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EL PUEBLO: Sociedad judía

01 Apr 2008

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Tel Aviv. Un evento en la playa (Foto: Ministerio del Turismo)

INTRODUCCIÓN | SOCIEDAD JUDÍA | MINORIAS | LIBERTAD RELIGIOSA

El largo regreso a casa

Como consecuencia de su exilio de la Tierra de Israel, hace unos 2.000 años, los judíos se
dispersaron por otros países, principalmente por Europa, África del Norte y el Oriente
Medio. Con el correr de los siglos, establecieron numerosas comunidades en países
cercanos y lejanos, en las que vivieron largos períodos de desarrollo y prosperidad, pero a
veces también fueron sometidos a una cruel discriminación, brutales pogromos y
expulsiones totales o parciales. Cada ola de persecución y violencia reforzaba su creencia
en el concepto de "retorno del exilio" y alentaba a individuos y grupos a regresar a su
hogar ancestral.

El movimiento sionista, fundado a fines del siglo XIX, convirtió esta idea en el motor de una
amplia corriente de regreso al solar patrio y el Estado de Israel la tradujo en ley,
otorgándole la ciudadanía a todo judío que desee establecerse en el país.

Formación de una nueva sociedad

La base política, económica y cultural de la sociedad judía actual de Israel se formó


durante el período del dominio británico (1917-48). Ideológicamente motivada por
el sionismo, la comunidad judía en la Tierra de Israel desarrolló instituciones políticas y
sociales que ejercían autoridad sin soberanía, dirigiendo sus esfuerzos a todos los niveles
hacia la consolidación y el desarrollo. El voluntarismo era su columna vertebral política y la
igualdad, su aglutinante social.
A raíz de la obtención de la independencia política y la masiva inmigración que la
siguió, la población judía de Israel se duplicó de 650.000 a alrededor de 1,3 millones en
los primeros cuatro años del estado (1948-52), cambiando la estructura y la textura de la
sociedad israelí. El grupo social resultante quedó formado por dos elementos principales:
una mayoría compuesta por la antigua comunidad sefardí, veteranos pobladores
asquenazíes y sobrevivientes del Holocausto, y una gran minoría de nuevos inmigrantes
judíos de los países islámicos de África del Norte y del Medio Oriente. Si bien la mayor
parte de la población preestatal estaba comprometida con fuertes convicciones
ideológicas, un espíritu pionero y un modo de vida democrático, muchos de los judíos que
vivieron durante siglos en los países árabes adherían a una organización social patriarcal,
desconocían el proceso democrático y las exigencias de una sociedad moderna, y les
resultó difícil integrarse en la sociedad israelí y en su economía que se desarrollaba con
rapidez.
Hacia fines de la década del 50, los dos grupos virtualmente coexistían sin interacción
social ni cultural, y los judíos de origen norafricano y mesoriental expresaban su frustración
y alienación en protestas antigubernamentales que, en los años 60 y 70 se convirtieron en
exigencias de mayor participación política, asignaciones de recursos compensatorias y una
acción positiva para ayudar a cerrar la brecha entre ellos y los demás israelíes. Además de
las tensiones generadas por la diversidad de su población durante esos años, la sociedad
israelí tuvo que luchar por su independencia económica y a defenderse contra las acciones
bélicas de países árabes en las fronteras. A pesar de esto, los denominadores comunes
de religión, memoria histórica y cohesión nacional dentro de la sociedad judía demostraron
ser lo suficientemente fuertes para hacer frente a los desafíos que se afrontaban.

Continua integración

A lo largo de los años, Israel ha seguido recibiendo inmigrantes en mayores o menores


números, provenientes de los países libres del mundo occidental, así como de áreas
económica y socialmente deprimidas. La más importante ola inmigratoria de las últimas
décadas estaba formada por miembros de la gran comunidad judía de la ex Unión
Soviética, que luchó durante años por su derecho a emigrar a Israel. Unos 100.000
lograron llegar en los años 70, y a partir de 1989 más de un millón se han establecido en el
país. Entre ellos se cuentan muchos profesionales de alto nivel, conocidos científicos,
aclamados artistas y músicos, cuya experiencia y talento contribuyen significativamente a
la vida económica, científica, académica y cultural de Israel.

