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Gamarra al garete (concentracion local y aislamiento global)

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Jose Tavara
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GAMARRA AL GARETE
Concentración local y aislamiento global

1
Evert J. Visser & José I. Távara

© DESCO, Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo

Lima, Diciembre del 2007

ISBN: 84-89312-14-1

1
Evert J. Visser es investigador del departamento de Economía Regional y Sectorial de la Universidad de
Amsterdam (Holanda) y está actualmente afiliado al Instituto Tinbergen; el presente trabajo forma parte de
su investigación conducente a la tesis doctoral. José I. Távara ha trabajado como investigador en DESCO
y es profesor asociado del Dpto. de Economía de la Universidad Católica del Perú. Los autores agradecen
el apoyo de DESCO y del International Development Research Centre (IDRC) de Canadá, instituciones
que apoyaron este estudio en el marco de las actividades del Consorcio de Investigación Económica del
Perú.
Los autores también expresan su agradecimiento a los 103 empresarios confeccionistas que respondieron
las preguntas de la encuesta. Esta publicación no hubiera sido posible sin la fuerza de voluntad de Gloria
Gutiérrez & Olga Ramos, quienes tenazmente recorrieron la ciudad y llevaron a cabo las encuestas,
alcanzando una tasa de respuesta del 79 por ciento. También desean dar las gracias a Alberto Rey,
Ysabel Segura & Ricardo Rodón, de la Sociedad Nacional de Industrias, por suministrar el marco de la
muestra; a Juan Carlos Cabrera de PEMTEC por su apoyo técnico en el muestreo; y a Humberto
Campodónico de DESCO & Fernando Fernández de PEMTEC por su apoyo logístico.
Finalmente, dejan constancia de su gratitud a las personas que comentaron versiones preliminares de
este trabajo. Entre ellos a Albert Berry de la Universidad de Toronto, Canadá; Jan G. Lambooy & Indra
Wahab de la Universidad de Amsterdam, Holanda; Bart Nooteboom de la Universidad de Groningen,
Holanda, y Roger Teszler, de la Embajada de Holanda en América Central. También a Armando Pillado,
Ramón Ponce y Fernando Villarán, quienes participaron como comentaristas en una mesa redonda
organizada en Lima para discutir los resultados de esta investigación. Por cierto, ninguna de las personas
e instituciones mencionadas tiene responsabilidad alguna por las opiniones, errores y omisiones del
trabajo.

1
CONTENIDO

INTRODUCCIÓN 3

CAPÍTULO 1
LA COMPETITIVIDAD DE EMPRESAS PEQUEÑAS Y DISPERSAS: ELEMENTOS
PARA UN MARCO ANALÍTICO 6

CAPÍTULO 2
LA CONCENTRACIÓN TERRITORIAL/SECTORIAL: UN MARCO TEÓRICO 19

CAPÍTULO 3
ECONOMÍAS EXTERNAS Y DE AGLOMERACIÓN EN EL COMPLEJO DE
GAMARRA 28
3.1 ECONOMÍAS EXTERNAS Y EFECTOS DE AGLOMERACIÓN:
IMPORTANCIA DE LA SUBCONTRATACIÓN 36
3.2 OTRAS FUENTES DE ECONOMÍAS EXTERNAS 41
3.3 ECONOMÍAS DE AGLOMERACIÓN EN EL COMPLEJO DE GAMARRA 45

CAPÍTULO 4
LOS SECRETOS DE GAMARRA: ¿FUERZAS DE AGLOMERACIÓN O ESTRATEGIA
EMPRESARIAL? 55

ANEXO I
INFORMACIÓN ESTADÍSTICA 59

2
INTRODUCCIÓN

Las relaciones entre la empresa y su entorno ocupan un lugar destacado en las


teorías de la organización industrial, la gestión empresarial y el desarrollo regional.
También constituyen uno de los focos centrales de atención en la literatura reciente
sobre producción a pequeña escala en los países en desarrollo (Schmitz 1982, 1990;
Nadvi y Schmitz 1994). Es muy poco lo que se sabe, sin embargo, sobre las ventajas
que tienen las empresas localizadas en “clusters” o concentraciones territoriales, en
comparación con empresas relativamente dispersas pero articuladas en redes
empresariales al interior de espacios urbanos más amplios. El objetivo de este artículo
es exponer y discutir las razones que explican la importancia del territorio en la
dinámica empresarial. En este contexto se presentan los resultados de una encuesta
sobre la industria de confecciones de Lima, y en particular sobre el complejo formado
alrededor de la calle Gamarra, en el distrito limeño de La Victoria.

El primer paso de nuestra exposición es establecer la distinción conceptual


entre el entorno funcional y el entorno territorial. El primero se refiere a la operación de
redes de empresas interdependientes, cada una de las cuales tiende a especializarse
en las diferentes fases y funciones requeridas para producir un bien o servicio
determinado. El entorno territorial, en cambio, se refiere a una región, una ciudad, o
una economía local constituida por una concentración territorial de empresas de un
subsector.

El entorno territorial puede en principio perder importancia, debido al desarrollo


en las tecnologías de la información y las comunicaciones. Sin embargo, estas
tecnologías no siempre están al alcance de las pequeñas empresas industriales
2
(PEIs), particularmente en los países del Tercer Mundo. A esto podemos añadir el
hecho, en cierto sentido más importante, de que algunos tipos de intercambio de
información requieren de contactos “cara-a-cara”, debido a su carácter intersubjetivo y
evolutivo.

La dimensión territorial del entorno debe ser considerada entonces de manera


explícita en el análisis de la producción a pequeña escala, sobre todo cuando las

2
Esto puede explicarse por las desventajas derivadas de un tamaño reducido, así como también por la
naturaleza imperfecta y/o fragmentada de los mercados. Es preciso destacar al respecto la carencia de
información en dos sentidos: información sobre las pequeñas empresas y en las pequeñas empresas.
Estas desventajas y carencias pueden explicar a su vez la falta de acceso a servicios financieros que
enfrentan las PEIs.

3
experiencias estudiadas se caracterizan por la especialización y la diferenciación
regional. En este marco, Storper (1991:9) señala que:

ciertas regiones claves se encuentran en el núcleo de la generación de


tipos importantes de rentas económicas en el capitalismo
contemporáneo. Si bien estas regiones (...) no son numerosas, su
impacto económico en sus respectivas economías nacionales parece
ser considerable (...). La imagen de la economía mundial como un
‘espacio deslocalizado de flujos’ de capital humano, físico, y financiero,
flujos supuestamente controlados desde las casas matrices de las
corporaciones, es una imagen incapaz de cuenta de (...) los complejos
vínculos entre los agentes (...) y de los tejidos económicos
laboriosamente construidos y territorialmente específicos, sin los cuales
estos agentes no pueden funcionar (el énfasis es nuestro).

Un segundo paso es concebir el entorno como el resultado colectivo de


acciones y estrategias empresariales, y también como un contexto que afecta, y en
cierto sentido moldea, las restricciones y las oportunidades abiertas a las empresas
que lo constituyen. El proceso de concentración territorial puede ser entonces
interpretado como una consecuencia “del funcionamiento de las empresas y de la
fuerza de trabajo al interior de ese espacio”, mientras que al mismo tiempo dicho
proceso forma el conjunto de reglas que estructuran las relaciones entre las empresas,
es decir el entorno institucional específico (Lambooy 1993:1).

En síntesis, la competitividad de las empresas en contextos regionales no


puede explicarse sin considerar la mutua interacción entre ellas y sus entornos
funcional y territorial. Puede observarse que la esencia de esta mutua interacción
hace muy difícil predecir cuando y donde se localizan las concentraciones territoriales,
en qué extensión y bajo qué modalidad se desarrollan, y cuales son las ventajas de
cada una de ellas. Al respecto, Lambooy niega la existencia de una “lógica de la
aglomeración” entendida como un resultado inevitable, señalando que ello equivaldría
3
a ignorar estrategias empresariales alternativas (1993:7).

3
Otros autores son más explícitos al respecto. Piore y Sabel (1984), por ejemplo, cuestionan el sistema
“Fordista” de producción en masa y lo contraponen al paradigma que ellos denominan “especialización
flexible”, recurriendo fuertemente a la noción de “comunidades industriales” de empresas pequeñas.
Pyke, Becattini y Sengenberger (1990) retoman el concepto Marshaliano de “distrito industrial” y enfatizan
la inserción socio-cultural de las transacciones (embeddedness) entre empresas en un entorno
estrictamente local. Storper (1991), por su lado, alude a “sistemas tecnológico-institucionales”
territorialmente definidos y caracterizados por el aprendizaje continuo basado en productos, por la
producción flexible orientada a mercados internacionales, y por la adaptabilidad organizativa. Schmitz
(1990, 1992) es más cauteloso al introducir el concepto de “eficiencia colectiva”, el cual intenta capturar
las ventajas en eficiencia y flexibilidad logradas por conglomerados de pequeñas empresas en contraste
con empresas dispersas. En esta perspectiva, la proximidad geográfica no es suficiente y debe ser
complementada con la división del trabajo inter-firma en base a la especialización vertical. Siguiendo a
Lambooy (1993), sin embargo, la atención debe centrarse en las condiciones para la aglomeración
sectorial y espacial. Este puede ser un buen punto de partida para clasíficar las concentraciones

4
Este artículo se concentra entonces en el fenómeno de la concentración
4
territorial y sectorial poniendo de relieve su doble rol:

A. En la consolidación de las ventajas que ya tienen lugar en un contexto de


urbanización y de concentración de empresas que no pertenecen al mismo
subsector, o de concentración de empresas similares pero no articuladas
en red alguna de división del trabajo. Es posible identificar fuerzas de
aglomeración a nivel meso-económico, teniendo en cuenta el contexto en
el que tienen lugar las acciones y estrategias empresariales.

B. En su rol facilitador de estrategias empresariales dirigidas a re-estructurar


la organización externa de la producción. Pueden identificarse fuerzas
micro-económicas: la concentración territorial se explica, a este nivel, como
el resultado colectivo de acciones y estrategias adoptadas por las firmas
individuales.

En el capítulo 1 de este artículo se discuten brevemente los efectos del tamaño


empresarial en la eficiencia (estática) de las empresas y en su capacidad de
innovación y de aprendizaje (perspectiva dinámica). Las empresas de menor tamaño
parecen estar en desventaja en ambas dimensiones. Luego se consideran las ventajas
asociadas al comportamiento y a la estrategia de estas empresas, las cuales pueden
expresarse en respuestas institucionales diversas. El capítulo 2 está dedicado
precisamente a examinar estas respuestas, poniendo el acento en la distinción entre
economías externas y economías de aglomeración.

El capítulo 3 presenta los resultados de una encuesta sobre la industria de


confecciones en Lima e interpreta su significado. Luego, en el capítulo siguiente, se
examina en que medida la concentración territorial de Gamarra puede entenderse
como el resultado de fuerzas meso-económicas, o mas bien como una consecuencia
de los esfuerzos de las empresas individuales por adaptar su organización productiva
en función de alcanzar mayor flexibilidad (mediante la división externa del trabajo) y de
promover formas “orgánicas” de cooperación entre ellas. Dicho de otro modo, ¿en qué
medida “la suma” es mayor que el conjunto de las empresas individuales? En el quinto
y último capítulo se presentan las conclusiones del artículo y se formulan hipótesis que
sugieren nuevas pistas de investigación para estudios de caso.

territoriales de empresas y evaluar su desempeño económico. Estas concentraciones o clusters pueden


ser descritas en términos de las economías externas y de aglomeración.

5
CAPÍTULO 1
LA COMPETITIVIDAD DE EMPRESAS PEQUEÑAS Y DISPERSAS: ELEMENTOS
PARA UN MARCO ANALÍTICO

El objetivo de este capítulo es mostrar la importancia de la organización


extra-firma en la producción a pequeña escala y en particular su incidencia en la
competitividad de las empresas. El principal desafío para elevar la competitividad es la
reducción de costos y el aprovechamiento simultáneo de nuevas oportunidades de
negocios. Las PEIs tienen, sin embargo, varias desventajas potenciales en términos
de escala, diversificación y experiencia, así como también en sus capacidades
cognoscitivas (Nooteboom 1993).

Pero estas desventajas son reales y efectivas solamente si consideramos a las


empresas individuales de manera aislada, es decir si hacemos abstracción de todos
los vínculos y eslabonamientos posibles entre empresas. Los términos “redes” y
“concentración territorial” (networks y clusters) se refieren precisamente a
constelaciones de empresas en las cuales las PEIs compensan o contrarrestan las
desventajas señaladas. Más adelante discutiremos en qué medida la proximidad
geográfica es necesaria al respecto. Primero es necesario examinar con mayor
detenimiento las desventajas de las PEIs en términos de eficiencia económica y
dinamismo, para luego identificar las respuestas y mecanismos que pueden
5
eventualmente compensar estas desventajas.

El diagrama 1 presenta los diferentes orígenes que pueden tener los efectos
del tamaño empresarial a nivel de la firma individual, así como su incidencia en los
diferentes costos en que incurren las empresas. A primera vista dicho diagrama
parece expresar una visión estática de la eficiencia de las empresas. Puede
advertirse, sin embargo, que la capacidad de anticipación a desarrollos futuros en los
mercados y en la tecnología (considerada en la última fila de la tabla) tiene un carácter
6
explícitamente dinámico. De otro lado, la inclusión de los costos de transacción

4
La definición de concentración territorial utilizada en este artículo coincide con el concepto de cluster
elaborado por Schmitz (1992: 64), el cual se refiere precisamente a concentraciones espaciales y
sectoriales de empresas (es decir empresas de una misma rama de actividad).
5
Debe notarse que en este análisis no estamos considerando las variables macroeconómicas (tipo de
cambio, salarios reales, tasas de interés, etc.) ni aquellas puestas de relieve por las teorías
convencionales de la organización industrial (colusión oligopólica, barreras a la entrada, concentración y
poder de mercado, etc.). Esto se explica por la necesidad de simplificar el argumento central y de
concentrar la atención en aquellos factores que se encuentran más al alcance de las empresas.
6
El concepto de costos de transacción comprende distintos tipos de costos. Es posible distinguir, en
primer lugar, los costos de utilizar el mecanismo del mercado (Coase 1937), es decir los costos de
búsqueda, negociación y formulación de contratos en la fase preparatoria de las transacciones (ex-ante).
En segundo lugar, la consideración de un eventual comportamiento oportunista durante la fase de

6
complementa a la tecnología como factor condicionante de las estructuras de
mercado. Los efectos del tamaño de la firma en los costos de transacción no son
necesariamente congruentes con los efectos explicados por restricciones de carácter
tecnológico, lo cual sugiere nuevas pistas de investigación sobre las posibilidades de
promover las PEIs con innovaciones institucionales. El diagrama intenta presentar
entonces una visión más amplia y dinámica de los factores que inciden en la
competitividad de la producción a pequeña escala.
En primer lugar se consideran los costos relacionados con la creación actual
de valor a lo largo de la cadena de producción y distribución (ver sección superior del
diagrama 1). Las economías de secuencia se generan cuando los mismos insumos
son utilizados en dos o más etapas a lo largo de esta cadena, y cuando los costos
resultantes de la producción realizada por diferentes empresas (es decir cuando
distintas empresas llevan a cabo las operaciones sucesivas del proceso productivo)
son mayores que los costos de producción de una empresa verticalmente integrada.
Las economías de secuencia se refieren por lo tanto a los costos de los insumos
(Spulber 1993: 544).

Estos costos, así como los costos laborales, pueden disminuir también como
resultado de las economías de escala. Ellas a su vez dependen de las
indivisibilidades, de la especialización y – en el caso de los costos de las instalaciones
7
– de “las leyes físicas y matemáticas” (Nooteboom 1993: 285). Lo mismo puede
decirse de los costos de mercadeo y distribución. Las economías de escala en los
costos fijos pueden atribuirse a las indivisibilidades en la maquinaria y equipo, así
como también a la especialización cuando se trata de funciones administrativas y
gerenciales.

Las economías de diversificación se observan cuando un factor o insumo (o


una estructura de insumos) puede utilizarse en la producción de varios bienes y
servicios, y cuando es más económico producir estos bienes y servicios en una sola
empresa que hacerlo en empresas distintas. Las economías de diversificación se

ejecución, involucra costos de escrutinio, monitoreo y fiscalización (Hoff & Stiglitz, 1991). En tercer lugar,
si los costos anteriores son muy elevados, aparecen los costos de organización. Entre ellos pueden
distinguirse los costos de montaje de las estructuras de gobierno requeridas para llevar a cabo las
transacciones al interior de una empresa, los costos de selección de fuerza de trabajo y maquinaria, y los
costos de coordinación.
7
Scherer sostiene que hay considerable evidencia que confirma “la ley de los dos tercios” aplicada por los
ingenieros para estimar el costo de nuevos equipamientos. En efecto, dado que el área de una esfera o
cilindro de proporciones constantes varía en relación a su volumen elevado a la potencia de dos tercios,
puede esperarse que los costos de construcción de una esfera parte de las instalaciones aumenten en
una proporción inferior al aumento de su capacidad productiva (1980: 82). Esta ley explica porqué en
algunas industrias los costos unitarios disminuyen cuando aumenta la escala de producción.

7
expresan en todos aquellos tipos de costos afectados por la indivisibilidad de la
maquinaria y equipo. Los costos unitarios de los insumos también pueden disminuir
como resultado de complementariedades e interacciones entre procesos productivos.

De otro lado, las economías de experiencia son el resultado de las destrezas


específicas acumuladas a lo largo del tiempo. Ellas refuerzan las economías de escala
derivadas, por ejemplo, de la especialización. Las economías de experiencia inciden
en los costos de los insumos, en los costos de distribución y mercadeo, así como en
los costos financieros mediante los efectos reputación (ver diagrama).

