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Resulta que el infame rosal era apócrifo, aunque Sheila recuerda que la comisaría tenía un
bonito jardín de rosas. El corte fatal estaba cerca de la boca y se produjo en un ataque aéreo
alemán a Southampton, ciudad a la que su padre había sido destinado para mantener el
orden durante los intensos bombardeos de noviembre de 1940.
UN SANITARIO SOSTIENE UNA CAJA CON VARIAS MUESTRAS DEL BANCO DE SEPSIS CONSUELO BAUTISTA
A 80 grados bajo cero, en Conocer los perfiles de “Cuanto más nos
diminutos tubitos sellados riesgo y desarrollar retrasamos en instaurar el
con un código biomarcadores de tratamiento antibiótico
bidimensional para detección precoz son los adecuado, más aumenta la
diferenciarlos, el hospital objetivos capitales de este mortalidad del paciente:
Vall d’Hebron de Barcelona biobanco. “La sepsis es una cada hora aumenta un 7%
guarda un millar de patología con prevalencia el riesgo de shock séptico
muestras sanguíneas de alta y mortalidad alta y es la [una de las formas de
pacientes que han sufrido gran desconocida para la presentación de la sepsis
una sepsis. Esta patología, sociedad. Resulta difícil que más graves, con afectación
que causa 17.000 muertes una persona pueda pensar en el sistema
al año en España, se que alguien se puede morir cardiorcirculatorio]”,
produce cuando el sistema por una infección”, explica señala Juan José González,
inmune responde de forma el doctor Juan Carlos Ruiz, microbiólogo y codirector
descontrolada ante una médico adjunto de la UCI de del banco de sepsis.
infección. Vall d’Hebron y codirector Los profesionales apuntan
Lo habitual es que, cuando del banco de sepsis. España la necesidad de avanzar en
un virus, un hongo o una registra cada año unos la investigación sobre esta
bacteria generan una 50.000 casos de esta patología para reducir la
infección en alguna parte patología. mortalidad y mejorar el
del cuerpo, el organismo Algunos hospitales pronóstico de los pacientes.
reaccione generando una disponen del llamado “El problema es que no hay
respuesta inflamatoria para Código Sepsis, un circuito un signo que sea específico
protegernos. Sin embargo, de diagnóstico e y su presentación clínica
cuando ese mismo intervención puede ser muy variada y
mecanismo de defensa se multidisciplinar para añade dificultad al
aplica de forma detectar y atajar esta diagnóstico”, agrega Ruiz.
desproporcionada, acaba patología lo antes posible. El banco de sepsis, del que
dañando los órganos vitales. El tiempo es crucial en este solo hay dos similares en el
Pero de la sepsis, no escenario: mientras los mundo —en la Clínica Mayo
obstante, todavía se sabe equipos de microbiología de Rochester (Minnesota,
poco. descifran, contrarreloj, el Estados Unidos) y en la
Se desconoce la causa de microorganismo causante Universidad de Jena
esa respuesta inflamatoria de la infección, los médicos (Alemania)—, nació
descontrolada y tampoco controlan, con soporte precisamente con ese
se puede predecir cuándo multiorgánico, la función de propósito: usar las
aparecerá. Por ello, para todos los órganos afectados muestras de sangre
avanzar en el estudio de y administran al paciente donadas por los pacientes
esta patología, Vall antibióticos de amplio afectados para investigar
d’Hebron ha puesto en espectro para frenar el qué pasa en el organismo
marcha un banco de sepsis, patógeno y rebajar la cuando un individuo sufre
con muestras de pacientes respuesta inflamatoria. una sepsis.
que la han sufrido para Cuando encuentran el
estudiar qué sucede en el nombre y apellidos del
organismo a nivel agente infeccioso, los
molecular cuando se facultativos pueden afinar
produce esa respuesta el tratamiento.
hiperinflamatoria.
El biobanco de Vall d’Hebron recoge muestras de pacientes
diagnosticados en cuanto se activa el código sepsis hasta 24 o 48
horas y una semana después. Además, dispone de muestras
preclínicas: “Una de las peculiaridades de esta colección es que,
además de la muestra que se recoge cuando los médicos detectan
que el paciente está séptico, podemos tener muestras de sangre
que se hayan enviado al laboratorio 24 o 48 horas antes porque
los pacientes han estado hospitalizados en nuestro centro”,
explica González. Esta variedad, sobre todo de muestras
preclínicas, es útil, dicen los expertos, para buscar biomarcadores
tempranos, biomoléculas que informen precozmente de que ese
paciente, en un período breve de tiempo, entrará en un fallo
multiorgánico.
