siendo las que afectan a mi representado la internación de muro
medianero en la propiedad denominada LOTE A4; la existencia de ventanas que
dan inmediatamente al lote A2, con porcentaje de adosamiento constructivos
desproporcionados y no autorizados, con descarga de aguas lluvia al mismo LOTE
A2, con la falta absoluta de cumplimiento de normativa de aislación de ruidos de
edificaciones dedicadas a un centro de eventos, que además no cuenta
autorización de resolución sanitaria por el organismo competente ni con recepción
definitiva de obras destinadas a un negocio establecido.
En definitiva, solicitamos al Tribunal de SS considerar al
momento de decidir como las partes se han planteado ante el principio de buena fe,
premisa fundamental de la contratación civil en nuestro ordenamiento jurídico
nacional.

NADIE PUEDE APROVECHARSE DE SU PROPIA CULPA. Y LA APLICACIÓN


DE LA TEORÍA DE LOS ACTOS PROPIOS COMO DEMOSTRATIVOS Y
SIRVIENTES DE BASE DE PRESUNCIÓN JUDICIAL EN EL SENTIDO QUE LAS
ACTUACIONES DE LA CONTRARIA CARECEN DE LA BUENA FE QUE SE
EXIGE NUESTRO ORDENAMIENTO JURÍDICO AL DEMANDANTE DE
CUMPLIMIENTO FORZADO EN SEDE CONTRACTUAL.

VENIRE CONTRA PROPIUM FACTUM NULLI


CONCEDITUR. La expresión latina señalada constituye un principio general del
derecho que doctrinalmente se denomina Teoría de los actos propios, que viene a
significar que a nadie le es lícito ir contra sus propios actos anteriores que expresan
empíricamente su voluntad y definen su posición jurídica en una materia
determinada. Indiscutidamente dicha doctrina es tributaria del Principio de
ejecución de Buena Fe de los contratos de que trata el punto siguiente, al
representar el deber jurídico y moral que tiene cada parte de actuar de forma
honesta, leal y coherente durante la ejecución de un contrato, de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 1546 del Código Civil.
La jurisprudencia ha entendido que tres son los requisitos
que deben presentarse para estar frente a la teoría de los actos propios: A) Una
conducta anterior, que revele una determinada posición jurídica de parte de la
persona a quien se le trata de aplicar este principio. B) Una conducta posterior por
parte del mismo sujeto, contradictoria con la anterior; y C) Que el derecho o
pretensión que hace valer la persona a quien incide el actor perjudique a la
contraparte jurídica. (Rol 5958/2006, 13 de Mayo de 2008; Corte de Apelaciones de
Santiago. Citado por Jorge López Santa María, “Los contratos. Parte general”,
LegalPublishing, Santiago, 2010, pág. 353.)
En el caso particular, la demandada ha fundado su
pretensión en un supuesto incumplimiento de nuestra parte, determinado por la
supuesta tardanza en el cumplimiento de nuestra obligación de suscribir contrato de
compraventa de inmuebles, pero omite señalar que esta demora no se debe a
nuestra voluntad si no a su decisión de retardar el cumplimiento del acuerdo y a la
demora en el cumplimiento de sus propias obligaciones.
No puede la contraria valerse de un retardo que le es
imputable, solicitar el cambio de comprador desde la demandante a su hija por
incumplimiento, no dar respuesta a los requerimientos de firmas alegando
situaciones económicas desmedradas, y luego utilizar esas indefiniciones y actos
propios para significar un supuesto retardo de nuestra parte.
En definitiva, no puede aprovecharse de su propia culpa,
ni desconocer actos propios significativos de sus verdaderas motivaciones, para
perjudicar a su contratante, quien ha cumplido con sus obligaciones y solo pretende
que este asunto termine completamente, y como honesta y correctamente
corresponde entre personas que serán vecinos mucho tiempo.

INDEMNIZACIÓN CONTRACTUAL Y MOTIVOS PORQUE EL PERJUICIO


DEMANDADO NO APLICA COMO COMPENSACIÓN ADECUADA AL
SUPUESTO INCUMPLIMIENTO DE ESTA RELACIÓN JURÍDICA.
La contraria ha demandado como consecuencia del
cumplimiento forzado un daño emergente y lucro cesante de $50.000.000 cada
ítem, basando el quantum del primero en función del precio de la propiedad, y como
se ha visto perjudicado en no ser dueño aún, y el segundo también utiliza el precio
de la propiedad como índice del monto de la indemnización, indicando que pudo
haber hipotecado o haber realizado otros negocios similares respecto del bien.
Lo expuesto como forma de determinar el daño es
francamente inadmisible y fuera de lugar, incumpliendo todas las normas para la
determinación del daño efectivamente causado en materia de responsabilidad
contractual.
Al respecto, se debe tener presente que en nuestro
derecho se indemniza en general y en todos los ámbitos de la responsabilidad el
daño efectivamente causado, entendiendo la indemnización como un modo de
compensar un daño antijurídico, restableciendo el equilibrio en una relación jurídica
que resultó por un acto culposo o doloso, en alguna medida medible en dinero,
perjudicial para alguna de las partes.
De este modo, lo que se resarce o paga en materia de
responsabilidad civil, es una cantidad de dinero que el juez entiende equilibra la
relación jurídica entre dos partes, debiendo en definitiva en una pesa de la balanza
determinar el daño efectivamente causado, y en el otro una cantidad de dinero que
lo compense.
Esto es lo básico en la determinación de cualquier
asignación patrimonial compensatoria en nuestro derecho patrimonial,
correspondiendo al demandante proveer al juez de los elementos de juicio
civilmente racionales y retóricamente suficientes para la acertada determinación del
daño.
Es del caso, que resulta evidente que los criterios
propuesto por la contraria para determinar el daño, y las premisas de su
concurrencia no concuerdan con lo establecido por nuestro ordenamiento civil.
Por otro lado, no podemos olvidar que nos situamos en el
ámbito de la responsabilidad contractual, alegando la concurrencia de culpa, solo
son indemnizable los perjuicios directos y previsibles del supuesto incumplimiento,
no resultando ninguno de los indicadores propuestos por la contraria como
perjuicios calificables como directos del supuesto incumplimiento lo que debería por
ese simple motivo el más absoluto rechazo de la pretensión indemnizatoria.
Al respecto, el daño que propone la contraria no contiene
los elementos para que en su formulación lo consideremos como un daño cierto,
directo, determinable en dinero y real, por lo que resulta evidente que no puede ser
concedido en el presente juicio, por no cumplir el daño propuesto los requisitos para
ser indemnizable.
En el mismo orden de consideraciones, tratándose del
cumplimiento forzado de la obligación tendiente a obtener la propiedad de un
inmueble, no puede pretenderse que la indemnización sea el precio de la cosa, pues
al final del juicio la contraria obtendría la propiedad del inmueble, la devolución del
precio doblado en magnitud lo que ciertamente es absurdo y contrario al principio
de enriquecimiento sin causa, pero por sobre todo es ilegal pues al pedirse el
cumplimiento forzado de la obligación, por lógica, solo es posible la indemnización
moratoria asociada al incumplimiento, esto por expresa disposición del artículo
1.566 del Código Civil que al ocupar la expresión “o”, hace alternativa el cobro de
indemnizaciones provenientes del incumplimiento completo de la obligación, el
cumplimiento imperfecto o el simple retardo, de lo que la doctrina y la jurisprudencia
han determinado que no resulta posible pedir la restitución del precio y además la
entrega de la cosa..
La indemnización cuando considera al precio como
indiciario de su determinación cuando esta es restitutoria, pues supone un pago
como asignación patrimonial; y la perdida de esa asignación por resolución del
acuerdo, lo que implica que cuando es referente al cumplimiento forzado solo puede
entenderse como indemnización imperfecta o retardo, lo que hace exigible solo la
indemnización moratoria, debiendo indicarse en la acción desde cuanto se
constituye en mora para su determinación en la forma que lo establece la ley.
Al respecto, la contraria no ha cumplido nada de lo
expuesto en su acción, lo que enerva absolutamente la posibilidad de obtener una
indemnización derivada de responsabilidad civil contractual, por no cumplir su
petición con los estándares que exige la ley para la determinación de los perjuicios.

