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TEORIAlPRACTICA DE LA JURISDICCION

La Sala Segunda 'ante González': la valoración de los


indicios en la instrucción
Juan IGARTUA SALAVERRIA

El ajustado tanteador 6-4 (se rozó el empate, se- 1. ANOTACIONES PRINCIPALES SOBRE EL
gún cuentan) con que acabó en el Supremo la por- PROCESO
fía por ver si se citaba al ex-presidente y diputado
Felipe González (y en calidad de qué) a declarar en En el entramado de principios que vertebran el
el caso Marey , ha disparado -más si cabe- el proceso sobresale como el primero (cronológica-
caudal de conjeturas, maledicencias y malevolen- mente al menos) el derecho a la prueba, que confie-
cias acerca del comportamiento de los tribunales re a las partes la facultad de utilizar todos los me-
llegada la hora de despejar la incógnita (la famosa dios de prueba idóneos a los fines del proceso (la
X del juez Garzón) que ponía vértice al organigra- constatación de la verdad)1. Pero para evitar pre-
ma de los GAL. ventivamente que se dé curso a pruebas inútiles pa-
Para no propalar precipitadamente bendiciones ni ra decidir el litigio, entra en juego el principio de la
vituperios, no es mala idea empezar leyendo el auto economía procesal 2, que (a fin de no restringir el
de la Sala Segunda y el apósito voto particular. Luego, uso racional del derecho a la prueba) debe combi-
ya con conocimiento de causa, se podrá responsa- narse con el principio de la pertinencía(relevancia)
blemente rebajar o extremar o cambiar de signo los de las pruebas. Una prueba es pertinente o rele-
juicios que habían asomado en nuestra cabeza. vante si, en los términos y en el momento de su so-
Como no alcanzo a dar abasto a todo, el blanco licitud, se entrevé potencialmente útil para la verifi-
de mi atención está en la credibilidad que se otorga cación de los hechos de la causa3.
a las declaraciones inculpatorias (hacia el ex- Este menguado repertorio de principios procesa-
presidente) de Ricardo García Damborenea (él les que estructuran la formación del sumario, debe
mismo inculpado). completarse con otro principio, el de la seriedad de
El discurso exculpatorio se presenta con un gro- la pretensión punitiva, que suele caracterizarse así:
sor tal que, para una (su) más provechosa asimila- "A diferencia de lo que ocurre en el proceso civil,
ción, convendría servirlo en capas argumentales cuyo objeto litigioso se introduce libremente por el
más delgadas. Así, en la porción que aquí interesa actor, sin consideración a su prosperabilidad, que
(el peso imputatorio de lo declarado por Dambore- no es necesario acreditar de modo indiciario, y que
nea), resulta aconsejable separar dos estratos en sólo puede rechazarse, fundadamente, en los casos
el razonamiento judicial. En efecto, el Auto viene a previstos en la LOPJ (art. 11) de manifiesto fraude
decir que si las imputaciones contra el diputado de ley o procesal o abuso de derecho, en el proce-
González son infundadas ya en sí mismas, su in- so penal, no basta con que se configure por los
sustancialidad se acentúa aún más ante la eventua- acusadores la pretensión punitiva, ni inicialmente, ni
lidad de poner en marcha el consabido suplicatorio. al término de la investigación oficial, con mayores o
O sea, que con los datos que hay, de ningún modo menores visos de prosperabilidad, a juicio de la
se justifica una imputación contra quien sea, y, a parte, para que el referido objeto sea admitido como
fortiori , todavía menos contra quien tiene el blindaje base del debate procesal. Es necesario, además,
del suplicatorio. Pues bien, en la ocasión presente como presupuesto de admisibilidad al juicio, que se
me atendré al primer fragmento del Auto (a la in ge- valore la seriedad de la pretensión por el órgano ju-
nere nula potencia incriminatoria de los indicios risdiccional, en sentido favorable, a la continuidad
existentes), olvidándome del segundo (si intuítu del proceso"4.
persona e -dada su condición de diputado- la im- Tras este breve recordatorio, el problema que me
putación requiere un plus de fundamento) aunque ocupa se formularía ya con claridad bastante: ¿es
tampoco sea ésta cuestión pacífica. pertinente o relevante la declaración de González
Delimitada ya la pieza que someteré al análisis,
antes de trocearla aún es recomendable demorarse
1 S. Patti, "Prova ", Enciclopedia Giuridica, Roma, 1991; p.
en un pequeño paréntesis. 3.
2 M. Taruffo, "Istruzione", Enciclopedia Giuridica, Roma,
1990; p.7.
3 M. Taruffo, Studi su/la rilevanza de/la prova, Padua, 1970.
4 J. Almagro Nosete • J. Tome Paule, Instituciones de dere-
cho procesal (Proceso penal), Madrid, 1994; p. 55.

