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Son aquellas que tienen como fin asegurar el ejercicio de un derecho. Lo que se pretende tutelar
es la posibilidad de hacer efectivo el derecho que se está invocando y que será resuelto luego que el
juez dicte sentencia favorable.
Son medidas tomadas por los jueces con el objetivo de impedir la disposición de los bienes del
deudor. Las más importantes son: embargo preventivo, secuestro de bienes, inhibición general de
bienes, anotación de litis, prohibición de innovar, prohibición de contratar, intervención judicial,
etc.
El motivo por el cual uno pide una m.c. con una premura tal que lo haga antes de iniciar una
demanda es que exista un peligro inminente; un peligro tal que cualquier demora puede hacer ilusa
posibilidad de un resarcimiento económico a través de una sentencia.
La Prueba Anticipada también se puede pedir antes de iniciar demanda. Aquí el objetivo principal es
mantener un medio de prueba, es decir que éste se pueda llevar adelante. La prueba anticipada se
da fundamentalmente cuando la prueba puede desaparecer con el curso del tiempo. Ej. una prueba
testimonial de una persona que le quedan pocos días de vida, una prueba material que puede ser
destruida por hechos ajenos al proceso judicial en sí.
Tampoco es necesario esperar hasta la sentencia del juez para pedir la m.c. ya que durante el
proceso el demandado puede comenzar a insolventarse y cuando el juez lo condene podría haber
imposibilidad práctica del resarcimiento en base a la sentencia.
Concluimos que se puede pedir una m.c. en cualquier momento del juicio:
El actor que pretende accionar una m.c. se comunica al juez a los efectos de conseguir una
resolución favorable que la disponga. Se deben tener en cuenta 3 requisitos:
• Mencionar específicamente que clase de m.c. se solicita. Si se pide una m.c. sin especificar cual es,
el juez no sabrá si resolver favorablemente o no, entonces denegará la petición. Uno debe optar por
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alguna m.c. en particular en base a la que resulte más correcta de acuerdo al derecho que se
pretende tutelar.
Para que proceda una medida de esta naturaleza se deben reunir determinados requisitos:
Significa probar que la medida que se pide es razonable. Que tiene cierto rango de veracidad. Si
bien no se puede saber con certeza, porque estamos a inicio del proceso, realmente hay cierta
razonabilidad en el pedido.
• Peligro en la demora:
Hay un peligro real que si se espera hasta el final del juicio no se podrá ejercer el derecho que se
pretende. Se debe demostrar que el demandado hizo algo para disminuir su responsabilidad (o
capacidad patrimonial; volverse insolvente), hechos que deben ser posteriores a contraer la deuda.
Por ejemplo, que ponga en venta sus bienes luego de haber contraído la deuda para licuar su
patrimonio.
• Contracautela:
Es una figura que hace que el actor deba garantizar el daño potencial emergente de la m.c. que
pide.
El concepto es dar una caución suficiente por los daños que se puedan originar en la aplicación de
una m.c. que finalmente resulte innecesaria.
La garantía que se exige puede consistir en un depósito previo de sumas de dinero, dejar ciertos
bienes, una caución real o personal, fianza, etc.
En el momento que se pide la m.c. no existe certeza que el derecho que prende el actor sea
sentenciado favorablemente. Entonces, el código prevé la situación que una m.c. aplicada,
posteriormente resulte ser inadecuada o mal pedida para el derecho que se iba a dilucidar.
Si la m.c. se puso en funcionamiento y finalmente luego del proceso el sujeto a quién se le aplicó no
resulta condenado la m.c. resultó ser improcedente, innecesaria.
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Entonces debe existir una garantía para estos casos y el demandado en lugar de hacer una
contrademanda se cobra directamente de la contracautela sin tener que hacer un juicio aparte.
Ejemplo: el actor solicita la intervención judicial de un negocio, el juez concede la medida y revisan
los fondos del local, inspeccionan el lugar, etc. Sucede que los clientes que estaban comprando se
quedan con una mala impresión del negocio y piensan en no volver por un tiempo. Este perjuicio
económico que sufrió el demandado es resarcido con la contracautela.
La contracautela solo se usa si la m.c. resultó ser innecesaria y esto se sabe cuándo se dicta
sentencia.
Exclusiones de contracautelas:
A. Aquellos sujetos que actúan con beneficio de litigar sin gastos o con cartas de pobreza. Ejemplo:
trabajadores que actúan en el fuero civil o comercial pero bajo la previsión de la ley de actuar con
este carácter.
Clase de contracautela:
1. Juratoria: Es aquella en donde el actor solo ofrece juramento. Es lo mínimo que se pide. Que
como mínimo preste juramento de que se hará cargo de resarcir los daños y perjuicios que el mismo
le origine en caso de que no le asista la razón o el derecho que pretende tutelar con la m.c. en
cuestión.
2. Personal: es aquella que da un tercero para afianzar cualquier daño que se origine. Nos referimos
a una garantía personal. La garantía personal es el activo (patrimonio) de la persona garante, es
decir, este responde con su patrimonio. Aquí se puede pedir contracautela personal haciendo que
un tercero sea de garantía, que aparezca como garante en caso de originarse daños.
3. Real: cuando existe un bien en particular que se ofrece en garantía de la m.c. solicitada. Ej. Bs.
Inmuebles: en este caso se constituye un embargo.
Muebles: en este caso también es un embargo, pero quedaría trabada su libre circulación. Entonces
¿Cómo se instrumenta una m.c. sobre bienes muebles en actividades comerciales e industriales?
Los bienes muebles, por excelencia aquí son los rodados (que son bienes registrables). Pero si se
trata de mercaderías no sería lógico un embargo como la m.c porque le coarta al propietario la libre
disponibilidad de esos bienes.
La forma de entablar una m.c. sobre esos bienes muebles es el embargo que se materializa a través
de una prenda flotante (se tiene que identificar un determinado valor en la cantidad de bienes que
se hallen en stock, se obliga a que nunca tenga un monto inferior que la cantidad que está en
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garantía; sino se verifica dicho mínimo entonces se produce la quiebra). Así se evita el daño de
inmovilización den el patrimonio del deudor.
