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INTRODUCCIÓN: La historia del cristianismo nos enseña que Dios conmovió y transformó naciones
enteras. Utilizando hombres llenos del Espíritu Santo, con vidas de oración y discipuladores. Hemos
observado que las iglesias locales con un avivamiento continuo, son aquellas que tienen vida de
oración, evangelismo y discipulado.
Como Iglesia de Jesucristo, sabemos que la gran comisión es única razón de ser prioritaria, urgente e
ineludible. Por lo tanto alentados por la promesa del Señor que “estaré con vosotros todos los días
hasta el fin del mundo” . Debemos adoptar una estrategia que nos conduzca a alcanzar a cada persona
con el mensaje de Cristo y que al mismo tiempo nos lleve a ser instrumentos de DIOS en la obra
transformadora que el desea realizar en todo aquel que ha creído.
Estamos viviendo el seguimiento del Ministerio Discipulador como una estrategia capaz de
fortalecernos y unirnos de una manera armoniosa y dinámica, con la gran posibilidad de hacer sentir la
influencia de la persona y del mensaje de nuestro Señor Jesucristo en todos los sectores de la
sociedad.
La orden que Jesús dejo en la gran comisión no fue “ir” sino “haced discípulos”. Una traducción
apropiada del versículo de Mateo 28:19 diría así: “mientras este yendo por el mundo, estén haciendo
discípulos”. Interpretar este versículo de esta manera nos enseña que para el que quiere ser discípulo
de Jesús, “hacer discípulos” no será una actividad especial o extra en su vida. No hay que ir a hacer
discípulos, los discípulos se hacen de una manera natural o espontánea como un estilo de vida, sobre
la base de esto, deberíamos preguntarnos ¿cuántos hemos hecho o estamos haciendo? Por supuesto,
esa pregunta es relevante no solo para los pastores y líderes, sino para todo cristiano.
1. Objetivo: TRANSFORMAR.
Como mencionamos al comienzo una lectura cuidadosa de este conocido texto de la Biblia en el idioma
original nos revela que hay un verbo principal y tres subordinados a este. El verbo principal es HACER
DISCÍPULOS que en griego es una sola palabra: “discipulad”.
La esencia de la misión es que Dios use nuestras vidas como instrumento para la transformación en la
vida de otros. En distintos lugares como en distintas funciones, con distintas urgencias, la tarea es la
misma: influenciar la vida de otras personas para que decidan seguir a Jesús. Discipular tiene como
materia prima discipular aquello que más le interesa a Dios: las personas.
2. ¿Qué es el ministerio de discipular?
Una de las mayores dificultades que la iglesia de la actualidad enfrenta es reconocer las formas
básicas que el Señor utilizó para discipular.
a. Discipulado ESPONTÁNEO.
b. Discipulado CAPACITADOR.
c. Discipulado PROGRESIVO.
Siguiendo el modelo de Jesús y sus doce y sus apóstoles, aquí se trasmite la vida y la experiencia
espiritual mediante un proceso intencional y premeditado, que demanda cierto grado de intimidad
entre el discípulo y el discipulador. Es transmitir las enseñanzas y la vida de Cristo a otra persona por
medio por medio de una vivencia (vivir juntos una experiencia con Dios), no tan solo por compartir
conceptos y enseñanzas teóricas. En el discipulado progresivo el discipulador elige a sus discípulos y
los involucra en una relación personal con el mismo y con Jesucristo.
d. Discipulado DE APOYO.
Esta forma nace de las necesidades específicas del discípulo. Se busca ayudar espiritualmente
aquellos que tienen necesidades específicas, tales como: mejorar las relaciones matrimoniales,
mejorar relaciones padres e hijos, liberarse de ataduras que le impide vivir su vida cristiana con
plenitud.
III. LA TAREA DE HACER DISCIPULOS
El discípulo de Cristo es una persona que refleja constante crecimiento espiritual, es semejante a
Cristo mismo. En consecuencia tiene vida de oración, y es efectivo en el evangelismo, consolidación y
en el discipulado, porque actúa bajo la dirección, en control y el poder del Espíritu Santo.
Es un proceso por el cual un discípulo se invierte intencionalmente en otros creyentes en Cristo para
que sean más semejantes a El, vivan las disciplinas bíblicas y lleguen a hacer discípulos
reproductores. Es mucho más que enseñar, capacitar, educar, entrenar, o adiestrar a otros. Es servir
de ejemplo y modelar un estilo de vida Cristo-céntrico. Es ser instrumento útil en las manos del
Espíritu Santo para que le transforme la vida de otros con su poder.
La verdadera multiplicación sólo ocurre cuando uno ha llegado a la cuarta fase. La gran comisión
nunca se ha de cumplir mientras no se logre la multiplicación. La gran Comisión nunca se ha de
cumplir realmente mientras no se logre la multiplicación. El ejercicio de este ciclo en la vida de cada
discípulo debe ser intencional para que reproduzca los resultados esperados.