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como imputado -según pide la acusación confor- prueba debe ser, en principio, de la máxima am-
me a su derecho a la prueba- para el esclareci- plitud y generosidad a la hora de medir el criterio
miento de los hechos? Pero esta pregunta pende a constitucional de la pertinencia" (RJ 32). La con-
su vez de la respuesta que se haya dado a otra traofensiva de la mayoría (que estaba al tanto del
anterior, a saber:¿hay base suficiente para sospe- argumento por haberlo debatido in camera ) se
char que el entonces presidente estaba al corriente adivina enseguida: una cosa es la manga ancha
de lo que pasó? Según se solvente esta segunda en la práctica de diligencias (art. 311) Y otra di-
cuestión (afirmativa o negativamente) habrá pie pa- versa ampliar el número de sujetos pasivos (art.
ra contestar a la primera (de una u otra forma). 488) mediante la imputación contra personas
En realidad, por tanto, se contabilizan dos as- otras de las ya determinadas por el juez instruc-
pectos problemáticos, conexos sí pero diferentes. Y tor. Por eso -cito textualmente-"no cabe hacer
cada uno de ellos requiere una solución singulari- aplicación de la doctrina tradicional de esta Sala
zada, no un razonamiento que apunte indiscrimina- favorecedora de un criterio de gran amplitud en
damente al bulto; si no, luego se enmaraña la dis- la admisión de diligencias de prueba -o de in-
cusión innecesariamente. vestigación sumarial- en beneficio del derecho
Así que, visto lo que hay, entro de cabeza en el de defensa y del derecho a la prueba, constitu-
examen de lo verdaderamente crucia/. Esto es, cionalmente garantizados, pues la naturaleza de
¿qué sustento tiene(n) la(s) hipótesis de que el pre- la solicitud formulada en el recurso es distinta de
sidente estuviera/no estuviera al tanto de la guerra la de una mera diligencia probatoria" (RJ 3º).
sucia (secuestro de Marey incluido)? Nada de raro tiene que con premisas divergentes
Pues bien, cotejando la postura mayoritaria del (como se ha visto, una diferente apoyatura legal y
Tribunal y la reflejada en el voto particular, es pa- un distinto balance jurisprudencial) ambos grupos
tente que ambos grupos discrepan sobre la sufi- de magistrados acaben en conclusiones también
ciencia incriminatoria de las declaraciones contra diversas. Y en lo que concierne a nuestro tema, lo
Felipe González. Pero aquí asoma una complica- que termina separando a la mayoría del Tribunal y a
ción suplementaria. los discrepantes está en la diferente intensidad que
En efecto, el desacuerdo entre los seis y los cua- exigen para que un juez impute algo a alguien. La
tro podría, en principio, girar en torno a dos cosas mayoría postula que el testimonio inculpatorio debe
distintas (alternativa o conjuntamente). La primera merecer una credibilidad positiva (es decir, que las
de orden general: ¿qué peso ha(n) de acreditar imputaciones sean estimadas por el juez como
el(los) indicio(s) para que sea procedente imputar a "fundadas y verosímiles"). Para el grupo minoritario
un justiciable? La segunda referida a la situación basta una credibilidad negativa (o sea, que las im-
particular: ¿alcanzan o no esa ponderación las im- putaciones no sean "absolutamente infundadas"
putaciones contra González? Conviene, pues, ir por aunque no acaben de convencer al juez). Que no
partes. es lo mismo.
De todos modos, afinando la atención se observa
que, en esta cuestión puntual, la confrontación ha
2. EL FUNDAMENTO MINIMO PARA IMPUTAR quedado un tanto dislocada. Alerté ya en el aparta-
do anterior contra la oscuridad que nace de mezclar
Respecto de lo primero, el disenso entre los dos o yuxtaponer aspectos distintos. Y en esas estamos
bloques de la Sala Segunda empieza a fraguarse ahora (lo que, en mi opinión, debe registrarse en el
desde la distinta vara de medir que exhiben unos y "debe" de la minoría).
otros. En efecto, la minoría es favorable a que González
Para empezar, la mayoría muestrasu querenciaha- declare como imputado (por las ventajas que lleva
cia el arto488 de la LECr. ("Durante la instrucción de la anejas tal condición). De su lado, la mayoría es
causa, el juez instructor podrá mandar comparecer a contraria a que González declare como imputado (y
cuantas personas convenga oír por resultar contra si conviene que declare, que lo haga como testigo
ellas algunas indicacíones fundadas de culpabilidad" ). durante la vista). Ambos grupos, pues, cargan el
En tanto que la minoría manifiestasu apego al arto311 acento sobre cosas distintas y de ahí que se remi-
( "El juez que instruya el sumario practicará las diligen- tan a preceptos procesales también distintos. En
cias que le propusieran el Ministerio fiscal o cualquiera rigor, la minoría propone que se convoque a Gon-
de las partes personadas, si no las considera inútiles o zález para declarar ahora y luego ya se verá en ca-
perjudiciales" ) y al arto299 ("Constituyen el sumario lidad de qué; mientras que la mayoría exige diluci-
las actuaciones encaminadas a preparar el juicío y dar primero en calidad de qué se convoca a
practicadas para averiguar y hacer constar la perpre- González y después ya se determinará cuándo de-
tación de los delitos con todas las circunstancias") de clara.
la Ley precitada. Si en cualquier polémica ya es difícil que la gente
Después, las distintas referencias legales concuerde en la solución que debe darse a un pro-
abren el cauce igualmente a un diferente enfoque blema, mucho más cuando los contendientes entur-
sobre una dilatada práctica de la propia Sala Se- bian el enunciado mismo del problema.
gunda. En efecto, los suscriptores del voto parti- Aun reiterando que la pertinencia (relevancia) de
cular alegan que, según la doctrina de esta Sala la declaración de González es directamente propor-
(y también del TC), "la actitud de los Juzgados y cional a la fuerza incriminatoria del testimonio
Tribunales al acordar sobre la admisión de una prestado por Damborenea, debo repetir también