POR TANTO; vistos los Artículo 309 y siguientes del


Código de Procedimiento Civil., A SS. PIDO, Se sirva tener por contestada la
demanda de autos, tener por deducida excepción de contrato no cumplido,
solicitando se niegue lugar a la demanda en todas sus partes, todo ello con expresa
condenación en costas, dando curso progresivo a autos otorgando traslado para el
trámite de la réplica de la demanda principal.

PRIMER OTROSÍ: La contraria, además de la insólita demanda de cumplimiento


forzado de la obligación de hacer precedentemente impugnada por múltiples
razones, pretende el pago de una cláusula penal contenida en el contrato de
promesa firmado, sanción civil convencional que en su opinión se habría devengado
ante el incumplimiento de nuestra parte.
Al respecto, y antes de cualquier otra consideración
respecto a la buena fe, contratante diligente, falta de constitución en mora, e
incumplimiento de los requisito para que concurra responsabilidad civil de mí
representado, conviene tener presente que respecto de ese contrato de promesa
que invoca la contraria, ha operado un modo de extinguir las obligaciones
denominado “Transacción”, establecido en el artículo 1.567 N°3 del Código Civil,
existiendo ahora un contrato diferente que regula esta relación jurídica denominado
AVENIMIENTO que la contraria reconoce su existencia y vigencias al solicitar su
cumplimiento forzado, y que tiene la fuerza obligatoria reforzada por tratarse de un
equivalente jurisdiccional con peso de cosa juzgada.
Efectivamente, esta demanda sencillamente no puede
prosperar, pues pretende la aplicación de un contrato respecto del cual ha operado
un equivalente jurisdiccional que produce el efecto de cosa juzgada según el artículo
2.460 del Código Civil, que tiene la consecuencia jurídica de extinguir las
obligaciones del acuerdo primitivo y dar fuerza ejecutiva a las nuevas obligaciones
que emanan de él.
No cabe duda, que la única convención vigente que regula
la relación jurídica existente entre las partes es el denominado AVENIMIENTO,
acuerdo de voluntades que no establece ninguna cláusula penal en favor de la
contraria, por lo que su cobro en juicio ordinario es improcedente desde todo punto
de vista jurídico, pues la posibilidad de cobrar la cláusula penal establecida en un
contrato extinguido es imposible.
Al respecto, el artículo 1.567 del Código Civil señala toda
obligación puede extinguirse por una convención en que las partes interesadas,
siendo capaces disponer libremente de lo suyo, consienten en ello que fue
precisamente lo ocurrido en el caso de marras.
Nuestra parte solicitó jurisdiccionalmente la resolución del
contrato por un evidente incumplimiento en la obligación de pago, terminando ese
contrato por un equivalente jurisdiccional que comenzó a regular esa relación
jurídica.
Tanto es así, que las obligaciones que emanan de él
tienen fuerza ejecutiva y no requieren de declaración en juicio ordinario, lo que
refrenda nuestra posición que el contrato de promesa se extinguió con el
AVENIMIENTO que ahora regula la relación jurídica entre las partes, y que cumple
con los requisitos de valides y eficacia que el contrato de promesa que invoca la
contraria no tiene.
Nadie puede discutir que el avenimiento es un contrato
que se encuentra en el espectro de la transacción, cuya única diferencia es que se
presenta ante un tribunal para poner fin a un juicio, y no precave uno eventual, por
lo que resulta francamente sorprendente que se pretenda el cobro de obligaciones
evidentemente extintas con un equivalente jurisdiccional que produce el efecto de
cosa juzgada.
En consecuencia, además de las defensas que a
continuación expondré, presento a su consideración y con la argumentación
precedentemente expresada la excepción perentoria de transacción que se
relaciona con la de cosa juzgada respecto al cobro de la cláusula penal contenida
en contrato de promesa por la suma de $80.000.000 por resultar absolutamente
contrario a derecho.
Respecto a las defensas reiteramos lo señalado en lo
principal de esta presentación relativo a que para que opera una sanción civil como
es una cláusula penal, deben constituirse el deudor en mora, circunstancia que
respecto de nuestro patrocinado sencillamente no ha ocurrido, pues no resulta
pertinente que se nos sancione por no suscribir un contrato de compraventa que la
contraria tampoco ha escriturado ni firmado, lo que enerva el cobro de esta
obligación por operar la excepción de contrato no cumplido respecto al deber de
suscribir y firmar el contrato de compraventa, y no cumplirse el requisito subjetivo
de culpa para que concurra la responsabilidad civil
De más está decir lo que emana de la propia presentación
de la contraria, consistente en que el avenimiento lo pagó muy tardíamente, por lo
que resulta una absoluta falta de buena fe el cobro que ahora se pretende,
circunstancia que sí por si sola y por aplicación del artículo 2.463 del Código Civil
sobre cláusulas penales en transacción se verifica si respecto de la contraria como
se pasará a exponer.
POR TANTO, PIDO A SS., Tener por contestada
demanda de cobro de cláusula penal solicitando su más absoluto rechazo por ser
absolutamente contraria a derecho, y tener como interpuestas excepciones
perentorias de transacción y cosa juzgada respecto del avenimiento que regula las
relaciones entre las partes, y excepción de contrato no cumplido, teniendo además
presente la falta de constitución en mora de nuestra parte y no concurrencia de
culpa en nuestro actuar.

