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Educación libertaria
Compilatorio sobre temas de educación

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Índice general

Francisco Ferrer y la escuela moderna 3

Cuestiones de enseñanza 19

2
Educación libertaria

Francisco Ferrer y la escuela


moderna

Emma Goldman

1910

Se considera que la experiencia es la mejor escuela de la vida. El hombre o


la mujer que no aprende alguna lección vital en esa escuela es mirado como
un zote. Aun pareciendo extraño que digamos que las instituciones organiza-
das continúan perpetuando errores, ellos, sin embargo, no aprenden nada de la
experiencia, a la que se someten como si fuera algo irremediable.
Vivía y trabajaba en Barcelona un hombre llamado Francisco Ferrer. Era un
maestro de niños, conocido y amado por su pueblo. Fuera de España sólo una
culta minoría conocía la obra de Francisco Ferrer. Para el mundo en general, este
maestro no existía.
El primero de septiembre de 1909, el gobierno español —a requerimiento de la
Iglesia Católica— arrestó a Francisco Ferrer. El trece de octubre, después de un
proceso ridículo, fue llevado al foso de Montjuich, colocado contra el horrible
muro, testigo de infinitos gemidos, y allí cayó muerto. Instantáneamente, Ferrer,
el maestro oscuro, adquirió contornos universales inflamando de indignación a
todo el mundo civilizado contra el espectacular asesinato.
La muerte de Francisco Ferrer no fue el primer crimen cometido por el go-
bierno hispano y la Iglesia Católica mancomunados. La historia de estas insti-

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tuciones es una dilatada corriente de sangre y fuego. No sólo no aprendieron fica, en verdad bastante complicada en aquellos tiempos, y Euclides, le respondió:
nada por la experiencia sino que ni siquiera dieron en pensar que cualquier ser, Señor, no hay en la geometría senderos especiales para los reyes.
por frágil que sea, lapidado por la Iglesia y el Estado, crece y crece hasta tomar Compañeros: en la ciencia no hay senderos especiales para los anarquistas.
los contornos de poderoso gigante que libertará algún día a la humanidad de su
peligroso poder.
Francisco Ferrer nació en 1859, de humildes padres. Estos eran católicos, y, por
supuesto, quisieron educar a su hijo en la misma fe. No sabían que el muchacho
se convertiría en el precursor de una gran verdad y rehusaría marchar por el
viejo sendero. A temprana edad Ferrer comenzó a dudar de la fe de sus padres.
Quiso saber por qué el Dios que le hablaba de bondad y de amor turbaba el sue-
ño del inocente infante con espantos y pavores de torturas, de sufrimientos de
infierno. Despierto y de mente vivaz e investigadora, no tuvo que andar mucho
para descubrir el horror de ese monstruo negro, la Iglesia Católica. No haría ya
buenas migas con ella.
Francisco Ferrer no fue solamente un incrédulo, un investigador de la verdad,
sino también un rebelde. Su espíritu estallaba en justa indignación al considerar
el férreo régimen de su país. Y cuando un puñado de rebeldes, dirigidos por el
valiente patriota General Villacampa, bajo el estandarte del ideal republicano,
se rebeló contra ese régimen, nadie fue combatiente más ardoroso que el joven
Francisco Ferrer.
¡El ideal republicano! Espero que nadie le confundirá con el republicanismo
de este país.1 Sea la que fuere, la objeción que yo, como anarquista, pueda hacer
a los republicanos de los países latinos, sé que se elevaron mucho más alto que
el corrompido y reaccionario partido que, en América, está destruyendo todo
vestigio de libertad y de justicia. Basta sólo con pensar en los Mazzini, en los Ga-
ribaldi, en otras veintenas, para descubrir que sus esfuerzos fueron dirigidos, no
simplemente hacia la destrucción del despotismo, sino particularmente contra
la Iglesia Católica, la que desde su aparición ha sido la enemiga de todo progreso
y liberalismo. Recuperado el 20 de agosto de 2016 desde kcl.edicionesanarquistas.net.
En América tenemos justamente el reverso. El republicanismo brega por dere-
chos autoritarios, por el imperialismo, por peculados, por el aniquilamiento de Publicado originalmente en tres partes en Acción Libertaria, números 20, 21 y
22 el 26 de abril, 5 y 12 de mayo de 1911, respectivamente. Edición digital de
antorcha.net.
1
Se refiere a Norteamérica.