Quien tiene que ofrecer la contracautela es el actor, que es quien pide la m.c.
La contracautela se aplica solo antes de que la sentencia que de firme. No tendría sentido que se
aplique luego de que la sentencia quede firme, ya que ahí lo que se hace es ejecutar una m.c. para
proteger un derecho que ya fue dilucidado y sentenciado a favor del actor. (y que se sabe que es
correcto). Cualquier medida tomada será correcta y no originará ningún daño indebidamente.
¿Puede ser mejorada una contracautela una vez que ya fue otorgada?
Si el daño que se puede originar y se prende garantizar es mayor que la garantía que se ofrece el
perjudicado sería el demandado. Entonces es este quien quede facultado para pedir una mejora de
la contracautela.
Si el juez no lo hiciera de pleno derecho y el demandado puede demostrar que el daño potencial
que podría recibir es mayor que la garantía que el actor ofrece con la contracautela, el juez procede
a un aumento o mejora de la misma (Art. 201)
Una vez resuelta la medida, esta no permanece congelada en el tiempo, puede tener un cambio
según las partes puedan demostrar la necesidad p conveniencia de variarlas.
El juez no tiene obligación de aceptar medidas pedidas. Este puede rechazar, modificar u ordenar
una m.c. diferente. Esta es una de sus facultades para administrar justicia; siempre y cuando el
objetivo que se persigue se pueda mantener.
Hasta que subsistan las medidas que le dieron origen, es decir, hasta el dictado de sentencia.
La m.c. que se da antes de que se inicie la demanda tiene un período de vigencia muy breve. Es una
medida de urgencia que generalmente los jueces conceden, previa contracautela, pero que obliga
una acción rápida por parte del futuro actor para entablar la demanda. Caso contrario podría
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coartar determinadas libertades de disposición a una persona y esperar a que pase el tiempo y que
le hace un perjuicio.
La m.c. caduca sin en el plazo de 10 días a partir de que se concretó la m.c. no se haya presentado la
demanda. Si caducara la m.c. y se prueba que el efectivo ejercicio de la misma originó un daño o
lesión en el patrimonio del demandado, este puede reclamar resarcimiento contra quien llevó
adelante la m.c.
A. LGS Nº 19.550
B. CPCCPBA
C. CPCCN
D. Ley Nº 10.620
La ley instaura esta medida atendiendo exclusivamente el interés de la sociedad y de los socios ante
la actuación de los administradores que ponga en peligro grave sus derechos. Las m.c. en beneficio
de terceros quedan circunscriptas al Código Procesal.
Sin embargo, hay una disquisición respecto a quienes están legitimados para realizarla petición de la
medida. En principio son solo los socios de la sociedad, pero luego hay otros que se pueden sentir
afectados, por ejemplo, organismos de control como la IGJ o DPPJ, ya que no solamente se tiene
que resguardar el interés de los socios sino también el interés de la sociedad
Concebida la intervención judicial como una medida cautelar regida por la Ley 19.550 que va
dirigida a la protección de los intereses de la sociedad y los derechos del socio, mediante la
intromisión o control de un órgano jurisdiccional dentro del órgano social, por un auxiliar del juez
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(interventor, coadministrador o veedor) restringiendo así el derecho a la libre gestión patrimonial,
su determinación debe resolverse “inaudita parte”, sin que ello implique vedar el principio de la
bilateralidad y, siempre que se comprueben los extremos exigidos para su procedencia.-
De tal forma, como cualquier otra medida precautoria tiene carácter provisional, es revocable en la
medida que desaparezcan las causas que justificaron su dictado y es excepcional, ya que solo puede
dictarse en la medida que haya fracasado la solución por la vía estatutaria.-
Deberán concurrir los requisitos generales para su procedencia: verosimilitud del derecho y peligro
en la demora, con el otorgamiento de una adecuada contracautela.-
Esto implica que la medida debería disponerse aún cuando el derecho sea dudoso o incierto, si es
verosímil y existe peligro en la demora, quedando supeditada su efectiva procedencia para el
pronunciamiento de fondo.-
El interés jurídico perseguido por esta medida es el de la sociedad, pues aun cuando a través de ella
el peticionante persiga la satisfacción de un interés particular, sólo si la interdicción comporta la
tutela de un interés del sujeto colectivo de derecho, podrá afectarse la estructura societaria a través
de la intervención judicial.-
Procedencia:
Procede como medida cautelar cuando se comprueben los recaudos exigidos por los arts. 113 y 114
de la ley 19.550.-
Sin embargo, la interferencia en la vida de la sociedad debe tener en mira fundamental el interés
del ente social, debiendo buscar los intereses del grupo, atendiendo siempre al interés de la
persona colectiva, sin tomar una injerencia infundada en los negocios del ente, pero sin esperar que
se desmorone para nombrarle judicialmente un administrador.-
El último párrafo del art. 114 de la Ley de rito, establece que el Juez apreciará la procedencia de la
intervención con criterio restrictivo, habida cuenta que las cuestiones relacionadas a conflictos
internos deben ser tratadas primeramente por sus órganos sociales y agotadas estas instancias,
recién quedará expedida la vía para el reclamo de la intervención judicial.-
Legitimación activa:
a) Socio: El art. 114 de la ley 19550 establece como requisito para promover la medida acreditar la
calidad de socio, por lo que, este aparece como el legitimado viable para su promoción, debiendo
demostrar su carácter por cualquier medio de prueba, lo que estará sujeto a las condiciones de cada
tipo societario.-
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Se ha declarado que en atención a lo que disponen los arts. 34 y 35 de la Ley, no tienen legitimación
el socio del socio, el socio aparente y el socio oculto.-
En cambio se ha admitido legitimación activa en el socio recedente, durante el plazo que dure su
transitoriedad, ya que el art. 245 de la Ley 19550, modificado por la Ley 22.903.-, ha establecido el
reconocimiento pleno de la calidad de socio durante el lapso que dure su vigencia, atento que su
participación puede ser pagada durante el año siguiente al cierre de la asamblea en la que se toma
la decisión que habilita el derecho de receso.-
Solo podríamos aceptar como supuesto de excepción el caso de vacancia de los directores, a
