El articulo 130 del Código Penal, describe a la injuria:
Tipo Objetivo La injuria representa el tipo básico en las infracciones contra el honor.
EL significado que la palabra injuria tiene en el
derecho, se encuentra claramente establecido en el Diccionario de Escriche, según el cual “En sentido lato se llama injuria todo lo que es contrario a razón y justicia; pero en sentido propio y especial lo que uno dice, hace o escribe con intensión de deshonrar, afrentar, enardecer, hacer odiosa, despreciable o sospechosa, mofar o poner en ridículo a otra persona.
Por otro lado, la injuria, es definida por la doctrina
dominante como manifestación de irreverencia o menosprecio”, y no cualquier irreverencia o menosprecio de la personalidad , sino sólo la que se dirige contra el honor (prestigio de la víctima). EXCEPCIONES
Según el artículo 133 del Código Penal, no se
comete injria ni difamación cuando se trate de los casos que a continuación se desarrollará.
INJURIAS EXPRESADAS EN JUICIO
Esta figura está contenida en el inciso 1 del artículo
133 del Código Penal:
“Ofensas proferidas con ánimo de defensa por los
litigantes, apoderados o abogados en sus intervenciones orales o escritas ante el Juez”.
1. TIPO OBJETIVO
Tratándose de una eximente de pena de naturaleza
objetiva sólo parece posible situarla entre las excusas absolutorias.
La razón de la impunidad no reside en el animus
defendendi. El significado preciso de este ánimo -escribe Eusebio Gómez- no autoriza tal explicación, porque en juicio pueden emitirse injurias sin que haya mediado imputación alguna de parte del agraviado, que autorice al agraviante para defenderse.
Igualmente, creemos que tampoco es invocable el “animus
retorquendi”, ni que en las injurias vertidas en juicio falte el dolo.
Incuestionablemente el fundamento está en la libertad de
defensa, “libertas o facultas conviciandi”. Como apunta Soler, se trata de una circunstancia de naturaleza objetiva y no de una simple excusa derivada de acaloramiento de los ánimos.
Las injurias proferidas por los abogados y apoderados no
son antijurídicas. El abogado y el apoderado actúan en cumplimiento de sus deberes de función o profesión, razón por la cual tudo posible exceso será desde el punto de vista jurídico conforme a Derecho.
En el caso de los litigantes, opera a su favor una
excusa legal absolutoria. Son las partes que intervienen en un proceso penal: el querellante y el querellado, no se puede considerar el Juez, peritos, por una razón fundamental: no son litigantes.
No es posible concebir a las partes soportando la
amenaza de una sanción penal. El debate judicial compromete bienes jurídicos de suma estimación y, por tanto, es conveniente eliminar toda traba tendiente a menoscabar la libertad. Desde esta perspectiva, el exceso y el apasionamiento por la causa deben ser tolerados. Ello explica que la ley solamente prevea sanciones disciplinarias a fin de reinstaurar el orden procesal.
Es cierto que el abogado está obligado a llevar el
proceso serenidad y prudencia conforme lo recomienda el artículo 293 inciso 5 de la Nueva ley Orgánica del Poder Judicial (Decreto Legislativo Nº 767). En este sentido el artículo 297 del mismo cuerpo de leyes, establece que los jueces aplicarán sanciones disciplinarias a los abogados que no guardan la debida moderación. Pero su desborde no debe ser motivo para que se le considere de una gravedad objetiva apreciable. De todos modos, esa libertad está limitada a las personas mencionadas en el artículo 133 inciso 1. El juez cuyas resoluciones pueden ser censuradas en los recursos de apelación y nulidad y el Fiscal, aunque es parte en sentido lato, el artículo no los menciona.
La excusa que comentamos, cubre exclusivamente los actos
del proceso; del texto se deduce que las calumnias vertidas en juicio no están excusadas.
La ley es clara con respecto a los medios utilizados
para injuriar: escritos, discursos, informes o actuaciones. En consecuencia, las vías de hecho no están dentro de la regla.
No debemos olvidar, que los apoderados son personas que
actúan en nombre y representación de los titulares del Derecho en que se funda la acción y que les da el carácter de partes; mientras que los abogados, son los denominados defensores, que son designados en un proceso penal y los que patrocinan a las partes o a sus apoderados en toda clase de juicios.
CRITICAS LITERARIAS, ARTISTICAS O CIENTIFICAS
Esta figura se encuentra en el inciso 2 del artículo 133
del Código Penal:
“Criticas literarias, artísticas o científicas”.