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Tyndall, cuya ciencia nadie pondrá en duda, terminaba la explicación de la teo- toda apariencia de libertad. Su ideal es la untuosa respetabilidad de un McKinley
ría del calor como modo del movimiento, preguntándose de qué manera podría y la brutal arrogancia de un Roosevelt.
concebirse un movimiento sin algo que se mueva, y contestaba, con una sen- Los rebeldes republicanos españoles fueron sometidos. Se necesita más que
cillez verdaderamente sabia, que la ciencia contemporánea no podía responder un valiente esfuerzo para conmover la roca de las edades, para cortar la cabeza
a tal pregunta. ¿Y se querrá por nuestro bonísimo, pero inútil deseo, resolver de esa hidra monstruo, la Iglesia Católica y el trono español. Arrestos, perse-
de plano estas y otras cien cuestiones ofreciendo a los niños toda una ciencia cuciones y castigos siguieron a la heroica tentativa del pequeño grupo. Los que
acabada, fruto de la pretendida infalibilidad del racionalismo? pudieron zafarse de los sabuesos volaron a buscar seguridad a playas extranjeras.
Poco importa que creamos que siempre ha habido una causa anterior y que la Francisco Ferrer estuvo entre estos últimos. Fue a Francia.
serie de las causas y efectos no tendrá término. La palabra infinito será un sub- ¡Cómo debió ensancharse su alma en el nuevo país! Francia, la cuna de la
terfugio de nuestro pensamiento, pero no una respuesta concluyente, y así no libertad, de las ideas, de la acción. París, siempre joven, el intenso París, con
podremos ofrecer más que una opinión, no una certidumbre; una probabilidad, su palpitante vida, después de la oscuridad de su propio país retardado, ¡cuánto
no una prueba. ¿Qué responderemos si el pequeño hombre se obstina en hallar debió haberle inspirado! ¡Qué oportunidades, qué ocasión gloriosa para un joven
un principio y determinar un final? Aquí del método de la libertad o si se quiere idealista!
neutralidad, no del racionalismo precisamente: dejar que el pequeño hombre for- Francisco Ferrer no perdió el tiempo. Cual un hombre famélico sumergióse en
me su juicio por sí mismo poniendo a su alcance cuantos conocimientos puedan los varios movimientos liberales, trató toda clase de gente, aprendió, absorbió y
ilustrar la cuestión. creció. Interín, también vio cómo se desarrollaba la Escuela Moderna que iba a
Y este método de libertad, que nosotros proclamamos, es el exigible a cuantos jugar un papel tan importante y fatal en su vida.
se digan, piensen como piensen, respetuosos de la independencia intelectual del La Escuela Moderna fue fundada en Francia mucho antes de la época de Ferrer.
niño. Lo proclamamos, no a título de hombres de equidad y de recíproco respeto, Su fundador, aunque en menor escala, fue el dulce espíritu de Luisa Michel.
en cuyo punto creemos que pueden coincidir gentes de todos los extremos de Ya sea consciente o inconscientemente, nuestra gran Luisa sentía, hacía tiem-
las ideas progresivas, si no entienden por enseñanza el adoctrinamiento de una po, que el futuro pertenece a la joven generación; que si no se rescata al niño
opinión determinada. de esa institución que destruye mente y alma, la escuela burguesa, los males so-
Por eso creemos que los que se empeñan en establecer perfecta sinonimia en- ciales continuarán existiendo. Tal vez pensaba con Ibsen que la atmósfera está
tre el racionalismo y el anarquismo —que de ningún modo son equivalentes— poblada de espectros, que el hombre y la mujer tienen no pocas supersticiones
harían bien en dejarse de rodeos y proclamarse abiertamente partidarios de la que vencer. No bien podían salvar el mortal foso de un espectro, cuando he aquí
enseñanza anarquista, porque esto significaría los términos de la cuestión, y si que se encontraban de manos a boca esclavizados a otros tantos noventa y nue-
no a un acuerdo, podría, sin duda, llegarse a una delimitación completa de ten- ve espectros. En tal guisa, sólo muy pocos alcanzan la cima de una completa
dencias. regeneración.
Aun a estos buenos amigos que en su entusiasmo por el ideal quisieran in- No obstante, el niño no tiene tradiciones que vencer. Su mente no está sobre-
culcarlo, tendríamos que objetarles que en cualquier terreno, y más en el de la cargada con ideas rancias, su corazón no ha crecido a frías con distinciones de
enseñanza, la anarquía no debe ser materia de imposición. casta y clase. El niño es para el maestro lo que la arcilla para el escultor. Que el
Dos palabras aún para terminar esta serie de artículos. mundo reciba una obra de arte o una lastimosa imitación depende en gran parte,
Ptolomeo Philadelfo, rey de Egipto, pidió a su maestro, el geómetra Euclides, del poder creador del maestro.
que hiciese en su favor algo por allanar las dificultades de la demostración cientí-

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Luisa Michel estaba superiormente dotada para interpretar el alma insaciable de no operar un simple cambio de opiniones. La escuela no puede ni debe ser un
del infante. ¿No fue ella misma de naturaleza infantil, tan dulce y tierna, genero- club.
sa y pura? El alma de Luisa ardía siempre, inflamada de indignación, ante toda Por algo sostenemos que, en tiempo y sazón, todo ha de ser aplicado, pero so-
injusticia social. Ella estaba invariablemente en las filas avanzadas, siempre que lamente enseñado aquello que tenga sanción científica, prueba universal. Una
el pueblo de París se rebelaba contra cualquier desmán. Y como estaba hecha buena parte de los problemas planteados por el entendimiento humano, no tie-
para sufrir encarcelamientos por su gran abnegación hacia los oprimidos, la pe- nen por solución más que hipótesis mejor o peor fundadas, y es evidente que
queña escuela de Montmartre pronto dejó de existir. Pero la semilla se había en su exposición ha de procurarse una neutralidad absoluta, porque la solución
sembrado y desde entonces ha producido frutos en muchas ciudades de Francia. que a uno le parece indudable y racional, a otro le parece absurda, y de aquí
La tentativa más importante de una Escuela Moderna fue la del gran viejo — que el racionalismo sea insuficiente para dirigir la enseñanza. Descartada toda
aunque de espíritu siempre joven— Paul Robin. Junto con unos pocos amigos materia de fe, la instrucción de la juventud quedaría reducida a la enseñanza de
estableció una amplia escuela en Cempuis, hermoso lugar en los aledaños de las cosas probadas y a la explicación de los problemas cuya solución no tiene
París. Paul Robin profesaba como elevado ideal algo más que simples ideas mo- más que probabilidades de certidumbre.
dernas en educación. Quería demostrar por medio de hechos actuales, que la Pongamos algunos ejemplos. Ante la experiencia diaria que les hace ver que
concepción burguesa de la herencia no es sino un mero pretexto para eximir a cuando llueve todos nos mojamos, que nada hay que no provenga de algo o de
la sociedad de sus terribles crímenes contra la infancia. El castigo que el niño alguien, que no hay, en fin, efecto sin causa, los pequeños hombres, si no pre-
debe sufrir por los pecados de sus padres, la idea de que debe debatirse en la guntan por la existencia de Dios, seguramente preguntarán por el origen del
pobreza y el fango, que está predestinado a convertirse en un ebrio o un cri- Universo. Llegada cierta edad no hay quien no se pregunte por el principio y la
minal, justamente porque sus padres no le dejaron otro legado, era demasiado causa y por la finalidad y el acabamiento de todas las cosas. Y todo esto es de
descabellada para el hermoso espíritu de Paul Robin. El creía que, fuere lo que una dificultad innegable. ¿Qué hará el maestro? Para unos, puesto que no hay
fuere la parte que la herencia jugara, hay otros factores igualmente importan- efecto sin causa, el mundo habrá tenido un origen y un principio, tendrá una
tes, si no más importantes, que pueden y deben extirpar o disminuir la pseudo finalidad y un acabamiento. Para otros, la serie de las causas y efectos no tendrá
primera causa. Un medio social y económico adecuado, el aliento y la libertad límite anterior ni posterior y el mundo existirá de toda la eternidad en el espacio
de la naturaleza, gimnasia saludable, amor y simpatía, y, sobre todo, profunda infinito. Como todo cuanto nos rodea empieza y acaba, sucede por algo y para
comprensión de las necesidades del niño —todo esto destruiría el cruel, injusto algo, los espíritus realistas optarán por la primera hipótesis. Los capaces de abs-
y criminal estigma impuesto al inocente infante. tracción se decidirán por la segunda. No valdrá invocar la ciencia porque ella
Paul Robin no seleccionaba a sus niños; él no acudía a los pseudo mejores pa- no puede actualmente, acaso no pueda nunca, darnos respuestas enteramente
dres: tomaba su material allí donde pudiera encontrarle. De la calle, de la cabaña, probatorias. Los que crean que la solución categórica está en el materialismo o
de las inclusas, de todos los grises y horribles lugares donde una sociedad mal- el evolucionismo, hablarán en nombre de una opinión o creencia (racionalismo),
vada oculta sus víctimas para pacificar su conciencia culpable. Recogió todos pero no harán sino esquivar, diferir el problema, figurándose haberlo resuelto
los sucios, inmundos, temblorosos pequeños vagabundos que su establecimien- mediante la sustitución de palabras. Lo intelectualmente honrado será, pues, que
to podía albergar y los trajo a Cempuis. Allí, rodeados por la gloria de la propia el maestro exponga con toda claridad los datos del problema y las hipótesis dife-
naturaleza, mantenidos aseados, profundamente amados y comprendidos, las rentes que tratan de aclararlo. Hacer otra cosa será siempre una imposición de
jóvenes plantas humanas comenzaron a crecer, a florecer, a desarrollarse exce- doctrina.
diendo las esperanzas de su amigo y maestro Paul Robin. Los niños crecieron