consecuencia de que el art. 258 de la Ley 19550.- faculta al síndico a nombrar director en forma
temporal, hasta que se realice la correspondiente Asamblea Ordinaria en la que se designe a los
definitivos y, si la Ley habilita a este funcionario para nombrar director en forma directa, es opinión
del suscripto que esta facultad conlleva ínsita la posibilidad de proponer la intervención judicial
pero solo en este caso.-
c) Organo de Control (IGJ – DPPJ): En este caso la legitimación activa la encontramos en el art. 303
de la Ley 19.550.- que faculta a la Inspección a solicitar por ante el Juez competente en materia
comercial, la Intervención de la administración de la sociedad cuando se hayan tomado
resoluciones contrarias a la Ley, el estatuto o reglamento, por parte de cualquiera de sus órganos y,
la sociedad haga oferta pública de sus acciones, debentures o realice operaciones de capitalización,
ahorro o en cualquier otra forma requiera dinero o valores al público con promesa de prestaciones
o beneficios futuros. En dicha presentación la autoridad de aplicación deberá explicar y fundar los
motivos que generan su presentación y, la intervención se limitará a lograr que cesen las causas que
la motivaron y, en el caso que ello no fuese posible, requerir su disolución y liquidación.-
Es importante destacar que la función del Organo de Control como autoridad de control de la
actividad social tiene como finalidad resguardar el interés general de la comunidad y no el interés
de la sociedad y, por ello, la diferencias entre los socios, por tratarse de cuestiones de contenido
patrimonial suscitadas entre personas capaces, en principio quedan fuera de dicho interés de la
comunidad, salvo que la gravedad de los hechos invocados lo tornen afectado. Solo en este
supuesto quedaría habilitada la vía excepcional de la intervención.-
d) Los acreedores de la sociedad: Fuera del ámbito de la Ley de sociedades consideramos que
terceros con un interés legítimo pueden requerir la intervención de la sociedad a falta de otra
medida eficaz (art. 222 del CPCC).-
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Este es el supuesto de un tercero que pretende asegurar el cobro de un crédito eventual, sometido
a una contingencia judicial, que puede requerir la intervención de la administración a los efectos de
resguardar el efectivo cobro de éste, demostrando la verosimitud de su derecho y el peligro en la
demora; situación que se vería plasmada si se demostrara que la administración realiza maniobras
ilegítimas que de alguna manera pueden afectar el activo de la sociedad que no es otra cosa que la
garantía de los acreedores.-
Legitimación pasiva:
Atento que la medida queda circunscripta al afectado por ella, la legitimación pasiva
la posee la sociedad, ya que será la persona jurídica que sufre la intervención, quedando acotada la
intervención pasiva de los socios a lo que puedan realizar a través del sujeto de derecho colectivo.-
Como el interés jurídico protegido en forma directa es el de la sociedad, tiene que haber un
incumplimiento objetivo de parte de los administradores que pongan en peligro grave la situación
de ésta, de forma tal que se justifique la procedencia de la medida que resguardará la integridad de
su activo.-
Entendemos que la gravedad del peligro debe ser interpretada con un sentido amplio, de forma tal
que cualquier situación que implique a la sociedad el riesgo de perder ganancias por una conducta
desleal del administrador, debe ser considerada como de peligro grave, cualquiera sea la forma en
ésta se manifieste (actividad ilícita, indebida integración del capital, cesación de pagos, desatención,
incumplimiento del deber de conducta que prescribe el art. 59 etc.-); ya que, la obtención de un
beneficio es la finalidad del acto jurídico societario y su afectación implica gravedad por
imposibilidad de su cumplimiento.-
A su vez, el último párrafo del art. 114 de la Ley 19550.- avalado por el art. 225 inciso 1ro. Del
Código Procesal –reformado por la Ley 22.434- requiere que los hechos invocados a los efectos de
valorar la procedencia de la medida sean apreciados con “criterio restrictivo”, lo que ha dado
motivo a nuestros tribunales a un análisis demasiado extremo de las condiciones requeridas para
disponer la intervención, ello, en muchos casos, ha provocado la afectación de las minorías
societarias que han sido menoscabadas por innumerables maniobras de las mayorías que obstentan
el poder, lo que les permite imponer sus decisiones en la Asambleas, en perjuicio de las socios
minoritarios, en muchos casos contando con el aval técnico de la sindicatura.-
Por ello, se considera que el criterio restrictivo de apreciación debe limitarse a una severa
valoración de la prueba aportada para demostrar los hechos en los que se basa la medida requerida
y no trasladar este criterio para resolver la procedencia de la medida, ya que, una vez acreditadas
las circunstancias que motivan la pretensión, la medida debe analizarse a la luz de la sana crítica y
de convicción que dichos hechos han provocado en el sentenciante; especialmente, sin perder de
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vista que por la naturaleza cautelar de la medida, debe ser decretada “inaudita parte”, o sea, sin oír
a la sociedad para no frustrar la esencia de la intervención.-
Por último, debe tenerse presente que el criterio restrictivo de valoración de los hechos debe
atenuarse cuando no se trata de disponer el desplazamiento de la administración sino únicamente
un control informativo a través de un veedor (“Elola c/Frigco Gral Deheza” CNCom. Sala C 30/08/88,
La Ley 1989-A 373).-
La intervención judicial como remedio externo actúa en forma supletoria para el caso de que las
relaciones sociales regidas por la Ley 19550 y el contrato constitutivo hayan fracasado, de forma tal
que el socio reclamante debe haber agotado la instancia interna para lograr una solución a su
pretensión dentro del seno del ente colectivo, debiendo haber imputado en ese escenario la
conducta ilegítima de los administradores, no logrando su remoción o rectificación.-
Ahora bien, en algunos supuesto, como el caso de las Sociedades por Acciones, la Jurisprudencia ha
mitigado en algunos casos la rigidez de este recaudo cuando la proporción de la participación de los
socios reclamantes torna infructuosa la defensa de sus intereses, como en el caso de que los
peticionantes en una sociedad anónima no representen una participación mayor al 5% en el Capital