Proyectos en marcha
El banco de sepsis de Vall d’Hebron, que empezó a recoger muestras en 2015, ya se está
utilizando para varias investigaciones científicas. Por un lado, Vall d’Hebron participa en el
proyecto europeo Rais para desarrollar un dispositivo de diagnóstico rápido de sepsis.
Actualmente, la detección del microorganismo que ha provocado la infección y ha
desencadenado la respuesta inflamatoria requiere de un cultivo de la sangre que puede
retrasarse varios días. “El cultivo de la sangre con las técnicas que tenemos puede
demorarse entre 24 y 72 horas en tener el resultado del estudio del microorganismo y el
estudio de sensibilidad antibiótica. Esto puede suponer mucho tiempo, sobre todo si es un
microorganismo multirresistente”, explica González. El proyecto europeo quiere acortar
este tiempo a los 30 minutos.
Por otra parte, como la sepsis carece de biomarcadores específicos para detectar la
patología, los investigadores también trabajan con el Eurecat, el Centro Tecnológico de
Cataluña, para buscar huellas de tipo proteómico o metabolímico que posean los pacientes
con sepsis. “Hay una serie de sustancias que utilizamos en la clínica para detectar una sepsis
pero son marcadores pero que también puede aparecer elevados en otras patologías. Por
eso estamos llevando a cabo estudios para estratificar a los pacientes con sepsis en función
del estudio de las proteínas y los metabolitos que poseen los pacientes con sepsis, a través
de potentes herramientas de análisis de Big Data”, señala Ruiz.
Aparte de las muestras sanguíneas, el banco de sepsis El biobanco cuenta además con
también cuenta con una importante base de datos con la
muestras de pacientes sanos,
información —previamente anonimizada— y las
que sirven como grupo de
características de los pacientes que han sufrido una sepsis.
“Esto es muy importante para todos los estudios de big data control para las investigaciones
donde podamos cruzar todos los datos y crear algoritmos que están en marcha
que sean capaces, en un futuro, de predecir el riesgo de
sufrir una sepsis”, explica Ruiz.
El banco de sepsis de Vall d’Hebron no terminará en estas 1.000 muestras de sepsis, sino
que seguirá creciendo con las donaciones de más pacientes. Los grandes congeladores
donde se cobijan las muestras permanecerán completamente abiertos a la comunidad
científica para ampliar la investigación de esta patología.
A falta de estudios clínicos que acaben de demostrar esta correlación nos preguntamos qué
impacto pueden estar teniendo los aditivos alimentarios (endulzantes, colorantes,
espesantes, estabilizantes…) en nuestra salud intestinal. "Las bacterias comen lo que
comemos. Por lo tanto, los cambios en nuestras dietas tienen un impacto tanto en nuestra
propia fisiología como en la evolución de los microbios que viven en nuestro intestino",
aclara Britton.
Otro estudio realizado con ratones y también publicado en Nature, demostró que los
emulsionantes alimentarios alteran la composición de las bacterias en el colon. ¿Las
consecuencias? Riesgo aumentado de enfermedades inflamatorias del intestino y
trastornos metabólicos. Y es que uno de los principales medios de protección del intestino
ante las bacterias de su flora es un moco que cubre toda la superficie intestinal que permite
que los microorganismos se mantengan a una distancia prudencial de las células epiteliales
que recubren el intestino. Según los autores, "los agentes que interrumpen las interacciones
moco-bacterianas podrían tener el potencial de promover enfermedades asociadas con la
inflamación intestinal".
Uno de los principales problemas para medir el impacto de los aditivos dietéticos sobre
nuestra salud es la falta de efectos a corto plazo. Además, la edad, la genética, el entorno o
el estilo de vida son otros factores que afectan al tipo de bacterias que componen nuestra
flora intestinal. No obstante, que la comunidad científica esté sumando esfuerzos por
averiguar qué consecuencias pueden tener su consumo da que pensar, ¿no?
¿Qué hacer mientras esperamos resultados científicos irrefutables? Reducir al máximo el
consumo de procesados, ya que además de aditivos contienen todo lo que la OMS alerta
como riesgo de salud. Y no hace falta recordar que la ingesta de cereales integrales ayuda
a mantener un equilibrio óptimo de las bacterias intestinales así como el consumo de frutas
y verduras ya que "contienen hidratos de carbono complejos que ayudan a que las bacterias
buenas proliferen", afirman desde la Clínica Mayo.