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Tratárase de hombres y la cuestión sería diferente. El libre examen no ha de y se desarrollaron con la firmeza que da la confianza de sí mismo, varones y
aplicarse sólo por oposición a las cosas teológicas, sino también como limitación mujeres amantes de la libertad. ¿Qué peligro más grande para las instituciones
necesaria a imposiciones posibles de partido, de escuela o de doctrina. que forjan pobres para perpetuar a los pobres? Cempuis fue clausurada por el
La enseñanza no puede ni debe ser una propaganda. El espíritu de proselitismo gobierno francés bajo la acusación de coeducación, que es prohibida en Francia.
se extralimita cuando va más allá del hombre en el pleno uso de sus facultades Sin embargo, Cempuis había estado en actividad bastante tiempo como para
mentales. Si hay alguna cosa en que la abstención, la neutralidad sea absoluta- probar a todos los educadores avanzados sus formidables posibilidades y para
mente exigible, ésa es en la instrucción de la infancia. servir como un empuje a los modernos métodos de educación, que son lentos
En este terreno podemos encontrarnos todos los hombres de ideas progresivas. pero minan inevitablemente el actual sistema.
Y deberemos encontrarnos para sustraer a la infancia del poder de los modela- Cempuis fue seguida de un gran número de otras tentativas educacionales —
dores de momias humanas, de los hacedores de rebaños. entre ellas la de Madelaine Vernet, poeta y escritor talentoso, autor de L’Amour
Libre, y la de Sebastián Faure, con su La Ruche,2 que yo visité cuando estuve en
III París, en 1907.
Algunos años antes el camarada Faure compró el terreno en el que constru-
Un niño instruido conforme a los conocimientos verdaderamente científicos, yó La Ruche. En un corto tiempo comparativamente logró transformar el antes
no preguntará probablemente por la existencia de Dios, puesto que ni siquie- agreste, incultivado campo en un terreno floreciente, teniendo todas las apa-
ra tendrá noticia de tal idea. Pero si lo preguntara, el profesor haría bien en riencias de una granja bien cuidada. Un patio cuadrado, amplio, limitado por
demostrarle que en toda la serie de conocimientos humanos nada hay que abo- tres edificios y un ancho camino que conduce al jardín y al huerto, saludan el
ne semejante afirmación. Dios es materia de fe o de opinión, todo menos algo ojo inquisidor del visitante. El huerto, cuidado como solamente un francés sabe
probado y que como tal debe enseñarse. hacerlo, suministra gran variedad de legumbres para La Ruche.
El que escribe estas líneas puede ofrecer la experiencia de once hijos, que aun Sebastián Faure opina que si el niño es sometido a influencias contradictorias,
no habiendo sido instruidos con el rigor científico necesario, jamás tuvieron la su desarrollo sufre en consecuencia. Solamente cuando las necesidades materia-
ocurrencia de formular la pregunta antes dicha. De pequeños, porque no tenían les, la higiene del hogar y el ambiente intelectual se armonizan puede el niño
idea alguna de ello, y de mayores porque sin duda en el ambiente del hogar, en crecer como un ser sano, libre.
el ejemplo de cuanto les rodeaba y en libros de que disponían —y los había de Refiriéndose a su escuela, Sebastián Faure emite la siguiente opinión:
distintas tendencias— hallaban satisfactoria respuesta a las interrogaciones de su
entendimiento. Su ateísmo será, pues, el fruto de su trabajo cerebral propio, no la He tomado veinticuatro niños de ambos sexos, la mayoría huérfanos, o
lección aprendida del preceptor. Sus ideas todas serán su labor propia y peculiar, aquellos cuyos parientes son demasiado pobres para pagar. Son vesti-
no la resultante de una acción ajena ejercida deliberadamente. La diferencia es dos, alojados y educados a mis expensas. Hasta los doce años recibirán
esencial y nos parece de una claridad meridiana. una elemental y perfecta educación. Entre la edad de doce y quince
Como hasta el día y tal vez por bastante tiempo perdurará el antagonismo —continuando todavía sus estudios— se les enseña algo de comercio, te-
entre la enseñanza de la calle y de la casa, lo natural será que las criaturas pre- niendo en cuenta sus disposiciones y aptitudes individuales. Llega, por
gunten por muchas cosas que no tienen ni fundamento científico, y en todo caso, último, el día en que, libremente, dejan La Ruche para iniciar la vida en
el profesor deberá desvanecer las dudas de sus discípulos, cuidando, no obstante,
2
La Colmena.