En segundo lugar, el tamaño de la empresa también puede tener efectos


significativos en los costos de transacción (ver la segunda sección horizontal del
diagrama 1). Nooteboom (1993) describe estos efectos al examinar las relaciones de
subcontratación entre usuarios y proveedores de bienes intermedios, y sugiere que el
problema de la “racionalidad limitada” (Williamson, 1985) puede afectar con mayor
severidad a las PEIs. Pueden distinguirse al respecto tres factores:

A. las PEIs generalmente tienen un número más reducido de áreas


funcionales cubiertas por personal administrativo y de gerencia, lo cual
limita en amplitud el acopio y el procesamiento de la información;

B. en general, el nivel educativo en las PEIs es relativamente inferior, por lo


cual se pierde profundidad en la búsqueda de información; y

C. el rol del empresario (quien generalmente también es el dueño) es más


fuerte y dominante, lo cual restringe aún más la amplitud en el acopio y
procesamiento de información, limitando a la vez el nivel de profundidad de
la misma.

Parece entonces que cuanto más pequeño es el tamaño de la empresa,


8
mayores son las limitaciones en la racionalidad del empresario. Nooteboom sostiene
que esto se traduce en costos de transacción más altos, particularmente “en lo referido
a la oferta de servicios profesionales y el control de calidad de los mismos y/o los
esfuerzos de modelar y mantener redes de información” (1993: 16).

8
El rol del empresario puede ser tan dominante en las grandes empresas como en las pequeñas. Sin
embargo, la propiedad y la gerencia están generalmente separadas en empresas grandes, lo cual puede
constituir una ventaja en la medida en que la gerencia responda a las evaluaciones del directorio y de la
junta de accionistas. Este es precisamente el problema del principal-agent examinado en la literatura
contemporánea.

8
Puede advertirse, sin embargo, que el acceso a más información no
9
necesariamente facilita la cooperación. En el caso de la producción a pequeña escala
el acceso a información incompleta sobre fuentes alternativas de servicios y
proveedores podría, por ejemplo, elevar la frecuencia de las interacciones al interior de
un grupo menos numeroso de firmas induciendo, en esa medida, reducciones en los
costos de transacción.

El “oportunismo” es un supuesto de comportamiento aplicable a los agentes


involucrados en una transacción. Dicho supuesto alude a la provisión de información
incompleta o distorsionada ex-ante, al riesgo moral (moral hazard; por ejemplo al
riesgo de incumplimiento después de que los términos contractuales han sido
aceptados); y a la suspensión unilateral de la transacción (Knorringa & Kox, 1992:11).
Los efectos del oportunismo están asociados al anonimato en los mercados, a la
10
especificidad de los activos a la incongruencia de metas (en las relaciones entre

9
En la teoría de juegos se han identificado situaciones en las cuales la información completa conduce a la
indeterminación mientras que la información incompleta facilita la existencia de una solución de equilibrio
(Elster 1989: 4).
10
El concepto de especificidad de activos se refiere a la posibilidad de reasignar los activos, esto es de
utilizarlos en transacciones con otros agentes. La especificidad de activos es el resultado de inversiones
específicas en soporte de una transacción determinada. Williamson (1985) distingue cuatro tipos de
especificidad, dependiendo de que dicha especificidad involucre: a. activos físicos (por ejemplo una
máquina o dispositivo que se utiliza para atender los requerimientos específicos de un cliente particular,

9
empresas), así como a la ausencia o imprecisión en los estándares de desempeño
(Ibíd.).

Por un lado, las PEIs son más sensibles a la incertidumbre debido a que la
escala y la diversificación de la empresa son más reducidas y por lo tanto también son
menores las posibilidades de reducir el riesgo con un portafolio más diverso de

en contraste con maquinaria de propósito múltiple); b. activos humanos (capacitación adecuada a una
tecnología específica, inversión en relaciones personales con determinados agentes, etc.); c. activos
dedicados (ampliaciones de capacidad instalada en respuesta a demandas específicas); y d. localización
(ubicación geográfica de los activos, cercanía a mercados alternativos).

10
DIAGRAMA 1
EFECTOS DEL TAMAÑO EMPRESARIAL SOBRE LA COMPETITIVIDAD DE LAS PEQUEÑAS EMPRESAS INDUSTRIALES
Y POSIBLES RESPUESTAS INSTITUCIONALES
Factores que determinan la Fuentes de los efectos del tamaño de la empresa Efectos (des/economías) Empresas Respuestas institucionales
eficiencia y competitividad pequeñas (nº de (campos de aplicación entre paréntesis)
trabajadores)
Alta correlación
CREACIÓN DE VALOR con
Acciones conjuntas e inversión conjunta
rango vertical
(insumos, finanzas, e infraestructura)
COSTOS VARIABLES Insumos usados en etapas de producción consecutivas reducido
Insumos SECUENCIA (desventaja)
Distribución Especialización (aumento en la productividad) División del trabajo inter-firma (insumos,
Alta correlación
Mercadeo Leyes físicas y matemáticas (costos aumentan mercadeo, finanzas y administración)
con escala
Financieros en Acciones conjuntas (distribución y
reducida
una proporción menor que la capacidad) ESCALA mercadeo)
(desventaja)
COSTOS (SEMI) FIJOS Concentración (distribución
Infraestructura Acciones conjuntas (infraestructura,
Alta correlación
Espacio distribución y servicios de apoyo)
Indivisibilidades (costos de entrada) con diversificación
Administración Concentración (infraestructura,
Gerencia DIVERSIFICACIÓN limitada
distribución, servicios de apoyo y
Complementariedad (insumos, tiempo, riesgos, (desventaja)
mercadeo vía reputación local)
marcas)
Interacción (inseparabilidad de recursos) Correlación con
experiencia Acciones conjuntas o concentración
EXPERIENCIA relativamente corta (insumos)
(desventaja)
Destrezas (eliminación de redundancias)
Reputación (percepción de riesgos más bajos Menor amplitud
Contrato de servicios profesionales en
COSTOS DE (escala),
una red de relaciones personales;
TRANSACCIÓN profundidad
aglomeración para reducir costos de
(educación) y
búsqueda y monitoreo (socios),
- búsqueda, escrutinio y Indivisibilidades (costos de entrada) variedad en acopio
compartir información en la red
selección Racionalidad limitada (contingencias, selección de información
- negociación adversa y riesgo moral) ESCALA
Costos hundidos (solución unilateral);
- formulación de contratos Oportunismo (diversificación del riesgo, DIVERSIFICACIÓN
Y Menos productos, asociaciones y organismos que
y monitoreo vulnerabilidad al oportunismo, tentación de
socios y mercados; promueven reglas de negocios y
- coordinación y engaño, riesgo de defectos)
EXPERIENCIA y menores ventas normas; ‘inserción social’ y acuerdos de
fiscalización Especificidad de activos, frecuencia e
crédito articulado
incertidumbre
ANTICIPACIÓN Menor nivel de División del trabajo inter-firma como
educación/terqued estímulo de ‘economías de capacidad
RyD y capacitación ad; corta distancia cognoscitiva’ compartir información en
Aprendizaje a través de categorías (facilitador y entre mercados y redes personales; concentración:
Información externa limitante; dependencia de contexto y trayectoria) CAPACIDAD decisiones misterios de la industria en el aire vs.
Costos de oportunidad COGNISC. estratégicas riesgos de estrechez cognoscitiva
Carácter tácito del conocimiento (inconsciente)
Nota: los elementos conceptuales básicos del diagrama han sido tomados de Nooteboom (1993: efectos de escala, diversificación, experiencia, y capacidad cognoscitiva) y de Spulber (1993: efectos de secuencia).
El diagrama ha sido adaptado (adición de la última columna) y extendido (incorporando costos de transacción y la cuestión de la anticipación) en función de los objetivos de este artículo.

11
clientes y actividades. Por este motivo, las PEIs son más vulnerables frente al
comportamiento oportunista. De otro lado, estas mismas características generan
mayores suspicacias y sospechas en los socios y clientes potenciales. Esto se explica
porque los efectos negativos del incumplimiento en la reputación de las PEIs son
relativamente bajos (Nooteboom 1993: 290). Así, los efectos de escala, diversificación
y experiencia pueden tener relevancia en lo que se refiere a los costos de transacción
debidos al comportamiento oportunista.

Puede observarse, asimismo, que en las PEIs “los activos adquieren más
pronto un carácter específico en referencia a clientes singulares” (Nooteboom 1993:
292) toda vez que su producción esta frecuentemente orientada a nichos del mercado
así como a la búsqueda de diferenciación. La consiguiente necesidad de establecer
salvaguardas contractuales genera problemas adicionales asociados a las
deseconomías de escala y a la ausencia de registros de información escrita. De otro
lado, los usuarios también incurren en costos de transacción asociados a la
especificidad de los activos (Williamson, 1985) toda vez que necesitan familiarizarse
con el proveedor y sus productos y eventualmente tendrán que recalibrar su proceso
productivo y/o establecer un sistema de monitoreo. Estos costos también son
sensibles a las economías de escala y diversificación.

En tercer lugar, es posible adoptar una perspectiva dinámica para estimar las
(des) ventajas de las PEIs (ver sección inferior del diagrama 1). La capacidad de
anticipar desarrollos futuros en los mercados de productos y factores involucra tres
tipos de costos:

A. Investigación y Desarrollo: son los costos de acopiar información sobre


(nuevas) técnicas de producción, productos, mercados, capital físico y
financiero (incluyendo los programas de calificación requeridos y los costos
de la inversión en capital humano);

B. Los costos del intercambio personal de información. Se supone que no


toda la información puede ser recogida vía investigación y desarrollo. La
complejidad da lugar a intercambios de ideas subjetivas y aun intuitivas vía
contactos y comunicaciones personales (Lambooy, 1991:23).

C. Los costos de oportunidad tanto en términos convencionales como en


términos dinámicos, es decir los costos de no utilizar ciertas tecnologías y
de no producir ciertos productos, en un contexto caracterizado por
mercados crecientemente dinámicos, complejos, diversos y aun hostiles
(Mintzberg, 1979).

12
Los dos primeros tipos de costos están de hecho asociados a la necesidad de
aprender, la cual emerge como respuesta a la amenaza que representan los costos de
oportunidad elevados. El aprendizaje es un proceso de expansión del conocimiento
sobre las opciones disponibles y sus resultados, así como también un cambio en las
preferencias – cambio que involucra un nuevo conjunto de metas, opciones y sus
resultados correspondientes (Nooteboom 1992: 285). El desafío consiste en reducir
los costos asociados restringiendo al mismo tiempo los costos de oportunidad.

¿Pero cuáles son los factores que inciden en los costos de aprendizaje? Si la
capacidad de comunicar y procesar información fuera ilimitada y la información
estuviera completamente disponible, los costos serían reducidos independientemente
11
del tamaño de la firma. Nooteboom adopta, sin embargo, una visión diferente y
relativamente novedosa en la perspectiva económica, la cual tiene implicancias en los
efectos del tamaño de la firma y en sus costos correspondientes:

la percepción, la interpretación y la evaluación se llevan a cabo sobre la


base de categorías que condicionan el conocimiento en el doble sentido
de permitirlo y limitarlo (...). Estas categorías se desarrollan en
interacción con nuestro propio entorno (natural y social), y en esa
medida son dependientes del contexto y de la trayectoria seguida
12
(1993: 286-87).
13
Esta perspectiva descansa en el trabajo de Piaget y en las intuiciones de
Polanyi. Este último pone de relieve la naturaleza focal y secundaria de la conciencia,
derivando la noción del carácter tácito del conocimiento. Si el conocimiento se obtiene
mediante el “aprender haciendo” (learning-by-doing), tiene probablemente el carácter
de conocimiento tácito (tacitness of knowledge) en el sentido de implícito, ajeno o
inconsciente, haciendo difícil su comunicación, monitoreo y transferencia. Además, el
carácter tácito del conocimiento obstruye la autocrítica.

Es posible identificar entonces tres características centrales del aprendizaje:


dependencia del contexto y de la trayectoria (path-and-context-dependency),

11
Los flujos de información pueden estar limitados por la incompatibilidad de incentivos y el
comportamiento oportunista. Además, el tiempo requerido para comunicar la información y las dificultades
para codificarla (a fin de facilitar su comprensión) pueden constituir obstáculos adicionales aun si los
agentes actúan de manera bien intencionada. Los problemas de coordinación y de toma de decisiones en
un contexto de información imperfecta pueden ser enfrentados recurriendo a las pautas dictadas por el
conocimiento y la cultura organizativa que se desarrollan al interior de un grupo social determinado. Ver al
respecto Tirole (1988: 49).
12
El subrayado es nuestro. Ver también al respecto Nooteboom (1992).
13
Piaget caracteriza el proceso de aprendizaje como la formación de categorías en contextos constituidos
por entornos físicos, sociales y culturales, distinguiendo para el efecto cuatro etapas básicas de
asimilación: a) reconocimiento y repetición, b) generalización, c) diferenciación, y d) contraste, lo que

13
conservadurismo cognoscitivo, y la posibilidad de que el conocimiento resultante tenga
un carácter tácito. Las PEIs están en desventaja con respecto a las dos últimas
características debido a lo siguiente:

A. deseconomías de escala en actividades de investigación y desarrollo (ver


al respecto las observaciones anteriores sobre racionalidad limitada);

B. un conservadurismo cognoscitivo relativamente fuerte, debido a niveles


más bajos de educación así como al rol dominante jugado por el
propietario-empresario (lo cual limita la capacidad de seleccionar y de
absorber información externa relevante, y por lo tanto el potencial de
investigación y desarrollo);

C. la importancia del “aprender haciendo” (learning-by-doing) y de la


“capacitación en el puesto de trabajo” (on-the-job-training), lo cual refuerza
el carácter tácito del conocimiento.

Así, una pequeña empresa que desea llevar a cabo actividades de


investigación y desarrollo enfrentará costos promedio elevados debido a
14
deseconomías de escala y de capacidad cognoscitiva. En segundo lugar, la
naturaleza tácita del conocimiento al interior de la empresa hace difícil la auto
reflexión, siendo precisamente esta capacidad – la capacidad de expresar de manera
explícita las características propias en cuanto al producto, la tecnología, el
conocimiento, las normas y los valores – lo que se requiere para convencer a un
15
nuevo cliente o para penetrar un nuevo mercado. De otro lado, una de las ventajas
de las PEIs es la distancia más reducida en las comunicaciones entre el mercado y las
decisiones estratégicas acerca de qué y cómo producir.

involucra una comparación de los nuevos puntos de vista con lo puntos de vista preexistentes
(Nooteboom 1992).
14
Puede advertirse, sin embargo, que los enfoques tradicionales subestiman la magnitud de los recursos
dirigidos a investigación y desarrollo en las empresas pequeñas, debido al interés prácticamente exclusivo
en “actividades de laboratorio”. No se consideran, por ejemplo, las actividades de experimentación
llevadas a cabo – en algunos casos de manera cotidiana – en los propios talleres. Lamentablemente,
dados los límites de este trabajo, no podemos examinar aquí la efectividad de las distintas modalidades
de investigación y desarrollo ni estimar su importancia relativa en la producción a pequeña escala. Es
probable encontrar una gran variedad de experiencias al respecto, debido en parte a la mayor
independencia de los empresarios y al rol que juega su propia idiosincrasia y personalidad. En la medida
en que no están sometidos a las presiones del mercado de capitales, no necesitan adoptar estándares
uniformes de conducta y desempeño. Por último, si bien los empresarios realmente “Schumpeterianos”
parecen representar un porcentaje relativamente reducido del total, en términos absolutos su número
puede ser elevado.
15
La menor educación puede en alguna medida “compensarse” con experiencia, ingenio y destrezas para
resolver problemas, y un entorno difícil puede ciertamente estimular el desarrollo de estas destrezas. Pero
no podemos exagerar las posibilidades abiertas por este desarrollo ni subestimar sus límites. Un bajo nivel
educativo efectivamente reduce las posibilidades de entender, codificar y transmitir información, y en esa
medida debilita la seguridad del empresario y limita su capacidad de innovación.

14
En resumen, las PEI dispersas parecen estar en desventaja en términos de
recursos productivos y también en capacidades cognoscitivas, además de enfrentar
costos de transacción más elevados en comparación a las empresas de mayor
tamaño. De otro lado, sin embargo, en líneas generales las PEIs están mejor
equipadas para supervisar los contratos laborales, tienen menores costos
administrativos, y pueden aprovechar los cambios técnicos e institucionales que
facilitan su acceso a información relevante (Marshall 1961). Además, las PEIs gozan
de ventajas adicionales en la medida en que su comportamiento (Nooteboom 1994a:
20) puede inducir respuestas institucionales dirigidas a remontar los obstáculos
señalados (diagrama 1). Entre los ejemplos ilustrativos de dichas respuestas pueden
destacarse los siguientes:

A. Especialización en procesos (productos intermedios) en un contexto de


relaciones de subcontratación, dirigida a aumentar: 1. la escala de
producción (reduce los costos de ingreso a la actividad, además de elevar
la productividad por especialización); 2. economías de diversificación
(costos de ingreso a la actividad); 3. economías de experiencia (reducción
de costos de insumos y financieros); y potencialmente: 4. economías de
capacidad cognoscitiva (mediante interacciones consultivas
productor/usuario, las cuales pueden eventualmente promover el
aprendizaje y la innovación);

B. Acciones conjuntas (alguna modalidad de “conjunción” de acciones, por


ejemplo cooperación en grupos encargados de tareas específicas, que
necesariamente requieren de una inversión conjunta o un joint venture) a
fin de lograr: 1. economías de secuencia (reducción en costos de
insumos); 2. economías de escala (en distribución, mercadeo, incluyendo
infraestructura y espacio); 3. economías de diversificación (en distribución,
infraestructura, y servicios de apoyo); así como: 4. el establecimiento de
regulaciones y normas comunes en los negocios (reducción del
oportunismo y de los costos de transacción);

C. Participación en alguna red personal de intercambio de información, a fin


de neutralizar costos de monitoreo, evaluación y ejecución de contratos de
servicios profesionales, y quizás también para elevar la capacidad
cognoscitiva de la empresa en el acopio de información externa y en el
aprendizaje (lo cual supone, sin embargo, actitud autocrítica de parte del

15
empresario dominante en relación a su amplitud, profundidad y variedad
cognoscitiva);

D. Concentración territorial de firmas similares para alcanzar: 1. economías


(externas e internas) de escala (en la producción, distribución y en los
esfuerzos de mercadeo); 2. economías de diversificación (en la
infraestructura, distribución, mercadeo, y servicios de apoyo); 3. impacto
de la experiencia en los costos de insumos (mediante experiencias
colectivas enraizadas en hábitos y destrezas laborales); 4. economías de
escala pero especialmente de diversificación en los costos de acopio de
información sobre socios potenciales (reducción de costos de transacción)
y sobre (desarrollos futuros) en mercados y tecnología; así como
eventualmente facilitar: 5. los cambios organizativos mencionados líneas
arriba (ver los incisos A, B, y C).

