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UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA

Facultad de Derecho
Escuela Profesional de Derecho
Filial Chincha

Tema: El abuso de autoridad

Estudiantes:

 GARAY CHÁVEZ, Annie


 MEDRANO CUBA, Carlos Daniel
 SÁNCHEZ NAPANGA, Katherin
 SOLARI MARTINEZ, Ivana
 VICENTE SANCHEZ, Jennifer
 YUPA HUAMANI, Yeraldine

Curso: Derecho Laboral Público


Docente: Dr. Víctor Leonel Junco Marcos
Chincha, Junio del 2018

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DEDICATORIA:

Dedicamos el presente trabajo a nuestros


padres y familiares, por todo el amor,
esfuerzo y apoyo incondicional.

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AGRADECIMIENTO

En primer lugar a Dios porque de Él emana la


sabiduría y la inteligencia, a nuestros padres
por su infinito amor y a nuestro maestro por la
paciencia y enseñanzas impartidas.

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ÍNDICE

DEDICATORIA ............................................................................................................. 2
AGRADECIMIENTO ..................................................................................................... 3
ÍNDICE ......................................................................................................................... 4
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 5
1.1 CONSIDERACIONES GENERALES Y DESARROLLO LEGISLATIVO .......... 7
1.2 CONCEPTO DE AUTORIDAD........................................................................ 9
1.3 ABUSO DE AUTORIDAD ............................................................................... 9
1.4 ABUSO DE AUTORIDAD EN EL SECTOR POLÍTICO ................................... 9
1.4.1 LAS CONDUCTAS TÍPICAS DE “ORDENAR” Y “COMETER” .............. 10
1.4.2 LA “ARBITRARIEDAD” DEL ACTO ....................................................... 11
1.4.3 RELACIÓN CONCURSAL CON OTROS DELITOS CONTRA LA
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA ............................................................................. 13
1.5 EL BIEN JURÍDICO PROTEGIDO ................................................................ 14
1.6 SUJETOS ..................................................................................................... 15
1.6.1 SUJETO ACTIVO .................................................................................. 15
1.6.2 SUJETO PASIVO .................................................................................. 16
1.7 TIPICIDAD OBJETIVA .................................................................................. 18
1.7.1 ACTO ARBITRARIO .............................................................................. 18
1.7.2 COMETER U ORDENAR UN ACTO ARBITRARIO ............................... 20
1.7.3 PERJUICIO (CAUSAR PERJUICIO A ALGUIEN) .................................. 21
1.7.4 ABUSO DE ATRIBUCIONES (ABUSANDO DE SUS ATRIBUCIONES) 22
1.8 TIPO SUBJETIVO ........................................................................................ 23
1.9 PENA DEL DELITO DE ABUSO DE AUTORIDAD ....................................... 24
1.10 DERECHO COMPARADO DE ABUSO DE AUTORIDAD ......................... 25
1.10.1 PERÚ: ................................................................................................ 25
1.10.2 MEXICO ............................................................................................. 26
1.10.3 COSTA RICA ..................................................................................... 27
CONCLUSIONES ....................................................................................................... 29
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................... 30

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INTRODUCCIÓN

El abuso de poder ejercido en funcionarios


públicos está regulado en nuestro país, y este
puede tener sanción administrativa-
disciplinaria, en caso de estas conductas no
sean totalmente graves, pues de lo contrario
si tendrían una sanción penal y este solo debe
proceder cuando el abuso de funciones sea
realmente grave y perjudique.

El Código Penal de Perú establece sanciones


para los funcionarios que cometen este delito,
pero son tan pequeñas, que la mayoría se
siente tentado a cometer arbitrariedades, si
con ellas pueden destruir personas,
instituciones privadas, ganar una coima por
debajo de la mesa ofrecida por los enemigos
de la víctima.

El abuso de autoridad en tanto figura delictiva


es un tema obligado a tratar en un país como
el Perú, donde aún no existe la debida
internalización conceptual y valorativa por los
funcionarios acerca de sus deberes con
relación a los destinatarios de los servicios y
funciones públicas, ni de sus límites en el
abordamiento de las normas jurídicas con
relación a los casos administrativos concretos
y a los conflictos sobre los cuales tendrán que
decidir; es en suma materia a tomar muy en
cuenta para poner de manifiesto las
relaciones entre funcionariado y sociedad civil,
entre deberes de función y administración
pública. Por su parte, las relaciones internas
entre funcionariado y administración pública
se hallan caracterizadas por estar sometidas a

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estrictas reglas formales de sujeción a normas


jurídicas y a principios de derecho, cuando no
lo sea a directivas administrativas y criterios
discrecionales, en situaciones de
excepcionalidad para este último caso. Este
marco de relaciones internas a diferencia de
lo que sucede con las externas, es el que
define estrictamente la base normativa de
responsabilidad por los actos de abuso
cometidos

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1.1 CONSIDERACIONES GENERALES Y DESARROLLO


LEGISLATIVO

El Código Penal de 1991 mantuvo el delito en el artículo


376 bajo la siguiente descripción típica: “El funcionario
público que, abusando de sus atribuciones, comete u
ordena, en perjuicio de alguien, un acto arbitrario
cualquiera, será reprimido con pena privativa de libertad
no mayor de dos años”.