Social, no alcanzando el mínimo requerido por el art. 236 de la Ley 19.550.- para que pueda lograrse
la convocatoria a una asamblea para tratar la cuestión, salvo que los estatutos prevean una
proporción menor. Sin perjuicio de ello, siempre debe exigirse que la Sociedad haya sido notificada
fehacientemente a efectos de haber tenido la posibilidad de solucionar internamente el conflicto,
aunque no haya estado obligada a promover la convocatoria a Asamblea.-
ACCION DE REMOCIÓN:
El Juez, una vez que considera que se han evidenciado los elementos que prueban se amerite una
m.c., deberá fijar una contracautela que sirva de garantía por los eventuales perjuicios que la
medida pudiera ocasionar a la sociedad y las costas causídicas si luego de determinará que la
medida fuera injusta.-
A los efectos de la fijación de esta contracautela se dejarán tener en cuenta las particularidades de
cada caso, de tal forma, en esos supuestos en los que el o los incumplimientos objetivos del o los
administradores surjan más palmariamente de los elementos probatorios acompañados a la causa,
el importe de la contracautela deberá ser menor, mientras que en los supuestos más dudosos, en
los que exista mayor posibilidad de revertir la imputación que se invoca, corresponde una
determinación mayor.-
La contracautela podrá ser cumplida mediante el depósito de una suma de dinero, cuya inversión
puede ser propuesta, como también de la afectación de un bien inmueble por la seguridad que éste
representa, habiéndose aceptado en algunos casos las propias acciones del reclamante, en la
medida que su cuantía tenga entidad suficiente.-
RECURSOS:
Por tratarse de una sentencia interlocutoria, el único remedio procesal viable es la apelación que,
de acuerdo al art. 117 de la Ley de Sociedades Comerciales, cuando se hace lugar a la intervención
su concesión de realizará con efecto devolutivo.-
De acuerdo a la pretensiones de la parte, abonadas por los hechos probados, que pueden generar
cierta verosimilitud del derecho, la intervención judicial podrá tener diferentes alcances, desde un
desplazamiento total del órgano, hasta la de un mero veedor que se limitará a informar sobre la
actuación; o bien, una figura intermedia como la del coadministrador que, si bien no desplaza a los
administradores, éstos se ven obligados a coparticipar con aquél la gestión social, pudiendo en
muchos casos necesitar su consentimiento para obligar a la sociedad.-
Es por eso que, de acuerdo a la importancia de los hechos que se acrediten y la mayor posibilidad
de que la sociedad corra un peligro cierto, será la medida que se deberá adoptar, así la designación
de un coadministrador o un veedor judicial es procedente cuando la urgencia en el desplazamiento
no resulta tal claramente de la presentación judicial, o bien, cuando solo se han menoscabado los
derechos de los socios minoritarios sin afectarse el patrimonio de la sociedad. También cuando se
ha acreditado únicamente un retaceo de información de la gestión de los negocios sociales o falta
de presentación de los estados contables, sin demostrarse el perjuicio cierto.-
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El veedor no es un administrador, su función es la información de los hechos, actos, gestiones que el
Juez haya dispuesto en su resolución, por lo que, no asume responsabilidad por la administración
que sigue en cabeza del órgano social.-
El juez no se encuentra limitado por el alcance de la medida solicitada por la parte, pudiendo acotar
la intervención solicitada, como también, puede variar la misma en cualquier momento, si a
consecuencia de la prueba arrimada por el veedor o coadministrador, se mejorara la posición
probatoria del peticionante, disponiendo una intervención plena con desplazamiento.-
Son aplicables en el desempeño de su función, el art. 59 que establece que deberá actuar como un
“buen hombre de negocios”, el art. 271 que prohíbe contratar con la sociedad salvo en condiciones
de mercado, el art. 272 y 273, que obliga a hacer saber a la sociedad el interés contrario y prohíbe
actividades en competencia, salvo autorización expresa otorgada por la asamblea, so pena de
incurrir en la responsabilidad del art. 59; y, por último, el art. 274 que establece una responsabilidad
solidaria e ilimitada hacia la sociedad, los accionistas y los terceros, por mal desempeño del cargo,
según criterio del art. 59, por violación de la Ley, el estatuto o el reglamento y por cualquier otro
daño producido por dolo, abuso de facultades o culpa grave.-
Las acciones de responsabilidad podrán ser la acción social prevista en el art. 276 o bien, la acción
individual regida por el art. 279.-
Por supuesto que como lo hemos dicho, el veedor no asume la administración, solo se limita a
informar sobre los actos que el Juez ha señalado en el auto que dispone la medida, asumiendo
responsabilidad por cualquier error u omisión imputable a la producción de dicho informe, pero no
aplicándosele las normas mencionadas anteriormente.-
Este instituto de naturaleza cautelar cobra suma importancia cuando los administradores utilicen
abusivamente los recursos de la sociedad que fueran aportados por los socios, o cuando, actuando
solo en interés de una mayoría dominante, desvían el interés social para convertirlo en interés del
grupo mayoritario.-
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En estos supuestos, la intervención del órgano de administración debe ser el mecanismo apto para
conseguir el reordenamiento del ente colectivo.-
No nos olvidemos que el art. 59 impone al administrador actuar como un “buen hombre de
negocios”, por lo que, sobre éste pesan las responsabilidades del éxito o del fracaso de la gestión
social, debiendo combinar eficazmente todos los factores de la empresa para lograr su éxito, en
caso contrario, ésta fracasa y, esto automáticamente generará un daño a la sociedad y de manera
indirecta a los socios.-
O sea, el instituto resulta ser una vía efectiva para evitar que malos administradores realicen actos u
omisiones que pongan en grave peligro a la sociedad o que le causen daños.-
Pero, en la práctica nos hemos encontrado con que los Tribunales son renuentes en disponer la
intervención salvo que la gravedad del asunto lo torne como absolutamente manifiesto,
prolongando gestiones que causan serios perjuicios a la sociedad que muchas veces no tienen
reparación.-
• Demostración de su calidad como socio, esto es que este legitimado para pedir la m.c. Ej. De una
SRL, con el contrato social, de una SA con el título o acción o certificado provisorio.
