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Roj: STSJ AR 560/2003 - ECLI:ES:TSJAR:2003:560

Id Cendoj: 50297330022003100290
Órgano: Tribunal Superior de Justicia. Sala de lo Contencioso
Sede: Zaragoza
Sección: 2
Nº de Recurso: 561/1999
Nº de Resolución: 238/2003
Procedimiento: CONTENCIOSO
Ponente: JAIME SERVERA GARCIAS
Tipo de Resolución: Sentencia

TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE ARAGON


SALA DE LO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
SECCION SEGUNDA
Recurso N° 561 del año 1999
SENTENCIA N° 238 DE 2003
limos. Srs.:
Presidente
D. Jaime Servera Garcías
Magistrados
D. Eugenio Esteras Iguacel
D. Fernando García Mata
Zaragoza, diecisiete de febrero de dos mil tres.
En nombre de S.M. el Rey.
Visto por la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de justicia de Aragón, Sección
Segunda, el recurso número 561/1999, seguido entre partes, como demandante, Patrimonio Inmobiliario
Urbano, SA., representada por el Procurador, D. Juan Fernando Terroba Mela y defendida por el Letrado,
D. Manuel Torralba Charles; como demandada la Administración Estatal, representada y defendida por el
Abogado del Estado.
Es objeto de impugnación la resolución del Tribunal Económico - Administrativo Regional de Aragón,
de 19 de mayo de 1999, que estima en parte la reclamación 50/4546/97, contra valoración catastral a efectos
del Impuesto sobre Bienes Inmuebles.
Procedimiento: Ordinario
Cuantía: 1 13.838 pesetas
Ponente: Ilmo. Sr. D. Jaime Servera Garcías.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Mediante escrito presentado con fecha 15 de septiembre de 1999, la parte actora dedujo
el presente recurso contencioso-administrativo contra la indicada resolución.
SEGUNDO.- Previa la interposición del recurso, publicación de su incoación y aportación del expediente
administrativo, la parte actora formuló demanda en súplica de que se dicte sentencia que anule las
valoraciones catastrales recurridas y condene a la Administración a elaborar otra nueva en la que se apliquen
los criterios valorativos expuestos, llegando a un valor catastral de 9.244.701 pesetas o, subsidiariamente,