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que son elementos distintos y que, por eso, requie- Es lo que intentaba sugerir cuando, a propósito de
ren un tratamiento singularizado. las imputaciones que según la mayoría de la Sala
Como mi trabajo versa directamente sobre la ex- no son "fundadas", preguntaba: ¿"fundadas" para
culpación de González según anuncié al comienzo qué? ¿para empezar o para terminar?
(y acaso mediatamente no más sobre la relevancia Algo sobre lo que la STC 135/89, que se invoca
de su declaración), seguiré la estela del discurso en este mismo texto exculpatorio (aunque no el
mayoritario, según el cual -y de conformidad con fragmento que citaré), subrayaba que "ni se puede
el arto 488- la imputación debe estar precedida de confundir un Auto de procesamiento, que en sí
indicaciones fundadas de culpabilidad. mismo no encierra declaración de culpabilidad, con
una Sentencia condenatoria, ni la actividad probato-
ria de cargo exigible en el juicio oral para disipar la
3. LA RELATIVIDAD DEL FUNDAMENTO presunción de inocencia es trasladable a la fase
sumarial" (FJ 6).
La palabra "fundamento" evoca necesariamente Por eso el propio Tribunal Constitucional agrega
una relación (entre lo fundante y lo fundado). Una que el juez instructor deberá imputar a una persona
cosa no es en sí misma fundamento, sino a lo su- cuando "nazca en él una sospecha " contra ella;
mo fundamento de otra cosa. Y una cosa no suele criterio que recoge y reproduce la Sala Segunda en
ser fundamento de cualquier otra cosa. En eso re- el Auto que comento (RJ 1Q). Por tanto, para impu-
side la relatividad del fundamento. tar no se precisa de fundamentación más sólida que
Por lo mismo, cuando se nos dice que las acusa- la sospecha.
ciones vertidas contra González han de ser funda- Ahora bien -como oportunamente se recuerda
das, es menester preguntarse: ¿"fundadas" para en el voto particular- el juez instructor denegó la
qué?, o, en otra formulación, ¿en orden a qué ha de solicitud de la acusación (la declaración de Gonzá-
servir como fundamento el material indiciario? lez como imputado) alegando que "en las actuacio-
Pues bien, en esa onda viene de perlas la disec- nes practicadas no existen datos o indicios funda-
ción que del proceso efectúan los magistrados de la dos que excedan de meras sospechas de
minoría, aunque ahora yo persiga un objetivo dis- responsabilidad" (FJ 1Q del auto de 24 de abril de
tinto del suyo (que era fijar el momento procesal del 1966). Pero, ¿no se había quedado en que con la
suplicatorio). Los jueces discrepantes enumeran las sospecha era suficiente? ¿Cómo puede convalidar,
fases de la secuencia procesal de esta guisa entonces, la Sala Segunda la valoración efectuada
(cursivas mías): "Imputado ... es la persona a la que por el juez instructor?
se le atribuye la comisión de un acto punible. Cuan- Para salir de semejante desconcierto sólo vislum-
do la investigación sobre un imputado avanza, se bro tres puertas: a) que se ha incurrido en una con-
puede adquirir, en el proceso ordinario, la condición tradicción (por un lado se sostiene que basta la
de procesado, posteriormente de acusado y, fi- sospecha y por otro que no basta); b) que la pala-
nalmente, la de condenado o absuelto ". bra "sospecha" es polisémica (tiene un significado
Sobre la base de esta imagen secuencial del proce- en el Auto de la Sala y otro diferente en el autor del
so, yo me atrevo a proponer una hipótesis de trabajo: juez instructor); c) que la sospecha es un fenóme-
que la valencia incriminatoria de las pruebas y/o indi- nos psicológico (con la misma palabra se designan
cios es amplia en el inicio del proceso y se va estre- fenómenos diferentes: la sospecha del acusador y
chando a medida que se consumen las etapas de és- la sospecha del juez, que no tienen por qué ser re-
te. Y, a la inversa, que el bien jurídico fundamental del cíprocamente compartidas, de modo que en el auto
imputado (la presunción de inocencia) encuentra ma- del juez instructor la palabra "sospecha" se refiere a
yores garantías según avanza el proceso. Para impu- la de la acusación y en el Auto de la Sala a la del
tar pueden bastar indicios con débil fuerza probatoria; juez, que es en definitiva la decisiva y decisoria).
pero a medida que progresa el proceso crece el nivel No estoy en grado de asegurar cuál de estos tres
inculpatorio exigido, hasta que al final sólo vale lo que diagnósticos es el correcto, pero ninguno de ellos
está por encima de cualquier duda razonable. O sea, brinda una salida airosa a tan desconcertante lío
para imputar bastaría algún fundamento: para conde- jurisdiccional. Los dos primeros por razones obvias,
nar es preciso un fundamento total. De ahí que el gra- ya que ni la inconsistencia (contradicción) ni la in-
do de verosimilitud exigible varíe según se trate de constancia terminológica (que a una misma palabra
condenar o simplemente de imputar. No hay óbice, por se le asignen significados diferentes) dicen nada en
tanto, a que lo insuficiente para terminar (condenando) favor de nadie. Y el tercero porque revela un ga-
sea, sin embargo, suficiente para empezar rrafal equívoco que, al no percibirse como tal, re-
(imputando). Por cierto, ése es el rumbo que, un mes sulta insidioso además de peligroso. Habrá que vol-
después (caso Filesa ), tomará la Sala Segunda al ver sobre ello.
ampliar (de 7 a 26) la lista de imputados propuesta por Pero ahora, según lo previsto, toca el turno de
el instructor. En su Auto el TS textualmente dice que examinar cuál ha sido la valoración que el testimo-
"es suficiente para la imputación ...que se trate de he- nio de Damborenea ha merecido en la estimativa
chos que no aparezcan evidentemente inexistentes, del juez instructor y que, luego, ha sido ratificada
que sean típicos y atribuibles, con un mínimo grado de por el Auto de la Sala Segunda.
probabilidad indiciaria"s.

5 El País de 21-12-96; p. 15.

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4. RAZONES PARA NO MODIFICAR LA (p. ej. si, con los datos obrantes, se puede atribuir o
VALORACION DEL JUEZ INSTRUCTOR no a un pobre de solemnidad la financiación de los
GAL).
La mayoría de la Sala Segunda da por buena la Si en ocasiones (muchas o casi todas) aparece
decisión (recurrida) del juez instructor en orden a no finalmente el susodicho "margen razonable"
citar como imputado al ex-presidente González. El (entendido como conjunto de alternativas razona-
censo de los argumentos (creo que no omito ningu- bles), eso significa que el "margen" goza de una
no, salvo los que atañen al suplicatorio teso había cierta objetividad y, por tanto, que el "margen" no es
convenido/) con los que el Auto exculpatorio justifica un coto privativo del juez sino, en principio, de cual-
su postura es el siguiente: quiera que mantenga una propuesta razonable. Es
a) Es necesario reconocer al instructor un decir, si un asunto resulta ser opinable dentro de
"razonable margen de apreciación" al atribuir la ciertos límites, lo será para todos. Se me olvidaba
condición de imputado. apuntar que, en el desempeño de funciones públi-
b) El instructor procederá a la atribución de im- cas, el test de la razonabilidad depende, no de las
putado cuando "nazca en él una sospecha contra preferencias privadas del juez, sino de criterios con
persona determinada". Lo que no ha sucedido. En vigencia social.
efecto: Ahora bien, cuando en medio de la confrontación
- no ha estimado procedente convocar a Gon- brotan varias posturas razonables será preciso na-
zález a que declare como imputado; turalmente resolverse por una de ellas. ¿Por cuál?
- razona debidamente por qué las imputaciones En el proceso penal ha cobrado categoría de princi-
no le resultan fundadas ni verosímiles; pio la fórmula "más allá de toda duda razonable", o
- los recurrentes no aportan elementos de incul- sea que sólo se podrá condenar una vez vencida
pación distintos de los que ya fueron tomados en cualquier duda razonable. De manera que ante una
consideración por el Instructor; petición condenatoria razonable porque está asisti-
- los recurrentes tampoco ponen de manifiesto da de buena fundamentación probatoria, si ésta no
error alguno en la valoración del Instructor. se revela tan concluyente como para mostrar la
c) Aun prescindiendo de las ventajas que ofrece inanidad de una propuesta absolutoria (por mucho
la inmediación ... que ésta tenga, en términos de probabilidad, un
d) las manifestaciones de Damborenea -con in- sustento probatorio notoriamente inferior a la prime-
dependencia de su credibilidad- carecen de preci- ra), se impone la absolución del acusado.
sión mínima, ya que: Sería deseable que el arsenal de tradiciones pro-
- nó tienen una corroboración objetiva; cesalistas incluyera también (si no está ya) alguna
- se refieren genéricamente a una estrategia an- regla para salir de una indecisión semejante (la pro-
titerrorista; vocada por una pluralidad de soluciones más o me-
- Damborenea se niega a proporcionar las preci- nos atendibles) en orden a decidir si finalmente se
siones necesarias. imputa o no a una persona. Al respecto, opino que
e) El recurso presentado cuenta con la oposición debería arbitrarse una medida análoga pero inversa
del fiscal, de la acusación particular y del instructor. a la dispuesta para la eventualidad anterior. O sea,
Las justificaciones de la Sala (expuestas esquelé- así como es suficiente una duda razonable para ab-
tica'mente por el momento) y que termino de inven- solver, igualmente debiera bastar una duda míni-
tariar suscitan muchas reservas, sin duda más nu- mamente razonable para imputar. La duda sería
merosas y afinadas que las de mi propia cosecha. A una condición suficiente para entrar (imputado) y/o
mí se me han ocurrido estas observaciones críticas. para salir (absuelto); en tanto que la ausencia de
cualquier duda sería condición necesaria para no-
entrar (imputado) y/o no-salir (absuelto).
5. EL MARGEN DE APRECIACION Lo cual comporta consecuencias medulares en
lo que respecta a la motivación exigible en uno y
Que abruptamente, sin matiz alguno, se reconoz- otro caso. Cuando baste la duda -porque hay
ca al instructor un "razonable margen de aprecia- sospecha (imputación) o porque no se pasa de la
ción" me parece una invitación capciosa pero per- sospecha (absolución) - el juez sólo se vería
suasiva a relajar el control sobre las valoraciones obligado a justificar que esa solución es también
efectuadas por el juez durante la instrucción, so razonable. Cuando el juez decide que no ha lugar
pretexto de que nos movemos en un terreno que a la duda y no imputa (porque no hay asomo de
por naturaleza consiente una cierta opinabilidad. duda) o condena (porque se ha desvanecido cual-
A mi entender, el "razonable margen" no es un quier duda), debe justificar no sólo que su opción
prius, un espacio que de oficio se oferta al juez para es también razonable sino que es la única razo-
que se mueva dentro de él con cierta holgura, sino nable (lo que, de pasada, implica desmontar las
un posterius.'Es decir, hay un "margen razonable" rivales). Creo que el propio TC sintoniza en esta
cuando sobre un problema aparecen varias solu- onda cuando escribe: "Es el titular del órgano ins-
ciones razonables. El "margen" no es algo dado tructor quien debe ponderar si la atribución ... de
sino algo ganado (en la medida en que los conten- un hecho punible a persona cierta es 'más o me-
dientes sean capaces de defender razonablemente nos fundada' o por el contrario manifiestamente
soluciones alternativas). Hay situaciones que no infundada, inverosímil o imposible en su conteni-
toleran la razonable propuesta de varias soluciones do" (STC 135/89, FJ 3).

