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Comprensión y Redacción de Textos II

Ciclo 2018-2
Sesión 5A
Material complementario

Fuente 1
Adultos mayores: la fuerza laboral del futuro

En Chile, 85% de los adultos mayores es autovalente, pero solo un tercio de ellos mantiene un
trabajo remunerado. Una situación que, sumada a la decreciente tasa de natalidad nacional, en el
largo plazo podría afectar la cobertura de todas las plazas laborales necesarias para el desarrollo
del país, y que plantea el reto, tanto a los generadores de las políticas públicas como a la
sociedad en su conjunto, de definir nuevas y mejores formas de inclusión de este segmento en el
mercado laboral.
Los 60 años marcan en Chile una línea definitiva: comienza la tercera edad. A las seis décadas
de vida, las mujeres ya pueden jubilar y los hombres, que deben esperar a los 65 años, se
aprontan a hacerlo también. Sin embargo, las bajas pensiones y el alto costo de vida que
enfrentan los adultos mayores están llevando a cada vez más personas a permanecer en el
mercado laboral, lo que genera, a su vez, una serie de desafíos para lograr su inclusión.
La necesidad del país, en el mediano plazo, debería llevar a estimular a un número creciente de
adultos mayores a postergar su retiro o a seguir trabajando luego de él: los cálculos indican que,
en 2050, un cuarto de los habitantes será adulto mayor, proyección que abre las puertas a una
realidad desconocida para Chile, que hasta hace poco gozaba de una población creciente y
principalmente joven. En 1960, una mujer tenía en promedio poco más de cinco hijos y ahora,
en cambio, nacen menos niños y la vida se extiende por más años. Durante 2014, se
contabilizaron casi 251 mil nacimientos y la tasa de fecundidad llegó a 1,85, mientras que la
esperanza de vida en el país, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se elevó a 80,5
años, así encabeza la longevidad en la región y se ubica por sobre la media del mundo, que
alcanza los 71,4 años. Es más, según la directora del área incidencia de Fundación Oportunidad
Mayor, Consuelo Moreno, hacia 2025, en Chile, habrá un millón más de jubilados que en la
actualidad; puntualiza que, si se toma la tasa de ocupación promedio a 2014, “podríamos inferir
que, en los próximos diez años, se abrirán 680 mil nuevos puestos de trabajo que el mercado
deberá ser capaz de cubrir. Pero si consideramos las tasas de creación de empleo actuales y los
bajos índices de natalidad, lo más probable es que se alcance a llenar solo un tercio de las
vacantes que dejarán las personas que se jubilen en esta década”.
Por eso, la integración de la tercera edad es clave. Actualmente, de los poco más de tres
millones de adultos mayores que tiene Chile, según la Encuesta Casen 2015, casi un tercio se
encuentra ocupado. De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para el
trimestre móvil mayo-julio de este año, en el rango etario que va entre los 60 y 64 años, casi
62% de ellos trabaja (cifra que se incrementó 10% en un año). Luego, este número llega a 42%
en los individuos de entre 65 y 70 años, con un incremento de casi 8% en el último año, y a
16,4% entre los mayores de 70, grupo que mostró un crecimiento de poco más de 3%. Y si se
observa que, a nivel general, la tasa de participación subió solo de 58,3% a 59,5%, se constata
que este es uno de los segmentos poblacionales que más está elevando su presencia en el
mercado laboral. [...]
“Está demostrado que mientras las personas mayores se mantienen en el mercado laboral, sus
enfermedades físicas y mentales disminuyen por la capacidad que genera continuar en estos
espacios y mantener los vínculos entre las personas”, señala Valenzuela. Al respecto, son
esclarecedores los datos que mostró la Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez,
realizada en 2016 por la Universidad Católica y la Caja Los Andes: 66% de los adultos mayores
señaló trabajar por una necesidad económica, pero un alto porcentaje (69,2%) de quienes
trabajan dijo que seguirían haciéndolo, incluso si no tuvieran la necesidad económica de
hacerlo, y 79,4% afirmó que lo que hace en su trabajo actual le agrada mucho.
Capacitación es clave
No obstante, el ingreso o mantención de los adultos mayores en el mercado laboral enfrenta
varias complejidades. Por una parte, ellos están buscando jornadas más flexibles o más cortas. Y
por otra, hay temas de educación y capacitación que los dejan en desventaja frente a los más
jóvenes. De acuerdo a las cifras del Ministerio del Trabajo, obtenidas sobre la base de la nueva
encuesta nacional de empleo, la mayor parte de los trabajos de la tercera edad se realiza en el
área de comercio, sector en el cual se desempeña 28% de las mujeres mayores de 60 años y
16,3% de los hombres de más de 65 años. En tanto, 18,5% de las mujeres trabaja en servicio
doméstico en hogares privados y 21,2% de los hombres se desenvuelve en el rubro de la
agricultura. [...] “En Brasil, las cifras comparables son 67% y 22%, mientras que en México,
71% y 16%. La buena noticia es que esta brecha de habilidades se irá cerrando gradualmente a
medida que los segmentos más jóvenes y mejor educados de trabajadores suban la escala de
edad. Mientras tanto, los gobiernos pueden ayudar financiando programas de capacitación
laboral para trabajadores mayores”, agrega. [...]