• Acreditar que ha agotado todos los recursos o caminos que pudiera prever el contrato social, esto
es agotar la instancia contractual.
¿Cómo se agota la instancia contractual antes de ir al juez en una SA? Se tiene que dirigir a la
sindicatura dela sociedad porque éste es el órgano que la representa, entonces se le pide al síndico
que se dirija al Directorio y convoque a una asamblea extraordinaria, en la cual un tema del orden
del día será la remoción de un miembro del Directorio.
Hecho el pedido al síndico, fijado el plazo para asamblea y el directorio no convoca, vencido el
plazo, el silencio significa denegatoria tácita e implica haber agotado la vía contractual.
Se demuestra esto al juez acreditando una nota (cuya firma está certificada) en la que se indica el
plazo para convocación a asamblea, que se promueve acción, de remoción, etc. a través de una
carta documento…
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Cuando el juez toma la decisión de adoptar esta medida, la importancia evidente juega en el marco
de la comercialización. Esta medida provoca peligro en la sociedad intervenida, por ejemplo, si
luego de esta medida los proveedores pasan de venderle a 60 días a cortarle el crédito y exigir
pagos al contado. Esto provoca la ruptura del circuito financiero de la sociedad.
La importancia de esta medida y las consecuencias que frecuentemente producen, imponen que su
procedencia debe ser apreciada por el juez con carácter restrictivo. Esto es, que analice seriamente
su necesidad de resolverla por las derivaciones que esta medida podría llegar a tener.
El carácter restrictivo implica que en principio no es procedente ante la duda, sino que hay que
demostrar que es una última opción extremando todos los requisitos.
Además, el carácter restrictivo se complementa con la obligación del juez de citar la misión
(facultades), atribuciones y el término de la intervención, y se sanciona la obligatoriedad de la
prestación de una contracautela.
La resolución que admite la intervención será apelable al solo efecto devolutivo. Si se otorgara al
recurso el efecto suspensivo, esto implicaría la continuidad en los hechos de la administración que
se consideran dañosos para la sociedad o el interés del socio. La LSC tiene mayor jerarquía que otras
leyes porque esta inserta en el código de comercio, entonces este efecto devolutivo no puede ser
cambiado por otras leyes de menor jerarquía (L. 10620, CPC, etc.)
Aquí la LSC es distinta a lo que prevé el CPCCPBA. La LSC establece que la intervención judicial
puede consistir en la designación de un mero veedor, de uno o varios coadministradores, o de uno
o varios administradores. (Mas adelante detallo bien cada uno).
Dentro del mismo artículo se establece que el juez fija las funciones que deberá desempeñar el
interventor y las facultades de acuerdo a ellas.
Estas funciones no podrán ser mayores que las que originalmente tenía el organismo administrador
según el contrato social. Las restricciones que se habían fijado para los administradores naturales
también se aplican al administrador judicial, es decir, que no podrá ir mas allá de lo que esta
estableció para los administradores naturales.
A su vez, el juez debe precisar el término de la intervención. Solo podrá ser prorrogado mediante
información sumaria de su necesidad por vía del interventor administrador, este informa al juez y él
resuelve la prórroga o no.
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El peligro grave significa de alguna manera que se están produciendo irregularidades que no
responden al contrato social. Entonces, la misión del interventor es regularizar la situación
cumpliendo los actos naturales. Tendrá que realizar tareas normales y ordinarias.
Una vez que la situación se regularizó debe llamar a asamblea de socios para que ellos elijan un
nuevo administrador.
El peticionante deberá prestar la contracautela que se fije, de acuerdo a las circunstancias del caso,
los perjuicios que la medida pueda causar a la sociedad y las costas causídicas.
Quien pide esta medida tan gravosa debe garantizar con su peculio para el caso de improcedencia
de la misma. En caso de ser apelada la intervención y decretada nula por la cámara de apelaciones
de primera instancia se ejecutará dicha garantía y con el producido se solventarán los perjuicios
provocado a la sociedad y además todos los gastos causídicos (de honorarios de abogados, peritos
etc.).
Muchas veces el interés del peticionario no es el que marca el espíritu de la ley (peligro grave), sino
forzar una compra ventajosa de las acciones, y esto no es legítimo. Entonces la ley quiere evitar esta
a través de la contracautela que
Se podrá ordenar la intervención judicial a falta de otra medida precautoria eficaz o como
complemento de la dispuesta(embargo, inhibición general, etc).
• a pedido del acreedor, si hubiere de recaer sobre bienes productores rentas o frutos.
Se va contra producido de un bien. Dicho producido sirve para cancelar una deuda. Se recauda y se
deposita solamente, no se cobra, es una medida precautoria para asegurar el cobro. Solamente se
ataca la renta del bien porque no puedo descapitalizar por una deuda que no fue aprobada. Por
ejemplo, voy sobre el excedente diario si se trata de un comercio.
El acreedor puede pedir un recaudador (o colector) ya que hay que cobrar una deuda.
Excepcionalmente pedirá un interventor (fiscalizador) o un veedor.
Nosotros, como contadores, podemos pedir la intervención judicial sobre bienes productores de
rentas o frutos en la situación de que nos regulen honorarios por actuación en la justicia, seamos
acreedores del condenado en costas y este no posee cuenta corriente, caja de ahorro, etc. en
bancos ni bienes para embargar. Entonces como acreedor puedo pedir la intervención judicial para
que se afecten los ingresos y se retengan para satisfacer mi crédito.
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• A pedido de un socio de una sociedad cuando actos u omisiones de quienes la representan le
pudieren ocasionar grave perjuicio o pusieren en peligro el normal desarrollo de las actividades de
aquellas.
Recaudador o Colector
Veedor
No hay que confundir una especie de intervención, la fiscalización, con el nombre de interventor. Lo
llamamos fiscalizador.
I. Vigilar la conservación del activo y cuidar que los bienes objeto de la medida no sufran deterioro o
menoscabo.