La consideración de este tipo de respuestas institucionales relativiza la


caracterización de las firmas como “dispersas”. Dichas respuestas inducen algún tipo
de organización externa de las empresas, la cual se orienta a transformar las
deseconomías de una empresa individual en economías externas o de aglomeración.
En este proceso, la aglomeración geográfica de las empresas puede jugar un rol
sustantivo, bien sea en sí misma o en combinación con el desarrollo de relaciones de
subcontratación basadas en la división del trabajo a nivel inter-firma así como en la
constitución de grupos de acción específica y/o redes personales. La proximidad
geográfica se presenta ahora como una dimensión significativa, y por lo tanto será
examinada con mayor detenimiento en el siguiente capítulo.

16
RECUADRO 1
UNA INTERPRETACIÓN ALTERNATIVA DEL FENÓMENO DE LA
CONCENTRACIÓN TERRITORIAL: EL PUNTO DE VISTA DE LA ECONOMÍA
EVOLUTIVA

Con la ayuda de la economía evolutiva, el proceso de aprendizaje puede ser colocado


en el contexto de concentraciones geográficas. La capacidad empresarial tiene un rol
análogo al de una fuente de variación, mientras que el entorno institucional, político y
comercial puede ser visto como el medio ambiente al interior del cual opera el proceso
de selección. La capacidad empresarial puede alterar el medio ambiente mediante
mecanismos de transmisión tales como el crecimiento de la empresa, la formación de
redes, la capacitación, las fusiones, etc. La interacción entre la fuente de variación y el
medio ambiente de selección tiene lugar a nivel micro, meso y macro (Nooteboom
1992: 286-87). Pero luego, el proceso de concentración territorial puede ser concebido
como un mecanismo de transmisión y el cluster o la concentración como un medio
ambiente de selección. Este último opera a nivel meso-económico y es el resultado de
la interacción entre acciones y estrategias empresariales por un lado (la fuente de
variación), y las características territoriales del entorno local (que constituye el medio
ambiente de selección) por el otro. La manera en que las firmas alteran el cluster
depende de mecanismos de transmisión de nivel inferior (por ejemplo la formación de
redes, sistemas de información) o de fuerzas auto-sostenidas (tales como efectos
especiales de aprendizaje, incluyendo entrenamiento de la fuerza de trabajo) que
generan crecimiento en el nuevo contexto. La concentración territorial debe ser
entonces concebida como el contexto en el cual las empresas – por lo menos
parcialmente – desarrollan destrezas, aprenden sobre mercados y tecnología y
aumentan su capacidad de anticiparse, de manera tal que emerge una “capacidad
colectiva de adaptación” (Schmitz 1992). Al mismo tiempo, la concentración cambia
debido precisamente a estas mismas transformaciones.

Finalmente, es posible ilustrar el significado de las economías derivadas de la


proximidad geográfica haciendo referencia a la capacidad cognoscitiva mencionada
líneas arriba. En efecto, las relaciones productor/usuario pueden sostener la
generación de valor agregado adicional, en la medida en que la perspectiva de una de
las partes de la relación constituya una fuente de información externa que deba ser
procesada por la otra parte, y pueda por lo tanto estimular desarrollos cognoscitivos (y
viceversa). Nooteboom (1992: 292) menciona al respecto las “economías de
aprendizaje inter-firma” (cross-firm economies of learning) y las “economías de
capacidad cognoscitiva” (1994b: 3). Las relaciones inter-firma operan como lo hace
una espada de doble filo en un mundo turbulento: ellas no solo complementan la
propia perspectiva de cada empresario, sino que también sirven como filtro de
(agobiantes cantidades de) información externa.

El aprendizaje efectivo en las PEIs ha sido de esta manera colocado en el


contexto de las relaciones entre empresas. De esta visión pueden derivarse
conclusiones radicalmente distintas sobre, por ejemplo, la capacidad de innovación de

17
las PEIs, en contraste con lo que uno podría inferir líneas arriba acerca de las PEIs
dispersas: la dependencia del contexto y de la trayectoria es la clave para
contrarrestar problemas asociados al carácter tácito del conocimiento y al
conservadurismo cognoscitivo en las PEIs.

18
CAPÍTULO 2
LA CONCENTRACIÓN TERRITORIAL/SECTORIAL: UN MARCO TEÓRICO

En el capítulo anterior se puso de relieve la generación de economías de


escala, diversificación, experiencia y capacidad cognoscitiva, como resultado de
respuestas estratégicas de PEIs dispersas orientadas a compensar desventajas
derivadas del tamaño en cada una de estas dimensiones. Algunas de estas
respuestas han sido asociadas a la generación de economías externas y/o internas.
Todas ellas involucran a las empresas en algún tipo de organización inter-firma. En
este capítulo examinamos dichas respuestas considerando la distinción entre las
16
dimensiones funcional y territorial del entorno de las firmas. Para el efecto
analizamos de manera ordenada las ventajas correspondientes, considerando de
manera explícita el rol jugado por la proximidad geográfica en la interacción entre
empresas de una misma rama industrial.

Las economías externas se vinculan a la dimensión funcional del entorno


(Asheim 1994: 93), mientras que las economías de aglomeración están asociadas a la
dimensión territorial. Consideremos en primer lugar la dimensión funcional. Las
economías externas o externalidades se definen como los efectos tecnológicos y/o
pecuniarios que se derivan de “las interdependencias en las funciones de utilidad y/o
producción” (Pierce 1986: 144-45). Estas economías han sido tradicionalmente
entendidas como el resultado de la ausencia de mercados que faciliten la asignación
de los efectos de las interdependencias. Implícitamente, la tendencia ha sido examinar
17
los efectos negativos de la producción de una empresa en las actividades de la otra.

La situación se revierte, sin embargo, cuando las firmas deliberadamente se


involucran en relaciones que no son de mercado: la firma A puede producir
deliberadamente un insumo para la firma B teniendo en cuenta la demanda de esta
última, mientras que la firma B puede ofrecer (o mejorar) algunos insumos utilizados
por su proveedor. Una dependencia mutua de este tipo entre las funciones de utilidad
y/o producción emerge en un contexto caracterizado por la división del trabajo

16
Podríamos considerar también las dimensiones macroeconómica e institucional. No lo hacemos para no
complicar más el argumento. Puede advertirse, sin embargo, que la dimensión institucional del entorno
mantiene estrecha relación con los costos de transacción generados en las distintas interacciones
económicas (North 1990). Las instituciones pueden facilitar las transacciones en la medida en que afectan
los costos de llevarlas a cabo. En nuestro marco teórico, las instituciones inciden en las economías
generadas en el entorno territorial de las empresas.
17
Por ejemplo en el caso de ausencia de mercados para un factor de producción común que es producido
por la firma A fuera del radio de influencia de la firma B. Se asume que esto afecta las posibilidades de

19
inter-firma, la especialización y las acciones conjuntas. Pueden derivarse economías
externas que se traducen en precios más bajos y/o calidades más elevadas de
insumos, innovación, y reducción del tiempo requerido para lanzar nuevos productos
al mercado. Estos efectos contribuyen al desarrollo general del entorno externo, sea
que se trate de una red industrial, de una aglomeración, o de una industria entera. La
generación de economías externas es entonces una de las modalidades mediante las
cuales las PEIs compiten con empresas grandes verticalmente integradas.

La especialización vertical genera economías externas de escala y


diversificación así como también, en el largo plazo, economías de experiencia y
eventualmente de capacidad cognoscitiva. Este último efecto dependerá de la
interacción de las firmas con respecto al cruce de perspectivas y al desarrollo de un
lenguaje común (Nooteboom 1992). Asheim pasa por alto este aspecto, sosteniendo
que la sola especialización en productos es suficiente en la medida en que “limita el
espectro productivo, estimula la adquisición de conocimiento especializado, (y) facilita
la introducción de nueva tecnología” (Ibíd.). El énfasis anterior en la calidad de las
interacciones entre empresas hace que la relación entre especialización vertical e
innovación sea menos directa y categórica.

La hipótesis es que la concentración geográfica de empresas puede facilitar la


división del trabajo inter-firma. El argumento se elabora en dos etapas: 1. las
transacciones entre PEIs son de escala reducida, de contenido variado y cambiantes
18
en el tiempo ; 2. el otro lado de la moneda de la división del trabajo es el aumento en
los costos de búsqueda de materiales e insumos que ensamblen y hagan juego –
costos de transporte, pérdidas de tiempo y acopio de información en el caso de
transacciones de mercado – y alternativamente, en el caso de relaciones de largo
plazo, riesgos de comportamiento y consecuentemente costos más altos de escrutinio,
monitoreo y fiscalización. La cercanía puede contribuir a reducir estos costos, lo cual
resulta indispensable cuando se trata de transacciones pequeñas y cambiantes.

El fenómeno de la reducción de costos mediante la aglomeración, en un


contexto de generación de economías externas vía la especialización, pone de relieve
la necesidad de definir con más precisión el concepto de economías de

producción de la firma B; y que la firma A no toma en cuenta dicho efecto en la medida en que paga un
precio igual a cero por producir dicho factor.
18
Ver la nota a pie de página anterior. Las características de los mercados de productos inducen
transacciones de tamaño reducido, variadas y cambiantes.

20
19
aglomeración. Estas economías se definen como la medida en que la proximidad
geográfica y sus efectos relacionados (como son, por ejemplo, los rasgos
socioculturales específicos de un entorno local) aumentan las economías externas e
internas así como también, eventualmente y en el largo plazo, las capacidades
dinámicas de las empresas. A continuación presentamos una manera de clasificar
estas economías.

Un primer tipo se define como la medida en que se reducen los costos de


búsqueda y apareo (search and matching), una reducción que puede resultar
significativa tanto para productores (a lo largo de la cadena de producción,
independientemente del grado e incidencia de la especialización) como para
20
consumidores finales y otros tipos de clientes (tiendas, mayoristas). Una mera
concentración de empresas es suficiente para facilitar reducciones en los costos de
21
transporte y en las pérdidas de tiempo.

Esta búsqueda y adecuación también comprende el acopio de información


sobre productos, mercados, técnicas, materias primas y componentes (esta
información es valiosa para el productor pues le permite mejorar la relación
precio/calidad/adecuación al mercado de un producto).

A medida que la información fluya más libremente, y que las reglas, normas y
valores estimulen su circulación, el rol jugado por las características socioculturales e
institucionales del entorno territorial local cobrará mayor importancia. El resultado
puede ser la difusión de información aun en ausencia de transacciones y/o fuera del
ámbito de las relaciones orgánicas entre empresas. Todas las empresas en este
entorno tendrían mayores posibilidades de obtener información valiosa. Esto es
precisamente a lo que Marshall se refería al afirmar que los misterios de la industria
“están en el aire” (1961: 271).

19
Este concepto incluye las economías de urbanización y de localización. Las primeras se asocian a la
convergencia geográfica de distintas industrias mientras que las segundas se refieren al caso de
empresas industriales similares localizadas en una área definida.
20
Las ventajas de información a los compradores pueden hacer que una zona se convierta en altamente
“comercial”. Los clientes acuden debido a su buena reputación (precios bajos, amplia variedad, calidad
razonable). Las empresas pueden abrir puestos de venta cerca de sus talleres sin incurrir en costos de
distribución y mercadeo excesivos. Por el contrario, estos costos permanecen en niveles reducidos. La
cercanía a los consumidores o a mercados mayoristas tiene una gran relevancia (Lambooy, 1993:10-11).
Puede observarse al respecto, que la medida en que la localización en un área comercial se traduce en
mayores volúmenes de producción, precios más bajos de insumos debido a descuentos, crédito más
barato, etc. constituye otro tipo de economía de aglomeración que opera vía economías internas de
escala.
21
Si la fuerza de trabajo también está localizada en la concentración territorial o en sus alrededores, la
capacidad interna de producción puede hacerse más flexible sin necesidad de incurrir en costos de
búsqueda más elevados.

21
Un segundo tipo de economías de aglomeración comprende el acopio de
información sobre personas (proveedores, compradores, supervisores, trabajadores
especializados, socios potenciales para algún negocio). Esta es una de las fuentes
importantes de los costos de transacción que emergen en un contexto de
especialización en procesos y de relaciones de subcontratación de largo plazo,
relaciones que reemplazan las transacciones de mercado (y que consecuentemente
reducen los costos recurrentes de búsqueda y apareo). La necesidad de información
está inversamente relacionada con la confianza (trust).

La confianza, a su vez, se relaciona con la experiencia personal pero también


es el resultado de procesos colectivos que definen las reputaciones. Estas últimas
reducen los costos de escrutinio, monitoreo y fiscalización, y la medida de esta
reducción constituye precisamente el segundo tipo de economías de aglomeración. Ya
que descansan en experiencias personales y colectivas, dependen de la intensidad
con la que se comparte información en el cluster, y de la medida en que los riesgos
asociados al comportamiento son controlados a priori cualquiera sea el mecanismo
(normas sociales, vínculos familiares, crédito articulado, servicios de información
pública, asociaciones empresariales, etcétera).

Asheim (1994: 95-96) sostiene que las economías de aglomeración también


inciden en la facilidad con la que tienen lugar las transacciones, pero extiende el
razonamiento en términos dinámicos al añadir al listado la generación de destrezas
locales y las capacidades de innovación. Haciendo referencia a Marshall y al
concepto de “distrito industrial”, Asheim percibe que las economías de aglomeración
tienen:

A. un rol independiente como “aspectos territoriales específicos de la


concentración geográfica de la producción industrial” y, simultáneamente,

B. un carácter cualitativo y específicamente sociocultural (Ibíd.)

“El conocimiento mutuo y la confianza” así como la “atmósfera industrial” son


términos claves en este enfoque (Marshall 1961). Por un lado, la confianza reduce los
costos de transacción mediante “una red efectiva de información a nivel del distrito”.
Por el otro, la atmósfera industrial induce la generación de destrezas mediante la
preservación de ciertos hábitos (responsabilidad, cuidado y cumplimiento), los cuales
se diseminan en un área determinada y dan lugar a una aptitud general para
comunicarse en el lenguaje especializado de la producción industrial.

Estos dos factores estimulan la innovación, la cual se concibe de manera


explícita como un proceso “condicionado por la proximidad espacial y la

22
homogeneidad cultural” (Asheim 1994: 95-96). Así, con el paso del tiempo el segundo
tipo de economías de aglomeración puede traducirse en un aumento de las
capacidades dinámicas de las empresas. La introducción del concepto de “inserción”
de las transacciones en un entorno sociocultural determinado (embeddedness),
expresa el intento de hacer explícitas las condiciones bajo las cuales las innovaciones
22
se nutren de un terreno surcado por los eslabonamientos entre empresas.

En tercer y último lugar, pueden distinguirse fuerzas de aglomeración que no


tienen relación alguna con costos de transacción, normas socioculturales y valores. En
efecto, la mera concentración de empresas similares estimula “el desarrollo de
proveedores especializados de insumos que abastecen a los numerosos clientes
localizados a los alrededores (...), las reducciones de costos emergen vía economías
de escala (...) en las empresas proveedoras, y por lo tanto se consideran como
economías internas a las firmas” (Pierce, 1986). Así, el tercer tipo de economías de
aglomeración refuerza las economías internas de escala basadas en la
especialización (ver el diagrama 1).

Es preciso añadir que la concentración geográfica de pequeñas empresas


puede ser también el resultado de políticas gubernamentales (Scott & Storper, 1992:8)
o de una localización estratégica, por ejemplo en una “zona bisagra” entre un espacio
de producción centralizada y un centro de acopio y distribución de productos finales
que vincula a la capital con otras regiones del país, sin que jueguen un rol las
economías de aglomeración y/o las economías externas.

En resumen, el concepto de economías de aglomeración es, en cierto sentido,


más amplio que el de economías externas. En primer lugar porque las economías de
aglomeración refuerzan a las economías externas (gracias a la proximidad geográfica
o a rasgos socioculturales específicos de una economía local), luego porque las
primeras operan independientemente de las segundas (reducciones de costos de
búsqueda y emparejado), y finalmente porque el concepto de economías de

22
En contraste con esta perspectiva, Scott & Storper excluyen las precondiciones socio-culturales del
concepto de economías de aglomeración, afirmando que la aglomeración simplemente `facilita las tareas
de interacción y transacción toda vez que la proximidad se traduce en menores costos y mayores
oportunidades para compatibilizar necesidades y capacidades'(1992:17). La falta de confianza puede
contrarrestar esta ventaja. Además, la posibilidad de retención asimétrica de información privilegiada
puede ser significativa, así como la necesidad de mantener inventarios de reserva de ciertos insumos
críticos. En el enfoque de Scott & Storper, las ventajas de la aglomeración se reducen a transacciones
eficientes debido a la proximidad geográfica, a la disponibilidad de recursos locales y a ciertas
características del mercado de trabajo local. La generación de destrezas locales no está garantizada, ni
tampoco un nivel más alto de innovaciones. Estos autores tienden así a enfatizar solamente el primer tipo
de economías de aglomeración.