Los años 80 y 90 fueron testigos de la llegada en masa, en dos traslados aéreos, de la


antigua comunidad judía de Etiopía, que según creencia popular se estableció allí en los
tiempos del Rey Salomón. Aunque la transición de estos 50.000 inmigrantes de un
ambiente agrario africano a una sociedad occidental industrializada tomará tiempo, la
ansiedad de sus jóvenes por adaptarse apresurará la absorción de esta largamente
aislada comunidad judía.
Inmigrantes de Etiopía llegan de Adis-Abeba, en la "Operación Salomón" (Foto:
PPG/Ts. Israeli)

Diversidad Religiosa

Desde los tiempos bíblicos, los judíos han sido un pueblo con una fe monoteísta: el
judaísmo, que denota tanto un concepto religioso como uno nacional. Hacia el siglo XVIII,
la mayoría de ellos vivía en Europa Oriental, donde estaban confinados en guetos, con
poca interacción con la sociedad que los rodeaba. Dentro de sus comunidades,
administraban sus propios asuntos, conforme al sistema de la ley rabínica (Halajá)
desarrollada y codificada por estudiosos religiosos durante muchos siglos.

El espíritu de emancipación y nacionalismo que barrió a la Europa del siglo XIX ocasionó
el desarrollo de una actitud más liberal en la educación, la cultura, la filosofía y la teología.
Ese espíritu generó también varios movimientos judíos, algunos con líneas religiosas
liberales, mientras que otros adoptaron ideologías nacionales y políticas que significaban
una ruptura con la ortodoxia y su forma de vida, y abogaban por una integración completa
en la sociedad no judía.
Hoy en día la sociedad judía de Israel está formada por judíos observantes y no
observantes, en un espectro que va desde los ultraortodoxos hasta los completamente
laicos. Sin embargo, las diferencias entre ellos no están claramente definidas. Desde el
punto de vista de la adherencia a las leyes y prácticas religiosas judías, el 20 por ciento de
la población cumple todos los preceptos religiosos, el 60 por ciento cumple algunos, de
acuerdo a su inclinación personal y a sus tradiciones comunitarias, y un 20 por ciento es
básicamente no observante. Pero dado que Israel fue concebido como un estado judío, el
shabat (sábado) y todas las festividades judías han sido instituidas como fiestas
nacionales y son celebradas por toda la población judía y observadas por todos, en mayor
o menor medida.

Judíos ultraortodoxos en un barrio de Jerusalén (Foto: Ministerio del Turismo)


Otros indicadores del grado de religiosidad pueden ser el porcentaje de padres que otorga
a sus hijos una educación religiosa o el porcentaje de quienes votan por partidos políticos
religiosos en las elecciones nacionales. El significado de estas cifras, sin embargo, es
incierto, dado que padres no observantes pueden inscribir a sus hijos en escuelas
religiosas y muchos ciudadanos ortodoxos votan por partidos políticos no religiosos.

Básicamente, se puede considerar que la mayoría de la población está constituida por


judíos seculares que adoptan un estilo de vida moderno, con diversos grados de práctica
religiosa. Dentro de esta mayoría, muchos siguen una forma de vida tradicional
modificada, y algunos eligen afiliarse a alguna de las corrientes religiosas liberales.
Dentro de la minoría observante, tanto sefardí como asquenazí, son muchos los que aún
adhieréndose a una forma de vida regulada por las leyes religiosas judías, participan
plenamente en la vida del país. Consideran el moderno estado judío como el primer paso
hacia la venida del Mesías y la redención del pueblo judío en la Tierra de Israel.
En contraste, algunos judíos ultraortodoxos consideran que la soberanía judía sobre la
Tierra de Israel podrá ser restablecida solamente después de la venida del Mesías.
Manteniendo estricta adherencia a la ley religiosa judía, se alojan en barrios
propios, tienen sus propias escuelas, se visten con trajes tradicionales, dan roles
netamente diferenciados al hombre y a la mujer y viven replegados sobre sí mismos.