En el año 2004 se introdujo en el tipo una circunstancia


agravante que prescribía: Cuando los hechos deriven de
un procedimiento de cobranza coactiva, la pena será no
menor de dos ni mayor de cuatro años. Como podemos
ver, la sanción es mínima, no sufre prisión alguna el
funcionario, así se logre probar al juez la maldad cometida
en su agravio, la trasgresión de la ley.

Concretamente es la legalidad del acto oficial la que se


afecta. Se busca que los funcionarios públicos investidos
de autoridad ejerzan sus atribuciones o competencias sin
vulnerar los derechos de los particulares. De lo que se
trata es de preservar la regularidad del funcionamiento de
la administración pública, la legalidad de los actos
administrativos. El bien jurídico protegido contenido en el
tipo penal de abuso de autoridad del artículo 376 del
Código Penal es el correcto funcionamiento de la
administración pública en beneficio de los ciudadanos. Se
protege, en consecuencia, el interés de los ciudadanos en
la correcta actuación de los funcionarios públicos en el
ejercicio de sus atribuciones.

En este ámbito se protege la corrección y la legalidad del


ejercicio de la función frente a los ataques abusivos que
podrían realizar.

También se protege el interés del Estado en la correcta


actuación de sus agentes. En este marco, es importante

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el reconocimiento por parte de la Corte Suprema de que


el Estado Peruano a ciertas personas por sus
conocimientos o preparación o elección les otorga una
función o un cargo público para actuar en su
representación organizando o dirigiendo a sus
administrados, por ende les otorga un poder que no es
ilimitado pues este poder público no puede ser entendido
como la omnipotencia, sino que se sujeta a la
Constitución y a la Ley.

El sujeto activo del delito de abuso de autoridad es el


funcionario público. Solo quien ostenta tal calidad especial
–y el complejo de deberes especiales que dicha condición
supone– puede ser auto de este delito. Para la
configuración del delito se requiere, además, que dicho
funcionario deba encontrarse en ejercicio de funciones,
ejecutando tareas, deberes o funciones propias de su
cargo.

Sujeto pasivo del delito de abuso de autoridad es aquel


que sufre la acción arbitraria del funcionario público; es
aquel que la norma penal designa como el “alguien” que
sufre las consecuencias del abuso de autoridad, que es
primariamente el ciudadano, una persona particular.
También puede ser sujeto pasivo del delito una persona
jurídica.

El tipo penal contiene dos modalidades: el cometer un


acto arbitrario que cause perjuicio a alguien, y el ordenar
un acto arbitrario que cause perjuicio a alguien. Se trata
de dos supuestos independientes.

El tipo penal hace referencia al acto arbitrario como


resultado típico necesario común a ambas modalidades.
El “acto” arbitrario al que hace mención la norma no se
refiere únicamente al acto administrativo en sentido
administrativo de resolución, de disposición, sino más

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bien al concepto más general de “acción”, a cualquier


acción arbitraria, independientemente de cómo se
exprese o materialice.

La segunda modalidad típica es ordenar un acto arbitrario


que cause perjuicio a alguien. Esta modalidad típica es un
supuesto autónomo de autoría directa. De no existir esta
modalidad típica autónoma, el comportamiento de ordenar
se sancionaría como un caso de autoría mediata o como
instigación.

1.2 CONCEPTO DE AUTORIDAD

Autoridad es la índole de una comunicación (orden) en


una organización formal en virtud de la cual es aceptada
por un contribuyente, o un miembro de la organización
como la que rige la acción a la que contribuye, esto es la
que gobierna o determina lo que él hace, o lo que no ha
de hacer en cuanto lo que se refiere a la organización.

1.3 ABUSO DE AUTORIDAD

También denominado abuso de poder o abuso de las


funciones públicas, son prácticas de intercambio social en
las que se ejecuta una conducta basada en una relación
de poder, jerarquizada y desigual. En otras palabras, es
una situación donde la autoridad o individuo que tiene
poder sobre otros debido a su posición social,
conocimiento o riqueza utiliza ese poder para su
beneficio.

1.4 ABUSO DE AUTORIDAD EN EL SECTOR POLÍTICO

El poder que se les obsequia a los políticos y funcionarios


públicos de un país es otorgado con el fin de ser utilizado
para mejorar el país en todos sus aspectos. Por lo tanto,
quien tenga el poder debe identificar cual es el interés
común de los ciudadanos, trabajar por el pueblo y realizar
obras que ayuden a muchos y que no afecten a nadie.

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"Siempre" se busca que el poder se utilice para el


beneficio total de la sociedad. Lo que sí es cierto es que
“el poder se ha ejercido desequilibradamente y a favor de
quienes ostentan otros poderes en la sociedad.”
(Camacho, 2008) Este problema muchas veces es
causado por la corrupción, la mayor fuente de problemas
en la política y responsable muchas veces del origen del
abuso de autoridad. La corrupción es una de las
manifestaciones más claras del abandono por parte de
quienes ostentan poder político, de la búsqueda del bien
común y su situación por la búsqueda del beneficio
propio. Casos de corrupción son buenos para demostrar
cuando el poder es utilizado para el beneficio del país o
cuando es utilizado con interés personales y fines de
lucro.

El comportamiento típico del delito de abuso de autoridad


del artículo 376° del Código Penal consiste, a grandes
rasgos, en que un funcionario público ordene o cometa un
acto arbitrario, que perjudica a alguien, empleando
abusivamente las atribuciones públicas conferidas.
Asimismo, cabe notar que la característica principal de
este delito es su naturaleza subsidiaria, en la medida en
que el delito de abuso de autoridad sólo se aplicará para
aquellos actos funcionales abusivos que no sean
sancionados por otros delitos contra la administración
pública específicos.