23
aglomeración también comprende diversos tipos de economías internas. Nuestro
argumento puede ilustrarse con ayuda del diagrama 2.

Otra manera de entender el concepto es observando que las economías de


aglomeración están relacionadas por un lado con los costos de transacción, y por el
otro se traducen en reducciones de costos internos a las empresas en el proceso de
creación de valor. La distinción entre economías externas y de aglomeración es más
nítida ahora: las segundas suplementan a las primeras mientras que al mismo tiempo
refuerzan las economías internas. Esto nos permite afirmar, sin riesgo de complicar el
argumento, que la fusión de economías externas y de aglomeración es decisiva para
que las concentraciones geográficas de pequeñas empresas sean competitivas.

A estas alturas ya estamos en condiciones de refinar la idea original


presentada en nuestra introducción. La mutua interacción entre las pequeñas
empresas y su entorno territorial juega un rol crítico que contribuye a definir su nivel de
competitividad. Una condición importante al respecto es cierta combinación de
23
características regionales y peculiaridades de las propias firmas. En el siguiente
capítulo presentamos la evidencia relevante sobre el particular.

Para concluir este capítulo, examinemos nuevamente los distintos tipos de


respuestas colectivas e institucionales que pueden eventualmente incidir en los
efectos del tamaño de las empresas sobre el potencial de economización de costos
(diagrama 1). La especialización en un contexto caracterizado por la subcontratación
está claramente vinculada a las economías externas, aun cuando dichas economías
24
pueden ser reforzadas por la concentración territorial de empresas. Sin embargo,
tales procesos se dan con mayor probabilidad en caso que se hayan cumplido ciertas
condiciones de mercado (ver Recuadro 2).

En segundo lugar, la concentración territorial de las empresas puede a su vez


elevar sus economías internas. Estas concentraciones pueden dar lugar también a
desarrollos locales específicos, estimulando una “inserción” sociocultural de las
transacciones así como la generación de destrezas e innovaciones (particularmente
25
en un contexto de división del trabajo entre empresas).

23
El contexto global -- macroeconómico e institucional -- juega también un rol muchas veces decisivo
(políticas monetaria, comercial y tributaria, y su impacto en tasas de interés y tipo de cambio, demanda
doméstica y costos de transacción). Las limitaciones en la infraestructura física también constituyen un
factor significativo.
24
A través de la proximidad, y la disponibilidad y variedad de recursos e información.
25
Estas innovaciones pueden tener efectos potencialmente significativos, y se registran principalmente: 1.
a nivel de planta; 2. en las interacciones productor-usuario; 3. de manera acumulativa (Villarán, 1994).

24
En tercer lugar, las acciones conjuntas orientadas a tareas y objetivos
específicos se traducen en economías externas. Pero en la medida en que
dichas acciones tienen lugar con mayor facilidad al interior de una “atmósfera
industrial” caracterizada por cierto grado de confianza mutua, o se ven
estimuladas por la simple proximidad geográfica, ellas corresponden a la
categoría de economías de aglomeración. Finalmente, la organización de una
red personal de información por iniciativa de una empresa puede considerarse
entonces como una alternativa costosa en comparación con las tres primeras
estrategias: no genera economías externas, ni está vinculada a los efectos de
aglomeración per se.

25
DIAGRAMA 2
UNA REPRESENTACIÓN ESTÁTICA DE ECONOMÍAS DE AGLOMERACIÓN

+
+

Precio/calidad y
economías externas adecuación al economías internas
mercado AE3: +

AE2: +
Costos de transacción
+
Búsqueda y comportamiento

entorno funcional:
división de trabajo entre AE1: +
empresas (subcontrata)
entorno territorial:
‘atmósfera local’,
confianza, e ‘inserción’
concentración de
firmas

Nota: AE1, AE2, y AE3 se refieren a los tres tipos de economías de aglomeración, excluyendo al aspecto dinámico del segundo tipo, que es relacionado con capacidades
dinámicas de las firmas.

26
RECUADRO 2
SOBRE “DISTRITOS INDUSTRIALES EL MERCADO: UNA
DIMENSIÓN DESCUIDADA EN LA LITERATURA” EN LOS PAÍSES
INDUSTRIALIZADOS

Queremos enfatizar al respecto el rol de los mercados de productos


en reforzar la re-emergencia de pequeñas empresas, particularmente
bajo la modalidad de constelaciones como en los “distritos industriales”
de los países industrializados (ver al respecto Pyke et al. 1990, 1992) y
como en las concentraciones territoriales en los países menos
desarrollados (Nadvi y Schmitz 1994). Los mercados son hoy más
diversificados, complejos y dinámicos (Mintzberg, 1979; Huppes, 1992).
La diversificación conduce a la ruptura de los economías internas de
escala, mientras que la complejidad y el dinamismo erosionan las
economías internas de secuencia y diversificación. El resultado es una
desintegración horizontal y vertical de la producción respectivamente,
de manera que un mayor número de productores empiezan a operar en
cierta etapa del proceso, desempeñando un número más reducido de
funciones. Además, tiende a subcontratarse un número creciente de
actividades que pasan a ser realizadas por empresas verticalmente
especializadas. En este contexto pueden lograrse economías externas,
lo cual ofrece incentivos para organizar la producción en “complejos” de
plantas, es decir en redes de empresas funcionalmente
inter-dependientes (Scott y Storper 1992: 5). La fuerza de una
organización de este tipo puede estar inicialmente relacionada con una
mayor adecuación al mercado: la producción de lotes más pequeños es
congruente con la mayor diversidad, la flexibilidad productiva responde
a las características dinámicas de los mercados y, simultáneamente, la
capacidad de innovación permite enfrentar los desafíos de una mayor
complejidad. En segundo lugar, los incentivos del mercado pueden
también operar induciendo reducciones en los costos de transacción y
de producción. En resumen, y en términos del diagrama 1, la
productividad aumenta, los costos de oportunidad en el sentido
dinámico disminuyen y los efectos externos de la amplitud cognoscitiva
pueden materializarse.

27
CAPÍTULO 3
ECONOMÍAS EXTERNAS Y DE AGLOMERACIÓN EN EL COMPLEJO DE GAMARRA

El objetivo de esta sección es examinar las características de las empresas


localizadas en la principal concentración territorial y sectorial de la industria de confecciones
en Lima, Perú. El examen pone de relieve los rasgos básicos de la organización externa de
la producción, en particular el nivel de especialización vertical y horizontal, la importancia
relativa de las relaciones de subcontratación, y las modalidades concretas de cooperación
inter-firma. Nuestro análisis intenta develar en qué medida la concentración geográfica se
26
nutre de estrategias empresariales generadoras de economías externas , y en qué grado
ella es el resultado de otras ventajas de la aglomeración.

La producción de prendas de vestir en Lima está concentrada en la zona conocida


como Gamarra, un área de aproximadamente 35 manzanas en el centro de la ciudad, en la
cual se localizan “más de 6,800 establecimientos de diferente índole, siendo los más
significativos los dedicados a la industria y el comercio de confecciones y telas” (Ponce,
1994: 140). La zona estuvo poblada, hace ya muchos años, por viviendas familiares.
Actualmente sus calles están inundadas por vendedores ambulantes, consumidores y
productores, quienes transitan por las numerosas galerías construidas en lo que hoy en día
constituye una de las zonas más intensamente comerciales de la ciudad de Lima.

Gamarra es conocida localmente como “el Taiwán peruano” o “la Victoria


empresarial”. En febrero de 1994 realizamos una encuesta dirigida a conocer las
características de esta notable concentración territorial de empresas en el Perú. El marco de
la muestra escogida comprendía a empresas formales con 100 o menos trabajadores, las
27
cuales fueron estratificadas por distrito. En primer lugar se seleccionó el distrito de La
Victoria, en el cual se localiza Gamarra. En segundo lugar, en la categoría de empresas más
dispersas localizadas en otros lugares de Lima, se hizo una distinción entre distritos
residenciales y distritos de bajos ingresos. Para el efecto se utilizó una técnica de muestreo

26
Por ejemplo a través de la subcontratación. Sin embargo, una firma organiza su producción y determina su
estrategia de mercadeo de acuerdo a las características específicas del mercado al cual se orienta. Asumimos
que existe una relación entre estas características y las diversas estrategias de subcontratación observables, aún
cuando no examinamos dicha relación en este artículo.
27
La muestra fue tomada del Registro Unificado del Ministerio de Industrias a junio de 1993, el cual incluía 5,228
empresas confeccionistas. En octubre de 1994, se encontraban registradas un total de 9231 empresas
confeccionistas en Lima metropolitana y el Callao (8490 de prendas de vestir y 741 de tejidos de punto). A esa
fecha, el número de empresas con registro localizadas en el resto del país fue de aproximadamente 4,000. De
otro lado, se estima que el número de confeccionistas informales asciende a aproximadamente 12,000 en todo el
país. En suma, la industria de confecciones cuenta a nivel nacional con aproximadamente 13,200 empresas
registradas y con un número similar de empresas informales. Ver al respecto Abugattas (1994).

28
28
en dos etapas, a fin de seleccionar tres distritos de bajos ingresos. El tamaño total de la
muestra fue de 130 empresas y la tasa de respuesta fue de 79 por ciento.

En las líneas que siguen presentamos un análisis comparativo de las empresas de


Gamarra en relación a empresas más dispersas localizadas en otros distritos de Lima.
Empezaremos con algunas características básicas de las empresas como tamaño y ventas
brutas.

En primer lugar, puede observarse que las empresas de Gamarra son grandes
comparadas con aquellas localizadas en distritos de bajos ingresos y en otras zonas de La
29
Victoria (La Victoria/FG), aunque más pequeñas comparadas con sus contrapartes de los
distritos residenciales (cuadro 3.1). Usualmente tienen dos establecimientos: un taller (fuera
30
de la vivienda del empresario) y una tienda (o puesto de ventas). Están entonces
integradas “hacia adelante” en el mercadeo de sus productos (al menudeo y al por mayor
simultáneamente), mientras que las empresas de otros distritos generalmente no tienen
puntos de venta.
Cuadro 3.1
tamaño empresarial por distrito (en términos del número de
trabajadores, incluyendo al empresario)
Número de
Distrito Promedio Desv. St. Test F Probabilidad
observaciones
Distr. residenciales 30 16.2 23.9 2.67 0.052
Gamarra 24 10.4 16.4
Áreas de bajos ingr. 31 6.2 4.4
La Victoria/FG 18 5.8 5.2

Las empresas de distritos de bajos ingresos así como aquellas de La Victoria/FG son
frecuentemente “microempresas” (de 1 a 4 trabajadores, incluyendo al empresario), mientras

28
En este sentido la muestra no es representativa de la industria de confecciones limeña. En primer lugar porque
el marco muestral (Registro Unificado) solo incluye a las empresas formales. En segundo lugar porque nuestra
estratificación podría generar un sesgo hacia empresas que hipotéticamente tienen mayor viabilidad económica
(aquellas localizadas en Gamarra y en los distritos residenciales). Por último, el procedimiento de muestreo en
dos etapas nos condujo a seleccionar dos asentamientos que corresponden con las primeras olas de migrantes
(San Martín de Porras y El Agustino), y solamente un asentamiento de origen más reciente (San Juan de
Lurigancho). Este último es probablemente más representativo de la mayoría de los “pueblos jóvenes” de Lima.
29
La zona de Gamarra comprende aproximadamente el 30 por ciento del territorio distrital de La Victoria. De las
50 empresas inicialmente seleccionadas en este distrito, 41 respondieron la encuesta. De ellas, 24 estaban
localizadas en Gamarra y las 17 restantes en otras zonas de La Victoria, es decir fuera del complejo de Gamarra
tal como éste ha sido definido por Ponce (1994). Las estamos considerando entonces como dos grupos
diferentes: La Victoria/FG se refiere a las 17 empresas de La Victoria que están fuera de Gamarra.
30
Hemos clasificado a las empresas de la muestra tomando en cuenta el uso de la vivienda para actividades
empresariales así como el grado de integración “hacia adelante” (puestos de venta). Esto nos permite distinguir
cuatro tipos: empresas domésticas simples (taller-vivienda), talleres simples (fuera de la vivienda), empresas
domésticas extendidas (taller-vivienda con uno o más puestos de venta fuera de la vivienda) y talleres extendidos
(taller fuera de la vivienda con uno o más puestos de venta). Las empresas de Gamarra son generalmente de
este último tipo.

29
que las empresas de Gamarra se encuentran, en promedio, en el rango de “pequeñas” (de 5
a 19 trabajadores). Hemos sostenido, en los capítulos anteriores, que las empresas que
forman parte de una concentración territorial pueden potencialmente explotar economías de
escala con respecto a los costos de insumos, mano de obra, distribución, mercadeo,
espacio, infraestructura, gerencia y administración. Aun cuando no fue posible conseguir
31
información sobre estos costos , sí disponemos de cifras sobre ventas mensuales y empleo
promedio durante 1993.

En segundo lugar, la evidencia recogida indica que las ventas mensuales por
trabajador durante 1993 fueron significativamente superiores en las empresas de Gamarra
en relación a aquellas localizadas en otros distritos (cuadro 3.2). Este indicador del
desempeño de las firmas combina la influencia del volumen de producción y de los precios
de venta, y por lo tanto puede ser interpretado de distintas maneras.

Cuadro 3.2
ventas promedio mensuales por trabajador en 1993, por distrito
(en US$)
Distrito Número de Promedio Desv. St. Test F Probabilidad
observaciones
Distr. residenciales 28 510 354 5.94 0.0009
Gamarra 23 1148 852
Áreas de bajos ingr. 31 660 777
La Victoria/FG 17 380 346
Nota: Las cifras de este cuadro se refieren a ventas brutas, e incluyen las ventas de productos (parcialmente) fabricados
por empresas subcontratistas. De otro lado, las estimaciones han sido corregidas por un factor que permite expresar las
32
magnitudes en términos de jornadas “a tiempo completo”. Puede ocurrir, sin embargo, que la duración de la jornada de
trabajo sea distinta en los cuatro grupos considerados, lo cual explicaría parcialmente las diferencias registradas.
Lamentablemente, no contamos con la información necesaria para estimar la incidencia de esta probable fuente de
variación.

En efecto, si suponemos que la mayor magnitud de las ventas brutas por trabajador
en las empresas de Gamarra se explica por mayores volúmenes, caben aún tres
posibilidades: 1) su productividad es relativamente elevada; 2) la jornada de trabajo es de
mayor duración; y/o 3) las empresas recurren más intensiva o extensivamente a la
subcontratación. De otro lado, si asumimos que las diferencias observadas expresan un
“efecto-precio”, también podemos distinguir tres factores: 4) la calidad de los bienes

31
Los errores no-muestrales son generalmente significativos en los estudios sobre PEIs en los países en
desarrollo, debido en parte a las dificultades que los empresarios tienen para registrar y recordar la información
relevante (Liedholm 1992).
32
Por ejemplo, para una empresa que cuenta, además del empresario, con dos trabajadores contratados a
tiempo completo, y con un familiar que solo trabaja un 60 por ciento de la jornada, la magnitud el factor de

30
producidos en Gamarra puede ser relativamente superior a la calidad de productos similares
confeccionados, por ejemplo, en las áreas de bajos ingresos; 5) las presiones para elevar la
rotación de inventarios son relativamente menores en Gamarra debido a la menor necesidad
de ofrecer descuentos, lo cual a su vez se explica por la concentración de la demanda en
esta zona; y 6) los márgenes de ganancia son más altos en Gamarra.

La pregunta obvia es cuál de estos factores contribuye a explicar, en mayor medida,


los diferenciales registrados en el cuadro anterior y en particular el alto registro
correspondiente a las empresas de Gamarra. La precariedad de los registros contables de
las empresas así como los errores no muestrales señalados en una nota anterior no
permiten conseguir información suficientemente confiable como para formular una respuesta
categórica. Pero el problema puede resolverse de manera indirecta recurriendo a
información complementaria.

Como se señaló líneas arriba, las empresas de Gamarra típicamente desempeñan


las funciones de transformación física de los insumos y de comercialización de sus
productos, incluyendo ventas a consumidores finales. Esta característica explica
parcialmente las diferencias de tamaño. Puesto en otros términos, un tamaño de empresa
relativamente elevado en Gamarra no implica automáticamente una mayor escala de
producción, y en consecuencia tampoco da lugar, necesariamente, a los efectos asociados a
la escala (basados en la especialización y las indivisibilidades). De otro lado, las economías
internas de escala pueden a su vez explicarse por la especialización en líneas de productos.
De hecho, según los resultados de la encuesta, el 65 por ciento de las empresas localizadas
en Gamarra reportaron estar especializadas en una línea determinada, en contraste con
porcentajes bastante más bajos que expresan mayor diversidad en la producción llevada a
cabo en otros distritos. Este resultado sugiere que las empresas más pequeñas de esta
concentración enfrentan mejores condiciones para afinar la división del trabajo intra-firma y
para aprovechar las ventajas de la especialización de los trabajadores, en comparación con
empresas similares localizadas en otras zonas.