El primer paso del interventor como medida precautoria es vigilar que se mantenga el statu quo de
la sociedad, que no se hagan cambios drásticos, que se siga el manejo ordinario de los activos. Esto
implica vigilar la conformación del activo
Lo primero que hay que hacer es saber bien cuales son los bienes; para ello se realiza un inventario,
ya que luego por cualquier tipo de circunstancia se lo puede hacer responsable al interventor.
Por ejemplo, 2 socios se separan y discuten uno le tiene que dar el 50% de la valuación, pero la
valuación se determina luego del litigio; entonces mientras transcurre el tiempo alguien tiene que
vigilar el activo. Se pide al fiscalizador (interventor) para que lo conserve. Se vigila por medio del
control interno. De vez en cuando hay que seleccionar muestras por sectores y comprobar que en
realidad las cosas siguen estando. Si faltara algo habrá que hacer inmediatamente la denuncia ya
que nosotros somos los responsables.
Este es el segundo paso. A través de una auditoría determinamos la confiabilidad de los sistemas
contables internos, de los sistema de administración de los flujos de fondos, utilización de esos
fondos, etc.
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Si son confiables el interventor puede tomar como base las registraciones de los sistemas para
hacer un informe vinculado con los ingresos y egresos de fondos.
Si los sistemas de fondos no son confiables se debe instrumentar uno y éste debe tener la
precaución que debe concluir en un estado de ingresos y egresos. El interventor se comunica con el
juez para pedir que se autoricen todas las demás medidas que se consideren necesarias para que
esta información pueda ser brindada en tiempo y forma de acuerdo a lo que el juez determine.
El fin es determinar que lo que ingrese es todo lo que realmente tiene que ingresar y no se quede
nada por el camino. Lo mismo para los egresos, que los gastos sean los que corresponden, que no
estén fuera del objeto social para que no se produzca vaciamiento.
Este es el tercer paso. Esto significa que como es un régimen ordinario si se comenten actos
extraordinarios o irregularidades inmediatamente hay que denunciarlo al juez para que adopte las
medidas de corrección.
El interventor tiene que tener un parámetro para determinar que es lo que está bien y que mal.
Para tiene que conocer las prácticas habituales contables, administrativas, etc. Para esto requiere
ser un profesional en la materia (contador, administrador).
Este es el cuarto paso. Significa que debe informar sobre lo que el mismo hizo. Cuando el juez
dispone la intervención establece las pautas a las cuales el perito se tiene que ajustar para
transmitir información. Entre otras cosas establece la periodicidad de los informes. Ej. mensual,
quincenal o semanalmente, etc.
Recaudador o Colector
El juez limitará las funciones del interventor a lo indispensable y podrá ordenar que actúe
exclusivamente en la recaudación de la parte embargada sin ingerencia alguna en la administración.
El monto de la recaudación podrá oscilar entre un 10% y 50% de las entradas brutas.
Cuando se establece que el juez puede limitar las funciones del interventor a solamente recaudar,
da lugar a una nueva figura: el Recaudador. En este caso la medida es complementaria (principio del
Art..) del embargo.
Esta es una de las principales funciones del contador en la justicia. Normalmente cuando actuamos
en pericias recibimos el cargo de Interventor Recaudador. Es la facultad que nos da el juez para que
bajo sus órdenes e instrucciones nos apropiemos de un activo específico del deudor.: el dinero.
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Esto apunta a que tenemos que sustraer al deudor una parte de sus ingresos (no resultados) un
activo: Caja. Nos apropiamos del efectivo sin importar si provienen de ingresos contables o no. Por
ejemplo, se embargó a una persona que está demandada por $10.000 como no se le pudo
embargar ningún bien registrable como medida complementaria se le va embargando la
recaudación hasta cubrir los $10.000. Y el juez dispone ir sustrayendo el 20% de los ingresos.
1) Efectivo.
2) Cheques (elemento de activo de asimilación al concepto caja). Hay cheques comunes y de pago
diferido.
También hay que hablar con el juez y con el secretario para ver si ellos están de acuerdo con las
medidas implementadas. Se le pregunta al juez si existen otros ingresos que escapen a esta
metodología.
b) En el caso de que sean cheques diferidos (máximo año desde facha de libramiento) la
metodología es hacer inventarios; se llama Control de Cheques. Ej. si bien los cheques se reciben
son a 90 o 120 días el deudor podría endosarlos. El deudor los debería mantener en cartera y
cuando venza el plazo se deposita, y el banco transfiere el 20% al banco de depósitos judiciales. Si el
deudor quisiera endosarlos se puede recurrir a la compensación con dinero.
4) Pagarés: no son pagos, no se da el ingreso que marca la ley hasta que no se produzca el
vencimiento del mismo ya que no es una forma de pago. Solo es una promesa escrita de pago.
5) Factura conformada: si emitiera un tipo de factura conformada, lo que podemos hacer es esperar
a que el cliente pague o librar un oficio para que al vencimiento pague y haga el depósito judicial.
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Es un error del código el límite inferior que establece ya que hay ciertos entes que tienen un
margen de renta bruta de menos de 10%. Ej. una estación de servicios.
Art. 227
Veedor
Se da esta figura cuando se limitan las funciones del interventor a solamente observar la
administración. El juez designa un veedor de oficio o a petición de parte para:
Luego el veedor deberá informar al juzgado sobre los puntos que en la providencia se establezca.
Aquí no interesa vigilar o resguardar todo la situación patrimonial del demandado, los flujos de
fondos, etc. sino solo la parte que está en discusión. Se limita el accionar del interventor a la parte
de los bienes que se quiere preservar, la cual no tiene que ser tocada, no tiene que sufrir ningún
cambio.
La veeduría es un sistema mediante el cual una persona designada por el juez, normalmente un
perito, tiene la obligación de informarle a éste determinados aspectos que le solicita le informe. Es
solo la obligación de informar. Este mira, informa y no interviene para en el manejo de la empresa.
Su intervención en la administración no es trascendente hacia terceros, no tiene derivaciones en
aspectos comerciales de la sociedad. Solo informa lo que ocurre.
