Pollack & Lundberg: Emblas Universum

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Majken Pollack y Sara Lundberg
El universo de Embla

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Embla construye un cohete. Anna, su hermana menor, también quiere unirse pero no puede.
Embla le dice que no. ¡De ninguna manera! La mamá trata de mediar pero Embla no cree
que ella entienda. “Yo soy todo el universo y no hay sitio para Anna.” Pero, ¿no será quizá
un poquito solitario estar consigo mismo en el espacio?

004
Embla construye un cohete.

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Anna, su hermana menor, también quiere jugar.

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¡Yo quiero, yo quiero, yo quiero!, grita.
Pero no puede. Embla le dice que no. ¡De ninguna manera!

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Entonces viene la mamá y afirma:
—Todos pueden participar en el juego, como en la guardería.

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—Yo no estoy en la guardería, responde Embla. Yo estoy en el espacio.
—Anna bien puede ser una pequeña galaxia en tu espacio, dice la mamá.
—Tú no entiendes, dice Embla.

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—Yo soy la astronauta, el cohete, todas las estrellas y planetas. Sí, el universo entero.
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—Anna no cabe en mi universo. Yo soy todo el espacio.

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—Pero aquí en la tierra, en la realidad..., empieza la mamá.
—Está bien, piensa entonces así, interrumpe Embla. ¿Ves el árbol de allá?
—Sí..., contesta la mamá.

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—En mi juego yo soy todo ese árbol.
—¿Puede Anna ser una ramita que tu cargues entre tus ramas?
—Tú no entiendes, dice Embla.

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—Yo soy las raíces, el tronco, las ramas y las hojas. Anna no cabe en mi árbol. Yo soy todo
el árbol, y el aire que lo hace crecer.

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—Somos una familia, afirma la mamá. Anna pertenece a nuestra familia. Todos podemos
participar.
—Yo no estoy jugando a la familia, dice Embla. Estoy jugando al científico espacial.
—Entonces, ¿puede Anna ser un libro en tu biblioteca científica?

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—En mi biblioteca yo soy todos los libros, responde Embla.
—Pero..., empieza la mamá.
—Tú no entiendes, dice Embla.

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—Yo soy el libro con todas las letras, con todo lo que se necesita saber. El gran libro con
bordes dorados que llena toda la estantería.

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—No hay sitio para Anna.
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—Si nuestra familia estuviera compuesta por libros, todos estuvieran colocados en la
estantería, opina la mamá.
—Pero, a pesar de todo, tú no entiendes. Yo soy el libro más grande, y todo el árbol, y todo
lo que hay en el espacio. Anna es sólo... pequeña... ella no encaja.

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—Mmm, comprendo, dice la mamá. Lo que tú quieres es jugar sola. Anna, yo voy a empezar
con la comida. ¿Quieres venir conmigo y hacer la ensalada?

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Todo queda en silencio. Muy en silencio.

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—¡Anna!, llama Embla después de un instante. Nadie responde.

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—¡Anna!¡En mi universo puedes ser una estrella sin descubrir!

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—¡Sííí, quiero!, grita Anna.
—Ven, saquemos todos los libros viejos, dice Embla y lleva a Anna hasta el cohete.

028
—Tú eres esa estrellita de allá, dice Embla.
—De acuerdo, contesta Anna y dirige el cohete hacia la Vía Láctea.