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al de 18.489.401 pesetas, conforme a los cálculos expuestos en la demanda, con costas a la Administración
demandada.
TERCERO.- La Administración demandada, en su contestación a la demanda, suplicó la desestimación,
en lo menester, del recurso.
CUARTO.- Recibido el proceso a prueba, se practicó la propuesta, con el resultado que consta en autos.
QUINTO.- Finado el periodo probatorio, las partes evacuaron el traslado para conclusiones sucintas por
escrito, señalándose para votación y fallo del recurso el día 12 de los corrientes.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Constituye el objeto del presente recurso contencioso- administrativo, determinar si es o no
conforme al Ordenamiento jurídico la resolución indicada en el encabezamiento de esta sentencia, por la que,
desestimando la reclamación económico - administrativa igualmente reseñada, vino a confirmarse el acto de
asignación de valor catastral, en procedimiento de revisión, al inmueble de la titularidad de la actora, sito en
C./ Manifestación n° 24, en Zaragoza, referencia catastral 6539805XM7163H0001DZ, fijándolo en 28.459.589
pesetas.
SEGUNDO.- Frente a dicha resolución y valor catastral confirmado por la misma la parte actora alega
en este recurso jurisdiccional: I.- Infracción de las normas reguladoras del procedimiento de fijación de los
valores catastrales. II.- Infracción del Ordenamiento por inaplicación del coeficiente de relación al valor de
mercado. III.- Arbitrariedad, contradicción y falta de motivación de la actuación administrativa, que, en definitiva
se concreta en su disconformidad con los criterios y valoración asignados.
TERCERO.- En cuanto al primero de los motivos de impugnación, la parte actora, después de la cita del
artículo 67.3 de la Ley de Haciendas Locales, que establece que: "Para calcular el valor de las construcciones
se tendrán en cuenta, además de las condiciones urbanístico - edificatorias, su carácter histórico - artístico, su
uso o destino, la calidad y antigüedad de las mismas y cualquier otro factor que pudiera incidir en el mismo",
concreta su discrepancia en los coeficientes correctores aplicados por la Administración, en particular, lo
relativos a antigüedad del edificio, categoría, estado de conservación, depreciación funcional y viviendas y
locales interiores, llegando así a unos valores de 17.404.033 pesetas de suelo, frente a los 23.032.191 pesetas
asignados por la Administración, y 1.185.388 pesetas, frente a 5.427.398 pesetas atribuidos por aquélla a la
construcción, en definitiva, a un valor catastral total de 18.489.401 pesetas.
Así, en primer lugar, en cuanto al coeficiente de antigüedad, sostiene la aplicación del 0,24 frente al
0,33 utilizado por la Administración, partiendo a tal fin de la fecha real de construcción en 1828, de la primera
reforma realizada en 1989, y del tipo de reforma que considera practicada, el cual califica de mínima, al que
corresponde un coeficiente de 0,25, así como la categoría del inmueble, que afirma que es la 9 en lugar de
la 6 en la que la Administración ha encuadrado el inmueble.
De los antecedentes que obran el expediente administrativo remitido y de la prueba practicada en estos
autos, resulta probado que la Administración considera que el edificio ya existía en 1828, y que en 1989 se
acometen obras de reparación del tejado y fachada, que no se especifican, y que, en términos del informe
técnico (folio 12),"origina que se tome en cuenta como fecha de antigüedad la de 1909".
En cuanto al coeficiente que representa el tipo de reforma acometida en el edificio, la parte actora
sostiene la aplicación del 0,25, correspondiente a "Reforma Mínima", que se define en la hoja correspondiente
de los criterios de valoración de la Ponencia, aportado como documento número 2 de la demanda, como:
"cuando las obras de reforma afecten a elementos constructivos no fundamentales, suponiendo un coste
inferior al 25% de la cantidad que supondría esa misma obra de nueva plantó". En tanto que el relativo a
"Reforma Medió", que afirma aplicado por la Administración, se refiere a "los casos en que las obras afecten a la
fachada, instalaciones o a algún elemento que suponga alteración de las características constructivas...", con
un coste superior al 25% e inferior al 50% de la que supondría esa misma obra de nueva planta. Reconociendo
la propia parte actora que las obras afectan al tejado y fachada, es claro que resulta más específico el
coeficiente utilizado por la Administración que hace referencia particularmente a la fachada del inmueble.
Por lo que se refiere a la categoría de la construcción, establecida ésta en función de la calidad
constructiva, el informe acompañado a la demanda como documento número 5 de la misma, resulta
insuficiente para demostrar que la categoría a estos efectos deba ser la 9 propugnada por la actora, en lugar
de las 6 en la que ha sido encuadrado por la Administración; y ello, no sólo porque dicho informe no tiene el
carácter de prueba pericial, practicada con la debida contradicción, para poder desvirtuar los datos técnicos