SEGUNDO OTROSÍ: PATRICIO PINTO CASTRO, Abogado, domiciliado en calle


Atacama 519, segundo piso, Copiapó, en representación según ya consta en autos
de don SERGIO MARDONES AGUIRRE, chileno, ingeniero, de mí mismo domicilio,
a S.S. digo:
Que, por el presente acto vengo en interponer demanda
reconvencional de Cumplimiento Forzado de Cláusula Penal, de acuerdo con
las normas del juicio ordinario, en contra de doña Brenda Ester Galleguillos López,
empresaria, domiciliada en Condominio El Inca, número 312 A, Copiapó, según se
indica en estos autos, en atención a las consideraciones de hecho y de Derecho
que a continuación paso a exponer:
La relación jurídica existente entre las partes de este
juicio como se ha expuesto se encuentra regulada y establecida en contrato de
avenimiento sometido a la aprobación judicial del Primer Juzgado de Letras en lo
Civil de Copiapó, con fecha 25 de febrero de 2015, acto jurídico válido que entre sus
cláusulas establece una cláusula penal en favor de mi representado en caso del
simple retardo en el cumplimiento en la obligación de pago.
En efecto, en la cláusula segunda punto tercero, el
acuerdo de voluntades establece la única clausula penal vigente entre las partes,
que indica “En el caso que la señora Brenda Galleguillos López no cumpla con el
pago de la suma de 21.000.000 en el plazo estipulado, esto es, al día 15 de abril del
año 2015, deberá pagar, además de la cantidad de 21.000.000 o, en su caso, el
saldo insoluto a la fecha indicada, una indemnización de 2.500.000 será exigible
desde el 16 de abril de 2015”.
De este modo, bajo el epígrafe cláusula penal, las partes
acordaron que el retardo en el cumplimiento de la obligación de pago del
avenimiento dará lugar al pago como indemnización convencional del saldo de
precio debido a la fecha de cobro más la suma de 2.500.000, cantidad de dinero
exigible desde el 16 de abril de 2015.
En definitiva, el simple retardo en el pago hace
devengable esta obligación de pago establecida como indemnización
compensatoria, la que es exigible desde la fecha señalada.
Al respecto, es el propio libelo que contiene la demanda
la contraria que señala en un SEGUNDO OTROSÍ las fechas en que verificó los
pagos de la obligación contenida en contrato de AVENIMIENTO, lo que constituye
una declaración judicial que tiene el carácter de confesión de parte respecto a las
fechas de pago, y la concreción de la hipótesis para que concurra la indemnización
convencional que en este acto se demanda.
Al efecto, nuestra parte tiene la facultad que en este acto
ejerce de exigir el cumplimiento de la cláusula penal establecida en acto válido en
la forma que establece el artículo 1.535 y siguientes del Código Civil que permite el
cobro de indemnizaciones convencionales cumplido los requisitos que los
contratantes establecieron para su verificación.
Sobre el particular, esta pena fue establecida en
conformidad al artículo 1.537 del Código Civil sólo exigiendo el simple retardo, el
que se verifica con creces según indica la propia demanda en un otrosí,
acompañando incluso los recibos que dan cuenta del retardo en el cumplimiento de
la obligación.
Para afianzar la concurrencia de este derecho, conviene
destacar en este punto, lo establecido en el Artículo 1.542 del Código Civil que
establece “Habrá lugar a exigir la pena en todos los casos en que se hubiere
estipulado, sin que pueda alegarse por el deudor que la inejecución de lo
pactado no ha inferido perjuicio al acreedor o le ha producido beneficio”; del
mismo modo que el artículo, 2.463 del mismo código de normas civiles, se refiere a
la estipulación de la pena en la transacción, que en este caso se denominó
avenimiento al indicar; “Si se ha estipulado una pena contra el que deja de
ejecutar la transacción, habrá lugar a la pena, sin perjuicio de llevarse a
efecto la transacción en todas sus partes”.
En definitiva, se ha pactado una indemnización
convencional de manera válida en el único acuerdo de voluntades vigente
entre las partes de este juicio, sujetando su verificación ante el solo retardo
en la obligación, el que resulta evidente se ha cumplido, surgiendo la
obligación de pagar la suma de $2.500.000 de pesos por parte de la contraria,
con reajustes e intereses correspondiente a la fecha del pago, suma de dinero
que en este acto se demanda exigiendo su pronto pago, más costa de la
causa.
POR TANTO, de acuerdo con lo expuesto y lo dispuesto
en el en los artículos 1.535 y siguientes del Código Civil y 2.463 del mismo código,
y artículo 254 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, PIDO A S.S. se sirva
tener por entablada demanda de cumplimiento forzado de cláusula penal en contra
de doña BRENDA GALLEGUILLOS LOPEZ, ya individualizado, admitirla a
tramitación dando lugar a la demanda en todas sus partes declarando: a) La
existencia de la Cláusula Penal en contrato válido entre las partes, su exigibilidad y
correspondencia de su cumplimiento forzado; y b) en definitiva condene al pago de
la suma de $2.500.000 correspondiente a la cláusula penal indicada más intereses
y reajustes a la fecha del pago, todo ello con expresa condena en costas.

TERCER OTROSÍ: PATRICIO PINTO CASTRO, Abogado, domiciliado en calle


Atacama 519, segundo piso, Copiapó, en representación según ya consta en autos
de don SERGIO MARDONES AGUIRRE, chileno, ingeniero, de mí mismo domicilio,
a S.S. digo:
Que, por el presente acto vengo en interponer
demanda reconvencional reivindicatoria, de acuerdo con las normas del juicio
ordinario, en contra de doña Brenda Ester Galleguillos López, empresaria,
domiciliada en Condominio El Inca, número 312 A, Copiapó, según se indica en
estos autos, en atención a las consideraciones de hecho y de Derecho que a
continuación paso a exponer:

ANTECEDENTES.
Don SERGIO LUIS MARDONES AGUIRRE es
actualmente dueño de once Lotes Denominado A1;A2,A3,A4,A5,A6,A7,A8,A9,A10
y A11, ubicado en el sector rural de la localidad de Piedra Colgada, de la Comuna
y Provincia de Copiapó, Región de Atacama,
Dichos Lotes son producto de la Subdivisión del LOTE
A, y este de la fusión resultante de los lotes número 2, 3, 4 del LOTE 2, de la
Parcelan°8, de la hacienda SAN FRANCISCO ROL 509-021 y lotes número 5, 6,
7 y 8 del LOTE 2, de la Parcela N°8, de la hacienda SAN FRANCISCO ROL 509-
022.
Las inscripciones de dominio del Lote número dos;
corre inscrita a fojas nueve mil ochocientos uno vuelta (9801 v), Número tres mil
setecientos setenta y cuatro (3774) del año dos mil once (2011); Lote número tres,
inscrito a foja nueve mil ochocientos dos vuelta (9802 v), Número tres mil
setecientos setenta y cinco (3775) del año dos mil once (2011); Lote número
cuatro, inscrito a foja nueve mil ochocientos cuatro (9804), Número tres mil
setecientos setenta y seis (3776) del año dos mil once (2011); Lote número cinco,
inscrito a foja nueve mil ochocientos cinco (9805), Número tres mil setecientos
setenta y siete (3777) del año dos mil once (2011); Lote número seis, inscrito a
foja nueve mil ochocientos seis (9806), Número tres mil setecientos setenta y ocho
(3778), del año dos mil once (2011); Lote número siete, inscrito a foja nueve mil
ochocientos siete (9807), Número tres mil setecientos setenta y nueve (3779) del
año dos mil once (2011); y, Lote Número Ocho, inscrito a foja nueve mil
ochocientos ocho vuelta (9808 v), Número tres mil setecientos ochenta (3780), del
año dos mil once (2011);
Estas mismas inscripciones correspondieron también al
denominado LOTE A en que se fusionaron fijándose una superficie de 62.900 mt² y
cuyos deslindes eran los siguientes:
• NORTE: Con Lote 9,10,11,12,13, hoy camino comunero en 393 metros;
• SUR: En 91 mt con Lote 1 con carretera Panamericana en 188 mt;
• ESTE: Con calle comunera que lo separa de parcela 6 en 269 metros;
• OESTE: Con Lote 1 en 100 metros y con calle comunera en 100 metros.

Los lotes número 2, 3, 4 del LOTE 2, de la Parcela


N°8, de la hacienda SAN FRANCISCO ROL 509-021 y lotes número 5, 6, 7 y 8
del LOTE 2, de la Parcela N°8, de la hacienda SAN FRANCISCO ROL 509-022,
que se fusionaron en el LOTE A, y se subdividieron en los denominados Lotes
A, pertenecieron con anterioridad y de manera precedente a mi representado, a don
GONZALO GILBERTO CASTILLO OLIVARES, bajo el título inscrito a FOJAS
1.236 N° 835 del año 1996, constituyéndose respecto de mi representado una
suma de posesiones ininterrumpida respecto a las propiedades
singularizadas por más de 20 años.
Al margen de cada inscripción de dominio señalada
en forma precedente se inscribió la subdivisión que da origen a los nuevos
lotes denominados A1;A2,A3,A4,A5,A6,A7,A8,A9,A10 y A11 en un inicio
señalados perteneciente a mi representado, y que se encuentra aprobada por el
servicio agrícola y ganadero de acuerdo al decreto ley número tres mil quinientos
dieciséis del año mil novecientos ochenta, y cuyo plano de loteo y, memoria de
deslindes, certificado del servicio agrícola y ganadero y carta de solicitud se
encuentran archivados bajo los números trescientos veintidós, trescientos veintitrés,
trescientos veinticuatro y trescientos veinticinco en el registro de documentos
archivados del conservador de bines raíces de la ciudad de Copiapó.
Respecto del Lote A3, mi representado y la demandada
suscribieron contrato de promesa con fecha 16 de octubre del año 2013, en la
Notaría del Notario Público de Copiapó Luis Ignacio Manquehual Mery, bajo el
número de Repertorio 3.865-2013. Escritura que fue modificada por otra de la
misma Notaría con fecha 16 de mayo de 2014, referente a modificaciones en el
plazo para la suscripción del contrato principal y pago del precio de 50 millones de
pesos, fijándose para tal efecto el día 6 de junio de 2014.
Llegada esa fecha, y producto del incumplimiento de la
contraria en el pago del precio señalado, no se efectuó el contrato de promesa
constituyéndose la contraria en mora por el advenimiento del plazo para la
suscripción.
Con fecha 22 de julio del año 2014, el promitente
vendedor dedujo demanda de resolución de contrato e indemnización de perjuicios,
causa que se caratuló “MARDONES CON GALLEGUILLOS”, ROL C-1.830-2014.
La referida causa, terminó por Avenimiento entre las
partes, estableciéndose parcialidades para el pago del precio adeudado, lo que se
determinó en 21 millones de pesos, bajo la siguiente modalidad y términos.
1. Un pago de $10.000.000 al momento del acuerdo fechado el día 25 de
febrero de 2015.
2. Pago mediante Letra de Cambio devengables el día 31 de marzo de 2015
por la suma de $6.000.000
3. Pago mediante Letra de Cambio devengables el día 15 de abril de 2015 por
la suma de $5.000.000.
Es del caso, que la Sra. Brenda Galleguillos
nuevamente incumplió el deber comprometido, verificándose finalmente el pago en
el mes de diciembre del año 2015, fecha desde la cual se ha querido regularizar la
suscripción del contrato de compraventa, pese a las dificultades en el
emplazamiento de muro y construcción de un centro de eventos en lugar.
Efectivamente, la contraria desde el año 2015 ha
edificado una serie de construcciones irregulares, y en lo que nos interesa en esta
acción real, un muro divisorio absolutamente irregular, que fija sus límites en una
cabida que no le corresponde, internándose en mi propiedad denominada Lote A4
en 37,8 metros cuadrados según plano acompañado.
Al respecto, la presente acción pretende restablecer el
derecho quebrantado, de manera que se compela a la Sra. Brenda Galleguillos a
detener la posesión material de una franja de terreno que no le pertenece según lo
comprometido de manera convencional en los actos jurídicos señalados, y lo que
expresan los registros de propiedad respectivos y pertinentes.
En definitiva, se solicita en este acto se declare que el
inmueble o retazo de terreno de 37,80 metros cuadrados que se genera entre el
muro y el límite inscrito de LOTE a3, que se singularizará en esta presentación en
Plano acompañado, es de dominio exclusivo de mi representado Sergio Mardones
Aguirre; b) que el demandado no tiene derecho alguno sobre él y; c) que debe
restituir a mi representado el retazo de terreno ilegalmente ocupado, dentro de
tercero día desde que la sentencia se encuentre ejecutoriada, y d) que deberá
restituirse el terreno sin edificación alguna, lo que implica que el muro existente en
el terreno y toda otra construcción que se sitúe o afecte la propiedad de mi
representado, deberá ser demolido a costo de la demandada reconvencional, sin
perjuicio de la posibilidad de proceder a la demolición y retiro del referido muro, y
levantar otro en los deslindes correctos, todo ello con expresa condena en costas.