Una segunda vía para elevar la productividad por trabajador es la experiencia. La


información generada revela que el 62 por ciento de las empresas de Gamarra empezaron a
operar antes de 1985, en contraste con un 46 por ciento para la muestra en su conjunto. Los
efectos de la experiencia pueden ser internos a las firmas; pero el hecho de que una
industria se vaya haciendo de una historia en una localización particular, puede dar lugar

corrección sería de 0.9 [(1+1+1+0.6)/4]. Nuestros resultados econométricos revelan que este factor NO está
correlacionado con el tamaño de la empresa.

31
también a economías externas, territorialmente definidas, que afectan positivamente la
productividad de los trabajadores y la capacidad de los empresarios.

En síntesis, las diferencias en productividades pueden contribuir a explicar las


diferencias registradas en las ventas brutas por trabajador que se presentan el cuadro
anterior. Pueden destacarse también los efectos internos de la escala de producción
relacionados con la especialización en líneas de productos y la consiguiente división interna
del trabajo, así como los efectos internos y externos de la experiencia. Es preciso señalar,
sin embargo, que las buenas conexiones de los empresarios de Gamarra con los mercados
regionales del interior del país y de las zonas fronterizas, pueden jugar un rol decisivo al
facilitar la especialización en productos al interior de la concentración. Quizá son estas
conexiones comerciales las que estimulan los procesos señalados; las microempresas más
eficientes de Gamarra reciben los beneficios asociados a mayores ventas, y en
consecuencia crecen. El catalizador principal no sería entonces la escala interna de
operaciones sino más bien la conjunción de los efectos externos señalados.

Queda aún por examinar la incidencia de otras variables como la duración de la


jornada de trabajo, el porcentaje de la producción que se subcontrata, la calidad de los
productos, los descuentos ofrecidos a los clientes y los márgenes de ganancia. El efecto de
diferencias en la duración de la jornada ha sido parcialmente considerado en las
estimaciones (ver nota del cuadro 3.2). De otro lado, no contamos con información sobre la
calidad relativa de los productos ni sobre el rol y la magnitud de los descuentos.
Consideramos muy poco relevante la posibilidad de que los altos valores de ventas brutas
por trabajador registrados por las empresas de Gamarra puedan atribuirse a márgenes de
ganancia más elevados. De hecho, la reputación de Gamarra descansa precisamente en los
bajos precios de las confecciones comercializadas en esta zona. Tampoco la
subcontratación parece explicar este resultado, toda vez que, como explicaremos con mayor
detalle más adelante, las empresas localizadas en Gamarra subcontratan menos actividades
en comparación con las empresas de los otros distritos.

En conclusión, el nivel relativamente elevado de ventas brutas por trabajador que


muestran las empresas de Gamarra parece expresar una productividad más alta y
probablemente también una combinación de dos efectos: una jornada de trabajo más larga y
una mayor calidad de los productos. Es preciso mencionar, además, las buenas conexiones
de los empresarios de esta zona con diversos mercados regionales en el interior del país.
Estas conexiones pueden ser interpretadas como un efecto de carácter externo, es decir
dependiente del desarrollo general de la industria, pero cuya incidencia está territorialmente
localizada. La magnitud de dicho efecto parece ser considerable, en la medida en que

32
resulta de la multiplicación de un número relativamente elevado de trabajadores por un valor
relativamente alto de ventas brutas por trabajador.

En tercer lugar, los resultados de la encuesta permiten comparar el desempeño de


empresas de diferente tamaño independientemente de su localización. El cuadro 3.3
presenta la información relevante al respecto. Para la muestra tomada en su conjunto, las
empresas más grandes entre las micro y las pequeñas tienen un mejor desempeño,
confirmando la noción convencional de que “más grande es mejor” (ver la última fila del
cuadro). Puede observarse, sin embargo, que las ventas por trabajador son menores en las
empresas medianas. Además, el coeficiente de correlación entre tamaño y ventas por
trabajador es reducido (0.17).

Una vez que desagregamos las cifras por distritos, se observan nuevos matices. Un
mayor tamaño aún incide positivamente en el desempeño tanto en los distritos de bajos
33
ingresos como en La Victoria/FG. Este no es el caso, sin embargo, en las empresas de
Gamarra ni en aquellas de los distritos residenciales. En efecto, la cifra más alta de ventas
por trabajador en Gamarra se registra en el rango inferior de la categoría de pequeñas
empresas, superando a las empresas del rango intermedio y aún a las empresas
34
medianas.

Una hipótesis que explicaría este resultado es que las empresas de mayor tamaño
recurren más intensivamente a la subcontratación de servicios de confección y acabados
ofrecidos por las empresas más pequeñas. Si una empresa X subcontrata los servicios de
una empresa Y para llevar a cabo una etapa intermedia del proceso productivo, las ventas
aparecen registradas en la empresa X mientras que el empleo requerido en dicha etapa se
registra en la empresa Y. La subcontratación genera entonces un sesgo que sobreestima el
desempeño de la empresa que subcontrata (X) y subestima el de la empresa subcontratada
35
(Y).

Poniendo de lado las cifras anteriores se podría considerar la hipótesis alternativa, es


decir que son las más pequeñas las que subcontratan los servicios de las empresas de
mayor tamaño a fin de superar las restricciones impuestas por su precario equipamiento y
por las indivisibilidades de maquinaria y equipo. Podría ser el caso de microempresas recién
establecidas que no han logrado acumular suficiente capital y no están totalmente

33
El coeficiente de correlación entre tamaño y ventas por trabajador es positivo, alto y significativo para estos dos
grupos, así como también el test F.
34
Tanto el test F como el coeficiente de correlación son poco significativos para el caso de las empresas de
Gamarra.
35
Agradecemos a Albert Berry por esta importante observación.

33
equipadas como para llevar a cabo todas las operaciones requeridas en la confección de
telas.

Como veremos más adelante, la información disponible sugiere que ninguna de


36
estas dos hipótesis tiene mayor sustento. Nuestra interpretación apunta en una dirección
distinta. Las microempresas de este complejo aprovechan la mayor disponibilidad de
insumos y la posibilidad de reducir costos de transporte y pérdidas de tiempo, logrando
mayor flexibilidad en sus operaciones. También se benefician de los efectos en el
aprendizaje generados por la propia concentración: el mercado enseña y está muy cerca,
literalmente a la vista.
Cuadro 3.3
Ventas promedio mensuales por trabajador y por distrito
(en US $), para cada tamaño empresarial (Nº de trab.)
Micro pequeña mediana F-test (Prob) Corr. (Prob)

1-4 5-9 10-14 15-19 20-100


Distr. Residenciales 414 301 705 970 596 2.54 (0.067) 0.18 (0.19)
(243) (171) (560) (180) (322)
[9] [7] [5] [2] [5]

Gamarra 949 1286 935 – 1229 0.25 (0.857) 0.12 (0.30)


(930) (961) (473) [3] (641)
[6] [12] [2]

Distr. de bajo ingr. 359 658 679 1877 – 4.45 (0.07) 0.64 0.00
(231) (657) (1011) (1922)
[14] [11] [3] [2] [1]

210 473 – – – 6.29 (0.007) 0.40 (0.06)


La Victoria/FG (190) (314)
[9] [6] [1] [0] [1]

TOTAL (muestra) 430 767 804 1424 925 3.19 (0.017) 0.14 (0.05)
(462) (766) (612) (1232) (710)
[38] [36] [12] [4] [9]

Nota: – indica que en la categoría hay un solo caso o ninguno. Las desviaciones estándar están indicadas entre
paréntesis (puede observarse que en muchos casos son relativamente elevadas) y el número de observaciones
en cada caso está indicado entre corchetes.

Al mismo tiempo, cuando la empresa crece y sobrepasa cierto tamaño empieza a


sentir las deseconomías de aglomeración. Algunos productores entrevistados expresaron su
preocupación por las dificultades en la organización del flujo de materiales a través de las
congestionadas calles y galerías del complejo. No debe sorprendernos entonces que el

36
El análisis econométrico llevado a cabo posteriormente por uno de los autores de este trabajo ha puesto en
evidencia que el efecto de la subcontratación en el nivel de ventas por trabajador es estadísticamente
despreciable.

34
casillero correspondiente a las empresas de Gamarra con 15 a 19 trabajadores se encuentre
vacío (cuadro 3.3).

En líneas generales, es preciso destacar que las empresas de Gamarra alcanzan los
valores más altos de ventas por trabajador en cada categoría de tamaño. Nuestro análisis
sugiere que esto puede atribuirse a las economías de aglomeración en distribución y
mercadeo (vía efectos de la reputación de la zona y el grado de aceptación en el público).
Tampoco puede descartarse, como explicaremos más adelante, la incidencia de las
economías externas asociadas a la división del trabajo entre empresas, particularmente
cuando dicha división del trabajo está acompañada de intercambios de recursos técnicos,
físicos, financieros, y/o humanos.

Podemos concluir entonces que, en general, los efectos de localización en Gamarra


tienden a contrarrestar los efectos del tamaño en relación a las ventas por trabajador.
Todavía no sabemos en qué medida esto se explica por las economías externas y/o por las
economías de aglomeración. Las dos secciones siguientes se ocupan de esta cuestión.

En cuarto lugar, no deja de llamar la atención el bajo nivel promedio de ventas por
trabajador en las empresas de los distritos residenciales (cuadro 3.2) teniendo en cuenta su
mayor tamaño relativo. ¿Acaso enfrentan deseconomías de escala? El cuadro anterior
sugiere algunas hipótesis. Las firmas medianas no parecen tener buen desempeño ni
tampoco las firmas en la categoría de 5 a 9 trabajadores. Esto presiona hacia abajo la media
37
para todo el distrito (cuadro 3.2). ¿Cómo explicar este resultado? Una hipótesis al respecto
es que en contraste con las firmas pequeñas, las empresas de mayor tamaño se ven
obligadas a cumplir con diversas regulaciones, toda vez que su mayor tamaño las hace más
visibles y facilita el monitoreo de las autoridades. Pero no conocemos aún los mecanismos
que explicarían el impacto negativo de las regulaciones en las ventas brutas. Una hipótesis
distinta, sugerida líneas arriba, es que el tamaño de la empresa no necesariamente
determina su escala de producción, en particular si la empresa individual opera al interior de
redes empresariales y recurre a la subcontratación. En la sección siguiente examinamos la
consistencia de esta interpretación, a la luz de los resultados obtenidos por la encuesta.

En quinto lugar, queremos destacar algunos resultados econométricos


complementarios que ayudan a entender las diferencias registradas en los cuadros
anteriores. En general, las regresiones realizadas tomando como variable dependiente las
ventas mensuales por trabajador (corregidas por el factor indicado) arrojan resultados muy

37
El coeficiente de correlación entre tamaño y ventas por trabajador es ligeramente positivo pero poco
significativo.

35
pobres para la mayoría de variables independientes consideradas. Pero si eliminamos de la
muestra a las empresas localizadas en Gamarra, encontramos que las ventas mensuales
por trabajador muestran una correlación negativa con la proporción del empleo familiar en el
empleo total de la empresa. Cuanto menor es la proporción del empleo familiar, mayores
son las ventas mensuales por trabajador. De otro lado, también obtuvimos resultados
estadísticamente significativos con la variable “número de tiendas” pero solo para las
empresas localizadas en los distritos de bajos ingresos. Como era de esperarse, en este
caso el signo del coeficiente fue positivo. Esto sugiere que una de las principales
restricciones que enfrentan las empresas localizadas en estos distritos es el mercadeo.

Por último, la evidencia generada por la encuesta para la zona de Gamarra, arroja un
valor promedio de ventas por empresa bastante mayor al estimado por otros investigadores.
En efecto, la ventas anuales en Gamarra ascienden aproximadamente a $ 135 mil por
empresa, una cifra muy por encima de los $ 48 mil por año reportados por Ponce para el
caso de las “tiendas-taller micro” (1 a 5 trabajadores), y también mayor que los $ 78 mil
anuales estimados para las empresas pequeñas (de 11 a 49 trabajadores). Esta diferencia
se explica porque los marcos muestrales son distintos. Nosotros hemos obtenido la muestra
del registro unificado, mientras que las cifras de Ponce ofrecen una estimación para todas
las empresas de la zona, cuyo número fue calculado por observación directa (1994: 100-
108). Es probable que las empresas observadas por Ponce tengan un tamaño promedio
menor al de las empresas consideradas en nuestra muestra.

3.1 ECONOMÍAS EXTERNAS Y EFECTOS DE AGLOMERACIÓN: IMPORTANCIA DE


LA SUBCONTRATACIÓN

En la sección anterior se definieron las economías externas como los efectos


tecnológicos y/o pecuniarios que se derivan de “las interdependencias en las funciones de
utilidad y/o producción”. Estas economías pueden traducirse en precios más bajos y/o en
calidades más altas de los insumos, así como en innovaciones y reducciones del tiempo
requerido para lanzar nuevos productos al mercado. Hemos identificado las economías
externas con la dimensión funcional del entorno. Esta es una dimensión relevante en los
esquemas de especialización vertical, los cuales pueden desarrollarse en diferentes
contextos: al interior de redes de empresas geográficamente dispersas a nivel local o
internacional, o al interior de una industria. Otro contexto es la concentración territorial; la
medida en que ésta promueve la especialización vertical constituye un efecto de
aglomeración.

36
¿Qué nos dicen los datos de la encuesta al respecto? En primer lugar, y a
contracorriente de lo afirmado por otros autores (Villarán 1993:178, Nadvi & Schmitz
1994:17), la división vertical del trabajo entre empresas en Gamarra no parece estar tan
desarrollada en términos del número de operaciones subcontratadas por empresa, el cual
tiene un valor modal de uno (cuadro 3.4). Nuestros resultados ponen en cuestión la idea de
que “Gamarra tiene una tradición de fuerte división del trabajo, subcontrata y cooperación.”
Como se explica en las líneas que siguen, la evidencia recogida arroja serias dudas sobre el
“uso masivo de la subcontratación” que supuestamente caracteriza a las empresas
38
localizadas en esta zona (Ponce 1994: 124,146).

Cuadro 3.4
Número de actividades subcontratadas a otras empresas,
por distrito (en % del total de la columna)
N° Muestra Distritos La Victoria/FG Complejo de Áreas de
Residenciales Gamarra bajos ingresos
0 25.2 26.7 27.8 20.8 25.8
1 22.3 16.7 16.7 37.5 19.4
2 20.4 13.3 16.7 20.8 29.0
3 13.6 13.3 16.7 8.3 16.1
4 5.8 6.7 5.6 8.3 3.2
5 5.8 10.0 5.6 4.2 3.2
6 3.9 6.7 11.1 – 0.0
7 1.9 3.3 – – 3.2
TODAS 3.3 3.3 – – –
100 % 100 % 100 % 100 % 100 %

El número de actividades u operaciones que podrían en principio ser subcontratadas


dependerá, obviamente, del tipo particular de prenda que se desea confeccionar. En
general, las prendas de diseño más sofisticado requieren de un mayor número de
operaciones. Es posible distinguir tres etapas en el proceso de producción, cada una de las
cuales involucra varias operaciones específicas: el pre-ensamblado o etapa preparatoria, el
ensamblado y el acabado (Vega-Centeno y Remenyi 1994). El pre-ensamblado comprende
básicamente el diseño, el trazado y el corte. De otro lado, el ensamblado empieza con el
etiquetado y organización de las piezas y procede con la costura o ensamble, que es la
etapa que ocupa el mayor tiempo del proceso. La costura generalmente involucra diversas
operaciones que requieren, a su vez, de distintos tipos de máquinas como las remalladoras,
las collareteras, las cerradoras, las pretinadoras, y las máquinas de costura recta. Por
último, en la etapa de acabados se colocan botones, elásticos, se cosen bastas, se hacen

38
Es preciso llamar la atención sobre el riesgo de confundir el trabajo a destajo con la subcontratación. En efecto,
los trabajadores a destajo operan bajo la supervisión del dueño del taller y no cuentan con la autonomía e

37
ojales y bordados, se procede al planchado de la prenda, a su limpieza y control (remate),
se revisa su calidad y se la empaca.

Las empresas que no subcontratan ninguna función son completamente integradas.


Ellas representan una cuarta parte de la muestra en su conjunto. Este porcentaje es
ligeramente menor en Gamarra (21%), lo cual puede atribuirse al porcentaje relativamente
elevado de empresas en este complejo que subcontratan una sola operación. Pero la
tendencia a la división vertical del trabajo entre empresas se detiene allí y la especialización
en procesos no parece estar muy desarrollada. De hecho, el porcentaje de empresas que
subcontratan más de una actividad es relativamente reducido en Gamarra (42 por ciento en
comparación con 57% en distritos residenciales; 56% en La Victoria/FG; y un 55% en zonas
de bajos ingresos).

También hemos recogido información sobre el número de operaciones que una


empresa confeccionista no puede realizar por no contar con la maquinaria y/o la información
adecuada (cuadro 3.5). La tendencia es similar, toda vez que en el complejo de Gamarra el
mayor porcentaje corresponde a empresas que afirman no poder ejecutar solamente una
operación. Las empresas de Gamarra que llevan a cabo todas las operaciones del proceso
productivo representan un porcentaje reducido en comparación con las empresas
localizadas en otros distritos (29 por ciento en contraste con el 47 por ciento registrado en
los distritos residenciales). Lo que es importante señalar aquí, sin embargo, es que
relativamente pocas empresas en esta concentración dicen no poder llevar a cabo un
número mayor de funciones.

Comparando los cuadros 3.4 y 3.5, se observa que, en general, las empresas de la
muestra subcontratan más operaciones de aquellas que dicen no poder realizar. Esto
sucede con menor frecuencia en el complejo de Gamarra, mientras que la tendencia más
fuerte corresponde a las zonas residenciales. En estas últimas las empresas
consistentemente subcontratan más operaciones de las que estrictamente no pueden
realizar por sí mismas. Este resultado es indicativo de una tendencia a la formación de redes
desde estas zonas. Una de las empresas encuestadas afirmó haber terminado
subcontratando todas las actividades productivas, manteniendo solamente las funciones de
coordinación, distribución y mercadeo.