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y curiosamente (aunque a lo mejor no pasa de se dirige a verificar que el instructor explicite conve-
coincidencia fortuita), la STC 135/89 (en la que nientemente los motivos (las razones) por las que
comparece la expresión "razonable margen de las imputaciones "no le resultan fundadas ni vero-
apreciación") desestima un recurso solicitando el símiles". En rigor, debiera importamos un bledo por
amparo por falta -a juicio del recurrente- de base qué al juez le resultan fundadas o infundadas las
para la imputación (pretensión opuesta a la que imputaciones. Lo que de verdad interesa es saber
esta vez rechaza el TS en su Auto). El TC literal- cómo justifica el juez que la imputación es o no
mente señala que "dado el carácter indiciario y no fundada.
probatorio que puede resultar de las diligencias su- Esta proclividad psicologista asoma de nuevo
mariales es necesario reconocer al juez instructor cuando, para confirmar que en el instructor no ha
un razonable margen de apreciación en el recono- nacido una sospecha, el Auto del TS argumenta
cimiento de la condición de imputado" (FJ 3). que aquél (el instructor) "no ha estimado proce-
dente convocar a González a que declare como im-
putado". Ya estamos con la canción de siempre.
6. UNA CONCEPCION PSICOLOGISTA DE LA Conviene reiterar, por tanto, que la motivación (de
VALORACION sentencias y autos) no tiene por objeto mostrar fi-
dedignamente los estados de conciencia reales del
Pero ¿cómo se acredita que sa,bre la conducta juzgador (allá él si miente, encima cosa imposible
de alguien gravita una duda (sospecha) razonable? de saber), sino el que éste ofrezca razones convin-
Cuando "nazca en él (el juez) una sospecha contra centes para justificar que sus (presuntos) conven-
persona determinada" 'es la respuesta. Sigo ba- cimientos o sospechas merecen -por racionales-
rruntando que en ésta se malesconde una recaída ser intersubjetivamente compartidos.
en el psicologismo judicial del que no acaba de libe- Es verdad que la Sala Segunda no parece dis-
rarse el consueto entendimiento de la "libre valora- puesta a transigir con cualquier convencimiento o
ción de las pruebas"6. No se negará -espero- sospecha que nazc~ en el juez, ya que la formación
que en esta cita jurisdiccional se concede un desca- de esos estados de conciencia puede estar afecta-
rado (no encubierto) protagonismo a la subjetividad da por dos vicios capitales: el de una información
del juez (la sospecha debe "nacer en él") como deficiente y el de alguna falla en el razonamiento.
medidora de lo que es incuestionable o, en su caso, Por ello el TS, para salvar la cara del juez instructor
opinable. Llueve sobre mojado, porque cuando la frente a la acometida de los recurrentes, toma la
casación (función que desempeña el TS, aunque precaución de señalar que éstos "no aportan ele-
ahora esté a otra cosa) enfatiza el principio del mentos de inculpación distintos de los que ya fueron
"libre convencimiento" suele buscar dos cosas: una, tomados en considenación por el instructor" y que
subrayar la imposibilidad de controlar la valoración "tampoco ponen de manifiesto error alguno en la
efectuada por el tribunal cuya decisión se recurre; valoración del instructor". Permítaseme una peque-
otra, ahorrarse el trabajo de elaborar cánones de ña nota crítica.
racionalidad y suficiencia a los que deben ajustarse A la vista de los datos disponibles por mí (sólo el
los tribunales cuando motivan su yaloración de los Auto de la Sala Segunda) y de los' que carezco (el
hechos7. Por tanto, se hace imprescindible insistir Auto del instructor y el escrito de los recurrentes)
-con palabras prestadas- en .que "el libre con- me veo limitado a una glosa bastante panorámica.
vencimiento no está para indicar el fenómeno psi- Allá voy.
cológico de una conciencia que se autodetermina No está de sobra, desde luego, cuidar que no se
libremente; más bien está para indicar un fenómeno escurran elementos inculpatorios y/o vigilar que no
cognoscitivo que se desarrolla libre de prejuicios le- se interfieran errores de razonamiento. Pero con
gales e individuales, pero vinculado a las reglas eso nos quedamos a medias. Primero, no basta
propias de la racionalidad discursiva: por tanto, no contentarse con una lista completa de los elemen-
libertad respecto de cualquier regla, sino libertad tos relevantes; luego hay que señalar cuáles de en-
según reglas cognoscitivas"B ' tre ellos se retienen verdaderos o falsos y justificar
Menos mal que, esta vez, el TS no se contenta por qué (me quedo con las ganas de saber si el
con una simple remisión al impacto que los indicios instructor procedió así). Segundo, porque -en sim-
provocan en la conciencia del juzgador, y se toma patía con lo anterior--':""tampoco la vigilancia se debe
la fatiga de mirar que el instructor "razona debida- ceñir a evitar errores en el razonamiento; hay que
mente por qué las imputaciones no le resultan fun- examinar si un razonamiento es, además de con-
dadas ni verosímiles". Pero, a pesar de este loable sistente y coherente, también cpmpleto (el razona-
esfuerzo de racionalización, hasta aquí se extiende miento. resulta incompleto si alguna de las opciones
el empalagoso perfume -como el de una colonia ha quedado sin sustento justificatorio).
barata- del psicologismo antes denunciado. En
efecto, parece que el esfuerzo de la Sala Segunda
7. LA INEFABLE "INMEDIACION 11