ANTECEDENTES DE LOS INMUEBLES EN CONFLICTO. -

1). LOTE A4, BIEN INMUEBLE PERTENECIENTE A MI REPRESENTADO


AFECTADO POR INTERNACIÓN DE LA CONTRARIA.
El lote denominado A4 perteneciente a mi
representado y con la historia fidedigna de los título que se indica en los
antecedentes, tiene una superficie de ocho mil cuatrocientos doce coma cero
cuatro metros cuadrados, cuyos deslindes particulares son los siguientes
NORESTE: con camino de servicio, vértice C y 19 en 150,44 metros; SURESTE:
con camino de servicio, vértice C y 22 en 39, 36 metros; SUROESTE: con lote A3,
vértice 21 y 13 en 113, 35 metros; NOROESTE: con lote A9 vértice 16 y 17 en
24,68 metros, con lote A10, vértice 17 y 18 en 50,74 metros y con lote A11, vértice
18 y 19 en 25,80 metros.
Las inscripciones de dominio corren inscritas a fojas
nueve mil ochocientos uno vuelta (9801 v), Número tres mil setecientos setenta y
cuatro (3774), a foja nueve mil ochocientos dos vuelta (9802 v), Número tres mil
setecientos setenta y cinco (3775),a foja nueve mil ochocientos cuatro (9804),
Número tres mil setecientos setenta y seis (3776), a foja nueve mil ochocientos
cinco (9805), Número tres mil setecientos setenta y siete (3777),a foja nueve mil
ochocientos seis (9806), Número tres mil setecientos setenta y ocho (3778), a foja
nueve mil ochocientos siete (9807), Número tres mil setecientos setenta y nueve
(3779) a foja nueve mil ochocientos ocho vuelta (9808 v), Número tres mil
setecientos ochenta (3780), todas del año dos mil once (2011).
Este bien perteneciente de manera exclusiva y
excluyente a mi representado, ha sido gravado en una parte de él con una posesión
irregular por parte de la demandada, quien, si bien actúa como señor y dueño
respecto de él, en concreto no le pertenece y se constituye como una internación
ilegal en su límite SUROESTE con Lote A3.

2). EL DEMANDADO RECONVENCIONAL BRENDA ESTER GALLEGUILLOS


LOPEZ ESTA EN POSESIÓN COMO SEÑOR Y DUEÑA DEL LOTE A3 Y HA
FIJADO DESLINDES DE MANERA IRREGULAR INTERNÁNDOSE EN
PROPIEDAD DE MI REPRESENTADO.
El lote denominado A3, con una superficie de cinco
mil cuatrocientos setenta y siete coma once metros cuadrados, cuyos deslindes
particulares son los siguientes NORESTE: con lote A4 vértice 16 y 22 en 113,35
metros; SURESTE: con camino de servicio, vértice 22 y 21 en 49, 78 metros;
SUROESTE: con lote A2, vértice 21 y 13 en 103, 62 metros; NOROESTE: con lote
A8 vértice 13 y 14 en 22,47 metros y con lote A9, vértice 14 y 15 en 28,37 metros y
vértice 15 y 16 en 3,85 metros,
Las inscripciones de dominio corren inscritas a fojas
nueve mil ochocientos uno vuelta (9801 v), Número tres mil setecientos setenta y
cuatro (3774), a foja nueve mil ochocientos dos vuelta (9802 v), Número tres mil
setecientos setenta y cinco (3775),a foja nueve mil ochocientos cuatro (9804),
Número tres mil setecientos setenta y seis (3776), a foja nueve mil ochocientos
cinco (9805), Número tres mil setecientos setenta y siete (3777),a foja nueve mil
ochocientos seis (9806), Número tres mil setecientos setenta y ocho (3778), a foja
nueve mil ochocientos siete (9807), Número tres mil setecientos setenta y nueve
(3779) a foja nueve mil ochocientos ocho vuelta (9808 v), Número tres mil
setecientos ochenta (3780), todas del año dos mil once (2011).
Este bien se encuentra en posesión material de la
contraria quien actúa como señora y dueña de toda su extensión y más allá, pues
tiene tomada una franja de terreno que le pertenece a mi representada, en su límite
NORESTE internándose en mi terreno denominado LOTE A4.
Todo lo anteriormente señalado no es producto de una
exposición antojadiza de esta parte, si no que es consecuencia del minucioso
examen de cada uno de los títulos inscritos en el Registro del Conservador de
Bienes Raíces de Copiapó, y que serán debidamente acompañados en la
oportunidad procesal correspondiente, y que dan cuenta de la internación en la
propiedad de mi representado.

II. PRIVACIÓN DE LA POSESIÓN MATERIAL. -


Como ya se ha señalado mi representado don Sergio
Mardones es dueño de la propiedad denominada LOTE A4, de una superficie de
8.212 metros cuadrados.
No obstante ser dueño de dicho inmueble, su vecino,
la demandada doña BRENDA GALLEGUILLOS, poseedora del Lote A3 que colinda
con el Lote A4 en113,35 metros, le ha privado de la posesión material de una franja
de terreno del aludido lote A4 de 37,8 metros cuadrados del que da cuenta plano
acompañado.
En efecto, el demandado ha modificado
unilateralmente el deslinde original, alterando la cabida del predio de mi
representado y el suyo, esto mediante un cerco de albañilería, internado en la
propiedad de mi representado de manera ilegal y como señor y dueño sin serlo.
Esta posesión material respecto de quien no es dueño
de un inmueble causa un perjuicio a mi representado, quien se ve perjudicado con
la privación material de la cabida completa de su predio, y con un muro situado
evidentemente en su propiedad afectándolo en 37,80 metros cuadrados,
beneficiando a la contraria en la misma cantidad de metros, determinando que la
contraria ocupa 5.502,96 metros cuadrados en lugar de los 5.477,11 metros
cuadrados que indican los títulos de propiedad.
En definitiva, concurre el requisito de privación
material del inmueble pues la contraria sencillamente ocupa un retazo de terreno
que no le pertenece sin título, pero con ánimo de señor y dueño, y esta parte se ve
perjudicada por la internación material significada en un muro de concreto
erráticamente emplazado.

III. SINGULARIZACIÓN DEL INMUEBLE QUE SE REIVINDICA. -


De acuerdo con lo precedentemente explicado, el
demandado ocupa una franja de terreno del lote A4 equivalente a una superficie de
37.8 mt², tal como lo indica plano acompañado en un otrosí (de Situación).
Efectivamente, se verifica una internación de 37.8
metros en terreno perteneciente a mi representado, al comparar los planos y títulos
inscritos, con el cerco levantado por la contraria en terrenos ajenos. El retazo que
constituye internación, se refiere al terreno que hay entre el límite inscrito y que dan
cuenta plano de subdivisión entre vertices 22 y 16 de los Lotes A3 y A4, y el muro
construido por la contraria.
Croquis de situación e internación de LOTE A3 en cabida de LOTE A4 en
37,80 metros cuadrados a semejanza de plano de subdivisión inscrito.