El cuadro 3.6 muestra la importancia de la subcontratación en Gamarra por tipo de


operación subcontratada, en contraste con los demás distritos de la muestra. Las
operaciones preparatorias, como el corte de tela, son generalmente realizadas por la propia

independencia de las empresas subcontratistas. Los resultados que presentamos a continuación son entonces
independientes de la importancia relativa del trabajo a destajo.

38
empresa, probablemente debido a los riesgos asociados a la pérdida de material, al
deterioro en la calidad y a los robos. Ninguna empresa de Gamarra subcontrata operaciones
39
preparatorias. Las empresas que lo hacen están principalmente localizadas en los distritos
de bajos ingresos, en los cuales los empresarios probablemente carecen de la tecnología y
de las destrezas requeridas para llevar a cabo estas operaciones. Con respecto a la
confección propiamente tal, el 37 por ciento de estas empresas subcontrata una o más
40
operaciones, en comparación con un 53 por ciento para el caso de las zonas residenciales.

Cuadro 3.5
Número de actividades que una empresa no puede realizar, por distrito
(como porcentaje del total de la columna)
Nº Muestra Distritos La Victoria/FG Complejo de Áreas de
Residenciales Gamarra bajos ingresos
0 36.9 46.7 38.9 29.2 32.3
1 25.2 13.3 5.6 45.8 32.3
2 19.4 23.3 16.7 16.7 19.4
3 11.7 6.7 16.7 8.3 16.1
4 2.9 0.0 16.7 – –
5 1.9 3.3 5.6 – –
6 1.0 3.3 – – –
7 1.0 3.3 – – –
100 % 100 % 100 % 100 % 100 %

Las operaciones de acabados (tales como estampado, bordado, planchado y


embalaje) se subcontratan con mayor frecuencia. En este caso destacan las empresas de
Gamarra, con el menor porcentaje de aquellas que afirma que nunca ha subcontratado una
operación de este tipo, y con el más alto porcentaje de subcontratación de una operación de
41
acabado (42 por ciento). Es probable que las “extrañezas tecnológicas” y la mayor
intensidad en el uso de espacio que caracterizan a las operaciones de acabados, induzcan
economías de escala (debido a especialización e indivisibilidades respectivamente) y de

39
Este resultado es consistente con otras observaciones realizadas, por ejemplo, en una aglomeración de
productores de calzado en la ciudad de Trujillo (Távara, 1994: 94), y en otra concentración de productores de
tejidos de punto en la India (Cawthorne, 1993; en Nadvi & Schmitz, 1994:16). En segundo lugar puede
observarse que la operación de corte se subcontrata muy raras veces, aún cuando casi la mitad de las empresas
de la muestra reveló no contar con una máquina cortadora de tela. En este artículo no consideramos de manera
explícita los consecuencias tecnológicas de la decisión “hacer o comprar”.
40
El número promedio más alto de operaciones de confección subcontratadas corresponde a las zonas
residenciales (1.2; SD 1.35), y el más bajo corresponde a Gamarra (0.5; SD 0.88). El test F para estas diferencias
por distrito es aceptable (2.34; P 0.08). Podría haber una correlación con el grado de especialización por
producto y con el tipo de mercados atendidos por las empresas. Como se señaló anteriormente, sin embargo, la
información relevante al respecto no se presenta en este artículo.
41
La hipótesis de “extrañeza tecnológica” fue formulada por Hirschman (1968) al examinar los factores que
frenan los “eslabonamientos” en el proceso de sustitución de importaciones. Según esta hipótesis, las
tecnologías utilizadas en las actividades industriales anteriores o posteriores a lo largo de la cadena de
producción, pueden resultar ajenas a la experiencia de los empresarios. En este caso, la “extrañeza” se refiere al

39
diversificación (ídem, aunque quizá también juegan un rol la complementariedad en el
tiempo y los materiales). La idea de que la subcontratación es una práctica extendida en
Gamarra sólo parece confirmarse en el caso de los acabados.

Cuadro 3.6
subcontratación de operaciones preparatorias, de confección, y
de acabado: la muestra vs. Gamarra
Preparatorias Confección Acabado
Muestra Gamarra Muestra Gamarra Muestra Gamarra
Nunca 90% 100% 63% 71% 37% 29%
Una operación 9% – 13% 13% 28% 42%
Dos operaciones 1% – 14% 13% 23% 21%
Tres operaciones 6% 3% 8% 8%
Cuatro operaciones 4% – 2% –
Cinco operaciones 2% –
100% 100% 100% 100% 100% 100%

Puede notarse que las empresas que subcontratan más de tres operaciones de
acabado se localizan en La Victoria/FG y en zonas residenciales. Estas últimas tienen
también una participación significativa en la subcontrata de operaciones de confección, lo
42
cual pone en cuestión el tipo de motivaciones que tienen para hacerlo.

De otro lado, es preciso advertir que las cifras anteriores se refieren exclusivamente
a la subcontratación de actividades productivas (de transformación) y no incluyen lo que
algunos autores denominan “subcontratación comercial.” En efecto, la subcontratación se
refiere tanto a las actividades que un comerciante encarga realizar a un productor, como a
las actividades que este último a su vez encarga a otros productores. El aspecto central del
concepto es que en ambos casos el demandante establece las especificaciones del bien o
servicio materia del contrato. En otras palabras, la relación de la empresa que produce el
bien o servicio con los usuarios finales, está mediada por una o más empresas distintas
(Lazerson 1990).

La importancia de las relaciones de “subcontratación comercial” (entre comerciantes


y productores) puede inferirse de las estimaciones realizadas para la producción “a pedido”
y la producción “para stock”. Según los resultados de nuestra encuesta, solo el 16.7 por
ciento de las empresas de Gamarra produce principalmente a pedido, mientras que el 75 por
ciento produce principalmente para stock. El grueso de los pedidos proviene de mayoristas
(62.5 por ciento) y luego de boutiques (25 por ciento). Estas cifras refuerzan nuestras

hecho de que la tecnología de confección de prendas de vestir (transformación mecánica) tiene muy poco en
común con los procesos químicos que caracterizan las operaciones de acabado.
42
Esta pregunta se trata en la segunda fase de nuestra investigación, la cual consiste de estudios de casos
comparativos de redes de empresas de subcontratación y/o cooperación, tanto dentro como fuera del Complejo
de Gamarra.

40
reservas frente a la hipótesis de que la subcontratación es una práctica extendida en la zona
de Gamarra.

También se recogió información sobre el rol de los servicios en la generación de


ingresos para las empresas. ¿Cuántas empresas venden principalmente servicios? ¿Y en
qué medida esto les ha permitido elevar su escala (generando economías internas) y
43
especializarse (economías externas)? No toda la información relevante está disponible. Lo
que sí puede afirmarse es que sólo dos de las 103 empresas de la muestra reportaron que
los servicios a terceros constituían su principal fuente de ingresos (una en La Victoria/FG y
otra en los distritos residenciales). Una pequeña minoría señaló que la venta de servicios les
permite suplementar ingresos (12 por ciento de la muestra, principalmente en zonas
residenciales, tres empresas de Gamarra y ninguna de distritos de bajos ingresos). Todas
las demás se dedican principalmente a producir y vender productos finales.

En resumen, la cuestión de las economías externas generadas a través de la


subcontratación permanece irresuelta para el caso de Gamarra. No fue posible encontrar
una sola empresa de Gamarra especializada en la venta de servicios. Además, como
indicamos líneas arriba, las empresas localizadas en este complejo tienden a subcontratar
menos actividades que el promedio de la muestra, sin incluir las operaciones de acabados.
Por otro lado, una sola encuesta resulta insuficiente para examinar cuestiones dinámicas
como aquellas referidas a las economías externas generadas por la interrelación entre
empresas; para ello se requieren estudios de redes empresariales con cierta perspectiva
histórica. En líneas generales, sin embargo, la especialización en procesos parece estar aún
44
en su fase inicial.

3.2 OTRAS FUENTES DE ECONOMÍAS EXTERNAS

Hay otros aspectos relevantes en la generación de economías externas que pueden


ser examinados de manera sucinta. En las líneas que siguen nos referiremos a los
indicadores para la muestra en su conjunto, dejando para la próxima sección el análisis
comparativo de Gamarra con los otros tres grupos considerados. Como veremos, las
diferencias sugieren efectos de aglomeración relacionados a las economías externas.

43
Para ello habría que utilizar la técnica de muestreo `bola de nieve' (snowball sampling), la cual consiste en
entrevistar a la empresa X, luego a las empresas relacionadas con X, posteriormente a las relacionadas con
estas últimas, etc.
44
A este nivel Gamarra no muestra mayores diferencias con otros casos documentados en la literatura, por
ejemplo en la rama de carpintería de madera en Tanzania, Sudán, Kenya y Zimbabwe (Nadvi & Schmitz 1994:
14-15).

41
En primer lugar y en relación a las motivaciones para subcontratar, la posibilidad de
reducir costos (por ejemplo cuando otra empresa puede producir más barato) no parece
constituir un motivo en sí mismo, aunque en algunos casos se presenta en combinación con
otros factores como tecnología inadecuada, capacidad instalada insuficiente, o presiones
por los plazos de entrega (en el 14 por ciento de los casos, principalmente para firmas de las
zonas residenciales). Lo mismo puede decirse de la “mejor calidad”. La subcontratación no
parece constituir entonces una estrategia para reducir costos o elevar la calidad. La
evidencia disponible sugiere, por lo tanto, que las economías externas no tienen incidencia
general en las empresas de la muestra.

Esta conclusión preliminar debe tomarse con cautela, toda vez que se deriva de la
percepción de empresas que subcontratan (y no de sus contrapartes) a partir de una sola
observación en un punto determinado del tiempo. Esta encuesta tampoco permitió registrar
distintas motivaciones para las diferentes actividades subcontratadas, pues la pregunta fue
formulada de manera general. Es preciso, por lo tanto, examinar en detalle el
funcionamiento de empresas especializadas en productos en el marco de sus relaciones de
subcontratación (por ejemplo, empresas que confeccionan ropa deportiva en Gamarra y
45
especialistas en estampado). Se trata de responder a las siguientes preguntas:

A. ¿En qué medida la especialización en productos involucra una estrategia de


desarrollo de competencias en un núcleo específico de conocimientos
(incluyendo el aprendizaje dirigido a elevar la adecuación de los productos a los
requerimientos del mercado)?

B. ¿Cuán significativas son las economías externas generadas?

C. ¿Cuán importante es la aglomeración de empresas (para fortalecer las


economías externas o generar economías internas)?

Una segunda cuestión relevante en relación a las economías externas es la


importancia de las transferencias o préstamos de recursos productivos, técnicos y/o
financieros de una empresa a otra. De acuerdo a los datos de nuestra encuesta, las
relaciones de subcontratación – particularmente de operaciones preparatorias y de
confección o ensamble – están marcadas por este tipo de transferencias. Casi una quinta
parte de las empresas que subcontratan estas operaciones manifestaron proporcionar
asistencia técnica, insumos, y pagos por adelantado, además de simples especificaciones

45
Creemos que estas preguntas pueden servir de base para futuras investigaciones sobre concentraciones
territoriales de pequeñas empresas en el Perú en distintos subsectores de la economía. Un estudio reciente se
refiere a la existencia de múltiples clusters en actividades como producción de calzado, comercio y transportes,
espárragos, agroindustria, y la pesca artesanal (MITINCI, 1994:3).

42
sobre los servicios (ver el Anexo 1). Otro 49 por ciento manifestó proveer uno o dos de estos
tres tipos de recursos.

En tercer lugar, el diagrama 1 sugiere que las acciones y operaciones conjuntas


pueden ser utilizadas para compensar deseconomías internas de escala, secuencia,
diversificación, experiencia y capacidad cognoscitiva, las cuales inciden en la mayoría de
tipos de costos identificados en dicho diagrama. Las acciones conjuntas pueden involucrar a
dos o más empresarios, y afectan directa o indirectamente la producción.

Los resultados de la encuesta revelan que solo el 10 por ciento de las empresas de
la muestra forman parte de algún tipo de grupo empresarial. Lo más sorprendente, sin
embargo, es que de los diez casos registrados seis corresponden a distritos residenciales,
tres a distritos de bajos ingresos, y solamente uno al complejo de Gamarra. Este resultado
pone en cuestión la idea de que “la cooperación entre empresas está muy difundida” en
Gamarra (Ponce 1994: 119). La que está muy difundida es la competencia, y no parecen
ser muy significativas aún las experiencias de cooperación entre empresas. La evidencia
generada por nuestro trabajo sugiere, entonces, que la cooperación no es un resultado
inevitable y espontáneo del proceso de concentración territorial, y que queda por lo tanto
mucho por hacer en el diseño y puesta en marcha de políticas de desarrollo local.

Un examen más detallado de los diez grupos registrados por la encuesta revela que
la mayoría de ellos están orientados a:

A. la contratación mutua de capacidades productivas (pueden presentarse efectos


de escala debido a los ajustes por indivisibilidades);

B. la compra de insumos (efectos de escala potenciales asociados a leyes de la


física y/o al poder de mercado); y

C. el mercadeo de productos (solo en uno de los seis casos registrados en distritos


residenciales: es probable que la cooperación en este terreno se traduzca en
economías de escala asociadas a la especialización, así como en economías de
diversificación y de capacidad cognoscitiva a raíz del intercambio más intensivo
experiencias y perspectivas).

El único grupo de cooperación entre empresas registrado en Gamarra fue constituido


con la perspectiva de integrar verticalmente las operaciones de tejido y teñido de telas. Sus
integrantes se propusieron empezar a subcontratar conjuntamente diversos servicios a partir
del hilado. Las empresas del grupo buscaban así reducir los costos de sus insumos y elevar
su competitividad. En una entrevista realizada luego de la encuesta, los empresarios que
lideran el grupo manifestaron contar con todos los contactos y las instalaciones necesarias

43
para producir y exportar confecciones, y que debido a los elevados costos de sus insumos
no pueden hacerlo.

Su planteamiento y experiencia pone en cuestión la idea de que un simple


agrupamiento de empresas, constituido para aprovechar economías de escala en las
compras conjuntas de telas y tejidos, es suficiente para mejorar los términos de adquisición
de estos insumos y enfrentar exitosamente la competencia en los mercados de bienes
finales. El confeccionista, especialmente el pequeño, depende de los productores textiles en
cuanto al precio, calidad, oportunidad, y exclusividad del principal insumo que utiliza: telas y
tejidos (Visser et al, 1994). Ni el grupo mencionado arriba ni otras empresas de la muestra
han logrado mejorar, de manera significativa y permanente, las condiciones de adquisición
46
de insumos a través de la compra conjunta. Esto se debe a los siguientes factores:

A. la demanda diferenciada de telas y tejidos de parte de los integrantes del grupo,


con respecto a la textura, el estampado, y los colores;

B. requerimientos de gestión y de comunicación a nivel del grupo, los cuales de no


ser cumplidos pueden debilitar la confianza entre los miembros;

C. condiciones de compra que mantienen los fabricantes textiles, aún cuando se


haya cumplido el requisito de la cantidad mínima de compra de telas y tejidos.

Las acciones conjuntas pueden también involucrar solamente a dos empresas. Los
casos más frecuentes corresponden con la contratación de la capacidad productiva de una
tercera empresa. Una quinta parte de las unidades de la muestra lo hace “a veces” (menos
de una tercera parte de la producción) y un 4 por ciento “a menudo” (más de la tercera
parte). Las empresas de los distritos de bajos ingresos y aquellas de los distritos
residenciales son particularmente activas en compartir pedidos, mientras las empresas en
Gamarra son más introvertidas al respecto (cuadro 3.7).

Otros dos casos destacados de cooperación entre confeccionistas son la especialización


productiva ocasional para una venta especial (lo cual puede generar efectos de escala
asociados a indivisibilidades), y el desarrollo de relaciones con agentes de ventas a fin de
conquistar nuevos mercados (efectos de escala y de capacidad cognoscitiva debidos a la
especialización). Estos casos fueron reportados una sola vez, y sólo en distritos
residenciales.

46
Las empresas que hicieron compras conjuntas recurrieron, típicamente, a un solo socio. Se trata en este caso
del 14 por ciento de la muestra, pero es preciso mencionar que algunas empresas decidieron no continuar
después de la primera compra. La principal ventaja señalada por todas las empresas es un descuento en el
precio del orden del 10 al 20 por ciento. Solo en dos casos se ha mencionado la ventaja del acceso al crédito y
mejores términos crediticios de parte del proveedor.

44
Cuadro 3.7
Contratación de la capacidad productiva de otra empresa,
por distrito (en % del total de la columna)
Nº veces Muestra Distritos La Victoria/FG Complejo de Áreas de bajos
residenciales Gamarra ingresos
Nunca 76% 73% 76% 88% 68%
A veces 20% 20% 24% 12% 26%
A menudo 4% 7% 6%

3.3 ECONOMÍAS DE AGLOMERACIÓN EN EL COMPLEJO DE GAMARRA

El diagrama 2 presentado en el capítulo anterior ilustra el múltiple potencial de las


economías de aglomeración en un contexto de concentración territorial de empresas. En
resumen, las economías de aglomeración:

A. reducen los costos de búsqueda y apareo en un contexto de transacciones de


mercado;

B. disminuyen los costos de escrutinio, monitoreo, y fiscalización de las


contrapartes de un negocio en el marco de relaciones de mediano o largo plazo
(lo cual ha conducido, en ciertos contextos, a relaciones de confianza mutua,
complementariedad productiva y cognoscitiva, y diálogo continuo, acelerando el
proceso de aprendizaje técnico y el desarrollo de innovaciones); y

C. promueven la generación de servicios especializados en base al fomento de


economías internas de escala estimuladas por la concentración geográfica de la
demanda.