6 M. Taruffo "Prova testimoniale", Enciclopedia del diritto,


Milán, 1988; p. 754. Así como quien convencido de su potencia trata
7 Taruffo, "Libero convincimento del giudice", Enciclopedia
Giuridica, Roma, 1990; p. 2. de disuadir al adversario con un simple amago de
8 F. M. lacoviello, "1 criteri di valutazione della prova", en M. golpe, el TS dibuja el esbozo de un argumento de-
Bessone-R. Guastini (eds.), La regola del caso: materiali sul ra- jándolo sugerido nada más (como indicando que no
gionamento giuridico, Padua, 1995; pp. 395-396.

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precisa de su concurso). Es lo que yo aprecio La "inmediación" se acompaña de unos bien gana-
cuando el Auto deja caer de pasada eso de "aun dos méritos pero que deben resaltarse allá donde
prescindiendo de las ventajas que ofrece la inme- tengan incidencia real, no a boleo. Por eso las vir-
diación" ... Era lo que nos faltaba por oír. tualidades de la "inmediación" no pueden funcionar
En el repertorio de los irritantes tópicos referidos a como un cheque en blanco que se extiende a favor
la prueba, el de la "inmediación" se lleva la palma. de los tribunales de instancia o -en nuestro caso-
Entiéndase bien; no trato de menoscabar las bases en beneficio del instructor.
de variada índole (epistemológicas y jurídicas, so- De ahí que, cuando la "inmediación" se invoca (a
bre todo)9 que sobradamente legitiman el principio lo que por desgracia nos tienen acostumbrados
de la "inmediación" en el proceso; pero el uso vicio- tanto el TS como el Te) "como barrera para vetar el
so del mismo se convierte en una impostura de cui- acceso al examen del curso valorativo del juez o
dado. Particularmente cuando el emparejamiento de tribunal, se convierte en una injustificable coartada,
la "inmediación" y del "libre convencimiento" engen- primero para propiciar que el juez oculte sus razo-
dra una perversión como la siguiente: en lo concer- nes; y, después, para negar legitimidad a cualquier
niente a la veracidad de la declaración de acusados tentativa de fiscalizarlas. Así resultará que la inme-
y testigos, a la existencia de indicios, al valor del pe- diación ...puede convertirse en paradójica garantía
ritaje "la valoración de la prueba está fuertemente de discrecionalidad judicial incontrolada"13.
condicionada por la inmediación"10; de manera que Como indiqué líneas arriba, el Auto del TS amaga
"en un procedimiento regido por los principios de pero no sacude (de cualquier forma hubiera errado
oralidad e inmediación, un Tribunal que no ve ni oye el golpe) y finalmente condesciende a detenerse en
a los testigos ni a los peritos no puede apreciar se- las razones (no en las sensaciones que procura la
gún su conciencia (art. 741 LECr) la veracidad o inmediación) que valen al instructor para desfondar
adecuación de sus respectivas declaraciones o in- las manifestaciones de Damborenea. Cambiemos
formes"11. de tercio entonces.
Salta a la vista el efecto que semejante dislate
tendría sobre el tema que me ocupa. A ver (en ver-
sión silogística): a) es capaz de valorar en concien- 8. LAS RAZONES A FAVOR DEL INSTRUCTOR
cia la veracidad del testimonio de Damborenea
quien ha escuchado directamente su declaración; La Sala Segunda, "disponiendo únicamente de la
b) ya que sólo el instructor ha sido el receptor in- transcripción escrita de dichas manifestaciones",
mediato de las palabras de Damborenea; c) por pese a todo estima "que el criterio del instructor al
tanto al instructor incumbe en exclusiva determinar considerarlas insuficientes para justificar una impu-
si el declarante ha dicho la verdad o no. Y como co- tación formal es plenamente correcta".
rolario se infiere que la Sala Segunda -en tanto no A lo que se ve, los recurrentes -además de a lo
ha oido de viva voz a Damborenea- no puede manifestado por Damborenea- aludían a unas de-
valorar en conciencia la credibilidad de su testimo- claraciones de Sancristóbal (que el Auto despacha
nio recogido por escrito ni, por tanto, está habilitada por la vía rápida como "una mera opinión del proce-
para inmiscuirse en la valoración del juez ante quien sado") y a otras de Roldán ("de referencia" puntua-
ha depuesto el declarante. Menudo plan. Menos liza el Auto y -añade- "negadas por la fuente de
mal que aquí la Sala Segunda se muestra más me- la que proceden"). De momento vamos a olvidamos
surada y rebaja la incidencia de la inmediación al de ellas; las recuperaremos más adelante.
nivel de una "ventaja". El Auto concede mayor protagonismo a Dambo-
Parece mentira que todavía sea preciso subrayar renea, cuyas manifestaciones "con independencia
que la "verdad" de una declaración, la "corrección" de su credibilidad (elemento subjetivo) carecen de
de un informe pericial, etc., son inaprehensibles la precisión mínima (elemento objetivo), indispen-
sensorial mente. Eso sí, las informaciones que se sable para fundamentar una imputación judicial" (RJ
registran a través de los sentidos dan pie para infe- 22) (no tengo claro si esta descalificación del TS al-
rir después determinadas conclusiones. Pero el tra- canza también a lo dicho por Sancristóbal y Roldán
yecto que va desde lo percibido hasta lo concluido respectivamente) .
ya no es apaño de los sentidos y, por ello, el nexo a) Primero viene el turno del "elemento subjetivo",
que media entre uno y otro debe ser racionalmente que el TS se contenta con dejarlo tocado del ala sin
justificado (y pasible de control por quienquiera, ha- ir resueltamente a por él ("con independencia de su
ya o no presenciado la formación de la prueba)12. credibilidad" dice escuetamente el Auto; ¿otro ob-
sequio a la "inmediación"?). Pero algo habrá que
9 Cfr. M. Nobili, 11principio del libero convincimento, Milán, comentar a su respecto.
1974; pp. 83-92; Y J.L. Vázquez Sotelo, Presunción de inocencia Una consolidada trayectoria del propio TS invita
del imputado e íntima convicción del tribunal, Barcelona, 1984; con buen tino a tomar con las oportunas prevencio-
p.454.
10 E. Bacigalupo Zapater,'Presunción de inocencia, 'in dubio nes la declaración de un imputado que salpique a
pro reo' y recurso de casación', Anuario de Derecho Penal y terceros, no vaya a ser que obedezca a móviles in-
Ciencias Penales, 1988, vol. 11; p.374. confesables (descargar la culpabilidad sobre otras
11 E. Bacigalup Zapater, 'La impugnación de los hechos pro-
bados en el recurso de casación penal. Reflexiones sobre un
decenio de aplicación del arto24.2 de la CE", Estudios de Juris-
prudencia, 1992, n 1; p. 52.
Q