Detalle de internación de terreno en posesión de la contraria en deslinde


fijado por Plano Inscrito entre vertices 22 y 16 LOTE A4 y A3. Zona Azul.
IV.- ACCIÓN QUE SE PRETENDE.
La acción que se persigue es la reivindicatoria de dominio, que es la que tiene el
dueño no poseedor, en contra del poseedor no dueño, esto con el fin de recuperar
la posesión material del retazo de terreno ocupado por la contraria, correspondiente
a 37,8 metros cuadrados según plano de referencia que se acompaña.

POR TANTO, de acuerdo con lo expuesto y lo


dispuesto en el en los artículos 889 y siguientes del título XII del libro II del Código
Civil y artículo 254 y siguientes del Código de Procedimiento Civil,
PIDO A S.S. se sirva tener por entablada demanda de
reivindicación en contra de doña BRENDA GALLEGUILLOS LOPEZ, ya
individualizado, admitirla a tramitación dando lugar a la demanda en todas sus
partes declarando: a) Que el inmueble o retazo de terreno singularizado en el punto
III de 37,8 metros cuadrados formado entre el límite inscrito entre las propiedades
LOTA A3 Y A4 y el muro construido por la contraria, o en lo que el Tribunal de SS
determine es de dominio exclusivo de mi representado don Sergio Mardones
Aguirre; b) que el demandado no tiene derecho alguno sobre él y; c) que debe
restituir a mi representado el retazo de terreno individualizado en el punto III de esta
presentación antes individualizado, dentro de tercero día desde que la sentencia se
encuentre ejecutoriada, d) Que deberá restituirse el terreno sin edificación alguna,
lo que implica que el muro existente en el terreno y toda otra construcción que se
situé o afecte la propiedad de mi representado, deberá ser demolido a su costo, sin
perjuicio de la posibilidad de levantar otro en los deslindes correctos, todo ello con
expresa condena en costas.

CUARTO OTROSI: PATRICIO PINTO CASTRO, Abogado, domiciliado en calle


Atacama 519, segundo piso, Copiapó, en representación según ya consta en autos
de don SERGIO MARDONES AGUIRRE, chileno, ingeniero, de mí mismo domicilio,
a S.S. digo:
Que, por el presente acto vengo en interponer
demanda reconvencional de Indemnización de Perjuicios en Sede
Extracontractual, de acuerdo con las normas del juicio ordinario, en contra de doña
Brenda Ester Galleguillos López, empresaria, domiciliada en Condominio El Inca,
número 312 A, Copiapó, según se indica en estos autos, en atención a las
consideraciones de hecho y de derecho que a continuación paso a exponer:
HECHOS PERTINENTES.
Con fecha 16 de octubre del año 2013, en la Notaría
de Copiapó de don Luis Ignacio Manquehual Mery, bajo el número de Repertorio
3.865-2013 doña BRENDA ESTER GALLEGUILLOS LOPEZ como promitente
comprador, y don SERGIO MARDONES AGUIRRE como promitente comprador
suscribieron contrato de promesa respecto del denominado LOTE A3,
estableciéndose como precio la suma de $50.000.000; y como plazo para la
suscripción del contrato y pago el 5 de mayo de 2015. El referido contrato fue
modificado por otra Escritura Pública de la misma Notaría con fecha 16 de mayo de
2014, sólo en lo referente a modificaciones en el plazo para la suscripción del
contrato principal, y pago del precio de 50 millones de pesos, fijándose para tal
efecto el día 6 de junio de 2014 como fecha de pago.
Llegada esa fecha, y producto del nuevo
incumplimiento de la contraria en el pago del precio señalado, no se efectuó el
contrato de promesa constituyéndose la contraria en mora por el advenimiento del
plazo para la suscripción del contrato y pago del precio.
Por estos motivos, con fecha 22 de julio del año 2014,
el promitente vendedor dedujo demanda de resolución de contrato e indemnización
de perjuicios, causa que se caratuló “MARDONES CON GALLEGUILLOS”, ROL
C-1.830-2014 del Primer juzgado de Letras en lo Civil de Copiapó.
La referida causa, terminó por Avenimiento entre las
partes, estableciéndose parcialidades para el pago del saldo de precio adeudado,
lo que se determinó en 21 millones de pesos, bajo la siguiente modalidad y términos.
1.- Un pago de $10.000.000 al momento del acuerdo fechado el día 25 de febrero
de 2015.
2.- Pago mediante Letra de Cambio devengables el día 31 de marzo de 2015 por la
suma de $6.000.000
3.- Pago mediante Letra de Cambio devengables el día 15 de abril de 2015 por la
suma de $5.000.000.
Es del caso, que la Sra. Brenda Galleguillos
nuevamente incumplió el deber comprometido en contrato, verificándose finalmente
el pago en el mes de diciembre del año 2015, fecha desde la cual se ha querido
regularizar la suscripción del contrato de compraventa, pese a las dificultades en el
emplazamiento de muro y construcción de un centro de eventos en lugar por parte
de la ahora demandante.
Al respecto, esta parte reconoce que la Sra. Brenda
Galleguillos tiene el derecho a ocupar el terreno porque ha sido parte de los
acuerdos, y nuestro patrocinado no tiene costumbre de desconocerlos ni de
incumplirlo, pero la contraria sin lugar a duda ha abusado de las confianzas
entregadas, pues ha edificado sin ningún grado de responsabilidad, en
contravención a las normas básicas de urbanismos, y sin respeto por la vecindad y
buenas relaciones.
Efectivamente, es parte de este complejo asunto que
la contraria ha emplazado un centro de eventos en el lugar que no cumple ni con
las mínimas medidas de un buen proyecto constructivo afectando la valía y cualidad
del denominado LOTE A2, y afectando en su supina irresponsabilidad la cabida del
LOTE A4 perteneciente también a mi representado, al edificar un muro en terrenos
que pertenecen a don Sergio Mardones, circunstancia que se ha solicitado discutir
innumerables veces y que se resiste a solucionar no quedando otra alternativa, dado
el inicio de la actividad jurisdiccional por parte de la contraria, de solucionar y
compensar adecuadamente los perjuicios causados por la culpa en la edificación
irresponsable.
Al respecto, nuestra parte ha planteado como
dificultades a resolver tanto la internación en la propiedad (LOTE A4) como el
establecimiento de un centro de eventos adosado a su límite (LOTE A2), cuyas
ventanas y descargas de aguas lluvias dan a su propiedad, con edificaciones
realizadas sin los permisos pertinentes, sin las medidas de aislación
correspondiente, con adosamiento absolutamente fuera de norma, y con
incumplimientos manifiestos de la Ordenanza General de Urbanismos y
construcciones en cuanto a la separación de las ventanas del límite vecinal.
Esta situación, ha determinado la perdida de negocios
y oportunidades de ventas sobre estos sitios, como asimismo la desbandada
actividad del centro de eventos, que como se ha señalado no cumple con las normas
de habitabilidad en función de la carga ocupacional y las medidas de mitigación
adecuadas para la aislación acústica ha perjudicado la venta de los terrenos vecinos
a él, pues intervienen derechamente en las condiciones habitabilidad de los terrenos
vecinos, y respecto del LOTE A4 atacando su cabida con la construcción de un muro
que además no cumple con las exigencias de un muro medianero.
Lo expuesto es una actividad realizada con culpa y que ha generado daño en mi
representado correspondiendo se indemnicen los daños causados.