A continuación, analizaremos brevemente tres cuestiones


especialmente problemáticas en torno a este delito contra
la administración pública:

1.4.1 LAS CONDUCTAS TÍPICAS DE “ORDENAR” Y


“COMETER”

El tipo penal de abuso de autoridad contiene dos


modalidades delictivas: el abuso de autoridad mediante

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ejecución de un acto arbitrario y el abuso de autoridad


consistente en ordenar un acto arbitrario.

A mi juicio, se debe diferenciar la naturaleza del delito


(de resultado o de mera actividad), según la modalidad
delictiva que se trate. Así, la modalidad de “cometer un
acto arbitrario” sería un delito de resultado, mientras
que la modalidad de “ordenar un acto arbitrario” sería
un delito de mera actividad. La modalidad de “cometer”
implicaría el ejecutar un acto arbitrario sin previa orden,
produciéndose un perjuicio efectivo para algún
particular; mientras que la modalidad de “ordenar”
supondría el mandar a que otro ejecute un acto
arbitrario, no siendo necesario perjudicar a alguien,
sino sólo generar un peligro idóneo de perjuicio.

Considero que esta resulta la tesis más acertada, toda


vez que permite diferenciar el ámbito de aplicación de
ambas modalidades delictivas y no deja espacios de
impunidad. La modalidad de “ordenar un acto
arbitrario”, a pesar de no requerir la causación efectiva
de un perjuicio para los intereses de algún particular, sí
genera un peligro de perjuicio, lo cual es suficiente para
menoscabar el bien jurídico protegido y consumar el
delito.

1.4.2 LA “ARBITRARIEDAD” DEL ACTO

El tipo penal de abuso de autoridad exige que el sujeto


activo ordene o cometa un “acto arbitrario”. El acto
(orden, resolución o cualquier acto funcional) es
arbitrario cuando contraviene el ordenamiento jurídico
(Constitución, ley, reglamento, etc.). La “arbitrariedad”
se presenta cuando el funcionario actúa por fuera de lo
que la ley le permite, no actúa cuando la ley le obliga

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hacerlo o actúa de un modo prohibido por la ley o no


previsto por ella.

Sobre este punto debe tenerse presente que ante la


ausencia de regulación administrativa específica sobre
un ámbito de actuación funcionarial, siempre se podrá
recurrir a los principios inspiradores de la función
pública (por ejemplo, el Código de Ética de la Función
Pública) que sirven para determinar la actuación debida
de un funcionario. La violación de uno de estos
principios, también, puede dar lugar a un acto de
naturaleza arbitraria.

Ahora bien, ¿Qué sucede si el sujeto activo del delito


emite un acto administrativo creyendo erróneamente
que su conducta estaba amparada por una ley o
reglamento? ¿El desconocimiento de la arbitrariedad
constituye un error de tipo o un error de prohibición?

Para responder estas preguntar, primero debe tenerse


en claro que el elemento objetivo de “arbitrariedad” del
tipo penal de abuso de autoridad es un “elemento
normativo-jurídico”. En general, los “elementos
normativos” del tipo penal son aquellos que sólo
pueden ser concebidos bajo el presupuesto lógico de la
existencia de una norma. Es decir, el juez necesitará
recurrir a la normativa extrapenal para entender la
conducta típica del delito.

En el presente caso, la “arbitrariedad” será un elemento


normativo-jurídico del tipo que remite al juez a
normativa administrativa (la mayoría de veces) que
regula las competencias de los funcionarios públicos o
autoridades, para verificar la configuración del delito.

Respecto de la problemática específica planteada


sobre el error en este elemento de “arbitrariedad”,
consideramos, al igual que sector de la doctrina penal,

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que, como regla, el error sobre un elemento normativo


del tipo da lugar a un error de tipo (art. 14° del Código
Penal, primer y segundo párrafo) y no a un error de
prohibición (art. 14° del Código Penal in fine). De esta
misma opinión es el autor nacional Abanto Vásquez,
aunque, desde su punto de vista, el error sobre el
elemento típico de “arbitrariedad” da lugar a un error de
tipo, porque este es más favorable al reo que el error
de prohibición.

Por tanto, si el sujeto activo del delito tiene un error


vencible sobre la normativa extrapenal que regula las
competencias funcionariales, el hecho será impune por
atipicidad subjetiva (falta de dolo), dado que no existe
un tipo penal imprudente de abuso de autoridad (art.
14° del Código Penal, segundo párrafo.). Lo mismo
sucederá evidentemente si el error es invencible (Art.
14° del Código Penal, primer párrafo).

1.4.3 RELACIÓN CONCURSAL CON OTROS DELITOS


CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Dada la amplitud de conductas disfuncionales que


pueden ser subsumidas en el tipo penal de abuso de
autoridad, es muy recurrente que la dación de un acto
arbitrario pueda encajar también en otros tipos penales
como la concusión, la colusión, los cohechos pasivos,
etc. En efecto, en estos delitos el sujeto activo,
también, puede ser un funcionario público que
abusando de sus atribuciones realiza un acto arbitrario
que perjudica a un particular.