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el mundo exterior con la seguridad que pueden, en cualquier momento, II


regresar a ella, donde serán recibidos con los brazos abiertos y se les
No nos entusiasma una criatura de doce o trece años que se pone a perorar
dará la bienvenida, cual hacen los padres con sus amados hijos. Enton-
sobre materias sociales y afirma muy seria la no necesidad del dinero o cosa
ces, si desean trabajar en nuestro establecimiento, pueden hacerlo bajo
análoga. Nos sabe eso a recitado de catecismo, a lección metida en el cerebro
estas condiciones: un tercio para cubrir sus gastos o sustento, otro tercio
a fuerza de sugestiones. Otro profesor y otro planteamiento del problema, y la
que se añade al capital general puesto aparte para acomodar nuevos
criatura afirmará muy seria todo lo contrario. Recitará otro catecismo, repetirá
niños, y el último tercio destinado a ser entregado para el uso personal
otra lección. Hay cosas prematuras como hay otras cosas tardías.
del joven, como él o ella lo crean conveniente.
Una opinión personal no es necesariamente una ciencia y sólo a este título
La salud de los niños que están ahora a mi cuidado es excelente. El aire puede ser enseñada. Lo contrario equivale a secuestrar las tiernas inteligencias
puro, la comida nutritiva, el ejercicio al aire libre, los largos paseos, la infantiles. Estamos por la enseñanza absolutamente libre de materia opinable.
observancia de las reglas higiénicas, el breve e interesante método de Un ejemplo ilustrará la cuestión. Supongamos el caso de un pedagogo, resuel-
instrucción, y, sobre todo, nuestra afectuosa comprensión y cuidado de to adversario del dinero y de la renta. Este pedagogo proscribirá de la enseñanza
los niños han producido admirables resultados físicos y mentales. de la aritmética la infame, la corruptora regla de interés. Si no recordamos mal,
Sería injusto afirmar que nuestros pupilos han realizado maravillas; pe- el caso ya se ha dado. Pues ese pedagogo hará una grandísima majadería por no
ro, si tenemos en cuenta que pertenecen al término medio, no habiendo saber discernir entre el interés del dinero, con el que nada tiene que ver la aritmé-
tenido oportunidades previas, los resultados son verdaderamente satis- tica en sí misma, y una regla de cálculo que, sea cual fuese su nombre, sirve para
factorios. La facultad más importante que han adquirido —un rasgo deducir, ponemos por caso, las proporciones en que una materia dada ha de en-
raro en los niños de la escuela ordinaria— es el amor al estudio, el deseo trar en una mezcla, el tanto por ciento que resulta de una estadística de vitalidad
de conocer, de ser informado. Han aprendido un nuevo método de tra- o de población, el rendimiento de un producto en condiciones dadas, o bien la
bajo, uno que vivifica la memoria y estimula la imaginación. Hacemos proporción de fertilidad creciente o decreciente de una tierra determinada, etc.
un esfuerzo particular para despertar el interés del niño por lo que le Se nos dirá que todo esto se puede explicar y enseñar sin dar al mismo tiempo
rodea, con el propósito de hacerle descubrir la importancia de la obser- la noción de la renta o rendimiento del capital; no lo negamos. Pero es que aquí
vación, la investigación y la reflexión, de manera que cuando los niños está lo grave de la cuestión. Si se explica la materia dejando en libertad al alumno
alcancen la madurez no sean sordos y ciegos para las cosas que les cir- para que medite y decida —y para decidir necesita el conocimiento de todas
cundan. Nuestros niños nunca aceptan nada con fe ciega, sin inquirir esas cosas, las verdaderas y las falsas—, nada habrá que objetar. Pero si, por el
el por qué o el motivo; ni se sienten satisfechos hasta que sus preguntas contrario, interviene el profesor con sus ideas particulares e inclina la balanza
son completamente contestadas. De este modo sus mentes están libres del lado de su opinión, por muy hombre libre que sea, por muy anarquista que
de dudas y temores resultantes de respuestas incompletas o carentes de se proclame, cometerá un atentado contra la libertad intelectual del niño, que
verdad; esto último es lo que debilita el crecimiento del niño y crea una en la indefección de su falta de desarrollo intelectual, tomará como verdades
falta de confianza en sí mismo y en los que le rodean. inconcusas así lo cierto como lo falso. Criaturas de tal modo instruidas, recitarán
sabias lecciones… por cuenta ajena. Y a nosotros nos parece preferible que las
Es sorprendente ver cuán francos y buenos y afectuosos son nuestros pe-
reciten por cuenta propia aunque sean algo menos sabias.
queños entre ellos mismos. La armonía que reina entre ellos y los adultos
es en extremo animadora. Sentiríamos como una falta si los niños nos

