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Orden de canciones requeridas para la misa:

1. Entrada (https://youtu.be/EeY3qdX5WvA / https://youtu.be/HNqa_KVMZnI )


2. Señor ten piedad
3. Gloria
4. Salmo (tono y acompañamiento)
5. Aleluya
6. Canto de ofertorio (https://youtu.be/whLQp8Pq58g )
7. Santo
8. Padre Nuestro
9. Oracion de San Francisco de Asís ( https://youtu.be/8WM46CK2fDU ) *Esta se toca
terminando la comunión durante la purificación (limpieza de objetos).
10. Cordero de Dios
11. Comunión (https://youtu.be/PtKKehayXjs / https://youtu.be/i2DJ76d6YCA )
12. Salida (https://youtu.be/wZOFxo-4Wm8 )

Esas son las canciones que deben estar en la misa. Los links son las canciones sugeridas.
Pueden cambiar de tono.

En este link (http://d-garcia.net/entrada.php ) hay muchas más canciones.

Las lecturas correspondientes al sábado 30 son las siguientes y domingo 1° son las siguientes.

SABADO 30 DE JUNIO.

https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2018-06-30 :

Primera lectura
Lectura de las Lamentaciones (2,2.10-14.18-19):

El Señor destruyó sin compasión todas las moradas de Jacob, con su indignación
demolió las plazas fuertes de Judá; derribó por tierra, deshonrados, al rey y a los
príncipes. Los ancianos de Sión se sientan en el suelo silenciosos, se echan polvo en la
cabeza y se visten de sayal; las doncellas de Jerusalén humillan hasta el suelo la cabeza.
Se consumen en lágrimas mis ojos, de amargura mis entrañas; se derrama por tierra mi
hiel, por la ruina de la capital de mi pueblo; muchachos y niños de pecho desfallecen
por las calles de la ciudad. Preguntaban a sus madres: «¿Dónde hay pan y vino?»,
mientras desfallecían, como los heridos, por las calles de la ciudad, mientras expiraban
en brazos de sus madres.
¿Quién se te iguala, quién se te asemeja, ciudad de Jerusalén? ¿A quién te compararé,
para consolarte, Sión, la doncella? Inmensa como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá
curarte? Tus profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas; y no te denunciaban tus
culpas para cambiar tu suerte, sino que te anunciaban visiones falsas y seductoras.
Grita con toda el alma al Señor, laméntate, Sión; derrama torrentes de lágrimas, de día y
de noche; no te concedas reposo, no descansen tus ojos. Levántate y grita de noche, al
relevo de la guardia; derrama como agua tu corazón en presencia del Señor; levanta
hacia él las manos por la vida de tus niños, desfallecidos de hambre en las encrucijadas.

Palabra de Dios
Salmo
Sal 73

R/. No olvides sin remedio la vida de tus pobres

¿Por qué, oh Dios, nos tienes siempre abandonados,


y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño?
Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde antiguo,
de la tribu que rescataste para posesión tuya,
del monte Sión donde pusiste tu morada. R/.

Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio;


el enemigo ha arrasado del todo el santuario.
Rugían los agresores en medio de tu asamblea,
levantaron sus propios estandartes. R/.

En la entrada superior
abatieron a hachazos el entramado;
después, con martillos y mazas,
destrozaron todas las esculturas.
Prendieron fuego a tu santuario,
derribaron y profanaron la morada de tu nombre. R/.

Piensa en tu alianza: que los rincones del país


están llenos de violencias.
Que el humilde no se marche defraudado,
que pobres y afligidos alaben tu nombre. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,5-17):

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:


«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho.»
Jesús le contestó: «Voy yo a curarlo.»
Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy quién soy yo para que entres bajo mi techo.
Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo
disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y
viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace.»
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no
he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y
se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los
ciudadanos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de
dientes.»
Y al centurión le dijo: «Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído.» Y en aquel
momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre; la cogió de la
mano, y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirles. Al anochecer, le llevaron
muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los
enfermos. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Él tomó nuestras dolencias y
cargó con nuestras enfermedades.»

Palabra del Señor


Lecturas del Domingo 13º del Tiempo Ordinario - Ciclo B

https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2018-07-01

Domingo, 1 de julio de 2018

Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (1,13-15;2,23-24):

Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo los vivientes. Todo lo creó para que
subsistiera; las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte, ni
el abismo impera en la tierra. Porque la justicia es inmortal. Dios creó al hombre para la
inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la
envidia del diablo; y los de su partido pasarán por ella.

Palabra de Dios

Salmo
Salmo responsorial 29

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado


y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

Tañed para el Señor, fieles suyos,


dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;


Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (8,7.9.13-15):

Ya que sobresalís en todo: en la fe, en la palabra, en el conocimiento, en el empeño y en


el cariño que nos tenéis, distinguíos también ahora por vuestra generosidad. Porque ya
sabéis lo generoso que fue nuestro Señor Jesucristo: siendo rico, se hizo pobre por
vosotros para enriqueceros con su pobreza. Pues no se trata de aliviar a otros, pasando
vosotros estrecheces; se trata de igualar. En el momento actual, vuestra abundancia
remedia la falta que ellos tienen; y un día, la abundancia de ellos remediará vuestra falta;
así habrá igualdad. Es lo que dice la Escritura: «Al que recogía mucho no le sobraba; y al
que recogía poco no le faltaba.»

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Marcos (5,21-43):

En aquel tiempo Jesús atravesó de nuevo a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su
alrededor, y se quedó junto al lago.
Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y al verlo se echó a sus pies,
rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella,
para que se cure y viva.»
Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que
padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a
toda clase de tratamientos y se había gastado en eso toda, su fortuna; pero en vez de
mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la
gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido, curaría. Inmediatamente
se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado.
Jesús, notando que, había salido fuerza de él, se volvió en seguida, en medio le la gente,
preguntando: «¿Quién me ha tocado el manto?»
Los discípulos le contestaron: «Ves como te apretuja la gente y preguntas: "¿quién me ha
tocado?"»
Él seguía mirando alrededor, para ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y
temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo.
Él le dijo: «Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud.»
Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?»
Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que
tengas fe.»
No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de
Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que
lloraban y se lamentaban a gritos.
Entró y les dijo: «¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está
dormida.»
Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos, y con el padre y la madre de la niña y sus
acompañantes entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: «Talitha qumi (que
significa: contigo hablo, niña, levántate).»
La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar –tenía doce años–. Y se quedaron
viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la
niña.

Palabra del Señor

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