12 Cfr. el resumen que de las tesis de P. Andrés Ibáñez Jueces para la Democracia, 1994, nº 2; p. 83.
efectúa M. Atienza, 'Sobre la argumentación en materia de he- 13 P. Andrés Ibáñéz, "Acerca de la motivación de los hechos
chos. Comentario crítico a las tesis de Perfecto Andrés Ibáñez", en la sentencia penal", Doxa, 1992, n 12; p. 297.
Q

64
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espaldas, deseos de venganza, chantajes, etc.)14. camente a una decisión de estrategia antiterro-
Por proximidad temática y geográfica -me refiero rista (intervenir en Francia contra ETA, con o sin el
a Italia- tampoco es ociosa una referencia a los acuerdo de los franceses), supuestamente adop-
episodios judiciales del pentítismo (pentiti arre- = tada por el entonces presidente del Gobierno, en
pentidos) porque abonan la necesidad de adoptar cuyo largo proceso de maduración afirma el pro-
precauciones cuando un imputado involucra en la cesado haber participado, negándose sin embargo
fechoría a otros camaradas o compinches a proporcionar las necesarias precisiones. La res-
(brigadistas o mafiosos). Damborenea no es en pu- puesta del Sr. García Damborenea, en su tercera
ridad un pentito (parece más proclive a justificar los declaración sumarial, ya ante el Excmo. Sr. Ma-
. GAL que a renegar de su participación en la trama), gistrado Instructor delegado de esta Sala, alegan-
pero vale considerarlo como tal por su voluntaria do que no puede concretar pero que "aunque pu-
colaboración para esclarecer casi una treintena de diera, tampoco concretaría " (folio 466) es
muertes, algún que otro secuestro, el destino oscu- suficientemente ilustrativa".
ro (no por ignoto sino por tenebroso) de fondos re- Pues bien, la endeblez motivacional de este pá-
servados (pero públicos), etc. rrafo se patentiza en lo que dice y -sobre todo-
Pero, por lo avanzado hace poco, la madre del en lo que omite. Empezaré por lo primero
cordero está en la confianza que merece la decla- (lamentando de antemano que eso de la
ración de Damborenea cuando compromete a Feli- "motivación extraprocesal" todavía siga sonando a
pe González. ¿Qué crédito se han ganado las pala- chino).
bras del ex-secretario general del PSOE en Sacudirse de encima lo declarado por Sancristó-
Vizcaya? La atendibilidad de una denuncia de este bal calificándolo sumariamente de "una mera opi-
tenor depende de dos vertientes: una intrínseca y nión del procesado" es un modo de liquidar muy
otra contextua/'5. deprisa una manifestación cualificada. No debe pa-
Respecto de la primera (intrínseca), fiarse o no de sarse por alto que en la persona del señor Sancris-
lo que diga un sujeto, así sin más, es un asunto de tóbal concurren dos circunstancias nada desdeña-
percepciones intuitivas y opciones emotivas y no el bles: que como gobernador civil de Vizcaya es en
resultado de un análisis racional. La presunción de esa provincia el representante del Gobierno; y que,
un interés en la denuncia no es necesariamente al implicarse en la trama de los GAL a un nivel di-
síntoma revelador de una mentira (y menos si eso rectivo, dispone de una buena composición de lugar
no sirve de descargo para el denunciante). La au- acerca de las complicidades con que funcionan ese
sencia de un interés conocido en quien denuncia tipo de cosas. Su opinión, por tanto, no es la de un
tampoco garantiza, por sí sola, que la declaración ciudadano corriente y que sabe de la lucha contra-
sea verdadera (puede darse un interés insospecha- terrorista por los periódicos; o sea no es una mera
do a primera vista o el declarante puede equivocar- opinión.
se aun cuando no pretenda mentir). Pero esto no es Resulta curiosa la manera de neutralizar el testi-
una invitación a suspender sin más el juicio monio de Roldán (uno se quedaría con las ganas de
(racional) sobre el valor de la denuncia sino a inda- saber en qué consiste tal testimonio si no fuera por-
gar, en cada caso, qué intereses o factores de otra que dispone de noticias de prensa). Para empezar,
índole podrían distorsionar el testimonio inculpato- el nombre de Roldán viene acompañado del predi-
rio. cado "imputado" (cosa que es verdad). Luego se
Dada la provisionalidad (no la inutilidad) de la va- pretende rebajar la fuerza de sus manifestaciones
loración en esta primera aproximación (intrínseca), por ser éstas "de referencia". Finalmente se
es necesario contrastarla con los elementos que asesta el puntillazo definitivo indicando que aquéllas
oferta la segunda vertiente (contextual) con la que (las manifestaciones) han sido "negadas rotunda-
cabría engrosar -si entiendo bien- lo que el Auto mente por la fuente de la que proceden". Pero sor-
denomina "elemento objetivo"(de modo que éste presivamente se silencia el nombre de la "fuente"
serviría para refrendar la veracidad del declarante, y (Barrionuevo) y de paso su condición (también im-
después -como quiere el Auto- para calibrar la pre- putado); y se pasa por alto que el testimonio de
cisión de lo declarado). Roldán se torna incriminatorio no sólo para Gonzá-
b) En la configuración del susodicho "elemento lez sino también para el propio Barrionuevo (¡qué
objetivo", la Sala Segunda se muestra deplora- casualidad!), y que la declaración de Roldán no le
blemente muy rácana. Para no dejarme nada en exonera a éste de nada (dato a tener en cuenta).
el tintero, citaré en su integridad el pasaje en La algo más pormenorizada atención que el Auto
cuestión: "el recurso se fundamenta en una mera dispensa a las manifestaciones de Damborenea
opinión del procesado Sr. Sancristóbal, unas ma- quizás se deba (ya al margen de su perfil personal y
nifestaciones de referencia del imputado Sr. Rol- de un comportamiento que tiene poco que ver con
dán (negadas rotundamente por la fuente de la el de los dos anteriores), a que no profiere opinio-
que proceden), y unas manifestaciones -en clave nes ni habla de oídas sino afirma haber escuchado
política- del Sr. García Damborenea, carentes las ipsissima verba de Felipe González. Lo cierto
de corroboración objetiva y que se refieren genéri- es que con Damborenea la Sala Segunda se esme-
ra un poco más que con los dos anteriores. Veamos
14 En el plano doctrinal, cfr. J.L. Vázquez 80telo, Presunción con qué fortuna.
de inocencia, pp. 130-147. El TS arranca con una descalificación nada vela-
. 15 F.ty1. lacoviello, '1 criteri di valutazione della prova', pp.
416-419. da ("afirmaciones en clave política" dice el Auto)