Foto I. Sztulman, Cortesía del Museo U. Nahon de arte judaico

Controversias internas

Dado que no hay una clara separación entre religión y estado, la medida en que Israel
debe manifestar su identidad religiosa ha sido un tema de constante polémica interna. El
sector ortodoxo aspíra a ampliar la legislación religiosa a otros campos más allá del
derecho personal, que está sometido a su exclusiva jurisdicción, mientras que el sector no
observante ve en ello una coerción religiosa y una violación de la naturaleza democrática
del estado. Un tema de discusión constante es el de según qué criterio se define a una
persona como judía.

Los círculos ortodoxos desean definir como judíos, conforme a la ley judía tradiciónal, sólo
a los nacidos de madre judía o a los convertidos según el rito ortodoxo estricto; los judíos
no observantes, en cambio,, suelen apoyar una definición basada en el criterio civil de
identificación con el judaísmo.

Esta controversia ha llevado a buscar medios legales para definir la demarcación entre
religión y estado. Mientras no se halle una solución global, se sigue aplicando el acuerdo
no escrito, alcanzado en vísperas de la independencia del país, de mantener el "statu
quo", es decir no realizar ningún cambio significativo en la vigencia de las leyes
relacionadas con la religión.

La sociedad del kibutz

El kibutz es un marco social y económico singular, basado en principios igualitarios y


comunitarios, que surgió de la sociedad pionera de comienzos del siglo XX y se convirtió
en una forma de vida rural permanente. Con el correr de los años, los kibutzim
desarrollaron una próspera economía, en un comienzo principalmente agrícola, y
posteriormente ampliada a empresas industriales y de servicios.

Los kibutzim se distinguieron por la contribución de sus miembros al establecimiento y la


construcción del estado. En el período preestatal y durante los primeros años del estado,
asumieron funciones centrales en los planos de asentamiento, inmigración y defensa, pero
cuando éstas fueron transferidas al estado, la interacción entre el kibutz y la sociedad
israelí disminuyó considerablemente. Su centralidad como vanguardia en el desarrollo
social e institucional disminuyó, y desde la década del 70, su poder político, que en los
primeros tiempos del estado les había llevado a una elevada representación, ha declinado.
Sin embargo, la parte de los kibutzim en el producto nacional ha seguido siendo
significativamente mayor que su proporción dentro de la población.

En las últimas décadas, el kibutz se ha hecho más introspectivo enfatizando el logro


individual y el desarrollo económico. En muchos kibutzim la antigua ética del trabajo, de
"hacerlo nosotros mismos", ha pasado a ser menos rígida, se ha debilitado el tabú contra
la contratación de asalariados, y se emplean grandes números de trabajadores a sueldo
que no son miembros del kibutz.

Simultáneamente, un creciente número de miembros del kibutz trabaja en el exterior,


siendo su salario acreditado al kibutz.

En la actualidad, el kibutz es la obra de tres generaciones. Los fundadores, motivados por


fuertes convicciones y una ideología distintiva, formaron una sociedad con un modo de
vida singular. Sus hijos, nacidos en una estructura social existente, trabajaron duramente
para consolidar la base económica, social y administrativa del kibutz. La generación actual,
que creció en una sociedad establecida y próspera, enfrenta los desafíos de la vida
moderna. Hoy, gran parte de las discusiones se centran en la naturaleza futura de la
relación y la responsabilidad mutua entre el individuo y la comunidad del kibutz, así como
en las implicaciones para esta comunidad de los recientes desarrollos en tecnología y
comunicaciones.
Algunos temen que al adaptarse a las cambiantes circunstancias el kibutz se esté alejando
peligrosamente de sus principios originales; otros creen que su capacidad de llegar a
compromisos y adaptarse, es la clave de su supervivencia.

