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Daniel Farías

Sistema económico y social en Egipto

Es correcto comenzar –a modo introductorio- con algunas particularidades en


cuanto al estudio del Egipto faraónico. En primer lugar nos encontramos con
dificultades de carácter bibliográfico, en donde las características del mercado
interno y/o externo se ve limitado a datos poco concretos. Otra cosa es la
bibliografía referente a la agricultura dentro del Egipto al igual que su sistema
interno, materia que no representa un problema mayor. Otra peculiaridad
fundamental es el carácter divino del Faraón, y como bajo este arquetipo divino se
estructura todo lo que representa la vida y trabajo en Egipto.

El Egipto faraónico se caracteriza por su sistema económico abocado a la


agricultura que a pesar de requerir un trabajo menor durante periodos
prolongados, durante la subida del Nilo constituye la mayor alegría y bendición
divina para los campesinos –o fellah-. Periodo en el cual la producción agrícola es
abundante y de escaso trabajo debido a las inundaciones. En el imperio la
producción agrícola consta básicamente de cereales – trigo y cebada entre ellas-,
legumbres y una gran cantidad de árboles frutales. Que a la vez representan el
menú diario y obligado, con pan y cerveza. Además de la producción agrícola, el
criado de ganado también es productivo, el buey, el asno, el cerdo, el cordero y la
cabra son los animales comunes. En otra categoría encontramos al caballo,
guardado para las castas superiores. Para terminar podemos apuntar también el
uso del bumerang, para la caza, al igual que la práctica de pesca. La abundancia
de alimentos durante las crecidas de Nilo y la capacidad de autoabastecimiento los
Fellah –como veremos también más adelante- provocan en Egipto un aire de
autosuficiencia que provoca en reiteradas ocasiones – y a pesar de su ubicación-
un aislamiento parcial o completo en lo que es su economía. Carácter perjudicial
en la asimilación de tecnologías que pudieron facilitar y/o potenciar su desarrollo.
Daniel Farías

En cuanto a la materia prima Egipto deja bastante que desear. La utilización de


hierro es totalmente escasa. Su obtención se limita a aerolitos hasta un periodo
demasiado tardío y las labores de canteras son tomadas por esclavos y
extranjeros. También la madera de calidad es rara y se obtenía en su mayoría
desde el extranjero. Por el contrario material como el barro, la paja y caña que
eran usados principalmente en las construcciones se les podía encontrar sin un
mayor esfuerzo.

Existió una gran cantidad de maestros artesanos capaces de usar los exiguos
materiales y convertirlos en verdaderas obras de arte. Pero era esta gran cantidad
de artesanos es la que provocaba una oferta demasiado grande para tan poca
demanda que se resumía, principalmente, en las clases altas o el mismo Faraón.
Las grandes masas se conformaban con cerámicas –por ejemplo- más bien
rusticas. Lo que es el comercio se ve beneficiado por el extenso Nilo y sus
numerosos brazos que permiten la circulación de materiales y productos de forma
expedita dentro de sus alcances. Exteriormente el comercio era vago
esencialmente por que en su mayoría no se poseía una capacidad marítima
además de la del mismo Faraón que se preocupaba de importar, principalmente,
madera. Aunque las influencias externas no son menores y provinieron del extenso
Mediterráneo el hombre común viajaba más allá de los brazos del Nilo.

La inserción de una sistema monetario similar al que hoy es conocido –


refiriéndome a una moneda de cambio estándar- no es apreciable hasta un periodo
tardío bajo la tutela de Alejandro y los Ptolomeos. Incluso la circulación de
materiales preciosos –oro, plata, cobre. Etc.- no comienza hasta muy tarde.

En Egipto podemos encontrar –al igual que en muchos otros lugares obviamente-
el uso asiduo de esclavos, en su mayoría extranjeros o prisioneros de guerra
destinados a servir al faraón, los sacerdotes, escribas e incluso los guerreros que
demostraran una gran valentía y que fueran dignos de confianza ante el faraón.
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Las clases más comunes no poseían este ¨privilegio¨ en caso de poseer esclavos
se les veía de forma sospechosa.