EL DERECHO
En el caso que nos ocupa SS., estamos frente a la
obligación de indemnizar derivada de responsabilidad extracontractual toda vez que
existe un daño causado por una actividad constructiva mal desarrollada, diseñada
y proyectada, y una actividad económica consistente en el desarrollo de centro de
eventos en la propiedad que posee la Sra. Brenda Ester Galleguillos López,
donde existe plena capacidad para hacer frente a los ilícitos civiles por parte de la
demandada, al tratarse de persona capaz en el desarrollo de una actividad lícita,
pero donde se verifica una acción por parte de los agentes cuando menos culposa,
la que a su vez se encuentra confrontada con el derecho, resultando por tanto
antijurídica. Este hecho voluntario y antijurídico, efectivamente ha causado un daño
(nocividad), existiendo un vínculo causal entre el hecho y el daño que permite
imputar culpa al hechor según se pasará a detallar.

a.- PLENA CAPACIDAD DEL AGENTE PARA COMETER UN ILÍCITO CIVIL: La


demandada BRENDA GALLEGUILLOS LOPEZ, se encuentra en la hipótesis de
plena capacidad para responder de sus hechos tanto actualmente como al momento
de cometer el hecho civilmente ilícito que se le imputa, es decir, no cabe dentro de
las hipótesis de demencia ni minoría que contempla nuestra legislación civil en el
artículo 2319 del Código Civil.

b.- ACCIÓN U OMISIÓN CULPABLE DE AGENTE: En el caso que nos ocupa hubo
una acción culpable de la demandada, cual es haber desarrollado un proceso
constructivo sin la debida diligencia y cuidado que corresponde a este tipo de
actividades de modo de evitar el daño producido, realizar acciones sin una
adecuada planificación ni desarrollo profesional en su ejecución. Así, resulta
evidente el hecho que, si la construcción se hubiera proyectado y desarrollado en
conformidad a la ley, y dentro de los límites pertinentes se habría evitado el daño,
del mismo modo que habría considerado medidas contra la aislación del ruido en
función de la carga ocupacional que genera un centro de eventos de las
dimensiones que tiene el ejecutado en la propiedad de la Sra. Brenda Galleguillos.
Efectivamente, el proceso constructivo denota
indiferencia de su entorno, que afectan la propiedad de mi representado, pues se
desarrollaron obras sin tomar en consideración las normas de urbanismos y
construcciones, afectando a las propiedad vecinas que pertenecen a don Sergio
Mardones, en una la A4 afectando su cabida, y en la otra A2 con graves
incumplimientos de la normativa referente a adosamiento y separación de ventanas
a sitio vecino, además de otras referente a la aislación acústica que los centros de
eventos deben tener, lo que definitivamente no se verifican en la especie. .
La concurrencia de este requisito resulta evidente y
como tal no requiere mayor demostración, ya que de haber mediado una conducta
diligente y haber construido en la forma debida con respeto y consideración de su
entorno, el daño cuya indemnización se demanda no se habría producido pues se
habría procedido con las medidas de mitigación acústica, sin internase en la cabida
de un predio que pretendo enajenar, y sin ventanas que den hacia su propiedad,
circunstancias que podemos vincular con un trabajo falto de planificación y
profesionalismo en su desarrollo, circunstancia que como se verá resulta en la
causa del resultado que permite la vinculación causal entre el hecho y el daño.
Otro punto, se refiere a las molestias que esto ha
generado, pues ha impedido o dificultando el desarrollo de una actividad lícita como
es la venta de parcelas luego de su loteo, y que han causado un daño ostensible en
la salud síquica de don Sergio Mardones por ya varios años, pues resulta muy
complejo ver truncado oportunidades por el descuido y falta de planificación de la
contraria.

c.- ANTIJURIDICIDAD: en este caso nos encontramos con una conducta a todas
luces antijurídica por parte del demandado quien ha desarrollado actividades
productivas sin ninguna consideración de sus vecinos al internarse en la propiedad
denominada LOTE A4, y afectado el fin económico del LOTE A2 al construir sin
ninguna consideración de su entorno, afectando la valía del terreno por tener
construcciones adosadas a su límite, con vista al sitio contiguo, sin medidas de
mitigación contra el ruido, desarrollando una actividad pública como es un centro de
eventos con vista a mi propiedad.
Lo expuesto representa una afectación del deber
general de cuidado, considerándose lo expuesto como una actividad negligente,
desarrollada en beneficio económico de la contraria, pero afectando directamente a
nuestro patrocinado quien no pudo disponer con libertad de los bienes que le
pertenecen, sea por estar afectada su cabida, o su utilidad con la realización de
construcciones mal diseñadas y proyectadas.
Lo que ocurre en definitiva que se ha causado daño,
el que resulta antijurídico por afectación del deber general de cuidado, lo que no se
verifica en la especie al proyectar y desarrollar un diseño que no cumple ni con las
medidas más básicas de cumplimiento de normativa urbanística y construcción, y
su desarrollo infringe la ejecución de las obras en los trazados correspondientes,
todo lo cual redunda en un daño antijurídico que debe ser pagado.
Asimismo, en lo relativo a los ruidos y molestias
generadas por el desarrollo de un centro de eventos no autorizado, que no cumple
las normas de aislación del ruido afectando a mi patrocinado su vecino, desagrados
que superan las molestias propias de la vecindad y del desarrollo de una actividad
económica lícita.

d.- LA NOCIVIDAD: en efecto, es necesario que la acción u omisión culpable


produzca daños, y este puede ser material o moral. En el caso que nos ocupa,
producto del actuar negligente y culpable de doña Brenda Ester Galleguillos López,
se produjeron los siguientes daños de índole material, que podemos dividir en daño
emergente y lucro cesante:

DAÑO MATERIAL:

DAÑO EMERGENTE: En este caso el daño emergente lo representa el daño


efectivamente causado, que como se ha expuesto, es la afectación de la propiedad
de don Sergio Mardones con el menor valor que estas tienen por las perturbaciones
generadas por la errática planificación y equivocada concreción de un proyecto
constructivo que afecta a los vecinos.
La determinación de este este monto de
indemnización tiene su origen en varias circunstancias que determinan una
disminución patrimonial que perjudica aesta parte, como son en el caso del LOTE
A4 la afectación de su cabida lo que inhibe cualquier venta, pues los deslindes no
son correspondientes a su escrituración por la internación de la contraria y
construcción de un muro erráticamente emplazado.
Del mismo modo el LOTE A2 ha sido perjudicado con
el emplazamiento de un centro de eventos que no cumple ni con las más básicas
normas de adosamiento, proyectando las vistas hacia este terreno y edificando en
el límite, sin ningún respeto a las normas de adosamiento, lo que se une a un
proyecto que no cumple con las normas de aislación del ruido lo que determina
molestias por una actividad económica sin autorización y que causa perjuicio.
Para generar en este caso el efecto reparatorio que
las indemnizaciones de perjuicios en sede extracontractual tienen, deberá
establecerse el efectivo daño que mi patrimonio ha tenido por la acción negligente
de la contraria, el que se debe calcular no solo con la perdida de oportunidades de
negocios, sino, con el menor valor que una propiedad tiene cuando se le afecta sus
deslindes.
Al respecto, consideramos que el daño es ostensible
pues ha impedido la concreción de importantes acuerdos, afectando el precio de los
bienes lo que desde ya es un perjuicio que debe ser indemnizado, el que valoramos
en el caso del sitio A4 en la suma de 10.000.0000 y en el caso del LOTE A2 la
misma cantidad, debiendo tener presente que el valor de venta de estas
propiedades es la suma de 50.000.000.

LUCRO CESANTE: En este caso, para efecto del cálculo de este tópico, se debe
considerar en primer término lo que ha dejado de ganar mi representado por la
pérdida de negocios asociados a la actividad del vecino.
Al respecto, se han perdido negocios concretos
producto de los injustificados gravámenes que afectan a mi propiedad, al verse
afectada su cabida en un caso LOTE A4, y la existencia de un vecino que afecta la
habitabilidad con un centro de evento cuyas construcciones no cumplen con las
normas y que afectan el vecino.
De este modo, durante la etapa procesal
correspondiente, demostraremos los negocios perdidos con ocasión de la
afectación de la propiedad de mi representado, y que representa lucro cesante que
fijamos en la suma de 50.000.000.

DAÑO MORAL: este ha sido conceptualizado tradicionalmente como la molestia


o dolor, el sufrimiento moral o físico que produce un determinado hecho. Nuestra
Corte Suprema lo ha conceptualizado como “el sufrimiento o aflicción sicológica que
lesiona el espíritu y se manifiesta en dolores e inquietudes espirituales y
pesadumbres” (C. Sup., 13 de noviembre de 1997, G.J. N.º 209, p. 80).
Aunque el Código Civil no señala expresamente su
indemnizabilidad, tanto la doctrina como la jurisprudencia en forma unánime
concuerdan en que la ley admite la indemnización del daño moral, afirmados en los
artículos 2314 y 2329 del código en comento, en cuanto a que debe repararse todo
daño sin hacer distinciones; el artículo 2317 se refiere a “todo perjuicio”; el artículo
2331 al regular el caso especial de las imputaciones injuriosas, limita expresamente
la reparación al daño patrimonial, de lo cual se deduce que la regla general es que
la indemnización no sólo incluye el daño valorable en dinero, sino también el
llamado daño moral.
En nuestro caso, y producto de que Brenda Ester
Galleguillos López, ha ocasionado un daño ostensible al patrimonio y propiedad
de nuestro representado, con el desarrollo de un proyecto no sujeto a ninguna
planificación, el cual ha afectado su patrimonio, y el desarrollo de una actividad lícita
por la que mi patrocinado ha trabajado años, es que esta situación ha ocasionado
una sensación de impotencia, aflicción y angustia por lo injusto que es que esta
persona se sienta con la autoridad de afectar tanto mi tranquilidad y patrimonio. Al
respecto, pido comprender a usted que se trata de un proyecto muy importante para
mí patrocinado, donde ha empleado años de esfuerzos económicos y profesionales,
que se ve severamente afectado por una actividad irresponsable y alejado del
incluso el más intuitivo deber de cuidado causando un perjuicio injusto.
Lo expuesto hasta el momento, dice relación sólo con
la impotencia por la pérdida material, pero debe considerarse las enormes molestias
que hemos sufrido con la creación de un centro de eventos no regulado que no
cumple con las medidas acústicas y constructivas respectivas.
Una aflicción como la expresada, pese a no ser
cuantificable pecuniariamente, puede, y sólo para los efectos de obtener una justa
compensación que nunca será suficiente para soportar los malos ratos y sentimiento
de impotencia y aflicción, estimarse en una suma no inferior a los $20.000.000
(veinte millones de pesos).

De esta manera, el monto del daño se avalúa por esta parte en una suma de noventa
millones de pesos.
e.- RELACIÓN DE CAUSALIDAD ENTRE LA ACCIÓN U OMISIÓN Y EL DAÑO
CAUSADO: La relación de causalidad o el nexo causal entre el hecho y el daño
se manifiesta en que se atribuye a la voluntad humana un proceso causal. Este
proceso causal lo encontramos en el caso de autos toda vez que el hecho de que
el demandado al actuar con falta de cuidado, y estar desarrollando una actividad
fuera del orden legal, sin obrar con la diligencia exigida a quienes construyen o
desarrollan una actividad económica lícita, y que como consecuencia de ello ha
ocasionado un daño, vincula su hecho (construir sin la diligencia debida) con el daño
ocasionado. De esta manera entendemos, que el nexo causal entre hecho y daño
es el hecho de que el demandado haya construido sin la diligencia debida, siendo
esa la causa del resultado dañoso.

En síntesis, en estos autos concurren los requisitos


que la ley exige para que proceda la indemnización de perjuicios.

III.- MONTO DEL DAÑO Por último mi parte avalúa los perjuicios sufridos en la
suma total de $90.000.000 .- los cuales se desglosan del siguiente modo:

a.- $ 20.000.000.- por concepto de daño emergente;


b.- $ 50.000.000.-por concepto de lucro cesante;
c.- $ 20.000.000. - por concepto de daño moral;

POR TANTO, de acuerdo a lo expuesto y a lo


dispuesto en los artículos 2314, 2329 del Código Civil, 254 y siguientes del Código
de Procedimiento Civil. PIDO A US. Tener por interpuesta demanda de
indemnización de perjuicios en contra de Brenda Ester Galleguillos López,
solicitando acogerla a tramitación y en definitiva condenarlos al pago de la suma
de $ 90.000.000.- que comprende daño emergente por la suma de 20.000.000, lucro
cesante por la cantidad de 50.000.000 y daño moral avaluado en 20.000.000, o a la
que S.S. se sirva fijar, más intereses, reajustes y expresa condenación en costas.

QUINTO OTROSI: SOLICITO A S.S. se sirva tener por acompañado bajo el


apercibimiento del artículo 255 del Código de Procedimiento Civil plano elaborado
por el profesional Patricio Pérez que da cuenta de la internación de 37,8 metros el
deslinde dado por el vértice 22 y 16 de los LOTES A4 Y A3.

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