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La Onerosidad De Los Procesos En Republica Dominicana

Se dice que la onerosidad de los procesos en republica dominicana inician en el mismo


año que inicia la Republica, en efecto en fecha 19 de agosto de 1844 el Decreto No.16
estableció el uso de papel sellado para los actos y documentos civiles, judiciales y
extrajudiciales.

Posteriormente la Ley No. 2334 del 12 de mayo de 1855, vigente todavía establece el
registro de los actos judiciales y extrajudiciales, que las partes hacen valer en los
tribunales o que procedan de los mismos con el cual se crea un nuevo el elemento de
onerosidad en los procesos.

En 1887 el arancel de costas judiciales fue sustituido por la ley No. 2543 del 30 de
mayo del año 1887, la cual además de reglamentar las costas judiciales, tenia la doble
finalidad de poner a cargo de los litigantes gran parte de los gastos de la administración
de la justicia y la de conjurar los abusos que venían cometiéndose con el arancel.

En el año 1904 fue dictada la nueva tarifa de costas judiciales, la cual, con algunas
modificaciones, la más importante ley No.302 de 1964 sobre honorarios de abogado,
nos rige todavía.

La justicia se administra gratuitamente dentro de todo el territorio nacional, a partir de la


constitución de 1908, según este principio, lo justiciables no tienen que pagar a los
magistrados y demás funcionarios que intervienen en la administración de la justicia, o
obstante los litigantes tienen que hacer grandes desembolsos cuando acuden a la
justicia.
Los procesos penales suelen ser mucho menos onerosos que los civiles, puesto que el
proceso penal en acción publica es llevado a cabo por el ministerio publico y todos los
incidentes son accionados por requerimiento del mismo.

El legislador ha establecido para los pobres de solemnidad y las personas físicas o


morales que carecen de recursos económicos, surte poco o ningún efecto a causa de
los tramites que hay que realizar. Ciertamente la asistencia judicial ha beneficiado esta
clase de modo que no tienen que realizar ningún gasto, pero en la práctica es todo lo
contrario.

Las principales causas de onerosidad en nuestro sistema judicial en la acción en


justicia ya sea penal o civil son: Diversidad de actuaciones procesales, Impuestos,
Derechos, Emolumentos y Honorarios.

La justicia da a las personas libertad para contraer obligaciones, ha nombrado notarios


que gozan de fe pública para solemnizar dichas obligaciones, no obstante a la hora de
que se hace necesario interponer una demanda por el incumplimiento de un contrato
determinado, se incurre en una serie de gastos que eleva el proceso al punto que se
recomienda la conciliación donde el acreedor tiene que conformarse con recuperar lo
que sea de dicha obligación, ya que de recurrir por los medios legales la onerosidad y
el tiempo de los procesos pueden terminar generando perdidas

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