Estas economías se dan tanto en la manufactura de una prenda de vestir y en las


relaciones de compra-venta a lo largo de la cadena productiva, como en las operaciones
que complementan la actividad de la confección. En el primer ámbito se encuentran las
empresas textiles y sus distribuidores; mayoristas y minoristas de tela; otros proveedores de
insumos, maquinaria, y repuestos; productores confeccionistas; comerciantes de productos
finales (al por mayor y menor); y aun los consumidores, que ven reducido el tiempo de
búsqueda, el costo de transporte, y la necesidad de información (vía efectos de reputación
de la zona).

En el segundo ámbito se desenvuelven los acopiadores de restos de tela, los


“dateros” que venden información sobre tipo, calidad, y precio de telas; los agentes que se
han especializado en tramitar solicitudes de crédito bancario presentadas por los pequeños
empresarios de Gamarra; los cargadores que trasladan en carretilla las telas a través de las
congestionadas calles del complejo, etc. Toda esta actividad existe debido a las economías
de aglomeración que refuerzan las economías internas. La simple concentración de la

45
demanda generada por empresas del mismo subsector facilita el aprovechamiento de
economías internas.

Además de estas observaciones de carácter descriptivo, los resultados de la


encuesta permiten estimar la importancia de cinco rasgos que identifican a las economías
de aglomeración en el complejo de Gamarra, en referencia a la industria de confecciones
limeña.

En primer lugar, y en relación a los eslabonamientos entre empresas al interior de


esta industria, el hecho de que la subcontratación de operaciones de acabados sea más
frecuente en Gamarra puede ser interpretado como un efecto de la aglomeración, en la
47
medida en que el acceso a estos servicios sea mayor en este complejo. La concentración
territorial implica una mayor demanda de este y otros tipos de servicios, lo cual fortalece las
economías internas y consecuentemente la oferta en estas actividades.

Cabe señalar que el término “acceso” alude a la disponibilidad de información,


distancia, buenos precios, cantidad y calidad suficientes, y tiempos de entrega adecuados.
Las economías de aglomeración se expresan en estos seis aspectos del acceso, ya que
hipotéticamente la aglomeración geográfica:

A. es sinónimo de cercanía y por lo tanto reduce los costos de transporte y las


pérdidas de tiempo;

B. genera información como un bien público;

C. ofrece economías internas de escala y diversificación a proveedores


especializados de información;

D. induce competencia horizontal con una intensidad suficiente como para asegurar
los precios más bajos;

E. facilita el monitoreo del comportamiento de los subcontratistas (con respecto a


cantidad, calidad y plazos de entrega) y quizá facilita también la operación de
reglas de negocios compartidas, valores comunes y normas de conducta.

En relación al acceso a servicios es preciso mencionar el contraste entre la mayor


presencia relativa de “empresarios puros” en Gamarra en comparación con los distritos de
48
bajos ingresos y La Victoria/FG. Las empresas de una aglomeración pueden tener mayor

47
De otro lado, sin embargo, el patrón de especialización por productos que se observa en Gamarra (más de dos
tercios de las empresas de Gamarra producen principalmente polos y ropa deportiva) puede explicar también
este resultado. Podría ocurrir que la producción de polos y buzos involucre un número mayor de actividades de
acabado con características tecnológicas ajenas a la misma confección.
48
El concepto de “empresario puro” ha sido tomado de Dei Ottati (1993). El empresario puro separa las
funciones de mercadeo y producción, se especializa en las primeras, y subcontrata todas las operaciones

46
acceso a los servicios requeridos y/o ser más capaces de coordinar la producción de una
red de subcontratistas. Al mismo tiempo, sin embargo, nuestros resultados también revelan
que en este terreno las empresas de los distritos residenciales son más activas que las
empresas de Gamarra (cuadro 3.8).

La información generada para el caso de los distritos residenciales sugiere, sin


embargo, que más importante que la concentración territorial es la operación en redes de
empresas (networking). ¿Es esto acaso un indicador de que las empresas de estos distritos
tienen mayor habilidad para asegurar su acceso a la subcontratación de servicios?
Lamentablemente, la información disponible no permite aún responder esta interrogante.

Otro aspecto a destacar es la posibilidad de que las empresas confeccionistas


establezcan relaciones contractuales directas con fabricantes de telas y tejidos y con
empresas de acabados, como una opción alternativa a la adquisición de estos bienes y
servicios en el mercado (vía distribuidores, mayoristas o minoristas). La pregunta crítica es
si estas relaciones se ven facilitadas por la cercanía geográfica, en cuyo caso tendríamos un
efecto de aglomeración. De hecho, la relación entre las empresas activas al respecto y
aquellas que no lo son es de 3 a 24 en Gamarra, de 1 a 31 en los distritos de bajos ingresos,
y de 1 a 17 en La Victoria/FG, lo cual sugiere una respuesta positiva. De otro lado, sin
embargo, las empresas de los distritos residenciales (relación de 6 a 31) nuevamente
compiten a este nivel con las empresas de Gamarra.

Cuadro 3.8
Presencia y actividad de “empresarios puros” por distrito
(porcentajes del sub-total por estrato/distrito)
Residenciales Gamarra Bajos ingr. La Victoria/FG
Conoce ‘empresarios 57 30 26 24
puros’
A veces opera así 20 17 10 12
Muchas veces opera así 7 0 0 6
Siempre opera así 3 0 0 0
Nunca opera así 70 83 90 82
Nota: A veces: el entrevistado obtiene menos del 33% de su producción subcontratando todas las operaciones;
muchas veces: obtiene más del 33%, aunque no siempre; siempre: el 100% de la producción es realizada
subcontratando todas las operaciones

En segundo lugar, las características de las relaciones entre empresas podrían ser
significativamente diferentes al interior de Gamarra, aun cuando en esta zona la

productivas. Esta puede ser una estrategia conciente basada en la especialización y la cooperación entre un
agente y uno o más productores, o alternativamente puede tener un carácter ad-hoc. Este segundo caso se
presenta, por ejemplo, cuando un cliente solicita productos que están fuera del alcance de un productor. Este
último adopta entonces un rol de intermediario, subcontratando los servicios de otros productores.

47
especialización sólo se observa de manera extendida en las operaciones de acabados.
Nuestra hipótesis es que estas diferencias podrían estar asociadas a los efectos dinámicos
de la aglomeración. Los resultados de la encuesta revelan que las relaciones de
subcontratación en Gamarra están relativamente “cargadas” de contenido debido a
transferencias adicionales de recursos técnicos, productivos y financieros, transferencias
que no pudieron ser detectadas con la misma intensidad en otros distritos de Lima (Anexo
1). Es preciso advertir, sin embargo, que nuestra evidencia es aún muy limitada (se trata de
una sola encuesta, la cual comprende un número reducido de empresas y no da cuenta del
otro lado de la relación contractual).

En tercer lugar, las posibilidades de expandir y aprovechar las relaciones a fin de


anticipar desarrollos futuros en mercados y tecnología probablemente dependan del grado
de inserción sociocultural de los empresarios. Las encuestas son generalmente insuficientes
al respecto, pero podemos destacar un dato relevante: los empresarios de Gamarra
constituyen un grupo heterogéneo en términos de su origen regional. Lamentablemente, no
contamos con evidencia que permita examinar en qué medida esta heterogeneidad también
se expresa culturalmente. Una cuarta parte nació en Lima, 20 por ciento en Huancavelica,
15 por ciento en La Libertad, 10 por ciento en el Cuzco, y 10 por ciento en Cajamarca. Por
otro lado, el número total de empresas localizadas en este complejo es suficientemente
elevado y hay una “masa crítica” que puede facilitar, en principio, experiencias de
cooperación interfirma en base a una identidad cultural compartida.

En cuarto lugar, los efectos de la aglomeración se traducen en ventajas de


información sobre personas, y en particular sobre (ex) trabajadores que establecen su
propia empresa de confecciones. En la encuesta incluimos dos preguntas para determinar,
en primer lugar, si los empresarios conocían personas que trabajaron para ellos y que luego
se independizaron para operar como confeccionistas independientes y, en segundo lugar, si
mantenían relaciones comerciales con alguno de ellos. Para la muestra en su conjunto, el 46
por ciento respondió positivamente a la primera pregunta pero solo el 17 por ciento dio
respuesta positiva a la segunda. Si desagregamos las cifras para cada una de las cuatro
zonas consideradas, encontramos que los porcentajes más altos corresponden a Gamarra
49
(57 y 26 respectivamente).

Por otro lado, sin embargo, si bien las empresas de Gamarra usan con más
frecuencia sus conocimientos sobre las capacidades y destrezas de estos trabajadores a fin
de mantener algún tipo relación comercial con ellos, también son más selectivas al

48
50
respecto. Este resultado no debe causar sorpresa, teniendo en cuenta que un trabajador
que se independiza puede convertirse en un socio confiable. La confianza debe estar
presente antes de que pueda ser aprovechada en la esfera de la subcontratación, la
co-producción (los empresarios se refieren a ‘maquila’; capacity contracting) o de alguna
otra forma de cooperación inter-firma.

En quinto lugar, las economías de aglomeración relacionadas con economías


internas pueden materializarse también en la provisión de servicios profesionales de soporte
a las empresas. Sin embargo, las empresas de Gamarra reportaron recurrir solamente a
servicios de mantenimiento y reparación de maquinaria, así como a servicios contables y de
asesoría legal. Ninguna de ellas recurre a asesoría profesional en la esfera del mercadeo y
la tecnología. La pregunta relevante al respecto es si no hay oferta de estos servicios de
asesoría o si la demanda es muy reducida. Tampoco contamos información suficiente al
respecto.

De otro lado, el mismo tipo de efectos de aglomeración puede también presentarse


en la provisión de insumos (telas, tejidos, hilos, elásticos, cierres, etc.), generando
economías de escala en la distribución (transporte e infraestructura de comercio minorista).
Estos efectos parecen confirmarse al observar en Gamarra la presencia de un tipo especial
de proveedor que no se encuentra en otros lugares. Nos referimos a los distribuidores
autorizados de grandes empresas textiles. Según los datos de la encuesta, ellos ofertan
telas y tejidos al 25 y al 18 por ciento de las empresas localizadas en La Victoria/FG y en
Gamarra respectivamente (cifras superiores al 10 por ciento registrado para la muestra en
su conjunto).
51
Otros tipos de proveedores aparentemente gozan de la misma ventaja,
considerando el hecho de que dos terceras partes del total de empresas de la muestra
reportaron que sus proveedores de telas y tejidos se localizan en el complejo de Gamarra.
Evidentemente, el rol de Gamarra no se limita a la generación de ventajas estáticas y
dinámicas en la manufactura de confecciones, sino que además afecta a las etapas

49
Los porcentajes de respuesta positiva a las dos preguntas señaladas en las otras zonas fueron,
respectivamente, de 37 y 17 en zonas residenciales, 50 y 11 en La Victoria/FG, y 45 y 16 en distritos de bajos
ingresos.
50
Además de las dos preguntas anteriores, se pidió a los encuestados especificar, por un lado, el número de ex-
empleados que se independizaron para poner su propio taller de confecciones y, por el otro, con cuantos de ellos
mantienen relaciones comerciales. Si comparamos ambas cifras (el número total de trabajadores que salen para
poner su propio taller con el número total de relaciones establecidas con ellos por parte la empresa de origen),
encontramos que los empresarios de Gamarra son más selectivos: mientras que en zonas de bajos ingresos las
tres cuartas partes de los empresarios aprovechan todas las relaciones con los ex-trabajadores, en Gamarra sólo
la mitad lo hace.
51
Entre ellos pueden destacarse a los comerciantes mayoristas y a las tiendas minoristas.

49
anteriores de distribución y mercadeo de insumos. Dicho efecto se deriva de la reputación
de esta zona entre los empresarios confeccionistas localizados en otras partes de la ciudad
y del país.

En sexto lugar, los efectos de la aglomeración se presentan en las etapas


comerciales posteriores, expresándose en los vínculos de las empresas con los
52
mercados de los productos finales. Como se señaló líneas arriba, las empresas de
Gamarra están integradas hacia adelante, lo cual sugiere la relevancia de la
aglomeración en términos de reducciones de costos unitarios de distribución (por
ejemplo costos de transporte) asociadas a la localización en una zona altamente
53
comercial.

Cuadro 3.9
Importancia relativa de la producción para stock y producción a pedido

31%
a pedido 0-29%
17%

Muestra Gamarra
6%
30-69%
8%

63%
para stock: 70-100%
75%

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80%


% de firmas

Nota: Los tres rangos porcentuales en la columna izquierda del cuadro se refieren a la producción para
stock como porcentaje de la producción total de las empresas.

Lo mismo puede esperarse en relación a los costos unitarios de mercadeo (costos de


estudios de mercado, remuneraciones de personal de ventas, costo de publicidad), dada la
reputación colectiva de Gamarra como una zona en la que se encuentra variedad y precios

52
Esto puede ser interpretado como un efecto externo de la ubicación de muchas empresas en una zona que
goza de efectos reputación ante los compradores (mayoristas, minoristas y público en general), reduciendo los
costos de mercadeo.
53
Es posible que los costos de transporte y las pérdidas de tiempo se reduzcan. Sin embargo, las rentas
recibidas por los propietarios de las numerosas galerías de varios pisos que se están construyendo en Gamarra
podrían contrarrestar esta ventaja.

50
competitivos. Estos efectos podrían explicar el hecho de que el tamaño promedio de las
empresas de Gamarra y el valor de sus ventas brutas sean relativamente elevados, así
como el hecho de que ellas produzcan predominantemente para stock y no a pedido (cuadro
3.9).

De otro lado, como se indica en el cuadro 3.10, las empresas de Gamarra están
relativamente bien conectadas con varios mercados en diferentes lugares fuera de Lima, en
particular en las provincias de la serranía y en los mercados informales de exportación en
54
las zonas fronterizas de Ecuador y Bolivia. Esto podría explicarse por un mejor acceso a
información sobre estos mercados, la cual se consigue simplemente observando los
productos de la competencia que atiende esos mercados. Nuestros resultados también
revelan que las empresas de Gamarra están mejor preparadas para abastecer los mercados
más exigentes de la capital, por ejemplo vía boutiques. De hecho, las ventas por trabajador
están entre las más altas si se logra acceder a estos mercados, y son extremadamente
elevadas cuando las empresas producen a pedido de boutiques.

Cuadro 3.10
Penetración de mercados por distrito para los dos principales productos
de cada empresa, P1 y P2
(porcentajes con respecto al total de cada grupo)
LIMA SIERRA Y PAÍSES EXPORTACIÓN
SELVA VECINOS
P1 P2 P1 P2 P1 P2 P1 P2

Distr. 100 100 53 60 12 20 0 18


Residenciales
95 100 74 80 26 20 5 0
Gamarra
95 89 68 78 21 33 0 0
Distr. bajos ingr
92 100 77 78 15 11 0 0
La Victoria/FG
96 97 68 73 19 21 1 4
Muestra

Nota: tres firmas en distritos residenciales reportaron exportar a EE.UU., América Latina, y a
otro país. El segundo producto en importancia parece expresar intentos de diversificación de
mercados.

54
Lo cual no es tan simple considerando la accidentada geografía peruana, los frecuentes huaycos e
inundaciones, así como el deficiente mantenimiento de la infraestructura vial, todo lo cual pone de relieve la
importancia del transporte y las distancias geográficas. Las zonas mencionadas también son abastecidas por
empresas localizadas en los distritos de ingresos bajos de Lima.

51
Cuadro 3.11
Ventas del producto principal en distintos mercados,
por distrito
(como % de la venta total)
LIMA SIERRA Y
SELVA
Distr. residenciales 81.2 (23.5) 15.6 (19.2)
Gamarra 65.0 (29.3) 27.9 (28.5)
Distr. bajos ingr. 62.5 (34.8) 30.6 (31.4)
La Victoria/FG 53.8 (33.0) 44.6 (33.3)
Muestra 66.2 (31.2) 28.8 (29.4)
Nota: las cifras entre paréntesis indican desviaciones estándar.

El cuadro 3.11 revela que las empresas de las zonas residenciales dependen
relativamente más del mercado limeño, mientras que aquellas de Gamarra, de La
Victoria/FG, y de los distritos de bajos ingresos, colocan aproximadamente una tercera parte
de su producción fuera de Lima. Este resultado probablemente se explica por la
segmentación de los mercados en términos de calidad de las prendas producidas. En el
caso particular de Gamarra, uno de los rasgos mas destacados en el origen de este
complejo es precisamente la vinculación de las primeras empresas que se establecen en
55
esta zona con los mercados del interior del país (Ponce 1994).

La encuesta también permitió estimar, de manera preliminar, el flujo de información


56
entre confeccionistas. Las cifras del cuadro 3.12 muestran que la información fluye de
manera relativamente libre en Gamarra. La evidencia recogida sobre transacciones de
57
crédito articulado es consistente con estas cifras. Estas transacciones son poco frecuentes
en lo que se refiere al crédito proporcionado por proveedores y compradores. En el caso de
Gamarra, el crédito de los compradores es algo relativamente común, debido a que las
pocas empresas que producen a pedido lo hacen principalmente para mayoristas, los cuales
tienden a ser más generosos al respecto.