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de la Ponencia, sino que el mismo está encaminado, según su encabezamiento, "a determinar el estado de
conservación y habitabilidad del inmueble", en modo alguno analiza los posibles parámetros que definan una
u otra categoría ni las características del inmueble a efectos de su encuadramiento en alguna de ellas.
En consecuencia, sustituyendo en la fórmula algebraica Fa=Fc+(Fr-Fc)i las fechas y coeficientes
anteriores, resulta Fa = 1828+(1989-1828)x0,50=1909, que es la antigüedad tenida en cuenta por la
Administración y que resulta conforme a Derecho.
CUARTO.- Lo dicho anteriormente respecto de la categoría del edificio en la que ha sido encuadrado
el de la titularidad de la recurrente, determina al propio tiempo la desestimación de la pretensión de ésta de
sustituir los coeficientes del valor de las construcciones correspondientes a tipología y categoría utilizados por
la Administración, por los de 0,50 para las viviendas y 0,20 para los almacenes, los cuales corresponden a
la categoría 9 no probada.
Distinta ha de ser la suerte de la pretensión relativa al coeficiente referente al estado de conservación,
que la recurrente interesa que se fije en el 0,50, correspondiente al estado "Deficiente", frente al 0,85 aplicado
por la Administración, correspondiente al estado "Regular".
El estado "Regular" responde a construcciones que presentan defectos permanentes sin que
comprometan las normales condiciones de habitabilidad y estabilidad", en tanto que el "Deficiente",
corresponde a aquellas "que precisan reparaciones de relativa importancia, comprometiendo las normales
condiciones de habitabilidad y estabilidad".
De los antecedentes obrantes en el expediente administrativo (fotografías) y documental practicada
en estos autos (resolución del Ayuntamiento de Zaragoza de 5 de junio de 1990, imponiendo diversas
reparaciones, e informe del Arquitecto Sr. Luis Andrés ) deriva que el estado de conservación del inmueble,
a falta de un informe específico de la Administración a la fecha de valoración, a juicio de esta Sección sea
el de "Deficiente", por acomodarse más a la definición de éste las deficiencias que tales antecedentes ponen
de manifiesto.
Por lo que se refiere a los índices correctores J y K, pretendidos por la actora, de 0,80 y 0,75, no
utilizados por la Administración en la determinación del valor, el primero, según los criterios de valoración de
la Ponencia aportados como documento número 2 de la demanda, se aplica "en particular, en los casos de
viviendas antiguas, no rehabilitadas con superficie superior al doble de la normal en su tipo", circunstancia esta
última, referida a la superficie, no acreditada en modo alguno, por lo que no puede aceptarse su aplicación
en este caso.
El segundo, K, corresponde a viviendas y locales interiores; su aplicación deriva del informe del
Arquitecto antes referido, puesto que nada en contra consta en el expediente, dato que debe aceptarse
respecto de los pisos primero, segundo, tercero y cuarto derecha, según el mismo informe, pues aunque éste
sólo tenga carácter de prueba documental, resulta suficiente en orden a acreditar tal extremo, no necesitado
de especiales conocimientos técnicos.
QUINTO.- La demandante invoca también infracción del Ordenamiento en relación con el valor de
mercado, alegación que sustenta en que el inmueble en cuestión, adquirido en Escritura Pública de 3 de julio
de 1989 en la que se hizo constar un precio de 9.000.000 pesetas, le fue asignado un valor comprobado por
la Diputación General de Aragón, en resolución de 30 de marzo de 1995, de 14.044.136 pesetas, afirmando
que este valor actualizado por el IPC al 1 de enero de 1997 sería de 18.959.584 pesetas, muy inferior a la
valoración catastral y está, a su vez, muy superior al 50% del valor de mercado, según resolución de fecha
15 de enero de 1993 del Centro de Gestión Catastral.
Dicha argumentación incurre en el error de que el valor comprobado lo refiere a 1995, cuando en
realidad, aunque fijado en dicho año, hay que referirlo a 1989, en el que se adquirió el inmueble por la actora,
cuyo precio de adquisición es el que la Administración sometió a comprobación, y, además de que en el año
1997, al que se refiere la valoración catastral impugnada, dicho valor de mercado sería presumiblemente
superior al de 18.959.584 pesetas que propone la recurrente, por la simple aplicación del IPC sobre el referido
valor comprobado, en cualquier caso, no se ha probado fuese inferior al catastral establecido en los actos
aquí impugnados de 28.459.589 pesetas, en cuya determinación, se ha utilizado el coeficiente RM, conforme
a la Resolución de la Presidencia del Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria de 15 de enero
de 1993 (BOE 23, de 27 de enero), no pudiéndose inferir una conclusión distinta de la no aplicación alegada
del coeficiente N -Apreciación o depreciación económica -, de finalidad bien distinta al ya citado RM, siendo
por ello de desestimar tal alegación de la actora.

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SEXTO.- Por lo expuesto, procede estimar en parte el presente recurso contencioso - administrativo,
haciendo innecesario el análisis del tercero de los motivos de impugnación, que la recurrente reconduce,
en definitiva, a su disconformidad con la valoración y criterios aplicados por la Administración, y anular
la resolución del TEAR impugnada en el mismo y la valoración catastral de la que trae causa, para que
se practique otra nueva en la que se tome en consideración el coeficiente I, correspondiente a estado de
conservación "Deficiente" (0,50) y el K (0,75), correspondiente a viviendas interiores, respecto de los pisos
primero, segundo, tercero y cuarto derecha, todo ello, sin especial imposición de las costas procesales
causadas, conforme a lo dispuesto del artículo 139 de la Ley de la jurisdicción Contencioso - Administrativa.
FALLAMOS
PRIMERO.- Estimamos en parte el presente recurso contencioso - administrativo, número 561 /1999,
interpuesto por PATRIMONIO INMOBILIARIO URBANO, SA., anulando la resolución del TEAR objeto del
mismo y la valoración catastral de la que trae causa, para que se practique otra nueva en los términos que
derivan del anterior fundamento de derecho.
SEGUNDO.- No hacemos especial imposición de costas.
Así por esta sentencia, de la que se llevará testimonio a los autos principales, lo pronunciamos,
mandamos y firmamos.

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