enproyecto
PIMM
D e S i m c i t y
a P I M M C i t y
por LUCERO URIBE
Un proyecto, destinado a revolucionar
el concepto de mall en el mundo entero,
tiene su genesis en Panamá
S
i los años 60’s se merecen un aplauso no es por haber sido un
nido de excesos irresponsables y asesinatos notorios, sino más
bien por haber engendrado, en Latinoamérica, el máximo tem-
plo de frivolidad furtiva, obsesiones voraces y compulsión masiva: el ve-
neradísimo centro comercial.
“Boom” es algo que hacen las bombas, pero en esta era de curiosida-
des atípicas, esto es algo que también está haciendo la industria de los
centros comerciales. Si en algún momento los primeros monstruos de
centros comerciales fueron vistos como monumentos a la modernidad
por los impresionables y los no tanto, hoy en día no son sino unos blo-
ques de concreto más, pues ahora los que hacen noticias son los desarro-
llos nuevos como el Iguatemi Alphaville de São Paulo o el proyecto
Capital Reforma en México D.F. que incorporan espacio comercial, ofici-
nas y apartamentos. Sin embargo, entre estas propuestas vanguardistas,
el que más está haciendo estruendo es sin duda alguna el PIMM de
Panamá, cuyas siglas superpoderosas, con magna creatividad y hambre
por la innovación, han hecho que el primer centro comercial al por ma-
yor sea una realidad.
Causar revuelto en la manera que la gente “va de compras” no es co-
sa sencilla, pero a través de los años, muchos han infundido con éxito
nuevas ideas y han logrado virar las perspectivas del comprador común.
El portador de la varita mágica en tiempos actuales se llama Reynald
Henry Katz, fundador del PIMM ó Mercado Internacional de Mercancías
de Panamá, quién divisó una oportunidad y la materializó. La Zona
Franca de Colón, un centro de tránsito del comercio mundial, libre de
impuestos de importación y exportación, es la localidad donde este vi-
sionario ha empezado, desde finales del 2007, a explotar un mercado
que está creciendo cada día más, y que tendrá como resultado un centro
comercial colosal desde donde fabricantes podrán llegarles a sus clientes
mayoristas sin que el público general tenga acceso. Esta idea, ya vista en
EE UU y en Europa, llega como novata a Latinoamérica y tiene como ob-
jetivo servir como puente entre los productos que quieren entrar y los
que quieren salir, abriéndole así las puertas a la economía global.
Con 6,800 salas de venta, varios hoteles, condominios y oficinas so-
bre un terreno de 1,300 hectáreas, un indudablemente confiado Katz
afirma que el PIMM generará US $ 2 millones para cada fabricante en su
primer año de trabajo, y advierte que estos inversionistas encontrarán
120 complot
que la relación entre el precio de la sala y los ingresos es inigualable. Y es
sólo lógico que Katz hable con tanta seguridad, pues en tan sólo tres me-
ses se han vendido 800 salas a razón de US $1 millón en ventas por día,
números que superan las predicciones más optimistas. Claro, ¿quién no
va querer participar en un proyecto que tiene un potencial de 560 millo-
nes de clientes latinoamericanos?
El PIMM, el cual está programado a finalizar en el 2012, con la prime-
ra etapa concluida en el 2009, albergará a 6000 fabricantes de productos
diversos: textiles y ropa, carros, comida, productos de salud, perfumes,
cosméticos, electrodomésticos, equipos de comunicación y mecánica, ma-
teriales para la construcción y para la decoración de interiores, productos
eléctricos y productos químicos. Las ventajas para estos empresarios serán
múltiples, pues aparte de que Panamá es un país estable, dolarizado, sin
barreras lingüísticas y sin impuestos sobre los beneficios y sobre las ven-
tas, los exportadores asiáticos, americanos y europeos tendrán fácil acceso
al mercado latinoamericano, y los compradores no tendrán las restriccio-
nes de visa que presentan países como los EE UU o China.
La mayoría de la gente emprendedora siempre ha recurrido al Inter-
net para ejercer sus labores comerciales, y ¿por qué no?, pues éste siem-
pre ha sido una buena herramienta para los negocios. Sin embargo, Katz
dice que “el PIMM es una nueva manera de hacer negocios,” y quizás
una mejor manera, ya que las relaciones cara a cara forjan vínculos per-
sonales más sólidos, los cuales a su vez, conllevan a más transacciones.
Tal es el auge pronosticado, que Katz ya tiene planificado introducir este
nuevo concepto en Sudáfrica, China e India dentro de los próximos tres
años, convirtiendo a PIMM, por su nombre genérico y por su calidad óp-
tima, en una marca mundialmente conocida que le abrirá ventanas de
oportunidad a todo tipo de empresas y fabricantes.
Un edén para la compra y la venta, el PIMM también será un paraíso
de instalaciones, pues tiene toda la intención de pintarse como una pe-
queña ciudad. Calles, parques y estacionamientos van a interconectar los
34 edificios, que a su vez dispondrán de bancos, restaurantes, bares, co-
misaría y una unidad médica ambulatoria. Dentro del conjunto también
existirá conexión inalámbrica para Internet, transporte continuo al aero-
puerto, un helipuerto y un servicio de transporte interno para cada zona,
aupando así el atractivo de un lugar que, más que un comercio, es un
punto de encuentro para el intercambio social ●
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