Art. 224
Administrador judicial
Una de las mayores diferencias que tiene la administración (o coadministración) judicial con
respecto a los anteriores tipos de intervención judicial es que aquí hay desplazamiento del órgano
natural de administración (o ingerencia) del ente intervenido. En su lugar se nombra un
Administrador (Coadministrador) Judicial.
Cuando existen problemas en una sociedad, generalmente a pedido de los socios el juez nombra a
alguien para que pueda solucionarlos y sacar adelante la empresa. Esta figura se aplica tanto a
sociedades comerciales, civiles, asociaciones etc. y en general se rigen por lo establecido en el
CPCCPBA; pero para el caso de las primeras además hay un capítulo especial en la LSC 19.550.
Si el problema es muy importante, y los actos u omisiones que se pueden estar realizando pueden
ser importantes se permite desplazar a los administradores de la sociedad.
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Así como las facultades del interventor se limitan en función de la medida adecuada para cada caso,
también se pueden ampliar. Entonces, el interventor no solamente participa e interviene sino que
también desplaza a la administración del ente intervenido. Se desplaza totalmente al órgano de
administración. Se sustituye por el Administrador Judicial.
La medida no será procedente si no se ha promovido la demanda por remoción del o los socios
administradores.
Esto último es otro requisito: que exista demanda previa de remoción, es decir, que si no se agotó la
vía institucional no se puede ir a la justicia. Primero se trata de resolver el problema
extrajudicialmente.
El administrador judicial solo podrá retener y disponer de los fondos con el objeto de pagar los
gastos normales de la administración…
Se pueden realizar todos aquellos gastos que sean normales y ordinarios de acuerdo al objeto y a la
envergadura del ente. Las cuestiones normales son las llamadas operativas. Las cuestiones
ordinarias son aquellas frecuentes, repetitivas, habituales en el tiempo.
Los gastos extraordinarios o nombramientos de auxiliares serán autorizados por el juez previo
traslado a las partes.
Los gastos extraordinarios o gastos que no sean operativos el Administrador Judicial no puede
decidirlos. Entonces estos gastos los resuelve el juez con consejo del administrador judicial.
También se puede llamar a los propietarios
Coadministrador Judicial:
Se dice que el órgano de administración de la empresa intervenida está integrado por 2 cuerpos, los
cuales actúan mancomunadamente, en forma conjunta, no indistinta. Todas las decisiones que se
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tomen están sujetas a la aprobación de los dos para que se permita hacer. Actúan como una sola
unidad. Esto hace que la sociedad no tenga amplio manejo libremente.
Art. 227
Honorarios
Los interventores o administradores no podrán percibir honorarios con carácter definitivo hasta que
la gestión total haya sido judicialmente aprobada. Si su actuación excediere de 6 meses previo
traslado a las partes podrán ser autorizados a percibir periódicamente sumas con carácter de
anticipos provisionales, en adecuada proporción con el honorario total y los ingresos de la sociedad
o asociación.
El interventor cobra sus cuando termina su labor. Pero el Código prevé que si esta dura más de 6
meses puede percibir a cuente de sus honorarios montos anticipados.
La administración judicial implica para el interventor un gran esfuerzo de tiempo, quizá le abarque
hasta el día completo. Si el cargo dura mucho tiempo es un despropósito que tenga que esperar
hasta 6 meses para cobrar algo.
Entonces, la ley 10.620 soluciona este problema estableciendo en el Art.. 205 que los interventores
judiciales en cualquiera sea de sus tipificaciones luego de cumplido un mes de actuación tendrán
derecho a percibir anticipos de honorarios y reintegros de gastos relacionados con su labor.
Se regulan los honorarios cuando el proceso está terminado, ¿pero si no termina?, solo se paraliza.
Puede ser que las partes en forma extrajudicial, por afuera del proceso hagan arreglos y se pongan
de acuerdo en abandonar el juicio y acuerdan la forma de solucionar su conflicto sin esperar a que
el juez resuelva. Entonces abandonan al juicio, y también a nosotros, que hicimos nuestro trabajo y
espesamos cobrar cundo el juez resuelva.
Entonces vamos al juzgado y vemos que el expediente está inactivo. Pasa el tiempo y no se
producen cambios; si pasan 6 meses así se considera que se está en situación de expediente
paralizado.
Esto da lugar a que hagamos la denuncia a cualquiera de las partes , por cédula. Para esto es
necesario ir a la Mesa de Entrada del juzgado y pasar el confronte. Aquí en el confronte, dentro del
juzgado, se verifica que lo que se comunica está bien (la resolución, la carátula, etc.). A los 5 días
volvemos al juzgado, a la Oficina de Mandamientos (u Oficina de observaciones si hubiera estado
mal hecha).
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C. C.P.C.C.N (Art. 222 a 227)
Interventor recaudador
A pedido del acreedor y a falta de otra m.c eficaz o como complemento de la dispuesta podrá
designarse un interventor recaudador si aquello debiera recaer sobre bienes productores rentas o
frutos. Su función se limitará a la recaudación de la parte embargada sin ingerencia alguna en la
administración.
El juez determina el monto de la recaudación que no podrá exceder el 50% de las entradas. Esto
soluciona el problema anteriormente dicho, se puede recaudar menor del 10% (diferencia con
CPCCPBA)
Su importe deberá ser depositado a la orden del juzgado en el plazo que este indicare.
Interventor informante
De oficio o a petición de parte, el juez podrá designar un interventor informante para que de
noticias acerca del estado de los bienes objeto de la medida y de la operación de las actividades con
la periodicidad que establezca el juez.
Pero si hay diferencia en cuanto a deberes del interventor. Cuando puede ser removido dice como
debe realizar su tarea:
• En forma personal, con arreglo a las directivas que le imputa el juez, es decir, que no puede
delegar el ejercicio.
• Presentar los informes periódicos que disponga el juzgado y uno final al cumplir su cometido.