Piénsese, por ejemplo, en el cohecho pasivo, en donde


el funcionario abusivamente solicita una dádiva al
particular. Aquí existe un funcionario que ha abusado
de su cargo para exigir un beneficio económico a un
particular (perjudicándolo) a cambio de realizar u omitir
algún acto funcional. No obstante que se configuran

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todos los elementos de este delito, sólo se debe aplicar


el delito de cohecho y no el de abuso de autoridad.

En efecto, como mencionamos líneas arriba, el delito


de abuso de autoridad es un delito “subsidiario” dentro
de los delitos contra la administración pública. El delito
de abuso de autoridad es un tipo penal remanente y
genérico que es aplicable sólo cuando el abuso
cometido por el funcionario no es el medio de comisión
de otro delito. En tal sentido, cuando el abuso cometido
siempre sea el medio necesario para la comisión de
otro delito (colusión, consusión, etc.) habrá un
“concurso aparente de leyes penales”, el cual, en
aplicación del criterio de “especialidad”, se resolverá en
desmedro (inaplicación) del delito de abuso de
autoridad.

1.5 EL BIEN JURÍDICO PROTEGIDO

El bien jurídico protegido contenido en el tipo penal de


abuso de autoridad del artículo 376 del Código Penal es el
correcto funcionamiento de la administración pública en
beneficio de los ciudadanos. Se protege, en
consecuencia, el interés de los ciudadanos en la correcta
actuación de los funcionarios públicos en el ejercicio de
sus atribuciones. En este ámbito se protege –además– la
corrección y la legalidad del ejercicio de la función frente a
los ataques abusivos que podrían realizar. También se
protege el interés del Estado en la correcta actuación de
sus agentes.

En este marco, es importante el reconocimiento por parte


de la Corte Suprema de que “el Estado Peruano a ciertas
personas por sus conocimientos o preparación o elección
les otorga una función o un cargo público para actuar en
su representación organizando o dirigiendo a sus
administrados, por ende les otorga un poder que no es

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ilimitado pues este poder público no puede ser entendido


como la omnipotencia, sino que se sujeta a la
Constitución y a la Ley”. En la doctrina nacional se ha
señalado que el bien jurídico6 del delito de abuso de
autoridad está orientado a “garantizar la regularidad del
desempeño funcional de los funcionarios públicos, de
modo que se excluyan situaciones de abuso de poder, es
decir, asegurar el correcto ejercicio de las atribuciones de
los funcionarios públicos, referenciándolas con
exclusividad en la obediencia a la ley, el derecho y el
ordenamiento jurídico”. Se ha señalado también que el
objeto de protección sería la legalidad de la actuación
funcionarial, “de reprimir aquellas conductas di valiosas –
cometidas por los funcionarios públicos– que, al
desbordar el ámbito normativo, son susceptibles de
constituir conductas arbitrarias, por ende, lesivas a los
intereses generales de la comunidad”. De igual modo, se
ha subrayado que la legalidad del acto funcional sería el
objeto de protección del tipo, por ello la “represión del
abuso de autoridad tiene por cometido que los
funcionarios públicos ejerzan sus atribuciones o
competencias sin vulnerar los derechos de los
particulares”. En nuestra jurisprudencia se puede observar
la concepción que señala que el delito de abuso de
autoridad “tiene como objeto jurídico de tutela penal el
interés público, en el sentido que las funciones de las que
están investidos los funcionarios no sean utilizadas por
estos para la comisión de hechos ilícitos en perjuicio de
los derechos reconocidos por las leyes a los particulares”.

1.6 SUJETOS

1.6.1 SUJETO ACTIVO


El sujeto activo del delito de abuso de autoridad es
el funcionario público. Solo quien ostenta tal calidad
especial –y el complejo de deberes especiales que dicha
condición supone– puede ser autor de este delito. Para la

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configuración del delito se requiere, además, que dicho


funcionario deba encontrarse en ejercicio de funciones,
ejecutando tareas, deberes o funciones propias de su
cargo. En la jurisprudencia se ha afirmado que el sujeto
activo debe poseer facultades conferidas por el
ordenamiento jurídico: se señala que la norma que regula
el delito de abuso de autoridad “debe ser integrada con
las normas de otras ramas del Derecho Público que fijan
las funciones de los órganos de la administración pública
y, consiguientemente determinan la forma y los límites
dentro de los cuales puede el funcionario ejercitarlas
libremente”. Es interesante observar que ya en 1970 la
Corte Suprema señalaba que el delito de abuso de
autoridad debía ser cometido “por un funcionario público
que actúa en ejercicio de sus funciones, por ejemplo, si el
acusado no obró en función de guardia civil sino como
particular, en estado de embriaguez relativa y bajo el
amparo del uniforme, su actitud no configura el delito de
abuso de autoridad. Se le condenó por el delito de
lesiones”. En consecuencia, dada la exigencia legal de un
sujeto especialmente cualificado, autores del delito de
abuso de autoridad serán únicamente los funcionarios
públicos. Los particulares que intervienen en el delito solo
podrán ser partícipes, ya sea como cómplices o
instigadores. En cuanto a las modalidades de autoría que
admite el tipo, se debe señalar que el delito de abuso de
autoridad puede ser cometido también en autoría mediata
o coautoría. No existe ningún obstáculo estructural para
excluir alguna de sus formas.

1.6.2 SUJETO PASIVO

Sujeto pasivo del delito de abuso de autoridad es


aquel que sufre la acción arbitraria del funcionario público;
es aquel que la norma penal designa como el “alguien”
que sufre las consecuencias del abuso de autoridad, que
es primariamente el ciudadano, una persona particular.

