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Universidad Nacional det Nordeste AAR LNB * Nacional det Nordeste (we Cowrarg cde isan Ore free ig Citedra: (222 de la Comunicacion’ Wc Lic. Adriana Inés Echeverria Documento de Lectura: Nuevas Tecnologias: cultura y globalizacién Feo U.: "Répida Utopia". Rev. Noticias, edicién especial. Bs. As. 1998. Rapida utopia ‘Unaearo Eco Nuestro siglo est enfermo, cargado de saberes fragmentados, incapaz de reconocer a sus enemigos. Eldiagndstico del autor es sucinto: esptramas newrastenta y vlvimos en busca de una cura para nuestro mal Todo a altisima velocidad. Ase. a distancia, velocidad, comunteacién, linea de mon- faje, triunfo de las masas, Holocausto: a través de las me- téforas y de las realidades que marearan estos cien witimos aflos, aparece la verdadera enfermedad del progreso... Primera regla: no se puede Juzgar un siglo, sobre todo algunos afios antes de su fin, sin volver a colocarlo en la debida perspectiva historica Piensen en lo que habria res- . , pondido un gedgrafo del sigoxv Piensen qué habriamos sile hubiesen pedido una sinte- sis de su siglo el 1° de enero de, contestado si nos 1490, O lo que habriamos con- . . testado si nos hubiesen pedido hubiesen pedido un balance de 1989, un mes an- -tes de la caida del Muro de Ber- un balance de 1989 lin y de la revolucién rumana ‘Segunda regla: gquién juzga? El Un mes antes de Juiclo de un cludadano del mundo : occidental es diferente del de un la caida del Muro. biairano que se muere de hambre. Pero, st esta regla es valida para cada siglo, loes un poco menos para el nuestro, Para bien o para mal, 2] modelo occidental se va lmpontendo gradual- mente sobre una gran parte del planeta. Un campesino chi ‘no est hoy. para blen o para mal. mAs cerca de un campe- sino francés de lo que estaba hace dos siglos. ‘Tercera regia: no se puede evaluar emocionalmente un siglo estando dentro de él y sin recurrir a comparaciones estadisticas. La cantidad de personas que mueren actual Norse th Rarpa Urorta, Umberto Eco mente de hambre en el mundo nos causa horror. Pero el ntimere de personas que moria por Ja misma raz6n el siglo pasado también debe causarnos horror, sobre todo si lo comparamos con la poblacién sundial de la época. Segiin los Se puede juzgar un relatos de varios legados ponti- . ,__ ficios, el principe Vlad Tepes de siglo por la distancia vValaquia (mas conocido por el nombre de Dracula), que empa- existente entre SU labaa mujeres y nifios mientras . se divertia con sus cortesanos, sistema de valores y habia ordenado, por el afio . vos cae 1475, la masacre de 100.000 “su practica cotidiana. personas. Teniendo en cuenta que su principado tenia 500.000 habitantes, es como si hoy el gobierno italiano ordenase la masacre de diez millo- nes de ciudadanos. El siglo que toca a su fin es el mismo que presencié el Holocausto, Hiroshima, los regimenes de los Grandes Hermanos y de los Pequefios Padres, las ma- sacres de Camboya, y asi sucesivamente. No es un balan- ce tranquilizador, Pero, como veremos, el horror de estos acontecimientos no reside tan s6lo en la cantidad que, por cierto, es aterradora. Ee una Europa con apenas unas decenas de millones de habitantes, los pogroms de las Cruzadas, las ciu- dades saqueadas durante la Guerra de los Treinta Aiios, representan un nitmero de victimas que deberia dejar- nos sin voz, Mas atin cuando a los responsables se los honraba como héroes, tanto en los libros de historia co- mo en los retratos suntuosos que hacen la grandeza de la historia del arte. Se puede juzgar un siglo por Ia distancia existente entre su sistema de valores y su préctica cotidiana. Como se sa- be, la hipocresia permite establecer compromisos entre el reconocimiento teérico de los valores y su violacién, Ahora bien, nuestro siglo tai vez haya sido menos hipécrita que los NOTICIAS/Pagina 12 Ravipa Uromia ‘UmpeRro Eco otros. Enuncié reglas de convivencia; sin duda las violé, pe- ro promovié y promueve procesos ptiblicos contra esas vio- laciones. Esos procesos no impiden que se repitan, pero ejercen alguna influencia sobre nuestros comportamientos cotidianos y sobre las probabilidades