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DESMANTELANDO EL SISTEMA / A LOS BUSCADORES DE LA VERDAD
EL CÓDIGO DE SIRIO Y EL BANCO PSI (3º parte)
“Así como el aire es la atmósfera del cuerpo, el tiempo es la atmósfera de la mente. El
tiempo es mental porque se lo experimenta y conoce a través de la mente.”
Una nave planetaria del tiempo presupone un tipo de biosfera capaz de auto‐
transformarse en noosfera, y una noosfera capaz de manifestar un banco psi.
Hasta ahora, todo el pensamiento humano ha estado inconscientemente programado,
registrado, y almacenado en la noosfera, la envoltura mental de la Tierra. Sin embargo,
la noosfera se vuelve consciente cuando el impacto del pensamiento humano es capaz de
efectuar un cambio biogeoquímico irreversible dentro de la biosfera. Esta intervención del
ser humano en la biosfera, cuando es hecha de manera consciente, provoca una serie de
cambios críticos tanto cualitativos como cuantitativos que dan como resultado final una
condición evolutiva del planeta.
Este es un suceso que implica la participación unificada y armonizada de la especie
humana en un proyecto de alcance planetario, que tiene como objetivo la activación del
sistema bioinformacional de la noosfera, el Banco Psi, para dar inicio así a una nueva era
geológica en la Tierra.
La biosfera es el lugar en la Tierra para la transformación de la radiación cósmica. El efecto
de las transformaciones biosféricas da lugar al proceso biogeoquímico.
La noosfera es entonces la esfera de la mente, e incluye todo el pensamiento colectivo de
la humanidad. Esto es similar, aunque no exactamente igual, a la idea del inconsciente
colectivo de Carl G. Jung.
El mecanismo operante o "panel de control" de la noosfera es el Banco Psi.
El Banco Psi es una estructura "localizada" entre los dos cinturones de radiación Van Allen
que rodean el planeta. La posición del Banco Psi es análoga a la de la ionosfera y su control
homeostático de los patrones del clima que afectan a la biosfera.
La función del Banco Psi está directamente relacionada con el núcleo de cristal de la
Tierra, que sirve a su vez como transductor de los diferentes tipos de bio‐información que
llegan de la galaxia. La energía, o bio‐información, transducida en el núcleo del planeta es
radiada luego al Banco Psi para informar los patrones de la vida en la biosfera.
La Tierra tiene una naturaleza bipolar que la divide en dos campos geomagnéticos, los
polos Norte y Sur. Podemos entonces definir un campo bipolar complementario del
tiempo, que divide el ciclo de rotación de la Tierra sobre su eje en un día y una noche. Esta
unidad, día más noche, se define como un kin, la unidad base de la medida del tiempo
sincrónico. Esta unidad del día y la noche es una función de dos alternadores, uno diurno y
uno nocturno.
Ya que los dos alternadores también están en interconexión con los campos magnéticos
bipolares de la Tierra, tenemos un proceso de cuatro partes distribuido magnéticamente
dentro de una estructura de 8 partes que abarca el planeta entero.
La unidad de un kin divide el ciclo rotacional de la Tierra en su órbita en cuatro fases
distintas diaria y anualmente. Los cuatro puntos diarios son definidos de esta manera:
(1) el amanecer, cuando la parte de la Tierra (donde uno se encuentre), experimenta
primero la activación fotónica solar;
(2) el mediodía (cenit), cuando la parte de la Tierra está más cercana y directa al sol;
(3) el crepúsculo, cuando la activación fotónica cesa y el Sol desaparece de la vista; y
(4) la medianoche (nadir), el lugar de la Tierra más alejado del Sol, el punto máximo del
ciclo de regeneración fotónica.
Este proceso diario es reproducido anualmente en los cuatro puntos de los dos
equinoccios y los dos solsticios, donde para cualquier hemisferio los equinoccios
corresponden a los puntos del amanecer y del crepúsculo, y los solsticios corresponden
tanto al mediodía como a la medianoche.
Debido a la polaridad magnética de la Tierra, el proceso de cuatro partes es
experimentado simultáneamente en fases opuestas; por ejemplo, cuando es invierno en el
hemisferio norte, es verano en el sur. Por lo tanto, el proceso de cuatro partes da origen a
una estructura bipolar de ocho partes.
Este proceso estacional de cuatro partes y de día y noche define la estructura de las cuatro
placas del Banco Psi, las cuales también coordinan los ciclos calendáricos de cuatro años
de la Tierra.