A lo que respecta el núcleo familiar la bibliografía tiende a ser pobre y poco


detallada. Pero hay puntos importantes bajo los cuales se puede construir una
concepción general del comportamiento y estructura hogareña. La mujer ocupa un
rol primordial dentro de la sociedad egipcia y con mayor razón en la familia, es
nivelada e incluso realzada frente al hombre, pudiendo –como no es el caso de
otras sociedades e incluso en la actualidad- utilizar cargos importantes llegando a
ser la ¨jefa de casa¨ o llegando a usar el puesto del faraón. La crianza de los niños
se acerca más bien al modelo de crianza actual con un lazo emocional fuerte y
formación apegada a los padres. Siendo este un ponto en contraste con muchas
otras civilizaciones conocidas – los griegos por ejemplo- que criaban a los niños en
forma conjunta y sin un núcleo familiar sólido. La mortalidad en el Egipto
Faraónico es alta y a pesar de esto cada familia tenía al menos un hijo, siendo el
primogénito el heredero y preservador del oficio y costumbres de la familia.

El sector campesino es denominado Fellah. Se caracterizan por ser familias


trabajadoras en los campos designados por el mismo Faraón y por lo tanto al
servicio del mismo o de las zonas de cultivo a cargo de los templos. Los fellah eran
altamente autos suficientes y tan números que eran capaces de sustentar a Egipto
en su totalidad con alimentos.

De forma más mesurada recataremos nuevamente el papel del obrero o artesano.


Como ya mencionamos su labor era de gran calidad pero la mayor parte de la
población prefería y le bastaban trabajos más rudimentarios o incluso propios. Una
peculiaridad en los centros urbanos era la ubicación que tenían los artesanos,
siendo más ventajosa cuanto más periférico se encontraba. Debido esto
principalmente a la facilidad de la obtención de la materia prima.

A pesar de ser un órgano fundamental en cada reino o pueblo y sobre el cual


recae –generalmente- la admiración y respeto, en el Egipto faraónico el soldado se
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ve con desprecio e incluso temor debido a sus excesos de fuerza y autoridad.


Además podríamos entrever una desconfianza hacia la estructura militar debido
fundamentalmente a su carácter extranjero y mercenario. Esta formación se debe
a la incapacidad de instruir militarmente a los ya acostumbrados campesinos. La
formación militar también limita al soldado para subir de rango y eran pagados en
su mayoría con tierras y esclavos.

Por ultimo podemos rescatar al clero y los escribas. Estos personajes eran en
ocasiones más fuertes e influyentes que el faraón y este pasaba a ser una
marioneta de los sacerdotes y del escriba. Hacían regir las normas o Maat que era
el código moral bajo el cual cualquier egipcio se debía regir. Eran instruidos desde
temprana edad en los conocimientos y la escritura. Después del Faraón –y en
ocasiones antes de el – eran los mejores posicionados en la sociedad. A pesar de
distintas usurpaciones y rebeliones unos de sus deberes primordiales era revelar a
la sociedad el carácter divino de este y bajo este concepto religioso controlar
validar el liderazgo y jerarquía del Faraón. De forma arbitraria podemos también
mencionar, bajo esta formación religiosa, la conformación de las ciudades que
además de regular la economía tenían un fuerte impacto religioso en –como ya se
hizo mención-, validar la estructura social y hacer valer el modelo ético del Maat..

A modo de conclusión podemos entrever características fundamentales en la


mantención, economía, religiosidad y orden social en Egipto Faraónico. En primer
lugar es menester resaltar el papel del sacerdote que valida al Faraón como dios
para preservar al pueblo en general sumiso y obediente ante sus mandatos. Y
aunque este era la labor principal de la casta también es preciso señalar como,
tomando ventaja de esta situación, guían al faraón en un camino provechoso para
si mismo. Al igual que muchas veces lo hizo el escriba, aventajándose al Faraón y
dictaminando sus propias normas. Como vimos anteriormente la sociedad se
puede dividir en distintas castas bien establecidas, siendo una de las más
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importantes los Fellah. Capaces de mantener y preservar Egipto abastecido


durante las crecidas y bajadas del Nilo. Aportando al carácter autosuficiente y el
aislamiento del imperio. La labor de la mujer y su rol en la familia es también
altamente rescatable y ejemplar. Por consiguiente –y ante todo lo anteriormente
dicho- podemos establecer la sociedad egipcia como una totalmente organizada
bajo un sistema religioso – corrompido, dirían algunos- y ante todo productiva
–agrícolamente-, facilitando la independencia y fomentando un aislamiento ciego
ante los posibles desarrollos e inventos externos.

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