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porque nada nos permite asegurar que en el sistema del universo no hay algo temieran u honraran simplemente porque somos sus mayores. No deja-
más que la teoría heliocéntrica. Por eso se dice solamente que es el admitido en mos nada por hacer para ganar su confianza y amor; realizando esto,
el día, en lugar de darlo dogmáticamente como verdadero. la comprensión reemplazará la duda; la confianza al temor, la afección
La diferencia entre explicar y enseñar es todavía mayor cuando no hay más que a la severidad.
hipótesis para contestar las interrogaciones del entendimiento. Tal ocurre con Nadie ha descubierto plenamente todavía la riqueza de simpatía, bon-
la constitución interna de nuestro planeta. El profesor podrá y deberá explicar dad y generosidad oculta en el alma del niño. El esfuerzo de todo educa-
las diferentes teorías que tratan de descifrar el enigma, pero no deberá enseñar dor verdadero debería ser abrir ese tesoro —para estimular los impulsos
ninguna como verdadera y comprobada, puesto que no sabemos que lo sean. del niño y hacer florecer sus mejores y más nobles tendencias—. ¿Qué
En cambio podrá enseñar con ejemplos y razones, empírica y racionalmente, premio más grande puede haber para un hombre cuya vida de trabajo
entre cien cosas más, el llamado teorema de Pitágoras, a saber: en todo triángulo es vigilar el crecimiento de la planta humana, ver cómo va desplegando
se verifica que el cuadrado construido sobre la hipotenusa es equivalente a la sus pétalos y observar su desarrollo en una verdadera individualidad?
suma de los cuadrados construidos sobre los catetos. Mis camaradas en La Ruche no desean premio más valioso, y es debi-
Y como es muy extenso el campo de los conocimientos positivos, verificados y do a ellos, a sus esfuerzos, más que al mío propio, que nuestro jardín
comprobados por todo el mundo, metodizados por la ciencia; y es más extenso humano promete producir hermosos frutos.
aún el campo de las probabilidades de conocimiento pleno de hipótesis, de opi-
niones, de teorías, pero falto de prueba y de certidumbre, es claro que para todo Refiriéndose al objeto de la historia y a la prevalencia de viejos métodos de
hombre de libre entendimiento la enseñanza, propiamente dicha, no deberá sa- instrucción, Sebastián Faure dice:
lirse de las verdades conquistadas indiscutibles, y, por tanto, habrá de reducirse
Explicamos a nuestros niños que la verdadera historia está todavía por
al círculo de las explicaciones o exposiciones necesarias, todo lo que es, en el
escribirse, la historia de los que han muerto, desconocidos, realizando
momento, materia opinable.
esfuerzos para ayudar a la humanidad en la consecución de fines más
Cualquiera, pues, que sea la base de una doctrina política, económica o social,
grandes.
y por grande que sea el amor que por ella sintamos, nuestro debido respeto a
la libertad mental del niño, al derecho que le asiste de formarse a sí mismo, ha A Francisco Ferrer no podía escapar esta gran ola de tentativas por fundar
de impedirnos atiborrar su cerebro de todas aquellas ideas particulares nuestras la Escuela Moderna. Vislumbró sus posibilidades, no meramente bajo su aspec-
que no son verdades indiscutibles y comprobadas universalmente, aunque sí lo to teórico, sino en su aplicación práctica para las necesidades de todos los días.
sean para nosotros. Debió caer en la cuenta que España, más que cualquier otro país, necesita preci-
Porque, en último término, de proceder en la forma opuesta vendríamos a samente de tales escuelas, si es que quiere deshacerse del doble yugo del hisopo
reconocer en todo el mundo que cree estar en posesión de la verdad y no piensa y de la espada.
como nosotros, el derecho a continuar modelando criaturas a medida de sus Cuando consideramos que el sistema entero de educación en España está en
errores y prejuicios. Y con esto precisamente es con lo que hay que acabar. manos de la Iglesia Católica y cuando recordamos la fórmula católica: Inculcar
Así es como entendemos la enseñanza, ateniéndonos a la sustancia de las cosas, el catolicismo en la mente del niño hasta la edad de nueve años; es arruinarlo inevi-
y no a las palabras que pretenden representarla. tablemente para cualquier otra idea, comprendemos la enorme tarea de Ferrer
al traer la nueva luz al pueblo. El destino le asistió pronto, proporcionándole lo
que había menester para que pudiera llevar a buen término su gran sueño.

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Mlle. Meunier, una pupila de Francisco Ferrer y dama de gran fortuna, intere-
sóse por el proyecto de la Escuela Moderna. Cuando murió, legó a Ferrer algunas
propiedades valiosas y doce mil francos anuales de renta para la Escuela.
Se ha dicho que almas levantadas no pueden concebir sino ideas elevadas. Si es
así, los despreciables métodos de la Iglesia Católica para macular el carácter de Cuestiones de enseñanza
Ferrer, con el fin de justificar su tenebroso crimen, puede explicarse sin muchos
rodeos. De ahí que fuera difundida, en los periódicos católicos de América, la
calumnia de que Ferrer usó de su intimidad con Mlle. Meunier para entrar en
posesión de su peculio. Ricardo Mella
Personalmente, sostengo que la intimidad, sea ésta de cualquier naturaleza, en-
tre un hombre y una mujer, es asunto exclusivo de ellos vedado a la intromisión 1911
ajena. No me extendería sobre este tópico, si no fuera por una de las numero-
sas y cobardes calumnias propaladas acerca de Ferrer. Por supuesto que los que
conocen la pureza del clero católico comprenderán la insinuación. ¿Acaso han
mirado los católicos alguna vez a la mujer como a algo que no sea una presa
sexual? La crónica histórica referente a los descubrimientos en conventos y mo- I
nasterios me llevaría muy lejos en esto. ¿Cómo, entonces, van a entender ellos
Explicar y enseñar no son sinónimos, aun cuando toda enseñanza suponga pre-
la cooperación de un hombre y una mujer, excepto sobre una base sexual?
via explicación. Se explican muchas cosas sin que haya propósito de enseñarlas.
En puridad, Mlle. Meunier era considerablemente mayor que Ferrer. Habiendo
Cuando se declara o da a conocer lo que uno opina, cuando se dan detalles o
transcurrido su infancia y adolescencia con un padre miserable y una madre
noticia de una doctrina, de un suceso, etc., se explica al oyente la opinión, la
sumisa, pudo apreciar fácilmente la necesidad del amor y la alegría en la vida del
doctrina y el suceso para enseñarlas o para repudiarlas, según los casos.
niño. Dióse cuenta que Ferrer era un maestro, que no era un producto deleznable
Enseñar es algo más que explicar, puesto que es instruir o adoctrinar. El que
de las instituciones docentes al uso, vale decir, una máquina con diploma, sino
explica una doctrina errónea a fin de hacer patente su falsedad, claro que enseña,
un hombre dotado de genio para esa vocación.
pero no enseña la doctrina que explica, sino que la repudia.
Con conocimientos vastos, con experiencia, con los medios necesarios y sobre
Un ejemplo entre mil aclarará esa diferencia. Se abre un libro cualquiera de
todo ardiendo en la divina llama de su misión, nuestro camarada volvió a Espa-
Geograña elemental, y en la parte que trata de la astronomía se halla en primer
ña y allí empezó el trabajo capital de su vida. El 19 de septiembre de 1901 fue
término la explicación del sistema de Tolomeo, que supone la tierra en el centro
abierta la primera Escuela Moderna. Fue entusiastamente recibida por el pueblo
del Universo y a todos los demás cuerpos girando alrededor de ella. Viene en
de Barcelona que asumió la responsabilidad de sostenerla. En un breve discurso
seguida el sistema de Copérnico, que considera el Sol fijo y los planetas girando
con ocasión de la apertura de la Escuela, Ferrer sometió su programa a sus ami-
a su alrededor. Y se agrega: este último sistema es el admitido en el día.
gos. Dijo: No soy un orador, ni un propagandista, ni un luchador. Soy un maestro;
La cosa es clara; se explica o da a conocer el primero; se explica y se enseña el
amo a los niños por sobre todas las cosas. Creo comprenderlos. Quiero contribuir a
segundo. No se enseña aquél porque se le tiene por erróneo. Adviértase que si el
la causa de la libertad creando una joven generación que esté pronta a ponerse en
profesor es concienzudo, ni aun el sistema de Copérnico enseñará sin reservas,
contacto con una nueva era.

