Parte 1

OBEDIENCIA Y SUMISION
Ejemplo de Jesús Filipenses 2:8

Obedecer: Cumplir con la voluntad de quien manda.

Cuando el reino de Dios se acerca se manifiesta con milagros, prodigios y señales. Pero para fluir en lo
anterior debemos llevar una vida de obediencia delante de Dios. El mayor ejemplo de obediencia que
encontramos es en Jesucristo (Leer Juan 6:38).

Podemos concluir después de leer estos versículos, que el reino de los cielos está fundado en
obediencia. La obediencia es la manifestación de nuestra fe.

Nosotros estamos en el reino de Dios y ahora es Él quien nos gobierna. Cuando le entregamos nuestra
vida le dimos el control completo de ella. Veamos ahora el ejemplo perfecto de obediencia que
encontramos en Jesús.

(Leer Mateo 3:13-17) Jesús sin tener necesidad de bautizarse, pues no había pecado, lo hizo para
cumplir con todas las ordenanzas que Dios Padre había dejado.

La obediencia de Jesús no fue motivada por los beneficios, sino mas bien por el profundo amor que le
tenía al Padre (Leer Juan 8:29). Su amor al Padre lo inspiraba a agradarle con toda su vida.

Aun en el momento más difícil, Jesús manifestó su obediencia al Padre diciendo “hágase tu voluntad y
no la mía” (Leer Mateo 26:39). Jesús estaba dispuesto a creer y obedecer a la voluntad del Padre aun
sabiendo que padecería hasta la muerte (Leer Hebreos 5:8). El resultado de su obediencia justificó a la
humanidad (Leer Romanos 5:19).

Por esta razón la biblia nos enseña que debemos seguir el ejemplo de Cristo (Leer Filipenses 2:5-11).
Jesús mismo nos insta a que aprendamos de su ejemplo (Leer Mateo 11:29).

Jesús es 100% Dios y también es 100% hombre, el diablo sabiendo esto, lo tentó en el desierto para que
no cumpliera con todo lo que Dios le había dicho (Mateo 4:10). Esto nos enseña que en todo momento
debemos ser obedientes a su palabra y a su voluntad, porque haciendo esto agradamos al Padre.
 Parte 2
OBEDIENCIA Y SUMISION
Filipenses 2:8

Obedecer: Cumplir con la voluntad de quien manda.

El ejemplo de Jesús es nuestra inspiración y motivo para ser como Él es. Jesús cumplió con los
mandamientos de amar al Padre con todo el corazón, con toda el alma, con todas sus fuerzas y con toda
su mente, como también tenía compasión por las almas, las amaba como se amaba Él mismo. Su
obediencia fue por amor (Leer Marcos 12:29 al 31).

Obedecer es mejor que todos los holocaustos y sacrificios que podamos hacer aquí en la tierra (Leer 1
Samuel 15:22 y 23). Saúl siendo Rey no guardó el mandamiento y por eso fue quitado su reino (Leer 1
Samuel 13:13 y 14). Nos damos cuenta que la rebelión es igual que la adivinación y la obstinación es
igual a la idolatría.

Esto nos enseña que Dios no quiere sacrificios sino obediencia, eso nos lleva a ser pacientes y esperar en
Él. Hoy día muchas personas actúan por sí mismas cuando Dios no les responde y toman decisiones
basadas por su carnalidad y no por la guía del Espíritu Santo y a causa de su desobediencia sufren
fracasos, frustración, enfermedades y muerte (Leer Deuteronomio 28:15).

El obedecer en cambio, nos trae bendición. Como el ejemplo de David que fue un hombre conforme al
corazón de Dios (Leer Hechos 13:22). Eso no quiere decir que era perfecto, sino que anhelaba ser
obediente a Dios en todo y así agradarle. Era tanto su anhelo por agradar a Dios que cuando fallaba, no
solo reconocía su falla sino que estaba dispuesto a recibir la disciplina (Leer 1 Crónicas 21:17). Él sabía
que la disciplina era para su provecho (Leer Hebreos 12:6 al 11).

Como hijos de Dios debemos anhelar agradar a Dios a través de la obediencia, y aun estar dispuesto a
recibir la disciplina cuando desobedecemos. Al hacerlo así nuestro padre siempre nos honrará.

¿Qué consecuencias trae la desobediencia?

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¿Aceptas tú la disciplina del Señor?

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¿Qué has aprendido con esta enseñanza?
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Parte 3

OBEDIENCIA Y SUMISION
Filipenses 2:8

Hasta ahora hemos visto los siguientes puntos:

· Ejemplo de Jesús - (Juan 6:38)

· Obediencia de David - (Hechos 13:22)

· Desobediencia de Saúl - (1 Samuel 13:13)

· Disciplina - (Hebreos 12:6; Jeremías 7:28)

Ahora aprenderemos que para obedecer y agradar a Dios necesitamos Fe (Leer Hebreos 11:6). La
obediencia a Dios implica fe. Debemos tomar pasos en fe tal como lo hizo Abraham (Leer Hebreos
11:8). Dios le había dicho que saliera de la tierra en la que estaba a una tierra que Él le iba a mostrar y él
obedeció (Génesis 12:1 al 4).