Temas pendientes
Este escenario evidencia que algunos de los desafíos por resolver son generar espacios laborales
para las personas mayores, avanzar en romper la brecha digital y superar ciertas rigideces en el
mercado laboral que impiden, por ejemplo, una mayor flexibilidad horaria.
“La falta de flexibilidad en el marco regulatorio laboral impide que se contrate por menos de 20
horas, cuando lo que el adulto mayor busca es contar –en la mayoría de las ocasiones– con un
incremento de lo que percibe como pensión”, comenta Jorge Alfaro, de Ossandón Abogados.
[...] Además, el salario mínimo legalmente menor al del resto de los trabajadores requiere, a su
juicio, modificar la Ley 20.935 para aumentar este ingreso y así equipararlo al de cualquier
persona mayor de 18 años.
Lo cierto es que la incorporación de la tercera edad en el mercado laboral exige no solo cambios
legales, sino también culturales, puesto que “hay una especie de estigma instalado en nuestra
sociedad, de asociar la vejez con aspectos negativos y que se traduce en los temas de la
cotidianeidad, como el abandono, por ejemplo”, analiza el director del Senama. Añade que, en
este sentido, se requiere que esta mirada de la vejez vaya cediendo paso a un envejecimiento
activo en las comunidades donde se desenvuelven los adultos mayores, “con familias que los
cuidan y con un Estado presente cuando se requiere, frente a personas que están abandonadas y
más vulnerables que otras”. [...]

Marín, C. (2017). Recuperado de https://www.amchamchile.cl/2017/09

Fuente 2
"De vuelta a la cancha”: una oportunidad laboral para adultos mayores
Creación de programa del MIMP se enmarca en la Convención Interamericana para la
Protección de los Derechos Humanos de las Personas Adultas Mayores, que demanda ejercer su
derecho a trabajar. Podrán ejercer su derecho a trabajar independientemente a la edad que
tengan. El anuncio se hizo en el Foro “Análisis, reflexión y retos de la nueva Ley N° 30490 –
Ley de la Persona Adulta Mayor”, en el marco de la celebración del “Día Nacional de la
Persona Adulta Mayor” (26 de agosto).
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) acoge la demanda de la
Convención Interamericana para la Protección de los Derechos Humanos de las Personas
Adultas Mayores, enmarcándola en la creación del Programa Nacional de “Vuelta a la cancha”,
para que esta población pueda ejercer su derecho a trabajar de manera independiente a la edad
que tengan. Dicha ley fue aprobada este año y tiene por objetivo establecer un marco normativo
que garantice el ejercicio de los derechos de la persona adulta mayor, orientada a mejorar su
calidad de vida y propiciar su plena integración al desarrollo social, económico, político y
cultural del país.
Según el INEI, las personas adultas mayores representan el 9,67% de la población total de
nuestro país. De este porcentaje el 46,7% son varones y el 53,3% son mujeres. La velocidad con
que crece esta población es más del doble del ritmo de crecimiento de la población total.
Otro de los anuncios hechos es la implementación de un servicio denominado Unidad de
Protección para Personas Adultas Mayores que se constituirá en la instancia administrativa que
dicte medidas de protección temporal a favor de la población adulta mayor que se encuentre en
situación de riesgo como abandono, fragilidad o pobreza extrema. Por otro lado, se priorizará la
ampliación de cobertura de los Centros de Atención Residencial (CAR), de día y de noche.
Además, se ha ampliado el horario de atención de los Centros Emergencia Mujer (CEM) lo que
permitirá recibir más denuncias sobre casos de violencia a esta población.
La actividad contó con la participación de la Directora de la Dirección de Personas Adultas
Mayores del MIMP, Elba Espinoza, así como de distintos representantes de las Municipalidades
de Lima Metropolitana y el Callao, Organizaciones de personas adultas mayores, entre otros
representaciones del Estado y Sociedad civil.

Recuperado de http://vital.rpp.pe/vivir-bien

Fuente 3

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