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como fin principal publicar la vida completa de Ferrer y organizar Escuelas Mo- Fue advertido por sus amigos que tuviera cuidado en su oposición a la Iglesia
dernas a través de todo el país. Frente a esta ola revolucionaria internacional, Católica. Sabían hasta dónde podía llegar ésta para abatir aun enemigo. Ferrer
¿quién osaría decir que Francisco Ferrer murió en vano? también lo sabía. Pero, a semejanza de Brand, creía en todo o en nada. No erigiría
¡Qué maravillosa, qué dramática fue la muerte en Montjuich, y cómo estre- la Escuela Moderna sobre la misma antigua calumnia. Sería franco y honesto y
mece el alma humana! Altanero y firme, la mirada interior vuelta hacia la luz, abierto para con sus niños.
Francisco Ferrer no necesitó sacerdotes que le dieran ánimo, ni hizo reproches a Francisco Ferrer llegó a ser un hombre notorio. Se le acechó desde el primer día
nadie porque le obligaban a dejar este mundo. La conciencia de que sus ejecuto- de la apertura de la Escuela. El edificio de ésta fue vigilado; su pequeño hogar en
res representaban una era moribunda y que él era la verdad naciente, le sostuvo Mangat, también. No se le perdía de vista un paso aun cuando fuera a Francia o
en los heroicos momentos finales. Inglaterra para conferenciar con sus colegas. Estaba señalado y era sólo cuestión
de tiempo para que el enemigo, acechador, le apretara el lazo corredizo.Logrólo
casi, en 1906, cuando Ferrer fue envuelto en el atentado a la vida de Alfonso XIII.
La evidencia que le eximía de culpa y cargo era demasiado patente, aun para
los mismos cuervos negros; tuvieron que dejarle ir, no por buenos precisamente.
Esperaban. ¡Oh!, pueden esperar cuando se han propuesto atrapar una víctima.
El momento llegó al fin, durante el levantamiento antimilitarista de España,
en julio de 1909. Tendríamos que buscar en vano en los anales de la historia
revolucionaria para encontrar una protesta más notable contra el militarismo.
Habiendo vivido durante centurias oprimido por militares, el pueblo español no
podía soportar ya más tiempo su yugo. No veían razón para ayudar a un go-
bierno despótico en someter y oprimir a un pueblo pequeño que luchaba por su
independencia, como lo hacían los bravos rifeños. No, no emplearían las armas
contra ellos.
Durante mil ochocientos años la Iglesia Católica ha predicado el evangelio
de la paz. Y ahora, cuando el pueblo quería convertir actualmente el evange-
lio en realidad viviente, urgía a las autoridades para que lo forzara a levantarse
en armas contra los marroquíes. Así, la dinastía española seguía los crimina-
les métodos de la dinastía rusa, se forzaba al pueblo hacia el campo de batalla.
Entonces,colmóse su capacidad de sufrimiento. Entonces, revolviéronse los tra-
bajadores de España contra sus amos, contra los que, cual sanguijuelas, habían
desangrado su fuerza, su preciosa sangre vital. Sí, atacaron las iglesias y los sacer-
dotes, pero si estos últimos tuvieran mil vidas, no podrían posiblemente pagar
los terribles ultrajes y crímenes perpetrados contra el pueblo español.
Recuperado el 13 de junio de 2013 desde kclibertaria.comyr.com Francisco Ferrer fue arrestado el primero de septiembre de 1909. Hasta el pri-
mero de octubre sus amigos y camaradas no supieron qué se había hecho de él.

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En este día se recibía una carta enl’Humanité, en la que se podía apreciar toda la Se ha hecho ya una demostración que por el momento puede dar ex-
ridiculez del proceso. Al día siguiente su compañera, Soledad Villafranca, recibía celentes resultados. Podemos destruir todo cuanto en la escuela actual
la siguiente carta: responde a la organización de la violencia, los medios artificiales donde
los niños se hallan alejados de la naturaleza y de la vida, la discipli-
No hay motivo para atormentarse; sabes que soy absolutamente inocen- na intelectual y moral de que se sirven para imponerle pensamientos
te. Hoy estoy particularmente esperanzado y alegre. Es la primera vez hechos, creencias que aniquilan y depravan las voluntades. Sin temor
que puedo escribirte y la primera que, desde mi arresto, puedo solazar- de engañarnos podemos poner al niño en el medio que le solicita, el me-
me con los rayos del sol que entran a raudales por la ventanuca de mi dio natural donde se ama y donde las impresiones vitales reemplazarán
celda. Tú también debes estar alegre. a las fastidiosas lecciones de palabras. Si no hiciéramos más que esto,
habríamos preparado en gran parte la emancipación del niño.
Bien patético es que Ferrer, corriendo ya el 4 de octubre, no creyera que se-
ría condenado a muerte. Pero más triste es aún que sus amigos y camaradas Bien sé que no podríamos realizar así todas nuestras esperanzas; que fre-
hubieran cometido hasta entonces el desatino de dar crédito al enemigo dotán- cuentemente nos veríamos obligados, por carencia de saber, a emplear
dolo de un sentido de justicia. Una y otra vez habían prestado fe a los poderes medios reprobables; pero una certidumbre nos sostendría en nuestros
judiciales, sólo para ver a sus hermanos muertos ante sus propios ojos. No pro- empeños, a saber: que sin alcanzar aún completamente nuestro objeto,
movieron ninguna agitación para rescatar a Ferrer, ninguna protesta de cierta haríamos más y mejor, a pesar de la imperfección de nuestra obra, que
extensión, nada. Porque es imposible condenar a Ferrer; es inocente. Pero todo es lo que realiza la escuela actual.Prefiero la espontaneidad libre del niño
posible tratándose de la Iglesia Católica. que nada sabe, a la instrucción de palabras y la deformación intelectual
El 4 de octubre Ferrer envió la siguiente carta a L’Humanité: de un niño que ha sufrido la educación que se da actualmente.