66
que además de fundamentación -como certera- Damborenea "es suficientemente ilustrativa". Yo
mente se ha señalad016- requiere algo más ele- pregunto: ¿"ilustrativa" de qué? A mí, por ejemplo,
mental aún: aclaración. Se trata de un juicio de in- se me ocurren dos hipótesis: que ha transcurrido
tenciones que exige una formulación menos mucho tiempo y la memoria flaquea y/o que Dambo-
críptica. Y luego habrá que fundamentarlo, eviden- renea no quiere desvelar todo lo que sabe para ta-
temente. En el Auto no hay atisbo ni de una cosa par a otras personas con responsabilidades vica-
ni de la otra. rias. Si la Sala Segunda está pensando en otra
La segunda andanada del TS estriba en desa- explicación, estaría bien que lo dijera. No vale tirar
creditar las manifestaciones de Damborenea por la piedra y esconder la mano.
estar "carentes de corroboración objetiva". El laco- Con ser bastante calamitosa -como se ha vis-
nismo del Auto vuelve a sumirnos en el descon- to- la contextualización que sobre las palabras de
cierto. ¿De qué cosa no hay "corroboración objeti- Damborenea ha forjado el TS, el lado más censura-
va"? Si, como el Auto ,refleja, la estrategia ble de su Auto radica sin embargo en aquello de lo
antiterrorista adoptada por González -según Dam- que no habla. En el voto particular se toma buena
borenea- consistía en "intervenir en Francia contra nota de esas omisiones.
ETA, con o sin el acuerdo de los franceses", los Para empezar, llama la atención que el instructor
hechos confirman sobradamente que ha existido del Supremo procese al ex-ministro Barrionuevo
una estrategia de esa naturaleza. Que González (por los delitos de detención ilegal, fundación y di-
haya sido su propulsor es otra cuestión, ya lo sé. rección de banda armada y malversación de fondos
¿Se refiere a esto la carencia de "corroboración públicos) en base a la declaración de Damborenea
objetiva"? ¿Y qué ha de entenderse por (a la que el instructor otorga "mayor credibilidad" ) y,
"corroboración objetiva"? ¿Y qué grado de sin embargo, luego se somete su credibilidad a una
"corroboración objetiva" es exigible en esta primera especie de epojé cuando el afectado resulta ser
fase, la sumarial? González. Entonces, o bien se ofrece una explica-
En su tercera acometida, la Sala Segunda se ce- ción sobre esa variación o, de lo contrario, se da
ba en el carácter genérico (el Auto subraya el ad- sobrado pie a conjeturar que nos hallamos -como
verbio genéricamente) de las afirmaciones de Dam- alguien ha enfatizado- ante "relevantes perfiles de
borenea en torno a la ya referida "decisión de inconsistencia, puestos de manifiesto en la valora-
estrategia antiterrorista (intervenir en Francia contra ción diferencial que el instructor y la mayoría han
ETA, con o sin el acuerdo de los franceses)", cuan- hecho de algunos datos que, al parecer, sirven para
do la "función constitucional y orgánica (del Tribu- imputar, pero sólo según a quién"17.
nal) se limita al enjuiciamiento estrictamente penal En segundo lugar, pasa de castaño oscuro que no
de acciones delictivas concretas" (subrayado mío). se sopesen -como indican los magistrados discre-
El TS parece olvidar que las magnitudes son siem- pantes- "las razones expuestas por el Titular del
pre relativas y que lo "genérico" como contrapuesto Juzgado Central de Instrucción nº 5 de la Audiencia
a "concreto" debe ser calibrado caso por caso, Nacional en la Exposición dirigida, en su día, a este
examinando si -como en el asunto presente- en- Tribunal Supremo" (RJ 2º).
tre un plan presuntamente "genérico" (actuar en En tercer término, y en sintonía con la omisión
Francia contra ETA contando o sin contar con los anterior, también se silencia que la investigación del
franceses) y un resultado sin duda "concreto" (el precitado Juzgado de Instrucción Central nº 5 "se
secuestro en Hendaya de Marey -al que se con- caracteriza por haber seguido una línea ascendente
fundió con un etarra- a cargo de mercenarios pa- de estructura piramidal que partiendo de funciona-
gados por el Estado y con intervención de fuerzas rios de policía de base ha ido afectando a las diver-
policial es españolas y del gobernador civil de Viz- sas escalas jerárquicas, hasta llegar al Ministro del
caya y del secretario general del PSOE en esa pro- Interior que fue procesado por Auto de 23 de enero
vincia) cabe establecer un nexo razonable o, por el de 1996". O sea, se silencia que están procesados
contrario, se trata de dos fenómenos cuya relación los que, en la época de autos, eran respectiva-
sólo se ve a base de mucha imaginación. Esa es la mente ministro del Interior, secretario de la Seguri-
cuestiÓn. Es que si no, no habría modo de imputar dad del Estado, gobernador civil de Vizcaya y se-
la "concreta" muerte de Ana Frank al jerarca nazi cretario general del PSOE en esa misma provincia.
que dio la "genérica" consigna de acabar con los y con estos antecedentes, de inmediato se ve venir
judíos por las buenas o por las malas. un remate como éste: "hay que ignorar las reglas
Por último, y en cuarto lugar, el TS destaca que más elementales de la lógica para mantener, como
Damborenea se niega "a proporcionar las precisio- hace el auto del TS, que en relación a un ex presi-
nes necesarias" sobre su confesada participación dente del Gobierno, que tiene procesada práctica-
en el "largo proceso de maduración" de la supuesta mente a la totalidad de los altos cargos de su de-
estrategia antiterrorista; y que, en su tercera decla- partamento de Interior -empezando por su
ración sumarial (esta vez ante el instructor del Su- ministro- por unos hechos tan espeluznantes,
premo) alega "que no puede concretar pero que cualquier sospecha de que haya intervenido en
aunque pudiera, tampoco concretaría "(subraya el ellos carece de la 'mínima solidez' "18
Auto). Y el TS diagnostica que esa respuesta de
17 P. Andrés Ibáñez, "El tablero de la justicia", El País, 28-11-
16E. Gimbernat Ordeig, "Crítica al auto de exculpación de 96¡p.13.
González", El Mundo, 18-11-96; p. 4. .. ~. Gimbernat Ordeig, "Crítica al auto de exculpa-
clan... , p. 5.