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También puede ser sujeto pasivo del delito una persona


jurídica. Igualmente, sujeto pasivo del delito también es el
Estado, puesto que el comportamiento abusivo –e ilegal–
del funcionario público afecta al Estado, en la medida que
justamente un miembro y “representante” del Estado es
quien –contrariamente a lo esperado– infringe la ley,
afectando la legalidad y legitimidad de la administración
pública. Esta afectación a la legitimidad es de suma
gravedad, pues degrada y debilita la institución de la
administración pública y afecta el cumplimiento de su rol
constitucional. Desde otra perspectiva, queda claro que el
titular del bien jurídico es el ciudadano y el mismo Estado.
De las consideraciones expuestas, se extrae que el delito
de abuso de autoridad tiene como agraviado al particular
y al Estado, de lo cual se desprende que ambos están
plenamente legitimados para intervenir en la investigación
o proceso penal como parte agraviada, pudiéndose
constituir en parte civil. Por ello, encontramos interesante
la apreciación de la Corte Suprema en una Ejecutoria al
sostener que “se considera como agraviado al Estado de
manera equivocada, toda vez que, en el delito de abuso
de autoridad, el sujeto pasivo es el particular”. Parte de la
doctrina en el Perú señala que sujeto pasivo es el Estado
y expresamente considera que al ciudadano no le
corresponde tal calidad. Algunas opiniones tratan de
morigerar las consecuencias de esta concepción
admitiendo que al particular, si bien no le corresponde la
calidad de sujeto pasivo, sí sería posible considerarlo
como agraviado.

Así, se observa que en la doctrina se ha tratado de


legitimar la intervención del particular en el proceso como
agraviado del delito recurriendo a consideraciones
generales que señalan que el sujeto pasivo no coincide
necesariamente con el sujeto sobre el que recae
físicamente la acción, puesto que sujeto pasivo hace

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alusión al titular o portador del bien jurídico cuya ofensa


constituye la esencia del delito; mientras que el sujeto de
la acción –perjudicado– abarca no solo al titular del
interés lesionado de modo central –esencial– por el delito,
sino a todos quienes soportan consecuencias
perjudiciales.

1.7 TIPICIDAD OBJETIVA

El tipo penal contiene dos modalidades: el cometer un


acto arbitrario que cause perjuicio a alguien, y el ordenar
un acto arbitrario que cause perjuicio a alguien. Se trata
de dos supuestos independientes.

1.7.1 ACTO ARBITRARIO

El tipo penal hace referencia al acto arbitrario como


resultado típico necesario común a ambas modalidades.
El “acto” arbitrario al que hace mención la norma no se
refiere únicamente al acto administrativo –en sentido
administrativo de resolución, de disposición–, sino más
bien al concepto más general de “acción”, a cualquier
acción arbitraria, independientemente de cómo se
exprese o materialice. El funcionario público es investido
de ciertas facultades que le otorgan determinado poder en
su relación con los ciudadanos, poder cuyo uso está
supeditado a la obtención de los fines del Estado y que se
encuentra limitado por el marco legal establecido y por los
principios de razonabilidad y proporcionalidad que
informan el Derecho en general. Por ello, estas facultades
conferidas a los funcionarios públicos no pueden
convertirse de ningún modo en carta abierta para avalar
actos arbitrarios, y menos aquellos contrarios a la Ley y la
Justicia.

El acto funcional regular es aquel realizado por el


funcionario en el ámbito de su competencia –funcional,
territorial, temporal–, respetando los principios,

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procedimientos y formalidades que la ley y los


reglamentos establecen. En este marco, el funcionario
público procederá arbitrariamente cuando extralimite sus
atribuciones legalmente establecidas. La arbitrariedad del
funcionario surgirá de la extralimitación dolosa en el
ejercicio de sus funciones, cuando interviene a sabiendas
que la ley se lo prohíbe o cuando en la consecución de
fines lícitos emplea medios prohibidos o
desproporcionados. En un Estado de Derecho, el
funcionario público desempeña sus funciones conforme lo
dispone la ley, y no conforme a su libre voluntad. En el
ámbito de discrecionalidad, siempre reducido, que admite
el Derecho, el funcionario debe proceder con racionalidad,
proporcionalidad, equidad y justicia. Aquí, como apunta
Giuseppe Maggiore, “la arbitrariedad se presenta también
en el acto discrecional […]. Esto sucede cuando el móvil
del acto discrecional es contrario al interés público, o
cuando coincide con algún interés privado (de secta, de
enemistad, de venganza, de prepotencia). En tal caso, la
arbitrariedad objetiva coincide con la subjetiva, que es la
conciencia de violar las normas que regulan la propia
actividad funcional”. La jurisprudencia ha tenido diversos
pronunciamientos sobre este aspecto del delito. Así, se ha
señalado, por ejemplo, que “no es un acto arbitrario la
conducta del agente, que está amparada por ley o se
encuentra fundamentada en una decisión discrecional,
ajustada a los principios del derecho, la Constitución y el
ordenamiento jurídico”. Cabe señalar que un acto
arbitrario será calificado como tal siempre y cuando éste
revista algunas características, así: “a) lo arbitrario
entendido como decisión caprichosa, vaga e infundada
desde la perspectiva jurídica; b) lo arbitrario entendido
como aquella decisión despótica, tiránica y carente de
toda fuente de legitimidad; y c) lo arbitrario entendido
como contrario a los principios de razonabilidad y
proporcionalidad jurídica”.