Si Ferrer hubiese organizado realmente a los rebeldes, si hubiera luchado en


Prisión Celular, 4 de octubre de 1909.
las barricadas, si habría arrojado un centenar de bombas no podría haber sido
Queridos amigos míos. No obstante la más absoluta inocencia, el fiscal tan peligroso a la Iglesia Católica y al despotismo como con su oposición a la
exige la pena de muerte, basado en denuncias de la policía, que me disciplina y a la coacción. La disciplina y la coacción ¿no son la esencia de to-
presenta como el jefe de los anarquistas del mundo entero, dirigiendo dos los males del mundo? La esclavitud, la sumisión, la pobreza, toda la miseria,
los sindicatos de trabajadores de Francia y culpable de conspiraciones todas las iniquidades sociales resultan de la disciplina y la coacción. En efecto,
e insurrecciones en todas partes, declarando que mis viajes a Londres y Ferrer era peligroso. De ahí que fuera condenado a morir el 13 de octubre de
París no fueron emprendidos con otro objeto. 1909 en el foso de Montjuich. Ahora ¿quién osa afirmar que ha muerto en vano?
Con calumnias tan infames están tratando de enviarme al patíbulo. En vista del inusitado movimiento de indignación universal: Italia nombrando
calles en memoria de Francisco Ferrer; Bélgica iniciando un movimiento para
El mensajero está pronto para partir y yo no tengo tiempo para exten-
erigirle un monumento; Francia movilizando a sus varones más ilustres para re-
derme. Todas las evidencias presentadas al juez instructor por la policía
cibir y continuar la herencia del mártir; Inglaterra que se adelanta a las otras
no son más que un tejido de mentiras e insinuaciones calumniosas. Pero
naciones y publica su biografía; todos los países uniéndose con el propósito de
ninguna prueba en contra mía ha logrado éxito.
perpetuar la gran obra de Francisco Ferrer; América también, tardía siempre
Ferrer en ideas progresivas, fundando una Asociación Francisco Ferrer, que se propone

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el verdadero educador es el que, contra sus propias ideas y sus volun- El 13 de octubre de 1909, el corazón de Ferrer, tan valiente, tan firme, tan leal,
tades, puede defender al niño, apelando en mayor grado a las energías fue acallado. ¡Míseros idiotas! La postrer palpitación agonizante de ese corazón
propias del mismo niño. acababa de morir cuando comenzó a latir en centenares de corazones del mundo
Por esta consideración puede juzgarse con qué facilidad se modela la civilizado hasta que creció en terrífico trueno, arrojando su maldición sobre los
educación y cuán fácil es la tarea de los que quieren dominar al indi- instigadores del tenebroso crimen. ¡Criminales de negra veste y devoto aire, en
viduo. Los mejores métodos que pueden revelárseles, entre sus manos los estrados de la justicia! ¡Qué ironía!
se convierten en otros tantos instrumentos más poderosos y perfectos ¿Participó Francisco Ferrer en el levantamiento antimilitarista? Según la pri-
de dominación. Nuestro ideal es el de la ciencia y a él recurriremos en mera acusación que apareció en un periódico de Madrid, firmado por el Obispo
demanda del poder de educar al niño favoreciendo su desarrollo por la y todos los prelados de Barcelona, no era acusado aún de participación. La acu-
satisfacción de todas sus necesidades a medida que se manifiesten y se sación hacía hincapié en el hecho de que Francisco Ferrer era culpable de haber
desarrollen. organizado escuelas ateas y haber difundido literatura atea. Pero en el siglo XX
los hombres no pueden ser quemados simplemente por sus creencias ateas. Algo
Estamos persuadidos de que la educación del porvenir será una educa- había que inventar, sin embargo; de ahí el cargo de instigador del levantamiento.
ción en absoluto espontánea; claro está que no nos es posible realizarla Por más que se hurgó para hallar en fuentes auténticas algún indicio que les
todavía, pero la evolución de los métodos en el sentido de una compren- permitiera fundar su participación en el levantamiento, nada encontraron. Pero
sión más amplia de los fenómenos de la vida, y el hecho de que todo entonces no se necesitaban las pruebas ni se aceptaban. Había setenta y cinco
perfeccionamiento significa la supresión de una violencia, todo ello nos testigos —seguros— pero su testimonio fue tomado en forma manuscrita. Nunca
indica que estamos en terreno verdadero cuando esperamos de la ciencia fueron careados con Ferrer, ni él con ellos.
la liberación del niño. ¿Es posible, psicológicamente, que Ferrer haya participado? Yo no lo creo, y
No temamos decirlo: queremos hombres capaces de evolucionar incesan- aquí expongo mis razones: Francisco Ferrer no era solamente un gran maestro,
temente; capaces de destruir, de renovar constantemente los medios y sino también un maravilloso organizador. En ocho años, de 1901 a 1909, había
de renovarse ellos mismos; hombres cuya independencia intelectual sea organizado en España ciento nueve escuelas, amén de inducir al elemento liberal
la fuerza suprema, que no se sujeten jamás a nada; dispuestos siempre en su país a crear 308 más. En conexión con el trabajo de su propia escuela, Ferrer
a aceptar lo mejor, dichosos por el triunfo de las ideas nuevas en una había establecido una imprenta moderna, organizado un cuerpo de traductores
sola vida. La sociedad teme tales hombres: no puede, pues, esperarse que y esparcido a todos los vientos ciento cincuenta mil ejemplares de obras cientí-
quiera jamás una educación capaz de producirlos. ficas y sociológicas modernas, sin olvidar la amplia cantidad de libros de texto
Seguiremos atentamente los trabajos de los sabios que estudian al niño, racionalistas. Seguramente que nadie sino un organizador metódico y eficiente
y nos apresuraremos a buscar los medios de aplicar sus experiencias a podía haber realizado tal hazaña.
la educación que queremos fundar, en el sentido de una liberación com- Por otra parte, se probó en absoluto que el levantamiento antimilitarista no
pleta del individuo. Mas ¿cómo conseguiremos nuestro objeto? Ponien- fue preparado en modo alguno, que llegó como una sorpresa para el mismo pue-
do directamente manos a la obra, favoreciendo la fundación de escuelas blo, tal como un gran número de insurrecciones revolucionarias en anteriores
nuevas donde, en lo posible, se establezca este espíritu de libertad que ocasiones. El pueblo de Barcelona, por ejemplo, tuvo a la ciudad bajo su con-
presentimos ha de dominar toda la obra de la educación del porvenir. trol durante cuatro días, y, según las declaraciones de los turistas, nunca reinó
orden ni paz más perfectos. Por supuesto, el pueblo estaba tan poco prepara-