para un gran ntimero de ciudadanos, en especiaf del mundo occidental, de vivir més tiempo, evitando abusos de poder de todo orden. Hoy puedo circular por la calle sin que alguien que quie- re mantener su trayectoria por la misma calzada que la mia me haga matar; y sé que mis hijos no recibiran bofe- tadas del hijo de un duque como medio de aprendizaje del poder. Todavia hay individuos prepstentes que intentan expulsar a una mujer negra de un 6mnibus, pero la opl- ni6n publica los condena: hace apenas dos siglos, habria- mos actuado como honestos cludadanos si hubiésemos invertido una parte de nuestro pecunio en una empresa que hubjera vendido a esa mujer como esclava en los Es- tados Unidos. Parece que fue lo que le sucedié a Voltaire. Vere: ahora los aspectos ambiguos de este siglo. Es- ( te habré sido el siglo de las masas. Para bien o para mal. Los derechos de las masas fueron reconocidos: es muy importante que un ciu- - dadano que no dispone de A tierras o que no posee pre- Intente tratar a golpes rrogativas eclesidsticas ten- . gaderechoala palabra, ala al plomero que exige contestacién, al voto, a ejer- cer un cargo politico.¥ no que se le pague y valoramos lo que ello repre- , senta porque no vivimos en Comprendera que algo siglos en los que era normal , que un artesano viviera en Cambio en este siglo. un pesebre inmundo y que un sefior que carecia del di- nero para pagarle mandara a sus slervos a qué le pega- ran. Intente tratar a golpes al plomero que exige que se le pague, y comprendera que algo cambié. Las conquistas NOTICIAS/Pagina 13 Rava UTOPIA ‘Umserto Eco morales y politicas de este siglo, gracias a las cuales ya no se puede embarazar impunemente a una campesina s6lo porque uno es duefio de las tierras, se pagan hoy mediante el sistema del estrellato: aquélla que, en otros tiempos, habria sido una campesina indefensa, se ve hoy asediada con la promesa de aparecer desnuda en la tapa de una revista famosa. Nuestro siglo es el de la aceleracién tecnoldgica y cienti- fica, que se produjo y sigue produciéndose a un ritmo an- tes inconcebible. Fueron necesarios miles de afios para pasar del barco a remo a : la carabela, ode la energia Durante este siglo, eélica al motor de explo- si6n; pero en unas pocas los hombres pusieron décadas se pasé del dirigi- , ble al avién, de la hélice al en cuestion, de turborreactor y de ahi ala nave interplanetaria, En manera mas directa, la unas decenas de afios, ful- mos testigos del triunfo de supervivencia del planeta. 1as teorfas revoluciona- rias de Einstein y de su cuestionamiento. El costo de esta aceleracién de los descubrimientos es la hiperes- pecializacién, Estamos en vias de vivir la tragedia de los saberes separados; cuanto més los separamos, tanto més. f4cil es someter la clencla a los célculos del poder. Ese fe- némeno esté intimamente ligado al hecho de haber sido en este siglo cuando los hombres pusteron en cuestién, de manera mAs directa, la supervivencia del planeta. Un ex- celente quimico puede imaginar un excelente desodoran- te, pero no posee al mismo tiempo el saber que le permiti- ria darse cuenta de que su producto va a provocar un agu- Jero en la capa de ozono, E: equivalente tecnolégico de la separacién de los co- nocimientos es la linea de montaje. En ésta, cada uno conoce tan sélo una fase del trabajo. Privado de la NOTICIAS/Piginald Rarip, Uroria ‘Unpert0 Eco satisfaccién de ver el producto terminado, también esta exento de toda responsabilidad. Podria producir, y ocu- rre con frecuencia, venenos sin saberlo. Pero la linea de montaje también permite fabricar aspirinas en cantidad para todo el mundo, Y rapidamente. Todo pasa a ritmo acelerado, desconocido para los siglos anteriores. Sin esa aceleraci6n, el Muro de Berlin podria haber durado milenios, como la Gran Muralla China. Esta bien que to- do se haya resuelto en el espacio de treinta afios, pero pagamos el precio de esa celeridad. Podriamos destruir el planeta en un dia. N uestro siglo fue el de 1a comunicacién instanténea | Hernan Cortés pudo destruir una civilizacién y, an- tes de que la noticia se difundiese, tuvo tlempo para en- contrar justificativos