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Con todo, existen garantías constitucionales, como el


principio de interdicción de la arbitrariedad, que, frente a
determinadas conductas, cumple “un doble significado: a)
En un sentido clásico y genérico, la arbitrariedad aparece
como el reverso de la justicia y el derecho. b) En un
sentido moderno y concreto, la arbitrariedad aparece
como lo carente de fundamentación objetiva; como lo
incongruente y contradictorio con la realidad que ha de
servir de base a toda decisión”. Así, también se puede
observar al pronunciamiento de la Corte Suprema que
señala que “el delito de abuso de autoridad requiere de un
acto arbitrario y de un perjuicio para alguien; si no se
acreditan dichos presupuestos cabe la absolución. En el
presente caso al no haberse acreditado la arbitrariedad
del acto de asignación en el número de horas académicas
a la docente, procede absolver a la procesada”.

1.7.2 COMETER U ORDENAR UN ACTO ARBITRARIO

El tipo penal del artículo 376 contiene dos


supuestos. El primer supuesto del delito de abuso de
autoridad consiste en cometer un acto arbitrario que
cause un perjuicio a alguien. El legislador emplea aquí el
verbo cometer para hacer referencia a la realización del
delito por parte del funcionario público. El delito puede ser
realizado de manera directa, por intermedio de otra
persona o conjuntamente con otras personas, lo que dará
lugar a la autoría directa, autoría mediata o coautoría.

La segunda modalidad típica es ordenar un acto


arbitrario que cause perjuicio a alguien. Esta modalidad
típica es un supuesto autónomo de autoría directa. De no
existir esta modalidad típica autónoma, el comportamiento
de ordenar se sancionaría como un caso de autoría
mediata o como instigación (si se cumplen los
presupuestos de estas formas de intervención). Para la
configuración de la modalidad típica de “ordenar un acto

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arbitrario” se requiere que la orden del acto arbitrario sea


cumplida; y, si no existe consumación, al menos que se
haya iniciado la ejecución y, además, que se haya
ocasionado un perjuicio a alguien. La relevancia penal de
esta modalidad se producirá cuando la orden ilícita cause
perjuicio típico al sujeto pasivo.

1.7.3 PERJUICIO (CAUSAR PERJUICIO A ALGUIEN)

Como se ha indicado, para la configuración del delito de


abuso de autoridad, en cualquiera de sus modalidades, se
precisa que el acto arbitrario realizado u ordenado cause
perjuicio a alguien. Según el Diccionario de la Real
Academia Española, por “perjuicio” se entiende ocasionar
daño o menoscabo moral o material. En el marco del
delito de abuso de autoridad, el perjuicio que la norma
penal admite puede ser de tipo económico, material,
corporal, moral o de cualquier otra índole.

El perjuicio a que hace referencia la norma debe ser


grave. Este debe ser, además, de “naturaleza objetiva y
de necesaria concurrencia”, perfectamente medible y
verificable en base a criterios objetivos. Este perjuicio
debe ser indefectiblemente causado por la concreción del
riesgo no permitido y ocasionado por el funcionario
público al excederse en el uso de sus prerrogativas en la
función que desempeña. Por esta razón, devendrá en
atípica la imputación por este delito, si el perjuicio
proviene a mérito de cualquier otra causa que no sea la
descrita en el artículo 376 del Código Penal.

La gravedad del perjuicio típico ha sido resaltada por la


propia Corte Suprema en su famoso proyecto de ley de
reforma de los delitos contra la administración pública,
donde propuso que esta gravedad esté expresamente
regulada en la ley, a fin de esclarecer que no se trata de

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cualquier perjuicio, sino de uno que refleje verdadera


gravedad.

También se puede observar esta interpretación en


diversas ejecutorias; así, se observa por ejemplo el caso
de un Alcalde provincial que, en su condición de
funcionario, impidió el acceso de una ciudadana para
conocer un expediente administrativo, donde se señaló
que para que “se materialice el delito de abuso de
autoridad, se requiere de parte del sujeto activo que haya
cometido un hecho lo suficientemente grave como para
ser objeto de represión penal, y no simples providencias
disciplinarias”.

1.7.4 ABUSO DE ATRIBUCIONES (ABUSANDO DE SUS


ATRIBUCIONES)

Para la configuración típica del delito bajo estudio, que


consiste en la comisión de un acto arbitrario que causa
perjuicio a un particular, se requiere que el
comportamiento se realice mediante el abuso de
atribuciones (“abusando de sus atribuciones”).

De lo señalado se entiende que el acto arbitrario debe, en


primer lugar, darse en el marco de las atribuciones del
funcionario público; y, en segundo lugar, “exceder o
abusar de las facultades o prerrogativas que le fueron
concedidas”.

Sobre el particular, son dos los posibles escenarios.

Primero, que el funcionario ejercite una función que se


enmarca dentro de sus atribuciones, pero que en el caso
concreto no se den los presupuestos para su ejecución
(intervención). Segundo, que el funcionario ejercite una
función, propia de sus atribuciones, que en el caso
concreto se den los presupuestos para su ejercicio, pero
que se extralimite en su ejecución (extralimitación);

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aunque la intervención de algún modo importa


extralimitación, puesto que, de no darse los presupuestos
para el cumplimiento de una determinada atribución, la
norma le impone al funcionario abstenerse de cualquier
actuación. En otras palabras, en dicha circunstancia, el
límite al funcionario viene dado por la prohibición de
ejercitar su función.