55
Debido a la elevada desviación estándar, no podemos presentar una estimación de los porcentajes de ventas a
los países vecinos, los cuales son ligeramente más elevados para las empresas de Gamarra y de los distritos de
bajos ingresos.
56
Esta cuestión debe definitivamente ser abordada con otros métodos de investigación.
57
Una transacción articulada tiene lugar cuando “ambas partes intercambian en por lo menos dos mercados, bajo
la condición de que los términos de dicho intercambio se determinen conjuntamente (Bell, 1988: 797). Hay dos
elementos importantes al respecto: A. coincidencia de ambas partes en dos o más mercados, y B.
interdependencia de los términos de la transacción. En estos casos, como sostiene Dei Ottati (1993: 8), “sería
imposible o menos conveniente, para una o ambas partes, involucrarse en transacciones separadas”. Estas
transacciones pueden presentarse en situaciones de incertidumbre sobre el acceso a mercados (por ejemplo de
materias primas como telas y tejidos), y/o cuando existen problemas de información confiable en relaciones no
mercantiles sobre el comportamiento de socios, clientes o proveedores potenciales (por ejemplo comportamiento
productivo determinante de la calidad del producto). El crédito es normalmente parte de la articulación, toda vez
que generalmente involucra un intercambio de recursos actuales por recursos futuros. De manera explícita o
implícita, el crédito juega un rol importante en estas transacciones.

52
Cuadro 3.12
Frecuencia de contactos entre empresarios confeccionistas, por
distrito
no tiene contacto contactos
ningún contacto ‘escaso’ y ‘regular’ ‘muy frecuentes’
Distr. residenciales 10.0% 53.3% 36.7%
Gamarra 0.0% 52.1% 47.9%
Distr. bajos ingr. 19.4% 77.4% 3.25
La Victoria/FG 10.0% 33.4% 55.6%
Muestra 10.8% 56.8% 32.4%
Nota: escaso: de una a cinco veces al año; regular: de seis a doce veces al año;
muy frecuentes: más de doce veces por año. Hemos optado por agrupar las
primeras dos respuestas ya que los entrevistados no tomaron en cuenta de manera
adecuada nuestra diferencia entre ‘escaso’ y ‘regular’.

Sin embargo, ellos no vinculan el crédito con otras transacciones; por tanto, el crédito
articulado no parece tener un rol central como mecanismo de ordenamiento privado. Esto
pone en evidencia un efecto de aglomeración, en el sentido que sugiere una mayor facilidad
de monitoreo y fiscalización al interior de la concentración territorial. Asimismo, las empresas
58
de Gamarra consiguen crédito de proveedores con mayor frecuencia , el cual viene sin
mayores condicionamientos (en dos terceras partes de los casos).

Finalmente, no podemos dejar de mencionar la formación de grupos de cooperación


en un contexto de concentración territorial. La cercanía puede expresarse en un mayor flujo
de información y niveles más altos de confianza en las relaciones interpersonales. Los
efectos de este tipo parecen ser aún limitados e incipientes, al igual que en el caso de la
especialización en procesos y la subcontratación. Solo encontramos una empresa en
Gamarra que nos permitió identificar un grupo denominado “El Consorcio Textil”, en el cual
participaban entre 10 y 20 empresarios de la zona. Teniendo en cuenta que un 20 por ciento
de las empresas de los distritos residenciales declaró formar parte de algún grupo de este
tipo, puede afirmarse que la aglomeración espacial no tiene, necesariamente, efectos
significativos al respecto.

En principio, la concentración territorial de empresas también puede elevar la


posibilidad de acciones conjuntas de dos empresarios. Nuestros resultados revelan, sin
embargo, que las empresas de Gamarra no están muy inclinadas a compartir pedidos y
órdenes de compra (quizá porque tienen menos problemas de capacidad), mientras que en
los distritos de bajos ingresos un elevado porcentaje de empresas lo hace (13 vs. 32 por

58
Aun cuando las empresas de los distritos de bajos ingresos tienen un desempeño superior en este sentido.

53
59
ciento). En relación a compras conjuntas de ciertos insumos, no se observan diferencias
significativas entre distritos. Estos resultados sugieren entonces la ausencia de efectos de
aglomeración de este tipo. Las dos últimas modalidades (división esporádica del trabajo
para una venta especial, y cooperación con un agente comercial para conquistar nuevos
mercados) no fueron reportadas en Gamarra pero sí en los distritos residenciales.

La discusión anterior ha examinado las economías realizadas a nivel de las


empresas y de sus interrelaciones en un contexto de concentración territorial. Sin embargo,
al final del segundo capítulo se mencionaron otros factores a nivel regional y nacional que
podrían promover la concentración, tales como la proximidad a mercados de tamaño
significativo. Este podría ser el caso de una rama industrial muy orientada a los
60
consumidores como es confecciones. Se han mencionado también la cercanía a los
mercados mayoristas, las buenas conexiones con la infraestructura vial (Ponce, 1994), y una
localización estratégica en la bisagra de la producción centralizada y la distribución nacional.
Esto último podría tener relevancia para el caso peruano, en el cual las políticas de
descentralización industrial fueron aparentemente “diseñadas para fracasar” (Jameson,
1979).

59
Las cifras correspondientes a La Victoria/FG y a distritos residenciales son de 24 y 27 por ciento
respectivamente.
60
Una encuesta a los consumidores podría ayudarnos a conocer sus percepciones sobre las ventajas de
comprar en Gamarra.

54
CAPÍTULO 4. LOS SECRETOS DE GAMARRA: ¿FUERZAS DE AGLOMERACIÓN O
ESTRATEGIA EMPRESARIAL?

Uno de los resultados más significativos de la encuesta es la elevada magnitud de


las ventas brutas por trabajador en las empresas de Gamarra, en relación a los niveles
61
registrados en los otros distritos. En el capítulo anterior exploramos interpretaciones
alternativas de este resultado, las mismas que no pudieron ser contrastadas por no contar
con información sobre costos, duración de la jornada, descuentos y stocks no vendidos.

Es posible, sin embargo, optar por una ruta distinta que eventualmente permite
identificar la importancia relativa de los factores relevantes. La débil correlación entre
tamaño y ventas brutas por trabajador para el conjunto de la muestra, así como el hecho de
que las empresas de Gamarra muestren un mejor desempeño en cada categoría de
tamaño, sugieren que los efectos de la localización contrarrestan parcial o totalmente los
efectos del tamaño. La variable crítica no es entonces el tamaño de la empresa. Aun las
microempresas de Gamarra incluidas en la muestra registran mayores ventas por trabajador
que sus contrapartes dispersas en los otros distritos de Lima. Debemos considerar por lo
tanto, como factores explicativos de este resultado, la incidencia de las economías
externas, de las economías de aglomeración, o de una combinación de ambas.

Las economías externas en Gamarra parecen estar asociadas a la posibilidad de


subcontratar operaciones de acabado. Las empresas localizadas en este complejo
típicamente subcontratan una sola operación de este tipo. De otro lado, ellas también
62
pueden recurrir al uso de recursos comunes (Anexo 1).

En líneas generales, nuestra evidencia sugiere que las economías de aglomeración


63
juegan un rol más decisivo que las economías externas. Queremos destacar
especialmente los datos recogidos sobre la estructura y el tamaño relativo de las empresas
de Gamarra. La empresa típica de Gamarra tiene una tienda en esta zona y su tamaño
promedio es relativamente mayor a aquel que corresponde a los distritos de bajos ingresos
y La Victoria/FG. Ambas observaciones son consistentes con el impacto de las economías
de aglomeración en la disminución de:

61
Es probable que las economías externas sí tengan cierta relevancia en el desarrollo de microempresas
informales. La muestra considerada no incluye este tipo de empresas, toda vez que fue tomada del Registro
Unificado del Ministerio de Industrias.
62
Ambos factores pueden además estar sujetos a los efectos de la aglomeración.
63
Si bien no contamos con información sobre costos, sí sabemos que la explicación alternativa no es plausible
en escalas más amplias. En efecto, la subcontratación es una práctica relativamente extendida solo en el caso
de las operaciones de acabados, mientras que el intercambio de recursos comunes está limitado a un número
reducido de casos (asociados a la subcontratación de actividades de confección y acabados).

55
A. los costos unitarios de distribución: la producción y las ventas se realizan casi
en el mismo lugar, es decir en una zona altamente comercial cerca del centro de
Lima, con lo cual se reducen tiempos y costos de transporte; y

B. los costos unitarios de mercadeo: tanto la visibilidad de la competencia como la


reputación colectiva de Gamarra ante compradores de todo tipo reduce los
costos de estudiar el mercado (adquisición y selección de información), los
costos de publicidad y ventas, así como las pérdidas de tiempo.

Este argumento tiene validez no solo para los confeccionistas sino también para los
fabricantes y comerciantes de telas por un lado, y para los comerciantes de productos
finales (prendas) por el otro. Los efectos reputación del complejo de Gamarra como centro
de suministro de insumos, parecen ser relevantes para los empresarios confeccionistas
localizados dentro y fuera de la zona. Pero Gamarra también tiene buena reputación entre
los compradores como centro comercial de prendas de vestir con ciertas características en
cuanto a precio, calidad, y moda.

Queremos destacar la importancia de las ventajas de información con las que


cuentan los productores del complejo de Gamarra. El flujo de información sobre mercados y
productos, territorialmente definido, permite cambios y reajustes rápidos en la producción de
confecciones, generando a su vez necesidades de información sobre insumos (con
respecto a lo cual Gamarra también cuenta con indudables ventajas). Estas condiciones
pueden incidir positivamente en las ventas por trabajador.

La transformación de Gamarra en una zona intensamente comercial facilita,


además, la reducción de costos de búsqueda y emparejado entre materiales y productos
para distintos tipos de compradores de prendas de vestir (consumidores finales y
comerciantes de Lima y del interior del país). Esta reducción se traduce también en
menores pérdidas de tiempo, así como en costos más bajos de transporte y de acopio de
información sobre precios y productos. Todas estas ventajas juntas, para productores y
consumidores, pueden generar las condiciones para el crecimiento autosostenido – y
eventualmente autogenerado – de Gamarra.

En estas circunstancias, la integración “hacia adelante” resulta atractiva. Se pueden


contratar trabajadores adicionales para operar una tienda, lo cual explica el tamaño
promedio relativamente mayor de las empresas de Gamarra. En un entorno de este tipo, las
microempresas tienen mayores posibilidades de crecer y transformarse en pequeñas,

56
64
aumentando además sus ventas por trabajador. Este resultado puede ciertamente
atribuirse a menores stocks no vendidos, a una menor necesidad de ofrecer descuentos
(aunque la competencia vía precios es intensa en Gamarra), así como a la prolongación de
65
las jornadas de trabajo , y no necesariamente a un aumento en la productividad. Y aun si
este fuera el caso, la mayor productividad podría ser el resultado del desarrollo de
destrezas locales (inducidas por la concentración territorial), asumiendo que el tamaño
relativamente mayor de las empresas está asociado a la integración hacia adelante y no a
una mayor capacidad de producción.

En síntesis, el complejo de Gamarra parece operar como una extraordinaria


66
incubadora natural de empresas. El mejor desempeño de estas empresas es el resultado
de las ventajas de la localización, es decir de las economías de aglomeración en el entorno
67
territorial. De otro lado, la división del trabajo inter-firma no es muy profunda en Gamarra.
No tiene sentido, por lo tanto, atribuirle mecánicamente los rasgos estilizados del modelo de
distrito industrial (Asheim 1994: 93). La división del trabajo sólo está relativamente
extendida en las operaciones de acabados.

Finalmente, una vez que las empresas crecen y alcanzan cierto tamaño empiezan a
sentir el impacto de las deseconomías de aglomeración. Estas deseconomías se expresan
en costos y tiempos de transporte más altos, tanto en la compra de insumos como en la
distribución de productos finales. Las empresas de mayor tamaño dejan de depender de
Gamarra en su calidad de:

A. centro de suministro de insumos porque compran las telas o tejidos directamente


de las fábricas; y/o
B. centro comercial de productos finales porque tienen un equipo de vendedores,
tiendas propias en otras zonas de Lima o en la frontera, etcétera.
Al mismo tiempo, la rigidez de la infraestructura del complejo asociada a la
congestión urbana, limita las posibilidades de expansión empresarial. En efecto, la

64
Obviamente, una conclusión de este tipo debería confirmarse con investigaciones mas detalladas y estudios
de caso.
65
Este resultado podría explicar porqué los ingresos promedio por trabajador en Gamarra están por encima de
los niveles promedio registrados en otros lugares de Lima en todas las categorías de tamaño de empresa. ¿O
será que las empresas de Gamarra simplemente optan por pagar salarios más altos?
66
Utilizamos el término “incubadora natural” en un sentido estrictamente metafórico, advirtiendo que ni el Estado
ni los gremios empresariales ha jugado un rol promotor en el desarrollo de este complejo.
67
Nuestra interpretación enfatiza la dimensión geográfica, poniendo de relieve la relación entre la mayor
densidad espacial de las actividades económicas y el buen desempeño relativo de las ventas de las empresas
localizadas en esta zona. Esta relación puede eventualmente operar a través de otras variables, como son la
tecnología, la elección de productos, las estrategias de mercadeo, y la cercanía a los usuarios finales de los
productos. Las diferencias estructurales con respecto a estas variables entre las empresas de una concentración
y empresas dispersas en zonas de menor densidad, pueden complejizar notablemente el análisis comparativo
presentado en este trabajo, y merecen ser exploradas con mayor exhaustividad en investigaciones futuras.

57
posibilidad de operar con varios establecimientos está restringida por las indivisibilidades
asociadas al alquiler y/o compra de espacio, así como también por la necesidad de incurrir
en costos unitarios de supervisión más elevados. Estos efectos pueden ciertamente
mitigarse si las empresas operan como redes familiares y logran asignar racionalmente las
funciones de monitoreo. Pero obviamente, esta opción enfrenta tarde o temprano los
mismos límites, a medida que las operaciones de la red se expanden.

Nuestro análisis de la evidencia disponible ofrece entonces una interpretación


alternativa, y se diferencia de aquellas que atribuyen a estas concentraciones territoriales
distintos rasgos destacados por la literatura, en particular la especialización en procesos y
la densidad de las relaciones de subcontratación, (Castro 1991; Villarán 1993; Ponce 1994).
Nuestras observaciones aún preliminares sobre el impacto de las deseconomías de
aglomeración en las empresas de mayor tamaño pueden también servir como antídoto
contra la idealización de estas concentraciones.

El complejo de Gamarra ha nacido y crecido en un contexto marcado por la falta de


empleo, por el empobrecimiento urbano, y por un patrón de centralización espacial de la
producción. Parece ofrecer una alternativa a los excluidos de las oportunidades de trabajo y
de los servicios de formación, capacitación y sobre todo de información. Esta concentración
de empresas se ha constituido en un polo de información que fluye y se difunde a través de
productos (intermedios & finales), proveedores, familiares, paisanos y amigos. El logro más
importante, reflejado en los resultados de nuestra encuesta, es un desempeño
notablemente superior de las empresas localizadas en este complejo con respecto a sus
contrapartes en otros lugares de Lima.

El principal desafío planteado a las instituciones y a la sociedad es complementar el


enorme esfuerzo de los empresarios con los servicios que el mercado no es capaz de
generar y/o suministrar: información anticipada sobre mercados, tendencias de la moda y
características técnicas de procesos y productos; capacitación especializada con el
concurso de profesionales que responda a los requerimientos de las pequeñas empresas
según sus propias características; esquemas de comercialización más eficientes
aprovechando economías de diversificación en el suministro de productos finales. Las
políticas y programas de promoción deben orientarse a aquellas actividades que los
agentes privados no pueden realizar por la indivisibilidad de las inversiones, las
externalidades y/o el carácter público de algunos de los servicios mencionados líneas
arriba.

58
ANEXO I
INFORMACIÓN ESTADÍSTICA
Cuadro 1.1
Intercambio de recursos productivos, financieros, y/o humanos entre una
empresa confeccionista y su subcontratista (en % del total de las
columnas/empresas que de hecho transfieren algún recurso)

MUESTRA DISTR. RES. LA GAMARRA DISTR. POP.


VICTORIA/FG
PREP/C FIN PREP/C FIN PREP/C FIN PREP/C FIN PREP/C FIN

Asistencia Técnica (AT) 0.0 1.5 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 6.3 0.0 0.0

Suministro de Insumos (SI) 2.3 1.5 5.0 5.3 0.00 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0

Pago Adelantado (PA) 0.0 1.5 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 5.0

Instrucciones Básicas (IB) 30.2 57.6 20.0 52.6 20.0 54.5 37.5 56.3 50.0 65.0

PA y IB 7.0 13.6 0.0 15.8 40.0 18.2 12.5 6.3 0.0 15.0

SI y IB 2.3 1.5 5.0 0.0 0.0 0.0 0.0 6.3 0.0 0.0

PA, SI y IB 7.0 6.1 10.0 10.5 0.0 9.1 0.0 0.0 10.0 5.0

PA, AT y IB 11.6 6.1 0.0 0.0 0.0 0.0 37.5 25.0 20.0 0.0

SI, AT Y IB 11.6 0.0 15.0 0.0 20.0 0.0 12.5 0.0 0.0 0.0

AT, SI, PA y IB 18.6 4.5 30.0 10.5 20.0 0.0 0.0 0.0 10.0 5.0

AT y IB 7.0 4.5 10.0 5.3 0.0 9.1 0.0 0.0 10.0 5.0

AT y SI 2.3 0.0 5.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0

SI y IB 0.0 1.5 0.0 0.0 0.0 9.1 0.0 0.0 0.0 0.0

SUBTOTAL DE CASOS 43 66 20 19 5 11 8 16 10 20
(número de empresas
que intercambian algún recurso)

Nota: PREP/C = operaciones preparatorias y de confección; FIN = operaciones de acabado. Los porcentajes deben ser
interpretados con cautela debido a las diferencias en los subtotales de las columnas.

59
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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