67
A mayor abundamiento, agregaré por mi parte un del juez instructor sustituyéndola por otra que sa-
par de apuntes. El primero, que la prensa daba no- tisfaga las pretensiones de la parte que ha solici-
ticia regular de las andanzas contraterroristas y que tado las diligencias" (RJ 5Q).
en amplios sectores de la sociedad se sospechaba Al rebufo de esta primera crítica se coloca la se-
(o algo más) de la implicación de los aparatos del gunda. En efecto, no se puede esgrimir como justifi-
Estado en la "guerra sucia", en lo que no andaban cación aquello que necesita ser justificado. O sea,
descaminados según se ha comprobado después si el Auto del instructor es objeto de recurso, éste
(ahí está la cúpula de Interior procesada). Se hace no podrá resolverse tomando como fundamento el
muy cuesta arriba pensar que un jefe del Ejecutivo Auto recurrido. De lo contrario, se incurriría -como
(al que se le presume medianamente diligente) así ha sido y se ha escrito- en "un extravagante
permanezca en la inopia de lo que pasa en un de- intercambio de papeles"20
partamento de su propio Gobierno ante sucesos En tercer lugar, la mayoría de la Sala Segunda
gravísimos y c1amorosamente aireados por los me- practica un juego subterráneo -por utilizar el argot
dia; o que, si indaga, se deje torear como un cando- deportivo- en lo que respecta a la postura de la
roso angelote. acusación particular. Es cierto que la representa-
Destinaré el segundo comentario a una aclaración ción procesal de Marey se opuso a la apelación, pe-
nada inútil. Y es que a cualquiera se le ocurrirá la ro matizando -cosa que destaca el voto particular,
juiciosa idea de (des)responsabilizar a González no así el Auto- que su posición "obedecía al deseo
según el grado de su compromiso con los GAL. En de no dilatar excesivamente la tramitación de la
efecto, no es lo mismo fundar una banda, que par- causa". No es irrelevante la aclaración.
ticipar en sus acciones o que limitarse a consentir- y dejando de lado la postura del instructor de la
las o, menos aún, solamente conocer/as. Pues Audiencia Nacional (de la que también se sacaría
bien, incluso "el mero conocimiento (en cualquier partido a estos efectos), el Auto, por último, en
momento) por parte del ex presidente de que Marey su intento por dejar fuera de juego a la acusación
se hallaba secuestrado por una banda organizada popular (a ella solita), parece ignorar olímpica-
desde el Ministerio del Interior, conllevaría ya una mente que casi la mitad de la propia Sala Segun-
responsabilidad penal por omisión"19. da sufraga las pretensiones de aquélla. Creo que
en los menesteres jurisdiccionales no es apro-
piado hacer un censo ni de cuántos ni de quié-
9. EL CONSENSO SOBRE LA EXCULPACION nes están a favor o en contra de una decisión
para medir la razonabilidad de ésta; pero quien
El argumento del "consenso" está provisto de una esté por esa labor haga al menos un recuento
fuerza persuasiva innegable. A quien se sitúe ex- minucioso y completo.
tramuros de una opinión cuasiunánime, se le con-
templará como a un sujeto estrafalario. Esa es la
estrategia que se despliega en el Auto al dejar más
sola que la una a la acusación popular, destacando 10. CONCLUSIONES
que ésta solicita se impute a González "en contra
del criterio del magistrado instructor que es quien de Tras el análisis de la mercancía argumental que
modo más objetivo e imparcial puede valorar las di- almacena el Auto de la Sala Segunda, el balance de
ligencias sumariales, y en contra también de la vo- lo que he sacado en limpio sería éste:
luntad tanto de la acusación pública como del pro- a) El TS no tiene trazas de manejar una ade-
pio perjudicado" (RJ 3Q). Pues bien, me maravilla cuada cultura en lo tocante a la motivación so-
que en apenas cuatro renglones se logre meter bre la valoración de las pruebas (y seguro que
tanto contrabando. otros tribunales tampoco, pero eso no viene a
La primera argucia consiste en buscar una per- cuento).
suasividad añadida al calificar el criterio del ins- b) Para el TS el control (casacional) sobre la
tructor como el "más objetivo e imparcial" (por la valoración de las pruebas sigue siendo un tema ta-
dichosa inmediación, supongo), lo que le procura bú. El grueso de su argumentación en este Auto ha
una ventaja doble: por un lado, la de conferirle la consistido en colocar un obstáculo tras otro para no
jerarquía suprema entre los criterios habientes; entrar en el fondo de las razones que manifiesta el
por el otro, la de disuadir cualquier control sobre la instructor (aunque a regañadientes se haga alguna
apreciación del instructor (ya que sería un contra- concesión).
sentido fiscalizar el criterio "más objetivo e impar- c) Si bien en esta ocasión el TS no estaba de-
cial" a través de otros menos acreditados). No sempeñando una función casacional, se notan los
pienso volver a la carga sobre el abuso de magni- tics de su oficio habitual. O sea, el TS está acos-
ficar indiscriminadamente la "inmediación" (cfr, tumbrado a examinar recursos contra sentencias
apartado 7), pero no está de más recordar que la que requieren un caudal pobatorio concluyente, y
minoría de la Sala Segunda no muerde el anzuelo no ha sabido amoldarse a un papel distinto (el de
y reivindica enérgicamente que "el Pleno de esta las servidumbres específicas de la fase sumarial y
Sala ... puede revisar, en su totalidad, la decisión sus criterios anejos).

19 E. Gimbernat Ordeig, 'Crítica al auto de exculpación ....·,


pp. 4-5.
20 E. Gimbemat Ordeig, "Crítica al auto de exculpación ...", p. 4.

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