• Evitar las medidas que no sean estrictamente necesarias en el cumplimiento de su función, o sea,
no extralimitarse en sus funciones.
a) De oficio sin dar lugar alguno a defensa del interventor. Si el juez está convencido no es necesario
que tenga que dar cuenta a nadie. Resuelve de oficio.
b) Si mediara pedido de parte sedará traslado a las demás partes y al interventor para que se haga
de la defensa.
Honorarios
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El interventor solo percibirá los honorarios a que tuviere derecho una vez aprobado judicialmente el
informe final. Si su actuación debiera prolongarse en un plazo que a criterio del juez justificara el
pago de anticipos, previo traslado a las partes se determina estos en adecuada proporción al
eventual importe total de sus honorarios.
Aquí no existe plazo determinado de 6 meses, etc. El juez evalúa la petición del interventor resuelve
y da traslado a las partes de considerarlo correcto. Es decir que a criterio de juez se justifica el pago
de honorarios provisorios de lo en definitiva se resuelva.
Para determinar la base que el juez considera para la regulación de los honorarios, el código prevé
que se atenderá a:
al lapso de la actuación,
Carece de derecho al cobro de honorarios el interventor removido del cargo por ejercicio abusivo,
que se excedió de sus atribuciones.
Art. 12
Es importante porque delimita la incumbencia profesional. Dice que se requerirá título de contador
público:
a) En materia extrajudicial
b) En materia judicial
c) Otras.
Lo que nos interesa a nosotros está dentro del apartado b), en el inc. 7 se establece como
incumbencia profesional del contador actuar de:
Veedor
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Interventor
Interventor colector
Liquidador
Coadministrador
Administrador judicial
En principio:
3) Aceptación del cargo por parte del designado en el expediente dentro del tercer día de
notificado.
Pero para tomar efectiva posesión del cargo, el Interventor debe realizar otros trámites, se opera
mediante un mandamiento:
4) Programación: aquí se analízale expediente para conocer y estudiar la causa. Se determinan las
tareas que serán necesarias mínimamente realizar.
5) Solicitud del libramiento de mandamiento: Tenemos que tener una orden judicial, un
mandamiento que va dirigido al oficial de justicia y que le diga que proceda a la intervención de tal
empresa y que ponga en funciones al contador público que ha sido designado como, por ejemplo
coadministrador, veedor, etc.
El oficial de justicia es quien hace saber a la empresa intervenida que el interventor podrá realizar
tales medidas y que tiene tales funciones a su cargo.
6) Confección del mandamiento: una vez que el juez dispuso que se libre mandamiento, lo
redactamos y lo presentamos en mesa de entrada para que vaya a confronte. En el confronte se
coteja que lo que este escrito corresponda con lo que dice el expediente.
El mandamiento es un medio de comunicación del juez, es una orden que debe cumplirse.
Normalmente es preparado por quien hizo la petición de la medida de intervención judicial, sino la
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prepara el interventor mismo. En este se transcribe el auto en el que están fundadas las facultades
que el juez le otorgó y sus obligaciones. Este escrito tiene que estar firmado por el juez.
Que se autorice la habilitación de día y hora inhábil. La ley dice que hay que conservar el activo, y
esto implica que habrá que hacer un relevamiento de inventario inicial. Para esto es necesario un
oficial de justicia dependiente de la Oficina de Mandamientos y Notificaciones del poder judicial
(ajena al juzgado). Entonces para que no se demore la posesión del cargo, el contador debe ir con el
mandamiento firmado por el juez y pedir turno al oficial de justicia. Aquí, si el mandamiento está
otorgado con habilitación de día y hora inhábil, se tiene que hacer en forma inmediata y no hay
necesidad de esperar turno al oficial de justicia de la zona.
Si no hubiera tenido esto en cuenta, a las 13:00 hs. El oficial de justicia se va y no puedo diligenciar
la medida.
En el caso de no
Que se autorice el allanamiento de domicilio. Esto es, que se pueda operar con un cerrajero.
Puede darse el caso de que cuando vamos a diligenciar con el oficial de justicia nos encontramos
con que el local está cerrado. La Constitución Nacional prevé la inviolabilidad del domicilio, salvo
orden del juez. Así podremos diligenciar la medida sin problemas, sin romper puertas.
Que se autorice la asistencia de la fuerza pública, en el caso de resistencia para que se guarde el
orden.
En la Oficina de Mandamientos y Notificaciones hay dos tipos de oficiales: El oficial notificador que
se encarga de las cédulas y el oficial de justicia que se encarga de los mandamientos y órdenes
judiciales. Hablamos con el oficial y acordamos día y hora para ir al lugar de la intervención; este
horario debe ser conducente, por ejemplo, si la tarea es recaudar será en un horario adecuado.
8) Asistencia al lugar de la intervención el día y a la hora fijada: Conviene ir junto con el oficial. Nos
presentamos ante el responsable de la empresa intervenida y el oficial de justicia hace la lectura del
mandamiento, la orden que se le impartió, las medidas decretadas, las funciones del interventor y
que va a proceder a poner en función al profesional interventor designado.
Con la toma de posesión del cargo puede ser que se deba hacer un relevamiento de inventario, por
ejemplo si la tarea es conservar el activo. Se hace dicho inventario detallando los bienes y el estado
o condición en la que se encuentra; es una pequeña descripción. Pero no es necesario valuarlos.
A continuación se labra un acta la cual es firmada por el interventor, las partes y el oficial de justicia;
y se cierra el acto.
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9) Puesta en funcionamiento: El interventor realiza su tarea. Puede ser que la termine en el día o no
y seguir días posteriores. Hace estudios de los sistemas contables, de control de ingresos y egresos,
de administración. Lleva adelante distintas medidas, como por ejemplo, se abre una chequera a
nombre de la empresa pero con firma del interventor, comunicaciones con los proveedores para
seguir operando, etc. Todo un aspecto operativo que permita el giro ordinario de la empresa a los
fines de regularizar la situación.
Sólo como medida de excepción, el Juez puede extender una certificación para que el Interventor
Recaudador y/o el Veedor, se presente en la empresa intervenida, sin la mediación de un Oficial de
Justicia.
Para finalizar se presentan los informes parciales y/o el Informe Final necesarios sobre los avances
de su actuación al juez de la causa.
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