TIPO OBJETIVO
Su tutela la libertad de crítica u opinión, como derecho
que tiene toda persona en relación a las artes, letras y ciencia, para un mejor perfeccionamiento de las manifestaciones superiores del ser humano; de modo tal que contribuya al mejor desarrollo de la cultura. Siendo el Estado, el ente máximo para propiciar el acceso tanto de la cultura y la difusión de ésta (artículo 2 inciso 6 de la Constitución).
En homenaje a la libertad de crítica y a su alta
relavancia social, otorga la ley penal impunidad a la injuria y a la difamación, en caso contenga una “opinión desfavorable” emitida en apreciación crítica. En ese caso es evidente que la exclusión del hecho punible deriva del animus citicandi, que excluye el propósito de ofender y, por tanto, la conducta típica.
La crítica por más severa que sea se exime de
responsabilidad, no así aquella que va al agravio personal, con la finalidad evidente de atentar a la honra profesional de la víctima.
APRECIACIONES O INFORMACIONES DESFAVORABLES REALIZADAS POR
FUNCIONARIOS EN CUMPLIMIENTO DE SUS OBLIGACIONES
Esta figura está contenida en el inciso 3 del artículo
133 del Código Penal:
“Apreciaciones o informaciones que contengan conceptos
desfavorables cuando sean realizados por un funcionario en cumplimiento de sus obligaciones”.
TIPO OBJETIVO
Según -Fragoso- no constituye hecho punible, cuando el
funcionario público emite concepto injurioso o difamatorio sobre alguien, en apreciación o información que preste en cumplimiento del deber. La hipótesis es de cumplimiento del deber legal, que excluye la antijuricidad de la acción.
Debe el funcionario en el desempeño de su función
pública estar protegido, con inmunidad penal, para que pueda libremente emitir opiniones y prestar informaciones de interés público, sin el riesgo de verse sometido a proceso penal. La concurrencia del “animus infamandi” es irrelevante. Es indispensable que se trate de un acto practicado en cumplimiento del deber funcional, o se en el desempeño de sus funciones legales dentro de las atribuciones del funcionario.
Los funcionarios públicos, con sus informaciones,
pareceres, conclusiones, despachos pueden ser conducidos al uso de términos o expresiones en sentido ofensivo, más son necesarios para una fiel exposición de hechos o argumentos. ****************
INJURIAS RECIPROCAS
Esta figura está contenida en el artículo 137 del Código
Penal en los siguientes términos:
“En el caso de injurias recíprocas proferidas en el
calor de un altercado, el Juez podrá, según las circunstancias, declarar exentas de pena a las partes o a una de ellas.
No es punible la injuria verbal provocada por ofensas
personales”. TIPO OBJETIVO
Con esta fórmula el juez está facultado para eximir de
pena a los autores de injurias recíprocas, proferidas en el calor de un altercado. Dicha facultad es discrecional del juez y se actúa de oficio, dado que estamos frente a un supuesto de perdón judicial. No es preciso una exacta proporción entre las injurias para que proceda la aplicación de este criterio legal.
El concepto nuclear de este artículo es la reciprocidad,
vale decir, la devolución de ofensas. Interesa una “relación de persona a persoa y de ofensa a ofensa” de tal modo que “el fundamento de la institución -como expresa José Peco- no reside en el simple acaloramiento de los ánimos que puedan hacer excusable la injuria devuelta en el acto. Los motivos de la exención son distintos, según veremos y pueden aplicarse tanto a la injuria inmediata como a la injuria inferida después de algún intervalo”.
El juez tiene que fundamentar su decisión con pautas
objetivas y subjetivas que imparten la valoración de reciprocidad (lugar, tiempo, publicidad, antecedentes del hecho, conducta anterior de los ofensores, etc).
La justificación no funciona necesariamente para ambas
partes. El juez a su arbitrio puede condenar a uno de los autores y absolver al otro, pero sí, debe de quedar claro que la retorsión no se encuentra justificada; en Derecho penal las lesiones inferidas a los bienes jurídicos revisten interés público.
El fundamento de la impunidad es de una excusa legal
absolutoria y no un particular estado de ánimo exacerbado 8teoría psicológica). En las injurias recíprocas el delito cometido por ambas partes subsiste, y por ello la culpabilidad de ambos no puede ser eximida por resolución judicial. Sucede que el juzgador por razones de política criminal puede declarar no punible el hecho en atención a las circunstancias, irrelevancia de la afectación del bien jurídico, restablecimiento de la paz por la vía civil, etc.
Quien produjo la segunda injuria tiene que ser el que
sufrió la primera; no hay reciprocidad cuando aquella fue vertida por un tercero, salvo que también pueda considerarse afectado por la primera injuria de modo indirecto (por ejemplo si el agente le ha dicho a otro: “usted es tan delincuente como cualquiera de los socios de este club”, cualquiera de esos socios puede considerarse ofendido y devolver la ofensa con otra). *********