Hoy en día Dios al igual que Abraham te está llamando para que des pasos en fe. Puede ser que tengas
que orar por un familiar que está enfermo o cualquier cosa que Dios ponga en tu corazón (Leer
Filipenses 2:13). Cuando esto suceda debemos obedecer y creer porque Él dijo no te dejaré ni te
desampararé (Leer Josué 1:5).

Muchas veces el obedecer a Dios va a traer oposición, persecución, etc. Pero es necesario obedecer a
Dios antes que a los hombres (Leer Hechos 4:19 y 20; 5:29).

Dios nos ha dado lengua de sabio para que prediquemos su palabra y ha abierto nuestros oídos para
escuchar su voz (Leer Isaías 50:4 y 5).
Como hijos obedientes debemos caminar en fe sabiendo que el obedecerle a Él es lo mejor para
nuestras vidas, familias, ciudad, nación, etc.

Así que la obediencia es un acto de fe que produce muchos beneficios.

¿Estás siendo obediente al llamado de Dios?

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Comparta un testimonio donde accionaste en fe a lo que Dios te ha dicho

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¿Has sufrido persecución por obedecer a Dios?

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Parte 4

OBEDIENCIA Y SUMISION
Filipenses 2:8

Continuamos con la serie sobre la obediencia y sumisión, hemos aprendido que el ejemplo
máximo de obediencia a la autoridad ha sido Jesús.

Ahora hablaremos sobre lo que es sumisión; esto significa acatamiento, subordinación

manifestada en las palabras y acciones. En otras palabras, el someterse no es más que
complacer las demandas o requerimientos de alguien que está por encima de nosotros
(Dios). Es una actitud interna.

Romanos 13:1 indica que todas las autoridades que existen han sido puestas por Dios y
deben ser respetadas. Algunas de estas autoridades son:

 Los esposos (Leer Efesios 5:21 al 24).

 Los padres (Leer Efesios 6:1 al 3).

 Los pastores (Leer Hebreos 13:17).

 Todos los líderes espirituales (Leer 1 Corintios 16:15 y 16).

 Los gobernantes (Leer 1 Pedro 2:13 al 17 y Tito 3:1).

 El trabajo (Leer 1 Pedro 2:18 y Efesios 6:5 al 7).

Podemos concluir que la obediencia y el someterse significan escuchar lo que alguien en

autoridad pide y actuar en consecuencia.

Jesús dijo a sus discípulos que el amor que sintieran por Él se podía medir según la
obediencia a sus mandamientos (Leer Juan 14:21).

¿Quién es la máxima autoridad en mi vida Dios, yo mismo o alguien más?

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¿Me cuesta obedecer a Dios? ¿Por qué?

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De manera general ¿soy obediente y sumiso?

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De acuerdo a lo que dice Juan 14:21 ¿Amo a Dios? Explique.

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 Parte 5
OBEDIENCIA Y SUMISION
Filipenses 2:8

Durante las últimas semanas hemos hablado acerca de lo que es la obediencia y sumisión a
Dios. Sin lugar a duda el nivel de obediencia y sumisión que demostramos a diario es
determinante si deseamos tener éxito en nuestro caminar con Cristo. Como ejemplo
pudimos ver los frutos de la obediencia de David y los frutos de la desobediencia de Saúl.

David aunque no fue perfecto, mostró su obediencia y sumisión al confesar su pecado y

aceptar la disciplina. En cambio la actitud de Saúl hizo que Dios lo desechara.

En Jesús encontramos el mejor ejemplo de obediencia y sumisión. “...haciéndose obediente

hasta la muerte y muerte de cruz” (Leer Filipenses 2:8).

La palabra de Dios nos motiva a que en nosotros esté el mismo sentir que hubo en Cristo
Jesús (Leer Filipenses 2:5 al 8). Él enseñó que el mayor en el reino de los cielos es aquel
que se vuelve como un niño (Leer Mateo 18:1 al 5). ¿Por qué como un niño? Por su
inocencia y por permitirse ser enseñado. Jesús mismo nos mostró que para ser enaltecido
debemos humillarnos delante de Dios (Leer Mateo 23:12 y 2 Crónicas 7:14).

En conclusión, podemos ver que la obediencia y sumisión son actitudes internas que nos
llevan a ser prósperos y bendecidos, sabiendo que somos nosotros quienes tomamos la
decisión. Por eso es importante vivir una vida de intimidad con Dios. Eso significa tener una
relación con Él a diario, escudriñando su palabra, en oración y ayuno porque “un corazón
contrito y humillado Él no lo desprecia” (Leer Salmo 51:17).

Si necesita alguna copia de las enseñanzas anteriores comuníquese a nuestras oficinas al

(203) 977-8507.

¿Cómo define usted la diferencia entre la obediencia y sumisión?

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