Kibutz: un joven conduce su tractor en un palmeral


Kibutz: el establo y las ordeñadoras
(Fotos: Ministerio del Turismo)

See Also

 Aliá
 Aliá y absorción
 Festividades judías en Israel
 Objetos ceremoniales judíos
 Jewish sacred texts
 Israel en foco: el kibutz

El desarrollo de nuestra sociedad, por el


pueblo y para el pueblo | Nadine Abou Elgheit
01 ago 2014

El programa conjunto de
la ONU sobre empoderamiento juvenil en Montenegro, intenta aplicar diseño
orientado al usuario para que los jóvenes busquen soluciones a sus problemas.
Foto: Christian Schwier/ONU en Montenegro

Recientemente me propusieron una oferta increíble: visitar nuestras oficina s de


país en Montenegro y Kosovo para ver de qué manera abordan el desarrollo.

Cuatro semanas más tarde, viajé a Pristina y luego a Podgorica, y esto es lo


que aprendí de mis colegas:

1. Conservar la motivación, incluso en caso de posibles decepciones o


fracasos.

Las nuevas ideas necesitan adaptarse y perfeccionarse. Probablemente haya


oído que el fracaso es solo un paso hacia el éxito, y que personas como Walt
Disney, Sidney Poitier y Albert Einstein debieron enfrentar terribles fracasos al
inicio de sus carreras. Sin embargo, ante la primera señal de fracaso, la
mayoría de las personas desisten y abandonan sus proyectos. Por ello, nunca
hay que temer al fracaso.

2. No innovar por el simple hecho de innovar.

Tenemos una ventaja sobre las empresas privadas que necesitan invertir
grandes sumas de dinero en innovación: nosotros tenemos acceso a ella.
Contamos con un grupo de especialistas técnicos, mantenemos buenas
relaciones con los gobiernos de nuestros países anfitriones y tenemos la
capacidad de congregar a personas de todas partes del mundo gracias a
nuestra neutralidad e imparcialidad. La innovación solo debería complementar
esta ventaja.

3. Atreverse a transgredir los límites y hacer las cosas de forma


diferente: la innovación no es solo crear una página de Facebook.

En las últimas campañas de inclusión social llevadas a cabo en Montenegro, el


Ministro de Trabajo y Bienestar Social y el Director del Equipo de País de las
Naciones Unidas recorrieron una plaza en silla de ruedas para comproba r la
inaccesibilidad de los espacios públicos para las personas con discapacidades.
El impacto que generó esta experiencia superó los resultados que se hubieran
obtenido a través de informes o plataformas en línea.

4. Involucrarse. Caminar por las calles, hablar con las personas.

La experiencia es más enriquecedora y aporta mayor sentido de contexto que


una página de Wikipedia. “Siempre he querido debatir con jóvenes en diferentes
municipios para comprender su falta de interés en los asuntos parlame ntarios.
Esto podría ayudar a diseñar diversas actividades en este proyecto”, remarcó
uno de mis colegas durante una reunión en la que se debatía un proyecto de
desarrollo parlamentario.

Este ejemplo destaca un concepto con frecuencia ignorado: las persona s saben
lo que necesitan. Solo requieren de un foro a través del cual puedan expresarse
y de los recursos necesarios para satisfacer estas necesidades.

Modificando ligeramente la frase de Abraham Lincoln, podemos finalizar


diciendo: “Debemos apuntar al desarrollo del pueblo, por el pueblo y para el
pueblo”.

Una rosa y una mariposa


POR ISAAC / HACE 4 AÑOS / 0 COMENTARIOS ».

Este es el comienzo de la historia de una rosa y una mariposa que se convertirán


en grandes amigas por siempre.

Cierto día una Rosa vio en el aire volando a una mariposa muy hermosa, tenía
muchos colores en sus alas y resplandecía en el gran campo que llenaba la
mayoría de la vista de la hermosa rosa solitaria.