Las cuatro placas bipolares son una función precisa de la frecuencia de tiempo 13:20, y por
lo tanto, participan en la regularidad sistemática del orden sincrónico. Esto significa que el
Banco Psi es el registro de la matriz del tiempo 13:20 dentro del campo biomagnético de
la Tierra, por medio del cual la vida y todo el proceso evolutivo del planeta son regulados
holonómicamente, es decir, como un entero.
En resumen, el Banco Psi controla el proceso de cuatro partes de la Tierra rotando sobre
su eje en el tiempo, las cuatro etapas del día, las cuatro estaciones del año, los cuatro ciclos
calendáricos anuales, e incluso las cuatro fases de la Luna.
Las cuatro placas del Banco Psi acomodan el campo magnético bipolar produciendo ocho
matrices de información 13:20 de 260 unidades cada una. Es decir, cada una de las cuatro
placas del Banco Psi refleja la simetría de espejo de la bipolaridad del campo magnético
de la Tierra. Cada placa se divide por simetría de espejo en mitades hemisféricas de 260
unidades Norte y 260 unidades Sur, dando un total de dos matrices bipolares con 520
unidades por placa, o bien 2080 (520x4) unidades en total. Estas unidades son
denominadas Unidades Psi Crono (UPC), y representan unidades de bioinformación
portadoras de tiempo. La información para las diferentes secuencias de los procesos
evolutivos biogeoquímicos de la Tierra está regulada por estas unidades de información.
Un campo de resonancia puede ser entendido tanto inconsciente como conscientemente.
Hacer consciente un campo planetario de resonancia es un asunto de libre albedrío. Es
decir, la cuestión de transformar la biosfera en noosfera es un asunto de elección para la
inteligencia de la especie planetaria dominante. Realizar esa elección es activar el holón o
nave planetaria del tiempo, transformar la biosfera en noosfera, y llevar el banco psi a su
manifestación consciente.
Un holón es el término dado al orden total o estructura del tiempo, sea a nivel galáctico,
estelar o planetario. Cada holón, en cada nivel, posee las mismas ratios y propiedades
fractales, y por eso puede establecerse un campo común de resonancia desde el nivel
planetario al galáctico. La estructura del holón planetario, que puede ser considerado el
esqueleto dimensional del planeta, es un patrón icosaédrico o de 20 caras. Cada una de
esas 20 caras o facetas es en realidad una forma tetraédrica. Reducido a lo esencial,
cualquier holón tiene como estructura subyacente al tetraedro, la forma geométrica
primigenia y esencial.
Por otro lado, la cronosfera es el campo dimensional creado por el holón planetario en
resonancia con la rotación del cuerpo planetario. La unidad dimensional básica de la
cronosfera es el kin, el patrón planetario del tiempo que corresponde a la duración de una
sola rotación del eje, un díanoche. Una sola rotación día‐noche, o kin, es el registro de una
pulsación biosférica de un solo organismo total, el planeta.
A través de la pulsación de secuencias de kines, definida por las 260 unidades del giro
galáctico, la cronosfera planetaria es la forma encapsuladora que contiene las
propiedades portadoras de información del banco psi. La cronosfera es la constante
informativa que mantiene el banco psi en su sitio dentro de la noosfera.
A través de su duración en su espacio, la cronosfera incrementa su información o energía
libre en progresión geométrica, correspondiendo tanto a la evolución y expansión de la
materia planetaria viva como a la transformación ecológicamente impactante y
biogeológica de la especie humana dentro del sistema total planetario. Tal incremento de
información / energía no utilizada, y por eso inconsciente, puede ser catalizada en el punto
de transición biosfériconoosférico para ayudar en la rápida mutación de la especie y,
por cierto, de la ecosfera entera, para que el banco psi pueda manifestarse y el siguiente
nivel evolutivo sea fácilmente alcanzado.
La energía libre acumulada por la cronosfera es denominada fuerzag o la quinta fuerza.
La fuerza‐g es la energía transmutativa que facilita la interacción y reciprocidad
interdimensionales.
Cada portal galáctico tiene un sello solar y un tono galáctico, pero también empaquetado
en su interior se encuentra el denso poder sincrónico de la Fuerza‐G.
Una vez que la noosfera planetaria y el banco psi se hayan activado, la cronosfera se hará
auto‐reguladora, de modo que el planeta mismo pueda evolucionar.
Así como un planeta tridimensional tiene su holón y cronosfera holográficos, la unidad
humana tridimensional tiene su holón y cronosfera dimensionales.
Continúa en la 4º parte.