Según la Corte Suprema, para que se configure el delito


de abuso de autoridad “la conducta ilícita debe guardar
relación con el cargo asumido, esto es, presupone el
ejercicio de la función pública dentro de las facultades
conferidas por el ordenamiento jurídico vigente, por lo que
en estos casos, dicho precepto debe ser integrado con las
normas de otras ramas del Derecho Público que fijan las
funciones de los órganos de la administración pública y,
consecuentemente, determinan la forma y los límites
dentro de los cuales puede el funcionario ejercitarlas
libremente”.

1.8 TIPO SUBJETIVO

El delito de abuso de autoridad contenido en el artículo


376 del Código Penal es un delito doloso.

Para la configuración del dolo, se requiere que el


funcionario público sea consciente de que está realizando
un acto arbitrario en perjuicio de un tercero, que puede
ser tanto una persona natural o jurídica. Se requiere la
conciencia de que se está extralimitando en sus funciones
y perjudicando a una persona.

En la Jurisprudencia pueden observarse diversos


pronunciamientos orientados a subrayar el carácter
doloso del tipo y las posibilidades de error en la comisión
del delito. Así, se indica que una actuación dolosa del
funcionario público supone una actuación “con voluntad y
conocimiento de que abusa de las atribuciones que

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posee, en infracción de las leyes y reglamentos. Cabe


acotar que no es un acto arbitrario la conducta del agente
que está amparada por la ley o se encuentra
fundamentada en una decisión discrecional, ajustada a los
principios del Derecho, la Constitución y el ordenamiento
jurídico. En ese sentido, también podría concurrir en un
error de tipo, por desconocimiento de que el acto era
ilegal y abusivo; en tanto esta circunstancia es un
elemento determinante de la tipicidad concreta del delito
en cuestión.

Asimismo, se ha desarrollado la idoneidad del “error de


tipo” en la figura delictiva bajo análisis. Tal es el caso
donde la autoridad, de manera equivocada, ordenó una
medida cautelar contra un vehículo de propiedad de una
empresa distinta a la que iba dirigida tal acción procesal –
debido a la similitud de la razón social–, afirmando que
“siendo ello así debe considerarse que según refiere dicho
error habría sido cometido de forma involuntaria, versión
que no ha sido desvirtuada en autos, pues no existe
ningún medio probatorio que demuestre lo contrario; en tal
sentido, no se ha acreditado de forma fehaciente que el
encausado haya actuado con ‘dolo’, es decir con
conocimiento y voluntad, por tanto no se ha probado de
manera indubitable la configuración de los elementos
constitutivos del delito imputado, teniendo en cuenta que
el dolo es un elemento esencial del tipo materia de
análisis”.

1.9 PENA DEL DELITO DE ABUSO DE AUTORIDAD

En el artículo 376° de nuestro Código Penal está tipificado


el delito de Abuso de Autoridad, que anteriormente hemos
desarrollado, pues este tiene como sanción en el artículo
en mención la pena privativa de libertad no mayor de tres
años, pero se considera una pena distinta si los hechos
materia de imputación son derivados de un procedimiento

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de cobranza coactiva, pues en estas circunstancias la


pena privativa de libertad será no mayor de cuatro años y
no menor de dos años.

1.10 DERECHO COMPARADO DE ABUSO DE AUTORIDAD

1.10.1 PERÚ:

Según el autor peruano Raúl Pariona Arana el poder


nunca es absoluto en un Estado de derecho o
democrático, pero cuando existen abuso de autoridad por
parte de algunos funcionarios públicos ya sea en sus
atribuciones y funciones; a quien le correspondería dar
solución es al ordenamiento.

Cuando existe democracia pues esta reconoce que los


ciudadanos tienen derechos fundamentales ya sea
superiores o anteriores al Estado, es por ello que el
control de como actúa cada funcionario público al
momento de ejercer sus funciones públicas que de una u
otra manera resulta alarmante y preocupante a la vez.

Según el artículo 376° del Código Penal : "El funcionario


público que, abusando de sus atribuciones, comete u
ordena, en perjuicio de alguien, un acto arbitrario
cualquiera, será reprimido con pena privativa
de libertad no mayor de dos años" Artículo 425° del
Código Penal : " Son Funcionarios
y/o Servidores Públicos, aquellos que están comprendidos
en la carrera administrativa; los que desempeñan cargos
políticos o de confianza; los
de empresasdel Estado o sociedades de economía mixta
y de organismos sostenidos por el Estado; los
administradores y depositarios de caudales embargados o
depositados por autoridad competente, aunque
pertenezcan a particulares; los miembros de las fuerzas
armadas y policía nacional, los demás señalados por
la Constitución y las leyes.

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1.10.2 MEXICO

Para este país el abuso de autoridad no son más que


actos que se exceden del poder que tienen ya sea en el
ámbito judicial y administrativo, así como también
aquellos agentes que cometen este delito siempre suelen
estar investidos de su autoridad o de poder teniendo así el
imperio absoluto del poder tomar ciertas determinaciones
así como también impone obediencia, para que se pueda
combatir con ese abuso de autoridad, la fuerza pública, de
manera que pueda establecer el orden en los agentes que
ejercen autoridad.