Cuando la mariposa vio a la Rosa pensó lo mismo, “pero qué hermosa”, exclamó al
ver sus pétalos y sus colores. Se acercó a ella, empezaron a hablar de lo hermosa
y tranquila que era la vida en el rosal y ese fue el comienzo de una hermosa
amistad que se prolongó durante mucho, mucho tiempo.

Sin embargo un día vino la dueña del rosal y comenzó a cortar a las rosas que
existían en su rosario, hasta que le llegó el turno a la amiga de la mariposa, es
decir, a la rosa, entonces esta comenzó a llorar al pensar que jamás volvería a ver
a su amiga mariposa.

La dueña del rosal la colocó a ella y a sus amigas rosas en un hermoso ramo de
flores y, finalmente, la puso en agua en medio de su mesa.

Un día la mariposa volaba por el rosal y no encontraba a su amiga y muy triste


comenzó a llorar ya que se sentía muy sola y preocupada sin su amiga la bella
rosa, se acercó a la ventana y logro ver en medio de la mesa a su amiga la rosa
junto a sus muy hermosas amigas flores.

Se acercó a ella y estuvieron juntas y su amistad siguió a pesar de ya no estar en


el campo, un día la rosa se marchito, pero la mariposa entendió que lo que había
tenido con la rosa fue una amistad que duro hasta la muerte.

La enseñanza de este cuento corto es que debemos de respetar toda la vida


humana, una rosa es mucho más hermosa en la naturaleza, su hogar, que en un
ramo de flores en medio de una mesa.

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Definición de Flor

Se denomina flor a una formación vegetal que cumple la función de llevar a cabo la
reproducción sexual y generar las semillas que darán lugar a una nueva planta. Esta
suele generarse al extremo de un pequeño tallo y se compone de distintos elementos
tales como pétalos, estambres, pistilo, sépalos y el receptáculo. Las flores pueden ser
hermafroditas cuando generan tanto los gametos femeninos como los masculinos, o
unisexuales, cuando solo producen uno de estos gametos; en este último caso, las
flores pueden ser masculinas o femeninas; en algunos casos, no obstante, carecen de
ambos gametos y sirven tan solo para que generar la polinización.

La importancia de las flores estriba en el hecho de ser el elemento que posibilita la


reproducción de muchas especies vegetales. No obstante, esta circunstancia
difícilmente podría llevarse a cabo si no existiesen insectos que se posan en ellas
buscando alimento. Así, estos insectos son el medio más eficaz que garantiza que se
logre la denominada polinización, esto es, la unión de los gametos masculinos y
femeninos. Estos son atraídos por el olor que suelen generar las flores y mientras se
posan en ellas comienzan a recorrer todas sus estructuras. Así, en este deambular
suelen entrar en contacto con los órganos que contienen el polen (que contiene el
material genético masculino) y los estigmas (que contienen los óvulos, o el material
genético femenino). Como hemos vistos, en algunos ejemplares de flores, estos dos
gametos están presentes en la misma flor por tratarse de especímenes bisexuales,
mientras que en otros casos estos se encentran en flores distintas; en estos últimos
casos también se garantiza la polinización puesto que el insecto suele recorrer
distintas flores impregnado del polen.

Desde el punto de vista social, la flor es un elemento de ornamentación desde la


antigüedad. Así, existen distintos ejemplares que se utilizan para distintas ocasiones,
ya sean románticas, de duelo, etc. Dada esta importancia que las flores tienen para
distintas circunstancias sociales, existe un mercado para su cultivo y mejoramiento. En
efecto, con este fin se han realizado distintas mejoras en distintas especies que las
hacen más bellas, más resistentes a distintos ambientes, más adecuadas a una
determinada función, etc. En muchos casos, los ejemplares más conocidos de la
actualidad son muy diferentes de los que originalmente fueron en el ámbito silvestre.
Un claro ejemplo de esta circunstancia lo evidencian las rosas, flores que en sus
orígenes fueron bastante sencillas, pero con el cultivo del hombre y distintas cruzas
fueron alcanzando la actual belleza que poseen.

... Via Definicion.mx: https://definicion.mx/flor/

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