a sus emprendimientos. Hoy, las masacres de la Plaza de la Paz Celestial, en Pekin, se yuelven actualidad en el mismo momento en que se de- sarrolian, y provocan la reaccién de todo el mundo eivill- zado ‘Pero e) exceso de in- formaciones simulténeas, provenientes de todos los El siglo de la comunicaciéa puntos del planeta, pro- _ duce habito. El siglo dela transformé la informacién comunicacién transformé . la informacién en espec- en espectaculo y taculo. Y nos arriesgamos . . a confundir la actualidad arriesgamos confundir con la diversién. Nuestro sigio presencis actualidad con diversi6n. el triunfo de la accién a distancia. Hoy, se aprieta un botén y se entra en comunicacién con Pekin, Se apricta un botén y un pais entero explota. Se aprieta un botén y un cohete sale lanzado a Marte. La aceién a dis- tancia salva numerosas vidas, pero convierte el crimen. en un acto irresponsable. Ciencia, tecnologia, comunicacién, accién a distancia, NOTICIAS/ Pégion 15 Ravina UTOPIA, ‘UsBerTo Eco principio de la linea de montaje: todo esto hizo posible el Holocausto. La persecuctén racial y el genocidio no fue- ron una invencién de nuestro siglo: heredamos del pasa- do el habito de blandir la amenaza de un complot judio para desviar e! descontento de los explotados. Pero lo que torna tan terrible el genocidio nazi es que fue rapido, tecnolégicamente eficaz, y que buscé el consenso sir- viéndose de los medios de comunicacién y del prestigio de Ja ctencia. Fv: f4cil hacer pasar por ciencia una teoria pseudo- cientifica porque, en un régimen de separacién de sabercs, el quimico que aplicaba los gases asfixiantes no juzgaba necesario tener opinién sobre la antropolo- gia fisica, El Holocausto fue posible porque se lo pudo aceptar y Justificar sin ver sus resultados. Ademds de un niimero, a la postre limitado, de personas responsa- bles y de ejecutores directos (sAdicos y locos), otros mi- Nones colaboraron a distancia, realizando cada cual un gesto que nada tenia de aterrador. Asi, este siglo supo hacer de lo mejor de sf lo peor de sf. Todas Un molino de viento tas cosas terribles que sucedie- . ron después no fueron sino una podia repararse. repeticién sin gran innovactén. El siglo de! triunfo tecnolégico Pero la computadora fic tambiénet del descubrimien- to de la fragilidad. Un molino de no tiene defensa ante viento podia repararse, pero el , sistema de la computadora no Ja mala intenci6n tiene defensa ante la mala inten- te cién de un niiio precoz. El siglo* de un nifio precoz. {esta estresado porque no sabe side quién se debe defender, nl c6- imo: somos demasiado podero- ; sos para poder evitar a nuestros enemigos. Encontramos cl " medio de eliminar la suctedad, pero no los restduos, Por- que Ja sucledad nacié de la Indigencla, que podia ser redu- NOTICIAS /Pagina 16 RanpaUrona, Unuerro Eco cida, mientras que Jos residuos (incluso los radiactivos) nacen del bienestar que nadie quiere perder. He aqui por qué nuestro siglo fue el de la angustia y el de la utopia de curarla. Con un superego mas fuerte, la humanidad se complica en un mal que conoce perfectamente, lo confiesa en ptiblico, ensaya purificaciones explatorias en las cuales participan las iglesias y los gobiernos, y repite el mal por- que la accidn a distancia y la linea de montaje impiden identificarlo en el principio del proceso. Espacio, tiempo, informacién, crimen, castigo, arrepentimiento, absolu- cién, indignacién, olvido, descubrimiento, critica, nact- miento, larga vida, muerte... todo a altisima velocidad. A un ritmo de estrés. Nuestro siglo es el del infarto, . ag en “Ni ln md qutina de vapor, el teléfono ola computadora hin modsficado en lo mds minim la noturaleca humana, que permanece idéntica a través del tiempo. La iiltima propuesta heche a Ia bumanidad para moderar su agresividad innata, promover In solidavidad y, en fin, espivitualizar su existencia data de dos mil aiios atrés y su impulsose gots, evidentemente, bce mucho. No creo que sean Bill Gates y su evangelio : informuéitico los que yayan a cambiar esta situacion” \ ERNESTO SCHOO (abril de 1996) oe Foe AL AE,

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