Existen una ley penal en la que el servidor público cuando


retarda la protección del servicio al ciudadano pues se
tiene que buscar y aplicar aquellas normas jurídicas que
impone protecciones determinadas de las funciones que
son ejercidas por el servidos público.

De acuerdo al artículo 215 Fr. XIIII del Código Penal


Federal; algunos servidores públicos señalan una serie de
razones de manera que justifican su tortura, es por ello
que una de las razones que tiene este ordenamiento es
de que se cumpla y se castigue a los responsables del
ilícito según sea el caso en particular, no obstante a pesar
de tener severas penas respecto para sancionar estas
conductas o estas prácticas por parte de los servidores
públicos, pero de igual forma siguen utilizando esas
prácticas que al final de todo resulta ser un delito .

Para que exista el delito de abuso de autoridad debe de


existir las siguientes conductas de acuerdo a lo
establecido al Código Penal Federal:

a) Cuando para impedir la ejecución de una ley,


decreto o reglamento, el cobro de un impuesto o
el cumplimiento de una resolución judicial, pida

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auxilio a la fuerza pública o la emplee con ese


objeto.
b) Cuando ejerciendo sus funciones o con motivo de
ellas ejerciera violencia o insultara a una persona.
c) Cuando indebidamente retarde o niegue a los
particulares la protección o servicio que tenga
obligación de otorgarles o impida la presentación
o el curso de una solicitud.
d) Cuando el encargado o elemento de una fuerza
pública, requerido legalmente por una autoridad
competente para que le preste auxilio se niegue a
dárselo o retrase el mismo injustificadamente.
e) Obtenga, exija o solicite sin derecho alguno o
causa legítima, para sí o para cualquier otra
persona, parte del sueldo o remuneración de uno
o más de sus subalternos, dádivas u otros bienes
o servicios.

El servidor público que cometa este delito pues será


sancionado dependiendo del caso y de la falta que este
pueda cometer, la pena será de uno a ocho años de
prisión y de cincuenta a hasta cien días multa así como
también la pena será de dos a nueve años de prisión y de
setenta a ciento cincuenta días multa.

1.10.3 COSTA RICA

El tipo penal que les lleva a determinar aspectos de


interés en la cual existe un delito especial en la que se le
exige a la persona que cometa el delito, posee una
especial condición, el de ser funcionario público, que se
encuentra en La Ley General de Administración Pública y
Ley de Contra la Corrupción y el Enrriquecimiento Ilícito,
quien es la persona que presta servicios a la
Administración o a nombre la cual sería un acto válido y
eficaz de investidura de carácter imperativo,

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representativo, remunerado, permanente o público de la


actividad respectiva.

También se da el abuso del cargo en el que constituye


cualquier acto ordenado o realizado por el funcionario en
contra de la Constitución Política o leyes, es decir, cuando
se da el mal empleo de la autoridad al momento de
ejercer su función. Debe darse necesariamente en el
cumplimiento de su función, para que este acto sea
punible. La jurisprudencialmente ha indicado que el que
actúa ilegalmente y se vale por de los medios o
atribuciones que le confiere su cargo para cometer
abusos, pues no por ello pierde su condición de servidor o
funcionario público, porque lo que interesa es si se sirve
de las atribuciones que se le confiere por su función o si
comete los abusos en ejecución de labores propias del
cargo.

Para que el funcionario pueda responder penalmente por


la comisión del delito de abuso de autoridad, debe actuar
con dolo y con conocimiento de la ilegalidad de lo que la
acción que ordena del acto que realiza en perjuicio de
otra persona, así como también tiene que realizarlo de
forma voluntaria, porque de no ser así estaríamos frente
a una infracción administrativa y no penal. Solo basta
aquella acción de ordenar o cometer el acto arbitrario para
que se pueda acreditar el delito, independientemente si
causó daño o perjuicio a otro. Además de ello se debe
acreditar que ha actuado consciente y voluntariamente
valiéndose de su investidura para ordenar o cometer un
acto arbitrario en perjuicio de una persona.

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CONCLUSIONES

Con la sanción penal del delito de abuso de autoridad, el


legislador peruano ha optado por reafirmar el mensaje
político criminal de que el funcionario público, al ejecutar
sus funciones públicas, debe cuidar siempre los límites
que las leyes le imponen. Sin embargo, la reacción penal
no procede frente a cualquier abuso de funciones, cuya
sanción corresponde al derecho administrativo
disciplinario, sino únicamente frente a actos arbitrarios
graves con claro perjuicio de una persona.

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BIBLIOGRAFÍA

 Cfr. ABANTO VÁSQUEZ, Manuel. Los delitos contra la

administración pública en el Código Penal peruano. Lima,

Palestra, 2003. p. 229 y 230.

 JURISTA EDITORES, Jurista Editores. Código Penal Peruano.

Lima. 2017.

 Cfr. ROXIN, Claus. Derecho Penal. Parte General. Tomo I.

Civitas: Madrid, 1997. p. 307.

 De esta opinión es ZAFFARONI, Eugenio Raúl. op. cit. p. 536 y

LUZON PEÑA, Diego-Manuel. Curso de Derecho Penal. Parte

General. Universitas: Madrid, 2004.

 Cfr. ABANTO VASQUEZ, Manuel. op. cit. p. 235.

 Cfr. ABANTO VÁSQUEZ, Manuel. op. cit. p. 237.

 Cfr. MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Parte General.

Reppertor: Barcelona, 2004. p. 648.

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