1. Selección.
2. ASOCIACIÓN.
3. CONSAGRACIÓN.
4. Comunicación.
5. DEMOSTRACIÓN.
6. Delegación.
7. SUPERVISIÓN.
8. REPRODUCCIÓN.
El grafico que se muestra a continuación muestra la realidad de nuestras iglesias evangélicas. La gran
mayoría de las que asisten regularmente a los servicios de adoración (Discipulado espontáneo) no
están dispuestas a invertir más de un par de horas semanales en su propio crecimiento y desarrollo
espiritual. Casi de la mitad de la congregación quiere crecer espiritualmente pero con un mínimo
esfuerzo (Discipulado capacitado). Solamente un 20 – 30% de la congregación esta dispuesta a
negarse a si mismo, tomar su cruz y seguir la Señor, al invertir de 8 a 10 horas cada semana en su
desarrollo discipular (Discipulado progresivo).
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
10
Discipulado progresivo
20 – 30% de congregación 8 – 10 horas/semana
8
Discipulado capacitador
40 - 60% de congregación 3 – 5 horas/semana
Discipulado espontáneo
90 - 100% de congregación 1 – 2 horas/semana
0
Esta realidad nos lleva a conocer que toda la iglesia debe ofrecer todas las formas de discipular. La
labor del liderazgo de la iglesia en este aspecto no es solo utilizar una de las formas de discipular, sino
animar, estimular y motivar a la congregación a pasar al próximo nivel de compromiso.
a. BÁSICO
Comienza con los NUEVOS CREYENTES, o sea aquellos que toman la decisión personal de aceptar
y recibir a Cristo como Señor y Salvador. El objetivo es proporcionar al nuevo creyente seguridad de su
salvación, permanencia en Cristo e incorporarlo a la Iglesia local.
b. INTERMEDIO.
Está dirigido a los DISCÍPULOS ESPIRITUALES que se involucran en los procesos del discipulado
básico y a los que se les observa fidelidad, crecimiento espiritual e interés por la obra de Dios. el
objetivo es ayudarlo en su formación y capacitarlo para desarrollar las actividades y tareas de mayor
responsabilidad en los ministerios de la iglesia local, especialmente en a formación de otros discípulos.
c. AVANZADO.
En estos procesos se involucran a los DISCÍPULOS MULTIPLICADORES que rindieron frutos
positivos en las actividades y tareas que se les asignaron después del discipulado intermedio. El
objetivo es prepararlo como LÍDERES ESPIRITUALES Y DISCIPULADORES, capacitándolos para
planificar y dirigir los ministerios de la Iglesia.
Las tres etapas del disimulado tiene como meta final la formación de verdaderos discipuladores
de Cristo que sean líderes espirituales multiplicadores y colaboradores, en la Iglesia. Haber
completado una de las etapas debe demandar un compromiso al servicio de distintas áreas y niveles,
dentro de la iglesia local, antes de invitarlo a participar en la siguiente etapa.
Esta estrategia requiere que seamos intencionales en nuestro esfuerzo de discipular a otros..
Hay tres verdades claves en este aspecto que deben considerar y asumir antes de empezar:
a. El discipulado ES COSTOSO.
b. El discipulado REQUIERE TIEMPO.
c. El discipulado ES COMPROMISO.
a. El Discipulado es Costoso
Jesús hablo del PRECIO DEL DISCÍPULO y su prioridad para la vida (Lucas 9:23; 14:25-27; 27:33)
el discipulado es costoso. El pastor/líder que decide discipular deberá pagar el precio, el costo de
esperar una buena parte de su tiempo de oración en unos pocos. Así mismo pagar el costo de realizar
una tarea silenciosa, sin estruendo ni gratificaciones inmediatas.
El obedecer en el discipulado es una esforzada inversión que al poco redundara en una fuente
incomparable de vitalidad para la Iglesia. Cuesta ¡pero vale la pena!
c. El Discipulado es Compromiso
CONCLUSIÓN: Dios quiere que seamos instrumentos suyos para arrancar miles y millones de almas
al príncipe de este mundo. Por eso Dios nos estimula a ser sus discípulos para que podamos hacer
discípulos a otros. El Señor Jesús quiere que nos multipliquemos, que nos reproduzcamos, que
llevemos mucho fruto y que ese permanezca, el Señor Jesús nos asegura que el tiene el poder, todo el
poder pues el es Dios todopoderoso.
Y el Señor mismo nos asegura que no estamos solos. Él nos envía a HACER DISCÍPULOS, pero Él
va cono nosotros y esta con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. El Señor Jesús es nuestro
increíble jefe, nuestro Rey de reyes y Señor de señores, nos dice con firmeza pero con amor:
¡SIGUEME!