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do que cuando se presentó el momento no supo qué hacer. En este sentido se Caen en el vacío los frenéticos esfuerzos de la Iglesia Católica, sus imposturas,
asemejaron al pueblo de París durante la Comuna de 1871. Estos, tampoco es- falsedades, calumnias. Ya es condenada por la conciencia humana despierta, de
taban preparados. Aunque moribundos, protegieron los almacenes rebosantes haber repetido una vez más los execrables crímenes del pasado.
de prisioneros. Apostaron centinelas para cuidar el Banco de Francia, donde la Francisco Ferrer es acusado de enseñar a los niños las más estrafalarias ideas,
burguesía guardaba el dinero robado. Los trabajadores de Barcelona —¡también de odiar a Dios, por ejemplo. ¡Qué horror! Ferrer no creía en la existencia de
ellos!— cuidaron el botín de sus amos. Dios. ¿Para qué enseñar a odiar al niño algo que no existe? ¿No es más creíble
¡Cuán triste es la estupidez de los miserables; cuán terriblemente trágica! Pero, que llevara a los niños al aire libre, que les mostrara el esplendor del crepúsculo,
entonces, ¿hanse introducido tan profundamente los grillos en su carne que, aun la esplendidez del cielo tachonado de estrellas, la impresionante maravilla de las
pudiendo, no lo rompieran? montañas y los mares; que les explicara de modo sencillo y directo la ley del
El miedo a la autoridad, el respeto a la propiedad privada, cien veces maldecida crecimiento, del desarrollo, de la mutua relación de todas las cosas en la vida?
en sus adentros, ¿cómo es que él no se decide a develarla e ir contra ellos? Tal Obrando así, hizo imposible para siempre que la semilla ponzoñosa de la Iglesia
vez no se haya preparado suficientemente para emprender esta acción. Católica se practicara un camino en la mente del infante.
¿Puede alguien afirmar por un momento que un hombre como Ferrer se afiliara Se había afirmado que Ferrer preparaba a los niños para destruir al rico. His-
a un esfuerzo tan espontáneo, tan desorganizado? ¿No hubiera sabido que se torias fantásticas de viejas solteronas. ¿No es más presumible que los preparara
solucionaría con una derrota, una derrota desastrosa para el pueblo? ¿Y no es para ayudar al pobre? ¿Que les enseñara que la humillación, la degradación, el
más evidente aún que si él hubiera participado, él, el experto organizador, habría temor del pobrerío, es un vicio y no una virtud; que sólo la dignidad y todo es-
planeado enteramente la tentativa? Si todas las otras pruebas fallaran, este solo fuerzo creador es lo que sostiene la vida y forma el carácter? ¿No es este el medio
factor sería suficiente para eximir a Francisco Ferrer. Pero hay otras igualmente eficaz por excelencia de hacer la luz sobre la absoluta inutilidad y perjuicio del
convincentes. parasitismo?
Para el mismo día del levantamiento, julio 25, Ferrer había convocado a una Por último, se culpa a Ferrer de desmoralizar al ejército por la propaganda de
conferencia a los maestros y miembros de la Liga de Educación Racionalista. Era ideas antimilitaristas. ¿Realmente? Debe haber creído, con Tolstoy, que la guerra
necesario encarar el trabajo de otoño y particularmente la publicación del gran es la matanza legalizada que perpetúa el odio y la arrogancia, que roe el corazón
libro El Hombre y la Tierra, de Eliseo Reclus, y La Gran Revolución Francesa, de de las naciones y las convierte en maniáticas frenéticas.
Pedro Kropotkin. ¿Es creíble, en modo alguno plausible que Ferrer, estando en No obstante, poseemos las propias palabras de Ferrer referente a sus ideas
antecedentes acerca del levantamiento, formando parte de él, invitara con sangre sobre la educación moderna:
fría a sus amigos y colegas a Barcelona para el día en que él sabía que sus vidas
estarían en peligro? Es claro, sólo la mente criminal y viciosa de un jesuita podía Deseo fijar la atención de los que me leen sobre esta idea: todo el valor
dar crédito a tal propósito deliberado. de la educación reside en el respeto de la voluntad física, intelectual y
Francisco Ferrer tenía su labor capital delineada; si se hubiese propuesto pres- moral del niño. Así como en ciencia no hay demostración posible más
tar auxilio a la insurrección, habría estado expuesto a perder todo y no ganar que por los hechos, así también no es verdadera educación sino la que
nada, salvo la ruina y el desastre. No es que dudara de la justicia de la ira del está exenta de todo dogmatismo, que deja al propio niño la dirección
pueblo; pero su trabajo, su esperanza, la esencia toda de su vida se encaminaba de su esfuerzo y que no se propone sino secundarle en su manifestación.
hacia otra meta. Pero no hay nada más fácil que alterar esta significación, y nada más
difícil que respetarla. El educador que impone, obliga, violenta siempre;

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